Capítulo 60. Oportunidad
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⚠️⚠️ ADVERTENCIA: CONTIENE CONTENIDO SEXUAL ⚠️⚠️
LOS PERSONAJES INVOLUCRADOS CUMPLEN CON LA MAYORÍA DE EDAD Y CONSENTIMIENTO.
EN CASO DE QUERER OMITIR DICHO ACTO, SALTAR EL TEXTO COMPRIMIDO ENTRE LOS SÍMBOLOS ROJOS.
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A lo largo de la semana, todos han estado bien ocupados.
Pero las tortugas han estado bastante ocupados en diferencia.
Se ausentaron un par de horas y volvieron locos, contando el extraño viaje en el tiempo que han tenido.
Todo gracias a una chica un tanto extraña que salió del cielo, una llamada Renet.
Estaba huyendo de un tal Savanti Romero, por tratar de arrebatarle un cetro del tiempo.
Las chicas no pudieron quedarse más confusas cuando las tortugas terminaron de contarlo todo. Se preguntaban si habían comido alguna especie de pizza con alucinógenos.
Al quedar claro que lo que decían era real, las chicas le preguntaron muchas cosas:
¿Splinter humano? ¿Conocieron a Tang Shen? ¿Estuvieron con Karai de bebé? ¿Se encontraron con un Shredder más joven? ¿Todo fue por obra del cetro?
Sara quedó llena de confusión, pero lamentando la presenciada pérdida de Tang Shen, y el dolor de Splinter.
Por otro lado, Lara quedó mucho más confundida que Sara, concluyendo que todo era un sinsentido.
«¿Qué es eso de que todo fue por obra del cetro?
¿Qué sentido tiene eso, si Splinter está con vida en el presente?»
En fin, las chicas no le encontraron ningún sentido a la recién experiencia de las tortugas.
Pero no se iban a quedar paradas, y prestaron apoyo a las tortugas por toda la locura del viaje en el tiempo.
❇
Ya pasada la semana, se continuó con la rutina.
La habitación de Sara ya estaba más que acabada.
Con ayuda de Leo y Raph, las chicas adelantaron bastante rápida la faena de tener preparados los muebles de la habitación.
Un par de retoques allí, unas cuantas modificaciones allá, y la habitación estaba completamente acabada.
Sara: Bueno, pues ya tenemos habitación. —Dice contenta dedicando una sonrisa a su novio.—
Leo: Sí, qué bien. —Responde con una sonrisa.—
Lara: Muy bien, os quiero dejar claras un par de cosas: Os podéis quedar a dormir sin problema, pero no todas las noches. Se supone que Raph y yo estamos aquí por tener más tiempo juntos y más intimidad, y si venís aquí a pasar todas las noches no habremos logrado nada.
Leo: No era ese nuestro plan. A nosotros no nos apetece escucharos por las noches. —Le dice incrédulo.—
Raph: ¿Y crees que a nosotros nos apetece escucharos a vosotros? —Le pregunta sarcástico con los brazos cruzados.—
Sara: Creo que bastaba con una simple respuesta... Vale, queda claro. —Responde seriamente.—
Lara: Ah, y otra cosa. Siempre que vengáis, avisad. No me vale que se os olvide, no. Tenéis que mandarme un Whatssap al menos, ¿queda claro? —Pregunta seriamente.—
Sara: ¿Algo más? —Le pregunta.—
Lara: Quizá no sea mala idea hacer esa lista... —Dice burlona con una leve risita.— Es broma. Con lo dicho nos sirve.
Leo: Bien, y ya que vosotros tenéis vuestras propias normas, nosotros hacemos las nuestras. —Pregunta incrédulo y seriamente.—
Sara: Buena idea. —Sonríe burlona.— ¿Y bien, qué decís?
Lara: Decimos que no. —Responde.—
Raph: Somos nosotros los que estamos viviendo aquí, vosotros estáis en la guarida. —Dice cruzando los brazos.—
Sara: Ya, pero resulta que el apartamento es tanto de Lara como mío. Así que es nuestro por igual. —Concluye con una sonrisita victoriosa.—
Lara: Agh, vale... ¿Qué queréis, a ver? —Pregunta seriamente, mientras se apoyaba con el brazo sobre el hombro de su pareja.—
Leo: Cuando queramos estar aquí y queramos intimidad, nos referimos a verdadera intimidad. Así que nos tendréis que dejar el apartamento para nosotros solos. —Termina con una sonrisa incrédula, ya que realmente quería intimidad con su chica.—
Sara: —Al escucharlo, no pudo evitar quedarse mirándolo. En sus pensamientos sabía perfectamente a lo que llevaría tener el apartamento para ellos. Se avergonzó, pero realmente le gustaba la idea, sacando así una pequeña sonrisita .—
Lara: Para eso viene mejor un hotel... —Responde sarcástica, rechazando la norma que el líder había sugerido. Pero sabiendo la situación entre la pareja, no podía negárselo.— Agh... Vale... Está bien...
