𝕀𝕍. α & Ω
Actualidad
Cuando llegan a su casa, la tensión sexual está más que instalada entre los dos, tienen muchísimas ganas de desnudarse para empezar con el hermoso proyecto de hacer un cachorrito, de traer al mundo un hermoso solecito para iluminarles la vida.
Pero hay un problema.
— ¿Por qué me dejaste aplicarme la inyección anticonceptiva hace una semana? —Le pregunta YoonGi mientras se quita los zapatos para colocarse las pantuflas.
—Lo siento, es que se supone que sería una sorpresita y necesitaba que todo estuviera como si nada.
—Bueno, pero en tres semanas no voy a dudar en derramar dentro de ti toda mi semillita, ansío demasiado llenarte para empezar a hornear un cachorro en esa pancita.
Aquello derrite el corazón de JiMin y a la vez le causa un inmenso sonrojo. Esas palabras no han sido pronunciadas en mucho tiempo. Hace alrededor de dos años y medio que hablaban constantemente sobre las fantasías de formar una familia. JiMin creyó que pasarían muchos años antes de volver a fantasear en voz alta con embarazarse y formar una familia, pero ahí está de nuevo esa hermosa añoranza que ahora ambos pueden hablarla a cuatro voces sin sentirse impotentes.
—También necesito que me llenes de ti, mi alfa —sonríe JiMin y se lanza a los brazos de su amor, impregnando su nariz de esos hermosos dos aromas.
—Ahora que lo pienso, calculaste todo esto —YoonGi entrecierra los ojos y mira con sospecha a su pareja—. ¿No faltan exactamente cinco semanas para tu siguiente celo?
—Parece que esa inteligencia que utilizas para trabajar, al fin se está contagiando hacia las cosas más cotidianas —se burla el omega y frota su nariz con la de su alfa.
—Sigo pensando que eres un lobo feroz vestido de oveja, Park JiMin —ríe YoonGi—. Nunca haces nada a la ligera, eres tan precavido con todo. Siempre te digo esto, pero no me importa parecer disco rayado: soy el alfa más agraciado por el destino, nadie más que yo será tan feliz con su alma gemela, nadie más que yo, porque Park JiMin es mi omega, solo mío.
—Ugh, cuidado con esas feromonas, señor alfa mandón, me vas a dopar —ríe JiMin, pero no puede evitar mostrarse sumiso ante la voz de mando de su pareja. En respuesta, cierra sus ojos e inclina su cuello ligeramente, mostrando su rosada marca.
Aunque JiMin es un omega bastante sensato y firme que no se deja de nadie, sigue mostrando esa instintiva sumisión y dependencia hacia su alfa. Después de todo, eso está bien. Son almas gemelas, ninguna de esas acciones que antes él creía incorrectas, lo son ahora porque con YoonGi todo se siente correcto y en su lugar.
-Hace tres años-
—Estoy demasiado nervioso por hacer esto, estaba a punto de arrepentirme —le confesó JiMin al alfa, una vez se sentó en la cómoda silla de mimbre.
YoonGi simplemente le miró embobado, no podía creer que la hermosura de ese omega fuera real. Y lo más impresionante era que estaba sintiendo, por primera vez, una atracción incontrolable por alguien.
Algo dentro de sí le dijo: "¿ves que no eras asexual? Sólo estabas guardándote para tu predestinado."
Seguía incrédulo, pero no pudo oponerse a su instinto en ese momento, era más fuerte que su parte racional.
—No estás obligado a quedarte aquí, si te sientes incómodo puedes irte —le dijo al omega, el cual respondió inesperadamente rápido y directo:
—Dejemos las modestias para más tarde, Min YoonGi —le soltó así nada más—. Vinimos a hablar de un tema en específico, puedo aguantar la incomodidad para lograr resolver mis dudas de hoy.
La forma directa que usaba el omega para hablar era demasiado atrayente para YoonGi, era como si le estuvieran retando instintivamente, como ver a su alfa a los ojos para ver quién era más fuerte o más capaz. Pero esa sensación de rivalidad se convirtió en ternura, pues la naturaleza sumisa del omega se notaba a leguas, su lobo lo sentía por sobre esa actitud algo rígida.
—De acuerdo, hablemos —suspiró YoonGi—. Pero pidamos algo de beber antes. ¿Qué quieres? Yo te invito lo que quieras.
—Ah no, eso sí que no —negó el omega y se cruzó de brazos—. No vas a invitarme nada, yo puedo pagar mi propio café. El hecho de que seas un alfa no te da ni el derecho ni la responsabilidad de invitarme solo por ser omega. Ya no estamos en el siglo pasado, YoonGi.
—Está bien, como gustes —YoonGi rió y se rindió ante su actitud defensiva. Le parecía demasiado adorable verlo ser tan atrevido. Nunca había visto a un omega actuar de esa forma, y eso que HoSeok, su mejor amigo, era un omega bastante irritante a veces.
Ese omega de cabello rubio ondulado y mejillas rellenitas, hablando firmemente y proclamándose como un omega autosuficiente, atraían realmente al lado racional de YoonGi a pesar de que su lobo estaba ansioso por tomarlo del cuello para someterlo.
