Intriga en las sombras
Después del misterioso descubrimiento, Waylon decidió adentrarse al club para confirmar sus sospechas. Al cruzar el umbral, fue recibido por un escenario de caos: botellas y copas yacían esparcidas por el suelo, vidrios rotos destellaban en la tenue luz del antro y collares fluorescentes adornaban el ambiente como huellas de una fiesta interrumpida. Con cautela, Waylon se deslizó entre los restos del tumulto hacia las zonas menos iluminadas del club, siguiendo su instinto hasta llegar a la zona VIP, donde una escena aterradora lo aguardaba.
Sobre el sillón, inerte yace el cuerpo de Marcus, su pecho marcado por los crueles signos de disparos. Pero eso no era todo; otros guardias también habían caído, víctimas de balas y, al parecer, de afilados cortes de cuchillo. Waylon examinó cada rincón del área con meticulosidad, su mente ardiendo con un torbellino de preguntas y conjeturas.
Sin embargo, algo atrajo su atención: una sustancia oscura que goteaba lentamente en el suelo, como la manifestación de la oscuridad misma. Intrigado, Waylon se acercó y la examinó con cuidado, tocándola con las puntas de sus dedos, manchando sus guantes.
Jugó con la sustancia entre sus dedos, sintiendo su textura pegajosa y brillante. Aunque no olía a sangre, despedía un penetrante aroma que inundaba el aire con una presencia ominosa. Incluso a través de los guantes protectores, Waylon percibió el calor emanando de la sustancia, lo cual lo desconcertó aún más.
Pero lo que más lo perturbaba era la naturaleza de la sustancia. ¿Qué era exactamente aquel líquido oscuro y caliente que había encontrado? ¿Y qué relación tenía con el caos y la tragedia que se desplegaban ante sus ojos?
[...]
Al día siguiente, me hallaba en mi oficina de la agencia, absorto en la tarea de revisar mis correos electrónicos en busca de posibles encargos de asesinato. Mientras me sumergía más y más en mi laptop, mi mente no podía evitar volver una y otra vez a los eventos de la noche anterior. Alguien había robado mi encargo, y estaba seguro de que ni Miles ni Waylon estaban involucrados. ¿Podrían ser las otras agencias que competían contra la nuestra las responsables de este acto de traición?
La idea se aferraba a mi mente como una sombra persistente, insinuando la posibilidad de una conspiración más grande de la que inicialmente había imaginado. ¿Estarían dispuestas estas agencias rivales a ir tan lejos como para robar encargos directamente de nuestras manos? La competencia en el mundo del crimen organizado era feroz, y no me sorprendería descubrir que algunos estaban dispuestos a recurrir a medidas extremas para ganar ventaja sobre los demás.
Sin embargo, la falta de evidencia concreta me dejaba con más preguntas que respuestas. ¿Cómo podía estar seguro de que no se trataba simplemente de un acto de traición dentro de nuestras propias filas? ¿Había alguien dentro de nuestra agencia que estaba trabajando en secreto para socavar nuestros esfuerzos y beneficiar a la competencia?
Mientras reflexionaba sobre estas posibilidades, una sensación de desconfianza comenzó a crecer dentro de mí. Ya no podía confiar en nadie, ni siquiera en aquellos que consideraba aliados cercanos. La paranoia se apoderaba de mi mente, haciendo que cada movimiento y cada palabra parecieran sospechosos.
Decidí que necesitaba más información antes de poder sacar conclusiones precipitadas. Era hora de poner mis habilidades de investigación en acción y descubrir la verdad detrás de este misterioso robo de encargo. Solo entonces podría tomar las medidas adecuadas para protegerme a mí mismo y a mi agencia de futuros ataques.
Mientras mi mente seguía inmersa en aquellos pensamientos invasivos, fui interrumpido por el sonido del teléfono, rompiendo el silencio de mi oficina. Sin perder tiempo, alcé el auricular y lo coloqué junto a mi oreja.
Jacob: Diga... -respondí, manteniendo el teléfono en la mano.
La voz fría y autoritaria de Blackout resonó al otro lado de la línea.
Blackout: A mi oficina, ahora.
Escuché el clic de la llamada siendo terminada y suspiré profundamente. Sabía que no podía ignorar una orden directa de mi jefe, así que me levanté de mi silla y me encaminé hacia la oficina de Blackout.
Subí al ascensor y presioné el botón correspondiente al piso 11. Mientras ascendía, el ascensor se detuvo en el piso 9 y las puertas se abrieron para dejar entrar a otro pasajero.
Era Waylon. Entró en silencio y se posicionó en una esquina del ascensor, manteniendo su habitual aura de misterio y calma. A pesar de nuestras diferencias y de sus tendencias a llevarse mis objetivos, siempre había encontrado a Waylon como alguien agradable, con su peculiar y tranquila presencia.
Aunque nuestras relaciones laborales estaban marcadas por la competencia y la desconfianza, no podía evitar reconocer la bondad innata que había en él. Era un hombre de pocas palabras pero de grandes gestos, y aunque nuestras diferencias nos mantenían en constante conflicto, en el fondo sabía que era un buen hombre.
