Capítulo 41: Obsesión (Parte 2)


Es empujado con poca delicadeza hacia las escaleras del avión privado. La explosión continúa resonando en sus oídos.

Voltea a ver hacia donde se levanta las llamas y el humo oscuro, y por un instante comprende, que su vida actual, aquella que había construido los últimos seis años, acababa de terminar.

Su libertad fue robada nuevamente.

Por la persona que una vez llego amar.

Pero lo que más duele es saber que aquellas personas que conoció durante los últimos años, sus amigos, su nueva familia están muertos.

Ya no va a poder compartir más noches de bebidas con los Corredores.

No volverá a ver a su gato o a su jefa o compañeros de trabajo.

Jamás va a escuchar a Eudora regañando a Dave o los demás por no prestar suficiente atención en el entrenamiento.

No volverá a escuchar la risa de Dave nuevamente, ni ver aquellos ojos azules brillando de orgullo y felicidad.

"Te odio" murmura viendo a Five, esperando causar daño en su alfa.

Five se ríe de una manera que le causa escalofríos a Klaus. Su instinto le grita por mostrar sumisión, pero su cuerpo y mente agotada lo hace actuar. Levanta su mano dispuesto a herir físicamente al alfa.

Quizás, si Klaus fuera más listo, como Ben, sabría que eso era como sentencia de muerte o algo bastante vano. Five era el mejor luchador junto a Luther y Diego. ¿Qué posibilidad tenía él?

Five sujeta su mano, sin llegar a herirlo. "No me provoques Klaus" ordena, con una voz bastante tranquila, pero Klaus puede notar que los soldados a su alrededor se tensan.

Five acerca su cuerpo, con esa sonrisa prepotente y los ojos fríos "No me hagas castigarte" el alfa deposita un beso tan suave en su mejilla, que casi parece una caricia y no una amenaza "Vamos, ¿Acaso no querías ver a Ben?"

Eso hace que recuerde que su otro hermano no estaba allí. Sube rápidamente los últimos escalones, esperando ver a Ben atado o herido, pero lo que ve hace que quiera gritar furioso. Aunque está seguro que Diego esta más furioso que él.

"Klaus" saluda su hermano, sentado junto a la camilla de Ben.

Hay sangre alrededor del estómago de Ben, y este parece haber sido atacado por algo, algo con tentáculos, si las marcas de ventosas son algún indicio.

"No estaba mintiendo cuando te dije que Monóculo inventó una droga especial para Ben" la voz de Five pone en alerta a Diego.

"Dijiste que él estaría a bien" Diego parece enojado, como si fuera a atacar a Five

"¿Crees que Monóculo me dice todo?" La ceja de Five se eleva con tranquilidad, pero su alfa se niega a acercarse a ellos "Por lo menos está vivo, ¿no?"

Diego suelta un gruñido, suena bastante primitivo, furioso, como si en cualquier momento fuera a arrancarle la cabeza a Five. Los brazos de Five lo atraen hacia él, alejándolo del otro alfa, como si intentara protegerlo, aunque Klaus puede oler el enojo de Five.

No obstante Klaus queda sorprendido al ver que Five y Diego emiten un leve quejido, sujetando sus muñecas derechas con fuerza. El cuerpo de los alfas tiembla como si algo los estuviera lastimando. Le recuerda a la terapia de electro shock que su padre solía usar con él.

Aquello no dura más de 30 segundos, quizás un poco más, pero los alfas parecen agotados cuando dejan de temblar. Los dos permanecen inmóviles, como si no pudieran hacer más que respirar.

"Hijo de perra" expresa Diego, con un leve tartamudeo, aferrándose a la mano de Ben

Klaus no se sorprende por esto. Diego y Ben siempre han sido muy pero muy cercanos.

Diego y Ben. Número Dos y Número Seis.

Alfa y Beta.

Sin importar cual fuera su segundo género, ellos siempre han sido muy unidos. Dependientes del otro. Ben era la voz de Diego cuando esté no podía expresarse sin tartamudear y Diego era el valor de Ben cuando esté estaba demasiado asustado de sus poderes.

Su cuerpo se relaja, la vida de Ben no está en riesgo. Ni su padre ni Five podrán matar a Ben. Diego jamás lo permitiría.

Quizás debería aprovechar esta situación para huir, pero la idea de dejar a Ben solo, en las manos de su familia, lo asquea.

No. Ya no tiene un lugar al cual huir, la mayoría de sus conocidos y amigos eran Corredores, solo le queda Agnes, pero no piensa ponerla en riesgo a ella también.

No. Va a quedarse, y se va a asegurar de destruir a Monóculo y la adorada academia desde adentro.

Five logra recuperarse más rápido que Diego y su alfa lo toma del brazo sin delicadeza alguna y lo empuja hacia el ultimo asiento. Five lo sienta en sus piernas, en una pose tan familiar y nostálgica que por un momento Klaus puede jurar que tiene nuevamente 16 años.

"Cualquier plan de escape que tengas en mente, olvídalo" declara con prepotencia, Klaus baja su mirada a su propia muñeca, donde ve una hermosa esclava plateada, parece inofensiva, pero duda que lo sea cuando esta se amolda a su muñeca.

Casi se siente como un perro. No es un collar de perro, pero está seguro que cumple la misma función.

"No pensaba escapar, nuevamente papá me ha quitado mi felicidad, y tú solo te quedaste mirando, de nuevo" dice, su voz suena casi sin emoción, no recuerda cuando fue la última vez que sintió tanta rabia y tristeza al mismo tiempo.

