XIV


Desperté más temprano de lo habitual. A veces llegaba tarde a la escuela por no saber la hora, pero siempre me despertaba antes de que el sol saliera. Yo logre crear mi propio reloj con las colinas y el sol.

Un día cuando estaba en clases tocaron para entrar a clases, mire hacia las mismas colinas que veía desde mmi ventana y logre apreciar que el sol estaba cuatro dedos arriba de la colina más alta.

La imagen no se borró nunca de mi mente.

Me senté en la cama y mire hacia afuera. El sol aun no aparecía pero no importaba. Me levante y estire mientras un bostezo se escapaba de mis labios. Intente despejar el sueño restregándome los ojos, algo que hacia cada día más bien por costumbre. Con la misma ropa que ayer me puse en casa de Adam, busque los libros que debía llevar hoy a la escuela y, como no tenía otro bolso, debía cargar con ellos ida y vuelta. Salí de la casa en silencio y comencé mi caminata diaria.

Los caminos de tierra estaban húmedos y mojados por la nieve que quedaba de la noche. Habían posos por varios lugares, los cuales intentaba esquivar, incluso lo hacía saltando sobre ellos. Recordaba cuando era una pequeña niña y saltaba luego de cada tormenta. Me mojaba por completo cuando resbala y caía, y reía sin parar. Quise sonreír ante aquel recuerdo, pero no pude.

Me encontraba con la cabeza gacha, observando atenta el camino, que no me di cuenta lo mucho que había caminado. A unas dos o tres cuadras se encontraba la EW. Había pocos chicos entrando ya que aún faltaba al menos media hora para que las clases empezasen y la mayoría de ellos llegaban quince o diez minutos antes del timbre.

Camine hasta la entrada vacía, hasta adentrarme profundamente por los pasillos de mi infierno diario. Había pocos alumnos por ellos ya que la mayoría estaría por las grandes áreas verdes que tenía la escuela.

Fui a mi casillero para guardar allí los pesados libros. Mientras intentaba colocar la clase, sentí como unas delgadas manos me lanzaban hacia atrás, provocando así que yo soltara todos mis libros y estos cayeran al suelo... Al igual que yo.

Respire profundamente, sintiendo el dolor en mi nuca por el brutal golpe que me di contra el piso. Abrí mis ojos y vi como Amy y sus amigos reían a mi lado- gemí cuando intente levantarme

Pase las puntas de mis temblorosos dedos por mi nuca lentamente y sentí un agudo dolor allí. Volví a ver mis dedos y vi las yemas de estos rojos. Estaba sangrando. Suspire.

- ¡Hey! ¡Rebeca! – escuche la voz de Adam retumbar por los pasillos. Sentía sus pasos, estaba corriendo hacia mí, lo sentí acuclillarse a mi lado, mientras tocaba mi frente y mejillas.

Las risas cesaron.

- Hey! ¿Qué haces con la rarita? – escuche preguntar a una de las amigas de Amy

- ¿Pero que creen que están haciendo? – grito Adam con furia sin apartarse de mi lado

- Lo que ves , cariño – respondió Amy , con aire seductor

Adam maldijo por lo bajo al ver como sangre brotaba de mi nuca, yo en ese momento mantenía mis ojos cerrados ya que la luz me molestaba. El me tomo en sus brazos con suavidad, evitando movimientos bruscos. Paso al lado de Amy casi empujándola y me llevo a paso a la enfermería de la escuela. Luego todo se volvió negro.

(...)

Desperté sobre una camilla en una habitación desconocida. Había una enfermera anotando algo en la pequeña agenda cuando miro a mis ojos y sonrió.

- Hasta que despiertas, linda - me dijo mientras me cubría hasta la mitad de mi pecho con mantas y acomodaba mi almohada - ¿Cómo te sientes?

- -Algo... mareada... confundida – sacudí mi cabeza con lentitud- ¿Dónde estoy?

Ella me miro y anoto unas cosas más

    -Estas en el hospital. Te diste un golpe muy fuerte hoy y te tuvimos que poner puntos.             Ahora tienes anestesia local y puede que sientas algo de dolor. También te pusieron una           venda alrededor de la frente –se detuvo un momento para verificar unas máquinas a mi            lado  y seguir anotando- Hay un chico afuera que pregunta a cada minuto por ti ¿Quieres          que pase?

