𝕍𝕀𝕀. ¡¡ 𝕊𝕖𝕣𝕖𝕞𝕠𝕤 𝕡𝕒𝕕𝕣𝕖𝕤!!
-Actualidad-
(Un mes después)
Al principio, JiMin creía que solo eran ideas suyas, que estaba tan emocionado por quedar embarazado, que instintivamente se preparaba incluso si aquello fuera probable que no pasara.
Cuando fueron al médico una semana antes de que pasara el efecto de la inyección anticonceptiva que YoonGi se aplicaba, les explicaron que el alfa podía volver a ser fértil sin problemas algunos días después de que el tratamiento se suspendiera, por lo cual ambos quedaron muy emocionados.
Sin embargo, JiMin dudaba porque había leído mucha información sobre el tema y se sabía que a veces quedaban residuos de hormonas en el cuerpo y era probable que tuvieran que esperar uno o dos ciclos más para poder concebir un bebé.
Al principio, creía que esa necesidad de conservar el nido era un simple instinto tonto que su lobo le rogaba solamente porque en él habían quedado impregnados los olores de ambos, era como un símbolo del mejor celo que habían pasado en toda su vida como pareja. Al principio, ambos creían que el hecho de necesitarse desesperadamente las veinticuatro horas, era porque sus lobos habían alcanzado una cercanía jamás experimentada, incluso más que la primera vez que tuvieron sexo y JiMin fue marcado.
Al principio, JiMin creía que esos cuatro kilos de más solo eran porque estaba siendo demasiado consentido por su alfa, ya que este se había dado a la tarea de cocinarle todo tipo de manjares para cuando él llegara a casa en su hora de descanso. Y YoonGi creía que esa necesidad de alimentar y proveer se debía de igual manera a esa cercanía que habían alcanzado, como si hubiera desbloqueado un nuevo e inédito logro en su videojuego favorito.
Al principio, JiMin creía que esas primeras náuseas matutinas solo eran una consecuencia por comer fideos de frijol negro aunque sabía que no debía.
Sin embargo, cuando cuatro semanas después, se encuentran observando los resultados de los análisis de sangre y luego lo corroboran con una prueba comprada en la farmacia, todas aquellas pequeñas sospechas que pasaban por alto, se convierten de pronto en la sonrisa más genuina del mundo, acompañada de lágrimas y abrazos.
— ¡Seremos padres! —lloriquea JiMin contra el cuello de su alfa y se abraza lo más fuerte que puede.
—Al fin —suspira YoonGi, sacando también algunas lagrimitas—. Al fin, mi amor...
—Gracias, gracias, gracias por dejarme llevar tus cachorros...
— ¿Por qué me lo agradeces? —Sonríe YoonGi y lo mira a los ojos—. Yo soy quien debería dar las gracias, tendrás que pasar nueve meses cargando a nuestro bebé...
—Y será la experiencia más hermosa de mi vida, porque sé que dentro de mí está creciendo ese pequeño solecito que le dará más brillo a nuestras vidas. Solo... sentí ganas de agradecerte porque esto es algo que siempre estuvimos deseando y ahora al fin se hará realidad —la sonrisa de JiMin es inquebrantable, pero sus lágrimas siguen saliendo y no para de abrazar y besar a YoonGi en toda la cara.
—Ahora tendré dos solecitos que me iluminen la vida —YoonGi también solloza mientras se deja mimar y sostiene con fuerza la cintura de su omega—. Mierda, de verdad espero que tenga tu cabello rubio...
— ¡No maldigas en frente de la bebé!
— ¿De "la bebé"? —a YoonGi le causa ternura su omega, pues siempre, desde que empezaron a hablar sobre tener bebés, JiMin ha deseado una niña.
—Siento que será niña —JiMin se sonroja y se acaricia el vientre con ambas manos.
Ese vientre que lentamente crecerá a la par de la vida que lleva dentro, adquirirá su olor propio y dentro de nueve meses habrá terminado de fabricar el deseo más esperado de esta joven pareja.
—Probablemente tengas razón, tú siempre la tienes, tus intuiciones son casi visiones del futuro.
