Capítulo 61. Nueva Amiga

La mañana del día siguiente se hizo presente en la ciudad.
Y la parejita aún se encontraba durmiendo.

Pero la segunda no tardó en entrar al apartamento, y gracias a la curiosidad entraron en la habitación de Sara. Donde ambos todavía se encontraban durmiendo, hasta ahora.

Lara: ¡Tortolitos arriba! —Gritó mientras golpeaba la puerta de la habitación, logrando despertar a la pareja.—

Sara: ¡¿Se puede saber qué haces, Lara?! —Le pregunta mostrándose molesta.—

Leo: No hacía falta despertarnos así. —Refunfuña sentándose sobre la cama.—

Raph: De alguna forma había que despertaros. —Le responde burlón riéndose levemente.—

Lara: Bueno, ya veo que os fue bien. —Les dice celebrando lo que hicieron anoche.—

Sara: ¿Podríais dejarnos aunque sea unos minutos, por favor? —Les pregunta pidiendo incrédula.—

Lara: Claro, faltaría más. —Responde sarcásticamente, y junto a Raph salen de la habitación, cerrando la puerta al salir.—

Sara, Leo: —Los dos se miraron entre ellos, y al verse sus mejillas se sonrojaron levemente. Pero se dedicaron aquella sonrisita embobada de siempre.—

Leo: Buenos días. —Le deposita un cálido beso en su mejilla, y le vuelve a dedicar aquella  sonrisa embobada.—

Sara: Buenos días, cielo. —Le responde devolviendo aquella sonrisa, y depositando varios besos en sus labios.—

Leo: Lamento que nuestro despertar se haya fastidiado. —Le dice con una leve risita encogiéndose de hombros.—

Sara: No importa, de una manera u otra nos habría pasado lo mismo. —Ríe levemente y le deposita un beso en la mejilla.—

Leo: Bueno, y... ¿cómo has dormido? —Le pregunta.—

Sara: De maravilla. ¿Y tu, cómo has dormido? 

Leo: En la vida me había dormido tan rápido. —Ríe levemente y le da un beso en la mejilla.—

Sara: Me alegra haberte ayudado. —Le dice en un tono coqueta, y le deposita varios piquitos cariñosos en sus labios.—

Leo: A mi también me alegra. —Le responde en el mismo tono, y la besa apasionadamente.—

Sara: —Gustosa corresponde el beso y le acaricia gentilmente su mejilla.—

Leo, Sara: —Ambos disfrutaban de aquel apasionado beso, disfrutaban del húmedo tacto de sus labios. Tras medio minuto de aquel cálido beso, se separaron y se miraron a los ojos.—

Leo: Dime, ¿te gustó lo de anoche? —Le pregunta mostrándose un tanto avergonzado.—

Sara: No... Me encantó. —Admite igual de avergonzada que Leo.— ¿Y a ti? 

Leo: Fue lo mejor de lo mejor. —Le responde sujetando su mano suavemente, y le deposita un beso en su frente.—

Sara: Totalmente cierto. —Le dedica una sonrisita.—

Leo: Bueno, ahora toca volver a la realidad. —Le dice con resignación encogiéndose de hombros.—

Sara: Sí, qué bien, ¿eh? —Pregunta sarcástica junto con una leve risita.—

Leo: Sí, genial. —Ríe levemente.—

Sara: Bueno, voy a darme una ducha, y después desayunaré. 

Leo: Yo te preparo el desayuno, descuida. —Le dice con una cálida sonrisa.—

Sara: Oh, no te molestes, no es necesario. —Le responde con una sonrisa.—

Leo: No, en serio, deja que te haga el desayuno. —Insiste ofreciéndose cariñosamente a prepararle a su chica el desayuno.—

Sara: Ays, no te puedo decir que no. —Ríe levemente y le deposita un pequeño beso en sus labios.—

Leo: Te quiero. —Admite en un tono cálido y cariñoso, sonriendo con su sonrisa embobada.—

Sara: Yo te quiero más. —Responde en el mismo tono y le sonríe.—

Leo: Te dejo ganar, por esta vez. —Se ríe levemente y le deposita un pequeño beso en sus labios.—

Sara: Muy generoso, mi intrépido líder. —Le responde y se detiene junto al marco de la puerta del baño para dedicarle una sonrisa coqueta.—

Leo: ¿Sabes? Me gusta que me llames así. —Le dice travieso, sentía cierto morbo que su novia lo llamara de esa manera.—

Sara: Lo tendré en cuenta. —Le guiña el ojo de forma coqueta, y entra al cuarto de baño.—

Sara se metió en la ducha, ya que necesitaba ducharse después de lo de anoche. Mientras tanto, Leo le preparó unas tostadas y un baso de leche con chocolate. 