Raph: ¿Qué? ¿Es en serio? —Le pregunta ligeramente molesto.—
Lara: Porque estos dos no tienen intimidad. Y también me fastidia, pero no puedo decirles que no. —Le responde encogiéndose de hombros.—
Raph: ¿Y qué haremos nosotros? ¿Me lo quieres explicar? —Le pregunta con los brazos cruzados.—
Lara: Estaremos en la guarida, o dando una vuelta. Yo qué sé, lo que nos apetezca. —Le responde soltando un pequeño suspiro.—
Raph: Esta te la guardo, Leo. —Le dice amenazante.—
Leo: Tranquilo, esto se acabará cuando la mansión esté terminada. —Le responde.—
Sara: Cierto. Pero hasta entonces, nos daréis intimidad, y, nada de interrupciones o prohibiciones a venir, siempre y cuando no sea buen momento. ¿Qué decís, hecho? —Sugiere con una sonrisa.—
Lara, Raph: —Ambos se miraron entre ellos dudando. Pero tampoco podían dejar a la parejita, hermano de cada uno, tirados sin ninguna ayudita.
Soltaron un pesado suspiro, y la miraron.—
Lara: Vale, hecho. Pero una cosa os pido, no terminéis con la poca intimidad que nos queda. —Le dice retórica y seriamente.—
Sara: Lo intentaremos. —Le responde burlona con una pequeña risita.— Es broma, no hay problema. —Concluye dedicando una pequeña sonrisa.—
Lara: Bueno, hoy el apartamento se queda solo. Papá quiere que pase el día en la guarida. Dice que no le está gustando que de repente no me pase por allí todos los días. —Suelta un suspiro de resignación.—
Sara: Ya lo conoces, quiere mantenernos lo más unidos posible. Además, recuerda que ha estado diez años sin nosotras. Es comprensible. —Le dice encogiéndose de hombros, siendo comprensiva con la situación.—
Lara: Lo sé, lo sé. Pero ya me apetece ir a mí rollo, no quiero seguir siendo aquella adolescente de dieciséis años, ¿sabes? —No es que no le agradara ver a su padre cada día, ni mucho menos. Pero después de haber pasado por la adolescencia tan poco libre por la que pasó, no estaba dispuesta a que ahora se repita.—
Raph: Seguramente cuando la mansión esté lista las cosas cambiarán. —Dice tratando de reconfortar a su novia y la situación.—
Leo: Es muy probable. Pero hasta entonces, nos toca esperar. —Dice encogiéndose de hombros.—
Lara: Hey, escuchadme bien: He pensado que hoy aprovechéis el apartamento, ya que Raph y yo vamos a estar todo el día en la guarida. Podéis hacer lo que queráis, pero si os queréis quedar aquí no hay problema. —Les dice mostrándose amablemente.—
Sara: Vaya, ¿a qué viene eso? —Le pregunta frunciendo el ceño y ladeando la cabeza.—
Raph: Lo mismo me pregunto. —Dice sarcástico.—
Lara: Los cuatro queremos intimidad, ¿no? Pues ya que nosotros nos vamos al apartamento, ellos que aprovechen de nuestra ausencia. Si desaprovecháis la oportunidad lo siento, sois imbéciles. —Les dice sarcástica.—
Leo: Lara, la mayoría de las veces me cuesta seguirte. —Le dice totalmente confundido frunciendo el ceño.—
Lara: También me cuesta seguirte a ti y no le doy importancia. —Le responde burlona en un tono sarcástico.— Bueno, lo dicho. ¿Nos vamos, Raph?
Raph: Claro. Tu padre tiene que estar impaciente. —Le responde.—
Lara: Y esperemos que Splinter no esté a rabiar. —Dice sarcástica.— Pasadlo bien, parejita. —Le guiña sutilmente a su hermana. Era evidente, no siempre tienen el apartamento para ellos solitos.—
Sara: —Ante aquel guiño fingió como si nada. Fácilmente supo a cuento de qué le dedicó aquel guiño, decidió simplemente ignorarlo.—
Raph, Lara: —Ambos salieron por la salida más normal del mundo...Por la ventana. Subieron por la escalera de incendios hasta llegar a la azotea.—
Raph: Oye, esto no ha sido por casualidad, ¿verdad? —Le pregunta incrédulo frunciendo el ceño.—
Lara: Nunca me hago la superheroína, deja que lo sea por una vez. —Le responde sarcástica encogiéndose de hombros riéndose levemente.—
Raph: Me gustas más cuando no eres tan angelito. —Le responde resignado negando con la cabeza sin remedio por la situación.—
Lara: Lo sé, no puedes con mis encantos malvados. —Responde en un tono coqueto, dedicándole una sonrisita traviesa.—
Raph: Y es peligroso que lo sepas. —Le responde en el mismo tono, y le deposita un apasionado beso en los labios. Se separaron, y ambos se agarraron de la mano.—
Lara: Te lo compensaré, no temas. —Coqueta le dedica una sonrisa traviesa.—
Raph: Más te vale. —Le responde con una sonrisa coqueta. No podían retrasarse más, y ambos echaron a correr.—
Mientras tanto, Sara y Leo tenían el apartamento completamente para ellos.
Y no iban a desaprovechar la oportunidad de pasar tiempo juntos en el.
Sara: Bueno, supongo que ya tenemos lo que queríamos, ¿no? —Le pregunta con una pequeña sonrisa.—
Leo: Sí, lo conseguimos. Y lo que es más increíble, pudimos convencer a Lara. —Responde con una pequeña risita. Era un reto convencer a la pelirroja, esta vez consideró que tuvieron suerte.—
Sara: Al fin y al cabo, ella solo lo hace por darnos el favor. No te sorprendas tanto. —Le dice riéndose mientras lo abraza por el cuello.—
Leo: No puedo evitarlo si se trata de Lara. —Riéndose levemente la abraza por la cintura y le dedica una dulce sonrisa.— Aún así estoy contento.