La sonrisa prepotente de Five se desvanece, como si aquellas palabras hubieran herido a Five.

Klaus se niega a sentirse culpable.

Se niega a sentir culpa o piedad con Five.

Incluso cuando sabe que la memoria del hijo nonato de ambos aún debe ser dolorosa para Five.

Five parece querer decirle algo, pero son interrumpidos por la llegada de Vanya y Luther.

"Ya podemos regresar. Los rebeldes están muertos" declara Luther y Klaus puede jurar que sus esperanzas mueren en ese momento.

Los corredores, Eudora y Dave, están muertos.

Mira hacia donde Diego sigue aferrado a la mano de Ben. Sin saber cuándo su hermano va a despertar.

Pasan algunos minutos, o quizás son horas, ni siquiera está seguro en qué momento han despegado. Viktor y Luther duermen en los asientos restantes. Five ha estado acariciando su espalda de una manera que sabe que trata de ser reconfortante, suave y casi cariñosa.

"Me gusta más el color de tu cabello natural" escuchar a Five decir, pero prefiere ignorarlo. Su mirada continua fija en el pecho de Ben, viendo como baja y sube lentamente.

"Cuando lleguemos a casa, haré que mamá lo arregle" suspira, Five ha comenzado a mostrar nuevamente su naturaleza controladora y posesiva, como si Klaus no tuviera el derecho a elegir el color de su cabello.

Klaus se niega a dejar que las palabras o actitud de Five lo molesten, no está dispuesto a darle esa satisfacción. Necesita pensar de qué manera puede ayudar a Ben.

Casi salta al sentir la nariz de Five contra su cuello, justo al lado de la marcar de unión. La caricia es lenta y amorosa, parece una escena sacada de una cursi película romántica, pero Klaus solo siente ganas de llorar.

Quiere llamar a los fantasmas y hacer explotar el maldito avión, pero no puede usar sus poderes. No cuando la salud de Ben depende de aquel suero.

"Hueles a ese alfa, nada que un buen baño y que te perfume con mi aroma, no quite"

No, no quiere olvidar el olor de Dave. No quiere volver a oler como su alfa, incluso cuando su lado omega parece derretirse contra el alfa. La idea de volver a oler como Five le produce nauseas.

Hace su segundo intento de escapar y Five lo sujeta de la nuca con fuerza, no la suficiente para rasgar su piel, pero si la suficiente para inmovilizarlo. Los ojos de Five brillan de esa manera tan amenazante y mortal que, si no estuviera sentado en el regazo de Five, está seguro que caería el suelo, rogando por piedad.

"No lo hagas. Sé que estas sufriendo por esas personas, pero no enfrentes a mí alfa cuando hueles como otro alfa, Klaus" Five nunca ha necesitado levantar su voz para hacerse oír, y Klaus nunca ha necesitado que Five sea muy expresivo para saber lo que su alfa siente

Five está herido y furioso, casi parece...celoso.

Oh, Five no parece celoso, está celoso. Casi quiere reírse de aquello.

"No quiero dañarte, pero te romperé las piernas y te atare a nuestra cama si tengo que hacerlo" declara Five para luego besarlo a la fuerza.

Permanece quieto, casi sin respirar. Odiando como su traicionero corazón late descontroladamente en su pecho.

Five deja de besarlo al ver que no está dispuesto a colaborar. "Hare que me ames nuevamente" susurra el alfa, suena como una promesa, un deseo.

Klaus voltea a ver el pecho de Ben, notando que sigue respirando. Ignorando a su alfa el resto del vuelo.

***

En algún momento durante el viaje, Klaus se queda dormido, y es allí cuando Five se permite relajarse. Han pasado seis largos años desde la última vez que ha podido tener a Klaus entre sus brazos.

El aroma de su omega sigue siendo tan dulce como lo recordaba y Five no puede evitar oler aquel pálido cuello, deseando poder hundir sus colmillos sobre la antigua y casi desvanecida marca de unión, para volver a marcar lo que es suyo.

No esperaba una cálida bienvenida por parte de Klaus. Five no es una persona estúpida, pero hubiera deseado que su reencuentro fuera más amoroso. La idea de tener que envenenar a Ben y matar a los rebeldes para convencer a Klaus de volver a su lado, no le era del todo atractiva, de cierta manera hería su orgullo. Pero haría cualquier cosa por recuperar a su compañero.

"Five," Viktor lo mira cansado "¿Estas bien?" pregunta, seguramente su hermano ha notado el temblor de sus manos. "Papá ha usado el chip de castigo nuevamente" dictamina el castaño.

Five asiente. La inteligencia de Reginald siempre ha sido algo que lo asombra y asusta en mismas proporciones. ¿Quién podría estar lo suficientemente loco pero inteligente para crear e implantar un chip en la cabeza de alguien capaz de causar dolor e incluso matar? Solo Reginald Hargreeves.

El alfa mira algo reticente el temblor de sus extremidades, sintiéndose algo agotado. Reginald realmente es un verdadero genio.

"Duerme un poco" ordena su hermano "Me asegurare de que nada le pase a Klaus mientras duermes y me asegurare de despertarte antes de que lleguemos a la mansión"

Five asiente, inclinando un poco el asiento. Dejando que Klaus se recueste sobre su cuerpo. Su mano acaricia el estómago del omega. Hubo un tiempo en que el estómago de Klaus había sido el hogar de su hijo nonato.

