𝕏𝕀𝕀𝕀. ℙ𝕠𝕝𝕝𝕚𝕥𝕠𝕤, 𝕘𝕒𝕥𝕚𝕥𝕠𝕤 𝕪 𝕡𝕒𝕤𝕥𝕖𝕝𝕖𝕤
Antes de empezar el capítulo, vamos a dar algunos agradecimientos a las personas que se han hecho visibles apoyando este fic, ya sea con votos o comentarios.
La razón de esto, es porque el fic ha alcanzado 1k de lecturas, sorprendentemente subió más rápido que el resto de mis fics y quiero agradecer de todo corazón por el apoyo que este bebito está recibiendo.
Le mando un abrazote bien fuerte a las siguientes personitas:
Si faltaste en la lista y sí te has manifestado con votos y comentarios, dime para incluirte, ya que no he llevado un registro exacto de quiénes han leído desde que esto empezó.
Muchas gracias nuevamente, vamos a hacer que crezca más este bebito así como el bebito YongSun en la pancita de JiMin UwU
Sin más que agregar, let's start with this lovely bullshit...
El desayuno fluye en silencio, bastante sospechoso porque, aunque todo parece ir bien con YoonGi sirviéndole comida deliciosa y diciéndole lo bonito que se ve con sus pantalones nuevos, pareciera que el alfita bobo ha olvidado decir "feliz cumpleaños" y eso hace que JiMin se cuestione mientras come sus panqueques en forma de osito con miel y fruta encima.
Mientras YoonGi lee las noticias en silencio, JiMin piensa en cada una de las palabras que pronunciaron ayer sobre su cumpleaños veintidós... ¡Pero había tantas lagunas!
¿Qué quería decir YoonGi con "déjamelo todo a mí" o "ya se me ocurrirá algo"? ¿Está tramando algo? ¿Planeó todo meticulosamente? ¿Se está haciendo tonto solo para molestar a JiMin y al final lo sorprenderá con algo? ¿O simplemente lo olvidó y se acordará durante el día? Es decir, no es que a él le importe ahora tener una fiesta o regalos, simplemente quiere que su alfa le desee un feliz cumpleaños y lo bese con mucho amor para iniciar bien su día... ¡Pero no lo está haciendo! ¡Simplemente está comiendo con tranquilidad y bebiendo su café mientras lee el periódico!
JiMin aprieta con mucho enfado su taza amarilla de pollito y mira a su pareja con la misma vibra inquieta. ¡Y el tontito alfa ni siquiera se percata de que su omega está enfadado! ¿No debería sentirlo a través del lazo? ¿Lo está ignorando a propósito?
Tonterías...
JiMin finalmente decide respirar y calmarse, pues se da cuenta de la exageración de sus suposiciones.
Esta vez no quiere dejarse guiar por su maldito lobo que a veces se desborda por cualquier cosa. Durante este cuarto mes, ha tenido que luchar constantemente contra él porque tiende a ahogarse en un vaso de agua. Y la prueba es el berrinche por la estría.
Así que se controla por completo y simplemente deja que todo fluya. JiMin conoce a su pareja, él jamás se ha olvidado de su cumpleaños y al final del día siempre terminan haciendo cosas especiales, así que está confiado en que, durante el día, algo pasará.
Sí, no pasa nada, todo está bien, muy, muy, muy... ¡MUY MAL, MALDITA SEA!
¡¡Estúpido alfa, hoy es mi cumpleaños, deberías estar dándome mimos!!
Bueno... estando bajo la influencia de las hormonas, muchas veces la cordura se nos va de las manos como la traviesa y escurridiza arena del mar.
La visita en el médico fue breve, pero para JiMin se sintió eterna porque estuvo molesto todo el rato, pues él esperaba que al menos los Kim, quienes se habían vuelto amigos cercanos, le felicitaran por su cumpleaños... ¡Pero eso no pasó y YoonGi parecía estar igual de ignorante con el asunto!
Y bueno, ahora sigue igual de enfadado, pero tiene que dejar todo eso atrás porque ya es momento de entrar al trabajo y no puede llegar a hacer lo que más ama con ese humor tan negativo.
Cuando se estacionan frente al taller, YoonGi le entrega a JiMin su lonchera de pollitos y lo prepara para iniciar su tardío día laboral.
—Hoy llevas un plátano, tu danonino, un bowl de ensalada con arándanos y nueces y, como siempre, tu porción pequeñita de kimchi con arroz frito. También agregué una caja de lechita de fresa, de esa que te gusta mucho últimamente. No olvides que te puse el impermeable y las botas en tu mochila, para hoy está pronosticada una fuerte lluvia.
—Gracias —JiMin toma la lonchera con pocas ganas y se dispone a salir.
—Pasaré por ti cuando salgas, me acompañarás a hacer algo importante —YoonGi le guiña un ojo, lo cual enciende un poco la esperanza en el corazón de JiMin.
¿Será que sí se acuerda y sólo se está haciendo el tonto?
A penas llegó al taller, quedó sorprendido porque toda su zona de trabajo estaba decorada con globos, confeti, regalitos, dulces y un pequeño pastel de zanahoria que una de sus amigas en el taller hizo especialmente para él.
Todos en el taller hicieron llorar de felicidad al dulce omega que, aunque pensaba que era demasiado y no estaba muy cómodo recibiendo tanta atención, disfrutó de cada detalle. Sus compañeros le dieron regalitos muy especiales. SoYeon, la mente maestra detrás de esa linda mini fiesta, le dio unos extractores de leche y algunos biberones. SooJin, la más experta en el arte de tejer, hizo para JiMin un esponjoso suéter amarillo que se estira a la perfección para cargar con él y su pancita. Y entre otras cosas, recibió tarjetas, chocolates, abrazos y montones de buenos deseos para su futuro bebé. Tras una breve celebración de media hora, todos se dispersaron a sus respectivos lugares de trabajo.
Gracias a las energías que obtuvo de esa pequeña fiesta, JiMin ahora está trabajando como nunca, con un entusiasmo digno de admirar, vertiendo toda su felicidad en la confección de un vestido de seda rosa.
De vez en cuando, ruñe un poco de lo que lleva en la lonchera y se siente muy feliz porque, aunque YoonGi no ha dado señales de recordar el cumpleaños en todo el día, no olvidó poner esas cositas que ama comer.
Sin embargo, luego de un par de horas trabajando sin parar, empieza a sentir que alguien falta.
—Oye SoYeon —le habla a su amiga, quien está en la máquina contigua, cortando un molde para pantalón.
—Dime, cumpleañero —le responde sonriente y detiene su trabajo.
