𝕍𝕀𝕀𝕀. 𝕊𝕖𝕟𝕤𝕚𝕓𝕚𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕪 𝕒𝕟𝕥𝕠𝕛𝕠𝕤
Cada vez que TaeHyung visita el departamento de los Min-Park, siempre lleva un presente para ellos. Ya sea comida, una prenda de vestir, dulces o cualquier otra chuchería, siempre le gusta consentir a sus amigos con pequeñas cositas que den un solo mensaje siempre: cuánto los ha extrañado, sobre todo a JiMin. Sin embargo esta vez parece haberse excedido con el obsequio...
—Es demasiado, Tae, te la pagaré —JiMin se sonroja al ver el interior de la caja.
—Tonterías, no aceptaré ningún pago de tu parte, es algo que te regalo de corazón para que puedas capturar todos los mejores momentos de tu embarazo y luego hagas un enorme álbum de fotos lleno de las sonrisitas y lloriqueos de tu bebé.
—Pero debió costarte demasiado, Tae...
— ¿En qué parte de nuestro contrato de amigos dice que no puedo regalarte algo costoso? No me jodas y acéptala, Park.
—Está bien —JiMin suspiró y sacó con mucho cuidado la cámara Polaroid original, reluciente y un poco pesada.
Uno de los pequeños caprichos de JiMin, era tener una cámara instantánea para llenar un álbum con sus momentos más preciosos. Pero con el paso del tiempo y el montón de responsabilidades que tuvo que adoptar luego de emanciparse con YoonGi, había olvidado lo mucho que deseó la cámara en el pasado.
Y ahora que la tiene, la felicidad lo obliga a derramar montones de lágrimas.
— ¿Por qué lloras, Minnie? —TaeHyung intenta tomarlo de las manos, pero antes de que pueda hacer cualquier cosa, YoonGi llega como un rayo en respuesta al inmenso llamado del omega a través del lazo.
—Es... es que esto es demasiado bonito, gracias Tae —y sus lágrimas caen y caen, pero su alfa acciona con rapidez, abrazándolo por la espalda y arrullándolo mientras él deja fluir todo su llanto.
—Yo solo le hice un regalito —TaeHyung no entiende nada, simplemente observa a su amigo hecho un mar de lágrimas y se sienta en la alfombra de la sala como un cachorro regañado.
—Está muy sensible por el embarazo, Tae —le explica el alfa—. ¿Ese es el regalo que le diste?
—Sí, no creí que...
—Ya, perdón por este maldito episodio de llanto, no pude evitarlo —JiMin se reincorpora y se obliga a dejar de llorar, pero YoonGi sigue percibiendo su fragilidad.
—No pasa nada, amor, es normal y lo seguirá siendo por algunos meses —el alfa besa la nuca de su omega y, tras asegurarse de que se ha calmado, se aleja para sentarse en el sillón y ver la magnífica cámara que TaeHyung le ha regalado.
—Si te doy un abrazo, ¿me juras que no te vas a romper? —Bromea TaeHyung y se acerca temeroso para ofrecerle un abrazo a JiMin.
—Idiota —ríe JiMin y le acepta el abrazo.
Realmente siempre extraña mucho a TaeHyung. Para ambos es una pena que el trabajo soñado del otro omega esté justo en Daegu y que sea difícil moverse de ahí, pero la costumbre de verse algunas veces al mes es algo que seguramente jamás perderán.
JiMin asegura que, si alguno de los dos fuera un alfa, seguro serían una pareja predestinada debido a lo magnífica y sincronizada que es su amistad. A veces incluso les llega el celo al mismo tiempo o completan las frases que el otro solo piensa. Su relación es simplemente una rara maravilla de la naturaleza, tanto que incluso sus aromas visibles se combinan, ya que TaeHyung huele a pasto recién cortado.
— ¿Ya vas a ser nuestro esclavo, YoonGi? —Pregunta TaeHyung, tras soltar a JiMin—. En este momento se me antoja un poco de ese helado que Minnie compró.
—Esclavo tus pelotas, Tae, sírvete tu propio helado —el alfa empuja al molesto omega con la planta de su pie, haciendo a JiMin reír, pues realmente ama la confianza que se generó entre su mejor amigo y su pareja.
—Mi amor... —entonces el JiMin tierno salta a la acción, gateando hasta YoonGi y posando su rostro sobre las rodillas del alfa—. La bebita tiene antojo de helado... ¿Y si sirves un poco para nosotros?
—Y de paso para el tío, que no lleva un bebé dentro, solo es un glotón.
—JiMin —el alfa se acerca a él con un rostro severo que llega a ser intimidante—. Sabes muy bien... —baja su voz y lo toma por las mejillas—... que yo haré todo lo posible por complacerte y a nuestra bebé también. Y ni hablar de TaeHyung, que aunque es molesto, de todas formas me dan ganas de servirle su puto helado.
Tras mirarlo por un segundo con ojos severos, de pronto la sala estalla en carcajadas y YoonGi finalmente se levanta a servir tres copas de helado de menta con chispas de chocolate, el favorito de su omega.
Toma la bandeja con todos los postres servidos y la deja encima de la mesita del centro, pero al ver a su lindo omega hablando y riendo con su mejor amigo, no puede evitar tomar la cámara para capturar el momento. Con mucho cuidado, carga el papel en el aparato y empieza a apuntar para donde están ese par de omegas risueños.
—Volteen, omegas —ambos voltean al instante y, en cuanto ven la cámara, se acomodan de espaldas y sonríen para ser capturados en una bella fotografía instantánea.
Cuando la foto se imprime, YoonGi queda cautivado por la belleza de su omega y de lo feliz que se ve.
—Lindo —sonríe YoonGi de oreja a oreja.
— ¡Quiero ver, quiero ver! —Se acelera TaeHyung y le quita la foto de las manos al alfa.
— ¡Salimos muy lindos! Gracias por tomarlos la foto, amor—JiMin también se emociona, saltando de felicidad por la maravillosa primera foto que guardará en su álbum por muchos años:
Entonces, los tres se sientan en la alfombra alrededor de la mesita, toman cada uno una copa y comen risueñamente mientras platican. Y JiMin, obviamente, no puede separarse de su alfa, así que se sienta entre las piernas de este, jugueteando con sus manos y recibiendo lindos besitos en su nuca de vez en cuando.
Y lo que iba a empezar como una pijamada solo para omegas, se convirtió en una bella velada donde jugaron con los naipes, se pusieron al día en cuanto a sus vidas y luego se tomaron preciosas fotos instantáneas un poco ridículas, tanto que terminaron riendo hasta el cansancio.