Al terminar de ducharse, Lara le dejó la ropa que había echado a lavar, afortunadamente se secó a lo largo de la noche.

Una vez vestida y lista, se sentó junto a Leo, quien se estaba tomando un té verde. 

Sara: —Sonríe contenta al ver su desayuno preparado en la mesa. Como agradecimiento, le dio un pequeño beso apasionado en los labios de su novio.— Gracias, cielo.

Leo: No me agradezcas. Lo hago con todo el gusto. —Le sonríe.— 

Sara: —Le devuelve la cálida sonrisa, y sin más tardar empieza su desayuno.—

Lara: Oh, qué bonito. —Dijo con una sarcástica y burlesca expresión.—

Sara: —Voltea de lado hasta verla, y dirigirle una mirada incrédula.— ¿Es en serio?

Lara: No todos los días os veo así. —Ríe levemente y se encoge de hombros.—

Raph: Eso es cierto, y lo sabéis. —Les dice burlón.—

Lara: —Se sentó frente a ellos, mirándolos incrédula.— Hay que veros. El antes y el después. Increíble, ¿verdad?

Leo: Tu y Raph también habéis evolucionado desde que os conocisteis. No sé porqué te sorprendes. —Responde sin darle importancia encogiéndose de hombros.—

Lara: Venga ya, intrépidos. Vuestro principio fue mucho más distinto que el nuestro. Siempre estaba claro de que había chispa entre los dos, pero érais tan pardillos que no sabíais hacerla prender, y miraos ahora. Estoy orgullosa. —Concluye con una sonrisita incrédula.—

Leo: Viniendo eso de ti, ¿eso es bueno, o es malo? —Le pregunta incrédulo.—

Lara: Bueno, por supuesto. Solo que no esperaba para nada la pedazo de evolución que habéis pegado, y en tan poco tiempo comparado con nosotros. 

Raph: A nosotros nos ha llevado más meses que a ellos dos. 

Sara: Bueno, cada relación es un mundo. —Comenta mientras seguía desayunando.—

Lara: Sí, exactamente. Por cierto, me gustaría salir por la ciudad de nuevo contigo, Sarita. ¿Qué me dices? —Pregunta ladeando la cabeza.—

Sara: Claro, me parece bien. —Le responde con una amable sonrisa, y termina lo poco que le queda de su desayuno.—

Lara: Guay. Te la robo toda la tarde, intrépido. ¿No te importa, no? —Le pregunta incrédula ladeando la cabeza.—

Leo: Sabes que no, Lara. —Le responde.—

Lara: Bien, así me gusta. 

Sara: ¿Y papá, cómo está? —Pregunta mientras recoge su plato, y lo friega en un momento.—

Lara: De categoría. Se lo pasa bien con Mikey y Donnie, y con Splinter más aún. Casi parecen las típicas marujas de un parque. —Responde sarcásticamente, aunque en cierto modo era así.—

Sara: —Ríe al hacerle gracia la respuesta de Lara.—

Raph: Eso es bueno. Los dos tienen confianza entre ellos. 

Leo: Sí, lo que nos facilita las cosas, a nosotros cuatro evidentemente. —Concluye con una sonrisita.—

Lara: Ya ves, y eso que los dos son tal para cual. Tenemos suerte. 

Sara: Esperemos que sea así. En fin, ¿qué planes tienes para esta tarde? —Le pregunta con curiosidad.—

Lara: Ya sabes, tarde de chicas. Para ti y para mí. 

Raph: Nosotros quedamos fuera, ¿no? —Pregunta incrédulo.—

Lara: Chico listo. —Le responde burlona.—

Leo: Bueno, espero que Splinter no me castigue por desaparecer una noche. 