— ¿Dónde está JungKook?
—Oh, salió —explica sin más.
— ¿Pero quién está supervisando si él no está presente?
—Dejó a TaeMin de encargado.
— ¿Y por qué yo no me enteré? —Frunce el ceño, algo molesto.
—Porque fuiste a tu chequeo y llegaste más tarde, duh —se burla y le jala una oreja.
—Oh, bueno... solo se me hace raro. Él nunca deja a nadie a cargo del taller, es muy celoso con su trabajo.
—También se me hace raro, pero él es el jefe.
—Ni hablar —él también regresa a lo suyo.
Pero no puede evitar pensar que este es cumpleaños muy extraño. Ni siquiera TaeHyung, quien siempre le ha felicitado justo a las doce en punto, ha dado señales de vida. ¡Y ahora ni JungKook está presente!
Ese pensamiento intruso de pronto le incomoda la paz, haciendo que su corazoncito se oprima. Pero para calmarse, decide comer su danonino y continuar entregándose de lleno a sus costuras, evitando así que la tristeza y el enojo le consuman. Él está consciente de que no todo el tiempo puede darse el lujo de exagerar, por lo menos no cuando está lejos de la comodidad de su hogar.
Así que se obliga a que su día transcurra moderadamente tranquilo.
Sin embargo, cuando su hora de receso se acerca, se da cuenta de una cosa: no ha recibido el típico mensaje de YoonGi de todos los días donde le avisa lo que habrá de comer en casa o diciéndole que está esperándolo para pasar juntos su hora de comida. ¿Cómo es que ni eso recordó el día de hoy? ¡Eso ya es pasarse de la raya!
¿Ven esos ojitos llorosos? Pues ahora su sensibilidad es más fuerte que él. ¿Cómo es posible que su alfa le esté haciendo esto justo el día de su cumpleaños? Está tan enfadado y triste a la vez, no sabe qué hacer con ese dolor.
Ya hasta perdió el apetito y las ganas de salir a descansar, preferiría quedarse en el taller trabajando hasta que su día termine.
— ¿Qué pasa, JiMin? —SooJin se percata del mal momento que está pasando, así que le extiende un pañuelo desechable, el cual rápidamente toma para eliminar esas molestas lágrimas.
—Na... Nada, solo una tontería.
—Ay, cariño, ¿necesitas un abrazo? —La omega se ofrece amistosamente, a lo que JiMin responde y corre a refugiarse con su amiga tan querida. Cuando un omega embarazado se siente desprotegido y su alfa no está presente, los omegas alrededor sirven como escudo temporal hasta que el peligro pasa o hasta que el alfa acude al llamado.
SooJin lo arrulla por algunos minutos hasta que suena el timbre que indica el fin de la primera jornada.
—Gracias por el abrazo, noona —se aleja de ella y se prepara para salir del taller.
—No hay de qué, sabes que siempre estaré para ti. ¿Me quieres contar qué pasa? Tal vez yo pueda ayudar.
Y JiMin lo piensa por un momento. Realmente no siente que haya necesidad de entrar en detalles molestos, pues tampoco es que le guste mucho contar sus problemas a los demás.
—Solo estoy demasiado sensible, todo me hace llorar últimamente por culpa del embarazo —se excusa e intenta sonreír.
—Ay, Minnie, tranquilo, verás que va a pasar cuando tu embarazo termine.
—Gracias, noona, eso espero... supongo que es hora de irnos antes de que nos dejen encerrados aquí.
—Oye, ¿te gustaría ir a comer conmigo? Déjame invitarte por ser tu cumpleaños.
—No lo sé —se incomoda un poco—. Ya hicieron mucho por mí hoy...
—Tonterías, nunca es suficiente cuando se trata de un cumpleaños. Anda, te llevaré a una de mis pizzerías favoritas, iremos en mi auto.
Bueno, pensándolo bien... esa idea suena mucho mejor que ir a casa, ya que está demasiado enfadado con YoonGi y realmente no está muy dispuesto a hablar con él, dado que en todo el día ni siquiera tuvo la decencia de dar señales de querer felicitarlo.
—Está bien, pero yo pagaré mi cuenta.
—Nunca cambias, Park JiMin —ríe SooJin, atrayéndolo hacia sí en un pequeño abrazo que termina por tranquilizarlo.
Antes de salir a comer, JiMin se pone su impermeable gris con orejas de gatito en la capucha, el cual pertenece a su alfa y le fue prestado porque aún no pueden encontrar uno de pollito. También se calza sus botitas amarillas para la lluvia, esas que YoonGi compró para él porque tienen estampado de pollitos amarillos.
Los botones del impermeable le cierran bien todavía, pues la prenda es muy amplia. Pero de todas formas es posible notar su pequeña pancita.
Y, en efecto, la imagen tan encantadora que SooJin termina tomándole un montón de fotos.
Durante toda la hora que pasan en la pizzería, JiMin se permite, por primera vez, disfrutar de su hora libre con alguien diferente a YoonGi. En sus dos años trabajando en ese taller, nunca se había dado la oportunidad de convivir con sus compañeras más allá solo sentarse a chismear de vez en cuando en sus pequeños descansos. Realmente SooJin es una chica muy agradable, de esas personas con facilidad de palabra y que aparentan ser buenas para guardar secretos.
—Minnie, no tienes remedio —se burla SooJin—. Yo en tu estado, preferiría quedarme en casa rascando mi ombligo de embarazada y dormiría todo el día con mi alfa.
—Claro que me rascaré el ombligo y dormiré todo el día con mi alfa —aclara JiMin—. Pero soy inquieto, necesito hacer cosas o me volveré loco. Por eso le pedí a JK que me diera trabajo, incluso si no me lo paga yo voy a ser feliz con mantenerme activo.
—Pero podrías mejor hacer otras cositas... follar con tu alfa, por ejemplo —de inmediato, JiMin se sonroja por el inapropiado comentario de su amiga y, como castigo, le lanza un pedacito del pan de ajo que se estaba comiendo.
—Eso está dentro de la agenda todo el tiempo —le responde todo apenado y riéndose—. Pero él también tiene que trabajar y no puede estar atendiéndome todo el día.
—Son muy afortunados de que YoonGi pueda trabajar desde casa.
—Bastante, no sé qué haría de tener que esperarlo hasta el final de su jornada, como cuando tenía el otro horario.
—Bueno, siempre puedes masturbarte mientras él llega...
— ¡Noona! —Suelta sus carcajadas tímidas y le lanza más pan a su amiga.
Sí, definitivamente ir con ella a comer pizza fue la mejor decisión que pudo haber tomado, incluso si eso significaba dejar a YoonGi plantado a la hora de la comida. Era como su pequeña venganza, después de todo.
