Capítulo 82. Última oportunidad
Por si fuera poco que los Triceratons se encuentren de camino a la Tierra con el generador ensamblado, ahora todos estaban congelados por la revelación del Fugitoide...
¡Fue él quién creó esa monstruosidad!
Todos sintieron como si el espacio se hubiese detenido ante ellos. Costaba de creer que el profesor Honeycutt fuese quien creó esa máquina. Pero eso no fue lo peor...
Lo peor es qué tuvo el valor de vendérsela a los Kraang... ¡A los Kraang! A esos cerebro-viscosos quienes han intentado adueñarse de la Tierra por muchísimo tiempo.
Por no mencionar de que posteriormente acabaría en manos de los Triceratons... ¡Y todo por dinero!
Desde luego, esto no dejó en absoluto en buen lugar al Fugitoide, sino más bien como el malo de la película, aunque sin ser un vil villano. Lo que faltaba ya...
Un completo silencio invadió la nave entera durante unos segundos, algunos reflejaban una expresión de sorpresa, mientras que otros una razonable expresión de enfado.
Aunque para ira, la que mostraba Leonardo ante el Fugitoide, la reacción del líder era digna de ver, nadie esperaba que Leo se comportara como Raph, o incluso como Lara. Tal que así que Donnie tuvo que detenerlo.
Donnie: Espera, Leo. El profesor nos salvó la vida una y otra vez. —Apuntó tratando de calmar la tensión que estaba mostrando su hermano.—
April: Nos dio otra oportunidad. Su corazón está de nuestra parte. —Dijo angustiada haciendo el intento de calmar y razonar al resto.—
Raph: Él no tiene corazón, es un robot. —Respondió fríamente al igual que enfadado, realmente sentía decepción por el fugitoide.—
Lara: ¡¿Me estáis diciendo qué gracias a un robot espacial me han quitado a mi padre?! ¡¿La familia qué me quedaba?! —Exclamó igual de alterada que se mostraba Leonardo.— ¡Eso no te lo perdono, maldito androide! —Se dirigió hacia él con la idea de hacerle pagar por su padre.—
Sara: ¡Lara, no! —Exclamó corriendo hacia ella, y la aprisionó tratando de detenerla.— No merece la pena.
Raph: —Percatándose del también ataque de ira de la pelirroja, optó por acercarse a ella, e intentar tranquilizarla.— Tiene razón. Cálmate, Lara.
Lara: Tiene gracia que tú me lo digas. Casualmente tú no me ayudas, Raphael. —Respondió en un tono irónico, pero con un más notable tono agresivo.—
Raph: —Como respuesta, solo se limitó en quedarse en silencio, y soltar un suspiro de resignación. Reflejando su preocupación por la situación con su pelirroja.—
Leo: ¡La tierra no habría sido destruida! Esta loca persecución espacial no estaría sucediendo si tu no hubieras construido ese artilugio. —Exclamó alterado indicándolo como culpable de la situación general con la Tierra.—
Fugitoide: ¡Yo era un humanoide distinto hace todos esos siglos! ¡He cambiado! ¡Estoy intentando corregir esos errores! —Respondió con el mismo tono que el líder.—
Leo: ¡Argh! ¡¿Errores?! —Exclamó mostrándose cada vez más alterado. Ninguna de sus palabras le parecían justificación alguna. Incluso llegó al punto de amenazarlo físicamente.—
Sara: —En ese instante, sus ojos se abrieron expresando total sorpresa. Le sorprendió esa inesperada reacción del líder.—
Mikey: —Rápidamente, intervino entre su hermano y el Fugitoide. Le dio tiempo de detener el brazo de su hermano, para torcerlo e impedirle que empeorara la situación.— Cálmate, hermano. Dale una oportunidad. ¿No es algo que hemos aprendido todos ya? ¿A dar una segunda oportunidad?
Leo: —Se quedó en silencio por unos instantes. Nada le haría cambiar su desprecio por el culpable del destino de la Tierra, sus habitantes, y sobre todo, de Splinter.—
Sara: —Aún sujetando el bazo de su hermana, no podía evitar despegar la mirada llena de asombro por el líder, y desde luego, por su impactante actitud.—
Leo: No quiero seguir tomando parte en los planes de Fugitoide. —Indicó alejándose del resto.— Yo daré con mi propio plan para derrotar a los Triceraton. —Concluyó seriamente, y salió de la sala.—
Todos se quedaron mirando al líder, incluso saliendo de la zona, compartiendo la mutua expresión de preocupación por su explosivo comportamiento ante la revelación del Fugitoide.
