𝕏𝕀𝕍. ℝ𝕖𝕘𝕒𝕝𝕚𝕥𝕠𝕤

Y este capítulo va dedicado a

Jelen71993 y Daydream-w-

quienes se acercaron más a la cantidad de palabras en este capítulo, teniendo un total de 7610 palabras uwu

so, let's start with this soft bullshit uwu



— ¿Ya puedo abrir los ojos?

—No todavía, primero deja que entremos a la casa.

— ¡Pero Yoonie~!

—Nada de berrinchitos, omega —le regaña a la par que abre la puerta de la casa y, finalmente, le toma de la mano para entrar lo antes posible.

     Pues no solo JiMin está impaciente por recibir sus sorpresas, YoonGi ansía ver la expresión en su cara cuando vea todas las maravillas que ha estado preparando para él desde hace un mes.

—Prométeme que no te vas a enfadar con las cosas que preparé para ti—le suplica, apretándole ambas manos.

—Lo prometo, ya me resigné a tu terquedad por darme regalos.

—Minnie, no todos los regalos son para ti. Tengo tres preparados, solo dos son tuyos —susurra directo en sus labios, sorprendiéndolo luego con un beso sediento que es correspondido de inmediato.

— ¿Para quién es el otro regalo, entonces? —Pregunta tras tomar aire nuevamente, pues el beso húmedo le dejó sin aliento.

     Como respuesta, YoonGi le retira el impermeable y lleva ambas manos a la pancita, regalándole suaves caricias por encima de su suéter.

—Para ella.

—Yoon... —se le escucha sollozar, el paliacate que le cubre los ojos de pronto se humedece.

—Ven —lo rodea con un brazo, guiándolo de a poco hasta el pasillo.

     YoonGi abre cuidadosamente la puerta de esa habitación, provocando el mínimo ruido posible. Su corazón se acelera cuando llega el momento de retirar el paliacate de los ojos de su pareja, sentimiento que también logra alterar al omega.

—Este es el regalo para ella —y deja caer la prenda para permitir a JiMin una clara visión de esa maravillosa sorpresa.

—Yoon, e-esto es...

—Entra —le incita a modo de empujoncitos. Si por YoonGi fuera, estaría brincando de felicidad como un niñito.

     Sin embargo, es JiMin quien comienza a reaccionar así.

— ¡Yoonie esto es fantástico! —Llora y ríe, brinca tanto como su pesado cuerpo se lo permite, saciando su vista de todo lo que tiene alrededor.

— ¿Sí te gusta?

— ¡Claro que me gusta! ¡Me encanta! ¿Hiciste esto tú solo?

—No, le pedí ayuda a JiYong, perdón —confiesa sintiéndose un poco culpable, pues se supone que nadie debía entrar a casa durante el resto del embarazo.

—No pidas disculpas —aún risueño y con lágrimas en los ojos, se acerca para abrazar a su alfa—. JiYong es un beta, no puede dejar olores aquí.

—Por eso fue que pedí su ayuda —suspira aliviado—. Y él estuvo más que encantado por ayudar.

—Pues pintaron demasiado bien esta habitación y la cenefa quedó increíble, no me equivoqué al elegir esa. ¡Todo se ve tan adorable! ¿Pero por qué esa pared está sin pintar?

—Porque ahí va el paisaje que nosotros vamos a pintar, ¿recuerdas?

— ¡Sí! —Da brinquitos y aprieta fuerte a Yoongi. Luego, se percata de algo más que no había notado en la habitación—. ¿Qué es eso?

—Te mostraré —sintiéndose bastante nervioso, YoonGi retira lentamente la sábana que oculta lo que seguramente va a provocar más lágrimas de felicidad—. Recuerdo haberte escuchado decir que con esto de la cuna sería un cincuenta-cincuenta, así que yo ya hice mi cincuenta...

      Al quitar la sábana, JiMin queda asombrado por lo que ve: es el armazón de la maravillosa y soñada cuna que le mostró a YoonGi hace tan solo una semana. ¿Cómo fue que pudo hacer todo en tan poco tiempo?

— ¿Cómo es posible...?

—Pedí ayuda, obviamente —ríe YoonGi—. JongHo, el alfa de Hobi, es carpintero, uno muy hippie, así que le mostré la foto y le pedí que utilizara materiales reciclados tal y como querías. Y aquí está... el otro cincuenta es el colchón, porque yo me encargaré de pintarla y tú del resto de la decoración. ¿Qué te parece la idea?

— ¡YoonGi, es fantástico! —Chillando de felicidad, se abalanza contra su alfa y le llena la cara de lágrimas y besitos. ¡Está tan eufórico que ni siquiera puede respirar bien!

     Nunca había llorado y reído tanto en un solo día, definitivamente este había sido su mejor cumpleaños.

— ¿Entonces no estás enfadado?

—Ya te dije que no —se separa de él y comienza a curiosear alrededor del armazón de la cuna, fijándose que, en efecto, está justo del tamaño perfecto para la comodidad de todos—. Muchas gracias, amor. A YongSun le va a encantar dormir en este lugar.

—Incluso podemos poner una sábana encima para evitar que le entre la luz y duerma mejor, para eso tiene esos pequeños ganchos en cada extremo, son lo suficientemente firmes incluso para sostener algún móvil.

—Definitivamente es perfecta, me aseguraré de encontrar las sábanas más bonitas y el colchón más cómodo —le da un último vistazo y se inmiscuye entre los brazos de YoonGi, permitiéndose olfatearlo por completo para llenarse de su aroma luego de un ajetreado día sin poder sentirlo cómodamente.

     Ahora que están en silencio, abrazándose y llenándose de la esencia del otro, por fin pueden sentir que valió la pena el montón de emociones extremas que vivieron durante el día.

— ¿Estás listo para los siguientes regalos?

— ¿Tengo opción?

—No, ven —le toma de la mano urgentemente y lo guía hasta el estudio, donde todo parece estar imperturbable, sin ninguna señal de un regalo.