Luego, ya entrada la noche, JiMin empieza a bostezar debido a lo cansado que está. Al notar este agotamiento, el alfa le manda a ponerse pijamas. TaeHyung también se prepara para dormir.
Pasados unos minutos, la sala ahora está preparada para que los tres pasen la noche ahí, ya que fue un pequeño capricho de JiMin el querer dormir junto a su mejor amigo, pero abrazado por su alfa también.
—En serio, no tienen que dormir aquí conmigo —les insiste TaeHyung una vez más—. Entiendo si prefieren irse a dormir a su cama o al nido...
— ¡Yo quiero dormir con TaeTae y Yoonie al mismo tiempo! —Rezonga JiMin, haciendo un puchero adorable y sacudiendo sus pies que cuelgan del sillón naranja.
—Yo creo que mejor le hacemos caso al omega embarazado —se burla YoonGi—. No querrás recibir toda la ira de su berrinche.
— ¡No es berrinche! —JiMin ahora se cruza de brazos y mira a YoonGi con el entrecejo fruncido.
—Sí lo es, Minnie, eres el omega más caprichoso del mundo —ahora TaeHyung es quien se burla y, para molestarlo más, le aprieta las mejillas abultadas.
— ¡Yoonie, TaeTae me está molestando!
—Ya, ya, omega berrinchudo, vayamos a dormir ya, que mañana tienes trabajo y TaeTae debe abordar el tren muy temprano también —el alfa muere de risa al ver tal escena.
Jamás, en todos sus años siendo pareja, había presenciado una faceta tan infantil de su omega. Es bastante divertido para él descubrir que también puede comportarse como un niñito de cinco años.
—Está bien, te perdono, TaeTae idiota —JiMin le saca la lengua a su mejor amigo y luego los tres terminan riéndose.
En el centro del gran colchón inflable donde dormirán, se encuentra JiMin a la espera de ser envuelto por la calidez de las personas que más ama en el mundo.
Su alfa apaga la luz y la sala queda casi en la penumbra, pues la luz del pasillo de su edificio se cuela por las suaves cortinas de la ventana.
— ¿Pusiste la alarma, Yoonie?
—Sí, cariño —le responde el alfa y se acuesta junto a su omega, abrazándolo por la espalda.
Del otro lado, TaeHyung le toma las manos como solían hacerlo cuando tenían sus pijamadas en Daegu. Así dormían toda la noche, a veces TaeHyung terminaba por abrazarse del abdomen de su amigo o simplemente le pasaba una pierna por encima, pero siempre dormían haciendo un contacto que les hacía sentir bien. Las noches que pasaba junto a TaeHyung en Daegu, eran siempre las más tranquilas para JiMin porque podía dormir sin preocupaciones y en una cama suave, no como la que tenía en el sótano de la casa de su padre.
— ¿Por qué estás ansioso, amor? —YoonGi siente un poco de incomodidad a través del lazo.
—Por nada importante, realmente —le contesta en voz muy bajita, pues TaeHyung ya se ha dormido—. Solo creo que debí haberte preguntado si querías compartir cama con TaeTae esta noche, tal vez no te guste que él me toque mientras dormimos.
—No me molesta para nada, él es tu mejor amigo y te hace bien. Tal vez me molestaría y me pondría posesivo si quisieras meterlo a nuestro cuarto o al nido, pero sé que no lo harás porque te estás poniendo muy territorial con esos lugares de la casa.
Ante el comentario, JiMin se sonroja debido a los recuerdos que ese nido le trae.
—Jamás dejaría que nadie se meta en nuestro nido —contesta casi inaudiblemente—. Podemos... ¿Podemos dormir en el nido mañana?
—Mañana y todas las noches que tú quieras, mi cielo —YoonGi al fin se rinde ante el sueño y estas son las últimas palabras que puede articular antes de dejar caer su cabeza por completo en la almohada.
Y JiMin le secunda, pues fue un día cansado para él también.
Cada día que pasa, se siente más pesado para su cuerpo. A veces quiere dormir todo el día, de pronto le dan ganas de llorar a mitad de un trabajo, tiene antojos demasiado intensos y tiende a enfadarse fácil si no puede conseguirlos, tanto así que YoonGi a veces no se puede concentrar en su trabajo porque el omega está constantemente comunicándole sus ansiedades a través del lazo. Cuando esto ocurre, YoonGi suele llamar al omega para preguntarle qué está pasando pero a JiMin lo que menos le agrada es molestar a su alfa, mucho menos en horario de trabajo, así que se limita a responder un "no te preocupes, no es nada".
Y apenas lleva un mes de embarazo. ¿Qué será de él y de YoonGi cuando esté más avanzado y necesiten estar pegados todo el día?
-Tiempo de embarazo: dos meses-
— ¡YoonGi! —un agudo grito sale de su garganta, alterando al alfa que está trabajando en el estudio—. ¡YoonGi, ven!
Rápidamente, el alfa acude a la cocina, donde se suponía que el omega estaba buscando sus vitaminas, pero ahora está sentado en un taburete, llorando y con el rostro cubierto por sus manos temblorosas.
— ¡Amor! ¡¿Qué pasa?! —YoonGi se altera, pues puede sentir la angustia de JiMin, es una fuerte presión en el pecho.
—Y-Yo... —el omega descubre su rostro, dejando ver sus ojos hinchados por las lágrimas—. Yo... pisé por accidente una mariquita...
—Ay, mi amor —YoonGi se enternece al instante. Quisiera soltarse riendo, pero su omega está tan sensible últimamente, que incluso cuando se despierta minutos después de la hora de su despertador, llora y se enfada.
—E... Ella solo estaba ahí, parada en mi pantufla y yo metí mi pie y... y... —nuevamente el llanto, demasiado doloroso de ver para YoonGi.
—Ven aquí, mi vida —YoonGi le abraza amorosamente y el omega se refugia efusivamente en el pecho de su alfa—. Sé que no fue tu intención pisarla, pero ya pasó, mi amor. ¿Ya limpiaste tu pie?
—Y-Ya —solloza el omega—, pe-pero me siento m-mal por ella... quién sabe cómo en-entró a la c-casa...
—Se meten todo el tiempo por debajo de la puerta y por las ventanas abiertas, mi amor, son cosas que a veces pasan —intenta calmarle, dándole un poco de serenidad a través del lazo.
Lo cual comienza a funcionar, haciendo que los sollozos de JiMin cesen de a poco y el omega reduzca la fuerza con la que abraza a su alfa.
Y entre el abrazo y los tenues movimientos de arrullo que YoonGi provoca, la grave y tranquila voz del alfa empieza a entonar una canción que a JiMin siempre le hace sentir bien.
—Here comes the sun, du du du du, here comes the sun and I say it's all right...