Sara: Yo también. —Le dedica una gran y dulce sonrisa.—
Leo, Sara: —Ambos se quedaron mirando entre ellos unos cuantos segundos. No podían resistirse a darse un beso cada vez que se miraban con esas sonrisas embobadas. Era un beso dulce y tierno, y se compartían unas cariñosas caricias en sus mejillas.—
Sara: —Se separó sutilmente, y se quedó mirando su mirada tan hipnotizante.— Ahora que lo pienso, me temo que tenemos cosas que hacer.
Leo: ¿Arreglar tu habitación? —Le pregunta, dado el caso de que habían cosas que colocar y que ordenar.—
Sara: Sí, eso y que... tengo que terminar de ver un capítulo de Gotham que echaron hace un tiempo y no lo terminé. —Ríe levemente ante el gracioso recordatorio.—
Leo: Pues, ¿qué tal si vemos ese capítulo y después vamos con tú habitación? —Le pregunta junto con una dulce sonrisa, y con cariño acaricia su mejilla.—
Sara: Está bien. Pero, ¿tú también quieres ver el capítulo? —Le pregunta con una sonrisa, y encendió la televisión.—
Leo: Tantas veces que la he estado viendo contigo al final me he enganchado. —Admite riéndose mientras se sentaba en el sofá.—
Sara: Oh, genial. Aunque te la debía, por engancharme a "Héroes del espacio". —Le responde burlona riéndose levemente. Consigue dejar el canal donde estaban ya emitiendo el capítulo.—
Leo: Supongo que me lo merezco. —Responde con una pequeña risita.—
Sara: Desde luego. —Le responde burlona y se sienta a su lado.— A ver, vi creo que hasta la mitad del capítulo.
Leo: Esta parte ya la habíamos visto. Es cuando llegan al circo para buscar a Bruce, y detener a Jerome. —Le dice mientras estaba viendo el capítulo.—
Sara: Sí, así es. —Sonríe contenta al ver que su novio era también un espectador de su serie favorita. Y le deposita unos cuantos cariñosos besos en la mejilla mientras veía el capítulo.—
Leo: —Sonríe contento y la abraza por la cintura. Sin dejar de ver el capítulo le devuelve los besos en su frente, mientras disfrutaba de su compañía.—
❇
Lara y Raph ya se encontraban con los demás.
Junto a Donnie y Mikey se pasaron a saludar a Splinter y a Roth, y desde luego a contarles como estaban llevando convivir juntos en el apartamento.
Después de aquello, la visita ya era más normal. Mikey encima de ellos, Donnie y sus comentarios, y sin falta los padres.
Roth: Me alegra que os vaya bien. Aunque no me gusta que últimamente no te vea tanto. —Le dice a Lara en un tono decepcionante.—
Lara: Papá, me paso todas las mañanas. Sabes que le he cogido el gustillo a darme un voltio con la moto, y a veces voy a ver cómo van con la mansión. —Le responde incrédula.—
Donnie: ¿Y cómo van? —Pregunta.—
Lara: Avanzando, pero bastante lentos. —Responde encogiéndose de hombros.—
Mikey: ¿Cuándo estará terminada? Estoy impaciente por estar allí. —Dijo con la emoción que siente por estar en la mansión.—
Raph: ¿Qué importa? Lo importante es que la terminen. —Responde indiferente.—
Roth: Bueno, al menos estáis aquí. Pero ahora faltan Sara y Leonardo. —Dice decepcionado.—
Lara: Bah, déjales. Están ocupados con la habitación, recogiendo cosas y eso. Además casi nunca están en el apartamento, allí están bien. —Le responde quitándole importancia a la ausencia de la parejita.—
Roth: Bueno, supongo que sería mejor no mandarlos a venir aquí. Creo que Sara no me lo perdonaría. —Ríe levemente al imaginarse la situación.—
Lara: No, ni yo tampoco. —Le responde burlona riéndose levemente.—
Roth: Vale, podéis estar tranquilas. Pero sí que me gustaría que paséis la noche. Desde que os fuisteis no habéis vuelto a dormir aquí.
Lara: Papá, hemos venido a pasar la noche más de cinco veces. —Le responde incrédula ladeando la cabeza.—
Roth: Sí, pero pasa bastante tiempo de intermedio. Anda, esta noche aquí, ¿sí? —Le pregunta casi suplicando.—
Lara: Ays... —Refunfuñando resignada mira a su pareja.—
Raph: No se lo podemos negar, y hoy no es nuestro día. —Le responde sarcástico encogiéndose de hombros. Efectivamente, hoy no era uno de esos días para ellos solos.—
Lara: Vale. Pero en cuanto la mansión esté terminada, no quiero más discusiones de estas. —Le dice a su padre seriamente, cruzando los brazos.—
Roth: No prometo nada, pero está bien. —Le responde con una risita burlona.—
Mikey: Oye Lara, ya que no está Sara, ¿quieres jugar conmigo y con gatito helado a las cartas? Siempre me gana él, porfa. —Le pide suplicando, puesto que Lara no solía jugar con él.—
Lara: ¿Me estás diciendo que un gato de helado te gana en un juego de cartas? —Pregunta incrédula frunciendo el ceño.—
Mikey: Por favor, ayúdame a ganarle. —Le suplica poniendo su mirada maestra de cachorrito.—
Lara: —Pudo ver la mirada de burla que le estaba dedicando su novio. Lara era una chica dura, pero con Mikey no había nada que hacer. Rendida soltó un suspiro de resignación.— Vale... Pero más te vale que no te gane ni una vez con mi presencia.