— ¿Me darás una pista de lo que es?

—No —se burla y le saca la lengua—. Mejor velo por ti mismo, pero antes tienes que responder una pregunta.

— ¿Será una especie de acertijo?

—No. La pregunta es: ¿dónde fue el último lugar en el que guardaste tu caja de fotografías?

— ¡Min maldito YoonGi! —Refunfuña al darse cuenta de que YoonGi hizo muchas travesuras y le hizo creer que él mismo había perdido su caja de fotografías.

—No has respondido mi pregunta —ríe con travesura—. ¿Dónde viste por última vez tu caja?

—En el mueble donde guardo mis hilos —se cruza de brazos, haciendo un puchero.

— ¿Qué te parece si buscas ahí una vez más? Tal vez estaba muy escondida y no te diste cuenta...

— ¡Ush, YoonGi, debí haber sabido que tú estabas detrás de esto!

     Y a pesar de su berrinche, va y busca cajón por cajón, hasta que da con el último, ese que había designado especialmente para su Polaroid y sus fotografías.

—Hay un regalo aquí, no veo por ningún lado mi caja de fotos —lo voltea a ver, señalando con curiosidad la caja marrón decorada con un listón rojo.

— ¿Y si abres el regalo? Tal vez eso te dé una pista de dónde pueda estar —se acerca cautelosamente a él.

     Completamente confundido, JiMin se sienta en el suelo y toma la caja entre sus manos, deshace el moño con cuidado de no dañarlo y le quita la tapa. Adentro está su cámara y la caja con las polaroids en blanco, no hay rastro de sus fotografías pero hay algo más...

— ¿Qué es esto? —Pregunta con una sonrisita tímida.

     YoonGi se sienta frente a él y decide presentarle a JiMin el regalo tal y como lo estuvo ensayando toda la semana.

—Esto es tu nuevo álbum fotográfico, adentro están todas las fotos que has tomado, ordenadas por fecha —y entonces saca de la caja ese libro envuelto en una suave tela rosa y esponjosa—. Tomé prestada tu máquina de coser para hacer la cubierta, para esto no necesité ayuda...

—Yoon, pero tú no sabes coser —ríe burlándose de su alfa—. La primera y única vez que lo intentaste, casi adhieres tu dedo a la camiseta que querías arreglar.

—Sí, por eso tuve que aprender a escondidas mientras tú trabajabas —se muestra aún más tímido—. Quería hacer todo con mis propias manos, así que estuve todo el mes intentándolo hasta que salió, perdón si las costuras están un poco torcidas.

—Amor, esto es lo más lindo que has hecho por mí —le quita el libro de las manos y lo observa a detalle. Sus ojitos se llenan nuevamente de lágrimas al ver el magnífico trabajo que YoonGi hizo. Y sí, las costuras están un poco torcidas, pero los cortes están hechos a la medida del libro y con eso basta para conmover su corazoncito.

— ¿Entonces ya puedo abrir mi propio taller de costura?

—Ni de broma, mejor pídele a JK que te esneñe —sonríe y levanta la tapa del libro. En la primera página, hay un mensaje escrito a mano, firmado con el nombre de su alfa y con montones de corazoncitos dibujados a su alrededor:


     "Para mi JiMinnie, el omega dueño de mi corazón:

     Hice este álbum especialmente para ti, para que lo llenes de hermosos recuerdos que más adelante mostraremos a YongSun. Lo hice pensando en todas esas cosas que tú amas: la fotografía, la costura y tu magnífico afán por capturar cada momento especial en una imagen, todo eso reunido en un solo lugar para hacerte muy feliz en tu día especial.

     Espero que cada vez que abras este álbum para ver tus recuerdos, tu corazón se sienta bien, porque tú, mi alma gemela, mereces felicidad en dosis enormes. Espero que tu colección de buenas memorias se haga tan grande que necesites otro álbum para guardarlas, espero que nunca te falten motivos para sonreír, espero que cada fotografía guardada aquí siempre te transporte a una buena época. Sin embargo, recuerda siempre que la mejor época para vivir es el hoy: donde estamos juntos, donde puedo verte amar cada una de tus pasiones, donde disfrutamos nuestro día a día inmersos en nuestra propia burbuja, donde contamos con todo lo que necesitamos para ser felices.

     Con todo el amor que me sobra para ti,

     Tu Alfa, Min YoonGi."


—Si el siguiente regalo que tienes para mí me hace llorar, te golpearé —le regaña JiMin.

     No pudiendo aguantar más, se suelta llorando tan fuerte como puede, siendo acurrucado nuevamente en el pecho de su alfa.

—No era mi intención hacerte llorar tanto —le dice al oído mientras le acaricia la espalda—. Pero creo que eso significa que te gustó mucho todo lo que te he dado hoy. ¿No es así?

—Sí, todo ha sido perfecto —se aleja para limpiar sus lágrimas con la manga de su suéter—. Gracias, Yoon... esto del álbum es tan hermoso y detallado, me encanta que lo hayas hecho tú mismo. Eres el alfa más tierno y dedicado del universo, te amo por montones, como no tienes idea.

—Solo soy así porque me encanta sorprenderte, pero me siento como si fuera un niño que le da a su mamá un regalo hecho de sopitas que hizo en el Kínder.

—Bueno, supongo que así de conmovido me sentiré cuando YongSun nos dé ese tipo de regalitos que hará en el Kínder —ríe JiMin, acariciando su panza de manera automática.

—Seguro sus trabajos hechos de sopitas superarán el trabajo que me costó hacer esa cubierta —YoonGi se sonroja, abultando su labio que JiMin se apresura en ir a morder, porque le encanta cuando su alfa hace ese tipo de cosas, cuando se avergüenza siempre luce tierno y apachurrable.

—Deja de compadecerte de ti mismo y muéstrame el siguiente regalo —le regaña tras apretarle las mejillas.