Luego de terminar con su comida y pagar (cada uno lo suyo, por terquedad de JiMin), los dos regresan al taller. Ahora JiMin se siente menos inquieto. El mal sabor de boca que le generó el olvido de su cumpleaños, ahora solamente es una pequeña piedrita en su zapato que probablemente más tarde dejará de molestar, pues él confía en su alfa aunque a veces pueda pasarse de tonto.
Sin embargo... ¡¿POR QUÉ TODAVÍA NO HA RECIBIDO MENSAJES DE TAEHYUNG O JUNGKOOK?! ¡Es el maldito colmo que a estas alturas del día sigan sin recordarlo!
¡Maldita sea con estos omegas olvidadizos, les cortaré la cabeza si no recibo sus mensajes al final del día!
[...]
[Alfa <3]
Hola, pollito, estoy afuera esperando por ti.
No olvides ponerte el impermeable, aún está cayendo una lluvia ligerita.
Por cierto...
Te amo UwU
<4:58 p.m.>
[...]
— ¿Cómo te fue hoy, amor? Te sentí muy feliz casi todo el día.
—Me fue bien —intenta sonreír. Por un segundo, está tentado a contarle que celebró su cumpleaños con sus compañeras en el taller y que recibió regalos pero...
— ¿Fuiste a comer a casa? —Oh, eso no lo vio venir. ¿A caso él tampoco estuvo en casa hoy?
—No —decide intentar ser medianamente transparente—. SooJin me invitó a comer, así que fui con ella.
— ¿Y la pasaron bien? —YoonGi pregunta con un ánimo bastante alegre. Ni siquiera le molesta que JiMin no haya ido a comer a casa...
... aun cuando él le dejó comida preparada pero estuvo ausente y no le avisó.
—Sí, bastante bien —responde sin muchos ánimos y se cruza de brazos.
Realmente se siente muy herido porque su alfa, su destinado, el amor de su vida y el padre de su cachorro... ¡Sigue sin acordarse de su maldito cumpleaños! ¿¡PERO QUÉ MIERDA LE PASA A TODOS HOY QUE SE OLVIDARON DE ÉL?!
— ¿Estás bien? Te noto algo desanimado —pregunta el alfa e intenta tomarle la mano, pero JiMin la retira porque, en efecto, ya no va a ocultar más su enfado.
Pero no quiere hablar en absoluto del tema, prefiere actuar así de orgulloso porque se encuentra lastimado, realmente ahora no tiene ganas ni de ser besado.
Y YoonGi ya no puede soportar ese dolor ajeno que siente en su pecho, está ansioso por apresurar el tiempo para que su omega se sienta feliz con lo que tiene preparado, pero aún debe esperar un poco...
—Sólo estoy cansado, fue un día laborioso —JiMin no puede creer que su pareja predestinada no pueda detectar esa molestia a través del lazo. Entonces se empieza a preocupar. ¿Y si algo rompió el lazo? ¿Y si de pronto la magia ancestral se desmoronó debido a sus constantes berrinches?
—Bueno, recuéstate un poco mientras manejo, iremos a hacer algunas cosas.
— ¿Qué cosas? —JiMin reclina el asiento y mira la lluvia ligera mojar la ventana, es lo único que le ayuda a calmarse.
—Iremos a la empresa.
— ¿No has terminado de trabajar?
—Sí, es solo que olvidé algo importante. No tendrás que bajar, solo iré rápido a la recepción y regresaré en menos tiempo del que usas para batir tus lindas pestañas.
—Cursi —hace una mueca de desagrado, aunque, en el fondo, aquello le conmovió el corazón. ¿Por qué no puede enojarse de verdad con su alfa? ¿Por qué tiene que ser tan lindo siempre?
—Levanta esa carita larga, quiero verte sonreír aunque estés cansado.
Entonces es cuando JiMin sabe que el lazo sigue siendo tan fuerte como siempre, pues toda esa incomodidad y enfado que sintió al principio, se empieza a apaciguar gracias a una extraña felicidad que le invade el pecho. Se siente como cuando YoonGi estaba guardando el secreto del ascenso en la empresa, es una emoción chispeante y llena de energía que indudablemente le tranquiliza, aunado obviamente con las feromonas que el alfa se esfuerza por producir para dar confort a su omega.
Oh, pequeño omega, ¿en realidad creíste que un lazo tan fuerte como el suyo se iba a romper solo por tus pequeños berrinches? Esas son historias de terror que le cuentan a los niños muchas veces para obligarlos a ser sumisos siempre, pero la única verdad es que una unión destinada permanecerá viva y latente a través de montones de generaciones.
La realidad es que YoonGi ha estado sufriendo todo el día, pero se prometió mantener la bromita tonta hasta el final. Y JiMin se ha dado cuenta de que su idiota alfa lo ha podido sentir todo el día y este no ha hecho nada más que ignorarlo. ¿Qué demonios está pasando?
Una vez que llegan a la empresa, YoonGi toma el paraguas y corre adentro, donde le están esperando JiYong y HoSeok.
— ¿Cómo va todo? —Le pregunta HoSeok.
—Mal, JiMin está enfadado, ya no aguanto el dolor en el pecho. ¡Todo esto fue tu puta idea, Hobi, no debí hacerte caso!
—Pero es divertido y valdrá la pena al final del día —ríe el omega y le entrega una caja rosa a YoonGi—. Aquí están, bien acomodados y listos para entregar. ¿Nos vamos ya?
—Sí, allá los veo, recuerden que deben quedarse en el patio trasero hasta que yo dé la señal. Gracias por ayudarme a hacer esto, les debo una —YoonGi toma la caja y se apresura a salir del edificio, cuidándola con su vida porque contiene el primer paso para hacer que JiMin deje de estar molesto.
—Listo, mi amor. ¿Me cuidas esto? —Se sube al auto, tira el paraguas en el asiento trasero y le entrega la caja a su omega.
— ¿Qué es esto?
—Un encargo, cuídalo hasta que yo te diga.
—YoonGi... —JiMin está al borde de las lágrimas porque no entiende nada. ¡Necesita explicaciones ya!
—Haremos unas cosas más y luego iremos a casa, estoy algo cansado y quiero mimarte. ¿Quieres que te dé un masaje completo hoy?
—Yoon...
—O podríamos pedir comida a domicilio, ponernos nuestros pijamas nuevos de gatito y pollito y luego nos acostamos a ver una película...
El omega se está frustrando de solo escuchar a su pareja hablar y hablar sin prestarle atención. Pero lo cierto es que YoonGi está estresado y ansioso porque no se siente capaz de mantener la mentirita hasta el final.