Mikey: ¡Genial! Vamos allá. —Contento sujetó la muñeca de la pelirroja, y se la lleva consigo a la cocina.—
Roth: No he sido el único que os he echado de menos. —Comenta junto con una pequeña risita.—
Raph: Sí, no cabe duda. —Responde sarcástico negando con la cabeza junto con una sonrisita burlona.—
❇
La noche estaba casi sobre la ciudad, la luz de la tarde cada vez disminuía a la vez que el cielo era bañado con la oscuridad de la noche.
La parejita estaban terminando de colocar cada cosa en su sitio y organizar la habitación en condiciones.
Sara: Bien, la cama está bien hecha. —Comentó optimista justo al terminar de hacer la cama.—
Leo: Y ya está todo en su sitio. —Comentó orgulloso de ver que la habitación tenía otro aspecto más limpio y mejor condición.—
Sara: A Lara y Raph se les pasó este detalle, y seguro que no por casualidad... —Dijo dando por hecho que eran conscientes de que la habitación necesitaba esa pequeña limpieza.—
Leo: Bueno, al menos ya está. Por cierto, ¿tienes hambre? —Le pregunta con una sonrisa.—
Sara: Pues sí, la verdad. Podemos irnos al restaurante de Murakami y cenar allí, ¿qué dices? —Le pregunta.—
Leo: Suena bien, pero a veces me decías que te gustaría que te enseñara hacer una pizza. Creo que no hay mejor momento que ahora. ¿Qué te parece? —La abraza por la cintura y le dedica una tierna sonrisa.—
Sara: Me parece estupendo. —Le responde contenta con una gran sonrisa.—
Leo: Genial, vayamos a la cocina. Espero que tengamos todo lo necesario. —Comentó pensativo dirigiéndose hacia la cocina.—
Sara: Lara ha comprado un montón esta semana para los dos. Seguro que no tendremos problema. —Comentó riéndose. Ya los dos en la cocina, sacaron todos los ingredientes.—
Leo: Bien, entonces veamos qué tal nos sale. —Le dice con una sonrisa.—
Leo empezó a preparar la masa, mientras Sara le echaba la harina necesaria.
Cuando la masa estaba lista, Leo esparció el tomate sobre la masa.
Con las manos aún llenas de harina, Sara le manchó la nariz a la tortuga, sin poder evitar reírse de lo gracioso que se veía.
Leonardo manchó su dedo con un poco de tomate, y le manchó también la nariz de su novia, riéndose también pareciéndole la nariz de un payaso.
A continuación, echaron queso rallado por toda la base.
Sara quiso tomar revancha, así que le tiró un poco de queso rallado, quedando algunos trozos sobre la cara y los hombros de la tortuga.
Pero el líder no lo dejaría así. Él también le echó un poco de queso rallado, quedándose los trozos igual que él.
A partir de ahí empezó una guerra de comida.
Siguieron ensuciándose con tomate, harina, queso rallado, y más ingredientes que tenían preparados para la pizza.
Estuvieron así por lo menos casi diez minutos.
Las risas aumentaban, pero no faltaban esas miradas que ambos se compartían, mostrándose embobados por el otro.
Pudieron terminar de hacer la pizza, y cuando ya estaba en su punto, estaba lista para comer.
Los dos prepararon la mesa, y cuando la pizza ya no estaba demasiado caliente, empezaron a hincarle el diente.
Aquellas risas volvían, pero esta vez, eran superadas por aquellas miradas y sonrisas con las que se quedaban embobados.
❇
Cuando terminaron de cenar, recoger y limpiar todo lo que habían ensuciado, tuvieron que irse directos a la ducha.
Sara fue la primera en ducharse.
Cuando salió de la ducha, se puso su ropa interior, y tapada con una toalla echó la ropa a la lavadora.
Mientras el líder empezó a ducharse, Sara estaba en su habitación, buscando ropa, o un pijama para ponerse. Pero con tanto lío con el rediseño de la habitación, no se le pasó por la cabeza instalar su ropa, la cuál estaba en la guarida, en la habitación de Leo.
Sara: Agh, maldición... —Comentó refunfuñando, expulsando un suspiro de resignación. El sonido de su móvil le llamó la atención. Al cogerlo vio tres mensajes de whatssap de Lara.—
Lara: Oye, que al final nos quedamos a dormir y todo.
Lara: Vamos, que tenéis el apartamento completamente para vosotros hasta mañana.
Lara: Aprovechad, que tenéis la oportunidad. 😉
Sara: Sabes que me pongo nerviosa cuando lo pienso. 😣
Lara: Recuerda lo que te dije la semana pasada. Funciona, te lo aseguro.
Lara: Mañana quiero detalles, eh. 👌😏
Sara: 😶😳😏
Dejó el móvil sobre la mesita.
Agarró la toalla, y se acercó al espejo que estaba colocado en la puerta de su armario.
Mirándose en el espejo, no pudo ignorar fijarse en su cuerpo semi desnudo. Se miraba en su pecho, fijándose en cómo se le veía con el sujetador azul grisáceo que llevaba puesto.
Por su mente, se le pasaron ciertas preguntas:
¿A Leo le gustará verme así?
¿Cómo reaccionará?
Por muy tímida que fuese, quería saberlo, quería las respuestas.