Así desafinando, pero cantando perfectamente la letra, el alfa logra que JiMin por fin empiece a respirar tranquilamente, es algo que logra percibir a través de su conexión tan fuerte e íntima. Antes de salir del cómodo escondite que es el pecho de su alfa, JiMin olfatea su combinación de aromas favorito en todo el mundo, se permite llenar de esa paz y suspira profundamente.
— ¿Ya te sientes mejor? —YoonGi le acaricia la espalda con ternura y amor.
—S-Sí —le observa y sonríe tímidamente—. Has de pensar que soy un tonto, llorando por estas cosas, pero no puedo evitarlo... Simplemente pasa, a veces lloro en el trabajo porque se me acaba el hilo de la máquina de coser...
—Lo sé, mi amor —suspira el alfa—. ¿Recuerdas que puedo sentir todo lo que sientes tú? Todo el día te percibo.
—Perdón por molestarte con eso a diario, es que no lo puedo evitar —el omega se siente avergonzado, no le agrada saber que le causa estragos a su alfa con sus llamados inútiles como mil veces al día.
—Mi vida, quisiera hablar sobre eso en este momento —YoonGi aprovecha el momento, así que toma de la mano a su omega y lo lleva hasta el nido, donde se sientan en el centro y se sostienen una tierna mirada.
— ¿Sobre qué quieres hablar?
—Sobre los mil llamados al día —el alfa nota cómo su omega se hace pequeño debido al comentario, pues está claro que está mal interpretando la información—. Si piensas que me molesta, estás equivocado. Al contrario, me encanta sentirte todo el tiempo.
— ¿De verdad no te molesta?
—No, pero pienso que tenemos que hacer algo al respecto porque no te hace bien estar angustiado todo el tiempo. Cuando te llamo para preguntar, dices que no pasa nada, pero yo sé que sí pasa algo y quiero ayudarte. ¿Me quieres contar?
—Bueno... —el omega respira hondo, venciendo sus sentimientos para hablarle claro a su alfa—. A veces tengo antojos, pero como no me puedo mover de mi sitio por el trabajo, me enfado y mi lobo te llama automáticamente
—Bien. ¿Qué otra cosa te hace llamarme?
—Cuando me frustro por cosas pequeñas... ¿Realmente es necesario que enliste cada cosa? En realidad me puedo enfadar o llorar hasta por quedarme sin hilo o porque quedó una manga más pequeña que la otra. No creo que puedas ayudarme a lidiar con todo eso...
—Bueno, puede que no pueda evitar que te frustren esas pequeñas cosas, ¿pero qué hay de los antojos? ¿Puedo ayudarte con eso?
— ¿Correrás diez cuadras hasta el taller solo para cumplir mis antojos? —Se ríe el omega por lo ridículo que suena eso. Realmente su alfa siempre ha sido dulce y le ha consentido todo desde que están juntos, pero esto del embarazo ya es de otro nivel.
—Créeme que sí soy capaz —ríe el alfa y le besa las manitos al omega—. Pero puedes decirme qué antojos tienes y así yo puedo armarte una lonchera con algunas cositas para que piques mientras trabajas. Supongo que JungKook te dejará hacerlo debido al embarazo.
—Ehm, bueno... Quiero chocolates y arándanos...
— ¿Solo eso?
—No, también quiero kimchi, un montón de kimchi, y nueces y fresas y... ¡Danoninos!
Al exclamar su último antojo, el omega siente que se está excediendo un poco y cubre su boca con ambas manos, sonrojándose.
—De acuerdo —YoonGi ríe de ternura—. Mañana iremos de compras y traeremos todo lo necesario para cumplirte tus antojos, te haré una lonchera cada día. ¿Está bien?
—Alfa, eres el mejor —y, como de costumbre ante la excesiva felicidad, JiMin suelta el llanto y se acurruca en el cuello de YoonGi.
—Lo sé —fanfarronea el alfa—. Veremos si con esto te pones menos angustiado durante el día, pero si te sientes verdaderamente frustrado, te llamaré y me dirás lo que pasa. No voy a dudar en correr para calmarte con un abrazo y me importa una mierda si dejo a medias el trabajo. Tu bienestar y el de nuestro solecito van primero.
—E-Está bien, alfa —lloriquea el omega, feliz por lo afortunado que se siente—. Lo siento por estar demasiado sensible, a veces me siento muy tonto...
—No digas eso, Minnie, jamás podría piensar que eres un tonto y tampoco me molesta que estés sensible y que me necesites demasiado. Recuerda que el doctor dijo que a medida que avance el embarazo, no podremos estar lejos por mucho tiempo, lo cual para mí es bueno porque amaré tenerte más tiempo para mí solito.
—Pero no quiero molestarte —suspira JiMin—. Ya molesté mucho a JungKook pidiéndole permisos y haciéndole saber que mis horarios en el trabajo se van a acortar a partir de los seis meses o antes.
—Pero yo soy tu alfa —le dice celosamente y JiMin se doblega, enseñando el cuello y agachando la mirada—. No es una molestia para mí, sabes que voy a hacer todo lo posible para que pases el embarazo más cómodo del mundo, aunque tengas náuseas por la mañana y se te antoje comer kimchi a todas horas.
— ¡Quiero kimchi en este momento! —Se ríe JiMin y se abraza avergonzado a su alfa—. Ya sé que son las diez de la noche, pero tengo hambre...
—Lo sacaré del refrigerador, siéntate y espera a que yo te sirva.
—Vamos, esclavo, sírveme un gran plato de kimchi y también mis vitaminas.
—A la orden, amo JiMin.
Tan dulces y llenos de caprichos, así han sido los días desde que la necesidad de estar juntos aumentó.
Sin embargo, esa necesidad constante de estar con su alfa ha puesto a JiMin en un plano difícil, ya que no han tenido sexo desde aquel celo tan dulcemente salvaje donde su pequeño cachorro fue concebido. Y JiMin está cada vez más ansioso por provocar a su alfa con toda su tierna desnudez e incitarlo a hacerle el amor toda la noche.
Ese es el otro antojo que el omega no se atreve a confesar, pues no sabe cómo el alfa podría tomar su casi salvaje necesidad de un contacto más allá de mimos y besos. Y además, aunque suene tonto, tiene miedo de lastimar al bebé durante el acto.
Y curiosamente, YoonGi carga con el mismo pesar. Cada noche ha tenido unas inmensas ganas de desnudar a su omega y hacerle el amor hasta que salga el sol. Pero claro, almas gemelas tenían que ser, compartiendo incluso los mismos temores absurdos que tampoco son capaces de contarle al otro con tal de no romper la burbujita de amor y ternura.
