A Hard Day's Night
John se quedó como petrificado luego de leer esa nota. Pensó que era imposible que el secuestrador de Brian estuviera en la India, tan cerca, ya que ni siquiera ellos sabían que estarían en aquel motel en ese momento. Lo primero que se le ocurrió hacer fue despertar a Cynthia, quien dormía incómodamente por el calor que hacía en el ambiente.
—¡Cyn, despierta, Cynthia! —le gritó John.
La mujer se frotó los ojos dirigiéndole una mirada entre exhausta y acusadora.
—¿Qué ocurre, John? Deben ser las tres de la madrugada...
—¡Mira lo que acabo de encontrar aquí mismo hace menos de un minuto! —los gritos de John casi despertaron a todo el motel. Paul, que estaba en la habitación contigua, abrió los ojos.
—¿Qué dice? —preguntó Cynthia, bostezando.
—¡Es sobre Brian! Por el amor de Dios, ¡LÉELA! —John estaba eufórico, aterrado, confundido, todo en un mismo momento.
Cuando Cynthia leyó la nota, sus ojos se abrieron como platos.
—¿C-cómo saben que estamos aquí...? —su mujer se sintió mareada e inquieta, se le ocurrió que, tal vez, un desequilibrado secuestrador podía estar en ese mismo motel con ellos, justo en ese instante. Y que no sólo estaba chiflado ni sólo era secuestrador, sino que había sido el responsable por la desaparición de Brian. Cuando todo eso pasó por su mente, casi se desmaya.
John ignoró su reacción y salió de la habitación a toda velocidad, cruzó el angosto pasillo y entró sin golpear a la habitación de enfrente. Allí se hallaban Mal Evans y Neil Aspinall, durmiendo en camas separadas. Cuando la puerta azotó contra la pared violentamente, ambos lo miraron con estupefacción. John no podía hablar, nada le salía de su boca con claridad. Sólo se acercó a la cama de Mal y le dio la nota. Este casi salta de la cama, literalmente, y le dio la nota a Neil, quien empalideció.
Para ese momento, tanto Paul como Ringo y como George se hallaban de pie junto a la puerta de la habitación, con clara confusión en sus rostros. Neil se acercó a ellos y tímidamente les entregó la nota. Los tres la leyeron al mismo tiempo y empalidecieron al instante. Nadie podía creerlo.
Mo y Jane se acercaron para ver cómo estaba Cynthia ya que habían oído los gritos; cuando ella les contó lo de la nota, ambas quedaron sin habla. Pattie caminó lentamente hasta estar cerca de George, ya que aún estaba sensible por lo ocurrido con el Maharishi. Pero nadie pudo contarle aquella terrible situación porque estaban demasiado desconcertados.
Finalmente, el primero en hablar fue George.
—¿Dónde lo encontraste...?
—E-en el marco de la ventana —respondió John con seguridad.
—Pero... ¿cómo? Esto no tiene sentido —dijo Macca—. ¿Acaso alguien vio a alguna persona sospechosa en el motel?
—Yo no vi a nadie —admitió Mal.
—El recepcionista dijo que éramos sus únicas visitas desde hacía mucho tiempo, y que guardaría el secreto de que los Beatles habían estado aquí —comentó Neil.
—Yo vi a una niña en el patio y le pregunté al recepcionista, justo cuando ustedes fueron a sus habitaciones. Me dijo que había una pareja y esa era su pequeña hija, que descansaban en una de las habitaciones cercanas a las nuestras, pero que estaban aquí desde hacía meses y no traían problema alguno —dijo Jane, entrando en la habitación.
—Aún no lo creo, ¿el secuestrador está aquí? —preguntó Maureen, entrando junto a Cynthia.
—¿Secuestrador? —Pattie estaba atónita.
—Escuchen, no sabemos quién envió la nota —comentó Neil—. Pero debe ser alguien que sepa lo de Brian, y no muchos lo saben. Quizás este sujeto esté aquí, quizás ya se fue, pero debemos estar atentos.
—Bien dicho, no sabemos si es un hombre peligroso —admitió Macca.
—O mujer —le dijo Jane.