Aunque, a diferencia de todos, Sara lo veía aún con la misma expresión de sorpresa.
Sara: Leo... —Susurró el nombre de este, preocupada por su pareja.—
Lara: Déjale, Sara. Deja que se le enfríe la cabeza.
Sara: —Ya lo había visto enfadarse anteriormente, pero nada parecido como en este instante. En realidad lo entendía, sabía mejor que nadie lo mucho que le afectaba la situación a diferencia del resto. No podía culparle, aunque empezaba a preocuparse por la locura que pensará hacer.—
❇
Mientras que el tiempo pasaba, con el los Triceratons se aproximaban cada vez más a la Tierra. De hecho, estaban relativamente cerca.
Pero tras localizar la nave del Fugitoide no se lo pensaron dos veces en efectuar un ataque contra ellos.
Desplegaron naves Triceraton con el objetivo de detener a las tortugas y a Fugitoide.
Bastante estaban teniendo de sufrir un inesperado ataque por parte de los Triceraton, pero la situación fue de mal en peor en cuanto cayeron en la cuenta de alguien no había regresado con ellos.
Donnie: ¿Y Leo? ¡No ha vuelto! —Exclamó angustiado por desconocer lo que fuese que esté planeando Leonardo, aunque estaba claro que nada bueno.—
Lara: Uys... —Soltó dirigiendo la mirada hacia su hermana.—
Sara: ¡¿Dónde está?! —Exclamó angustiada levantándose bruscamente del asiento de los motores.—
April: —Con el panel frente a ella trató de contactarlo.— Leo, contesta... Responde.—Insistió, pero el líder no respondía. Al parecer, ya estaba llevando a cabo su plan.— Oh no, está a punto de cometer una estupidez.
Sara: —Reaccionó mostrando la angustia que empezaba a sentir. Lo veía venir, pero temía que acabara haciendo una locura.— No... Hay que detenerlo.
Con despreocupación y total decisión, Leonardo bajó a la pequeña nave de reconocimiento.
Michelangelo y Donatello trataron de detenerlo, pero él no les escuchó. Optó por tomar valentía y enfrentarse a los Triceraton aunque fuese a través de una pequeña nave.
Angustiada, Sara contactó con él a través del panel de su asiento, tratando de pararlo, incluso trató de hacerle entrar en razón.
Sara: Escúchame, Leo. Sé cómo te sientes, y te entiendo. Pero no puedes conseguirlo, es una locura, y lo sabes. No hagas esto, Leo... Por favor... —Le pidió transmitiendo toda su preocupación y angustia por el peligro que iba a correr.—
Leo: —Se quedó inmóvil por unos segundos cuando escuchó la voz de su pareja rogarle por no hacer semejante locura. Pero ya lo había decidido, y no pensaba echarse atrás.— Lo siento, Sara. No voy a echarme atrás.
Sara: —Tras oír su respuesta, y el sonido del corte de la comunicación entre ambos, soltó un pesado suspiro bajando la mirada. Sintiendo como su preocupación crecía cada vez más.—
Lara: Lo que faltaba, que el intrépido perdiera la cabeza... —Sarcástica resopló negando con la cabeza.—
Sara: —Llena de preocupación, alzó la mirada dirigiéndola hacia el parabrisas de la nave, esperando ver la nave de reconocimiento.—
Tal y como dijo, Leonardo no se echó atrás. Puso marcha la pequeña nave, y se dirigió hacia los Triceraton.
Estos no se hicieron tardar en ir al ataque, ya que ellos habían atacado primero en cuanto localizaron la nave del Fugitoide.
Junto a Lara, Sara corrió hacia el gran parabrisas para poder ver más de cerca como se defendía su amado ante las naves enemigas que desplegaba la nave nodriza de los Triceraton.
Aparentemente, le parecía ir bien. De hecho, incluso la misma Lara lo admitió a través de las expresiones de sorpresa tras ver el éxito del líder con su loco plan.