"Papá me ha quitado mi felicidad, y tú solo te quedaste mirando, de nuevo"

Las palabras de Klaus duelen más que las descargas del chip de Reginald.

La muerte de su hijo es otro motivo por el cual debe matar a Reginald.

Sabe que está llevando a Klaus de regreso a las garras de Reginald, y no se siente del todo conforme con eso. Pero ¿Qué otra alternativa tenía? Sabiendo que Reginald había descubierto el paradero de Klaus en Dallas y planeaba mata a Klaus.

Ya había perdido a su hijo, no podía perder a su omega también.

Incluso si Klaus lo odiaba, encontraría la manera de hacer que su omega volviera a amarlo. El vínculo que ellos compartían iba más allá del odio, el amor, la muerte y la vida.

Se pertenecían mutuamente. Para siempre.

Ni su padre, ni sus hermanos ni un alfa desconocido podían romper el vínculo de ellos dos.

***

Lleva una semana despierto, y hasta ese momento ha pasado de la enfermería a la celda del sótano, sin la posibilidad de ver a nadie más que a su madre.

La celda no luce tan mal. De hecho, casi parece acogedor. Su cuerpo aún sigue sufriendo los efectos de la droga y de ser atacado por los Horrores, pero por lo menos, está vivo.

No como los Corredores.

La culpa casi es tan asfixiante como tener a los Horrores queriendo salir a destruir todo, o por lo menos antes de que su madre le pusiera aquellas apretadas esposas que impedía que accediera a sus poderes.

Admite que comienza a extrañar la seguridad y compañía que las bestias de Eldritch le ofrecían.

Lo que más le angustia es que nadie, ni siquiera su madre, parece dispuesta a responder sobre el paradero o bienestar de Klaus.

No es estúpido, sabe que Five jamás lastimaría a Klaus, no apropósito. Su temor proviene al hecho de que su padre sigue vivo y en la misma casa que su hermano.

La puerta del sótano se abre y Ben pestañea rápidamente al ver la imponente figura de Diego.

"Diego" susurra, no ha visto a Número Dos desde que despertó.

Diego lo observa fijamente y Ben trata de no bajar su cabeza. Hay un brillo molesto y triste en los ojos de Diego. Lo hace sentir incomodo ser el receptor de esa mirada.

Puede que Ben no sea un omega como Klaus, pero Diego siempre ha sido su alfa.

"Ahora muchachos, compórtense" indica su madre, acariciando el hombro de Diego.

Ben siempre ha envidiado la forma en que su madre es capaz de calmar a Número Dos. Cuando Diego voltea a ver al androide los oscuros ojos se vuelven más cálidos y amorosos.

Por supuesto que Diego seguiría siendo el niño de mamá.

"Ben, vine a revisar tu estado cariño" su madre se dirige a él con tanto amor, que quiere llorar sobre su regazo como cuando era pequeño y sentía que los horrores lo iban a devorar de adentro hacia afuera.

"Compórtate" ordena Diego antes de abrir su celda, como si esperara que Ben lo atacara.

"Veo que tu fuerza sigue siendo superior a tu inteligencia. Por si no lo notaste, no es como si pudiera hacer mucho" protesta señalando a las esposas, tratando de no lucir intimidado, Diego parece algo molesto, hay un brillo que luce entre interesado y enojado. Diego odia que le cuestionen su inteligencia.

"Niños" advierte su madre, como si ambos fueran niños aún.

Ben deja que su madre lo revise, incluso ayuda a la mujer al quitarse la sudadera y la camiseta. Dejando su torso al descubierto mientras la mujer revisa sus heridas ya cerradas y curadas. Su madre es muy cuidadosa y Ben se siente culpable al ver cierta angustia en aquellos brillantes y antinaturales ojos azules.

"Parece que casi estas curado" dice con una pequeña sonrisa "Has crecido mucho Ben" la mano de su madre acaricia su mejilla "Estoy feliz que estas de regreso en casa"

Ben trata de no sentirse culpable cuando no puede responder de la misma manera. Si ha extrañado a su madre y a sus hermanos, pero no lamenta haber huido de la mansión, de la presencia controladora de Reginald y de la incertidumbre que le da no ser un omega y estar enamorado de un alfa que tendría que unirse con un omega para procrear.

"Vamos" indica Diego, tirando de las esposas con algo de fuerza.

"Sigo sin mi camiseta" indica, su madre toma su ropa con cuidado antes de seguirlo por las escaleras.

Diego lo conduce silenciosamente por la mansión, observa todo a su alrededor, notando con cierta nostalgia que no muchas cosas han cambiado, aunque parece ser que hay una guardería que antes no había estado allí. Diego lo lleva hasta el segundo piso y rápidamente lo empuja en una habitación.

"Diviértanse niños" dice su madre con una sonrisa dulce, dejando la ropa sobre una de las sillas.

"Tranquila mamá, lo haremos" la sonrisa de Diego le da escalofríos.

Ben se siente acorralado, como un indefenso conejo a punto de ser devorado por un lobo, sin escapatoria ni lugar donde huir.

Las pupilas de Diego parecen dilatarse mientras lo observa. Hay un aroma extraño en el aire.

Su cuerpo retrocede mientras Diego avanza, pero se niega a sentir miedo por Número Dos, por lo que detiene sus movimientos, quedándose quieto y firme en el lugar junto a la cama.

Diego lame su labio y Ben imita aquel gesto.

El beso no lo sorprende en absoluto y simplemente se entrega, dejando que su cuerpo caiga sobre la cama mientras las manos de Diego tocan su cuerpo.