—Alfa bobo —JiMin ríe, al fin ha dejado de lagrimear y ahora solo quiere acurrucarse en el regazo de su pareja, aprovechando que están sentados en el mullido sillón naranja de su sala.
—Sea lo que sea —suspira YoonGi con todo el amor que tiene guardado—, lo amaremos mucho y será nuestro más grande legado. Ni siquiera el éxito de mis futuros videojuegos será tan importante para mí...
—Ya basta —le regaña JiMin—. Me harás llorar más de felicidad y no puedo ver bien cuando lloro, se me hinchan mucho los párpados.
—Está bien, basta —sonríe el alfa—. Mejor levántate, tenemos que irnos ya antes de que se llene el autocinema, hoy pasarán esa película de The Beatles que te encanta, donde sale el abuelito de Paul.
— ¡Vamos! —JiMin se levanta rápidamente, pero es detenido por los amorosos labios de su alfa, que le roban un rápido y poderoso beso, logrando sonrojarle las rechonchas mejillas.
—Te amo —le aprieta el bello rostro, mirándolo con los ojos de amor más grandes y brillantes del mundo—. Vas a verte tan hermoso con esa pancita, ya quiero verte pasear en pijamas por la casa, con el cabello revuelto y las mejillas rojas después de haber tomado una gran siesta porque nuestro bebé es muy cansado de llevar.
— ¡YoonGi! —El omega se sonroja nuevamente y golpea el pecho del alfa, pues pensar en esas cosas lo ponen tímido, pero a la vez feliz.
Tímido, porque él está sintiendo algo más que ternura al pensarse con una pancita de seis meses. Él más bien se ve desnudo en medio del nido, siendo amado por YoonGi mientras él toca su... ¡Basta!
De solo pensar en aquello, empieza a acalorarse, así que por eso prefiere cortar la conversación, ya que no quiere perderse el autocinema por nada del mundo. Pensó seriamente en perderse de ese evento solo por hoy para poder acurrucarse con su alfa y celebrar la nueva vida que venía en camino, pero eso lo podrían hacer más tarde...
Toc toc
—Adelante —se escucha al jefe dar la autorización para entrar.
—Hola, JungKook —entra JiMin con mucha timidez y se sienta temerosamente en la silla frente al escritorio del otro omega.
—Qué gran sorpresa —sonríe JungKook y deja de revisar papeleo para prestarle atención a su empleado—. ¿Qué te trae por acá?
—Necesito hablar contigo —responde rápidamente y apretando la mandíbula, como si estuviera a punto de confesar un crimen.
—Te ves tenso, ¿estás bien?
—Sí, es solo que estoy nervioso —suelta el aire contenido y decide que nada malo pasará cuando le cuente a su jefe sobre su embarazo.
Después de todo, JungKook siempre ha sido un jefe bastante empático y cariñoso con todos sus empleados, especialmente con JiMin, pues aprecia enormemente el talento para la costura que el omega posee, además de ser un gran amigo.
—Adelante, háblame directamente, sabes que nunca me enfadaré contigo, incluso si renuncias...
—Estoy embarazado —confiesa al fin y se sonroja de inmediato.
— ¿Y por eso estabas actuando como si fueras a ser regañado?
—Sí —le mira de reojo, temiendo perder su trabajo, aunque parte de él sabe que no será así—. He escuchado noticias horribles sobre omegas que son despedidos de sus empleos solo por quedar embarazados, aún se nos considera inútiles e incapaces para procrear, temo que al decirte esto, ya no quieras que trabaje aquí...
—Calma tu drama un momento —le interrumpe JungKook—. ¿Olvidas que también soy un omega? Sería un idiota si te despidiera por estar embarazado, es atentar contra los míos. ¿Por qué tienes esa idea tan extraña? Nunca me habías expresado ese tipo de miedos...
—Es que... —le tiembla un poco la voz—. Es que me siento vulnerable, no porque lo esté, sino porque vendrán cambios muy grandes y no quiero que se me cierren las puertas ahora que seré padre. No me malinterpretes, amo a este bebé con toda mi alma, es lo que siempre he deseado desde que estoy con YoonGi, pero no quiero ser dañado ni que dañen a mi cachorro tampoco.
