Capítulo 27

Hera tenía el brazo adolorido, llegar a Circe fue complicado, pero lo había logrado, la maldita casi le había clavado el cuchillo en su pecho, y de no haber sido por su rápida reacción sería ella la que estuviera en desventaja.

Ahora tenía la ventaja.

Había costado unos cuantos golpes lograr estar cerca de la asesina de sus padres, pero al fin lo había logrado.

-¿Valió la pena?

-Matándome no te librarás de tu destino.

-Suficiente con librarme de ti -respondió cortando su cuello con la daga.

La sangre salpicó en su ropa, era asqueroso y a la vez liberador. Había ganado, había vencido a su mayor amenaza y demonio personal.

Pero no todos iban por el mismo camino.

Artemisa y sus cazadoras estaban perdiendo una batalla en la que solo ella podía darles la victoria.

-Te odio -gruñó esquivando la bala que la hermana de su padre, la mujer que estuvo a cargo de ella y de su hermano desde que quedaron huérfanos, disparó en su dirección.

-Estoy segura que no tanto como te odias a ti -se burló- Dime, princesa, qué se siente odiar a los muertos.

-Si te refieres a ti, puedo decirte que una alegría inmensa -le respondió la pelinegra analizando su próximo ataque.

Antonella fue inteligente, ella era humana, un peón en esa guerra que solo vivía del odio, pero no era estúpida. Ella sabía que no tenía ninguna oportunidad con una diosa, por eso planeo acorralar a Artemisa y sus cazadoras con armas humanas, ninguna flecha sería tan rápida como una bala.

-Niña estúpida -se río acercándose sin miedo- Te voy a contar un secreto -habló con calma y aunque no tenía idea de lo que iba a decir, Artemisa sabía que no le iba a gustar- Por mucho, mucho tiempo odiaste a un muerto, odiaste a tu padre por querer utilizar a tu hermano -le recordó y las tripas de la diosa se retorcieron con miedo de lo que estaba a punto de descubrir- Lo odiaste tanto y te contraste en proteger a Apolo de él que no viste la verdad, no te diste cuenta que estaba siendo manipulado.

-No.

-Sí, todo lo que tú padre hizo con Apolo fue porque yo lo estaba manejando ¿El accidente que tuvo con tu hermano? Él estaba huyendo de mí sin saber que lo estaba acorralando, su muerte fue mi culpa, su sufrimiento, la destrucción de su frágil mente, todo lo hice yo.

-¡No! -gritó causando un estallido que hizo tambalear a la mujer con el arma.

Artemisa sentía su corazón romperse, porque ella recordaba, tenía grabado en fuego los buenos momentos con su padre antes de la muerte de su mamá y si lo que Antonella le decía era verdad, explicaba el cambio y todo lo que sucedió después de ello.

-No pudiste salvarlo a él por estar cegada en tu odio y de la misma manera no salvarás a Apolo -le señaló la mujer a Artemisa que se enfureció ante la amenaza.

-Lo haré y tú no estarás acá para verlo -sentenció Artemisa utilizando su poder para atacar a la hermana de su padre.

Corrió tan rápido como pudo para desarmarla; sin embargo, un disparo resonó antes de que pudiera llegar a ella.

El tiempo pareció detenerse por un segundo hasta que vio la imagen frente suyo.

El cuerpo de Antonella había caído al suelo y detrás podía observa a Orión, apenas vivo, sosteniendo un arma apuntando hacia donde había estado la hermana de su padre.

-Esto paga mi deuda contigo.

-No tienes una deuda conmigo, imbécil -aunque su relación estaba más que rota, no había una deuda que sea necesaria pagar con su vida.

Una de sus cazadoras llegó a su lado y Artemisa miró a Orión que no se había de su sitio. Ella sabía por Ares que Orión y Poseidón fueron torturados juntos, y aunque eso no los volvía automáticamente amigos, los convertía aliados, además le acababa de salvar la vida.

-No mates a mis enemigos, es mi tarea -le dijo extendiendo su mano hacia él.

El cazador la observó unos segundos antes de tomarla, era el inicio, un nuevo comienzo que sellaron al estrecharse las manos.

Juntos emprendieron el camino hacia donde la batalla estaba en su cúspide.

Mientras que Afrodita ayudaba a Poseidón a escapar y salir de la cueva del risco para reunirse con los demás. Algo que fue imposible cuando Medea se cruzó en su camino.

-Vaya, no pensé obtener un dos por uno -dijo la mujer satisfecha de encontrarse a dos olímpicos que sacrificar.

Había sentido la muerte de Circe y ella estaba asegurándose de no seguir el mismo camino.

-Primero muerta.

-Eso lo puedo arreglar -le respondió la bruja yendo hacia Afrodita.