***

¿Cuánto tiempo lleva encerrado? Es la pegunta que se hace cada mañana.

Klaus ha estado contando cada día que amanece junto al alfa, marcando mentalmente los días, como si se tratara de un preso esperando cumplir su condena y lograr su libertad.

Es bastante gracioso que compare su situación con la de un preso, los presos por lo menos sabían que algún día serían libres, y Klaus esta seguro que ese no es su caso.

Han pasado alrededor de 10 días. No son muchos, pero volver aquel lugar que juro jamás a volver a pisar, con los sentimientos de haber perdido no solo su libertad, sino a todos sus amigos y a esa nueva vida que había logrado, se siente igual de desgarrador como la vez que Ben y él se escaparon.

Solo que ahora no está llorando por dejar atrás a sus hermanos, llora por haber perdido a los Corredores.

No sufre por haber perdido a su alfa, sino porque ha perdido a Dave.

Ha vuelto a su primer hogar, pero extraña aquel que fue capaz de construir con su hermano y amigos.

Maldición, incluso extraña a su gato.

Tampoco ayuda que no ha podido ver a Ben en todo ese tiempo. Cuando llegaron a la mansión, Ben seguía inconsciente y fue llevado a la enfermería.

Five le ha asegurado que Ben estaba bien, vivo. El "por ahora" no pronunciado por Five cuelga sobre su cabeza cómo la espada de Damocles, junto a la culpa y tristeza de haber perdido a los Corredores.

"Klaus" escucha su nombre ser susurrado con cariño, su piel se eriza como el pelaje de un perro enojado, y tiene que morder con fuerza su lengua para evitar decirle algo al alfa. Ha estado fingiendo que no comparte aquel espacio con su alfa.

La alfombra silencia los pasos de Five y no siente su presencia invadiendo su espacio personal, hasta que las manos del alfa le sujetan la cintura. "Ven a la cama" Susurra el alfa cerca de su oído.

Su cuerpo se estremece al sentir unos labios sobre la piel de su cuello. Todo lo que desea hacer es retroceder, pero su traidor cuerpo se queda inmóvil, como si disfrutara de aquel toque. El aroma de Five lo inundad como el más dulce de los perfumes, sin sus supresores, le es difícil resistirse al olor de su alfa.

Las manos de Five bajan lentamente, hasta el dobladillo de su blusa, buscando poder tocar su piel desnuda "Quiero ver a Ben" demanda, alejándose del ojiazul.

"Veras a Ben muy pronto" explica Five, con una encantadora sonrisa como si no acabara de ser rechazado.

En lugar de molestarse, el alfa camina hasta el escritorio donde sirve dos vasos de whisky. Klaus observa la forma elegante en que Five sostiene uno de los vasos para que él lo tome.

Por un momento, Klaus duda, mirando el líquido ámbar con sospecha, pero al final acepta la bebida. La huele, notando las finas notas de madera y cebada. Prácticamente puede escuchar la voz de Ben diciéndole que no lo beba. Esta con Five y no debería confiarse, pero el alcohol es la única adicción que se niega a dejar.

Toma el contenido de un solo trago y su cuerpo se relaja inmediatamente, a pesar del ardor de su lengua y garganta.

Klaus no nota la sonrisa de Five, cuando le quita el vaso y le pasa el suyo propio, el cual Klaus no duda en tomar la bebida de un solo trago, como si se tratara de agua.

Klaus parece un hombre sediento y Five está dispuesto a darle lo que necesita. Incluso si significa que Klaus beba más de cinco vasos.

Cuando Klaus bebe su ultimo vaso, su cuerpo está completamente relajado, y Five lo lleva lentamente a la cama para desnudar a su omega.

"No" susurra Klaus, con los ojos entrecerrados

"Tranquilo" susurra el alfa, mordiendo uno de los hombros de Klaus, soltando algunas feromonas.

Aspira el aroma a Five: una mezcla perfecta de costosa colonia, café, terroso y oxidado.

Tan único como el alfa que lo porta.

Su cuerpo reacciona, su entrada se lubrica naturalmente. Parece un gato rodando sobre hierba gatera. Totalmente drogado.

Detesta que el aroma de Five lo calme, pero al mismo tiempo haga que su sangre corra más rápido por sus venas, como lava, consumiendo todo su ser. Lo hace sentir que vuelve a tener nuevamente 15 años y está desesperado por el nudo de su alfa.

Que Five haya confiscado sus supresores y que su celo este próximo no ayudan mucho a su situación actual.

Hunde su rostro más profundo en el cuello de Five y sus caderas se mueven, buscando algo de fricción.

Klaus siente las manos de Five por todo su cuerpo, tocando, invadiendo y marcándolo con solo sus ásperas manos y labios ansiosos.

"Alfa" gime desesperado

No. No. No es un adolescente de 15 años desesperado, es un hombre de 22 años que ha sabido sobrellevar vivir 6 años sin su alfa, y lo hará el resto de su vida si tiene que hacerlo.

Quiere ir a casa.

"Te amo" susurra Número Cinco, besándolo de una manera necesitada y hambrienta, casi se siente como si aquel gesto le robara el aire.

Klaus se aferra al cuerpo del alfa, escondiendo su rostro, tratando de evitar que Five vea sus lágrimas, pero sus cuerpos se mueven uno sobre otro, buscando el necesitado orgasmo.

Los gemidos de ambos cuando llegan a la cúspide son como cuchillos clavándose en su corazón.