Lara: Vaya, pues le está yendo bien. No me lo explico... —Susurró admirando lo bien que le parecía ir al líder.—
Sara: —Dada su preocupación no le salía palabra alguna, aún así no despegaba la preocupada mirada de la nave en la que estaba su pareja.—
Leonardo supo excelentemente defenderse contra las naves enemigas, incluso les regaló unos cuantos disparos a la nave nodriza de los Triceraton, quienes se percataron de dicha ofrenda.
Pero lamentablemente, pasó lo que era de esperar. Varias naves Triceraton lo tomaron por sorpresa, logrando destruir la pequeña nave de reconocimiento.
Lara: Vale, no he dicho nada...
Sara: ¡Leo está en apuros! —Exclamó hacia el resto, con la intención de que pusieran en rumbo a rescatarlo.—
Pero lo que nadie esperaba era que la situación se volviese crítica cuando Leo se encontró ante el auténtico peligro cuando su casco se rompió, quedándose sin oxígeno...
La nave Ulixes había sido dañada gracias a los Triceratons, lo que dificultó el rescate de Leo.
Todos estaban tremendamente alterados y desesperados, pero Sara lo estaba el doble, pudo ver la mala parada de su novio.
Sentía el corazón en un puño, y cada vez lo sentía más apretado cada segundo que pasaba y no podían acudir en su ayuda.
Por otro lado, los Triceraton aprovecharon la ventaja para finalmente llegar a la Tierra. Era obvio que no pensaban desperdiciar ni el más mínimo segundo para adelantarse de las tortugas.
A través de mucha presión y desesperación, Fugitoide logró rehabilitar la nave y así retomando su control.
A toda velocidad se aproximaron a Leonardo, aunque quizá fuese demasiado tarde...
Sara: ¿Dónde está? ¿Alguien lo ve? —Preguntó con desesperación buscando a su novio por todos lados.—
Lara: Tiene que estar cerca, eso seguro. —Respondió tratando de encontrar al líder.—
Raph: Vamos... Tenemos que salvar a Leo. —Soltó también buscándolo por cualquier lado, pero no lo encontraba.—
Donnie: —Haciendo el intento por encontrarlo, tuvo éxito cuando en su panel encontró dónde se encontraba su hermano.— Lo tengo en el escáner. Está ahí. —Indicó avisando al resto de su localización.—
Sara: —Tras oír a Donnie dirigió su mirada hacia él, alegrándose de tener localizado a su novio al fin.—
Con ayuda del rayo extractor abdujeron a Leonardo de vuelta al interior de la Ulixes.
Sin dejar perder ni un solo segundo, rápidamente las tortugas acudieron en su ayuda. Pues al parecer se desconocía si estaba bien, o... mal.
Tras reunirse con él, no parecía respirar, y Donatello mostró auténtica preocupación por su corazón. Algo no iba bien...
Los minutos pasaban, muy lentamente, y Sara estaba temerosa por el desafortunado estado que pueda estar su amado.
Quería esperar a verlo entrar junto con sus hermanos, incluso con ayuda de su hermana intentaba ser paciente. Pero no era capaz, necesitaba ver a Leonardo.
Sin aguantarlo más corrió en su busca, Lara ni se molestó en detenerla, pues sabía que sería inútil.
Cuando llegó a entrar en la misma sala donde se encontraba, se llevó el dorso de su mano ocultando su boca demostrando su sorpresa...
Estaba bien.
Entre Raph y Donnie lo sostenían por los lados. Parecía estar un tanto débil, pero estaba realmente bien, por suerte.
Lara: Bueno, y aquí tenemos al intrépido loco de remate... —Comentó sarcástica aliviando el tremendo susto que le habían causado.—
Sara sabía que Leo no estaba en condiciones de un fuerte abrazo, pero no pudo resistirse en correr a sus brazos para abrazarlo cuidadosamente.
Sara: No vuelvas a hacer una locura así... —Le susurró separándose ligeramente de él para mirarlo a la cara, y le propinó un leve pero merecido golpe en el pecho.—
Leo: Si vuelve a suceder algo parecido, dame más fuerte. —Respondió riéndose ligeramente, y dedicándole una cálida sonrisa.—
Sara: —Se rió igual que él por el comentario, y junto con una cariñosa caricia en la mejilla le devolvió la sonrisa. Lo abrazó de nuevo pero esta vez con un poco de fuerza.— Estaba muy asustada...