Por estas razones es que ambos han reprimido un montón de veces al fiero deseo de arrancarse la ropa y revolcarse en el nido.
Y hablando del nido, JiMin le ha dicho al alfa que no importa cuánto tiempo la ropa pase ahí, él no deshará el nido hasta que los meses de su embarazo se agoten y además quiere que los primeros días que su cachorro esté en el mundo, duerma en él y se llene de la seguridad que le conferirán los aromas de sus padres.
Pero lógicamente, la ropa se ensucia si ambos duermen ahí constantemente, tal y como lo han estado haciendo casi a diario cuando JiMin llega del trabajo a las cinco de la tarde.
Y para resolver eso, YoonGi le propuso a JiMin que intercambien una prenda sucia del nido, por una que él acabe de usar, y así de forma rotativa para que el aroma siga conservando los olores que a JiMin le llenan de seguridad, pero sin perder sus hábitos de higiene, ya que el alfa se preocupa mucho por esas cosas.
-Al día siguiente, en la noche-
JiMin está sentado en el nido, leyendo un libro mientras YoonGi trabaja en el diseño de algunos personajes que debe enviar a JiYong para el fin de semana.
—Ya elegí el nombre —YoonGi se exalta cuando escucha hablar al omega tan repentinamente.
— ¿Tan pronto? —Sonríe el alfa y deja su trabajo para ir a acostarse en el nido junto a JiMin.
—Sé que es muy temprano para decidir, pero tengo el nombre perfecto, no importa su sexo, le queda a la perfección.
— ¿Y puedo saber cuál es? —Pregunta el alfa, acurrucándose en el regazo de su dulce omega. Sus anchas piernas sirven de soporte para estar cómodo sobre ellas. El omega solo le mira desde arriba y pone el libro a un lado.
—YongSun —el omega sonríe con orgullo y su alfa le imita.
—Tienes razón, le quedará perfecto sin importar su sexo.
—Siento que será niña, Yoon —JiMin juguetea con el cabello negro del alfa.
— ¿Qué te hace sentir eso?
—No lo sé, mi instinto me lo dice. ¿Y sabes algo? Mamá presintió lo mismo de mí, ella le dijo a mi padre que yo sería varón y así fue. También, ella sabía que yo me presentaría como omega.
—Me hubiera encantado conocer a tu madre —YoonGi se acerca al vientre del omega y olfatea con sus ojos cerrados, entonces nota un olor diferente. Es una mezcla de danonino de fresa con otra cosa que no logra distinguir. ¿Tal vez vainilla? No lo sabe, pero huele tremendamente suave, dulce y hermoso.
—Y ella te habría amado, estoy seguro —JiMin suena un poco triste, pero sonríe de solo recordar el rostro de su madre—. Ella siempre fue mi ejemplo a seguir, la única persona que me tomaba en cuenta. A pesar de haber nacido varón, mi padre me ignoraba porque yo decía que era diferente a lo que él esperaba. Y cuando mamá murió...
—Tu padre ya no tuvo freno para mostrarte su desprecio —le completa YoonGi, apenado totalmente por la situación—... Mi amor, me duele mucho que hayas pasado por eso, quisiera poder borrar todo ese feo pasado y sustituirlo con recuerdos felices y llenos de amor.
—Ya lo estás haciendo —el omega, dejando caer una lágrima de felicidad, acaricia su vientre con una mano y con la otra da un masaje en el cuello de su alfa—. Desde que te encontré, no has hecho nada más que hacerme feliz y me he olvidado casi por completo de esas personas que me hicieron sufrir. Ya ni siquiera me interesa saber cómo están porque ahora solo estoy rodeado de gente buena.
—Me contagiaste las ganas de llorar, es como si yo también estuviera cargando al cachorro y me hiciera ponerme sensible todo el tiempo —YoonGi también deja salir un par de lágrimas y besa la mano que el omega ha interpuesto entre su rostro y el vientre—. Juro que te cuidaré siempre y si alguien intenta molestarte de nuevo, partiré su cráneo en mil pedazos.
—No digas esas cosas junto a mi panza, le vas a transmitir al cachorro las ganas de destruir a sus enemigos —ríen ambos y, finalmente, el alfa se levanta de esas cómodas piernas para abrazar a su omega, pegándolo a su pecho.
—Te amo, mi dulce, dulce omega.
JiMin se enrojece debido a la alegría que rebosa su ser, se adhiere con fuerza a su alfa y le besa el pecho por encima de la playera.
Y YoonGi se estremece, pues unas manitos traviesas se cuelan debajo de la tela y le generan un cosquilleo que logra exaltar cada fibra de su ser.
—A-Amor —YoonGi jadea cuando sus costillas son acariciadas y, de pronto, los exquisitos labios del omega le rozan el cuello.
—Estás duro —el omega sonríe travieso y aprieta sus dedos sobre la blanca piel de su alfa, provocándole un gemido inesperado.
Tienen tanto tiempo sin tocarse así debido a los miedos del embarazo, la piel está demasiado susceptible a cualquier roce y seguramente estarán hirviendo si continúan tocándose así.
JiMin se agacha seductoramente, yendo a parar a la dura excitación que YoonGi guarda bajo su pijama.
— ¿Qué... vas a hacer?
—Voy a ayudarte aquí —el omega le mira con lascivia y le deja la hombría al aire en cuestión de segundos. Realmente ya no puede contener las ganas, de alguna manera tiene que saciar su antojo de intimidad con su alfa.
Sin dar espacio para objeciones, simplemente lo toma con su boca y lo sostiene con ambas manos, dejando suaves caricias en sus bolas y lamiendo juguetonamente la punta húmeda.
—Hazlo hasta que me corra —ante esta orden cargada de autoridad y excitación, el omega obedece y lo lleva hasta el límite de su garganta, provocándose arcadas que vuelven loco al alfa, quien solo se limita a gemir, enredar sus dedos en los rubios y ondulados cabellos del omega y echar la cabeza hacia atrás entre las almohadas, disfrutando de las succiones tan placenteras que está recibiendo.
Ancha y potente es la erección el alfa, pero es más hábil la boca del omega al engullirla toda y cada vez con más rapidez, demostrando así que solamente él, su alma gemela, puede darle el placer que necesita y llevarlo al límite.
— ¡Aaah, más rápido! —El alfa se siente a punto de llegar, los dedos de sus pies se contraen y cada músculo está tenso, a la espera de liberar su potente orgasmo dentro de la boquita de JiMin.
El omega, obediente y sumiso como siempre es cuando tiene en frente el pene de su alfa, acelera las embestidas a su boca, gimiendo también por lo increíble que se siente escuchar a YoonGi expresar su placer. Además de lamer y chupar cada centímetro, JiMin estimula con su mano, adquiriendo cada vez más velocidad hasta que se hacen presentes los espasmos que anteceden al clímax.