—Sígueme —le hace una seña con la cabeza y, esta vez, ya no hay sonrojo en sus mejillas blancas, sino más bien un semblante provocativo porque ese último regalo, sin dudas, YoonGi piensa que es el mejor de todos.

     JiMin le sigue los pasos hasta su habitación, donde esta vez el regalo se encuentra encima de la cama. Es una fina caja blanca con un listón aperlado, luce como si fuera un regalo de bodas o algo así, a juzgar por los toques dorados que adornan la caja.

— ¿Qué es?

     Ambos se sientan en la cama, JiMin toma la caja y la examina cuidadosamente. Es bastante ligera, como si no llevara dentro muchas cosas.

—Recuerdo haberte escuchado decir que solo me aceptarías un regalo de cumpleaños si se trataba de ropita sexy o comida...

— ¿Y es esto un conjunto de lencería? —Levanta una ceja y sonríe perversamente.

—No, son chocolates —le empuja ligeramente y se ríe con travesura—. No preguntes y ábrelo...

     Y bueno, adentro no hay precisamente chocolates... sino dos tipos de prendas de vestir que de inmediato encienden las mejillas de ambos.

—Eres tan perverso —le acusa entre risas y saca la primera prenda de la caja.

     Se trata de un camisón blanco, de tela ligerísima, luciendo un par de holanes en la parte de abajo y dos tiernos moños en cada grueso tirante. Si mucho, esa prenda le alcanzará a cubrir poco más allá de los muslos.

—Pensándolo bien, ese también cuenta como un regalo para mí porque he estado fantaseando contigo vistiendo uno de estos desde que empezó el embarazo —confiesa YoonGi, evitando hacer contacto visual.

—Tan egoísta mi alfa primitivo, solamente pensando en sus propios placeres —burlón, le saca la lengua y deja el camisón de lado para ver la siguiente prenda.

—Sabes que mi placer siempre es el tuyo, Minnie —ladea su boca en una sonrisa efectivamente perversa, causante del enorme calor que JiMin empieza a sentir.

     Y la segunda prenda es algo más provocativo, incluso rayando en lo tierno, pero demasiado sexy al mismo tiempo. Se trata de un conjunto rosa de dos piezas, corpiño y panties, hecho de una tela mucho más fina que la del camisón, obviamente diseñada para hacer de la transparencia algo sensual; luce unos bordes muy plisados que seguro le darán un volumen increíble al cuerpo de JiMin.

—YoonGi... son preciosos —hablando en voz baja, se acerca al rostro de su amor para besarle los labios lentamente.

— ¿Cuál quieres usar hoy? —Con sus ojos cerrados, se deja guiar por los lentos besos que ahora JiMin deja en su cuello.

—El camisón —le contesta en el oído—. El otro... ¿Te gustaría que lo usara cuando me crezcan los pechos? Pienso que luciría mucho más sexy.

—JiMin —abruptamente, le toma una de las muñecas y dirige la mano ajena a su entrepierna—. Mira lo que acabas de provocar con ese comentario.

—Hmm... ¿A Yoonie le excita pensar en su omega con los pechos inflamados por la leche?

—Minnie... te necesito —jadea repentinamente, pues JiMin ha tomado el control al frotar su mano por encima del pantalón de YoonGi. Su erección alcanza la máxima dureza, necesitando salvajemente el interior del omega.

— ¿Aquí o en el nido?

—Donde quieras, pero déjame tomarte...

—Muy bien, alfa calenturiento —se separa de él y toma el camisón de la cama—. Voy a tomar un baño primero. Para cuando yo salga, te quiero desnudo y listo para complacerme.

—Qué injusto. ¿No puedo bañarme contigo?

—Si te bañas conmigo, inevitablemente me harás el amor y no me quedarán energías para hacerlo con el camisón puesto.

—Ush, está bien —hace un puchero y se cruza de brazos.

—No me tardo, alfa berrinchudo —le da un beso en la mejilla y corre a encerrarse en el baño antes de que la cosa se caliente más y termine por arrastrarlo al baño para que le haga el amor en ese momento.

     Luego de un largo y emocionalmente exhaustivo día, JiMin toma un tranquilizante baño de tina, ayudado de sus confiables sales que le ayudan a deshinchar sus tobillos, los cuales cada vez empiezan a molestar más a medida que el embarazo avanza.

     Mientras está recostado en la tina, desnudo y respirando el suave vapor con olor a lavanda, se permite acariciar su cuerpo pacientemente, empezando por la panza que sobresale del agua y parece estar cada vez más grande, tanto que ya ni siquiera puede ver su propio pene incluso si se agacha al máximo.

     Finalmente, tras un relajante lavado de cabello y un dificultoso pero necesario tallado de espalda, deja ir el agua y se quita el resto del jabón con la ducha caliente.

     Envuelto en su bata esponjosa, al igual que esta mañana, se mira al espejo pero ahora con mayor aceptación de los cambios que su cuerpo está sufriendo. Tras secarse, se retira la bata para admirarse con más detalle.

     Ahora se da cuenta de que YoonGi tenía razón: esa estría realmente no es fea y no le hace ningún mal a la belleza que ya posee. Con su dedo índice la remarca y sonríe para sí mismo, amando intensamente su embarazo y todo lo que este conlleva.

     Porque ahora él sabe que todas las marcas en la piel cuentan una historia, y precisamente sus estrías serán como sus fotografías instantáneas: le recordarán siempre todas las cosas hermosas vividas en la época de la espera por su primer cachorrito, producto del amor tan sólido que le une a su alfa.





     Con su cabello seco y peinado, un poco de bálsamo labial rosado, las uñas de los pies pintadas de rojo y, como ornamento final, el precioso camisón blanco, JiMin finalmente hace presencia en la habitación, encontrándose con una escena tan cliché como romántica: YoonGi vistiendo su propia bata blanca esponjosa, sin nada más debajo, sentado en la cama esperándolo ansiosamente. Alrededor de la cama, tanto encima de los muebles como en el piso, hay algunas pequeñas velas aromáticas dentro de sus frascos y la pieza solamente está iluminada por ellas y la lámpara sobre la mesita de noche, tornándola cálida y agradable.