Leo: Lo siento. Ya estoy bien, tranquila. —Susurró tratando de calmarla junto con un cálido abrazo.—
Lara: —Quedándose viendo a la pareja, no pudo evitar sentir el impulso de dirigir la mirada hacia Raphael.—
Raph: —También mirando a la pareja, se percató de la mirada de su pelirroja hacia él. Aunque siempre aprovechaba cualquier ocasión para verla.—
Lara: ... —Tras ver aquella mirada por parte de la tortuga, se mostró reacia a seguir compartiendo la mirada con él, y desvió la mirada a otro lado cruzándose de brazos.—
Raph: —No era la primera vez que su pelirroja le rechazaba la mirada y lo ignoraba, pero cada vez que lo hacía le resultaba como una puñalada. Se mostró cabizbajo soltando un pesado suspiro.—
Donnie: Em... Chicos, no quiero estropear el momento, pero tenemos que ponernos en marcha. Estoy seguro de que los Triceraton ya deben de estar en la Tierra. —Les avisó un tanto incómodo por la escena de ambas parejas, aunque entendible.—
Leo: Cierto. —Con suavidad se separó del abrazo más que dispuesto a volver en la situación.— Ya es hora de volver a casa.
Casualmente, así era como dijo Donnie. Los Triceratons recién habían instalado el generador en la plaza Washington, igual que la otra vez.
Pero no estaban solos, también se encontraban las tortugas y los demás... Nada más y nada menos que sus versiones del pasado.
Sara y Lara no se iban a quedar atrás, conociéndolas, no pensaban perderse la acción por nada del mundo. No solo por la acción, sino porque la situación necesitaba toda la ayuda posible.
Incluso Nora había decidido ayudar, aunque no a luchar como los demás. Dirigiéndose hacia donde estaban sus amigos, se había encontrado con su padre, quien tenía el deber de proteger a los ciudadanos todo lo posible.
Tal y como estaba de descontrolada la situación, decidió ayudarlo a dirigir a la gente a zonas seguras, y de protegerlos de los peligros.
Ya que estaba convencida de que no aportaría ninguna ventaja en la pelea, ayudar a su padre a proteger a la gente era lo que más podía hacer.
De vuelta con los clones del pasado, la cosa no estaba yendo nada bien.
En un instante de apuro, Splinter llegó justo a tiempo junto con varios aliados para hacer frente a los Triceraton.
Y eso fue lo que hicieron, ir a la carga a por ellos con un grito de guerra.
Mozart fue sorprendido por la inesperada sorpresa de encontrarse a las tortugas en la Tierra mucho antes que ellos.
No dudó en ponerle remedio a la situación, y apareció ante ellos para llevarse a Mikey consigo, secuestrándolo.
❇
Afortunadamente, ya no faltaba nada para llegar a la Tierra.
Esperanzados, se preguntaron si tenían el tiempo suficiente para detener a los Triceraton.
Casey: Todavía hay una posibilidad de detener a los Triceratons, ¿verdad?
Fugitoide: Bueno, llegaremos a la Tierra casi cinco minutos antes de la última vez que yo llegué. Cinco minutos no están mal. —Celebró optimista.—
Sara: ¿Cinco minutos... solo? —Cuestionó frunciendo el ceño, no creía que fuese el tiempo suficiente.—
Lara: ¿Pero tú estás de coña? —Cuestionó también mostrándose ofensiva hacia él. No podía ser que solo dispongan de 5 minutos.—
Leo: ¿Estás loco? Cinco minutos no es tiempo suficiente. No lo entiendo, teníamos las piezas del generador de agujeros negros. ¿Por qué no los dejamos caer sobre una estrella cuándo pudimos?
Lara: Seguro que así le habríamos puesto fin a esta maldita pesadilla. —Respondió dándole la razón al líder quejándose cruzando los brazos.—
Fugitoide: Yo diseñé el generador, y es sólo vulnerable a una combinación de fusión y materia oscura. ¡Así que si os calmáis todos, y me dejáis...!
Lara: ¡Oye, eres tú quien se tiene que calmar! —Exclamó mostrándose a la defensiva.—
Sara: ¡Basta ya! Así no llegaremos a nada. —Intervino tratando de poner orden en el tenso ambiente.—
Donnie: Eh, chicos... ¡Mirad! Estoy accediendo a imágenes de la Tierra.