Poseidón se interpuso entre ambas y empujó a la mujer mayor con fuerza.

Él sabía quién era, su rostro había estado presente en varias de sus torturas, riéndose, bebiendo, aplaudiendo, disfrutando de su dolor.

-Lo único que se va a arreglar aquí es tu muerte -Estaba listo para acabar con su vida hasta que unos escorpiones aparecieron detrás de ella.

Afrodita tomó la mano de Poseidón y sabiendo perfectamente que aunque no era una guerrera sabía defenderse.

Ambos lucharon contra los enemigos que querían asesinarlos y no dudaron en lastimarlos aún cuando no tenían ni idea de lo que pasaba, de la verdad, cuando eran inocentes.

«Ya no más», su ignorancia la había puesto en blanco para muchos, pero eso se acababa esa noche.

No estaban ganando, pero se mantenían; sin embargo la balanza se inclinó a su favor cuando Artemisa apareció con sus cazadoras, por un momento Afrodita luchó codo a codo con la pelinegra y se sintió bien.

Poseidón con un arma era letal y más aún cerca de su elemento. Estaban saliendo de la cueva peleando con los últimos escorpiones que quedaban cuando un chillido los distrajo.

Tifón estaba ganando la pelea contra Zeus.

«No». Poseidón no estaba dispuesto a dejar que su hermano perdiera la vida a manos de Tifón, y el maldito le debía noches de tortura y horas de dolor.

Corrió hacia ellos dejando a los demás atrás y tomo por sopresa a Tifón arrastrándolo hasta la playa.

-Te voy a matar -gruñó luchando para mantener el agarre de su enemigo.

La bestia podía ser más grande y fuerte, pero el tenía su energía divina y estaba dispuesto a usarla hasta el último con tal de acabar con la bestia.

Su hermano, Zeus, lo ayudó aún cuando era claro que era difícil para él mantenerse de pie.

Hades, por su lado, también llegó a ellos y empujó a Tifón para ahogarlo.

La mañana estaba por llegar, pero la oscuridad de la noche aún los cubría.

-Un rayo -dijo a su hermano menor que se asiento y se concentró para invocar uno que acabará con la vida de Tifón.

Ellos tres eran el centro de atención por lo que nadie vio como Medea se acercaba a Afrodita lista para apuñalarla. Nadie, excepto Ares que asesinó a la mujer con la misma daga.

El puñal estaba encantado y al tocar la sangre de Medea la envenenó matándola rápida, pero dolorosamente.

-Gracias -susurró Afrodita a Ares que asintió hacia ella antes de tomarla por la parte posterior de su cabeza y pegar sus frentes juntas- Nadie volverá a lastimarte -prometió y la pelirroja le creyó.

Su lucha estaba por terminar.

Todos veían el final claro, ellos iban a ganar, pero solo un olímpico sabía que algo aún estaba por pasar.

Athenea observó a Apolo a su lado que parecía confundido.

-¿Qué pasa? -le preguntó, pero él no le prestó atención, se alejó de ella al mismo tiempo que Hades y Zeus dejaban a Poseidón con Tifón.

El rayo estaba listo.

Apolo estaba buscando.

Orión escalaba el risco.

Zeus le dió la señal a su hermano de crear el vórtice que ahogaría a Tifón.

Athenea vio a Orión salir de entre el grupo de cazadoras que acercaba a ellos desde el risco.

Apolo escuchó la orden en su cabeza y corrió

Orión miró al gemelo de Artemisa ir a él y no se movió.

Poseidón estaba creando el vórtice.

Hera llegó y sintió su corazón caer a sus pies.

-¡Corre!

El grito de Hera llamó la atención de todos, pero ya era demasiado tarde.

Apolo había llegado a dónde estaba Orión y lo había apuñalado desvaneciendo el hechizo de coacción.

-No, no, no -murmuró viendo sus manos manchadas de sangre, una que Poseidón observó desde la distancia.

La tierra tembló.

Hera corrió cuando vio como Orión se aferraba a Apolo, cayendo así ambos al océano.

Zeus se distrajo al momento de dirigir su rayo que cayó entre Tifón y Poseidón lastimándolos a ambos en el vórtice que los ahogó a ambos.

El sol empezó a aparecer por el horizonte y el silencio gobernaba sobre Nuevo Agrigento.

Un nuevo día había llegado y ellos habían ganado.

***

Hoy es mi cumpleaños 🎂 🎈 y hoy nos despedimos de Hera y la primera parte de Olímpicos Mortales 😭😭😭😭🥺🥺🥺🥺 Ya pasó lo más triste, lo más duro, ahora viene lo más doloroso.

¿Listos?

PD: No olviden dejar sus estrellitas y comentarios.

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