***

El cuerpo de Ben grita de dolor, aunque también se siente bastante satisfecho y placido. Pero eso no detiene que haya partes de su cuerpo que griten en agonía.

Han pasado más de tres días desde que Diego ha entrado en su rutina, y sinceramente no tiene idea como es que ha sido capaz de sobrevivir a esos tres largos días. Sabe que Diego trató de resistirse las primeras horas, incluso el primer día parecían dos hombres bastante desesperados mientras daban rienda suelta a más de seis años de frustración sexual, pero incluso después de eso, el apetito sexual de Diego no parecía poder calmarse.

Los pocos momentos de relativa calma, Diego no le dice ninguna palabra, aun que Ben cree saber que el motivo es a causa de que cada vez que Diego intenta hablar no puede dejar de tartamudear.

En cambio, Dos opta por besar el cuerpo de Ben sin dejar ni un solo espacio sin tocar.

Hay cierta frustración que viene con el hecho de que Ben es un beta y no un omega. Pero Diego parece extrañamente satisfecho y feliz cuando la lujuria deja de nublar su mente, y ambos terminan demasiados agotados, durmiendo mientras se aferran mutuamente al otro.

"B-en" tartamudea Diego, mientras Ben cabalga el miembro del alfa.

Ben no tiene ni la fuerza ni la destreza para hablar, lo único que puede hacer es aferrar a los hombros de Diego, dejando que su cuerpo actúe por sí solo.

Se sonroja al escucharse gemir.

¿Realmente alguien como él es capaz de gemir de esa forma?

Es algo bastante vergonzoso.

No está acostumbrado a la forma en que su cuerpo parece reaccionar ante la mera presencia de Diego. Jamás imagino que estar con un alfa sería tan avasallante e intenso.

Había leído sobre las rutinas de los alfas, pero saberlo y vivirlo son dos cosas totalmente diferentes. Klaus, en su momento, tampoco había sido de mucha ayuda cuando le pregunto sobre esto. El castaño simplemente se había reído y el único consejo que le dio fue que usara mucho lubricante.

Un poco tarde para recordarlo.

"Diego" grita al alcanzar el tan esperado orgasmo, apretando el nudo de Diego que abusa sin piedad su próstata. Ya no es doloroso, pero es algo incomodo por la sensibilidad de su cuerpo.

"Lo has hecho muy bien, Ben" Diego parece haber recuperado su habla normal "Tan bien cariño, sabía que serias maravilloso y que tu cuerpo se adaptaría bien al mío" susurra contra el cabello húmedo de Ben.

"Recuérdame que te golpee más tarde por pervertido"

Diego sonríe, ocultando su sonrisa en el marcado cuello de Ben.

Finalmente, Ben era suyo.

***

Despertar junto a su compañero es una de las mejores cosas que le ha pasado. Sentir la calidez de aquel tonificado y provocativo cuerpo llena su cabeza de dopamina, que rápidamente se convierte en lujuria y antes de que se dé cuenta, sus manos recorrer las estrechas caderas.

Five sabe que debe ser muy cuidadoso si desea recuperar a su omega, lo mejor sin duda sería no apresurar las cosas, pero después de lo sucedido la noche anterior, le es imposible detenerse.

La forma en que Klaus había gemido su estatus mientras sus miembros se rozaban mutuamente, le daba esperanza de poder obtener más de su omega.

Klaus se mueve, alejándose un poco. Bufa algo molesto, todas las mañanas Klaus finge estar dormido, como si él no fuera capaz de reconocer cada suspiro y respiración que hace Klaus cuando duerme. Ha pasado horas mirando el hermoso rostro de Klaus. Memorizando cada mueca y pequeña línea de expresión.

El olor de excitación de su omega lo hace tocarlo con más precisión. "Amado" susurra mordiendo el lóbulo de Klaus, mandando al diablo las precauciones.

El olor de Klaus es tan delicioso que, por un momento, cree que va a empezar a babear como todo un púber.

En lugar de eso, se ríe de forma bastante infantil, alegre. No puede recordar cuando fue la última vez que se ha sentido tan completo.

"¿Por cuánto tiempo seguirás fingiendo que estas dormido?" Pregunta sabiendo que tiene una sonrisa prepotente en sus labios que apenas se despegan de la piel del castaño.

Klaus intenta alejarse, pero Five no esta dispuesto a aquello. Arroja las sábanas, disfrutando de como el pálido cuerpo luce a la luz del amanecer. Cuando Klaus abre los ojos, lo besa para callar cualquier protesta.

Se sorprende un poco cuando la lengua de Klaus comienza a jugar con la suya, su beso es devuelto con la misma pasión y necesidad. No le sorprende que Klaus lo mire con una mezcla de lujuria y resentimiento.

De hecho, le divierte ver aquella mirada.

Hay cierta lujuria de saberse odiado, pero al mismo tiempo necesitado. Se pregunta como lucirá Klaus cuando lo folle. ¿Sera suave y dulce? O ¿Apasionado y agresivo? Se inclina más por la segunda opción.

"No me quejo del sexo mañanero, aunque desearía que fueras otra persona" Las palabras de Klaus suenan con cierta malicia, y le hace desear derramar sangre, herir y masacrar a alguien.

Su mano toma con fuerza el pene de Klaus, gozando de la manera que este parece entre adolorido y complacido "Tu cuerpo no parece quejarse de que sea yo" indica moviendo su mano "Todo lo contrario, parece bastante feliz y dispuesto"

Los gemidos placenteros y doloroso de su omega son lo único que puede escuchar. Comienza a volverse su nueva melodía favorita.

