Capítulo 119. Padre de dos familias
Los llantos de Keyla despertaron a sus padres después de haber descansado y recobrado fuerzas tras las horas que duró el parto.
Sara se resistía en seguir durmiendo —puesto que continuaba notando las consecuencias de sus esfuerzos— en lo que Leonardo atendía a la pequeña, pero no le servía de mucho puesto que los llantos de la bebé reclamaban por comida.
Leonardo se sentó sobre el borde de la cama con la pequeña en sus brazos esperando a que su mujer se viera preparada para darle el pecho.
Leo: Buenos días. —Sonrió a su mujer.— ¿Qué tal has descansado? ¿Ya te encuentras mejor? —Preguntó Leonardo con preocupación.—
Sara: Sí, bueno, más o menos... —Suspiró con pesadez. Se frotó los ojos para desperezarse y se sentó con la espalda apoyada sobre el cabezal.— Keyla está bien, ¿verdad?
Leo: Está perfectamente. —Se alegró el de azul sonriendo conmovido por la carita de su hija mirando hacia él. No pudo resistirse a acariciar una de sus manitas, a lo que ella intentó agarrar su pulgar para llevárselo a la boca. Ambos sonrieron tiernos.— Supongo que está pidiendo por comida.
Sara: En lo que te das una ducha yo le doy el desayuno. —Extendió sus manos hasta la pequeña. Leonardo se la dejó con cuidado hasta que su mujer la tenía en sus brazos.—
Leo: Bien visto. —Sonrió el de azul. Depositó un cálido beso en los labios de su mujer y otro en la cabecita de su hija antes de abandonar la habitación.—
Sara: Buenos días, mi bebé. —Sonrió y abrazó gentil a la pequeña depositando un beso en su naricita. Keyla la miró y la sonrió.— Bien, vamos con tú primer desayuno.
Era todo un alivio que tuvieran a mano las provisiones que se trajeron ayer cuando salieron corriendo de la mansión.
Leonardo se reunió con su mujer y su hija después de ducharse. Tenía la idea de cuidar de la pequeña en lo que Sara se duchaba. Aunque por esa olor pestilente el de azul dedujo que también había que asear a Keyla.
Sara observaba con diversión a su marido por la forma en la que la miraba. Era como si estuviese cara a cara con el peor de los apuros, aunque la realidad es que simplemente se trataba de práctica y acostumbrarse.
Se pusieron de acuerdo en que la situación saldría mejor para los tres si entre ambos se ayudaban y lo hacían a la vez. Así de primeras, la experiencia del primer pañal se quedaría para ambos.
❇
Lara, Nora y los chicos estaban en el salón ya después de haber desayunado gracias a que Roth les había preparado el desayuno. Esperaban impacientes a que Leonardo y Sara aparezcan con Keyla para admirarla mejor con la claridad del día y la calma tras haber descansado.
Se alegraron en cuanto los vieron acercarse con Keyla en los brazos de Sara, vestida con uno de los bodys que en su momento les regalaron para la bebé.
Leonardo se aseguró de que algunos, especialmente Mikey, contengan la emoción por admirar a la pequeña y tenerla en sus brazos. Bastante era que la pequeña estaba bastante tranquila.
Mikey: ¿Podemos cogerla en brazos? Anda, porfa. —Suplicó a su hermano poniendo esos ojitos de cachorrito.—
Leo: Claro, pero solo si es con calma. —Respondió Leonardo resignado por la mirada de su hermano.—
Lara: ¿Qué tal, papis? ¿Habéis podido dormir? —Sonrió Lara hacia su hermana cuando se acercó con la bebé en brazos.—
Sara: Lo suficiente como para no caer rendidos. —Respondió divertida compartiendo una risita con el de azul. Sonrió conmovida cuando se percató que Keyla observaba a su tía.— Creo que la sobrina de alguien quiere estar con su tía.
Mikey: ¿Yo? —Sonrió ampliamente extendiendo sus brazos.—
Lara: Ha dicho tía. —Respondió sonriendo victoriosa. Con cuidado cogió en brazos a la pequeña. A pesar de haber sido la primera en verle la carita, la seguía sorprendiendo que fuese mitad humana y mitad tortuga.— Se parece... mucho a los dos. Es increíble esto de la biología...
Raph: Ya te digo... —Murmuró Raphael observando a la pequeña junto al lado de su prometida.—
Donnie: Su anatomía es fascinante. —Admiró el de morado.—
Nora: Oh, qué mona. —Sonrió la rubia observando lo tranquila y contenta que parecía estar la bebé en los brazos de su tía.— ¿Puedo yo también?
