Capítulo 1

Capítulo 1

─Hey, Park─alguien le llamó cuando estaba por salir del salón y eso normalmente sería extraño porque el solía ser el último ─¿harías mis deberes de matemáticas?, es que te juro que hacerlos me pone de un humor de puta madre y no quisiera tomarla con alguien.

Efectivamente.

Indirecta captada.

─Lo siento Dawn, estoy bastante ocupado con mis propias asignaciones últimamente, tal vez para la próxima─ dijo, colocando su mochila sobre su hombro y sosteniéndola con fuerza entre sus dedos.

Estaba nervioso, si, pero no quería que él se dieran cuenta.

Caminó con sus pasos firmes hacía la salida del aula, con la intención de pasar por el lado del matón de Dawn y finalmente largarse de ahí.

El otro soltó una carcajada seca e irónica, al parecer a él solía causarle mucha gracia esas actitudes del más bajo.

Jimin sintió como el cuerpo ajeno arremetió con fuerza con el suyo, haciéndolo perder el equilibrio y retroceder entre traspiés apresurados, su espalda chocó con fuerza contra la pared.

Genial, otro moretón que tendría para mañana.

 ─Escúchame bien─ habló sobre su rostro, apretando la mandíbula e imponiéndose.

Como un cazador sobre su presa.

Solo que Jimin es un experimentado en eso porque él ha sido visto como una presa por más de la mitad de su vida.

─Yo creo que aún no te enteras de cuál es tú lugar, pequeña mierda─ siguió, enterrando sus dedos en los delgados hombros de Jimin. Dolía.

─Yo lo que en realidad creo es que tú no te enteras de que son tus malditos deberes, hijo de puta─  gruñó de vuelta.

Bueno, esa no era la respuesta más inteligente ni nada por el estilo pero realmente detesta a este tipo de idiotas que van por el mundo con el ego hinchado como un puto globo.

─Maldito maric-

Bueno, se notaba que Dawn estaba bastante molesto por su estallido de valentía e iba a definitivamente golpearlo, solo que alguien entró al aula aclarando su garganta y salvándole el pellejo por esa vez.

 ─Jeon─le gruñó Dawn al chico, ese chico suele gruñir tanto que podría hacerle competencia  a cualquier perro bien entrenado para lidiar con extraños. Y aflojando un poco el agarre sobre los hombros doloridos de Jimin, solo un poco─ Estamos teniendo una conversación aquí, no molestes.

El tipo, Jeon Jungkook, les dió una mirada extraña, repasó con su vista a Jimin y poco después su mirada chocó con la de Dawn, observándolo como si estuviera loco por lo que había dicho.

Bueno, Dawn o Kim Hyojong, él cuál era su nombre, estaba un poco loco, definitivamente su cabeza no estaba en el mejor estado pero vamos, es uno de esos típicos matones de instituto, ninguno de ellos ha tenido la cabeza puesta correctamente después de todo.

─Yo solo venía por mi cuaderno─  respondió Jeon poco después, muy lentamente y entonces se movió, arrastró sus pasos hasta su mesa de la cual efectivamente tomó un cuaderno de tapa oscura.

Con el bendito cuaderno en mano Jeon regresó sobre sus pasos y desapareció del aula.

Bueno, el tipo no le había salvado, solo había retrasado su paliza y ya se le había enfriado el mal humor, los golpes le dolerían más.

─Ya me encargaré de ti luego, Park─ espetó Dawn y por increíble que le pareciera salió del aula también.

Eso fue inesperado.

Bueno, tal parece que si le habían salvado.

El camino a casa se le hizo tan corto como de costumbre, aunque era un poco irónico porque ya había oscurecido y él salía de clases a mitad de la tarde, bueno, tal vez si se había distraído en cada pequeña cosa que se cruzó por su camino pero en su defensa no quería llegar a su casa.

Si es que aún podía llamarla así.

Como de costumbre el barrio se veía solitario pero él conocía el lugar donde vivía, podrían asaltarlo a punta de navaja en cualquier esquina y aún así todo seguiría con esa quietud. Donde vivía era una pequeña casa de dos plantas, con un apartamento en cada una de ellas los cuales los dueños alquilaban por una ganga, no podían ponerse exigentes con los precios en ese barrio, todos estaban ahí por razones similares.

Al abrir la puerta de entrada para subir la escalera lateral interna en forma de semicírculo que lo llevaría a su destino algo llamó su atención, habían cajas vacías de mudanza frente a la puerta del apartamento debajo del suyo, había estado sin inquilinos por unos meses así que eso significaba que alguien se estaba mudando.

Alguien viviría debajo suyo.