En la pantalla del parabrisas se mostraron las recientes imágenes que sucedían en tiempo real en la Tierra.
Las imágenes mostraban los recientes movimientos de lo que estaba sucediendo en la Tierra.
En las imágenes se mostraban a los Triceraton poniendo en marcha el generador de agujeros negros.
Lo que significa que la cuenta atrás había comenzado, había que actuar cuanto antes...
Y esta era la última oportunidad...
❇
Incluso hasta en el último momento en la Ulixes, ha habido momento de tensión con el Fugitoide. Él lo negó, pero estaba claro de que algo les estaba ocultando.
Intentaron convencerle de que fuese a la Tierra con ellos, pero antes de que pudieran reaccionar, Fugitoide los descendió hasta dejarlos ya al fin en la Tierra.
¿Así qué no estás ocultando nada, profesor? ¿Seguro? No por nada no se fiaban de él.
Retomando la situación, las tortugas junto con las chicas, April y Casey se dirigían a toda prisa a la plaza Whashintong.
Al llegar a dicho lugar, entre todos hicieron una gran entrada deteniéndose frente a los Triceraton y sus clones del pasado, y sacaron sus armas dispuestos a cambiar la historia.
Saltaron sobre sus clones dejando a estos llenos de confusión. Pero ahora lo único que importaba era detener el generador de agujeros negros.
La cuenta atrás comenzaba a agotarse, las tortugas junto con las chicas les daba esquinazo a los Triceraton, impidiéndoles la victoria de nuevo.
Ya solo quedaban los últimos segundos, y Splinter estaba al alcance de detener el generador. Pero ya todos sabían lo que pasó la otra vez en ese mismo instante.
No, no podían permitir que Shredder asesinara a Splinter de nuevo, no en esta segunda vez definitivamente.
Leo: ¡Maestro Splinter, no! —Exclamó advirtiendo a su padre de la traición que estaba a punto de sufrir.—
Por un momento, todos creyeron que se había dado todo por perdido.
Pero Splinter reaccionó a tiempo para detener la puñalada traicionera que Shredder estuvo a punto de clavarle por la espalda a sangre fría cual vil monstruo.
Por suerte, Splinter había logrado neutralizar a Shredder, no sin antes propinarle con un buen ataque.
Pero la cuenta atrás del generador continuaba en marcha, y ya se encontraba en el último segundo antes de accionarse.
No, ésta vez no...
Leonardo llegó a tiempo para destruir el contador, y así deteniendo la máquina.
Ahora sí, ya se habían librado al fin del generador, el peor de sus problemas.
Lo único que quedaba era rematar la faena... Derrotar a los Triceraton.
Las tortugas, Sara y Lara quedaron cara a cara con Mozart, junto con sus clones del pasado, anunciando el inminente enfrentamiento contra el Triceraton.
Y es lo que estaban dispuestos a hacer...
Todos juntos.
Mozart: Así que habéis viajado en el tiempo para salvar vuestro mundo. Lo que significa que lo destruí en una ocasión, ¿no? Ahora Mozart ganará una segunda ronda. —Amenazó para rápidamente dispararles láseres.—
Leo, Raph: —Saltaron esquivando el ataque.—
Sara: —Usó sus brazaletes desviando los láseres.—
Lara: —Rápidamente se ocultó detrás de ella como cobertura mientras disparaba al Triceraton.—
Los clones del pasado se veían cual bobos sin apartar la mirada de sus "yo" del "futuro".
Sara (Clon): Pero... ¿Pero qué está pasando aquí? —Preguntó mirando a su "yo futurista" con el ceño fruncido completamente confundida.—
Lara (Clon): Tengo dos ideas: O es el fin del mundo, o tenemos un serio problema con nuestra imaginación... —Sarcástica igual de confundida.—
Mikey (Clon): ¡Tíos, ya lo entiendo! ¡Estos somos nuestros "yo" del futuro! —Exclamó sintiendo como le explotaba la cabeza de la locura que estaban presenciando.—
Mikey: No, tío. Vosotros sois nuestros "yo" del pasado. —Aclaró a su clon del pasado.—
Lara (Clon): Pero, ¿se puede saber qué cachondeo es este? —Preguntó con indignación frunciendo el ceño.—
Sara (Clon): ¡Cuidado! —Exclamó advirtiendo del inminente ataque hacia ellos.—
Mozart: —Se dispuso a dispararles varios láseres, pero lograron esquivarlo a tiempo.—
Leo (Clon): —Atacó al Triceraton, pero su ataque no fue nada útil, y este lo lanzó por los aires.— ¡Aaah!