—Te tomaste tu tiempo, amor —dice YoonGi, invitándolo a acostarse junto a él.

—Claro, no podía tener mi sexo de cumpleaños luciendo simple, hasta pinté las uñas de mis pies.

—Te ves precioso, como un ángel —se pone un poco tímido, pues ver a su omega luciendo ese camisón y además portando su siempre celestial sonrisa, le hace sentirse poco merecedor de tanta belleza. Sin embargo, él es el único que tiene derecho de poseer a un ser tan etéreo como JiMin.

—Lo sé —se sienta a un lado de YoonGi, descaradamente le acaricia sus blancas piernas por debajo de la bata—. Tú también te ves hermoso, sobre todo ahora que estás siendo tímido.

—Es que siento como si lo hiciéramos por primera vez. ¿Recuerdas cómo estábamos ese día?

—Urgidos, más que nada —ríe JiMin y se sonroja de solo recordar lo descarado que se comportó cuando tuvieron sexo por primera vez.

—Y yo no sabía qué demonios hacer, estaba muy caliente pero también en shock. Te quitaste la ropa tan rápido que no te pude apreciar.

—Es que ya no aguantaba más, fui muy irracional, pero no me arrepiento de nada. Lo disfruté muchísimo, en ese momento no me importaba nada ni nadie, solamente estar contigo.

—Los dos fuimos irracionales —se sienta frente a él y le toma ambas manos—. ¿Crees que de haber esperado más tiempo, nos hubiera ido mejor al principio de nuestra emancipación?

—Yo creo que de todas formas todo se iba a descontrolar, hiciéramos lo que hiciéramos, estábamos destinados a afrontar una catástrofe enorme.

— ¿Crees que nos extrañen allá?

—No lo sé, pero yo no extraño allá. ¿Tú sí?

—Sólo a Byul —suspira nostálgico—. Si te parece bien, me gustaría intentar contactarla para invitarla al baby shower. ¿Estás bien con eso?

—Claro, es un ser querido para ti y además ella nos ayudó. Todo aquel que nos haya apoyado para ser lo que somos ahora, merece ser considerado un amigo.

—Minnie, eres asombroso, siempre voy a estar agradecido con el destino por haberte asignado como mi pareja, eres y siempre serás el principio y el fin de mi felicidad.

—Ven aquí, mi alfa cursi —le extiende los brazos, ofreciéndole todo de sí. Una vez que están entrelazados cálidamente, JiMin le susurra en el oído: —Tómame esta noche y todas las que nos queden por delante, mi amor.

     Y justo esa es la señal que YoonGi estaba esperando para poder iniciar, pues tener a JiMin tan dispuesto y bien vestido era como tener un platillo delicioso pero no saber por dónde empezar a comerlo por temor a arruinar su belleza.

     Voraces y húmedos son los besos que ahora resuenan en toda la habitación, vivaces son los movimientos de JiMin a pesar de estar cargando con su panza.

     Al abrir la bata de su alfa, la excitación de este le llama como el canto de las sirenas, llevándolo así a probarla tal y como le ha fascinado hacerlo desde siempre.

— ¡Ah, Park JiMin~! —Hacia arriba y hacia abajo, profundo en su garganta y luego desquiciantemente placentero en la punta, así de fácil es sacarle gemidos a YoonGi, quien con desespero se sostiene de esos cabellos dorados que tanto ama.

     Sus piernas tiemblan ante la magnífica habilidad del omega, tan obscenamente perfecto que incluso dando sexo oral y provocando ruidos húmedos es imposible encontrarle algún defecto, mucho menos cuando presume esos labios de cereza que aprieta con maestría alrededor de la erección, frotándose de vez en cuando la punta sobre ellos, regodeándose de su belleza y a la vez alterando gravemente la libido de su hombre.

     Al dejar su posición, JiMin se sienta a horcajadas en el regazo de YoonGi, con las piernas bien abiertas y el camisón colgando elegantemente de su panza, dejando tan solo un pequeño tramo para apreciar la erección goteante de JiMin.

     Bajo esa prenda, él se siente libre de moverse y le fascina que YoonGi pueda tener fácil acceso a sus atributos con tan solo meter su mano debajo de él. Y precisamente con esa intención es que el alfa se atreve inmiscuirse para acariciarlo por completo, desde su redondo trasero hasta la fina espalda, luego yendo al frente a través de sus caderas, paseándose sin restricción alguna por esas zonas erógenas que hacen gritar de placer a JiMin. ¿Y por qué no? También se dirige hacia sus pezones, amasando a mano abierta y besándole el cuello en el camino.

     El lobo de YoonGi realmente desea ver esos pechos hinchados por la leche que le proveerá alimento a su cachorro, es un deseo tan primitivo que no se puede diferenciar entre el instinto y lo que lo hace sexualmente deseable para su lado humano. Pero importándole poco esa línea divisora, YoonGi de todas formas sigue tocándole ambos pechos y anhelándolos en sobremanera.

     Y para JiMin podría tratarse de lo mismo, pues en este momento están tan sensibles que es un completo placer para él recibir caricias en ese lugar.

     Cuando ese gran par de manos se dirige hacia la panza, JiMin se aferra al cuello contrario para realizar su ya tan acostumbrada tarea de morder. Después de todo, su lobo estuvo necesitando ese contacto todo el día. Y justo ahora, cuando la necesidad sobrepasa la razón, sus dientes se hincan con más fuerza que nunca.

     Al sentir el dolor de la mordida, YoonGi gruñe fuerte y le aprieta el trasero, dejándoselo marcado de rojo. Pero luego ese dolor se transforma en placer puro cuando JiMin le lame por encima y además deja algunos besos en otros lados, dejando desnudo de a poco al alfa con sus manos discretas y habilidosas.