Y justo como le gusta a YoonGi, JiMin se centra únicamente en la punta para poder recibirlo en toda su gloria, su lengua se ocupa de estimular el frenillo y su mano solo sube y baja rápidamente hasta que al fin el semen del alfa se libera directo en su lengua, algunas gotas se escapan por las comisuras, tornando la vista tremendamente morbosa y exquisita: un par labios regordetes y rojos manchados con la semilla fértil de su hombre.
Los ojos de YoonGi lagrimean de placer y su cuerpo está relajado y feliz. El omega le mira desde abajo mientras se va levantando y admira la belleza de su pareja al lucir el rojo en sus mejillas y la sonrisa de satisfacción.
—Tienes semen en la boca, déjame quitártelo —YoonGi lo atrae rápidamente hacia él y le besa apasionadamente, encontrándose con la sorpresa de que JiMin retuvo el semen todo el tiempo. Es así como termina probándose a sí mismo directo de esos labios angelicales y perversos a la vez.
—Me gusta el sabor de mi alfa —sonríe el omega al finalizar el beso.
—Ahora déjame ayudarte...
—No —JiMin sonríe tímidamente y se levanta del nido—. Mañana tenemos cita temprano con el médico, debemos dormir ya.
—Vamos, amor... así como a ti se te antoja el kimchi, el chocolate y los danoninos todo el tiempo, a mí te me antojas tú en este momento...
—Mañana... ¿Está bien?
—Pero también estás duro —el alfa le señala su propia erección y JiMin se la cubre con ambas manos, sintiendo un poco de pena.
—Yo quería complacerte hoy, esperemos hasta mañana. Si me haces tener un orgasmo en este momento, voy a caer en coma y no despertaré en tres días.
—Está bien —el alfa sonríe, resignado a que esa noche no probará a su omega una vez más.
Sin embargo, empieza a sentir la esperanza de al menos tocarse y complacerse así durante el embarazo, pues no se siente cómodo de preguntarle al omega si puede penetrarlo.
Cuando el omega se va a dar una ducha para bajar la calentura que le dejó tal encuentro, el alfa continúa con su trabajo, pero está distraído porque tiene montones de dudas.
—Lo mejor será preguntarle mañana a NamJoon...
Y mientras el omega se da una ducha...
—Le preguntaré a SeokJin si es bueno tener sexo durante el embarazo...
Sí, ambos son un par de tontos que no sienten la confianza de hacer esa pregunta directamente. Pero son padres primerizos, realmente es una timidez un tanto tierna y, para consuelo de JiMin, sabe que al menos YoonGi también siente deseos de estar con él.
—Me alegra que todo vaya normal —les dice NamJoon, tomando notas en el informe mensual del expediente de JiMin—. Los cambios que está presentando JiMin son totalmente normales, así que no tienen por qué preocuparse. Pero sí te pido que cuides tu alimentación, JiMin, necesitas tener una digestión sana y también dar al bebé cosas variadas y ricas en nutrientes, sé que solo quieres comer kimchi, chocolates y danoninos, pero debes comer otras cosas también.
—De acuerdo —suspira JiMin, resignado—. ¿Ya podemos pasar a la vergonzosa revisión?
—Pasa, adelante, Jin te está esperando —NamJoon le indica con una mano y JiMin obedece más rápido que la vez anterior, como si tuviera una especie de urgencia.
Cuando entra a la pequeña salita de revisión, se encuentra con SeokJin y este le recibe cálidamente.
— ¡Aquí viene mi segundo omega preferido! —Le da un pequeño abrazo y luego lo guía hasta la puerta del baño—. El primero es JungKook, obviamente. Adelante, pasa a ponerte la bata, la revisión será rápida.
—Está bien —JiMin toma la bata y se dirige hacia el baño, pero se detiene abruptamente, ya que no puede esperar para aclarar su duda—. SeokJin, necesito preguntarte algo.
—Adelante —asiente el omega mientras prepara sus instrumentos de inspección.
— ¿Tú tienes hijos?
—Así es, NamJoon y yo somos padres de un hermoso cachorrito de cuatro años —le responde sonriendo orgulloso.
—T-Tu... Esto es vergonzoso, pero necesito hacer esta pregunta... ¿Tú sentías demasiadas ganas de tener sexo con NamJoon durante el embarazo?
—Claro que sí —vuelve a sonreír, presumiendo sus blancos dientes—. ¿También te sientes así?
—Sí —asiente apenado—. No hemos tenido relaciones desde que fue mi celo, pero he tenido muchas ganas. Sin embargo, no quiero arriesgarme a lastimarme por dentro y que algo le pase a nuestro bebé.
—Corazón, eso no pasará —el omega enfermero le mira con cierta ternura—. Tus paredes están preparadas para soportar cualquier cosa y hacer que la vida de ese bebé permanezca. Naturalmente, nuestros antepasados, que eran más lobos que humanos, solían tener mucho sexo durante el embarazo del omega para que el lazo nunca dejara de ser fuerte y el bebé pudiera sentir la conexión entre sus padres. Y te contaré una cosa... —se sonroja un poco y se acerca a JiMin, como si quisiera revelarle un secreto—... NamJoon y yo tuvimos mucho sexo cuando estábamos esperando a nuestro cachorro. Incluso se sentía mucho mejor porque Nam me sentía más apretado y yo también, es una sensación muy exquisita, diferente y única, nada comparado al sexo normal o el del celo.
— ¡¿En serio?! —JiMin susurra y se sorprende enormemente, sus mejillas se sonrojan instantáneamente—. ¿Pero no te daba miedo que...?
— ¿Perder al bebé? —JiMin asiente—. Por supuesto que no. No hay por qué temer, mientras sea suave y en posiciones que no presionen tu vientre.
— ¿Entonces está bien si lo hacemos? —Pregunta tímidamente, aferrándose a la bata entre sus manos.
—Está más que bien, además ayudará a fortalecer tus defensas y a necesitar menos a tu alfa cuando estén a la distancia. Renovar el lazo al menos una vez al mes, ayudará lo suficiente para calmar las ansias.
—Gracias, SeokJin —sonríe JiMin y finalmente entra en el baño para cambiarse.
Al verse al espejo, nota sus mejillas sonrojadas y también una erección ha crecido vergonzosamente. Es entonces cuando se siente completamente seguro de lo que hará.
No esperará más por su alfa, no dejará que pase un día más sin poder desnudarse frente a él y rogarle para que le permita saciar su enorme antojo de amor.