— ¡Min, ya cállate! —Le regaña y se cruza de brazos, dejando a la deriva la pobre cajita rosa del tamaño de un libro.
— ¿Qué pasa, amor?
Oh no, ¿será que se avecina un berrinche? Claro que sí, el omega ya está lloriqueando y llamando al alfa incontrolablemente.
— ¡Todo pasa, Min YoonGi! —Finalmente explota, simplemente no lo puede evitar—. ¡Eres un tonto, tonto, tonto alfa olvidadizo! ¿Cómo pudiste olvidarte de mi cumpleaños? ¡Estuve esperando todo el jodido día por tus felicitaciones! ¡Y para colmo nadie más de mis amigos cercanos se acordó! ¡Ni JK, ni Tae!
—Minnie, tranquilo... —YoonGi ve cómo su pareja explota de rabia frente a él. Quiere acercarse, pero él se niega y sigue gritando.
— ¡Y las únicas que se preocuparon fueron mis amigas en el taller! ¡Me hicieron una pequeña fiesta y hasta me dieron regalos! ¡Y si fui con SooJin a comer fue porque ella me invitó para seguir celebrando mi cumpleaños! ¡YO NO QUERÍA IR A CASA PORQUE ME SENTÍ MUY TRISTE Y ENOJADO CONTIGO! ¡Min YoonGi idiota, olvidaste el cumpleaños de tu omega! ¿Ya no me quieres?
— ¡Minnie, basta! —YoonGi no puede más, ya fue suficiente.
Se siente tan imbécil por haber hecho esto, está tan arrepentido que solo quiere llorar y rogar por un perdón.
—Eres tan malo conmigo, no creí que serías capaz de olvidarte de mi cumpleaños—JiMin ahora habla muy bajito, pues ha quedado casi afónico de tanto gritar, pero sigue viéndolo con desprecio y sus sentimientos están muy heridos.
—Amor, no lo olvidé —se acerca lentamente y toma una de las rígidas manos de su pareja—. ¿Cómo podría ser capaz de olvidar el cumpleaños de mi alma gemela? Eso nunca...
—Entonces... ¿Entonces por qué ni siquiera me diste mi besito de cumpleaños ni me felicitaste como siempre lo haces?
—Es que... Minnie, todo fue idea de Hobi, por favor perdóname.
— ¿De qué mierda estás hablando? ¿HoSeok qué tiene que ver con mi cumpleaños?
—Escúchame, por favor —respira hondo e intenta tranquilizar a su pareja a través de su aroma y de tiernas y pacientes caricias. El omega le mira incrédulo.
Realmente JiMin no sabe si creerle eso o no, pues su corazoncito sigue roto en montones de pedacitos.
— ¿Qué tengo qué escuchar?
—HoSeok me dio la idea de jugarte una pequeña broma de cumpleaños —comienza contando, a pesar de que su verdadero impulso es abrazar fuerte al omega hasta que deje de atormentarlo con su dolor—. La idea era fingir que no me acordé y al final del día tendrías tu sorpresa, pero ya no puedo seguir fingiendo porque me está ardiendo aquí—señala su pecho—. Me arrepiento enormemente de haberle hecho caso a ese omega tonto. Aunque sea mi mejor amigo, no siempre tiene buenas ideas. ¿Podrías perdonarme, mi amor?
— ¿Y qué hay del mensaje que no me mandaste a mediodía? ¡¿Olvidar ese también era parte del plan?!
—Realmente no —YoonGi se rasca la nuca, autocastigándose internamente por haber olvidado eso—. Sí olvidé escribirte porque estaba ocupado preparando algunas cosas, pero te dejé comida, un pedazo de tiramisú de ayer y una notita para avisarte que no estaría en casa... ¿Puedes perdonarme, amor?
—No lo sé... me hiciste enojar mucho, alfa tonto —JiMin se vuelve a cruzar de brazos, aún está molesto, pero le alivia saber que al menos su cumpleaños no quedó en el olvido... y ahora se siente un poco culpable por haber dejado plantada la comida que le dejó. ¡Pero es que estaba tan enfadado que no podía pensar claramente!
—Lo sé y te pido perdón por esto, no debí hacerlo. Mucho menos ahora que estás tan sensible, es solo que también me iba a delatar si te felicitaba hoy. Seguro por la pura emoción iba a terminar contándote lo que está preparado para hoy.
— ¿Preparaste algo? —JiMin le mira esta vez menos rígido que antes, una parte de él se quiere emocionar, pero la otra sigue molesta.
—Sí y te va a fascinar, pero antes quiero que me perdones y me dejes darte tu abrazo. No puedo con la culpa en este momento.
—Lo sé, estoy sintiéndote —ríe JiMin, satisfecho porque al menos puede vengarse a través del lazo—. No vuelvas a hacerme esto en tu puta vida, alfa. Está bien que no me gusta celebrar en grande mi cumpleaños, pero por favor no me jodas, esto dolió demasiado.
—Haré lo que quieras con tal de que me perdones, omega —le ruega, colgándose del brazo de su pareja y casi al borde de las lágrimas.
—No soy esa clase de persona, con que sientas mi dolor me basta —JiMin al fin sonríe y acaricia la cabeza de su pareja—. Creo que no debemos jugar con esta clase de cosas, el lazo nos tortura muy feo.
—Es nuestro don y nuestra maldición —el alfa siente su pecho menos pesado, señal de que JiMin le ha dejado de odiar—. ¿Ya me perdonaste?
—Sí, ahora dame mi abrazo y mi beso, lo he estado esperando todo el día —JiMin se abre para recibir un fuerte y oloroso abrazo de su destinado, quien le olfatea el cuello, le riega algunos besitos por aquí, unas caricias por allá y, para finalizar los urgentes mimos, hinca ligeramente sus dientes en una parte expuesta del cuello. Solo así logra comunicarle cuánto lo ama y lo arrepentido que está.
Cuando ya se han separado y sonreído, se sientan correctamente y colocan sus cinturones de seguridad.
—Solo hay algo que no entiendo —agrega JiMin, una vez que el ambiente se ha tranquilizado—. ¿Por qué mis amigos no me felicitaron? ¿Tuviste algo que ver en eso?
—No, para nada.
— ¿Seguro?
—Sip, seguro —afirma el alfa—. Ya debemos irnos.
Entonces echa a andar el auto y conduce por una avenida principal. Afuera ha vuelto a llover más fuerte, por lo que deben ir lento para evitar accidentes.