Así que, dejó a un lado aquella toalla, y siguió mirándose en el espejo.
Por la puerta que daba al baño, Leo entró a la habitación.
Al ver a Sara semi desnuda, no pudo disimilar la timidez y sorpresa que se llevó al verla.
Leo: ¿No tienes ropa? —Le pregunta.—
Sara: No, se me pasó instalar la ropa. Así que esto es lo que tengo... —Le responde con una leve risita, no pudiendo disimular su vergüenza.—
Leo: —Fácilmente notó la vergüenza que tenía, así que pensó intentar calmarla de alguna manera.— Tranquila, está bien. Aunque, así no estás nada mal. —Le dice en un leve tono coqueto, dedicándole una sonrisa.—
Sara: Claro que... ¿En serio? —Pregunta con cierta curiosidad a la vez que con algo de sorpresa.—
Leo: Desde luego. Solo que no me lo esperaba. —Ríe levemente y le dedica una dulce sonrisa.—
Sara: Lo sé, soy demasiado despistada. —Ríe levemente encogiéndose de hombros.—
Leo: Puede, pero me encantas tal y como eres. Lo sabes, ¿verdad? —Le pregunta con un leve tono coqueto, mientras le acaricia la mejilla con cariño.—
Sara: Y tú sabes que adoro todo de ti, ¿cierto? —Le pregunta con una dulce sonrisa.—
Leo: Está bien que lo asegures. —Ríe levemente. Mostrándose pensativo baja un poco la mirada.—
Sara: —Se quedó mirándolo ya que esa mirada ya se la conocía. Sabía que estaba recordando lo pasado en esta semana.— Leo, sé que no puedes evitar pensar en aquel viaje por el tiempo, la hija de Splinter... Llevas así desde que ocurrió, pero todo está bien. Tranquilo. —Le dice con cariño acariciando su mejilla.—
Leo: Lo siento, no quería que te preocuparas. Perdona. —Sujeta la mano que acariciaba su mejilla, y le deposita un cálido beso en esta.—
Sara: No pasa nada. Aunque, tal vez pueda ayudarte. —Le dice con un leve tono coqueto y le abraza por el cuello.—
Leo: Tu ayuda siempre es la mejor para mí. —Le responde con el mismo tono dedicándole una sonrisa, y la abraza de la cintura.—
Sara: Me alegra saber eso. —Le responde con una cálida sonrisa, y deposita sus labios con los suyos.—
🔺️🔻🔺️🔻🔺️
Leo: —Gustoso corresponde el beso, mientras la abrazaba más por la cintura, juntándola más a él.—
Sara: —Mientras seguía el beso le compartía suaves caricias por las mejillas.—
Leo: —Inconscientemente, aumentaba la intensidad del beso, y sus manos acariciaban la suave cintura de su novia.—
Sara: —Disfrutaba de aquellas caricias, por no hablar del beso. Mientras, las caricias que le dedicaba descendían por el cuello hasta los hombros.—
Leo: —Notó como le seguía el juego, así que no se iba a quedar atrás. Subió una de sus manos sobre su espalda, brindando unas agradables caricias, mientras mordía suavemente sulabio inferior.—
Sara: —Suspiros y jadeos empezaban a salir de sus labios entre el beso. Pero ella no se quería quedar atrás, quería dar más a diferencia de las veces anteriores. Descendió sus caricias hasta sus pectorales, y metió la lengua hasta mantener contacto con la del líder.—
Leo: —Se sorprendió al sentir la cálida y húmeda lengua de su novia buscando contacto con la suya. No iba a echar a perder un beso con lengua. El beso aumentó siendo de lengua, humedeciéndose y siendo apasionado. Mientras sus caricias llegaron hasta su sujetador.—
Sara: —Se percató de donde había llegado la mano de su líder. Pero no quiso reaccionar, lo dejó pasar. Como respuesta, aumentó la intensidad del beso, y reanudó las caricias sobre susbrazos.—
Leo: —Se preguntaba porqué no había dado reacción alguna al llegar a su sujetador. Pero aquella acción de la chica le hizo entender que no le molestaba. Temía ser demasiado atrevido, pero ascendió la mano que aún estaba sobre su cintura para acariciar suavemente su abdomen, mientras la otra seguía acariciando sobre el cierre del sujetador.—
Sara: —Los suspiros y los jadeos se hicieron más numerosos. No podía negar que le encantaba sentir las manos de Leo sobre su piel. Y pudo hacerlo entender cuando profundizó el beso, haciéndose más húmedo y apasionado, mientras sus manos acariciaban sus músculos.—
Leo: —Cada vez podía ignorar menos el notable disfrute de su novia. Le estaba empezando a volver loco. No quería perder la cordura, a pesar de que realmente necesitaba más. Pero el comportamiento de Sara dependía de ello.—
Sara: —Sin darse cuenta, se vio dejándose llevar en la situación. Notó que lo estaba disfrutando, demasiado. No quería pensar, no quería que esto parara. Y se lo hizo saber a su tortuga, con más suspiros y jadeos ante sus caricias y el apasionado y hasta hambriento beso.—
Leo: —Notó como suspiraba y jadeaba aún más, puesto que nunca la había escuchado de la manera que lo estaba haciendo. Como si realmente necesitara más, y así era.