     Se deshace de la bata tan rápido como puede, porque necesita posar sus brazos en esos fuertes hombros desnudos mientras monta a su hombre mientras puede, pues el próximo mes ya no tendrá espacio ni fuerzas para lograrlo.

— ¿Quieres empezar arriba? —Le susurra directo en la línea media de su pecho, regando besos, sosteniéndose del trasero esponjoso ahora por encima del camisón.

—Sí, quiero montar a mi alfa mientras aún pueda moverme sin morir de cansancio —ríe y luego gime dulce, embebido por completo en las caricias de su amor.

—Entonces desata toda tu energía esta noche, cariño.

—Y también quisiera pedir otro deseo de cumpleaños —le susurra sugerentemente al oído, con voz tenue y enfatizando el movimiento en sus caderas que genera un dulce roce entre su erección y la de YoonGi.

—Lo que quieras, mi cielo —le mira a los ojos, encontrándose con una sonrisa traviesa que solamente le comunica una cosa: JiMin tiene una idea lasciva.

—Quiero probar la leche de mi alfa esta noche —se acerca para besarle la mejilla, yendo lentamente hacia abajo.

—Eso es algo que todos los días puedes hacer, Minnie —cierra sus ojos e inclina su cabeza hacia atrás, permitiéndole al omega recorrer ahora su mandíbula y cuello.

—Pero quiero probarla de una forma diferente.

— ¿Cómo?

—Quiero... —sube de nuevo para mirar al alfa a los ojos y sonreír mientras le expresa su nada inocente deseo—... quiero que llegues dentro de mí sin anudarme, luego recogerás tu leche directo de mí y me darás a probar desde de tu boca...

     YoonGi queda asombrado por la idea, no solo porque la imagen es malditamente caliente, sino porque JiMin estaba siendo muy creativo al respecto.

— ¿Entonces no te anudaré hoy?

—Tal vez sí, tal vez no, pero yo lo voy a decidir porque es mi cumpleaños y me lo debes luego de haberme hecho llorar mil veces hoy.

—Dijiste que ya me habías perdonado...

—Puede que haya mentido un poquititito y ahora quiera cobrar mi venganza —sonríe travieso y le muerde el labio inferior—. Así que vas a concederme ese deseo, alfita bobo.

—Omeguita del demonio, eres tan perverso —lo atrae más hacia sí, logrando sentir a la perfección cada centímetro de la redonda panza—. Pero me encanta la idea. ¿Y sabes qué me encanta más? —al acercarse a la boca de JiMin, también introduce sus manos con más rudeza debajo del camisón, esta vez separa sus nalgas y poco a poco acerca sus dedos a la húmeda entrada.

— ¿Qué cosa, mi alfa? —suspira de gusto, pues esos dedos traviesos le provocan a morir.

—Que me pidas esas cosas tan sucias y además te mojes de solo pensar en mí dándote un beso con mi propio semen en la boca.

—Maldita sea, YoonGi, tómame ya —desesperado y sobreexcitado por las palabras y la mirada del alfa, JiMin le come la boca a besos mientras es invadido cada vez más en su línea media, donde la humedad se acumula a gotas que resbalan brillantes por los muslos de JiMin.

     YoonGi es quien los acomoda a ambos para iniciar, llenándose de dicha por oler la exquisitez que JiMin guarda entre sus piernas y la dulce disposición de este para sentarse sobre sus caderas, empezando a frotarse de a poco contra la enorme erección que pronto tendrá dentro.

     Sin embargo, y como siempre, JiMin le sorprende volteándose para darle la espalda. Esta noche quiere recibirlo por primera vez dándole un espectáculo de él montándolo esplendorosamente, enseñándole cuánto disfruta tenerlo dentro.

     Tomándole de ambos esponjosos glúteos, YoonGi está que babea por la vista que tiene: JiMin levantándose el camisón para enseñarle toda su parte trasera, guiando su mano hacia atrás para tomar el tan deseado miembro y meterlo de una en su recto.

     Mes con mes, JiMin se va volviendo un poquito más estrecho en esa parte de su cuerpo debido a que el cachorro ocupa más espacio dentro de él y hace presión sobre muchos órganos. Así que para YoonGi, entrar aunque sea con la punta significa un mar de gloriosas sensaciones chispeantes que le recorren el cuerpo entero, expresadas en gemidos muy altos y pequeños azotes que le propina al redondo trasero de su omega.

— ¿Te gusta, alfa? —Le mira por encima de su hombro, sonriéndole a la par que sus caderas van bajando para continuar envolviendo cálidamente a su pareja.

—Me... m-me encanta, aah, por favor quédate un minuto ahí, quiero sentirte... me estás apretando delicioso, no quiero olvidar esto nunca.

—No te preocupes, amor, noches como esta vamos a tener muchas —sisea hasta sentarse por completo, sus glúteos pueden rozar perfectamente con el pubis de YoonGi, el lubricante se escapa por las comisuras de su entrada y deja algunas gotas brillantes en su vello, y tal imagen hace al alfa gemir hasta que su voz queda reducida a simples jadeos.

     Jadeos que se alargan más a medida que el omega se toma la libertad de balancearse lento, acompañando también de sus propios gemidos, enloquecedores, exquisitos, únicos en su tipo. A medida que JiMin dibuja círculos y péndulos con sus habilidosas caderas, los sonidos se vuelven más erráticos, incluyendo los de las embestidas, ya que YoonGi se ha perdido en el placer y se mueve erráticamente, penetrando desde abajo, cosa que a JiMin le fascina, pues siente la fuerza del alfa llenarlo y golpearlo, lo cual contrasta con sus propios y delicados movimientos.

     Pero ha sido suficiente, no pueden hacer el amor sin mirarse por mucho tiempo, necesitan el contacto visual y también los besos para derramar la pasión guardada.