Casi sintió lástima por esa persona, casi porque de seguro fuera quien fuera estaría tan o más jodido que él.

Subiendo la escalera escuchó como sus padres comenzaban una discusión y respiró hondo, sabía lo que pasaría.

Abrió la puerta intentando hacer el menor ruido posible y al parecer nadie se percataba de su presencia aún, bien, eso era bueno.

Pero la vida es una perra dicen y Jimin era fiel creyente de eso, se había librado de la paliza de Dawn, no se escabulliría de sus padres también, eso sería demasiada suerte y él no es una persona de suerte.

─Oh,ahí está tu hijo─ siseó su madre, haciendo un gesto hacía él que apenas iba cerrando la puerta─ pregúntale, ha sido él.

Jimin suspiró con fuerza, cerrando sus ojos y separándose por fin de la puerta, entrando muy lentamente a su casa.

Desganado.

─¿Fuiste tú? ─preguntó su padre, su mandíbula tensa ─¿tomaste el dinero de la renta?.

Oh, así que era eso.

Jimin sabe que en realidad ese dinero del que sus padres hablan no es el de la renta, los tres son concientes de ello, es el dinero del trabajo de su padre en el bar que esconde en el último cajón de la repisa de la cocina para gastárselo un mujerzuelas. A su padre nunca le ha importado si tienen un techo o no o si hay comida en la mesa, no es del tipo de padre de familia ni nada.

─Lo hice, lo necesitaba para el colegio─dice y su progenitor está sobre él en un parpadeo, tomándolo del cuello de su camisa escolar y sacudiéndolo violetamente.

  ─¿¡Qué he dicho de mis cosas!?,¿¡que es lo que he dicho!? ─grita y vuelve a sacudirlo como si fuera un muñeco de trapo y de repente lo suelta, dejándolo caer con fuerza al suelo─ más te vale devolverme mi dinero antes de que termine la semana o te echaré de mi casa.

Y con eso sale de la casa dando un portazo.

─Bien, lo has hecho enojar y se ha ido, ¿no puedes hacer nada bien? ─espeta molesta su madre─¡maldita sea!.

Ella se va furiosa y Jimin sonríe irónico desde el suelo, dónde permanece sentado aún y sintiendo la punzada de dolor desde su coxis y subiendo por su espalda baja.

¿Lo gracioso?, que él no ha tomado nada porque prefiere quemarse vivo a tocar el dinero de su padre y que es miércoles, es imposible que el consiga un trabajo y tenga el dinero de su padre en el tiempo que este ha dicho

¿Lo peor?, que él sabe que su madre ha sido quien lo ha tomado porque al parecer su padre se ha enganchado con una de las “asistentes sexuales” y tiene miedo de que la abandone y aún así, a pesar de que la a cubierto su progenitora ha descargado la rabia que siente por la reacción de su padre por no poder ver a esa mujer sobre él, siendo hiriente y cínica.

Cómo siempre.

Es tan frustrante, está harto de estar en medio del círculo tóxico de sus padres y es jodido porque por más que lo evite los problemas de esa familia siempre vienen a él. Siempre.

Por más que lo intenta se repite una y otra vez, cada que intenta hacer algo bien termina volviéndose un problema o simplemente a sus padres no le importan sus “cosas”, como su madre dice, ella ha repetido tantas veces la frase:

─No tengo tiempo para tus cosas, Jimin.

─Ocúpate tú de tus cosas, Jimin.

Y bueno Jimin se hartó de mendigar atención desde esos momentos en los que su madre lo cortaba en media frase cada que iba a contarle de algo bueno que había hecho para irse a ver la televisión y en cambió aprovechaba cada segundo para recalcar sus fallas.

No estaba para sus logros pero siempre para sus errores.

Si, esa era su madre.

Su padre tampoco le prestó atención aunque no lo hacía con ninguno de ellos, demasiado metido en su propio mundo, sus “colegas”, su trabajo y ahora su vida nocturna con una prostituta mucho más joven que él que ha estado viendo desde hace algunos meses, eso era lo que ocupaba su mente aunque debe aceptar que su padre nunca tuvo tiempo para molestarse con él, hasta ahora por supuesto

Jimin suspiró, metiéndose a su habitación para encerrarse ahí por lo que restaba de noche y evitar a su madre, tomaría un baño y buscaría si había quedado algo de comer cuando esta se durmiera, por ahora solo le queda mirar por la opaca ventana.

Que sollozara con fuerza e intentara hacerse callar incontables veces mordiendo sus labios o tapando su boca, definitivamente no era parte del plan.

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Aquí vamos de nuevo :3

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