Lara: Nah, ya les dije que queríais estar aquí hasta mañana. Está todo controlado, creo. —Concluye encogiéndose de hombros.—

Sara: Me parece que te espera una charla, o esperemos que no. —Ríe levemente sabiendo la que le podría espera a Leo.—

Leo: Entonces, ¿hay hueco para mi esta tarde? —Pregunta con una sonrisita incrédula.—

Sara, Lara: —Ambas se miraron riéndose burlándose del líder.—

Al llegar la tarde ya casi cerca de la noche, en la casa de la joven rubia todo andaba como siempre.

La joven había se mostraba agotada, ya que era viernes, y la Universidad no era para nada sencilla.

Dicha chica celebraba que se había quitado de encima todos los trabajos  que a ella y a los de su clase les pusieron en estas semanas.

A diferencia de toda su clase, Nora era siempre la primera que hacía los deberes en el primer o segundo día después. Y lo que celebraba era que tenía el fin de semana libre solo para ella, y sobre todo para descansar.

Nora: No me lo puedo creer, puedo desconectar tranquilamente estos días de la Universidad. —Soltó un pesado suspiro y se dejó caer sobre su cama.—

La gatita también invadió su cama, se subió y se puso junto a la joven, frotando la cabecita con la suya.

Nora: Hola, Dana. Estás contenta como yo, ¿eh? —Sonriendo acaricia con cariño a su gatita.— Bueno, espero poder relajarme este fin de semana. —Concluyó estirándose sobre su cama.—

Liam: Eh, rubiales. —Entra en su habitación.— ¿Qué haces?

Nora: Relajarme, aunque fuesen unos minutos. —Se sienta sobre la cama, atendiendo a su hermano.— ¿Qué quieres, Liam?

Liam: Es mamá, dice que Alex lleva horas sin aparecer, y está preocupada.

Nora: ¿No se había ido a comer con sus amigas? —Pregunta.—

Liam: Eso creo. —Responde encogiéndose de hombros.— El caso es que quiere que la busquemos, bueno, más bien que la busques.

Nora: ¿Es en serio? —Le pregunta en un tono mostrándose molesta.— ¿Y por qué no vas tú a por ella por una vez?

Liam: Oye yo también me voy con mis colegas, y tú casi siempre estás en casa. Además, tú sabes perfectamente los sitios a donde va, tú la encuentras en un momento. —Le responde indiferente.—

Nora: Pero puedes llamarla por el móvil, ella contesta a las llamadas.

Liam: Será a ti, porque a mí no. La he llamado dos veces y no me ha contestado. —Responde encogiéndose de hombros.—

Nora: ¿Y por el whatssap? ¿Le has dicho algo? —Le pregunta preocupada levantándose de la cama.—

Liam: Si no me ha contestado a las llamadas, ¿me va a contestar al whatssap? —Pregunta incrédulo.—

Nora: Ays, Liam, de verdad. —Resopla refunfuñando por la poca preocupación de su hermano.— ¿Cómo eres tan irresponsable?

Liam: Perdone, no todos somos como usted, "doña perfecta". —Le responde burlón.—

Nora: No se trata de perfección, se trata de responsabilidad, idiota. —Le responde mostrándose enfadada.—

Liam: Bueno, cállate ya y ve a por Alex. Si no la traes de vuelta mamá nos va a castigar.

Nora: ¿A ti por qué? Si soy yo la que siempre se encarga de buscarla. —Le responde incrédula.—

Liam: ¿Quieres ir ya? Deja de perder el tiempo conmigo, jolines. —Refunfuña irritado.—

Nora: Vete con tus colegas, y déjame a mí con el marrón. Como haces siempre. —Le responde enfadada.—

Liam: Llámame si no la encuentras, aunque no sirva de mucho, pero llámame. —Le dice encogiéndose de hombros y sale de la habitación.—

Nora: Agh, no me lo puedo creer... —Refunfuña soltado un pesado suspiro. Se deja caer hasta sentarse en la cama, y nota como uno de sus pies estaba pisando algo. Apartó el pie, lo recogió, y se trataba de una carpeta en la que estaba todo el expediente e informes del caso de Sara y Lara. Se quedó pensando detenidamente. Y decidió salir a buscar a las chicas, quería resolver el caso por ella misma. Así que no se lo pensó más.—

Nora salió de su casa sin más tiempo que perder. Llevándose consigo un pequeño bolso en donde llevaba consigo la carpeta.