Del otro lado del consultorio, YoonGi también expresa las mismas dudas a NamJoon, recibiendo exactamente las mismas respuestas que SeokJin le dio a JiMin, e incluso algunos consejos sobre posiciones para mejorar el disfrute de ambos.
Por ello es que cuando se reúnen junto a la pantalla de la ecografía, hay un nada discreto sonrojo en las mejillas de los futuros padres, pues ambos están ansiosos por largarse a casa y hacer el amor como unos locos, desatando todo lo que se reservaron por poco más de un mes.
Pero se obligan a contener sus impulsos, aunque de nada sirve que intenten ocultarlo porque sus feromonas son un tanto escandalosas.
—Aquí está —les señala SeokJin la pantalla, apretando un poco el aparato en el vientre del omega—. Todo está perfecto, no hay señales de malformaciones ni anormalidades en el crecimiento.
—Nuestro solecito está creciendo rápido —JiMin nuevamente rompe en llanto como la primera vez y es contenido rápidamente por su alfa. No cabe duda que a YoonGi le encanta mimar a su omega cada vez que este le necesita.
— ¿Van a querer saber el sexo del bebé o prefieren que sea sorpresa? —Pregunta NamJoon—. En tres meses más podremos saberlo, pueden ir pensando qué quieren hacer.
—Queremos que sea sorpresa —apretando a JiMin que aún lloriquea mientras se limpia la barriga conuna toallita húmeda—. Ya elegimos el nombre y le sentará bien si es niño o niña o con partes de ambos.
— ¡Vaya, qué padres tan preparados tenemos aquí! —Sonríe SeokJin—. Ni nosotros fuimos así de decididos, apostamos por el sexo de nuestro hijo y NamJoon perdió, él quería una niña.
—No me balconees frente a los pacientes, SeokJin —le regaña el alfa.
—Son más que pacientes para mí, amor, y tú piensas igual, pero te quieres mantener en tu faceta de alfa pulcro y profesional.
—Bueno, suficiente por hoy —NamJoon se sonroja y le entrega a la pareja una carpeta azul—. Aquí están las capturas del a ecografía, vuelvan en un mes para el próximo chequeo, pero si surge alguna emergencia, vengan o llamen de inmediato, si es demasiado urgente podemos hacerles una visita domiciliaria.
—Muchas gracias, Nam —YoonGi se despide con un abrazo rápido y, antes de desprenderse, le susurra algo al oído: —Seguiré tus consejos.
Aquello sonroja mucho más a NamJoon, pero lo disimula bien fingiendo tener trabajo y huye de ahí, mientras que los dos omegas simplemente se miran cómplices.
Habiéndose despedido con más calidez que la primera vez, la pareja se apresura nerviosamente hasta el auto, abordándolo y abrochándose los cinturones con una desmesurada prisa.
A penas son las nueve de la mañana, JiMin debería estar rumbo al trabajo, pero dadas las circunstancias, prefiere enviar un mensaje a JungKook avisándole que amaneció con excesivas náuseas como pretexto para quedarse en casa justificablemente; por otro lado YoonGi terminó sus pendientes desde ayer, lo que le ha dado la libertad de pasar un día completamente pegado a su omega.
Si bien han estado siendo felices acurrucados y siguiendo con sus rutinas normales, ahora pareciera que descubrir el sexo en el embarazo es mucho más interesante que ir a la noche de autocinema. Que es hoy, porque es jueves y van a pasar Fight Club, una de las favoritas de YoonGi.
Sin embargo, poco le importa al alfa la película al aire libre, pues comienza a surgir un problema entre sus piernas y tiene por autor a Park JiMin, su dulce omega que le ha estado provocando con sus feromonas desde que estaban en el consultorio. Sí, YoonGi pudo sentir cuando JiMin se acaloró en el baño, aquello casi le provoca una erección delante de NamJoon.
—Con cuidado, amor, vas muy rápido —JiMin parece un poco aterrado, le tiembla la voz.
—Perdóname, no me di cuenta —YoonGi desacelera y se acomoda disimuladamente en el asiento para que su erección no se note tanto.
Sin embargo, JiMin es astuto y esa camisa larga que el alfa porta no logra ocultar aquello que le llama para probar. Ahora está más dispuesto a ir más allá del sexo oral.
—Alguien está excitado y no soy yo —comenta el omega y, sin avisar, juguetea con sus dedos en el muslo del alfa.
—JiMinnie —susurra con pesadez y se obliga a no mirar hacia abajo—, tengo que decirte algo.
—Di-Dime... —Ante la seriedad con la que YoonGi habla, JiMin retira su traviesa mano y se limita a escuchar.
—Primero que nada, perdóname por no haberte hecho el amor durante todo este mes, yo simplemente no sabía cómo tratar tu cuerpo ahora que estás cargando a nuestro bebé y... y lo otro que quiero decirte es que... necesito hacerte mío en este momento, ya no aguanto más. Juro que seré cuidadoso, lo he hablado con NamJoon y dice que...
— ¿Qué cosa hablaste con NamJoon? —Le pregunta casi acusatoriamente.
—Le pregunté si era seguro tener sexo durante el embarazo y me dijo que era natural y normal, incluso hasta me dio algunos consejos sobre cómo cuidarte...
— ¡Min YoonGi, qué maldita pena! —JiMin se tapa el rostro con ambas manos—. ¡Ya no podré verlo a la cara!
—Perdón, es que de verdad necesitaba saberlo de alguien con experiencia. En el trabajo no hablo de esas cosas, está HoSeok pero a él no le gustan los temas de la paternidad, así que no puede comprender de lo que hablo...
—De acuerdo, te perdono solo porque yo hablé lo mismo con SeokJin.
—Y aun así me regañaste —YoonGi le mira también con desaprobación, pero no puede evitar sonreír porque ambos son un par de inseguros que no han sido capaces de hablar sobre aquello abiertamente, todo por temor a que el otro salga lastimado.
—Sí, perdóname. También necesitaba saberlo, y ahora que las dudas han quedado claras...
Sus manos inquietas ahora están moviéndose nerviosamente sobe sus muslos, y sus feromonas que denotan la excitación no tardan en atacar al lobo de YoonGi.
—Ya llegamos —YoonGi se apresura a abrir la puerta del auto—. Rápido, te necesito ahora...
Cegados por el inmenso deseo, ambos salen del auto, atraviesan corriendo el estacionamiento y suben desesperadamente las escaleras, pues el elevador le da miedo a JiMin y siempre lo evita aunque tenga prisa.
Van dejando un rastro de aromas que cualquiera con un lobo unido a su alma puede interpretar de una sola manera: tensión sexual acumulada.
Al entrar en su departamento, queda uno frente al otro en completo silencio, mirándose a los ojos como si jamás se hubieran contemplado a detalle antes, como si fuera la primera vez que van a desnudarse para hacer el amor.