Jacob: -frunce el ceño, mostrando confusión.- Y ¿a dónde vas?
Waylon: -mantiene la mirada baja, con expresión pensativa.- ... Blackout me... llamó.
Jacob: -se sorprende.- ¿Qué? ¿A ti también?
Waylon: -levanta la mirada, buscando confirmación.- Como que... ¿a mí también? ¿Te habló también a ti?
Jacob: -asiente con determinación.- Sí, me dijo que vaya a su oficina.
Waylon: -frunce el ceño, sintiendo una intriga creciente.- A mí... También...
Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Waylon y yo nos dirigimos hacia la oficina de Blackout. Cruzamos varios pasillos hasta llegar a la puerta de la oficina. Waylon tocó la puerta, se escuchó la voz de Blackout, quien dijo "pase". Abrió la puerta y entramos, solo que en la oficina también estaba Miles.
Blackout: -con tono firme y autoritario.- Siéntense, caballeros.
Tomaron asiento en el sillón, Miles ocupaba un extremo, Jacob estaba en el otro y Waylon quedó justo en medio, manteniendo cada uno su distancia.
Blackout: -con tono serio y autoritario.- ¿Saben por qué los llamé aquí?
Miles: -con un dejo de preocupación en su voz.- ¿Hicimos algo mal?
Blackout: -con una mirada penetrante.- Casi, Ravager. Pero no del todo.
Waylon: -con gesto inquisitivo.- ¿No?
Blackout: -con calma.- No, solo les haré una pregunta y después les daré un anuncio.
Hubo un breve silencio mientras esperábamos que Blackout formulara su pregunta.
Blackout: -dirigiendo su atención a todos.- Exactamente, ¿qué pasó anoche con Marcus Blackwood?
Waylon: -con cautela.- Señor... Marcus fue asesinado... Pero no por ninguno de nosotros...
Blackout: -frunciendo el ceño, con interés.- Interesante... Interesante... ¿Hubo algo sospechoso cuando ustedes llegaron?
Jacob: -expresando seguridad.- Yo fui el primero en llegar al lugar, señor. Todo estaba en orden y no había problemas.
Blackout: -asintiendo, con atención.- Interesante, Shadow... ¿Cómo murió Marcus?
Waylon: -con voz sombría.- En su cuerpo... vi señales de agresión, también había marcas de disparo en su... cuerpo.
Jacob: -reforzando la declaración de Waylon.- También dijiste que algunos guardias fueron asesinados a tiros y apuñalados.
Blackout: -con una mirada reflexiva.- ¿Es eso cierto, Specter?
Waylon: -asintiendo con solemnidad.- Sí, señor...
Blackout: -murmurando para sí mismo.- Puede ser que otra agencia nos esté robando los encargos...
Mis sospechas eran ciertas; al parecer, había otras agencias tomando nuestros encargos. Pero ¿quiénes podrían ser? La competencia es bastante grande y no tenemos información precisa sobre quiénes podrían estar involucrados.
Nosotros somos de Los Ángeles, California. Sin embargo, no estamos al tanto de la presencia de otras agencias de asesinos en esta ciudad. Es posible que sean de lugares como Oregon o Arizona; sabemos que están dispuestos a cualquier cosa por dinero fácil. Pero necesitamos pruebas concretas para determinar si son ellos u otras agencias de otros estados del país.
La incertidumbre y la desconfianza crecen a medida que consideramos todas las posibilidades. ¿Cómo podemos asegurarnos de que nuestros encargos no sean robados por otras manos ávidas de dinero? Es una situación complicada, y la falta de información concreta solo complica las cosas aún más.
Nos vemos obligados a revisar cada detalle, cada pista, en busca de cualquier indicio que nos lleve a la verdad. No podemos permitir que nuestro trabajo y nuestra reputación sean puestas en peligro por otros que buscan sacar provecho de nuestro esfuerzo.
Es un juego peligroso en el que nos encontramos, y debemos estar alerta en todo momento. Cualquier paso en falso podría significar el fin de todo lo que hemos construido hasta ahora. Pero estamos decididos a descubrir la verdad y asegurarnos de que se haga justicia.
Blackout: -con tano serio y directo, cortando el ambiente con su voz firme.- Bueno, cambiando de tema. Les hablaré del motivo por el que están aquí.
Miles: -intentando aligerar la tensión con una broma.- ¿Aumento de salario?-Dijo en modo de broma, pero con una pizca de esperanza en su voz.
Blackout: -sin mostrar empatia, responde con frialdad.- ¿Para que lo gastes en más flores para tu esposa difunta? Ya cambia de canal...
Mis pensamientos se oscurecieron al recordar lo insensible que puede ser mi jefe en momentos como este. Noté cómo las venas en la frente de Miles parecían latir con intensidad después de esas palabras.
Waylon: -mientras se aparta sutilmente de Miles, intenta mantener la calma.- Entonces... Señor. ¿Para qué nos trajo aquí?
Blackout: -sin rodeos, va al grano.- Iré directo al grano, harán equipo.
Jacob: -con incredulidad y confusión.- ¿Perdón?