Su mano derecha estaba ocupaba por su teléfono móvil, con el que estaba llamando a su hermana.

La primera llamada no contestó.

Lo intentó por segunda vez...

Bingo.

Nora: ¿Alex?

Alex: Hey, Nori. ¿Qué tal?

Nora: ¿Cómo que qué tal? ¿Estás bien? ¿Por qué no contestabas?

Alex: Uy, lo siento. Había dejado el móvil en silencio, pero iba a enviaros un mensaje para no preocuparos.

Nora: Pero, ¿cómo se te ocurre...?
Agh, bueno, mira, ya hablaremos en casa, ¿vale?

Alex: No se lo digas a mamá, me castigará sin salir.

Nora: He dicho que ya hablaremos. ¿Dónde estás?

Alex: Hace rato que estamos aquí, en el Starbucks. Venimos de casa de Andy, he estado comiendo allí con ella y con Noah por si no lo sabías.

Nora: Vale, bien. No te muevas de allí, ¿vale? En serio, no queremos que se líen más las cosas.

Alex: Vale. Siento haberla liado, perdón.

Nora: Tranquila... En seguida estoy ahí.

Alex: Vale.

La llamada terminó, menos mal que pudo respirar tranquila.
Y para calmar la situación, se lo hizo saber a su hermano con un mensaje de Whatssap.

Nora: Está bien, tenía el móvil en silencio. Estoy de camino al Starbucks, está allí con las amigas.

Liam: Genial, ya nos podemos olvidar de ese castigo. 😰

Nora: A ti no te iban a castigar, a mí sí, estúpido. 😒

Liam: Créeme, a mí también me iban a castigar, "señorita triunfadora". 😑

Nora: Envidioso. 😝

Liam: Ya quisieras. 😠

Nora: 😚😂

Las dos hermanas se encontraban en el mismo local, tomándose un batido. Las dos estaban riéndose entre ellas, pero de pronto llegó un asunto bastante interesante.

Lara: Bueno, cuéntame cómo os fue anoche. Ya he visto que aprovechasteis la ocasión, ¿eh?  —Le pregunta con una sonrisa pícara.—

Sara: No es gran cosa, solo lo hicimos. —Responde un tanto avergonzada.—

Lara: Nah, claro que es gran cosa. Ya te dije que quería detalles. —Le dice traviesa.—

Sara: Bueno... Primero lo hicimos sentados sobre la cama, yo encima. Y después, él me echó sobre la cama, y terminamos así. —Con las mejillas sonrojadas continuó su batido.—

Lara: Vaya, nada mal. Esperaba menos del intrépido. ¿Se manejó bien? —Preguntó con curiosidad.—

Sara: Yo diría que sí, estuvo muy bien... —Sonrojada siguió con su batido.—

Lara: Venga, no te pongas así, solo estamos hablando. Bueno, ¿y tu qué? ¿Te sirvió mis consejos? —Continúa con su batido.—

Sara: Sí, fueron muy útiles. Te lo agradezco mucho. —Le dedica una pequeña y tímida sonrisita.—

Lara: Ya te lo dije. Parecía palabrería, pero es muy muy útil. Pues me alegra que te ayudara. —Sonríe y toma más de su batido.— 

Sara: Creo que me arrepentiré de esto, pero... ¿Me darías más consejos? —Le pregunta tímidamente.—

Lara: Pues me alegra que me lo preguntes. No es que tenga muchos, pero tal vez te pueda ayudar. Veamos... —Pensativa empezó a recordar consejos útiles, y que le pudieran servir a su hermana.—

Al llegar frente al local, se encontró a su hermana y sus amigas saliendo del sitio.

No pudo evitar soltar un gran suspiro de alivio al verla en carne y hueso, y que estaba bien.