Raph: —Corrió hacia él lanzándole shurikens, y se lanzó para atacarlo, pero el Triceraton contraatacó dándole un cuernazo elevándolo hacia arriba, y al caer le brindó un puñetazo.—
Lara (Clon): —Reaccionó un tanto sorprendida cuando esa versión "futurista" de su novio cayese a su lado. Aún así sintió preocupación por su estado— Oye, ¿estás bien... Raph?
Raph: —Oír la voz de su pelirroja pronunciar su nombre habitual en vez de su nombre completo le sorprendió, incluso le resultó conmovedor. No pudo evitar quedándose viéndola cual bobo.— Eso creo...
Lara (Clon): —Mutuamente también se sintió conmovida por él, y optó por ayudarlo a ponerse en pie.— Deja que te ayude.
Lara: —A lo lejos se les quedó mirando a Raph y a su "yo" del pasado. Sintió un confuso y extraño sentimiento al verlos. Aún así, no despegaba de ellos esa mirada nada contenta.—
Leo (Clon): —Sentado en el suelo dirigió una de sus manos a la cabeza, pues el dolor que sentía no era agradable. Tras ponerse en pie, vio que el Triceraton le había disparado algunos láseres.—
Sara: —De reojo vio quien se encontraba detrás de ella. Con ayuda de sus brazaletes desvió los láseres que Mozart había disparado hacia la tortuga. Giró la cabeza dirigiendo la vista hacia el clon del pasado de Leonardo.—
Leo (Clon): —En cierto modo, le resultó sorprendente compartir aquel contacto visual con "la versión futurista" de su novia. No sólo por la recién ayuda y ser otra versión de esta, sino por la ligera diferencia que notó en ella.—
Sara: —Tras notar la expresión de sorpresa en la versión del pasado del intrépido líder, no se resistió a dedicarle una cálida sonrisa junto con un guiño. Volteó de nuevo la vista hacia su frente, pues tuvo que defenderse ante un inminente ataque.—
Leo (Clon): —Ya le dejaba embobado la sonrisa de su novia correspondiente, pero, se sintió el doble de embobado tras admirar por unos segundos la llamativa "versión futurista" de esta. Obviamente, no pensó en quedarse ahí parado, se dispuso a ayudarla en la defensa.—
Mozart: ¡Estúpidos reptiles! —Apuntó a la tortuga a punto de dispararle, pero varios láseres alcanzaron su blaster destruyéndolo, y volteó a ver furioso al responsable.—
Leo: —Giró su pistola láser sobre su mano mirándolo desafiante.—
Mozart: No importa. Sólo necesito esto. —Crujió sus puños dispuesto a atacarles a base de puñetazos.—
El Triceraton mostró ser certero con sus ataques, incluso por un momento parecía que estaba alcanzando ventaja en el enfrentamiento.
Pero la clave para la victoria se descubrió cuando los dos Donnies atacaron a Mozart a la vez, y dicho ataque fue efectivo.
Así que, tanto las versiones del presente como las del futuro de cada uno se unieron con su yo correspondiente.
Al mismo tiempo, Splinter y Shredder luchaban entre ellos. La pelea era bastante igualada.
Pero el maestro Splinter resultó vencedor de la pelea. En cambio, el maestro del clan del pie acabó por los suelos.
Su mano derecha, Garra de Tigre, se lo llevó consigo, no sin antes lanzarle una amenaza con su inminente regreso.
Volviendo con las tortugas, las chicas y sus aliados humanos, atacaban a Mozart cada uno con su otro yo.
Entre todos atacaron a Mozart, y consiguieron debilitarlo hasta el punto de retirarse cual vil cobarde.
Fue entonces cuando las tortugas aprovecharon el momento que tanto tiempo deseaban que llegara.
Mikey: ¡Sensei!
Raph: ¡Padre!