—Nadie te dañará mientras estés bajo mi cuidado, si algún compañero tuyo llegara a molestarte por eso, yo mismo me encargaré del asunto, pero no quiero que te calles nada. Yo soy la prueba viviente de que incluso siendo omega, puedo ser un buen líder y cuidar de los míos, así que te cuidaré. ¿Está bien?
—Está bien —al fin logra mirarlo a los ojos y sonríe—. Espero que comprendas también que dentro de poco estaré demasiado necesitado de mi alfa, que tendré citas con el obstetra constantemente, que estaré un poco cansado, pero eso no quiere decir que no ame trabajar aquí ni que dejaré de esforzarme...
—Hey, lo entiendo —con suavidad, JungKook le toma las manos ansiosas y las aprieta—. He tenido empleados embarazados antes, JiMin, y voy a respetar tus derechos al cien por ciento. De hecho, a partir de ahora no quiero que cargues ni un solo rollo de tela, ni cajas, ni bolsas. TaeMin se encargará de eso ahora, es un beta fuerte.
—Gracias —suspira, al fin con la seguridad de que en su trabajo no cambiará nada—. Eres un gran jefe, incluso mejor de lo que HyeJin era para mí.
—Sabes que siempre cuentas conmigo, eres como un hermano para mí, pero que los demás no lo sepan.
—Corrupto de mierda —se burla JiMin.
— ¡Cuidado con esa boquita! —Le regaña JungKook—. Ese alfa tuyo te ha pegado su manera de hablar.
—Claro, algo más que una calentura me tenían que dejar sus besos.
Aquel comentario sonroja al otro omega y le hace reír desenfrenadamente.
—Omega del demonio —JungKook se limpia las lágrimas que le salieron debido a las risas—. Vete antes de que nos quedemos en pláticas indecorosas de omegas, tengo que trabajar.
—Sí, pero primero debes saber que mañana tengo mi cita con el obstetra.
—Muy bien —asiente el jefe—. ¿Con quién irás?
—Con el médico que cubre mi seguro, se llama SeungHyun, o algo así...
— ¡No vayas con él! —Se exalta JungKook—. Aunque tu seguro lo cubra, no vayas, por favor.
— ¿Por qué?
—No le agradan los omegas varones embarazados, es un beta muy prejuicioso y educado a la antigua —bufa de solo pensarlo, empieza a enojarse—. Mi hermano perdió a su primer bebé por culpa de ese idiota. Tuvo problemas de salud y él era el único al que pudo acudir porque no tenía dinero y yo tampoco, pero el imbécil se negó a atenderlo y sus enfermeros tampoco cooperaron. Tuvo un aborto que pudo ser evitado, estuvimos esperándolo casi una hora y para cuando se decidió a atendernos porque no le quedaba de otra, su bebé de seis meses se había ido...
—Maldito imbécil —JiMin puede sentir la rabia de JungKook, por lo que es él ahora quien le toma las manos para tranquilizarlo—. Pero logró tener otro bebito y está sano y salvo, y seguro fue mejor atendido.
—Así es —suspira el omega, bajando un poco su exaltación—. Mejor ve con el doctor Kim, es privado, pero te aseguro que será mucho mejor y no te obligará a tenerlo por cesárea, como querían obligar a mi hermano también. Él y su enfermero son las mejores personas que he conocido en mi vida.
Dicho esto, el omega tras el escritorio le ofrece a JiMin una tarjeta con el nombre Kim NamJoon, médico cirujano, obstetra y partero, seguido de un número de teléfono y una dirección.
—Muchas gracias —sonríe JiMin y toma la tarjeta.
—Felicidades, Park —el omega le regresa la sonrisa—. Tú y YoonGi van a ser unos papás increíbles, espero que tengas un embarazo muy sano y que tu alfa te consienta todos los antojos extraños que tengas.
JiMin solo se sonroja ante ese comentario, se despide y retira su temblorosa presencia de la oficina de su jefe para continuar con su trabajo.
Antojos extraños...
Solo han pasado dos días desde que se enteraron que serán papás y JiMin ya puede sentir un calor muy peculiar dentro de sí, una especie de deseo que solamente siente una vez cada tres meses, durante el celo.
