Capítulo 25

Hera llegó en la moto que Ares le había prestado con anterioridad. Cuando vio al chico en la entrada del instituto se detuvo y le lanzó las llaves que atrapó con agilidad en el aire.

—Te la devuelvo.

—Me alegra que estés de vuelta —le dijo el otro mirándola con alegría genuina, una que no todos compartían, pero no tenían tiempo para ello y lo sabían.

Cuando entraron al salón principal del instituto Hera cruzó por primera vez en mucho tiempo su mirada con el único hombre que de algún modo había amado.

Zeus no aparto su vista de Hera, estaba hipnotizado, no solo por la belleza de su esposa, novia, reina, y mejor amiga, sino también porque podía percatarse como por fin era libre de las cadenas que ella misma había creado, porque con sus recuerdos él tenía pleno conocimiento de cual fue el problema que condeno a la recién llegada.

Acercándose con seguridad estiró una mano hacia ella sin sorprenderse cuando la tomó, sabía que no era un perdón por haberla cagado cuando Hera más lo necesito, pero era un inicio como siempre entre ellos. Una alianza que esa noche necesitaban.

—Zeus.

—Mi reina —halago jugando un poco sus cartas, necesitaban pelear una batalla, pero él era multitareas, además tenía que dejar en claro el lugar que ocupaba Hera.

Artemisa y Hermes entendieron mejor que nadie la indirecta que les lanzó Zeus llamando "Mi reina" a Hera. Su "padre" la había puesto en la cima y a su lado para dirigir su lucha.

—No tenemos mucho tiempo —avisó Hades volviendo con un grupo de chicos vestidos de negro— Uno de mis hombres me acaba de informar que Tifón se acaba de reunir con Calliope y la bruja en el antiguo lugar de Acteón.

—Ese lugar esta hecho cenizas —señaló Hefesto, quien se había encargado de destruir el lugar con un fuego imposible de apagar.

—Sí, así que dudo que se queden ahí por mucho tiempo —le respondió Hades— Menos con toda la carne de cañón que tienen —agregó antes de explicarle que por lo menos había unas doscientos cincuenta personas con ellas.

Todos escucharon con atención y vieron la dificultad; sin embargo, no estaban dispuestos a dar un paso atrás, menos en ese momento.

—La cabeza de Circe y Medea son mías —advirtió Hera confundiendo a todos.

—¿Quién? —preguntó Athenea y Hera les contó de manera resumida lo que había descubierto.

Calliope en realidad era Circe, qué aparentemente no podía controlar los poderes que tenía porque de alguna manera había logrado absorber la magia de Hécate quien la había hechizado para que no le hiciera daño directamente a ningún olímpico.

—¿Y la bruja? —preguntó Afrodita

—La bruja es Medea —le respondió y la pelirroja la odio. 

En su antigua vida no le había importado la humana avariciosa, pero en esta se había encargado de hacerla sufrir de más de una manera, por lo que, iba a ir con Hera tras ella.

—... Y van tras Apolo —les recordó.

—Voy a pelear —respondió el gemelo de Artemisa con un tono que no daba espacio a discusión.

Apolo estaba harto de que lo hicieran a un lado en cada lucha, de ser la víctima— Si quieren venir por mí que lo hagan, ya me cansé de que estén jugando conmigo.

—Te apoyo —le dijo Hermes y Afrodita asintió secundando.

—Nadie dijo que no fueras a pelear, pero necesitamos un plan —les recordó Zeus antes de Athenea hablara.

—Ya tengo un plan —aseguró mirando a Ares y Hades que confirmaron con un movimiento de cabeza. 

No era algo que hubieran planeado durante mucho, pero la castaña sabía que ese momento llegaría y estaba preparada.

Hades silbó y un equipo de al menos treinta personas ingresó al patio del instituto junto a las Erides y el grupo de mercenarios de Ares, entre los que se encontraban varios chicos del instituto y reencarnaciones dispuestas a servirles.

—Y supongo que contamos con tus cazadoras —agregó para Artemisa que asintió dando un paso al costado y dejando que su lugarteniente ocupara su lugar.

—Estamos listas para apoyarlos —dijo la chica y Athenea asintió en agradecimiento, ahora solo faltaba un pequeño detalle por pulir— Tenemos que encontrar a Poseidón ¿No lo vieron con ellas?

Hades negó— Parecer ser que mi hermano escapó ¿A dónde? No tengo ni la más mínima idea.

—Tenemos que encontrarlo —le advirtió la castaña a Hades que asintió, ambos tenían presente que la profecía de Poseidón aún colgaba sobre sus cabezas.

—Vayan a buscarlo —le ordenó el chico a Shane y sus hermanas que partieron en ese mismo instante.

Hera maldijo para sus adentros la situación, porque si Poseidón había escapado, Orión también y eso hacía más difícil el trabajo de Aquiles de matarlo. Echando un vistazo a Apolo se dio cuenta que su hechizo ya estaba manifestándose en el chico.

—Bueno es hora de...