Nora: Menos mal que al fin te pillo. —Le dice a su hermana abrazándola con el brazo por detrás de los hombros.—

Alex: Como siempre. —Ríe levemente encogiéndose de hombros.—

Nora: Hola, chicas. —Saluda a las amigas de su hermana.—

Andy, Noah: ¡Hola! —Le saludan amablemente.—

Nora: La próxima vez que Alex ponga el móvil en silencio, darle una lección de mi parte, ¿de acuerdo? —Les pregunta incrédula.—

Andy: No hay problema. —Responde riéndose levemente.—

Alex: Hey, solo ha sido esta vez. Porque sabía que mamá y tú me ibais a llenar el móvil de llamadas y mensajes.

Nora: Y razón no nos falta. —Le responde seriamente cruzándose de brazos.—

Alex: —Suspira pesadamente con resignación.— Vale, lo siento.

Nora: Ya veremos a ver qué va a pasar con mamá. —Le responde seriamente.—

Justo en ese momento, ciertas personas captaron su atención. Varias personas salieron del local.
Entre esas personas, estaban Sara y Lara.

Nora sabía que no podía dejarlas ir como la otra vez. Así que se apresuró en ganar una excusa para ir por ellas.

Nora: Escucha, Alex, ¿tú y tus amigas sabéis ir a casa?

Alex: Sí, claro que sabemos ir. ¿Verdad?

Andy: Sí, y ya ni recuerdo cómo era tu casa.

Noah: Yo tampoco.

Nora: Bueno, podéis estar allí un rato, solo un rato. ¿Qué me decís?

Alex, Noah, Andy: ¡Sí! —Las tres exclamaron contentas.—

Nora: Vale, pues id yendo a casa. Yo tengo que hacer un recado.

Alex: ¿Quieres que te acompañemos?

Nora: No, no hace falta. Bueno, id con cuidado. Coged el autobús, allí tenéis una parada. —Les señala la parada cercana a donde se encontraban.—

Alex: Buena idea. —Le responde con una sonrisa.—

Noah: Vayamos ya, creo que aquel autobús puede ser el que queremos coger. —Dijo señalando un autobús que se estaba dirigiendo a la parada.—

Alex: ¡Nos da tiempo, vamos! —Junto a sus dos amigas empezaron a correr hacia la parada.—

La joven rubia no quiso moverse hasta ver que las tres lograran subir al autobús.

Por suerte, llegaron a tiempo, y era el autobús que les llevaría a casa de las dos hermanas.

Nora pudo quedarse tranquila, pero ahora tenía asuntos que atender.
Se apresuró a localizar a Sara y Lara, por suerte consiguió encontrarles la pista de nuevo.

Las dos hermanas pasaban por una callejuela en la que les llevaría a otra calle. Descubrieron un atajo para llegar antes al apartamento, y estaban asegurándose de ello.

Sara: ¿Segura de que por aquí llegamos antes? —Le pregunta confundida.—

Lara: Que sí, lo descubrí el otro día que iba dando vueltas en la moto. Confía en mí, ¿quieres?

Sara: Sigo sin fiarme de ti y de tu moto. —Le responde burlona.—

Lara: Gracias por el voto de confianza. —Le dice sarcástica.—

Sara: No hay de qué. —Le responde riéndose levemente.—

Nora: ¡Alto ahí! —Exclama tratando de captar su atención.—

Sara, Lara: —Se detuvieron en seco, y rápidamente voltearon hasta verla cerca de ellas.—

Lara: Vaya, ¿tú? ¿Qué pasa, me echabas de menos? —Pregunta sarcástica.—

Nora: Sé quienes sois, y sé todo sobre vosotras. —Les dice seriamente.—

Sara, Lara: —Ambas se miraron entre ellas, compartiendo la misma confusión. Y con el ceño fruncido volvieron a dirigir su mirada a la rubia.—

Lara: Perdona, ¿qué? —Le pregunta incrédula frunciendo el ceño.—

Nora: Conozco todo vuestro caso, o más bien casi todo. Sé que una mafia os arruinó todo. —Les dice seriamente.—

Sara, Lara: —Vuelven a mirarse entre ellas, esta vez compartiendo una expresión de sorpresa. Pero la expresión de Lara cambió a una de seriedad.—

Lara: —Rápidamente sacó sus pistolas y la apunta con sus armas.— ¿Quién demonios eres tú?