— ¿Crees que lo hayan olvidado? Me extraña de Tae, es el primero en felicitarme a las doce de la noche. JungKook generalmente me felicita en el trabajo, pero ahora no estuvo en el taller y además dejó a TaeMin a cargo, todo esto es muy extraño.
—Tal vez estén ocupados y más tarde te llamen. Si dices que JK no estuvo en el taller, probablemente tenía asuntos externos qué atender. Y de Tae... no lo sé, amor, tal vez perdió el teléfono o se le rompió, sabes que es súper torpe y cambia de teléfono así como cambia de calzones. Pero te van a hablar, tenlo por seguro, no se olvidarían de ti porque te quieren mucho.
—Espero que tengas razón —suspira JiMin, un poco desganado—. ¿Qué hay en la caja?
—Oh, casi lo olvido. Ábrela, es tu primer obsequio.
— ¡Yoon...! —Intenta protestar, pero es detenido de inmediato.
—Shh, no me regañes antes de ver lo que hay.
—Si es algo extravagante, te mataré —le amenaza, pero luego su molestia baja considerablemente cuando ve el contenido de la caja.
—Feliz cumpleaños, mi amor —sonríe el alfa y lleva su mano hacia la nuca de su pareja, dejando ahí pequeñas caricias.
— ¿Pero cómo...? ¿Y estos pollitos tan adorables que son?
—Baram tteok* —responde YoonGi orgullosamente.
— ¡¿De verdad?! —La sorpresa no cabe en los ojos de JiMin, de pronto queda tan conmovido que quiere llorar.
—Tuve que cocinarlos en casa de JiYong para que no sospecharas. Ayer estuve haciendo eso y hoy le pedí a HoSeok que los recogiera y los envolviera en esa caja.
—Creí que ya no recordabas la receta —JiMin se siente tan cálido y amado en este momento.
—Siempre la he recordado, pero quería guardarla para una ocasión especial, la decoración se me ocurrió de último momento.
—Gracias, Yoon —y aquí vienen las lagrimitas de nuevo, pero esta vez son de felicidad.
—Pruébalos, pollito —le pellizca una mejilla como último mimo y continúa conduciendo—. Espero haberlos hecho tal y como los de la primera vez.
JiMin toma uno de esos pequeños pastelitos de arroz amarillos, decorados con un pequeño pico anaranjado y dos enormes ojos brillantes. Y sí, saben exactamente igual que cuando experimentaron con esa receta la primera vez. El sabor y la consistencia lo transportan inmediatamente a esa primera noche que pasaron en su nuevo departamento y decidieron cocinar algún postre para celebrar. YoonGi decidió que fuera algún tipo de pastel de arroz, pero cada intento les falló. Fue el baram tteok lo que funcionó luego de varios lotes tirados a la basura, fue justo ese pastel de arroz lo que hizo tan especial su primera noche cenando en lo que ahora es su dulce, dulce hogar y también lo será de su lindo cachorro.
—Yoonie, te amo, te amo como no tienes idea —JiMin ríe y llora al mismo tiempo, está tan feliz que ni siquiera le importa que sus amigos no lo hayan felicitado ni que no tenga idea a dónde demonios lo está llevando YoonGi, pues obviamente a casa no van.
—Entonces sí saben igual —el alfa ríe victorioso mientras conduce. Luego siente un pastel de arroz pegar torpemente contra su mejilla. Es JiMin quien intenta alimentarlo con el pequeño postre amarillo.
Y con la misma torpeza, YoonGi le acepta el bocado y mastica con cuidado para saborear a detalle cada parte del dulce.
—Gracias, Yoonie —JiMin al fin suspira tranquilo y satisfecho—. ¿A dónde me llevas ahora?
—Es una sorpresa —susurra—. Te gustará, no quiero que reniegues todavía hasta que lleguemos, ¿de acuerdo?
—Ash, está bien —hace un puchero, luego cierra la caja de dulces y los pone atrás, junto con el resto de sus obsequios.
— ¿Y qué tanto te regalaron tus amigas en el taller?
—Cositas muy tiernas, cuando lleguemos a casa te las muestro.
—Está bien, ahora es momento de que te cubras los ojos —YoonGi saca de su bolsillo un paliacate que le entrega a JiMin.
— ¿Por qué? —Lo toma con cierta duda—. ¿Me vas a llevar a un motel?
—Quizás sí, quizás no, pequeño omega pervertido —le pellizca una mejilla—. Cúbrete los ojos, a partir de ahora yo veré por ti.
JiMin ahora solo puede tener un insignificante acceso de luz, ha quedado casi a oscuras, a la espera de recibir su sorpresa de cumpleaños. Mientras llegan a su destino, YoonGi le acaricia la pancita de vez en cuando y logra tornar el lazo cada vez más cálido, cumpliendo así con el cometido de brindar a su omega los primeros momentos de alegría en un día tan especial.
Cuando el auto se detiene, JiMin se tensa de inmediato.
— ¿Ya llegamos?
—Sí, amor. Deja que yo te abra la puerta y te lleve, ¿está bien?
—Sí, pero no me hagas tropezar, por favor.
—Lo prometo —YoonGi baja del auto y abre la puerta del copiloto.
Cuidadosamente, toma a la mano de JiMin y le ayuda a bajar del auto, cubiertos ambos con el gran paraguas, pues la lluvia no para. Paso tras paso, JiMin se va tornando un tanto desesperado.
—Tranquilo, mi cielo —le calma YoonGi con ayuda de un besito en la sien—. Si quieres una pista, no es un motel.
—Ya sé que no es un motel —refunfuña—. Sé que no me llevarías a uno en mi cumpleaños porque yo prefiero salir a otros lugares y luego hacer el amor en casa. Supongo que se trata de un lugar bonito, tal vez un café o...
—Hey, hey, estás adivinando demasiado —le regaña el alfa—. Solo sigue caminando... hay un escalón, súbelo con cuidado... muy bien, ahora empuja la puerta que tienes frente a ti.
JiMin obedece, tocando con ambas manos una puerta de vidrio que se siente fría y mojada por la lluvia. Pero al ingresar, sus sentidos se llenan inmediatamente de olores agradables, un cómodo calor y... maullidos...
— ¿Dónde estamos?
Entonces YoonGi le retira el paliacate para que pueda ver por sí mismo dónde se encuentran.
— ¿Qué te parece, mi amor? —Le susurra al oído y lo abraza por detrás. Mientras tanto, JiMin ha quedado anonadado por el lugar.
— ¡YoonGi, no puedo creerlo! ¡Es un cat café!
El sueño de JiMin siempre había sido ir a un cat café, pero la oportunidad nunca estuvo presente. Y justo en este cumpleaños tan especial, el alfa decidió hacerle realidad su anhelo.