—¡Abajo! —el gritó alertó a todos que obedecieron por acto reflejo.

Deméter había estado sumida en su mente cuando algo la alteró mientras los demás hablaban, no supo que era hasta que los vio en la entrada detrás de la banda de Hades.

Un par de escorpiones estaban en las puertas lanzando flechas hacia ellos, mientras que otros les disparan a través de las ventanas rompiendo los vidrios impidiéndoles hacia dónde o mejor dicho quien iba el ataque.

Todo fue cuestión de segundos, unos en los que todos tuvieron algo en claro, la lucha se libraría ahí mismo en el instituto y ellos no estaban preparados, el miedo empezó a consumirla hasta que vio a Dionisio y Hermes sangrar por los cristales rotos, logrando que sus instintos de batalla salieran a flote.

Deteniendo una flecha a centímetros de su cara la furia empezó a consumirla. Esta gente había arruinado su vida y traído demonios que ella no quería de vuelta.

Se centró en esa emoción empujando su poder hacia afuera mientras rompía el piso debajo de ellos extendiendo una hiedra venenosa alrededor de los cuerpos de varios de los escorpiones en el salón principal, que habían ingresando uno tras otro con el fin de lastimarlos.

Ella no era cruel, pero sintió satisfacción cuando escuchó los gritos de agonía de algunos de ellos mientras que los demás eran reducidos por el bando de Hades y las cazadoras de Artemisa y el resto de los olímpicos.

Apolo y su hermana siempre se complementaron en batalla, y no iba a negar que temía que su reciente distanciamiento afectara eso, pero en ese momento se dio cuenta que todo seguía como antes, ellos seguían siendo la otra parte el uno del otro que los entendía mejor que nadie.

Por ello, acabar con los escorpiones que fueron en contra de ellos no fue difícil.

Athenea peleó junto a Ares y Afrodita que seguía a lado del chico, muy pocas veces lucharon codo a codo, pero parecía que su reciente acercamiento les facilitaba entenderse.

Zeus y Hera no se quedaban atrás, junto a Hades acabaron con la mayor parte de escorpiones, cada uno tenía su propia batalla interna y estaban listos para sacar los demonios que llevaban con quienes los provocaban, no eran santos y no tenían porque fingir serlo, su oscuridad, su malicia, era parte de ellos y estaban bien con ello.

A diferencia de Dionisio y Hefesto que aunque habían hecho las pases con sus recuerdos no estaban cómodos con ellos; sin embargo, eso no indicaban que no estuvieran dispuestos a defenderse. Cada uno de ellos era letal con cada escorpión que los atacaba.

Los cuerpos quedaron tirados en el suelo al menos había unos cincuenta de ellos, cincuenta personas que enviaron a morir.

—¿Están todos bien? —la voz de Athenea se alzó sobre las demás y todos respondieron listos para dar el golpe de contraataque hasta que Apolo se dio cuenta de que les faltaba alguien.

—¿Dónde está Hermes? —preguntó observando alrededor con desesperación. 

Los demás hicieron lo mismo mientras maldecían, no podían perder a otro de ellos cuando ni siquiera encontraban al que faltaba.

—Encontré esto —Alessandra se acercó a ellos con una flecha y una nota en la punta del arma.

Antes de que Artemisa pudiera tomarla Apolo se adelantó y quitó el papel de la flecha.

Búscame antes de que decida divertirme con tu amigo.

Siempre es adictivo derramar la sangre de los olímpicos.

—¿Viste quién dejó esto? 

Alessandra negó a la pregunta de Apolo— No, pero vi una silueta —respondió antes de mirar a Artemisa— ya mandé seguirla con las cazadoras.

—Y... —el gemelo de Artemisa casi podía asegurar que la chica se estaba guardando algo— ¡Habla!

—No estoy segura.

—Solo dilo, Alessandra —le pidió Artemisa a su lugarteniente que aceptó con recelo.

—Me pareció ver que era Orión el que huía —confesó.

—No es verdad, él no haría eso —Afrodita defendió al cazador mientras Apolo empuñaba el papel en sus manos.

Orión, siempre el maldito de Orión.

«Mátalo», la orden empezó a resonar en su cabeza y él miró a Hera que no dejaba de observarlo confundido por escuchar su voz; sin embargo, eso pronto quedó en segundo plano.

Hera sabía lo que las palabras de Alessandra desencadenaron y maldijo el tiempo que estuvo bajo el poder de Circe.

Ahora el hechizo de coacción estaba activo y Apolo solo tenía un objetivo, matar a Orión.

***

Hagan sus apuestas... Lo mata... O no lo mata?

Que hará Artemisa? Que hará Afrodita? Dónde está Poseidón?

Por cierto, la música con el único queda perfecto... Imaginen a Hera llegando conduciendo la moto *run run* deteniéndose y lanzandole las llaves a Ares dkkwkekwks Me encantó

Descubramoslo en el siguiente capítulo!

No olviden dejar su estrellita y comentarios si les gustó el cap!!! Nos leemos pronto ✨



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top