Nora: ¡Hey, tranquila! —Levanta las manos.—

Sara: Lara, ¿qué estás haciendo? —Le pregunta interponiéndose entre las dos, tratando de calmar la situación.—

Lara: ¿Tú qué crees? Seguro que es amiga de Jack, y nos la ha mandado para ir por nosotras. —Le responde seriamente.—

Nora: ¡No! Oye, yo no conozco ningún Jack. Pero a ti sí te conozco. —Le dice tratando de convencerla.—

Lara: No nos conocemos, rubita. Solo nos encontramos aquel día en el Starbucks. Buen intento. —Dice incrédula acercándose más a ella aún apuntando con sus armas.—

Sara: —En medio de las dos trata de separar a su hermana.— Lara, relájate. No hay que llegar a esto.

Lara: ¿Estás de coña? —Le pregunta incrédula.—

Nora: Déjame preguntarte algo: ¿Ibas al instituto Rooselvet? —Le pregunta con la esperanza de que obtuviera la respuesta.—

Lara: —La mira seriamente, y decidió responderle.— Sí, iba a ese instituto.

Nora: Bien, porque yo te conocí en ese instituto. Tú hiciste hasta el grado número once, y dejaste de asistir a clases mientras yo estaba en el número doce. Nunca llegamos a hablar, pero yo te conocía de vista. —Le responde seriamente.—

Sara: —En la expresión de su cara se podía ver la sorpresa al escuchar lo que acababa de decir la rubia. Miró a su hermana, y con la mirada le hizo saber que la chica no era un peligro.—

Lara: —Suspira pesadamente, y guardó sus pistolas bajo su cazadora de cuero.— Aún así no creas que me fío de ti, rubita.

Sara: Vale, ahora que la situación está calmada, necesitamos que nos respondas a esta pregunta: ¿Quién eres? —Le pregunta seriamente.—

Nora: No puedo responderos aquí. —Respondió mirando su alrededor, pues la calle no era lugar seguro para hablar.— ¿Podemos ir a un lugar seguro?

Sara, Lara: —Las dos se miraron entre ellas, coincidiendo en el lugar perfecto para ir.—

Las tres chicas se encontraban en el apartamento. Sara y Lara estaban de pie frente a Nora, quien estaba sentada en el sofá frente a la televisión.

Las dos prestaban su total atención en Nora, mientras ella se explicaba para responder las dudas de las hermanas.

Nora: Mi nombre es Nora Fisher. Yo estudiaba en el mismo instituto que Lara. Pero por asuntos familiares, conocí vuestro caso, aunque no todo.
Gracias a mi pasión y actual carrera, logré descubrir todo vuestro caso, ya que el informe policial no está completo.

Lara: Espera, ¿cómo qué informe policial? ¿De qué estás hablando? —Le pregunta seriamente.—

Nora: No sé si pueda decíroslo... —Le responde llena de duda.—

Sara: Te hemos traído a nuestra casa, y aquí no traemos a nadie que no conozcamos. Es una buena razón para devolvernos el voto de confianza. —Le responde amable junto con una amigable sonrisa.—

Nora: Bueno, si es así... Mi padre es el capitán de Policía... —Confiesa seriamente.—

Sara, Lara: ¡¿Qué?! —Exclamaron igual de sorprendidas. No se esperaban tal cosa. No podían dar crédito de que tuvieran frente a ella a la hija del capitán de Policía de la ciudad.—

Nora: Como podéis entender, he conocido muchos casos policiales. Y no caí en la cuenta de que Lara estaba involucrada en el caso de que la mafia neozelandesa destruyó una familia. Así que estas semanas he reabierto y seguido el caso, y con cierta dificultad logré cerrarlo.

Lara: Espera un segundo, ¿cómo qué has estado siguiendo el caso? ¿Qué eres, poli? —Pregunta llena de confusión.—

Nora: Criminóloga. Estoy estudiando la carrera de Criminología. —Le responde seriamente.—

Sara: Vaya, increíble. —Comentó con sorpresa y sonriendo con cierta emoción.—

Nora: Siempre me ha encantado seguir pistas y avanzar con casos de criminales. Y el vuestro ha sido el último que he estado siguiendo e investigando.  