Y si de antojos extraños y culposos se habla, Park JiMin se avergüenza de desear demasiado a su alfa ahora que ha quedado embarazado, como si estuviera permanentemente en un tranquilo celo.
—Quién diría que ese tipo es de esa manera, tan inocente que se ve —dice YoonGi, con todo el odio que puede expresar mientras están en la sala de espera del doctor Kim NamJoon.
—Los que más inocentes se ven, son los más perversos.
—Lo sé, mi omega es una prueba de ello —se burla el alfa y es reprendido con un golpe en el hombro—. ¡Es la verdad! Eres una cosita preciosa con rostro angelical, pero en la cama no tienes pudor para nada, un pequeño demonio perverso...
— ¡YoonGi! —Le pega de nuevo en el hombro, eso hace que llamen la atención de una pareja que también espera su turno. JiMin entonces susurra para no ser escuchado por ellos: —No me refería a esa clase de cosas perversas, sino a las cosas atroces que le hacen a los derechos humanos. Las perversidades de las que tú hablas son más... de mi tipo. Si yo fuera doctor, jamás pondría en riesgo la vida de un omega y su bebé solo por lo que diga la gente sin educación ni valores...
—Está bien, lo entendí, mi amor —le tranquiliza YoonGi—. Perdón, solo quería ser coqueto para que se me pasara el enojo, me molesta demasiado el caso del hermano de JungKook.
—Ya pasó, solo me alteré un poco, lo siento si no pude seguir el coqueteo —suspira JiMin—. Estoy muy sensible y con ganas de que me abraces, por favor hazlo y no me sueltes.
—Ven aquí, mi omeguita mimado —YoonGi le abre los brazos, invitándolo a acurrucarse.
—Mimado tu trasero, alfita boca suelta —se burla JiMin y acepta el abrazo, haciendo reír a su alfa con ese ácido comentario.
—Te amo —le susurra YoonGi al oído.
Pero antes de que el omega pueda responder, son llamados inmediatamente por la secretaria del doctor, a través de la ventanilla.
— ¡Park JiMin y Min YoonGi!
—Es nuestro turno —JiMin respira hondo y se levanta, con su alfa siguiéndolo.
Ambos entran al consultorio con las manos unidas, nerviosos por la consulta.
— ¡Bienvenidos! —El sonriente médico ofrece una reverencia para ambos—. Tomen asiento, por favor.
La pareja hace caso, cada uno se sienta en una de las cómodas sillas. Pero si JiMin fuera un desvergonzado total, dominado por sus instintos, estaría sentado en las piernas del alfa, pidiendo ser mecido y mimado.
—Buenos días, doctor Kim —YoonGi es el primero en contestar, pues JiMin está demasiado tímido.
—Llámenme Nam, estoy a sus órdenes. ¿Qué los trae el día de hoy a mi consultorio?
El doctor es un alfa extremadamente sonriente, sus hoyuelos son profundos, su cabello teñido de rubio es muy brillante, al igual que el blanco de sus dientes. Todo él irradia confianza y un impoluto sentido del servicio.
—Bueno —suspira YoonGi, sintiéndose un poco amenazado porque hay otro alfa junto a su omega embarazado, se siente demasiado posesivo—. Hace tres días nos enteramos de que estamos esperando un bebé.
—Muy bien —asiente NamJoon y junta sus manos—. Se ven nerviosos los dos... ¿Están aquí por la razón que yo creo?
— ¡No venimos a abortar! —Grita JiMin premeditadamente, sorprendiendo a ambos alfas. Inmediatamente recupera su postura y toma la mano de YoonGi—. Lo siento, estoy algo sensible. No venimos a abortar, venimos a cuidar la salud de este bebé, al cual amamos demasiado y lo hemos estado deseando desde hace mucho. O... Otra vez, discúlpeme.
—No te preocupes —sonríe NamJoon—. Es completamente comprensible que estés así, no pasa nada. Mejor haré otra pregunta: ¿es tu primer embarazo?
—Sí —JiMin al fin sonríe y sus rechonchas mejillas se ponen demasiado rosadas.
