Capítulo 8
Era la temporada del mundial de quidditch, mi tío Balian me había invitado, ya que mi primo Damien iba a jugar con el equipo de los búlgaros.
Le dije que iría con Cedric, ya que este iría con su padre, entonces nos veríamos en la tienda que alquilo.
Iba caminando del brazo de Cedric, el padre de este tenía el traslador que nos llevaría al estadio.
Escuché una voz familiar, me volví y sonreí al ver a los chicos.
—¡Arthur! aquí tengo el traslador —exclamó el padre de Cedric sonriendo.
—¡Amos! —saludó el señor Weasley con alegría mientras estrechan manos —. Amos Diggory, trabaja conmigo en el Ministerio. Me parece que ya conocen a su hijo Cedric, y creo que no tengo el gusto de conocerte linda —dijo Arthur viéndome curioso.
—Papá, ella es Helianna Hufflepuff, de la que te había contado —dijo Ron sonriendo.
El señor Weasley abrió los ojos sorprendido.
Cedric que estaba a mi lado rió bajo.
—Por supuesto, señorita Hufflepuff es todo un placer conocerla, he visto a su padre en el Ministerio, es un gran hombre —exclamó estrechando mi mano, sacudiendola de forma exagerada, Ron me vio apenado.
—Es un gusto señor Weasley —sonreí.
Cedric saludo a los chicos, Hermione y Ginny la hermana menor de Ron lo vieron de forma embobada, sonreí divertida.
Arthur y Amos empezamos hablar mientras yo saludaba al trío de oro, usualmente nos escribíamos cartas, pero desde el primer año no nos veíamos.
El padre de Cedric le preguntó a Arthur si todos eran sus hijos, entonces este presentó a Harry y Hermione, Amos al escuchar el nombre de Harry se sorprendió.
—Cedric me habló de ti, del partido del año pasado, eso fue histórico ¡mi muchacho le contará a sus nietos que venció al gran Harry Potter! —dijo Amos orgulloso.
Bajé la cabeza para que no me vieran reírme, Cedric me codeo mientras los veía incómodo.
—Te dije que había sido un accidente papá, Harry se cayó de la escoba... —dijo, pero Amos lo interrumpió.
—No seas modesto Ced, siempre caballeroso, ganó el mejor y estoy seguro que Harry diría lo mismo ¿o no? no necesitas modestia hijo mío —siguió hablando Amos.
Sonreí de lado y agarré el brazo de Cedric, este me vio apenado, negué viéndolo divertida.
—Bueno, ya casi es hora. No esperamos a nadie más ¿o sí, Amos? —preguntó Arthur.
—No, sólo nosotros —sonrió.
—Perfecto, entonces hay que prepararnos —dijo el señor Weasley —solo hay que tocar el traslador ¿entendido? con un dedo es mas que suficiente —explicó.
Hicimos un círculo, tomé la mano de Ced y toqué con mi dedo la bota.
En Beauxbatons una de las clases era como viajar de diferentes formas, una de ellas era el traslador, era complicado ya que las primeras veces terminaba aterrizando de un aula a otra, pero pude aprender con el tiempo.
El señor Weasley contó, sentí el familiar jalón.
Los señores Weasley y Diggory, Ced y yo fuimos los únicos que bajamos bien, los demás cayeron al suelo.
Sonreí divertida mientras ayudaba a levantar a Hermione.
____
Luego de llegar al campamento nos separamos.
—Nos vemos en el estadio —se despidió Ced besando mi mejilla, ya que nuestros asientos no estaban tan lejos.
Caminé rápidamente, esquivando brujas y magos, sonreí al ver en una tienda a mi primo Caden, quien hacía señas para llamar mi atención.
El tío Balian era el mayor de los 5 Antonov y era el único de mis tíos que había tenido hijos, Damien era el mayor que tenía diecinueve, y Caden tenía diecisiete.
Caden cursa su último año en Durmstrang, por el contrario Damien ya había terminado sus estudios en Durmstrang, ahora era parte del equipo de los búlgaros, siendo cazador.
Ambos viven en el refugio con su padre y nuestros otros tíos, así que no los veía mucho, solo en vacaciones cuando los iba a visitar, los dos son muy parecidos a Balian, ambos con cabello castaño claro y ojos grices.
—Lia —dijo Caden abrazándome con fuerza —. Vean quien acaba de llegar —exclamó cuando entramos a la tienda.
Damien estaba limpiando su escoba mientras hablaba con su padre, ambos al verme sonrieron.
—¡Mi pequeña Lia! —exclamó Damien con su acento búlgaro, este me abrazó mientras besaba mi cabeza.
Tío Balian sonrió y me abrazó.
Estuvimos hablando, luego de unas horas este se despidió para terminar de prepararse con el equipo.
Cuando faltaba poco me cambie a un lindo vestido negro, Caden me puso una bufanda de los colores del equipo de los búlgaros.
—Hora de irnos pequeños dragones —dijo tío Balian divertido y salimos de la tienda.
Caden tomó mi mano ya que la mayoría de brujos también iban de camino al estadio, al llegar Balian saludó a algunos magos, íbamos bajando las escaleras cuando nos topamos a los chicos, iba a sonreirles pero vi como dos personas se pudieron al frente de ellos.
—Pongamoslo de esta manera, si llueve ustedes serán los primeros en saberlo —dijo un señor de cabellera platinada.
—Nosotros vamos donde estan los del ministerio, por invitación personal del mismísimo Cornelius Fudge —sonrió el más joven.
—Draco deja de alardear, son personas sin importancia —dijo el hombre.
¿Draco? era el idiota de Malfoy y supongo que su padre.
Vi seria como el padre de Malfoy tomó con su bastón la manga del suéter de Harry.
Caminé rápidamente y empujé el hombro del hombre para que se separaba, me volví fingiendo sorpresa.
—Oh no, que despistada soy, lo siento tanto señor —hablé con marcado acento francés, mientras hacía una mueca.
Draco me vio de arriba a abajo y sonrió coqueto, al aparecer no recuerda quien soy.
El señor me vio y sonrió.
—No es nada querida —dijo y tomó el hombro de Draco para continuar bajando.
Rodé los ojos haciendo una mueca.
Harry me vio y sonrió agradecido.
—Te debo una —dijo apenado.
—No es nada, al parecer ser un idiota es de familia —dije y me despedí de ellos para ir a nuestros asientos que estaban detrás del ministro.
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