***

El alfa duerme apoyado sobre su cuerpo. Si no tuviera las manos sujetas a la cabecera de la cama hubiera empujado a Five, pero el dolor de sus muslos y brazos le impiden moverse demasiado.

Five solía tener misma rutina todos los días: Levantarse temprano para entrenar, darse una ducha para luego desayunar juntos en el balcón, aunque últimamente lo han hecho dentro de la habitación, ya que la última vez, intento arrojarse del tercer piso.

No fue un movimiento muy inteligente de su parte, la pulsera impedía que fuera capaz de acceder a sus poderes y sin ellos podría haber muerto. Por suerte Five lo atrapa antes de que pueda saltar la baranda.

Por lo menos esa había sido la rutina de Five hasta hace una semana. Ahora, casi todas las noches y las mañanas Five se asegura de complacerlo, a veces son simples besos que lo dejan deseoso de mas contacto y fricción, otras veces Five solo tiene que tocarlo, a veces de manera suave y otras veces de manera brusca que lo deja con moretones por días. Ayer había sido castigado y atado a la cama por negarse a tocar a Five.

El despertador interrumpe el momento de tranquilidad. Por mera costumbre, finge estar dormido.

"Te dije que no fingieras" Five se ríe "No me hagas castigarte, aunque estoy empezando a pensar que te gusta que te castigue" la amenaza es tan real como las mordidas de sus muslos. Abre los ojos con algo de resignación.

"Oh si, azótame papi" finge su mejor voz de actor porno. La sonrisa de Five se ensancha.

Maldito alfa de sonrisa encantadora y arrogante.

Five se levanta de la cómoda cama con relativa calma. El susurro de la ropa deslizándose por el cuerpo del alfa hace que quiera mirar el cuerpo desnudo de Número Cinco, y lo hace, porque si Five no va a respetar su privacidad, él tampoco.

Se arrepiente cuando ve el tonificado y marcado cuerpo, su pene responde alegremente ante el estímulo visual.

Maldición, Five es incluso elegante al vestirse.

"Iré a entrenar, te veo en una hora, cariño" Five susurra con delicadeza, mientras lo libera de las ataduras.

Ni siquiera se mueve o respira hasta que siente que la puerta se ha cerrado con llave nuevamente. Espera otros 15 segundos, solo para estar seguro, y su cuerpo, especialmente su hombría, se relaja al notar que está solo.

Se permite solo uno o dos minutos antes de que se levante y camina hacia la puerta. Prueba girar la manija, pero obviamente está cerrada con llave, se dirige a las ventanas, intentado encontrar una manera de escapar. Los ventanales son tan altos y espaciosos, pero Reginald y su alfa siempre han sido demasiados paranoicos, por lo que sabe que son a pruebas de bala, y tal como ocurrió con la puerta, están cerradas con llave.

Corre al baño, pero tal como las ventanas de la habitación están selladas y son bastante resistentes a sus golpes.

Ha pasado los últimos días tratando de hallar una manera de escapar.

En el fondo sabe que no va a hacerlo. No piensa huir sin Ben, pero el buscar una salida, lo ayuda a mantener un poco su cordura. Su celo se acerca y todo lo que puede pensar es en la presencia de Five: en su aroma, sus manos, sus labios y maldición, en su nudo.

A pesar de toda la actividad bastante sexual, Five se niega a penetrarlo "Esperare hasta tu celo" había dicho, y eso lo aterra y lo excita al mismo tiempo.

Pasa 20 minutos intentando encontrar una salida antes de dejarse caer en la cama nuevamente. Su mano busca la almohada y hunde su rostro en ella. Aspira el aroma a Five en las sábanas.

Hunde su rostro más profundo en la almohada y sus caderas se mueven, buscando algo de fricción, como un adolescente cachondo.

"Fivey" suspira desesperado, llamando a su alfa. Odia lo que la falta de supresores le hace a su mente.

Se aleja de la cama, en dirección al baño, donde se mete bajo la ducha de agua fría, esperando aclarar sus pensamientos.

Necesita encontrar una manera de encontrar a Ben y escapar antes de que vuelva a caer en las redes de Five. Antes de recordar cómo era amar a Five y como era ser amado por este.

Five le ha prometido permitirle ver a Ben si logra comportarse, solo que anoche fue castigado por su alfa.

Ha estado pensando que quizás, su mejor carta de triunfo, seria complacer a Five, para que este y su padre bajaran la guardia. Solo que su plan desesperado tenía algunas fallas.

No es como si le costara sentirse atraído por Five, de hecho, al ser compañeros, ambos se atraían como polos opuestos, al punto que les era difícil mantener el control de sus cuerpos. Y quizás ese era el mayor problema, nada bueno podía salir de sus sentimientos confusos y necesitados.

"¿Dejar la puerta abierta es una invitación para que entre a la ducha contigo?"

Klaus voltea a mirar a Five, que está completamente desnudo, parado en la puerta de la ducha como si realmente esperara su permiso.

Entonces...toma una decisión.

Quiere ver a su hermano, matar a su padre y finalmente, quizás, ir a casa.

***

El entrenamiento con Diego siempre es una situación divertida, especialmente cuando Diego comienza a fallar en los golpes a causa de sus claras molestias después de haber pasado por su rut con Ben.