Pero no quería pasarse de la línea que lo mantenía del autocontrol, no a menos que Sara desee lo mismo. Se separó sutilmente del beso, y ambos se miraban con aquella mirada embobada y golosa que pronunciaba lo mucho que se necesitan.—
Sara: —No iba a mentir, era mucha la vergüenza que sentía. Pero no iba a dejar que la detuvieran, que la ganaran e hicieran con ella lo que no quería. Sin dejar de mirar sus ojos azules, colocó las manos sobre sus pectorales, y lo atendía con aquella mirada hipnotizada.— Leo... Yo... Quiero hacerlo...
Leo: —Le sorprendió escuchar aquellas palabras. No estaba ni seguro de haber escuchado bien.— ¿D-de verdad? ¿Estás segura?
Sara: Sí. Yo... Quiero demostrar de verdad lo que siento. Quiero que salga todo el amor que siento por ti. —Lo abraza por el cuello sin dejar de mirar su rostro, con aquella mirada que reflejaba lo que sentía.—
Leo: —Aquellas palabras lo dejaron totalmente asombrado. Le conmovió, y a la vez le alegró en todos los sentidos.— Entonces... Yo también quiero lo mismo. —Le dedicó una cálida sonrisa junto con aquella mirada embobada, mientras la sujetaba con suavidad de sus hombros.—
Sara, Leo: —Los dos cortaron la distancia que mantenían sus labios separados. El beso era apasionado, ella lo abrazó por el cuello y él de la cintura para profundizar el beso. Sin romperlo, caminaron hasta toparse con la cama. Leo se sentó sobre la cama, y Sara frente a él.—
Leo: —Mientras disfrutaba de sus labios, volvió con las caricias por la cintura. Poco a poco, una mano la iba descendiendo por uno de sus muslos, mientras que la otra mano recorría de nuevo su espalda.—
Sara: —Los suspiros y jadeos no tardaron en reaparecer. Reanudó las caricias por sus brazos, pero solo duraron hasta toparse con las coderas que el líder llevaba, y se las quitó.
Suavemente llevó las manos hasta sus pectorales, hasta llegar con el cinturón, y quitárselo.—
Leo: —Adoraba escuchar sus suspiros y jadeos. Se le pasó una idea por la cabeza, y no se iba a negar. Rompió el beso pero continuó depositando un camino de besos cálidos y húmedos, hasta llegar a su cuello. Mientras tanto, sus manos la seguían acariciando suavemente.—
Sara: Ah~ M-mnf~ —Se mordió su labio inferior, debido al fuerte cosquilleo que sintió cuando Leo empezó a besar su cuello. Los suspiros y jadeos eran más que hace unos segundos.—
Leo: —Sintió un leve cosquilleo al escucharla, y eso no quería que parara. Siguió besando su cuello, pero con cálidas y húmedas lamidas por el mismo, mientras llevó una de sus manos a acariciar su abdomen, y la otra seguía recorriendo su espalda.—
Sara: Mmmnf~ Ah~ —Aquellos besos y lamidas en el cuello la tenían atrapada en una placentera sensación de cosquilleo. Cada vez lo tenía más y más difícil para disimular sus leves gimoteos, aunque dejaba de darle importancia a medida que sentía más satisfacción. A medida que seguía disfrutando de aquellos besos y lamidas en el cuello, iba sacando las rodilleras de sus piernas suavemente.—
Leo: —Disfrutaba besar y lamer su cuello, y escuchar que ella también lo disfrutaba. Pero quería hacer lo que llevaba pensando anteriormente, quería más que besos y lamidas. Ascendió suavemente sus manos hasta llegar al cierre de su sujetador. Lo abrió, y sujetó los tirantes para sacárselo por completo.—
Sara: —Sintió sus mejillas sonrojarse, pero no le dio importancia. Realmente quería sentir sus manos sobre la sensible piel de sus pechos.— Mmnf~
Leo: —Sin pensárselo más, empezó a dar pequeños masajes circulares a sus pechos, mientras jugaba más con su cuello, llenándolo de besos húmedos.—
Sara: Aah~ —Sus mejillas se llenaron de rojo por aquel claro gemido que salió de sus labios. Le daba vergüenza, pero le restaba importancia. — Ah~
Leo: —Disfrutaba cada vez más de escucharla. Así que se decantó en dar otro paso más. Descendió la otra mano suavemente por todo su cuerpo, brindándole deliciosos cosquilleos. Siguió así hasta que detuvo su mano sobre la zona íntima de Sara, aún con las braguitas puestas. Y mientras seguía con su cuello y con sus pechos, masajeaba suavemente su intimidad sobre sus braguitas.—
Sara: Aaah~ Aah~ —Al sentir la mano de su líder masajeando su zona íntima no pudo reaccionar de otra manera. Llevó sus manos hasta sujetarse en los brazos de su novio, y se dejó llevar por aquellas placenteras sensaciones que empezaba a sentir.—
Leo: —Gracias a los gemidos constantes de su novia empezaba a sentir que no podía más. Necesitaba sentirla, la deseaba. Suavemente empezó a quitarle sus braguitas azul grisáceas. Y mientras tanto, se percató del bulto que se encontraba en su entrepierna.—
Sara: —Al percatarse de aquel llamativo bulto de su entrepierna, no pudo evitar invadirle la curiosidad. Acercó su mano hasta topar con el, y le daba suaves caricias y masajes.—
