O25

CAPÍTULO VEINTICINCO

—¿Qué quieres? —con un rostro exhausto se presenta frente a él en el pasillo vacío, YoonGi no había aguantado las ganas de verla para aclarar las cosas y la fue a buscar. En la sala de profesores le dieron su ubicación.

«Mierda» maldice internamente no ser lo suficiente frío de cabeza como para pensar bien las cosas y luego buscarla, pero está un poco molesto al respecto. Pensó que, al estar ella de nuevo en el pueblo, sería quien lo busque, no al revés. Le dijo a Hoseok que no pretendía serle infiel a Eulki… es así, no quiere ser infiel, no quiere engañarla porque es una persona maravillosa.

Si tan solo Hae-in le pidiera arriesgarse, él lo haría. Terminaría su compromiso por tenerla de vuelta. Y es probable que ella supiera de eso, siempre fue muy consciente de su poder sobre Min YoonGi, por eso mismo lo observa con tanta lástima en sus ojos, como si estuviera asimilando algo en ese momento.

—Hablaste con EulKi. —dijo con su voz colgando de un hilo.

—Ella me buscó en realidad. —sus brazos se cruzan— ¿Es ese un problema?

—Mira, Hae-in. Ella es una buena chica y no quiero que…

—¿Qué sepa 'sobre nosotros'? ¿Sobre qué? No hay nada aquí, tenemos la tensión de los viejos tiempos. Pero ya somos adultos en sus treinta, en realidad la pasión es sólo un recuerdo del pasado.

YoonGi siente sus manos temblar, la agonía se fortalece en su pecho. Las palabras de Hae-in son su forma de escudarse, no quiere salir herida, ella nunca lo ha querido, por eso es siempre la primera en dar el 'no', y el pelinegro es quien debe aceptarlo sin poder abstenerse a ser –según su punto de vista– humillado. En un suspiro tembloroso baja la vista a sus pies, tiene una prometida que lo ama, y una ex novia que se ha metido en su cabeza otra vez luego de casi diez años.

Se está volviendo loco.

Ama a Hae-in desde que tiene ocho años. Y comenzó a amar a EulKi desde el primer día que la conoció, es una mujer excelente, siente calidez en su pecho cada vez que la besa, es reconfortante estar con ella, no merece poner en duda su amor.

—Eulki-ssi es una buena mujer, si te busca no seas cruel con ella, probablemente quiera tener una amiga. No he conseguido muchas aquí.

—Lo volveré a repetir porque pareces no entender: No. Quiero. Saber. Nada. De. Ella.

El contrario traga saliva junto a esas palabras. Retoma la compostura en el intento de no verse débil, y la enfrenta.

—¿Mentiste esa vez?

—¿Eh? —parpadea, sus brazos caen a los costados— Creo que estas…

—Dijiste no querer estudiar en la universidad, ¿Por qué me mentiste?

—No entiendo a qué viene eso. Joder, pasaron años y ahora me lo sacas en cara como si tuvieras algún derecho sobre mi.

—Sí no hubieras mentido, yo no estaría aquí. No hubiera rechazado la beca y estaría en Seúl siguiendo mi sueño.

Hace nueve años atrás le llegó un sobre a su hogar, en este, había una carta redactando lo emocionados que estaban desde su universidad predilecta al querer otorgarle una beca de estudios por las habilidades que mostró en el video que envió, era su talento con la música lo que ellos admiraron. Hubiera podido dedicarse a la industria de la música, tal vez.

—¿A qué te refieres? Mierda YoonGi, yo no sabía nada de eso, tú jamás me hablaste sobre una beca.

—¡Porque pensé que íbamos a formar una vida juntos!

Hae-in saltó con sorpresa. Los profesores en los cursos del alrededor salieron a inspeccionar que todo estuviera bien, era vergonzoso. Vio a YoonGi con pequeñas lágrimas asomándose y le dio la espalda para abrir la puerta del aula, sin verlo dijo:

—Lamento impedir tu sueño, creí que si no te avisaba de mi elección entonces dolería menos la despedida. Ya veo que me equivoqué. Y tranquilo, no le haré daño a Eulki, ella no lo merece.

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