Blackout: -insiste con firmeza.- Lo que dije, y no quiero quejas.
Waylon: -buscando claridad.- Pero... ¿Por qué tomó esa... decisión?
Blackout: explicando su razonamiento con
pragmatismo.- Miren, no es que me caigan mal ustedes y sé muy bien que no se llevan muy bien. Pero ustedes son mis mejores hombres.
Jacob: -intentando comprender. Entonces... ¿¿Qué significa eso?
Blackout: -con un atisbo de esperanza en su voz.- Si hay más manos en un asesinato, será mucho más rápido para que terminen un encargo, luego otro, otro y así. Y quizás... Considere aumentar sus salarios.
Miles: -aunque levanta el pulgar, su expresión sigue siendo asesina y encabronada- ...
Blackout: -cambiando repentinamente su tono, pero manteniendo su autoridad.- Ahora, ya que son amiguitos todos... Será mejor que vayan y arreglen diferencias. Después de todo, en un equipo deben llevarse bien para que hagan un buen trabajo. Ahora saquen sus culos de aqui.
La atmósfera se tornó aún más tensa con las palabras finales de Blackout, dejándonos con la tarea de resolver nuestras diferencias y trabajar juntos como equipo.
Cuando salimos de su oficina y nos dirigimos a recepción, Miles tomó una taza que estaba en el escritorio y la aplastó con su mano en un estallido de ira. Aún estaba enojado por las palabras de Blackout, y su mano quedó marcada por los restos de la taza incrustados en su piel.
Miles: -entre dientes, con rabia contenida.- Ese hijo de puta... Puede que sea mi jefe, pero de mi mujer no habla...
Waylon: -tratando de calmar la situación.- Tranquilo... Mira, ya te lastimaste... Mejor ve a la enfermería para que te curen... Y de paso te relajas...
Jacob: -mirando su reloj con preocupación.- Bueno, ya es mi hora de salida. ¿Qué tal si mañana intentamos algo? Un encargo juntos.
Miles: -resignado, acepta la propuesta.- Pues no tengo otra opción... -Se marcha hacia la enfermería para atender su mano herida.
Waylon solo suelta un suspiro y asiente con la cabeza antes de dirigirse a su oficina, dejando a Jacob solo en recepción.
[...]
Con la mente aún atormentada por la idea de compartir oficina, encargos y dinero con personas con las que no me llevo tan bien, decidí ir a un bar cercano a mi trabajo para intentar relajarme. Aunque mu esposa probablemente esté trabajando, necesito un momento de tranquilidad para procesar todo lo que ha sucedido y encontrar un poco de paz en medio del caos.
Estaba absorto en mi trago, tan concentrado en él que no noté cuando alguien se sentó a mi lado. Sin embargo, percibí su mirada fija sobre mí, como si estuviera ardiendo en rojo. Giré la cabeza para encontrarme con una chica, tal vez de unos 22 años, con el cabello largo y plateado, aunque la mitad de su cabeza estaba rapada. Sus ojos eran de un rojo intenso, y su figura, aunque atlética, tenía una delgadez que no la hacía ver tan definida. Vestía una blusa azul, unos shorts negros muy cortos, medias largas también negras y zapatillas del mismo color.
No puedo negar que tenía unas caderas prominentes y era atractiva, pero soy un hombre felizmente casado, así que simplemente la ignoré.
Mientras intentaba mantener mi atención en mi bebida, notaba de reojo cómo revisaba su celular de vez en cuando para luego volver a mirarme. Un mal presentimiento comenzó a apoderarse de mí. Cuando decidí salir del bar, escuché unos pasos detrás de mí. Instintivamente, aumenté el ritmo hasta llegar a una acera abarrotada de peatones. Miré de reojo para ver quién me seguía y descubrí que era la chica de antes. ¿Qué quería de mí?
¿Acaso era solo una acosadora? ¿O tal vez era una sicaria, viniendo a reclamar mi sangre? La incertidumbre se apoderó de mis pensamientos mientras intentaba comprender la situación.
Con mi pistola discretamente oculta bajo el saco, me di cuenta de que tendría que tomar medidas para averiguar si representaba una amenaza o no. Con decisión, doblé una esquina y me adentré en el callejón trasero del bar, buscando un lugar para ocultarme. Los pasos resonaban en el callejón, así que me aseguré de que ella no estuviera cerca antes de salir de mi escondite. Con rapidez y determinación, saqué mi arma y la apunté directamente a la cabeza.
Jacob: -Con voz firme y segura- Te tengo, maldita. -Dije mientras le apuntaba con mi arma-
Después de salir de mi escondite, noté que ya no estaba ella. Permanecí alerta, con el arma firme en mi mano, escudriñando cada rincón y lugar oscuro, pero no encontré ni un rastro de su presencia. ¿Cómo es posible que desapareciera así, sin dejar rastro alguno? Este día no puede ser más extraño. Primero, Blackout decide que trabajaré junto a Miles y Waylon, luego alguien nos roba los encargos, y ahora esta misteriosa chica que me sigue y luego simplemente desaparece sin dejar rastro.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top