Mikey: Hey, yo lo he pedido primero. —Protestó el de naranja cruzándose de brazos. Tanto Lara como Nora rodaron la vista divertidas.—
Roth: El abuelo va primero. —Se adelantó el arqueólogo sonriendo al grupo.—
Sara: Mientras continúe así de tranquila, no hay problema. —Dijo Sara acariciando gentil la carita de su bebé en brazos de Lara.—
Lara: Si la haces llorar no es mí culpa. —Con ironía avisó Lara cuando Roth tomaba a su nieta de sus brazos.—
Roth: Hola, pequeña. —Saludó sonriente a la bebé, ella lo saludó con una amplia sonrisa que logró derretirle de la ternura.— Su nombre es Keyla, ¿cierto? —Asintió la pareja al unísono.— Bonito nombre para... mitad humana mitad tortuga.
Donnie: Es más humana que tortuga dada su fisiología. —Señaló Donatello.— Aunque, es un hecho que la pequeña Keyla es una mutante de nacimiento, a diferencia de nosotros cuatro.
Raph: Lo hemos entendido, Einstein. —Resopló pesadamente agotado de sus explicaciones científicas.—
Leo: Supongo que también ha cabido la posibilidad de que sea más tortuga que humana. —Pensó el de azul en alto mirando dudoso al de morado encogiéndose de hombros.—
Donnie: Bueno, tiene caparazón y su piel es ligeramente verde. —Resaltó Donatello lo evidente a simple vista para responder a su pregunta.—
Sara: A mí me encanta así, tiene lo mejor de los dos. —Sonrió a su marido abrazándolo por el brazo y le dio un beso en la mejilla. Leonardo le devolvió el beso en su sien y le sonrió.— Papá, déjasela ahora a Mikey con cuidado.
Mikey: ¡Bien! —Victorioso celebró el pecoso con saltitos. El arqueólogo se lo dejó en los brazos con extremo cuidado. Michelangelo no pudo evitar derretirse de la ternura por tener en brazos a su sobrina.— Oh, mírala, es tan mona...
Lara: Yo que vosotros me mantendría cerca de ella siempre que Mikey la tenga. —Incrédula señaló al pecoso. El mencionado la miró con el ceño fruncido por su desconfianza.—
❇
Aprovechando el día en las alcantarillas y para celebrar juntos el nacimiento de Keyla, decidieron preparar una comida todos juntos.
Por supuesto, invitaron a April y Casey para que conozcan a la pequeña y comer en grupo. Se llevaron una grata sorpresa puesto que se imaginaban a la bebé de otra manera —quizá más tortuga, o más humana—.
Los dos grandes amigos del grupo se acercaron hasta los padres de la pequeña Keyla y darles la enhorabuena con un cálido abrazo.
Estaban felices por ellos, además de observar que el nacimiento de la pequeña había devuelto la alegría en las alcantarillas. Llevaba tiempo que estaba siendo una ausencia abrumadora, de alguna manera había que recuperar la ilusión.
Como era de esperar, entre todos prepararon varias pizzas con distintas combinaciones de ingredientes. Sara y Leonardo se aseguraron de dejar dejar Keyla dormir tranquilamente durante la comida y aprovechar el rato de tertulia entre el grupo.
Durante la comida surgió nuevamente el tema de a quién de los dos se parecía más Keyla, si a Sara o Leonardo.
Era de admitir que era divertido destacar los parecidos, por no mencionar que cada quien tenía opiniones diferentes.
Tampoco se hizo esperar a que les lanzaran la típica pregunta a los padres...
《¿Tenéis previsto darle un hermanito o hermanita?》
Los dos se miraron entre sí avergonzados por la repentina pregunta, aunque se encogieron de hombros indecisos por una respuesta clara.
Lo que sí tenían claro en común era esperar a ver qué tal les va a ir con Kayla como padres antes de tomar tal decisión.
La conversación dio un giro cuando se dirigieron a Lara y Raphael para cuestionarles sobre el tema de la boda. La ceremonia seguía en pie, de hecho, ya contaban con una fecha como novedad.
No había mucha pérdida en la decisión, querían esperar a que Lara terminase el curso online y conseguir el título que le corresponde tras sacarse la secundaria.
Ya puestos, April se incluyó con el tema de las clases y el tiempo que le restaba. Continuaba con el grado de periodismo, recordando que, actualmente, estaba con el tercer curso de cuatro, como normalmente solían durar los grados.
Casey tenía algo más interesante que aportar, tras mucho tiempo estaba logrando entrar en el Hockey profesional. La idea de trabajar como "cazarecompensas" era algo que seguía teniendo en cuenta, siempre y cuando llegue el momento en el que fracase con el Hockey. Visto lo visto, estaba cerca de cumplir con su meta.