Leo, Raph, Donnie, Mikey: —Los cuatro juntos corrieron a abrazar a su recuperado y tan extrañado padre rata.—
Splinter: —Dado lo debilitado que se sentía, siempre le resultaba reconfortante abrazar a sus hijos.—
Sara, Lara: —Ambas sonrieron conmovidas y emocionadas de presenciar esa escena que todos anhelaban recuperar.—
El momento enternecedor fue interrumpida cuando Fugitoide se hizo con el generador desde la Ulixes.
Leonardo creyó que era lo que buscaba, pero Donnie cayó en la cuenta en lo que realmente ocultó el Fugitoide y lo que estaba planeando.
Pero las intenciones del Fugitoide era sacrificarse para destruir el generador con la combinación de fusión y materia oscura.
Al mismo tiempo, los Triceraton estaban dispuestos a destruir la ciudad entera.
Pero gracias al sacrificio del Fugitoide, logró salvar a la ciudad, y al mismo tiempo, la Tierra.
Sin el generador de agujeros negros, y sin Triceratons, la Tierra al fin estaba a salvo.
Las tortugas y los demás miraron el cielo apenados, lamentando el sacrificio del profesor. Aunque al mismo tiempo, lo consideraron como un acto de honor.
Ahora sólo había una cosa que de la que preocuparse.
Mientras que algunos se mostraban entusiasmados por sus otro yo, Sara y Lara no sabían del todo cómo reaccionar a la peculiar situación.
Lara: Aún no sé cómo asimilar esto... —Resopló cruzándose de brazos.—
Lara (Clon): Ni tú ni nadie. Pero... hey, ¿qué tiene de malo ser dos? Somos geniales. —Respondió orgullosa de sí misma.—
Lara: No sé yo. Ya sé lo que es tener una segunda versión de mí misma. No creo que sea tan buena idea... —Dudó de la respuesta de su "otra yo" tras recordar aquella situación con Lara Shadow.—
Lara (Clon): Venga, si es por Lara Shadow olvídate. Hablo de ti y de mi, ¿qué hay de malo? —Preguntó sarcástica reposando el brazo sobre el brazo de su otra "yo".—
Lara: Dudo mucho que seamos compatibles... —Respondió reacia a la idea de convivir con la idea de ser "dos Laras".—
Lara (Clon): ¿Tú crees? —Cuestionó insistiendo en la idea.—
Leo (Clon): Esto... Quería darte las gracias por la ayuda de antes. —Agradeció tímidamente a pesar de que fuese su novia.—
Sara: Oh, no me las des, tenía que hacerlo. —Respondió con una sonrisa.—
Leo (Clon): También quería decirte que has estado magnífica, como siempre. Pero vaya, he notado mejoría. Estoy impresionado. —Dijo mostrándose orgulloso y emocionado.—
Sara: Bueno, fue más bien gracias a alguien, alguien muy importante. —Acarició con suavidad su mejilla y le sonrió.—
Leo (Clon): —Aquello inevitablemente le conmovió, y le devolvió la cálida sonrisa.—
Sara (Clon): —Viendo sorprendida y confusa a su otra yo se acercó a ella.— Entonces, si he entendido bien, ¿yo soy tu yo del pasado?
Sara: Sí. Y puede que para ti sea la yo del futuro, pero soy del presente, aunque no de tu presente. Bueno, ya me entiendes. —Río levemente.—
Sara (Clon): No puedo creer que esto esté pasando. —Confundida se rascó la nuca.—
Sara: Eso mismo dije al principio. Pero, todos juntos hemos conseguido salvar a la Tierra. —Concluyó sonriente.—
Sara (Clon): Eso es lo que importa. Además, es genial encontrarnos. —Alegremente le sonrió.—
Sara: Estoy de acuerdo. —Devolvió la sonrisa sintiendo cierta emoción por ver un clon de sí misma. En realidad resultaba alucinante.—
De nuevo, una nueva interrupción se presentó descendiendo ante ellos lo que parecía ser la nave Ulixes del Fugitoide.
Sí, al igual que hay dos juegos de cada uno de las tortugas y los demás, también lo había del Fugitoide.
Efectivamente, un segundo Fugitoide se presentó ante ellos, invitando una prometedora aventura espacial.
A los clones del pasado de cada uno les resultó algo muy prometedor, por lo que no dudaron en embarcarse al Ulixes con Fugitoide, y ascendieron hacia el espacio, dejando a los auténticos de nuevo en su dulce hogar...