La mesera llegó de inmediato y dejó las cartas sobre la mesa. JiMin estaba nervioso porque tenía mucho tiempo sin ordenar nada en ningún lado porque su dinero lo usaba siempre para comida o supresores cuando sus hermanas los escondían demasiado bien, así que solamente pidió lo primero que vio en la sección de "bebidas frías": —Tráeme un frappé de chocomenta, por favor.
—Tomaré lo mismo, pero también quiero una dona de chocolate, noona.
Los modales de YoonGi eran más impecables que los de JiMin, cosa que la mesera notó y le ofreció su sonrisa únicamente al alfa.
Ella retiró las cartas y dejó a los jóvenes a solas. Entre ellos había mucha tensión y no era sexual, era más bien esa que sientes cuando tienes mucho qué decir, pero las palabras se arremolinan en tu cabeza y es imposible formular una oración con sentido.
Luego de cinco largos minutos de incómodo silencio, JiMin se atrevió a romper el hielo con una simple pregunta:
— ¿Cuáles son mis aromas? —Se cruzó de brazos y esperó por la respuesta.
YoonGi quedó estupefacto al ver su rostro frío e inmutable, pero se tragó su ansiedad y contestó: —Creo que... rosas de castilla, de esas que crecen silvestres y tienen un olor muy fuerte y dulce. Y e-el otro es... hueles a ese yogur para niños... ¡A danonino! Hueles a danonino de fresa. Eso... sí... rosas de castilla y danonino de fresa.
—Increíble —suspiró JiMin y de pronto bajó sus defensas, en cambio, se sonrojó—. Nunca nadie había notado el olor a danonino, ese solo lo percibo yo y... m-mi madre lo percibía también cuando yo era niño, yo no entendía por qué solo ella podía percibir mis olores y los demás no, supongo que nuestra conexión madre e hijo era demasiado fuerte, ella me conocía más que nadie.
—Sí, eso suele pasar, he leído que algunas madres tienen instintos muy agudos y pueden presentir incluso si su hijo va a presentarse como alfa, omega o beta, incluso antes de que su edad fértil comience —suspiró YoonGi—. Si te soy sincero, solamente yo percibo mi olor a jamaica. Mis padres jamás lo han percibido y me dicen loco, creen que como soy un alfa purasangre, solo tengo un aroma.
— ¿Qué eres un qué? —Preguntó JiMin, sorprendido por ese término tan... ¿racista o algo así?
—No me gusta decir lo que soy —suspiró con incomodidad—. Mis padres son ambos alfas, no me preguntes cómo, pero mi papá y domó a mi mamá cuando eran jóvenes, es una relación bastante extraña e intimidante, pero de alguna forma se quieren, no lo sé. Y por favor, no pienses que soy un arrogante o un presumido solo por eso. Mi lobo me está impulsando a no permitir que te enojes conmigo, creo que te quiere.
—Lindo —sonrió JiMin por el comentario del lobo, pues era mutuo—. Jamás había escuchado ese término en las personas, solo en los caballos. ¿Te criaron como caballo de carreras, YoonGi? —Se burló y YoonGi no pudo evitar reír.
Su lobo buscaba instintivamente al omega, pero su parte humana comenzaba a congeniar con el humor de JiMin.
—Algo así —sonrió YoonGi—. Se esperan muchas cosas de mí, pero si me preguntas, me importa una mierda lo que ellos piensen. A penas consiga mi título universitario, huiré lejos de aquí y no me importa si tengo que empezar desde abajo y quedarme sin los privilegios que tengo ahora, es un precio que estoy dispuesto a pagar por ser libre y feliz.
— ¿Eres universitario? ¿Cuántos años tienes? —Preguntó con mucha curiosidad.
Sí, definitivamente sus defensas habían bajado y JiMin, su parte humana, estaba interesada realmente en ese alfa. No solo por ser guapo, sino porque se veía que tenía muchas historias por contar.
—Sí, estoy en mi último año de carrera, estudio Ingeniería en Sistemas, tengo veintiún años. ¿Y tú? Cuéntame.
—B-Bueno...
—Sus frappés y su dona —la mesera llegó a reventar la burbuja en la que estaban atrapados, lo cual JiMin agradeció, pues le incomodaba un poco contarle a YoonGi su situación.
—Gracias, noona —le respondió YoonGi, pero sin apartar la vista de JiMin.
Ella se fue y pudieron retomar con más tranquilidad la charla.
—Wow, esto sabe increíble —los ojos de JiMin se abrieron de par en par. Era la primera vez que probaba ese sabor y sin dudas ya lo podía catalogar como su favorito, pero no quería que YoonGi lo supiera aún por temor a sentirse inferior. YoonGi obviamente era rico, se notaba por las cosas que usaba y el auto que manejaba. Aquello intimidaba un poco a su parte racional y se quería negar a soltar información. Pero simplemente no podía resistirse, su lobo estaba siendo domado y tranquilizado por el alfa.