—Muy bien, entonces voy a hacerte algunas preguntas para hacer tu historial clínico y luego voy a recetarte algunos suplementos para cuidar la salud de ese bebé. También te haremos una ecografía y te daremos una fecha aproximada para el parto. Si todo va bien y el bebé se acomoda a su tiempo, podrás tenerlo naturalmente, a no ser que prefieras una cesárea, como la mayoría.
—No quiere cesárea —responde YoonGi repentinamente, defendiendo a toda costa los ideales y la naturaleza del omega que tanto ama—. Él es completamente capaz de dar a luz, al igual que una mujer, su cuerpo está preparado para eso. Si no lo estuviera... ¿Entonces por qué la naturaleza le habría dado a un omega varón la capacidad de procrear, si no le va a permitir hacerlo naturalmente?
—Está bien, lo entiendo —NamJoon se sorprende por la increíble reacción del alfa, algo que raras veces se veía en consulta. Generalmente eran los omegas quienes protestaban por eso—. Por supuesto que JiMin está preparado naturalmente para un parto natural, yo mismo he traído al mundo a muchos bebés de omegas varones de esa manera, no tienen por qué preocuparse de si soy un prejuicioso cerrado de mente.
—Gracias —sonríe JiMin, pues acaba de adquirir confianza hacia el alfa—. JungKook tenía razón, usted es un médico excelente.
— ¿JungKook? —Pregunta alguien detrás de la cortina azul donde está una camilla especial para revisión de genitales—. ¿El mismo JungKook que le hacía ropita a sus barbies cuando era pequeño?
— ¿Qué? —Pregunta JiMin con cierta gracia.
—Debe ser él —el hombre tras la cortina sale, vistiendo un quirúrgico azul y secando sus manos con una toalla blanca—. Te recomendó con nosotros porque su hermano vino aquí y quedó maravillado con nuestro trato, pero la verdad es que a su familia la conozco desde hace años, JungKook fue mi amigo en la escuela primaria y desde entonces hemos sido inseparables incluso habiendo tomado caminos distintos.
—Ahora lo entiendo —sonríe JiMin—. Somos buenos amigos, él es mi jefe en el taller de costura. Jamás me había hablado de ti... ¿Cómo te llamas?
—Soy Kim SeokJin y el alfa que ves aquí es mío —contesta casi posesivamente, haciendo sonreír a NamJoon—. Tenemos mucho de qué hablar, los amigos de JungKook también son mis amigos, pero será mejor que vayamos al grano porque hay más pacientes esperando. Ven aquí mientras mi esposo hace el historial clínico de tu alfa, quítate la ropa y recuéstate en esta camilla.
La rapidez y autoridad con la que SeokJin habla, impresiona a JiMin, pero al mismo tiempo le hace sentir bien, como si siendo atendido por ellos supiera que jamás tendrá problemas con su embarazo.
—Ve, amor —le susurra YoonGi—. Aquí te esperaré.
JiMin se despide tímidamente y sigue las instrucciones que el omega de cabello negro le dio, estando ahora en una sala al fondo donde se hacen los chequeos corporales.
Estando desnudo bajo esa bata, JiMin se acuesta incómodamente en esa camilla cubierta con sábanas blancas.
—Pon tus piernas aquí y pon tu cadera en la orilla de la cama, haremos una revisión de rutina y después una ecografía —el omega enfermero le indica los soportes para las piernas que están en cada lado de la camilla.
El aire fresco pasa por los genitales de JiMin, haciéndole sentir incómodo y expuesto. Jamás en su vida había tenido que pasar por una revisión de ese tipo.
—Relájate, necesito llegar hasta el cuello de tu útero y funcionará mejor si estás relajado. Voy a introducir el endoscopio en tu recto, puede que tengas una erección, es muy normal así que no sientas pena, hago esto todo el tiempo. ¿Entendido?
—S-Sí —responde titubeante, la vergüenza le está encendiendo las mejillas.
—Voy a entrar, debes decirme si duele en algún momento —indica el omega—. En la pantalla de allá podrás ver tu interior. Por favor respira hondo e intenta no contraer tus paredes.
Dicho esto, el enfermero se coloca sus guantes de látex y toma el endoscopio especial para esa zona, le unta un poco de lubricante y lo introduce lentamente en JiMin. Ante este acto, el omega se incomoda en extremo, pero intenta relajarse. No hay erección alguna, solo incomodidad y deseos de que esto acabe pronto.
