"_Capítulo 14° -Añorar_"
2 días para el divorcio.
Samuel
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—¿Recuerdas cuando nos conocimos?
Lo miro y acaricio su mejilla con sutileza. Se que no me va a contestar, esta dormido y también se que es muy tonto que susurre esto con dirección a la nada, pero a estas alturas es la única forma en la que puedo hablar con él. Se le ve apasible y calmó, casi como si fuera aquel chiquillo que conocí hace años.
Aquel que amaba sin temor a ser lastimado. Que entregaba todo, con la intacta pero silenciosa esperanza de recibirlo también.
Quizás Guille no lo aceptaba o demostraba, brindando asi un amor incondicional, puro, pero muy en su interior añoraba ser correspondido a la misma intensidad.
Y no me malinterpreten, pero en aquel tiempo yo no era nada compatible con aquella idea, mi liderazgo era mas libre y me dictaba solo dar si obtenía algo a cambio. El era muy diferente a mi en ciertos aspectos desde aquel entonces. Y justamente eso era lo que me atrapaba de él, a tal punto de perder mi cordura, porque si, a día de hoy lo seguía haciendo. Conseguía adentrarse entre cada uno de mis poros e impregnarse en mi mente a todo momento, se encargaba de tatuar su nombre en mi corazón aun cuando la tinta se desgastaba al pasar de los años y se demacraba por las peleas del pasado. Era capaz de hacerme sentir vivo en un solo roce, con miradas que me hacian viajar a mundos hasta entonces desconocido para mi.
Lo hacia.
Lo seguia haciendo aun sin saberlo
Y quizás era mi culpa al no recordárselo a cada día. Muy probablemente el mayor canalla y con peso de dejadez de esto era yo.
Increíble era pensar como el pasar del tiempo había fragmentado todo, tanto físico como psicológico. Era evidente que ya no eramos los niños que jugaban a esconderse de la sociedad para así amarse libremente, no habían armarios y mucho menos antifaces de apariencias falsas, las habíamos votado, por nosotros, por nuestro amor. Asimismo era claro que nuestros sentimientos había evolucionado.
No habían cambiando, o al menos no por mi parte, puesto que mi amor y devoción seguían intactos. Pero la manera de expresarnos se había visto nula de acciones, limitándose solo a la posibilidad de que el otro sabia que nos amábamos y no era necesarios seguir acrecentando la llama.
Gran error.
Monotonía.
Aquella palabra tan común pero de la cual no sabemos su verdadero significado hasta que se apodera de nuestra vida y de las riendas de la misma. Guille suspira cuando deposito un beso en su mejilla y mi corazón se estruja dolorosamente al ver esa pequeña pero sincera sonrisa que botan sus labios
—Quiero que me ames...
Aquel susurro me desconcierta. Mi madre siempre me había dicho que lo peor de una añoranza era que no pudiese ser cumplida y que no se podía ser tan caprichoso pidiendo algo que ya tenias, pero ahora sabia que no tenía razón del todo pues lo peor de las añoranzas era poder cumplirlas, poder tenerlas y sin embargo no hacerlas realidad.
¿Que si lo amaba?
Claro que lo hacia. El tiempo parecía no afectar mis palpitaciones por y para el, mi amor no conocía de caducidad ni mucho menos de indiferencia. No cuando se trataba de Guillermo.
Dolor era amarlo, tenerlo tan cerca y a la vez no poder demostrárselo.
Arrepentimiento era saber que había tenido la oportunidad y la había dejado ir.
Duda, surgía a través de las divagaciones y pensamientos varios que me atolondraban con el cuestionamiento de un tal vez. De un ¿Que habria sucedido si no me hubiese equivocado?
A este punto mi estado de resignación se encontraba proporcionalmente a la altura de mi sufrimiento por lo cual no era capaz de pensar en una última oportunidad. Preguntas eran muchas y respuestas eran nulas.
Guillermo se removió bajo las sabanas para a continuación abrir unos de sus ojos lentamente. Me miro confundido, su ceño levemente fruncido lo delataba.
—¿Que haces aquí? Deberías estar en el trabajo— Tallo sus ojos con la manga de su piyama grisácea a conjunto de su pantalón de cuadrillos a base de colores obscuros como azul marino y negro. Se sento sobre el colchón, recargando su espalda en la cabecera y las almohadas.
—Llegare tarde, tengo permiso— El asintió con la cabeza y desvío la mirada.