—Sí, este es uno de mis lugares favoritos en la ciudad porque todo lo preparan muy rico —dijo YoonGi y sorbió su bebida—. Pero me estabas contando sobre ti...
—Está bien —suspiró pesado, resignado a sincerarse, pues su lobo confiaba en él—. No estoy estudiando nada actualmente, no quise entrar a la universidad porque me quiero dedicar a la costura, recién estoy empezando con este trabajo en el taller.
— ¿Por qué no quisiste ir a la universidad? También hay carreras que te pueden servir para eso, como alguna rama artística, también hay academias especializadas en el diseño de modas...
—Escucha... —le interrumpió y agachó su mirada—. Es complicado. No quise porque la situación en mi casa es difícil, mis hermanas están en la universidad y realmente no tenía ganas de convertirme en una carga más grande para mi padre, ya suficiente tengo con ser rechazado por ser un omega...
Aquella era demasiada información para YoonGi. A penas llevaban media hora de conocerse oficialmente y ya tenía la enorme necesidad de abrazarlo y protegerlo. Sin embargo, notó la incomodidad de JiMin al momento de hablar, así que interfirió en aquello.
—Si te sientes incómodo hablando de eso, podemos dejarlo para otra ocasión...
—Me parece buena idea —sonrió JiMin, sorbió su bebida y regresó su mirada hacia YoonGi—. ¿Y ahora qué vamos a hacer?
— ¿Con qué?
—Con esto —señaló con ambas manos el espacio entre ellos—. Me siento un niño cursi diciendo esto, pero creo que aquí está claro que somos destinados.
—Lo somos —suspiró YoonGi—. Supongo que es imposible de negar, esos rumores sobre los aromas son ciertos y además mi lobo jamás se había emocionado así por nadie.
—Ni el mío —rió bajito—. Solo me he dedicado toda mi vida a huir de los compromisos siendo cortante y sintiéndome autosuficiente, pero ahora me siento tan raro, como si quisiera dejar todo eso atrás porque mi lobo me lo está pidiendo.
—Bueno, entonces está claro que somos almas gemelas o esas cursilerías —puntuó YoonGi y se irguió en su asiento—. Sí, nuestros lobos se estaban buscando mutuamente y ahora que se encontraron, es imposible negar que se sienten atraídos. Pero tú, como humano pensante... ¿Qué quieres hacer?
— ¡Oye, yo pregunté primero! —Se exaltó JiMin de forma infantil, haciendo reír a YoonGi.
—Perdón, es que tampoco sé qué hacer. ¿Debería cortejarte o algo así? No tengo idea de qué hacer, soy un friki que jamás sale de su casa y lo más que sé sobre el cortejo es lo que he visto en las películas.
—Bueno... creo que sería lo ideal, pero... ¿Yo te gusto? Le estoy preguntando a tu parte humana, no a tu impulsivo lobo.
—Me agradas... y mucho —se encogió de hombros, intentando no parecer obvio.
Por supuesto que le gustaba, pues además de ser un omega bonito físicamente, su actitud firme le llamaba mucho la atención y quería saber más y más sobre él. Tal vez era solo su lobo impulsando a su lado racional, pero no importaba. Min YoonGi gustaba de Park JiMin.
—Bueno, también me agradas, no eres un alfa tonto como muchos otros que han intentado acercarse a mí, aunque suene cliché.
—Supongo que así es como se siente tener un alma gemela, ¿no? Demasiado especial, pero suena cliché por donde lo mires.
—Sí, es extraño... pero me gustaría conocerte más aunque esto me ponga en peligro.
— ¿Por qué lo dices?
—Mi padre odia a los alfas y además cree que soy un inútil, una aberración de la naturaleza o algo así y que jamás podré cumplir las funciones que tienen las omegas o betas hembras.
— ¿Te digo algo extraño? —JiMin asintió, sintiendo curiosidad—. Mis padres piensan exactamente lo mismo de los omegas hombres, ellos esperan que yo me case con una omega o que logre domar a una alfa para tener hijos sanos y fuertes, dicen que los hijos de omegas hombres son débiles y enfermizos... pero a mi parecer es una completa estupidez, mi mejor amigo es un omega, hijo de otro omega y es la persona más sana y fuerte que he conocido en mi vida.
—Increíble —se asombró JiMin nuevamente—. Supongo que no somos destinados solo porque sí. ¿Algo más en lo que seamos muy parecidos?
—En que nos encanta la canción de los pantalones rotos —dijo YoonGi y ambos rieron a carcajadas inmediatamente.
Ese día, YoonGi se dio cuenta de que amaba la risa de JiMin.
Ese día, JiMin se dio cuenta de que amaba los ojos gatunos de YoonGi.
Ese día, alfa y omega se reconocieron como almasgemelas y JiMin aceptó ser cortejado por YoonGi y el alfa asumió el riesgo queaquello conllevaba para ambos.
¿Cómo va todo?
¿Te está gustando?
¡No olvides votar, así sé que es de tu agrado!
Un abrazo pachoncito,
AgustDina
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top