O23
CAPÍTULO VEINTITRÉS
YoonGi se despidió de los alumnos de tercer año –su grupo favorito, ha de ser honesto– y salió tras diez minutos después de la cancha, como profesor su vida se basa en tratar de corregir a adolescentes hormonales con problemas personales, también de darles lecciones que posiblemente ellos olviden a los dos segundos. Cuando era joven no era un chico del todo correcto, pero tampoco problemático. Más bien, sólo trataba de pasar buenos momentos junto a sus amigos y novia, así fue una persona feliz durante mucho tiempo. ¿Qué es la felicidad en realidad? Parece ser una pregunta difícil que tiene muchos conceptos dentro suyo.
Para una persona de dieciséis años, o de diecinueve, la felicidad puede ser los momentos que compartes al lado de otras personas importantes en tu presente. YoonGi lo ve así, por eso, cuando se encontraba caminando por los pasillos en dirección a la salida de la cancha, y escuchó desde las duchas un llanto entristecido, vio a HanJi tirando en el suelo, con su rostro enterrado entre sus brazos, no comprendió como un chico en plena juventud puede… pasar un mal tiempo, si está en la mejor etapa.
Suspirando se adentra al cambiador del equipo, HanJi es parte del equipo de handball, debe de haberse quedado allí desde hace unas dos horas. ¿Nadie lo había visto?
—Oye, debes estar en clases, mocoso. —se colocó en frente suyo. HanJi no le prestó atención, se mantuvo inerte en el suelo, con sus hombros temblando— HanJi-sii…
—Él me olvidará.
—¿Eh?
—Mi padre se olvidará de mí, tiene una nueva novia. Ellos quieren formar una familia, y-yo nunca lo vi tan enamorado antes… tendrá un bebé y entonces se olvidará de mí porque ya soy grande.
El Min jugó con el interior de su mejilla. Mandando todo a la mierda se echó a su lado en el suelo, nunca antes había consolado a HanJi en un momento de tristeza, él es alguien cerrado desde pequeño, muy aferrado a su padre. Verlo sufrir es crudo.
Acaricia su cabello suavemente.
—No se olvidará de tí jamás por el simple hecho de que eres su primer hijo, y que te ama más que a nadie. También amará a su novia, y a su futuro hijo, pero eso no significa que serás ya muy grande para ser su pequeño. ¿Cómo es que te llama…?
—Tesoro. —sus mejillas se vuelven rojas y levanta la vista a su tío postizo— Me llama 'mí tesoro.'
—¿Aún así piensas que ese hombre puede reemplazarte? ¡Te ama demasiado! Y yo lo sé, estoy ahí desde que naciste, eres nuestra pequeña maldición, y un tesoro hermoso en la vida de todos lo que te conocen.
—¿Pese a que me comporto mal?
—Pese a que me sacas canas verdes… sí, te quiero. —asintió, y el niño se tiró a sus brazos para estrujarlo en un fuerte abrazo.
—¡Yo también te quiero, tío YoonGi!
—Bien, bien. Déjate de cursilerías y ve al salón, no tengo tiempo para esto.
—Eres un amargado muy dulce. —le gritó como último.
YoonGi vio a HanJi desaparecer de los vestuarios, iba a volver a su trabajo, directo a estar con el nuevo grupo de clases, y hubiera sido así si no fuera por una llamada entrante. Tomó su teléfono vibrante del bolsillo de su jogging, el nombre de 'Jung Hoseok' se mantenía escrito para la sorpresa del hombre, atendió sin esperar lo que él le diría.
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