El que Nora empezase con su oficio de inspectora no era ninguna sorpresa, aunque sí lo fue todo lo que tenía que contar tras el poco tiempo ejerciendo.
Resulta que dicho puesto es más similar a criminóloga como en realidad le parecía.
Tenía a su alcance muchos seguimientos de los criminales de la ciudad. Era todo un lujo que le llegaran las pistas a sus oídos, lo que se resumía en la inminente captura de los maleantes a los que se debían seguir hasta capturar.
A todos les pareció de lo más interesante y convetiente, dado que el papel de Nora como inspectora les facilitaría el trabajo de capturar a ciertos enemigos que continuaban sueltos por la ciudad.
Estaba a la vista de que a Donatello no le hizo mucha gracia aquello por la expresión de desaprobación reflejada en su rostro. Todo lo contrario con su novia, Nora mostraba una actitud dispuesta —al menos— de intentarlo.
Roth no se quedó atrás para participar en la tertulia. Compartió las experiencias arqueológicas que se había llevado consigo en lo que había trabajado durante todo el año, desde las típicas excavaciones y hallazgos, hasta incluso persecuciones que parecían dignas de las películas de Indiana Jones.
Entre unas cosas y otras, se compartieron bastantes conversaciones a lo largo de la comida. Era una buena ocasión para ponerse todos al día conjuntamente, cosa que no estaba de más aprovechar.
❇
Keyla se despertó de la siesta con el llanto que anunciaba su hambre. Sara se encargó de atenderla en lo que recogían la mesa después de haber terminado la tertulia en la cocina.
Continuaron hablando en el salón tranquilamente como de costumbre. Dadas las circunstancias de que algunos debían regresar a sus estudios y ocupaciones, estaba llegando el momento para algunos de tener que abandonar la guarida.
No sin antes concretar un plan en grupo puesto que se acercaban ciertas fechas.
April: Ha sido genial estar con vosotros, además de conocer a la pequeña Keyla. —Sonrió la pelirroja observando a Sara regresar con la bebé en sus brazos.—
Casey: Ha sido una experiencia nueva para la colección sin duda. —Alargó una de sus manos y jugar con una de las manitas de la bebé. Sonrió con ternura cuando la pequeña se rió.— Es una monada.
Sara: También nos ha encantado que la conozcáis. —Miró a la bebé enternecida por la forma en la que el desdentado la hizo reír.— ¿Verdad, preciosa?
Leo: Gracias por venir a conocerla. —Agradeció Leonardo a la pelirroja y al desdentado. Les devolvieron el gesto sonrientes.—
Raph: Supongo que los Mutanimales también querrán conocer a la descendiente. —Sugirió Raphael recordando a dicho grupo amigo de mutantes.—
Lara: De hecho, habría que pensar en hacerles una visita, incluso organizar algo como una reunión. —En voz alta pensó Lara. Frunció el ceño encogiéndose de hombros cuando observó en los demás esas caras de aprobación.— ¿He dicho algo brillante y no me he dado cuenta?
Donnie: Más brillante que todas las ideas de Mikey juntas. —Burlón respondió observando la reacción de su hermano.—
Mikey: ¡Hey! Mis ideas son brillantes en los momentos más oportunos. —Defendió Michelangelo orgulloso de sí mismo.—
Nora: Ya veo por donde vais. Dado que se están acercando las fechas navideñas, sería estupendo hacer una cena Navideña. —Propuso la rubia con ilusión.—
Lara: Suena bien. —Aprobó la idea asintiendo conforme. Miró a su prometido quien también se mostraba de acuerdo.— Eso sí, avisad con tiempo los que pensáis venir y los que no pueden por lo que sea.
Sara: Podríamos hacerla en la mansión, hay sitio para todos los que quieran apuntarse. —Dirigió la vista hacia el de azul, aparentemente, estaba reflexionando la idea.—
Leo: Me parece bien. —Asintió sonriente el de azul aceptando la propuesta.—
Mikey: ¡Bien! —Alegremente celebró dando saltos de alegría.— ¡Me encanta la Navidad.
April: Estupendo. —Se unió al pecoso para celebrarlo.—
Nora: Sólo espero que no surgan inconvenientes, sería un bajón. —Resopló Nora y se apretó los labios con decepción.—
Casey: Bah, no te preocupes, seguro que todos podremos. —Tranquilizó a la rubia con optimismo.—
Lara: Pues ya tenemos plan. —Concretó sonriente la pelirroja.—
❇
Leonardo se esperó al momento oportuno para tener un rato a solas en el dojo y meditar por un rato. No quería ausentarse demasiado ya que estaba ilusionado por pasar tiempo con su hija ahora que ya había nacido.
Había una parte de él que no terminaba de creerse que había sido padre de una hija, que aunque no fuese una tortuguita, se parecía mucho a él.