—Así es, lo abrieron hace poco, pero no te dije porque quería que lo visitaras justo hoy. ¿Te gusta?
—Me encanta —las lagrimitas se escapan de sus ojos debido a la felicidad, pues el lugar es encantador, cálido y con montones de mininos escalando, durmiendo, ronroneándole a los clientes...
—Y esta no es la única sorpresa —YoonGi, tan sigiloso como siempre suele ser, le quita el impermeable y le coloca su respectivo mandil para que pueda interactuar con los gatos sin que estos le rasguñen la ropa.
—Amor, no sé de qué otra manera podrás sorprenderme, con esto ya soy demasiado feliz.
—Hoy será un día lleno de sorpresas, apenas estamos comenzando —le toma de la mano y caminan hasta el fondo del lugar.
Y bueno, JiMin no se cansaba nunca de recordarle a YoonGi que no le gustaba que invirtiera tanto en un cumpleaños. ¿Pero qué podía hacer él con la terquedad tan repentina del alfa? Exacto, nada, porque cuando YoonGi se lo proponía, siempre lograba convencer al omega.
Y justo hoy, JiMin no tiene ni la más mínima idea del tipo de sorpresas que le esperan y no podrá decir que no a ninguna de ellas.
YoonGi lo guía hasta el fondo del café donde hay una mesa redonda y un enorme sillón semicircular con capacidad tal vez para diez personas. Pero JiMin está tan emocionado con los gatitos alrededor, que ni siquiera se da cuenta de que hay un pastel pintado de arcoíris, tampoco se percata de los pequeños muffins decorados con crema amarilla, asemejando pollitos, también hay otros cuantos cubiertos con betún de chocolate y unas tiernas orejitas de gatito sobresaliendo.
Es hasta que JiMin tropieza con la mesa, que se da cuenta de la sorpresa que su alfa preparó para él. ¡Todo se ve tan colorido y delicioso! ¿Cómo fue que YoonGi consiguió tiempo para hacer todo esto, teniendo tanto trabajo?
—Yoon... ¿tú hiciste todo esto? —Le pregunta maravillado y con miles de dudas resplandeciendo en sus enormes ojos.
—La verdad no, recibí mucha ayuda de nuestros amigos.
— ¿Qué amigos? ¿Dónde están...? ¡YoonGi, tú si tenías que ver en todo, alfa mentiroso! —Es entonces que JiMin empieza a atar cabos, porque podrá tener la razón algo nublada debido a las emociones y a las hormonas, pero nunca dejará de ser ese omega suspicaz que YoonGi conoció años atrás.
— ¿De qué hablas? No tengo idea de lo que dices —se burla el alfa, fingiendo demencia, pero a la vez haciendo una seña sin que JiMin se dé cuenta.
Señal que TaeHyung, escondido en el patio trasero del café, capta de inmediato y entonces es momento de traer a todos para empezar con la fiesta.
—Sí, muy gracioso fingiendo que no sabes nada. ¿A poco nos vamos a comer este pastel tú y yo solos? ¡Planeaste una fiesta! ¿Dónde está TaeHyung? ¡Los voy a castrar a todos por jugarme esta bromita!
—Me castrarás solo si me dejo, omeguita aguafiestas —entonces el recién nombrado entra por la puerta trasera y atrás de él vienen el resto de las personas que estuvo esperando todo el día: los Kim, JungKook, HoSeok y, sorpresivamente, JiYong, el jefe de YoonGi con el cual había interactuado poco, pero sabía que YoonGi lo apreciaba mucho.
Entonces una canción muy familiar comienza a sonar en alto y todos gritan al unísono:
— ¡Feliz cumpleaños, JiMin!
Y así la fiesta comienza, con todos ellos bailando y cantando Birthay de The Beatles y dando cálidos abrazos a JiMin, acompañados de disculpas por jugarle una bromita tan pesada. Y una vez que la algarabía ha cesado un poco, el omega al fin puede hablarles a todos para expresar su molestia, a pesar de que se siente feliz de que todos estén ahí con él.
—Todos ustedes se rieron a mis espaldas, no puedo superar aún que me hicieran creer que olvidaron mi cumpleaños—les regaña cruzado de brazos y haciendo un puchero.
—Perdón por esto, Minnie —se disculpa JungKook tras abrazarlo—. Tu alfa puede llegar a ser muy convincente.
—Lo olvidaré solo porque la pasé muy bien en la mañana con las chicas. ¿La sorpresa en el taller fue idea de YoonGi también?
— ¿Cuál sorpresa?
—Eso, hazte el tonto, como si no supieras que SooJin y las Yeon me organizaron una mini fiesta.
—Te juro que no lo sabía, Minnie —JungKook está tan asombrado, pensando en todo el desorden que hicieron, aprovechando su ausencia. ¿Y por qué TaeMin no se lo dijo?
—Bueno, no las regañes por eso, fue lo único que me hizo feliz en la mañana. ¿Y dónde estuviste metido hoy? ¿Faltar al trabajo también era parte de la broma?
—No, tuve que salir a visitar algunos proveedores, no fue parte del plan.
—Está bien, ya dejaré de molestarte con el tema.
— ¿Entonces estoy perdonado? —Hace un puchero y une sus dos manos a modo de súplica.
—Sí, y todos los demás idiotas también. ¡No puedo creer que incluso ustedes, mis médicos, también me jugaran la broma!
— ¡En mi defensa, todo fue idea de YoonGi! —Grita SeokJin y se ríe, escudándose tras su esposo.
—Y en mi defensa, HoSeok me presionó —YoonGi intenta lavarse las manos, pero entre todos protestan y finalmente es el alfa quien termina asumiendo la responsabilidad y toda culpa por los malestares que JiMin pasó durante el día.
—Bueno, mejor vamos a celebrar —interviene SeokJin—. Minnie, yo hice el pastel, espero que te guste mucho porque lo hice con mucho amor. ¿Quieres una rebanada? La partiré por ti en este momento.
—Déjalo comer algo sano primero, Jinnie —dice NamJoon.
— ¡Comerá lo que a él se le antoje comer primero! —Ese es YoonGi, tomando a su omega de la cintura y abrazándolo posesivamente.
—Oooiii~ se ven tan tiernos juntos. ¿Me dejan tomarles una foto? —HoSeok saca su teléfono y, sin esperar por el permiso, empieza a disparar montones de fotos al lindo omega embarazado que es abrazado, mimado y además está sonriendo por tener a sus personas especiales con él en su cumpleaños.