Leo: M-mmnf~ —Suspiros y jadeos salían de sus labios por las placenteras acciones de su novia. Cuándo volvió a su zona íntima, se percató de que estaba bastante húmeda, lo que ayudaría notablemente en la penetración. Trató de abalanzarse sobre ella, pero se lo impidió.—
Sara: Espera, déjame a mi. —Le dice dedicándole aquella hipnótica mirada. Le depositó un apasionado beso en sus labios, mientras se sujetó de sus hombros, y se sentó sobre sus piernas.— Mmnf~
Leo: Mmnf~ —Disfrutaba de sus labios, mientras la abraza por la cintura. Entre eso, notó a su miembro salir, y se mordió suavemente el labio inferior.—
Sara: —Al notar que su miembro estaba fuera del caparazón, se posicionó sobre el. Y empezó a descender con cuidado, hasta sentir como entraba en su interior.—
Leo, Sara: —Ambos soltaron un gemido en forma de suspiro, pero el de Sara no era totalmente de satisfacción. La chica se mordió el labio inferior al sentir aquel dolor.—
Leo: —No pudo evitar preocuparse por ella. Sabía que tenía que calmarla. No podía ni siquiera permitir que se hiciera daño. Acaricia con cariño su mejilla y le depositaba varios besos dulces en sus labios.— Shhh, tranquila. Relájate. No hay prisa. —Le susurró y le dedicó una dulce sonrisa, mientras la acariciaba tratando de reconfortarla.—
Sara: —Asiente soltando otro pequeño suspiro de dolor. Se concentraba en sus cálidas y reconfortantes caricias, mientras trataba de ignorar el dolor y acostumbrarse. Pasaron unos minutos hasta que sintió que podía moverse. Empezó con unas lentas y suaves embestidas, las suficientes para sacarles gemidos a ambos.— Aah~ M-mnf~
Leo: A-ah~ Mmm~ —Junto a los gemidos soltaba un pequeño suspiro de placer. Sentía una gran ola de sensaciones placenteras, mientras estaba cegado viendo a su chica. Le asombró el atrevimiento inesperado que estaba demostrando, eso le sorprendió.—
Sara: Mmmnf~ —Se muerde el labio inferior al sentir como aquellos fuertes cosquilleos la invadían. Notoriamente conseguía lograr el reto de centrarse en el placer e ignorar el dolor todo lo que pudiera. Solo necesitaba seguir así, necesitaba más.— A-ah~
Leo: Aah~ Ah~ —No tardó mucho en dejarse llevar por aquellas oleadas de placer. Mientras disfrutaba de aquellas embestidas, acercó sus labios a su cuello, y le repartía cálidos y húmedos besos sobre el mientras acariciaba su cuerpo.— Mmmnf~
Sara: A-aah~ —Inclinó la cabeza y se sujetaba más de sus hombros ante aquella repentina satisfacción reciente gracias a sus acciones. Aprovechando aquel instante, optó por acelerar ligeramente el ritmo de las embestidas, sintiendo un notable mayor placer.— Aah~
Leo: M-mnf~ Mmnf~ —Ahogaba los gemidos en su cuello. Mientras disfrutaba de aquellas placenteras embestidas, también disfrutaba del cuerpo de Sara, de acariciar y besar cada parte de su cuerpo. Lo que ayudó a hacerla sentir más cosquilleos placenteros.—
Sara: Aaah~ Mmnf~ —Se mordió el labio inferior al darse cuenta de que inconscientemente sus gemidos aumentaban cada vez más. Pero realmente eso era lo que quería. Así que optó por acelerar las embestidas, ayudándose abrazando a su líder por el cuello. Lo que generó más placer, y con más gemidos lo demostró.— A-aah~ Aah~ Aah~
Leo: Aah~ Mmnf~ —Cada vez que escuchaba los gemidos de Sara crecer sentía que perdía la razón, por no hablar del placer que le brindaba. Pero su cuerpo deseaba más, quería sentirla más. Llevó sus manos a la cintura de la chica para sujetarla con delicadeza para ayudarla, al mismo tiempo que él movía sus caderas. Y así aumentó y profundizó las embestidas.— A-aah~ Sí~
Sara: Aah~ A-aah~ —Casi sin parar de gemir, no podía apartar la mirada del rostro de su novio. Lo mismo pasaba con él mirando el rostro de la chica.—
Leo, Sara: —Los dos se quedaban completamente hipnotizados, mirándose entre ellos. Llenos de aquellas placenteras sensaciones que juntos estaban compartiéndose. En sus rostros se reflejaba lo mucho que estaban disfrutándose. Aquello les hizo sonreír. Compartieron un beso lleno de pasión, mientras ahogaban gemidos y jadeos entre el beso. Entre eso, ambos aceleraron entre ellos las embestidas, dejando salir sus gemidos.—
Leo: A-aah~ Sara~ —Gimió su nombre al sentir como el placer y la excitación lo invadían más y más. Cerraba los ojos disfrutando notablemente de aquel placentero vaivén. Pero no podía evitar abrirlos para admirar el rostro de su novia, el cual reflejaba el disfrute de aquel mutuo placer.—
Sara: Aaah~ Aah~ Aah~ —Cada vez se sentía más cómoda e invadida por el placer. Se dejó llevar hasta el punto de darle igual los gemidos que salieran por su boca, y por mover más sus caderas.