     Es YoonGi quien detiene el repentino enloquecimiento de sus cuerpos, saliendo de ahí antes de correrse y arruinar el deseo de cumpleaños de JiMin. Con delicadeza, lo recuesta en la cama y le abre las piernas, besándole de paso los muslos tersos, húmedos y calientes.

—Ábrete para mí, corazón —le pide cariñosamente, deleitando su vista con la adorable imagen de su omega embarazado, con la frente sudada debido a la excitación, sus piernas abiertas y sus pies, de uñas carmesí, bien plantados sobre el colchón.

     Y, con cuidado, le pasa por debajo de la cadera una mullida almohada, quedando entonces su trasero con suficiente altura y comodidad para lo que planea hacer...

— ¿Me dejas intentar algo nuevo? —Le pregunta YoonGi con cierta inseguridad, la cual JiMin puede sentir a flor de piel directo en su pecho.

— ¿Temes que no me guste? —Responde tan audaz como siempre, a lo cual YoonGi asiente silenciosamente—. Sabes que puedes pedirme lo que quieras en la cama, me conoces bien y sabes qué me gusta y qué no. ¿Qué es eso que tienes en mente?

—Una posición —responde ruborizado. ¡Es tan tierno ante los ojos de JiMin ver a su alfa sonrojado y pidiendo cositas nuevas durante el sexo! Eso definitivamente le infla el pecho de amor al omega, no puede resistirse a sonreír y liberar algunas feromonas tranquilizantes para atacar la angustia de YoonGi.

—Adelante, acomódame a tu gusto, confío en ti —y le sonríe para mostrarle completo apoyo, logrando que la tensión en el pecho de YoonGi disminuya.

—De acuerdo, solo haz lo que yo diga, iré lento.

     Con extremo cuidado en cada uno de sus movimientos, YoonGi coloca las piernas de JiMin sobre sus hombros y estira las suyas, rodeándolo. Lentamente, vuelve a penetrar el estrecho canal con una delicadeza digna de quien cuida un objeto de cristal. Su expresión tranquila es imitada por JiMin, pero los jadeos se hacen presentes nuevamente en cuanto las embestidas toman un ritmo más frecuente, pero tranquilo.

     Hoy es uno de esos días en los que YoonGi no siente tantas ganas de embestir intensamente a JiMin, sino que quiere aguantar tanto tiempo como sea posible y disfrutar de permanecer en ese grado de intimidad con su adorado hombre, así que se toma su tiempo para acariciar y apreciar centímetro tras centímetro de piel.

     En respuesta, JiMin cierra sus ojos y se dispone a dejarse ir con las sensaciones agradables, las manos que le recorren las piernas, la hombría de su alfa embistiéndolo lento, gemidos y palabras amorosas le endulzan el oído y le erizan la piel.

—Amor, prepárate —le habla entre sus respiraciones entrecortadas—. Voy a acostarme, debes dejar tus piernas en mis hombros cuando yo baje, ¿está bien?

—E-Está bien... —se queja un poco cuando YoonGi se queda quieto en su interior, pero en cuanto este se recuesta, llevándose consigo sus piernas estiradas, la sensación que le recorre es repentinamente electrizante.

— ¡Aahh, Minnie~!

— ¡Mierda, YoonGi! —Lloriquea de placer, pues la posición ha puesto el miembro de YoonGi dando directo en su zona más sensible y permanecer con las piernas estiradas y juntas solo lo hace más intenso.

— ¿Te gusta? —Le pregunta, intentando respirar adecuadamente.

—Me encanta, se siente tan diferente... siento que me voy a correr en cualquier momento —sonríe intentando conectar miradas con él, pero solo puede ver su panza y las manos de YoonGi apretarle los muslos con fuerza. A pesar de que están quietos, el repentino acomodamiento los está enloqueciendo a ambos.

—Entonces déjame moverme para ayudarte —sosteniéndose de las piernas de JiMin, toma un poco de impulso para embestir desde abajo.

     Las piernas de JiMin tiemblan al igual que su voz, pues es demasiada presión interna, tan exquisita y desquiciante a la vez. No encuentra de dónde sostenerse mientras gime y se deshace de excitación cada vez que YoonGi se mueve, porque sí, cada mínimo movimiento en esa posición hace que su cuerpo se retuerza y a través de las paredes tal vez los vecinos se enteren del enorme placer que este omega está sintiendo.

— ¡Yoon~, aaah, tócame, por favor! —grita desesperado, necesitado de las manos de su alfa alrededor de su intimidad.

     Sin embargo, YoonGi está igualmente anonadado y se le dificulta concentrarse, así que la masturbación que le proporciona al omega es un tanto errática, pero nada de eso importa porque sigue moviendo sus caderas y, aunque no tiene tanto espacio para embestir como normalmente lo hace, es igual de beneficioso para ambos.

     Llega un momento en que el placer es tal, que necesitan detenerse por un instante, tiempo donde YoonGi besa los tobillos de JiMin y este le regresa las caricias del otro lado.

—Maldita sea, Yoon —suspira, recuperando un poco su aliento—. ¿Cómo es que nunca se nos ocurrió hacer algo así? Siento que me volveré loco si te sigues moviendo.

— ¿Quieres moverte tú ahora? —vuelve a besarle, esta vez yendo hasta sus pies lisos y perfectos.

—Obvio —ríe travieso y se acomoda, plantando sus pies en el colchón y entrelazando sus manos con las de su alfa para obtener impulso.

     Si sus caderas ya eran endemoniadamente habilidosas tan solo para montar, en esta posición se vuelven aún más peligrosas. Al sentir la primera embestida, YoonGi siente que pierde el aliento, la estrechez de su omega le está enloqueciendo mucho más que antes.

     Ahora las piernas de JiMin vuelven a temblar, pero junto con su trasero que choca una y otra vez con el pubis de su alfa, humedeciéndolo con el exceso de lubricante que de pronto empezó a derramar por puro placer, señal de que su orgasmo está aproximándose. Por eso es que sus gemidos se elevan en volumen, su canal se esfuerza por mantener al alfa dentro de él y sus pies se encogen, arrugando la sábana.