Ni siquiera puede ver la pantalla donde le están mostrando su propio recto hasta llegar a esa zona donde las paredes se dividen y se encuentra el canal que conduce al útero del omega, el cual se abre completamente durante el celo y se oculta casi por completo durante el embarazo, a su vez está protegido por membranas que evitan el contacto con las excreciones del cuerpo.
— ¿Duele? —Pregunta el enfermero mientras sigue explorando y moviendo el artefacto, a la vez que observa la pantalla.
—No, solo está frío y se siente incómodo —responde JiMin.
—No te preocupes, ya terminamos —sonríe SeokJin y saca el aparato, luego lo limpia con una toallita desinfectante y lo coloca en su lugar—. Todo bien allá adentro, tienes un canal muy sano y la vía al útero está cerrada y protegida correctamente, no hay señales de lesiones internas, pero debes cuidarte de las hemorroides o tendrás un parto doblemente doloroso.
—E-Está bien —es demasiada información para el omega, no la puede procesar aún porque se siente tímido.
Sin embargo, por dentro se siente muy feliz porque todo va bien. Esa felicidad la puede sentir YoonGi, mientras termina de responder las preguntas que NamJoon le hace sobre su estado de salud y antecedentes familiares.
—Bien, ahora ve al baño a ponerte tu ropa —le indica el omega enfermero—. Luego regresa aquí, te sientas en aquella camilla, te levantas la camiseta y bajas un poco tus pantalones, vamos a revisar a ese pequeño frijolito que llevas ahí.
— ¿Por qué no lo haces de una vez? —Pregunta JiMin, algo enfadado—. Estoy desnudo, de todas formas...
—Es parte del protocolo. Anda, ya quiero ver a ese futuro bebé.
—De acuerdo —sonríe JiMin y se acaricia ligeramente el vientre. Luego se retira al baño para vestirse nuevamente.
— ¡Hemos terminado con la parte vergonzosa! —Grita el omega para avisar a los dos alfas que hablan en el escritorio—. Que pase YoonGi, vamos a ver por primera vez al bebé, aunque solamente sea un frijol sin cara.
— ¡SeokJin! —Le regaña NamJoon—. ¿Qué hemos hablado sobre esos comentarios? Piensa en los pacientes... además pareces más emocionado que ellos.
—Cállense y vengan, JiMin ya se ha acostado en la camilla y se está muriendo de vergüenza.
— ¡Yo no...!
—Calma, mi amor —le sonríe YoonGi y entra a la sala, se sienta en la camilla junto a él y le besa la frente—. Ese frijol sin cara luego tendrá el rostro más hermoso del mundo.
—No es un frijol —le regaña el omega—. Es un solecito.
—Bien, tórtolos, vamos a conocer a su solecito.
Dicho esto, el omega enfermero coloca gel en el aparato y lo posa sobre el vientre del omega gestante. JiMin siente frío por el contacto, pero a la vez está tan emocionado que YoonGi puede sentirlo, quien ama poder sentir ese cosquilleo ajeno. No hay nada mejor que tener el poder de saber qué clase de emoción está sintiendo tu alma gemela. Nada en el mundo puede igualarse a aquello.
Excepto tal vez, la cara de JiMin cuando puede ver ese pequeño cúmulo de células implantado en la pared izquierda de su útero.
— ¡Mira, amor! —JiMin le aprieta la mano al alfa, empieza a sonreír y a lloriquear por el amor que está sintiendo en ese momento. El lazo se siente tan cálido y confortante, como si los uniera una estola esponjosa y suave de tela rosada y cálida.
—Ese futuro cachorro se ve muy sano y además tienes un útero sano y fuerte, JiMin —sonríe NamJoon, quien está ahora tomando notas sobre lo que ve en la ecografía mientras SeokJin sigue moviendo el aparato por todo el vientre del omega.
—Mi amor, ahí está, es nuestro solecito... —YoonGi también ha soltado el llanto y no puede evitar abrazarse al omega—. No puedo creer que sea real, por fin...
—Ustedes dos me conmueven demasiado —les comenta SeokJin, quien tiene lágrimas en sus ojos—. Nunca había visto a una pareja desear tanto un cachorro.