Porque sí, se siente como aquella primera vez, cuando todo se descontroló y las cosas cambiaron para siempre...
—Hueles hermoso, mi amor —YoonGi es el primero en hablar, tan bajo que solo su omega le puede escuchar—. Quiero hacerte el amor, lo deseo demasiado...
—Hagámoslo en el nido.
— ¿Estás seguro? ¿No quieres hacerlo en la cama?
—Quiero hacerlo en el nido —insiste, esta vez con más firmeza en su voz—.Tómame en nuestro nido, alfa.
—Vamos entonces.
¿Cómo negarse, cuando esos ojos llenos de lujuria camuflada entre tanta ternura, le miran de esa manera y además son acompañados de una voz dulce que quiere escuchar gemir?
Por él, YoonGi sería capaz de follar en la vía pública si se lo pidiera.
JiMin arrastra a su alfa hasta el estudio, donde el nido está armado justo en el centro y la luz es clara y pura, a pesar de que el invierno se está acercando día tras día.
Aunque siguen mirándose con timidez, comienzan el acto justo como lo hicieron la primera vez: acercándose poco a poco y besando cada centímetro de piel que va quedando al descubierto. YoonGi es quien toma la iniciativa al despojar a JiMin de su suéter, luego de su camiseta blanca y le besa los hombros con delicadeza. El sonrojo no tarda en aparecer, al igual que los jadeos entrecortados del omega al sentir cómo su alfa empieza a marcarlo con los labios, dejando pequeños rastros de saliva ahora en el cuello, lamiéndolo con una posesiva ternura mientras sus manos acarician esas anchas y perfectas caderas.
JiMin se queda quieto, disfrutando. Se apoya en los hombros de su alfa mientras este tira de su cabello, llevándole la cabeza hacia atrás y dejando al descubierto su vulnerable cuello. Esos tirones de cabello siempre han excitado a JiMin, pues la sensación de ser manejado al antojo del alfa le confiere una enorme satisfacción y felicidad. Yoongi jala más fuerte de los dorados cabellos y lame desde la barbilla hasta el centro del pecho, lento y paciente, guiándose luego hasta los rosados y sensibles pezones. Justo ahí, en ese montículo izquierdo, YoonGi rodea con su lengua y provee un montón de placer a su pareja.
—M-Mi alfa...
— ¿Te gusta cómo te someto, mi amor? —YoonGi sonríe perverso y se pasa al otro pezón. Simultáneamente, su mano libre va dejando caricias en el abdomen bajo del omega, abriéndose paso poco a poco hasta su zona púbica.
—Aahh... aah... YoonGi, muérdeme...
YoonGi sabe bien lo que significa eso, así que responde rápidamente para complacerlo, mordiéndole el pezón que antes lamía, mientras que le jala el cabello nuevamente y esto logra excitar locamente a JiMin.
—Acuéstate, omega —YoonGi siempre ha disfrutado (y hasta abusado) de usar su voz de mando a la hora del sexo, pues adora ver cómo JiMin cumple sus órdenes y se muestra dócil, pero a la vez demasiado deseable y caliente.
El omega obedece y se tumba en el nido, justo en el centro de la colchoneta donde está rodeado de olor a su alfa, haciéndole sentir tan cómodo y protegido.
Con sus piernas abiertas y ojos provocativos, JiMin se ofrece a su alfa, a la espera que este termine de desvestirse para poder disfrutar de su unión. Sus ojos viajan por todo el cuerpo blanquecino que se alza imponente y cada vez deja ver más piel, en su mente ya puede verse siendo sometido por ese hombre que el destino ha elegido para él.
Al quedar el alfa completamente desnudo presumiendo su virilidad, el lobo de JiMin se retuerce de gusto e inmediatamente empieza a lubricar, llamándolo con su aroma, rogándole para que lo tome de una vez.
—Voy a terminar lo que empezaste ayer —susurra YoonGi, bajando donde su pareja para desvestirlo, retirándole los pantalones y la ropa interior casi agresivamente, pues esa humedad entre sus piernas le está llamando con urgencia.
Una vez los dos están desnudos, no pueden evitar mirarse tímidamente a pesar de que sus lobos les están empujando a poseerse y unirse.
—Alfa... —le llama JiMin con un tono de voz casi inocente... Casi... porque la imagen que le ofrece es completamente lo contrario: piernas abiertas en todo su esplendor, presumiéndole ese recóndito y mojado lugar que le espera para proveerle placer.
Y el nombrado se estremece dulcemente al ser deseado de esa manera, siendo tan bien recibido por la desnudez de su omega.
YoonGi se hinca entre ese par de voluminosas piernas y afirma sus manos en las costillas de JiMin, acariciándole todo el pecho mientras, poco a poco, se acerca al hermoso y pequeño pene de su omega, dispuesto a probar la cálida esencia que tiene para ofrecerle.
—Mmmhh... —JiMin se retuerce y aprieta sus puños en la ropa que conforma el nido, cierra sus ojos y tiembla de placer, pues su alfa le está retribuyendo perfectamente lo que él le hizo el día anterior.
Acompañando los gemidos del omega, la boca de YoonGi hace sonidos obscenos y húmedos al chupar y lamer ese precioso miembro, agregando a esto las traviesas cosquillas que les hace a los tiernos botones de JiMin, donde también se atreve a amasar justo en donde dentro de unos meses más habrá leche para amamantar a su cachorro.
—Aaaahh... más rápido, alfa... mmmgghhh...
YoonGi es tan hábil con su boca, siempre lamiendo en los lugares correctos, garantizándole a JiMin un orgasmo tan perfecto que le hace tocar el cielo con la punta de los dedos.
Dando fuertes succiones y propinando intensos masajes en las caderas del omega, YoonGi le regala el primer orgasmo del día y, al igual que JiMin hizo ayer, el alfa retiene la pequeña cantidad de semen y se apresura a compartirlo con su amor en un obsceno beso.
Y entre choques de lenguas y labios, JiMin se prueba a sí mismo directo de la boca de su alfa, quien también le muerde los labios y no deja de acariciarlo a palma abierta.
—Tómame, alfa —le pide entre jadeos y abre más las piernas para él—. Te... necesito... dentro de mí...
—Seguro estás húmedo y preparado para mí en este momento, ¿no es así? Desde aquí puedo olerte...
El omega asiente con un inmenso orgullo, intencionalmente mostrándole al alfa lo caliente y sexy que es. De esta manera, JiMin le muestra a YoonGi lo mucho que ama su manera de hablar cuando hacen el amor.