Lara: No te ofendas, pero todavía me cuesta creer todo esto. ¿Puedes mostrarnos algo? Lo que sea. —Le pide con cierta inseguridad, no tenía claro si fiarse de ella o no.—

Nora: Claro, aquí tengo todo el informe policial, y todos mis apuntes y seguimientos. —Abrió el bolso para sacar la carpeta, y se la entregó a las dos.—

Sara, Lara: —Las dos llenas de incertidumbre abrieron la carpeta, leían todo lo realmente importante y destacable. Pudieron notar que el informe policial dejaba mucho que desear. Pero cuando llegaron a las hojas en las que estaba plasmada toda la investigación de la rubia, no pudieron evitar quedarse boquiabiertas. Era realmente impresionante.—

Sara: Una duda, ¿cómo has descubierto la fecha en la que murió Ángel? —Le pregunta llena de curiosidad.—

Nora: Oh, eso fue fácil. Se registró la muerte de un jefe de la mafia. Entré en su expediente, y fácilmente supe que era el mismo.

Lara: ¿Y cómo rayos has descubierto todo eso? —Le pregunta llena de curiosidad.—

Nora: Recogiendo datos e información, tanto de todo lo que se encontraba registrado de Nueva Zelanda como lo que se encontraba aquí. Y con mis propias deducciones, por supuesto.

Lara: Vaya, eres igual que un amigo nuestro. —Dice al recordarle fácilmente a Donatello.—

Sara: —Se ríe levemente al adivinar con facilidad de quien se trataba.—

Nora: Dudo que sepa tanto de la Criminología como yo. —Dijo en un tono de orgullo.—

Lara: Un estilo. —Responde encogiéndose de hombros.—

Nora: —Se levanta del sofá, y se acerca frente a ellas.— Mirad, entiendo si no queréis fiaros de mi. Pero, con todo esto quería deciros que siento mucho por todo lo que habéis pasado. Evidentemente no sé todo, pero sé que habéis sido increíblemente fuertes para superarlo. 

Lara: No te haces una idea, rubita. —Le responde seriamente, cruzándose de brazos.—

Sara: Tienes razón, hemos tenido que sacar todas las fuerzas para enfrentarnos a ese gran problema. Pero aquí estamos. —Concluye con una sonrisa.—

Nora: Sí, por eso mismo me alegro mucho por vosotras. Y, caso a parte... ¿Somos amigas, o seguimos siendo unas extrañas? —Les preguntó mostrándose un tanto avergonzada. Realmente quería la amistad de ambas hermanas.—

Sara, Lara: —Ambas se miraron entre ellas, pensativas en la pregunta de la rubia.  La verdad es que en cierto modo tenían cierta desconfianza, no se hacían amigas de cualquiera. Pero Nora mostraba ser una persona de fiar, y se trata de nada más que de la hija del capitán de policía. Concordaban de que sería una buena amistad, y muy valiosa.—

Sara: Bienvenida, nueva amiga. —Le dice mostrando una contenta expresión y sonrisa.—

Lara: Sí, bienvenida. —Le dedica la misma sonrisa.—

Nora: Genial, supongo. —Ríe levemente.— No sé si es mucho pedir, pero, ¿nos damos los números? —Pregunta amablemente.—

Lara: Claro, como no. —Le responde con una sonrisa.—

Las tres chicas se dieron los números, lo que gracias a eso podrán mantenerse ene contacto.  Llegó la hora de que Nora regresara a su casa, pero las chicas tuvieron el gesto de acompañarla, ya que a la rubia le daba miedo salir de noche.

Ya al dejar a la rubia en su casa, las hermanas volvieron al apartamento. Realmente estaban contentas de conocer a Nora, de aquella joven que se encontraron hace unas semanas. Pero lo que no sabían es que tendrán un buen futuro como amistad.

Genial, qué ganas tenía de que estas tres se hicieran amigas. 

Cada vez se está acercando lo bueno e interesante. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top