Epílogo

Stolas regresó a su casa usando un portal. Estaba algo borracho, pero había pasado un buen tiempo compartiendo con los del I.M.P. Quería acostarse a dormir, pero había algo que no podía sacarse de su cabeza. ¿Qué fue eso que ocurrió en Ozzie's? ¿Cómo era que Blitzo tuviera un poder tan grande?

Agobiado por sus preguntas, se dirigió a la biblioteca de su mansión y comenzó a buscar entre los libros algunas posible respuesta a sus preguntas. Estuvo durante horas leyendo y leyendo aunque a veces sus ojos se cerraban por su cuenta. Pero después de muchas tasas de café no fue capaz de encontrar una respuesta.

Los libros decían que el poder de un demonio proviene de su linaje, pero Stolas conocía a Blitzo desde que ambos eran niños, y sabía que el linaje de Blitzo era pobre, para no llamarlo mediocre, por lo menos su lado paternal. No conoció a su madre, pero estaba seguro que tampoco tenía un linaje fuerte; después de todo, los diablillos rojos no suelen tener tanto poder.

Tras un largo período de frustración, y con su reloj marcando las siete de la mañana, el búho decidió buscar un enfoque distinto. Si no podría encontrar respuesta en lo que ya conocía, debía buscar en textos de antaño. Buscar el origen mismo de los demonios.

En una sección olvidada y polvorienta de la biblioteca tomó un par de libros que hacía siglos nadie leía. Libros tan antiguos, que hablaban de la era de los orígenes de los demonios. Historias y relatos que para muchos eran mitos o leyendas.

Comenzó a leer los libros con detalles, y a los pocos minutos encontró un escrito que tenía una firma muy extraña. Parecía estar escrita por un tal Lucifer:

"() los demonios somos un reflejo del desprecio del creador hacia su fallos, y nada le molesta más que ejerzamos el libre albedrío. Nacimos del castigo divino, pero ellos no tienen poder sobre nosotros. Nosotros se los damos. Somos lo que somos, y debemos aceptarlo. Aquel que prueba el poder de un alma humana jamás se sentirá tan vivo en su vida y sabrá entonces que encontró el motivo de su existencia. Pero para eso fuimos creados. Después de todo, lo mejor que podemos hacer es siempre seguir nuestro mayor deseo."

Stolas leyó ese párrafo una y otra vez, tratando de encontrar un sentido a sus palabras. No sabía por qué, pero tenía la sensación que la respuesta a su pregunta estaba escondida tras esos textos.

"El poder que le confiere un alma humana a un demonio ¿Cuánto poder tendrá aquel que consuma centenares, sino miles de almas humanas?"

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