Admite para sí mismo que le causa cierta envidia ver la marca de dientes en el cuello de Diego. No es una marca cualquiera, es una clara muestra de reclamo de Ben hacía Diego, y Número Dos, sintiéndose orgulloso la muestra como si fuera una especial de logro.

Incluso siendo adolescente y estando enamorados, Klaus jamás ha hecho ese tipo de reclamo sobre él, pero viendo a Diego, siendo tan feliz por su reciente unión, lo hace sentirse inseguro.

"Ben quiere ver a Klaus" anuncia Diego, mientras ambos observan el entrenamiento de Luther y Vanya.

"No" dice con firmeza. No va a arriesgarse a dejar a Ben y Klaus solo en una habitación, puede que su tonto, enamorado e ingenuo hermano confié en Ben, pero él no confía en Ben ni en Klaus

Su Klaus siempre ha sido muy impredecible, demasiado salvaje y sin temor por la muerte, para confiar en su omega.

Apenas llevan dos semanas, no está listo para dejar a Klaus fuera de su vista. Incluso estar allí, entrenando con sus hermanos, lo pone ansioso.

Quizás nunca pierda ese temor. ¿Por qué lo haría? La última vez que quito sus ojos de Klaus, su omega perdió a su bebé y termino huyendo por seis largos años.

"No puedes tener a Klaus encerrado por siempre" Diego parece ofendido, sin duda, estar enamorado ha vuelto a su hermano más idiota.

"Encárgate de tu compañero. Yo me encargare del mío" dictamina con un tono que marca el final de la conversación. Diego parece enojado, como si fuera a decir algo al respecto, pero Five no está dispuesto a escuchar más tonterías. Se aleja rápidamente, sin evitar notar los hombres armados que los observan junto a su padre.

Los años han hecho que su padre se vuelva más paranoico y desconfiado. Llevándolo a construir robots y contratar mercenarios totalmente devotos. Como si haberles instalado un chip en las cabezas no fuera suficiente para apaciguar cualquier idea de escapar.

Sale por la puerta, sabiendo que su padre lo observa con clara molestia.

Es rápido en dirigirse a su habitación, aunque por el camino siempre se desvía hacia la habitación de sus sobrinas, las gemelas están siendo vigiladas por Grace y algunos otros robots que secretamente están armados. No es para la protección de las niñas, es una clara amenaza para Luther y Allison.

Allison aún sigue prisionera en su habitación, imposibilitada de ver a sus hijas o alfa. Es una clara tortura que le duele ver, pero le había advertido a Luther, que dejar que esta paseara libremente por la cuidad, le traería problemas.

Allison les había dado información a los rebeldes. Quizás con la esperanza de escapar de su padre. Como si Reginald los dejaría ir tan fácilmente. La maternidad había echo que su hermana se volviera sentimental.

Ingresa a la habitación que comparte con su omega, el olor de excitación de Klaus lo hace sonreír. No le sorprende, ha estado jugando con el cuerpo de Klaus por mas de una semana, pero se asegura que el purificador este prendido para que la habitación no apeste.

Es una persona civilizada, no un mero animal.

El olor es más persistente en la cama. Las feromonas de Klaus están en las sábanas y su almohada. Sus manos recorren las sábanas hasta alcanzar su almohada.

Mierda. Klaus se masturbo con su almohada.

El sonido de la ducha lo hace sonreír, con lentitud se desnuda. Demasiado ansioso de ver el delicioso cuerpo desnudo de su compañero. Esta seguro que Klaus se negará como siempre, pero Five siempre ha tenido la capacidad de doblegar la voluntad de su omega.

La figura de Klaus se refleja a través de la mampara de vidrio empañado, la abre con suavidad y el olor de excitación de su omega es más poderoso, Five tiene que aguantar su lujuria al notar que Klaus intenta bajar su erección con agua fría.

Klaus siempre ha sido un espectáculo para sus ojos, podría perder horas observando cada detalle que del cuerpo de su compañero. Tiene curiosidad por cada cicatriz que nota en la tersa piel. Pero sus ojos no se apartan del liquido transparente que baja por las piernas pálidas.

¿Es un claro indicio que su compañero lo desea?

"¿Dejar la puerta abierta es una invitación para que entre a la ducha contigo?" pregunta

Klaus voltea a verlo. Hay cierto brillo en aquellos ojos claros que lo hace ponerse alerta. Espera algún golpe o ataque de parte de su omega, pero le sorprende cuando Klaus después de meditar algunos segundos, termina besándolo.

Está tan sorprendido que solo puede dejarse besar mientras es arrinconado contra los azulejos fríos. La lengua de Klaus juguetea con la suya, demandante y provocativa.

"No deberías jugar con fuego" se encuentra diciendo, mientras sujeta los cabellos de Klaus.

"Siempre me ha gustado jugar con fuego" Klaus se deja caer de rodillas frente a él "Alfa" susurra antes de tomar su miembro con la boca.

"Mierda" es lo único coherente que puede decir

***

Reginald no es un ser humano, no siente ni entiende las emociones de los humanos, incluso si lleva años conviviendo con ellos. Ante sus ojos, los humanos son criaturas bastante patéticas, demasiados sentimentales y dependientes.

Él no siente o tiene la necesidad de sentir ese tipo de conexiones como el aclamado "Vinculo de pareja".

Ha intentado procrear con esta especie en varias ocasiones, pero nunca ha obtenido buenos resultados, y al final solo le queda la satisfacción sexual del cuerpo humano que posee.

No obstante, sus hijos, son seres interesantes, patéticos pero útiles. Nacidos de alguna clase de milagro, dotados con distintos poderes, capaces de destruir el mundo si se los propusieran.