Asentí, sabiendo que se trataba de Adam, ¿Quién si no él se preocuparía por mí? ¿Mi padre? ¡JA!

La enfermera desapareció detrás de la puerta y a los segundos apareció Adam por la misma. Suspiro al verme consiente, se acercó a mi lado y se sentó a los pies de la cama.

- ¿Estas bien?.


Adam me tomo la mano, antes de correr unos cabellos de mi rostro. Asentí con la cabeza, sin lograr sentir nada por la anestesia.

Luego de unos minutos de silencio, el pregunto - ¿Amy siempre te hace cosas así?

Volví a asentir y el maldijo por lo bajo

-¿No te defiendes? – gruño-

- S-si lo h-ago... me golpea más fuerte

Volvió a maldecir

-¿No tienes a nadie que te ayude?

-Todos me m-molestan por culpa de Amy, ya estoy a-acostumbrada

El silencio cayo entre nosotros. Jamás le había dicho a nadie lo que me hacían en la escuela y se sentía raro. Agache la cabeza, intentando ocultar mis sentimientos. Espere a que él se fuera de allí y me molestara igual que los demás, pero no pasó. Se quedó allí, con mi mano entre la suya y con el pulgar acariciando el dorso de esta.

-Yo te cuidare, Rebeca

Levante la mirada extrañada por lo que acaba de oír

-¿Qué? – pregunte con miedo

-Que yo te cuidare. Nadie volverá jamás a tocarte

-No, no, no, no. seria suicidio social

El solo se encogió de hombros despreocupadamente mientras sonreía

-Yo quiero hacerlo, de que alguien se preocupe por ti, Rebeca

Asentí, aun con miedo

-M-me ¿Me prometes que lo harás sin importar lo que suceda?

El asintió.

- Es una promesa.

(...)

Eran las cuatro de la tarde y yo aún seguía en la camilla del hospital. El doctor llego cuando las enfermeras me estaban entregando el almuerzo y pidió hablar en privado conmigo.

- Tienes al menos diez kilos menos de tu masa corporal ideal, Rebeca. Debes alimentarte as.

Luego de eso, los padres de Adam, junto a él y la pequeña Jazmín entraron. Pattie me preguntó sobre mi peso, claro estaba que el doctor había hablado con ellos en cuanto salió.

Y yo no aguante más.

No quería seguir mintiendo.

Por lo que me arme de valor y le conté lo de mi padre también, omitiendo unas cuantas cosas como cuando me arrojaba contra los muebles.

- Mi padre desde que mi madre falleció que bebe. Se ha vuelto alcohólico – dije mientras movía mis manos nerviosa- El me golpeaba mucho cuando hacía algo mal y nunca me dejaba comer lo necesario hasta hoy

Pattie quedo estupefacta al igual que su esposo. Adam me abrazo con fuerza y me rogo en mi oído que me fuera con ellos. Su madre también insistió en ello, además de sugirio ponerle una denuncia a mi padre por violencia intrafamiliar. Yo le pedí que no lo hiciera, que ya no me golpeaba. 


Si, mentí de todas formas pero debía hacerlo para proteger a la única familia de sangre que me quedaba.


Pattie al final acepto no poner ninguna denuncia contra mi padre pero me pidió que fuera a vivir con ellos. Que me darían techo, comida, me comprarían ropa y la habitación de invitados seria mía.

No podía estar más agradecida de que el mundo me diera otra oportunidad al encontrarme con esa familia.

(...)

Horas más tarde me dieron al fin el alta. Ni Adam ni yo asistimos a clase el día hoy pero no importaba. Iba junto a él en su auto mientras que los demás iban en el auto familiar.

Sentía la mirada de Adam cuando nos deteníamos en alguna señal de Alto o semáforo pero en ningún momento hablo. Para cuando llegamos a su casa me gire para ver de allí mi pequeña casita, la luz estaba encendida, lo que quería decir que quizás papa estaba en casa y debería de estar muy enojado conmigo por o hacer nada en su ausencia pero no debía preocuparme por que por ahora no iría allí.

Pattie me paso algo de ropa para los siguientes días y una mochila color negro que tenía guardada para los libros y demás cosas de la escuela. Lo bueno era que tenía todos los materiales escolares en la escuela y no es mi casa, lo que me dejo suspirar de alivio.


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