La Tierra.
Al fin podían respirar tranquilos, y ahora era hora de volver a casa.
Y justo antes de volver, alguien había llegado buscando a sus hijas.
Roth: ¡Hijas mías!
Sara, Lara: —Ambas se detuvieron abruptamente, sorprendidas por escuchar esas dos palabras de aquella voz tan conocida. Se dieron la vuelta, y sonrieron alegremente de ver a su querido padre.— ¡Papá!
Las dos hermanas fueron veloces corriendo a abrazar a su tan extrañado padre. Y este les recibió igual de alegre que sus hijas.
Las tortugas y los demás se quedaron conmovidos mirando la escena.
Roth depositó un beso en la sien a cada una, y se separó del abrazo revisando que estuvieran bien.
Roth: ¿Estáis bien? ¿No tenéis heridas? —Preguntó mostrándose preocupado.—
Lara: ¡Lo que tenemos es alegría de verte por fin! —Exclamó alegre.—
Sara: Sí, ahora estamos muy bien. —Respondió con una cálida sonrisa.—
Roth: No sabéis cuánto me alegro. —Las abrazó de nuevo mientras dirigió la mirada hacia las tortugas.— Vaya, hola chicos. ¿De dónde habéis sacado esos trajes?
Leo: Es una larga historia. —Respondió junto con una sonrisa.—
Mikey: ¡Pero sin duda una muy emocionante! —Exclamó entusiasmado.—
Raph: Pero demasiado larga. —Dijo junto con un pesado suspiro.—
Roth: ¿Qué historia? ¿De qué me he perdido? Sólo he visto lo que he podido ver por la tele. —Cuestionó confundido.—
Sara: Ya te lo contaremos todo mañana, papá. Han sucedido muchas cosas que no has podido ver. —Aclaró sonriente.—
Lara: Sí, demasiadas... —Dijo insinuando su situación con Raphael mirándolo de reojo.—
Raph: —Notó la descarada insinuación de la pelirroja, y no pudo evitar mirarla por ello.—
Roth: Bueno, prepararé algo para mañana entonces.
Sara: Volvamos a casa, por favor. —Pidió agotada a su padre.—
Roth: Por supuesto, os merecéis descansar. —Les dedicó una sonrisa de orgullo a ambas.—
Leo: Nosotros estaremos en las alcantarillas. Necesitáis un buen descanso. —Dijo a su novia dedicándole una cálida sonrisa.—
Sara: De acuerdo. Vosotros ya sabéis donde estamos. —Respondió devolviéndole la sonrisa, y depositó un cálido beso en sus labios como despedida.—
Leo: Muy bien. —Respondió devolviendo el beso en sus labios junto con una caricia en la mejilla.—
Raph: —No podía apartar la mirada de su pelirroja. Intentaba mostrarse expresivo, pero era imposible, mostraba su desánimo por la situación con su chica.—
Lara: —Era consciente de la tristeza que desprendía la tortuga con esa mirada. Lo cierto es que él no era el único. Suspiró pesadamente, y optó por apartarle la mirada.— Vámonos.
Roth: Hasta pronto, chicos. Descansad. —Les dijo despidiéndose de ellos.—
Mikey: Gracias, dalo por hecho. —Respondió haciéndose a la idea de descansar nada más llegar a casa.—
Leo: Hasta pronto.
Raph: —Ya alejándose junto con sus hermanos, no era capaz de dejar de mirarla a medida que se iban.—
Lara: —Le sucedía lo mismo que a Raph, con la pequeña diferencia de que no lo miraba tan descaradamente como él a ella. Aún así, tampoco podía evitar girarse para verlo.—
Ambas familias se separaron, cada una dirigiéndose a su hogar.
Al menos ya todos podían respirar tranquilos, la Tierra ya estaba fuera de peligro, incluidos Splinter, Roth, Nora, y el resto de habitantes.
Pero ahora, las cosas habían cambiado, o más bien...
Cambiarán.
❇
Al fin, qué gusto da regresar a mi historia principal y la más importante. 😋
Siento muchísimo la tardanza y la espera, pero ya se acabó. 👏
Ahora empieza una nueva etapa, y estoy hablando de varias etapas nuevas por llegar. 😄
¿Emocionad@s? 😉
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