—No creo que una mujer pueda hacer algo así —dijo Ringo, al ver cómo su esposa lo miró, siguió—... Porque, ¿para qué secuestraría a Eppy?
—Tal vez es una fan desquiciada y quiere que ustedes lo rescaten para conocerlos —se le ocurrió a Mo.
Al oír eso, a los cuatro se les erizaron los pelos de los brazos. No lo habían pensado. A decir verdad, se habían imaginado a un criminal varonil y musculoso que hacía eso por simple diversión. La idea de que una inocente joven pudiera hacer eso les parecía absurda.
—George, estoy asustada —le dijo Pattie, abrazándolo.
—También yo... —admitió él.
—¡Esto es demasiado! —exclamó John, luego un silencio se formó en el ambiente—. No quiero vivir con miedo ni arrepintiéndome por lo que le pasó a Epstein. Tampoco quiero quedarme de brazos cruzados mientras él está sufriendo. Debemos hacer algo... hay que rescatarlo.
Los presentes se miraron entre sí, y luego a John, como si estuviera loco.
—Pero John... no sabemos qué tan peligroso es este sujeto —dijo Cyn, suavemente.
—Exacto, quizás ni siquiera es peligroso —repuso su esposo.
—Yo no quiero averiguarlo —dijo Ringo.
—Pues yo si, ¿quién me ayudará?
John parecía estar solo en esta aventura, no le sorprendía porque sus amigos eran algo gallinas, como él solía decirles. Pero aunque ellos no lo ayudaran, él iría solo. En la nota decía claramente que fuera a buscarlo, sabía que era una trampa, pero al menos le garantizaba que estaba vivo. A menos que fuera una mentira. Personalmente deseaba que Maureen tuviera razón y que fuera una fan desquiciada en lugar de un peligroso criminal.
—...Yo te ayudaré —le dijo George.
—Y yo —exclamó Paul.
—...Supongo que también lo haré —comentó Ringo de mala gana.
—Yo también —dijo Mal—, los ayudaré a encontrarlo, pero no a ir hacia él...
—Ayudaré a Mal en eso —aseguró Neil.
—¿Y nosotras qué haremos? —preguntó Jane.
—Irán a casa y estarán a salvo —respondió Macca.
—¡Es injusto! —exclamó Maureen.
—Quizás, pero no queremos que corran peligro —dijo Ringo, abrazando a su esposa. Esta no estaba convencida pero aún así lo abrazó, le gustaba que se preocupara por ella.
—¿Y bien? —preguntó George.
—Mañana regresaremos a Londres, diremos que Brian aún está en la India. Hablaremos con George respecto a esto y rescataremos a Eppy —John sonaba muy convencido y hasta parecía que las cosas serían sencillas por cómo lo decía, pero en realidad ni siquiera él estaba tan seguro al respecto.
Cada uno se fue a su habitación y durmieron tanto como pudieron, es decir, no mucho. Habían sido un día y una noche muy agitados, el tema del Maharishi y ahora el secuestrador era demasiado para ellos.
En la mente de John comenzaban a aparecer ideas, planes. Sabía que hallar a Brian no iba a ser una tarea fácil, pero él era John Lennon, el líder de los Beatles, podía hacer lo que se le de la gana. Deseaba que sólo fuera como una de sus películas, como cuando debían rescatar a Ringo de los malvados que intentaban sacrificarlo, o cuando intentaron sacar a Ringo de la comisaría. Pero esto no era ficción, no podían fingir ni actuar, era el mundo real y tenían que hacer las cosas bien porque no tenían otras oportunidades, no podían filmar la escena nuevamente ni olvidarse del libreto; si fallaban, Brian moriría, y eso era un peso que John no podría soportar. Intentó cerrar los ojos y descansar un poco, estaba agotado hasta de pensar.
***
¡Buenas! ¿Les está gustando la novela? Si es así por favor recomiéndenla, se los agradecería mucho <3
Entonces, los Beatles ya tienen un plan, ahora tienen que ponerlo en marcha. ¿Podrán encontrar al secuestrador? ¿Será una trampa? ¿Brian estará bien? Ya lo sabrán más adelante... Gracias por leer :)
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