Ciertamente me molestaba aquella acción pero era patente de que no me encontraba en derecho de reclamar. Quería, añoraba que me mirara a los ojos, que no apartara la vista y una vez mas asi sentir que estábamos unidos, que eramos cómplices de un amor prohibido y que los secretos ni siquiera eran una palabra hueca entre nosotros.
—¿Has desayunado algo?
La pregunta me tomo por sorpresa, no me esperaba que mostrara interés pero en lo profundo de mi ser lo agradecí.
—No— Él me dedico una mirada inconforme y juro que pude leer sus pensamientos.
»El desayuno es la comida mas importante del dia« Decia
Y como si el supiera solo asintió con la cabeza.
Suspire, pues si había pedido permiso para llegar tarde era porque tenia una razón importante y quería hablar con el. No sabia si se enfadaría, no sabia si con esto todo empeoraría pero debía hacerlo.
—No quiero pelear pero— Murmuré ganandome su mirada cansada. Eso me dolía, verlo tan demacrado —Quiero saber porque rompiste toda la correspondencia
Su rostro palideció y sus manos temblaron levemente, parecía que en cualquier momento comenzaría a hiperventilar. Tome su mano la cual había mantenido es su regazo y la acaricie sutilmente con el pulgar.
—No quiero discutir —repeti calmó y su semblante pareció alijerarse.
El «Bum« retumbaba por sobre mi pecho. Quizás de nervios, quizás de miedo, quizás de amor.
Hubieron algunos segundos de silencio lo cuales me parecieron una eternidad, hasta que finalmente hablo.
—No tenían sentido, solo son números y esto harto de ello. Lo sabes.
—No era para que los destrozaras.
—¿Has descuidado tu trabajo para esto?
Algo pequeño, pero no insignificante se cuarteo dentro de mi y sólo atine a tomar aire o de lo contrario sentía que me ahogaría.
No parecía algo importante, un par de sobres rotos parecían no ser la gran cosa, no obstante lo era para mi. Lo conocía tan bien que sabía de sobra que jamas acutuaba por impulsos por lo cuál sus razones tenían que haber sido demasiado poderosas para llegar al punto de destrozar todo.
—¿Habia algo de malo en ellas?— cuestióno.
Mi mente esta hecha un enjambre y el hecho de que se ponga nervioso y desvíe la mirada no ayuda en nada, probablemente yo exagere y simplemente por primera vez actuó por impulso, aunque también existía la posibilidad de que Carlos haya vuelto y le haya escrito una carta, tenían planeado irse juntos y en cuanto el divorcio estuviera firmado Guillermo se esfumaría. Como dije antes, quizás exageraba pero ¿Quien me aseguraba que no era así?
—¡No!, simplemente lo hice y ya— aquello suena como una especie de grito y noto su mirada asustada.
Es hora de parar con esto.
Me acerco cuatelosamemte hacia donde se encuentra el, recargando mi peso sobre el colchón para estar mas cerca.
—¿Que haces?— susurra apenas audible cuando tomo su mejilla y la acaricio con el pulgar de mi mano.
A los segundos cierra sus ojos disfrutando de mi tacto y suspira.
—Si quieres puedes decirme, no importa cuando— dejo un beso en su nariz y me alejo de nuevo.
Frunce la nariz y sonríe divertido pero enseguida su alegría se esfuma y su rostro muestra un dolor inmenso, sus ojos se llenan de lágrimas y parpadea una y otra vez intentando apartarlas.
—¿Sucede algo?— Preguntó asustado ante la posibilidad de haberlo lastimado.
El niega con la cabeza y hace una mueca, toma aire, lo retiene y finalmente lo expulsa de manera lenta cerrando sus ojos en el proceso.
—Hace mucho no hacias eso— susurra y comprendo que mi acto tan repentino le trajo recuerdos.
Entonces yo también quiero llorar porque aquello es cierto. Algo tan simple y recurrente entre nosotros se había quedado entre los escombros y ahora resurgía en forma de nostalgia.
Mi corazón se contrae y jalo aire para poder pronunciar aquellas palabras sin titubear o tirarme a llorar.
—Nunca es tarde para hacerlo de nuevo...
El sonríe de nuevo y pronuncia un bajo pero claro »Intentemos«. Nos sonreímos, me acerco hasta tener nuestros labios casi unidos y esta vez el no se aleja.
Se acerca.
Me besa.
Añoraba tener su corazón y quizás yo era un egoísta, pues no podía desear algo que ya tenia.
.
.
[...]
Capitulo porque me desperté de buenas y no tenia nada mejor que hacer XD
¿Que creen que pase en los siguientes 4 días? “ψ(`∇´)ψ
—Karenthekiller11 💕
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