Era tanto el placer que sentía, que se aferró a Leo aún abrazándolo por el cuello. Soltando gemidos, e incluso su nombre, justo al lado de su oído.— Leo~ Aah~
Leo: —Escuchar decir su nombre en forma de gemido sintió como una gran ola de placer y fuertes cosquilleos lo invadió completamente. No podía seguir quieto después de eso. Se abalanzó quedándose sobre ella. Sujetó sus piernas con suavidad para acomodarse entre ellas, y colocarlas en cada lado.— Ahora me toca a mí~ —Le dice coqueto con una sonrisa traviesa.—
Sara: —Se quedó sorprendida, pero aún así quiso dejarse llevar. Asentó dedicándole una pequeña y tímida sonrisa.—
Leo: —Se acomodó quedando arrodillado, y apoyó las manos en cada lado de la cabeza de Sara. Ya cómodo, reanudó las embestidas con un ritmo intermedio.—
Sara: Aah~ Ah~ —Sus gemidos no tardaron en reaparecer. Se dejaba llevar mientras se sujetaba de nuevo en sus hombros.—
Leo: Ah~ —Mientras continuaba con las embestidas, se quedaba viendo a Sara. Verla debajo de él de alguna manera lo excitaba y aún más. Optó por darle atención a sus pechos, apretarlos y jugar con ellos de manera placentera para ella.—
Sara: ¡Leo~! A-ah~ —Inclinó la cabeza y tímidamente se tapó la boca al percatarse de cómo gimió su nombre. Sentía sus mejillas arder. Estaba llena de vergüenza, pero no podía negar que le encantaba.—
Leo: Por favor~ Sara~ N-necesito escucharte~ —Le pidió en un tono lleno de excitación y deseo. Mientras con sus manos recorría todo su cuerpo.—
Sara: —Estaba llena de vergüenza, pero a estas alturas, ya le daba igual no callarse. Por no hablar de que quería satisfacer a su líder. Se apartó la mano, y dejó sus gemidos salir, más notorios que antes.—
Leo: —Sonrió pícaro al escuchar de nuevo aquellos gemidos, de los cuales él era el responsable, y le satisfacía pensarlo. Deseoso por más, aceleró el ritmo, brindando más placer para ambos.— Aah~ Sara~ Ah~
Sara: Leo~ Leoo~ Aah~ —Disfrutando cada vez más de aquel placer, con sus manos agarró la sábana. Casi sin poder contener todo el placer que la invadía por completo.—
Leo, Sara: —Ambos estaban llenos del placer mutuo que se brindaban. La habitación estaba hundida de gemidos y jadeos de placer. Pero el clímax ya se estaba acercando, y ambos eran conscientes. El ritmo de las embestidas aumentaron, al igual que los gemidos. La espalda de Sara estaba cada vez más arqueada por el placer, mientras que Leo se aferraba a ella y a sus caderas. Y ambos terminaron con un gemido gritando el nombre del otro.—
Sara: ¡Aaah~! ¡Leonardo~! —Justo al llegar a su límite se aferró a su líder abrazándolo por el cuello, inclinando la cabeza y la espalda más arqueada gracias a la fuerte y placentera sensación del orgasmo.—
Leo: ¡A-aah~! ¡Sara~! —Apretó los dientes e inclinó la cabeza y parte del cuerpo al sentir correrse dentro de ella, y el orgasmo invadirle por completo.—
Sara, Leo: —Ambos se miraron con las miradas embobadas por el otro. Se dedicaron una dulce sonrisa, y compartieron un beso de lo más apasionado y dulce.—
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Los dos estaban rendidos sobre la cama, con las respiraciones igual de alteradas.
Sara tenía colocada la cabeza y su mano izquierda sobre el plastron de su líder, notando como su pecho subía y bajaba por la aún alteración de su respiración. Hasta podía escuchar los latidos de su corazón también con el ritmo alterado.
En cambio, Leonardo estaba abrazando de manera protectora a su novia. Mientras que con la otra mano acariciaba suavemente su cabecita y su pelo.
Leo: No hay duda de que tu ayuda siempre es la mejor para mi. —Comentó en un tono dulce junto a una leve risita, depositando un cálido beso en su frente.—
Sara: Me alegra mucho. —Responde igual.— Lara tenía razón, era la mejor oportunidad para nosotros. —Comentó junto con una leve risita.—
Leo: Todavía sigo sorprendido por su actitud de hoy. Espero que mañana no cambie radicalmente después de esto. —Ríe levemente, aunque realmente temía por ello.—
Sara: No le queda otra que acostumbrarse. —Lo mira con una sonrisa embobada, y le deposita varios besos en sus labios.—
Leo: No puedes imaginarte cuánto es lo mucho que te quiero, ¿lo sabes? —Le pregunta dulce acariciando su mejilla con cariño, y dedicándole la misma sonrisa.—
Sara: Lo que sí sé es que no puedes superar cuánto te quiero a ti. Porque yo te quiero hasta el infinito y más allá. —Le dice dulce mirándolo a los ojos totalmente embobada.—
Leo: Entonces con eso ha terminado de ser esta noche la mejor de mí vida. —Le sonríe igual mirando a sus ojos, y juntando su frente con la de ella.—
Sara: Estamos igual. —Le responde y deposita un cálido beso en sus labios.—
Leo: —Gustoso corresponde el beso.—
La pareja no tardó mucho en caer presas del sueño profundo.
Y quedaron completamente dormidos abrazados el uno con el otro, y con una plácida sonrisa en sus rostros.
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Creo que me he excedido con el lemon, pero mejor que el de la primera vez de Lara y Raph lo es sin duda. 😂
Bueno, espero haber mejorado en esta ocasión. 😳
Y espero que os haya gustado para aquell@s que lo han leído. 👍😉💚
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