Un gran sentimiento de felicidad permanecía en él desde que la pequeña Keyla nació durante la madrugada. Pero otra parte de él estaba triste, la dolorosa ausencia de Splinter le hizo mucho daño en su momento, pero nada comparado con el nacimiento de su hija, sin su presencia.
La realidad es que Leonardo se enfrentaba a una lucha constante por seguir adelante. No es que estuviera deprimido la mayor parte del tiempo, pero sí momentos en los que sufría en silencio.
El tener a su hija entre ellos estaba ayudando a aliviar ese dolor en sí mismo. Desde el principio sabía que su bebé lo ayudaría a sobrellevar ese dolor que guarda en lo más profundo de su corazón.
Keyla significaba una alegría entre sus hermanos desde que Splinter se fue, para él tenía un significado mucho más allá. Apenas llevaba unas horas siendo padre y empezaba a ser capaz de comprender ese sentimiento paterno que Splinter siempre ha mantenido por Karai, su pequeña Miwa.
En este momento Leonardo entendía muchas cosas después de tanto tiempo.
Ser el padre de dos familias no era una más de las responsabilidades con las que ha tenido que lidiar, mucho menos una carga que sólo él debe encargarse. Es un regalo, uno que no cualquiera podría valorar como él.
Para Splinter tener a Miwa con Shen fue lo mejor que le pudo haber pasado en su vida como humano. En su vida mutante, las tortugas fueron una salvación para él. Haber formado dos familias era lo mejor que había conseguido de su existencia.
Era frustrante para Leonardo entender a su padre a estas alturas, que no estuviera presente para decirle lo mucho que lo comprendía. Aunque de alguna manera estaba seguro de que Splinter es consciente de ello.
Toda esta reflexión consigo mismo le llevó un rato, lo suficiente como para dejar a un lado la meditación y regresar con su familia. Ahora más que nunca, quería sentir la fortuna de su primer día como padre.
❇
Estaba muy cerca de anochecer cuando se pusieron de acuerdo en regresar a la mansión.
Leonardo y Roth querían asegurarse de que Sara y Keyla estabaen las mejores condiciones para la vuelta en el partybus. Antes de dar pie al regreso a la mansión, Donatello ya le informó a Sara lo que debía saber.
De primeras, era evidente que Sara debía mantenerse en reposo al menos unos días hasta recuperar su estado tras el parto. El hecho de que continuase con la barriga de embarazo iba a ir en descenso durante los próximos meses.
Después de recuperarse adecuadamente, puede aportar ejercicio al progreso de regresar a su figura normal. A parte de eso, dependía de ella el tiempo que tenga previsto mantener la alimentación de Keyla con lactancia.
Y por supuesto, cualquier aspecto sospechoso que pueda afectar a la salud de la pequeña avisar cuanto antes para ponerle solución lo más pronto posible.
Una vez se aseguraron de que no había ningún inconveniente, montaron el partybus en dirección a la mansión. Roth nuevamente se puso al volante dejando espacio a Leonardo para poder estar junto con su mujer y su hija en el viaje.
Raphael y Lara decidieron quedarse a pasar la noche, por no hablar de que en cierto modo les daba un poco de lástima dejar a Donatello y Michelangelo después de todo el día juntos en grupo.
El viaje hasta la mansión había sido notoriamente corto a comparación del día anterior. Suerte que a lo largo de los meses tenían todo lo necesario para el cuidado de Keyla y su comodidad.
No había nada mejor que regresar a la mansión con su hija entre ellos. El primer día de Leonardo y Sara como padres estaba siendo toda una experiencia para ambos.
La incógnita estaba en cómo iba a ser la primera semana.
❇
A la vista está de que este cap me ha salido más corto como de costumbre.
La verdad es que me gustaría que me salieran más o menos así, aunque en este caso no tenía mucho que hacer más que redactar el primer día de Sara y Leo como padres y que los amigos más cercanos del grupo conozcan a Keyla.
Me he pasado con la narración y que normalmente no suelo narrar demasiado, pero tenía que recordar lo que se están dedicando April y Casey.
No es que no los quiera sacar en los capítulos, son tantas las cosas que quiero hacer que tengo que dejarlos al margen.
Pero ah... estamos muy cerca de conocer no sólo a una, sino a dos personas que van a ser importantes para Casey.
Como dentro de un tiempo, también habrá una persona especial para April.
Y sí, por primera vez, voy a hacer un capítulo Navideño. Hace bastante tiempo que estuve a punto de hacer un capítulo de Navidad, pero como visteis hubo cambio de planes.
Y bien, ¿qué os ha parecido el nacimiento de la pequeña Keyla? 🥰
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