JiMin está muy lejos de estar incómodo. En otra ocasión, se habría molestado mucho por estar recibiendo toda esa atención, pero ahora era lo que más necesitaba dado su estado de vulnerabilidad. Incluso si recibe regalos por parte de los presentes, los aceptará con mucho agradecimiento, así como lo hizo con los de sus amigas en el taller.
—Bueno, realmente me gustaría comer algo salado primero —dice JiMin, luego de abstenerse a probar ese delicioso pastel arcoíris que le llamaba a su lobo demasiado antojado por cosas dulces.
—Está bien, amor, iré a pedir el menú, espera aquí con los demás —le besa la mejilla y entonces lo lleva a sentarse alrededor de la mesa con todos los demás, quienes ya se acomodaron a la espera de la pieza central del día: JiMin.
El omega se sienta en una orilla, junto a JiYong, e inmediatamente una enorme gata blanca se le trepa a las piernas y empieza a restregarse contra la panza.
— ¡Miren esto! —JiYong atrae la atención de todos para señalar el magnífico suceso. HoSeok reacciona inmediatamente, lloriqueando de ternura y tomando montones de fotos.
—Ella sabe que estás esperando un cachorrito —dice SeokJin y se conmueve hasta que sus mejillas quedan rojas.
—Claro, los gatos son muy sabios e intuitivos, hasta dicen que cuidan de nuestras almas mientras dormimos —señala JiYong y, junto con JiMin, acarician a la linda gatita.
— ¿Ya viste que tiene heterocromía? —Pregunta TaeHyung, al ver con más atención los ojos de la felina.
— ¡Es cierto! —JiMin le toma el rostro para ver y nota que tiene un ojo azul y uno verde—. Eres hermosísima, quiero llevarte a casa conmigo.
En eso, YoonGi se sienta a un lado y, con él, viene una mesera a entregarles las cartas y poner sobre la mesa unas cuantas botanas para la espera.
—Es increíble que le gustaras a Sorpresa —dice ella, un poco indignada.
— ¿Te refieres a la gata? —Pregunta JiMin.
— ¡Sí! Es tan quisquillosa, realmente la vemos poco porque no le gusta cuando hay demasiada gente, nunca la habíamos visto aceptar a un cliente así como lo hizo contigo. ¡Y además está ronroneando! Increíble, traicionera, yo te quité las pulgas cuando llegaste aquí.
—Debe querer estar aquí porque estoy embarazado —ríe JiMin y continúa acariciando a la felina, quien cómodamente se acuesta en su regazo, dispuesta a quedarse ahí toda la tarde.
—Oh, han venido muchos omegas embarazados aquí y ella jamás se les acercó. Seguramente tienes ángel con los gatos, deberías adoptarla.
— ¿Se puede adoptar? —Pregunta YoonGi.
—Claro, incluso si no te la llevas de inmediato, firmas un acta del refugio para gatos y es tuya para cuando quieras venir por ella. Mientras tanto, nosotros la cuidamos.
—Sería muy lindo llevarla con nosotros... pero tendríamos que ser muy discretos porque en los departamentos no nos permiten tener animales, Minnie.
—Te aseguro que no te dará problemas —señala ella hacia JiMin—. Le gustan los espacios pequeños y es muy silenciosa. Su único defecto es que come cosas extrañas, como bolsas de plástico, ligas y los cordones de los zapatos.
—Entonces no tendrás un solo bebé, sino dos, JiMin—señala SeokJin y todos ríen.
—Bueno, piénsenlo —dice sonrientemente la mesera—. ¿Quién es el cumpleañero?
—Yo —JiMin levanta su mano.
—Muy bien, aquí te dejo el menú de cumpleaños, puedes pedir gratis cualquiera de los platillos o aperitivos que vengan ahí, solo tienes que enseñarme tu identificación.
— ¡Genial! Muchas gracias —sonríe y recibe de la chica un colorido menú.
Y cuando ella se va, la atención nuevamente recae en JiMin y el tema de su embarazo.
—Y dinos —empieza HoSeok—. ¿Para cuándo está estimada tu fecha de parto?
—Para mediados de marzo —responde JiMin—. Nacerá en plena primavera.
— ¡Magnífico! Será un bebé muy alegre y sonriente, la estación le favorecerá.
— ¿Y ya has pensado en cómo quieres que sea el parto? —Le pregunta JungKook—. Ya que tienes a Jin y Nam atendiéndote, tienes más opciones a comparación de en otros lugares.
—Aún no lo sé, realmente no había pensado en eso —se gira hacia YoonGi, como si buscara las respuestas en él.
—Realmente eso solo lo podrán decidir hasta el octavo mes —agrega SeokJin—. Para ese entonces, ya sabremos en qué posición viene y si no hay complicaciones con el cordón umbilical.
—Todavía no te preocupes por ese asunto, JiMin —le dice NamJoon—. Por ahora solo disfruta de los meses que te quedan de embarazo y descansa mucho.
—Sí, porque cuando ese bebé nazca, ya no existirá en tu diccionario la palabra "descanso" —se burla TaeHyung.
—Gracias por los ánimos, TaeHyung —y le da una patada a su amigo por debajo de la mesa, haciendo que los demás se burlen de él.
— ¿Saben algo? —Pregunta YoonGi—. Siento como si esto fuera una reunión familiar.
—Pues ahora prácticamente eso somos, YoonGi —le dice HoSeok—. En algún momento íbamos a conocer a los amigos de JiMin y a más personas, porque obvio vas a invitar a todo el mundo cuando YongSun cumpla años. ¿Verdad?
—Así es —YoonGi sonríe algo tímido—. Algo bueno salió de la tonta broma, al menos pudimos juntar a todos nuestros seres queridos.
— ¡Mírenlo, se está sonrojando, tan cursi! —JiYong se burla de él, para la sorpresa de todos, pues había permanecido muy callado durante todo el rato.
Luego de pedir la comida, todos comienzan a platicar armoniosamente, como si se conocieran de toda la vida, riéndose a carcajadas y también mimando a los gatitos de diferentes tamaños y colores que se les trepan a todos en sus regazos.
Y JiMin no podría sentirse más feliz y completo, rodeado de las personas que hacen su vida feliz, con una gatita hermosa encima de sus piernas y además disfrutando de comida deliciosa.
Cuando todos terminan de comer, es momento de encender las velas del pastel para que el cumpleañero pida su deseo. Veintidós pequeñas velas de diversos colores están encendidas, soltando pequeñas chispitas, esperando ser sopladas.
—Pide un deseo, mi amor —YoonGi le abraza por la cintura y planta un pequeño beso en su regordeta mejilla.