     Su pequeño miembro rebota con su pancita entre tanto movimiento y termina por salpicar su semen en varias direcciones, incluyendo el pecho y la boca de YoonGi.

— ¡Aaah, Yoonie~!, lo siento, me corrí... —se detiene, dejándose caer en peso completo sobre su alfa, pues el orgasmo le arrebató toda la fuerza.

—No hay por qué disculparse, es el orgasmo más tierno y sexy que he presenciado —le acaricia el dorso de la mano con sus pulgares y comienza a salir de apoco del interior de su omega.

—Fue increíble, Yoonie... —cuando al fin puede mirarlo a los ojos, sonríe y además se siente orgulloso al notar su propio semen manchando a su alfa.

—Lo fue, me alegra que te gustara —se acuesta a un lado de él, regalándole un beso de lengua que sabe a orgasmo de omega y huele a arándanos y jamaica—. Ahora es mi turno...

—Quiero que estés encima de mí cuando llegues, amor —y le invita a meterse entre sus piernas abiertas, que si bien están algo cansadas, aún puede sostenerlas con sus manos para recibirlo.

—Va a ser muy difícil no anudarte, omega, me estás castigando... —reniega, pero se acomoda entre ese par de piernas y empieza a besarle el cuello, lugar donde colocará una nueva marca.

—Mejor cállate y sigue dándome amor, alfita berrinchudo —le toma el rostro con ambas manos y se acerca para susurrarle directo en los labios: —Ahora quiero que me des duro...

     Tan osado como siempre, JiMin es quien toma la iniciativa, llenándose él mismo con la erección ajena y comiéndole la boca mientras le gime y le dice cuánto lo ama.

     Tan obediente como siempre, YoonGi complace los deseos de su pareja, tomando esta vez un ritmo más profundo y rápido, tomándolo sin cesar hasta que la humedad vuelve a hacerse presente, los hilos del lubricante se hacen visibles entre cada estocada y el sonido del chapoteo entre sus pieles acompaña los graves y agudos que armonizan toda la habitación. No solo es el sonido del placer lo que ellos emiten, sino las notas perfectas de una sincronización entre sus almas que los hace bailar gustosos con el fin de enredarse en cuerpo y espíritu por toda la eternidad, haciendo su lazo cada vez más fuerte.

—Siento... siento que me correré pronto —al avisar, YoonGi hunde su rostro en el cuello de JiMin, preparando el terreno para la mordida. Y el omega, aunque sumiso, está al pendiente de controlar las embestidas para evitar que el nudo se haga dentro de él.

     Errática es la respiración de YoonGi, al igual que sus intentos por mantenerse parcialmente dentro de su pareja para darle lo que quiere. Con ayuda de la mano de JiMin rodeando la base de la erección, el alfa es capaz de quedarse quieto en su momento clímax y simplemente dejarse ser estimulado por esa mano y por el interior que se estrecha constantemente para ayudarle a llegar.

      Entonces JiMin siente cómo el nudo se hincha justo en la palma de su mano y los espasmos del miembro avisan que el alfa ha alcanzado su orgasmo. Y justo cuando eso ocurre, esos dientes posesivos se hincan en su cuello, permitiéndole a JiMin tener un segundo orgasmo y una experiencia más íntima que en las ocasiones anteriores, a pesar de ser distinta.

     Sí, se siente raro no tener dentro el nudo de su alfa justo cuando la marca es renovada, pero se da cuenta de que no necesitan siempre que todo termine en un nudo para culminar y decir que fue placentero.

— ¿Listo? —Jadea YoonGi luego de lamer la marca. JiMin asiente entre pequeños quejidos y se prepara para expulsar el semen de su alfa, quien saca su miembro cuidadosamente y se agacha lo más rápido que puede.

     Realmente es la primera vez que YoonGi puede presenciar a su omega expulsar el semen, así que está extrañamente emocionado por ver aquello.

—Abre la boquita, Yoonie —el omega le provoca y entonces el río de semen empieza a correr fuera, por lo que YoonGi tiene que ser hábil y acercarse para recibirlo todo. Realmente es demasiado semen. ¿Cómo es que JiMin puede tragarlo todo sin quejarse?

     Y su sabor... al principio creyó que le desagradaría tener su propio semen en la boca, pero realmente no resultó ser tan desagradable, además de que está combinado con los fluidos de JiMin. Al terminar de tomarlo todo, cuando ya la entrada de JiMin no está expulsando nada más que lubricante, se coloca nuevamente sobre su omega y este abre la boca sin pensarlo.

     Entonces el acto tan sucio y perverso que JiMin estuvo anhelando en secreto, al fin lo puede hacer realidad. El pequeño chorro de semen va saliendo de apoco de los labios de YoonGi, siendo degustado a la brevedad y con una sonrisa tan lasciva que por un segundo el alfa se pregunta de dónde tomó su omega tanta perversidad.

     Así, el deseo de cumpleaños de JiMin finaliza con un húmedo beso donde la semilla del alfa pasa de lengua a lengua hasta que no ha quedado más que el sabor de sus propias salivas.

—Gracias, Yoonie —se abraza de su alfa, anhelando tenerlo todavía más cerca—. Ha sido el mejor cumpleaños de mi vida.

— ¿De verdad?

—Sí —sonríe y le regala una mirada llena de amor—. Quitándole la estúpida bromita, nunca pasé un cumpleaños tan especial como este. Gracias por todas las cosas que hiciste por mí, me siento tan dichoso que podría morir en este momento.

—Oye, no puedes morir, estamos por tener un cachorro —hace un puchero y se recuesta a un lado de JiMin.

—Es solo un decir, tontito —se voltea para quedar de frente y así poder juguetear con los cabellos que caen en la frente de su alfa, como siempre lo hace antes de dormir.