En una impulsiva respuesta, YoonGi simplemente toma las caderas de su omega y lo recuesta de lado, luego toma su pierna y la sostiene en alto para permitirse el acceso a esa caliente intimidad.
—Te voy a marcar así —le habla al oído, sometiéndolo tal y como le encanta.
La erección de JiMin vuelve a la vida al escuchar el llamado deseoso de su alfa, también le muestra el cuello a modo de devoción, dejando ver las diversas marcas que en su cuello se leen como el símbolo de la posesión y la unidad entre dos almas. Porque sí, la última vez que renovaron el lazo YoonGi lo marcó más de una vez y en diferentes partes del cuello, todo un alfa posesivo y necesitado de mostrar al mundo que ese omega le pertenecerá incluso en sus futuras vidas.
De forma protectora y posesiva, el alfa abraza a su omega, cubriéndole toda su parte trasera y acariciándole el pecho, los hombros y guiando su mano hacia su propia erección para empezar a frotarla entre las nalgas del omega.
Al rozarse, se deleita con la cálida y abundante humedad. De esta manera el lobo de JiMin le llama, al igual que con los gemidos que emite gustoso de sentir a su pareja aproximándose a su rincón más íntimo.
— ¿Quieres que te tome, omega?
—Sí a-alfa —gime en respuesta, tomando la mano que le toca el pecho y apretándola, contrayendo también todo su cuerpo cuando siente la dureza de su alfa empujar ligeramente contra su hendidura.
—Será suave, pero te encantará cómo me muevo pacientemente dentro de ti, sé cuánto te gusta que te coja lento pero preciso...
—Ha-Hazlo... mmmhh... ya no so-soporto... ¡Aaaghh!
La dulce expansión que tanto añoraba, al fin se hace presente. El lubricante abundante ayuda a que YoonGi se deslice con facilidad hasta que su masculinidad queda completamente devorada por el cuerpo de su omega, quien gime y se retuerce, se sostiene como puede los brazos que le rodean y deja salir sus lágrimas de placer.
—Extrañaba tanto tenerte así, mi amor —le dice al oído y embiste por primera vez. Las paredes húmedas de su omega se contraen y el alfa gime para él directo en su oído. Lo abraza con bastante fuerza, pues de alguna manera la sensación es diferente, como si hubiera algo más que su propio lobo impulsándole a poseer a su pareja.
—Ta-También yo, alfa —JiMin voltea un poco su torso para besar al alfa mientras este comienza a moverse dulcemente dentro de él y también le brinda placer con la mano, frotándole la punta de su pequeño pene con movimientos circulares. La sensibilidad extrema se refleja en pequeños espasmos de placer en medio del beso, abundante en mordidas e intercambio de jadeos y gemidos.
—Mmmhh, apriétame, dame más de ti, omega —y le somete nuevamente a base de tirones en el cabello, obligándolo a enterrar su rostro en la suave superficie que los sostiene y, por ende, mostrar su cuello.
— ¡Aaaah, YoonGi! —Grita al ser penetrado más profundamente, así que se aprieta en respuesta, sintiéndose cada vez más lleno y completo. Puede sentir todo el cuerpo de su alfa apegado al suyo, cada gota de sudor, cada vello y dígito, son uno solo en este momento.
—Eres mío —otra embestida, ahora más fuerte, acompañada de la voz que hace sumiso al omega.
Deshecho en sudor y placer, JiMin empieza a agitarse, sus gemidos ahora son más fuertes y erráticos.
—M-Más rápido, alfa...
—Te dije que sería suave —le embiste lento, haciendo lo mismo con la mano que le rodea el pequeño miembro. El omega simplemente lo acepta y se deja hacer.
Su cuerpo delicado es amasado y penetrado con toda la dulzura que puede brindarle su alma gemela, incluso más que otras veces. Pero YoonGi sabe que no podrá contenerse por mucho tiempo, pues el cuello del omega empieza a llamarle para ser marcado, por lo que busca una posición más cómoda para llevar a cabo la marca.
Se apoya un poco sobre el cuerpo de JiMin, poniendo parte de su peso en él. Se entierra tanto como puede y los gemidos de su omega fluyen como dulce y caliente miel.
—Apriétame —el omega, cada vez más inmerso en sus propios instintos, acomoda su cuerpo, preparándose para ser marcado nuevamente y obedece a su alfa, apretando todo lo que puede su interior.
Es entonces cuando YoonGi entierra su rostro en el cuello de su omega, olisqueando y lamiendo, preparando su territorio para reclamarlo como suyo por fuera, mientras su nudo empieza a hincharse para hacerlo por dentro.
Duras y lentas son las últimas embestidas que YoonGi le da, fuerte es el abrazo en que lo envuelve para darle seguridad y protección. Dolorosa, potente y caliente es la mordida que logra sacar un agudo y alto gemido de JiMin, dejándolo casi afónico en el proceso.
El nudo se agranda justo en el momento que el lazo es reforzado a través de la marca, dejándolos a ambos inmóviles, degustando ese cálido momento donde se poseen el uno al otro y nadan entre la bruma del orgasmo, el cual JiMin también logró liberar justo en el momento de recibir la marca.
—Te amo... —jadea YoonGi y lame la marca que sangra un poco—. Te amo a ti y a nuestro cachorro, los amo, los amo demasiado...
—También te amamos —susurra él y se acomoda encima del brazo de su alfa para esperar a que el nudo pase.
Luego de unos breves minutos donde lo que prevalece es el sonido de sus respiraciones regulándose, JiMin está lo suficientemente cuerdo para hablarle a su alfa:
—Yoon...
— ¿Sí?
— ¿Te cuento algo vergonzoso?
—Adelante...
—No solo se me ha antojado demasiado el kimchi, los chocolates y los danoninos con el embarazo... también se me ha antojado mucho tu semen...
—Oh... —YoonGi se sonroja y ríe contra el cuello de su omega—. Ya veo, ahora todo tiene sentido. Entonces me aseguraré de darte tu vaso de leche todas las mañanas...
— ¡YoonGi! —Le regaña, pero también ríe tímidamente.
—Tú empezaste, así que ahora no dudaré en dejar que me la chupes cada vez que quieras, mi amiguito es todo tuyo las veinticuatro horas...
—Gracias, te amo...
—Te amo más...
Esas son las últimas palabras que ambos pronuncian antes de caer rendidos, dormidos en la calidez y seguridad del nido.
Ahora, alfa y omega saben que podrán vivir cómoda y felizmente la espera de su solecito, cumpliendo a cada hora los antojos insaciables de JiMin.
¿Y bien?
7u7r
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No olvides votar y compartir con otros amiguitos que también amen la coshasion de los omegaverse
Un abrazo lleno de feromonas,
AgustDina
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