—Mi único deseo —junta sus manos y los mira a todos—, es que este bebé nazca sano y esté rodeado siempre de gente maravillosa; quiero que tenga amistades sinceras, que viva un amor inolvidable y que nunca le falten motivos para ser feliz.
Conmovidos, todos aplauden y sonríen enormemente cuando JiMin empieza a soplar sus velas.
—Eso es trampa porque tu deseo sí se hará realidad más fácil —le regaña TaeHyung, entre bromas—. El chiste del deseo de cumpleaños es que pidas algo que no puedes pedir en otra época del año, como ganar la lotería o tener un súper poder.
—Entonces deseo tener el súper poder de castrar con la vista a todos los que me jugaron la bromita pesada el día de hoy —reniega JiMin, haciéndolos reír a todos.
Indiscutiblemente, la fiesta de cumpleaños del omega marchó sobre ruedas. Conmovió a muchos, dio inicio a unas nuevas amistades y le aseguró a JiMin un apoyo de por vida por parte de las personas que le rodeaban, pues incluso el jefe de YoonGi, que aunque estuvo algo tímido, se puso a disposición de la pareja para apoyarlos como amigo siempre que fuera necesario.
Entonces, poco a poco todos se van retirando del lugar luego de comer pastel y algunos de los cupcakes de pollitos y gatitos. Los primeros en irse son los Kim y, sorprendentemente, terminan adoptando uno de los gatos más pequeñitos que el café tiene disponibles.
—Fue una fiesta adorable —dice NamJoon—. Nos vemos en su siguiente consulta y si quieren... nos pueden visitar en casa cuando gusten, para que conozcan a SooBin.
—Nos encantaría visitarlos —JiMin agradece abrazando cariñosamente a SeokJin—. Y sobre lo del parto... Es un tema que sí quisiera tocar pronto, quiero estar preparado.
—Les prepararé unos folletos con toda esa información para su siguiente consulta, cielo —le dice SeokJin—. Todavía queda mucho tiempo para decidir.
—Muchas gracias, esperamos verlos pronto —YoonGi les ofrece un apretón de manos, entonces se despiden cariñosamente y se van.
Luego, JungKook, HoSeok y JiYong también se retiran, llevando consigo un cupcake que, por cierto, esos fueron un regalo de TaeHyung. Tras despedirse cálidamente, los tres restantes se quedan a seguir comiendo pastel (porque JiMin lo amó demasiado y no pudo evitar tomar una tercera rebanada), y beben un poco de chocolate caliente.
—Quisiera tener mi cámara en este momento, no pude encontrarla por ningún lado —dice JiMin, comiendo tristemente un pedacito de pastel mientras extraña su preciada Polaroid.
— ¿La perdiste? —Le pregunta TaeHyung.
—No, solo la guardé demasiado bien.
—Ya la encontrarás, amor, ahorita que lleguemos a casa te ayudo a buscarla.
—Deberíamos irnos ya, necesito ponerme mi pijama y recostarme un rato —JiMin se estira, obviamente con cuidado porque cierta gata no ha abandonado sus piernas desde el inicio de la fiesta...
—Y deberías adoptar a esa gata —TaeHyung señala las piernas de su amigo—. Al parecer te quiere.
—La verdad lo estuve pensando y sí me gustaría, pero no todavía. Preferiría esperar hasta que me den la incapacidad para poder dedicarle más tiempo.
—Podemos firmar los papeles de adopción de una vez, si quieres —le dice YoonGi y, de forma traviesa, toma un poco de crema colorida del pastel y la embarra en la mejilla de su pareja.
— ¿De verdad?
—Sí, así nos aseguramos de que cuando sea el momento de llevarla a casa, no se la haya llevado alguien más —y luego lame la crema de su mejilla, importándole poco que TaeHyung esté observándolos en su momento cursi.
—Aunque lo dudo porque al parecer ella no quiere a nadie más que a JiMin —dice TaeHyung—. Ya vas a tener competencia, alfa obstinado.
—Yo soy perfectamente capaz de compartir la atención de JiMin, omega ridículo —y le saca la lengua.
—Si siguen peleando, voy a jalarles las orejas a ambos —amenaza JiMin.
Y luego de unos minutos más de peleas tontas y charlas sobre mascotas, finalmente es momento de irse, no sin antes firmar los papeles de adopción.
—Entonces vendrán por ella en febrero —asegura la encargada del local.
—Así es —asiente JiMin, muy sonriente luego de firmar el documento del refugio—. Mientras tanto vendremos a visitarla. ¿Verdad, amor?
YoonGi asiente, luego su pecho se invade de esa maravillosa sensación ajena de felicidad.
Tras recibir la copia del documento de adopción, ambos se van del lugar, llevando consigo los restos de los postres que sus amigos prepararon para ellos.
—Ahora dime —JiMin se cruza de brazos y mira acusatoriamente a su alfa, una vez que ya están en el auto, esperando que el auto se caliente para poder partir—. ¿Hace cuánto estabas planeando esto?
—Minnie...
—No me voy a enfadar, te lo prometo, solo quiero saberlo —cambia su postura, luego acaricia la mejilla de su pareja y habla con voz suave.
—Desde hace un mes —confiesa, sorprendiendo por completo a JiMin—. De pronto sentí la necesidad de hacerte una fiesta linda, pero sabía que no aceptarías algo grande, así que mejor elegí ese café y solo a las personas cercanas a nosotros. Si te fijas, nadie te dio regalos además de los postres porque yo les pedí que no lo hicieran, ya sé que te incomodan. Quise que fuera un cumpleaños mucho más especial que los anteriores, perdón si lo arruiné con la broma...
—Está bien, te perdono por la estúpida broma —le da un pequeño beso en la mejilla—. Este ha sido el mejor cumpleaños de mi vida, Yoonie, muchas gracias por todo.
—Y aún no termina...
— ¡¿Qué?!
—Abrocha tu cinturón, iremos a casa. Ahí es donde está la verdadera sorpresa...
— ¡Min YoonGi!
Nota 1: El baram tteok es un postre tradicional coreano que se prepara con pasta de alubias o frijoles rojos azuki y harina de arroz glutinoso. Básicamente es un pastel de arroz, así como JiMin UwU y se ve como en la imagen de abajo, pero claro que se puede decorar de muchas maneras, así como yo elegí decorarlo amarillo y con caritas de pollitos.
Nota 2: la gata llamada Sorpresa sí existe, es ella y es de mi amiga Verito y sí, tiene heterocromía, que es una condición en la que los ojos son de diferente color:
Nota 3: muchas gracias por seguir aquí UwU nos vemos en el siguiente capítulo.
Abracitos,
AgustDina
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