—Es porque son destinados, amor, como nosotros —comenta NamJoon, lo cual sorprende de inmediato a la otra pareja.
—No digas esas cosas aquí, ya me siento demasiado sentimental en este momento —le regaña el omega.
—De acuerdo —suspira NamJoon, sonriéndole a su pareja—. Hemos terminado con el chequeo, ahora pasa al escritorio para hacer algunas anotaciones. Y felicidades, van a ser unos papás excelentes y amorosos.
—Como nosotros —se pavonea SeokJin y le roba un beso a NamJoon.
—El doble moral, le dicen —se burla NamJoon y la otra pareja también sonríe por eso.
Luego de que JiMin limpia su abdomen y ya no deja que nadie más vea la piel que solo quiere que su alfa vea, todos están sentados alrededor del escritorio, respondiendo preguntas sobre la salud de JiMin, los anticonceptivos que ha usado, si sus ciclos de calor han sido regulares, si en su familia hay enfermedades congénitas y todo eso...
Luego, el doctor Kim le receta algunas vitaminas naturales necesarias para nutrir su cuerpo, ácido fólico, ejercicios ligeros y también le recomienda una dieta variada y sana, luego envía a casa a esa hermosa pareja, satisfecho por estar cumpliendo una vez más con su deber.
— ¡¿Estás hablando en serio, JiMin?!
—Jamás en mi vida te he mentido, TaeHyung.
— ¡Estoy que me desmayo! ¡Me va a dar un infarto por tanta felicidad! —El otro omega ríe eufórico, llenando de una inmensa felicidad a JiMin.
—No te mueras, idiota. Si no ¿quién va a ser el padrino de mi solecito?
— ¡Estoy llorando, JiMinnie! —Y sí, está sollozando contra el teléfono—. Iré a verte cuanto antes, necesito darte muchos abrazos, me siento tan feliz y orgulloso de ti, amigo. Siempre quisiste tener una familia con YoonGi y ahora por fin se hará realidad.
—En realidad —aclara JiMin—, YoonGi como tal es mi familia, solo la estamos haciendo más grande. Y tú también eres parte de ella.
—Maldito mocoso, me estás haciendo llorar más —se escucha como sorbe su nariz y continúa hablando, sonando constipado—. Felicidades, hermano. Mi abuelita estaría muy orgullosa también, seguro cuidará muy bien a su pequeño bisnieto desde el cielo.
—Ahora deja de querer hacerme llorar tú, Tae —le regaña, pues no puede evitar sentirse nostálgico, ya que también extraña a la viejecita que le enseñó a desarrollar sus talentos como costurero.
—Bueno, dejémonos de cosas tristes, iré el domingo así que ve preparando unos litros de helado y unas películas, tendremos pijamada sí o sí.
— ¿YoonGi está invitado?
—No, es noche de omegas, chau, te amo mi omeguita embarazado. ¡Seré el tío más afortunado del mundo!
Dicho esto, TaeHyung soltó una enorme carcajada y colgó, dejando a JiMin con un lindo sabor de boca y una cálida felicidad en su corazón.
— ¿Con quién hablabas, mi amor? —YoonGi sale del baño, luego de cepillar sus dientes.
—Con TaeHyung, al parecer acaba de agendar una pijamada de omegas el domingo. Al parecer serás nuestra sirvienta.
—Sirvienta mis bolas —reniega el alfa—. Del único omega que soy esclavo, es de ti, corazón.
—Uhm, bueno, entonces sirve de algo y ven a darme mimos, mi cuerpo te necesita.
—Lo sé, siento esas ganas de mimos a todas horas, cariño —el alfa se acurruca junto a su omega en la cama, ofreciéndole su pecho para acurrucarse.
—Seremos padres, amor —susurra JiMin, incrédulo aún por todas las emociones intensas que vivió el día de hoy.
—Y seremos los mejores —con ambos brazos, envuelve a su dulce omega y le arrulla hasta que este se queda profundamente dormido en la completa seguridad que le ofrece el amor de su alfa.
¿Qué tal va la cosa? ¿Todo bien? ¿Te está gustando?
Espero que sí uwu
Un besito,
AgustDina
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