—Lo sé, pero ya estoy tan sensible como tú —se sonroja, escondiendo su rostro en la almohada—. Te amo, Minnie, feliz cumpleaños.

—También te amo, Yoon —se acurruca entonces, apoyando su cabeza en el brazo de su alfa—. Por cierto, ¿dónde carajos aprendiste esa posición? Juro que se me salieron las lágrimas por lo bueno que fue todo...

—Si te digo, voy a romper el momento mágico.

— ¿Me engañaste con alguien que folla como profesional? —bromea, mordiéndole un pezón como castigo.

—Sí, con NamJoon —se queja del dolor, pero ríe también por las ocurrencias de su travieso omega.

—Wow, sabía que eras de mente abierta, pero no como para acostarte con otro alfa. ¿Folla bien?

     Entonces ambos ríen como un par de tontos, hasta que YoonGi decide contarle su pequeño e inofensivo secreto.

—NamJoon me aconsejó hacer eso —le besa la frente y acaricia su espalda por encima del camisón—. Me ha estado ayudando mucho con sus consejos desde hace poco.

— ¿En serio? Qué lindo. ¿Tú se los pediste o él te los ofreció?

—Bueno... —suspira, sintiéndose un poco incómodo. Y su suspicaz omega lo mira a los ojos, pidiéndole esas respuestas que inquietan su corazón—. Yo se los pedí. No quiero que te enojes por eso, es que a veces no me siento tan preparado y acudo a él cuando tengo dudas sobre la paternidad, pero sí deseo mucho tener una familia conmigo, mi vida, no pienses que no, es solo que...

—Shh, no digas más —le calla con un par de dedos y una sonrisa—. Te entiendo a la perfección. A decir verdad, a veces me da miedo no ser un buen papá para YongSun. Me aterro de solo pensar que yo pueda descuidarme y le pase algo o que yo no pueda ser capaz de llevar una buena crianza y tú termines por molestarte conmigo al ver esa insuficiencia.

—Mierda, JiMin —suelta una enorme respiración, aliviado de no ser el único que se siente así—. ¿Por qué nunca me lo habías dicho?

—No lo sé, miedo, supongo... pero no porque no confíe en ti, son solo simples pensamientos pasajeros que luego se van cuando regreso al presente y me doy cuenta de que realmente YongSun tiene a dos papás amorosos y que desean que nazca para que sea una persona feliz en este mundo cruel.

—Ya suenas como yo, amor —ríe un poco tímido—. Perdón por acudir a NamJoon primero, debí haberlo hablado contigo desde el principio.

—No pasa nada, es lógico que acudieras a él porque es un alfa que ya pasó por esto y seguro es un papá responsable. No pasa nada si le pides consejos, síguelo haciendo si eso te hace sentir bien, pero de ahora en delante hay que tratar de hablar de esas cosas, ¿sí? No importa si eso nos pone incómodos, un problema compartido es medio problema, amor.

—Hecho —le abraza por completo, besando su sudada frente. No cabe duda de que el amor que siente por su omega es completamente puro y perfecto. ¿Qué hizo bien en su vida pasada para merecer a este ángel?

—Y además... si NamJoon no te diera tan buenos consejos, yo no hubiera gozado de lo lindo el día de hoy.

— ¿Fue un buen sexo de cumpleaños?

—El mejor, quiero repetirlo mañana, ahora hay que usar esa posición para todos nuestros "no cumpleaños" —levanta su cabeza para mirarlo con sus ojitos traviesos y llenos de vida—. Y gracias por concederme mi deseo, sé que fue algo sucio pero me encantó.

—A decir verdad... a mí también me gustó.

— ¿A Yoonie le gustó probar su propia lechita?

—Sí, omeguita perverso, no sé de dónde sacaste esa idea, pero me gustó aunque no te anudé.

—Eso se me ocurrió porque soy un pervertido, no tuve que pedirle consejos a SeokJin sobre las mil formas que hay para probar el semen de un alfa.

— ¡Oye! —Se pone tímido al reír—. Me haces sentir como si me faltara creatividad en la cama.

—Eso nunca, me gusta el sexo contigo, jamás me he quejado.

—Bueno, pero si un día quieres probar cosas nuevas, dímelo.

—Lo haré —le da un pequeño beso en los labios, tan leve que YoonGi ya presiente el inminente cansancio de su omega.

—Buenas noches, Minnie, te amo muchísimo —besa su mejilla y le ayuda a voltearse para abrazarlo por la espalda, acariciando, como cada noche, la pancita donde YongSun cada día crece y crece.

     Cada noche desde hace un par de meses, YoonGi estuvo teniendo montones de dudas sobre su capacidad para ser padre, se angustió tanto que contactó a NamJoon para pedirle ayuda. Pero ni el montón de consejos que ese otro alfa le dio, fueron tan efectivos como hablarlo directamente con su omega.

     La tranquilidad ahora le cobija más que nunca, pues no solo ha dado un paso más grande con JiMin al hablar sobre las inquietudes de la paternidad, sino que ahora se siente mucho más capaz para ser papá, porque sabe que al lado de su omega podrá darle una buena vida a YongSun y siempre podrán resolver esos problemas porque son el equipo perfecto.

     El destino no solo eligió un par de almas para amarse con pureza y pasión por toda la eternidad, sino que también designó dos padres amorosos y llenos de añoranza para criar de forma libre y correcta a tantos niños como ellos quisieran tener.

     Tan solo míralos dormir juntos, YongSun, pensando en ti y en cómo hacer que seas un niño o niña feliz, mientras se desviven pensando en tu futuro.

     Tan solo míralos, siéntelos y prepárate, porque mejores papás no podrás tener.




Como que anda muy cursi la cosa, ¿le metemos drama o khe? ok no, este fic es pura dulzura y así va a mantenerse hasta el final uwu

¡Muchas gracias por seguir aquí conmigo, apoyándome desde la distancia!

Te mando un abrazo lleno de amor de omega escritora.

AgustDina

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