Seres peligrosos pero débiles.

Siempre le divierte lo fácil que son de quebrarse o doblegarse a su voluntad.

Aunque dentro de todos sus hijos, debe reconocer que siempre ha tenido debilidad por su quinto hijo: Número Cinco, un alfa, que no solo tiene la habilidad de transportarse en el espacio sino en el tiempo. Es astuto, carismático y brillante. Un líder nato, que solo ha tenido una debilidad además de su ego: Número Cuatro.

Número Cuatro podría haber sido el mas poderoso de sus hijos, sino estuviera tan asustado de sus habilidades. Apenas ha rasguñado la superficie de sus poderes, pero es demasiado asustadizo, flojo y sentimental. Termina siendo su mayor decepción junto con Número Seis.

Pensó en deshacerse en muchas oportunidades de Cuatro, pero este termina siendo útil, cuando Número Cinco parece doblegarse ante la más mínima amenaza hacia Número Cuatro.

Permitir que Número Cinco se asocie con Número Cuatro ha demostrado ser uno de sus mayores errores.

Aunque la idea de un descendiente de ellos, suena muy tentadora. Las hijas de Numero Uno y Numero Tres han heredado los poderes de sus padres. Por lo que imagina que cualquier descendiente de Cinco y Cuatro puede adquirir ambos poderes, un niño capaz de manipular el espacio, tiempo y muerte. Un niño invencible.

Es una pena que Número Cuatro perdiera al primer niño. Aunque admite que tiene algo de culpa en ello, obviamente el cuerpo adolescente de Cuatro no estaba del todo maduro para soportar la gestación del feto.

"Sir" llama su fiel mayordomo, desvía la mirada de los monitores donde puede observar a sus hijos "Hemos aumentado las dosis de hormonas en la comida de Número Cuatro y Número Seis" informa el chimpancé con relativa calma

"Bien" asiente complacido

Muy pronto, tendrá nuevos soldados que entrenar. Solo necesita ser paciente.

***

¿Puede confiar en Klaus?

No. No puede. Decide mientras lo besa.

Incluso si Klaus parece más dispuesto, en el fondo, Five reconoce cada truco que su bello y bobo omega utiliza.

Y duele.

Duele saber que los besos de Klaus no son dados con sinceridad. Aquellos provocativos toques son dados por coerción, en busca de algún beneficio, que, de haber sido pedido, lo hubiera dado de buena voluntad. Nunca le negaría nada a su omega.

"¿Me dejaras ver a Ben?" la desconfianza que brilla en eso ojos verdes, le duelen más que cualquier puñalada que ha recibido.

"Si" asiente con lentitud. No está del todo seguro, pero Klaus no es el único que puede hacer uso de sus habilidades.

La sonrisa de Klaus se ensancha y antes de que se dé cuenta, Klaus esta sobre él. En cada movimiento, toque y caricia no hay nada más que una necesidad sexual. Una dependencia que proviene de las hormonas y del vínculo biológico que comparten.

Y aquello no es suficiente. Nunca lo será.

"Gracias, alfa" susurra Klaus contra sus labios, la sinceridad de Klaus lo hace sonreír.

"Tienes que comportarte" ordena, como si recordara algo "No quieres que este privilegio sea retirado, ¿Cierto?" amenaza

Klaus se muerde los labios como si estuviera a punto de objetar, pero su omega termina asintiendo, en una actitud completamente sumisa que es totalmente falsa "No, querido alfa"

Lo enfurece y entristece que su omega lo crea tan imbécil para caer en una seducción tan simple.

No es un cuerpo cálido lo que busca, es la lealtad, el afecto y la devoción de su omega lo que quiere. Quiere que Klaus lo vuelva a ver como en antaño. Cuando solía ser todo lo que Klaus quería.

Quiere ser el ser más importante en la vida de Klaus. El único además de sus futuros hijos.

Quiere ser su todo. No puede y nunca podrá confirmarse con las migajas.

Lo quiere todo. Tanto como él está dispuesto a darle a Klaus.

"Ben" es la primera vez que ve algo parecido a la felicidad en el rostro de Klaus

Tiene que contenerse de gruñir y destruir todo a su alrededor al ver como su omega abraza a Número Seis con todas sus extremidades, como si fuera una especie de pulpo o koala. Ben tiene una sonrisa, pero su hermano se asegura de buscar alguna amenaza alrededor.

Es bueno saber que Ben sigue siendo precavido.

Si Ben hubiera sido un alfa, Klaus jamás lo hubiera elegido a él.

Aunque si eso hubiera sucedido, hubiera encontrado la manera de obtener a Klaus.

"Gracias" Diego parece agradecido, gira sus ojos, un tanto molesto y fastidiado.

No hizo esto por Diego o Ben.

"No lo hice por ti" Siempre ha sido sincero con las personas a su alrededor "De todas maneras, asegúrate de recordarle a tu pareja cuál es su lugar. No queremos que nada malo le ocurra a Seis"

Diego se tensa y tiene que sonreír al ver a su hermano buscar sus amados cuchillos "¿Estas amenazando a Ben?"

Tiene que reírse. Diego podía ser tan divertido con sus tonterías "Relájate Número Dos, solo te recuerdo que debes cuidar a tu pareja" se asegura de relajarse mientras medita sus siguientes palabras "Después de todo, padre no está del todo complacido contigo y Seis, a diferencia de mi omega, no es capaz de portar ningún niño. Por lo que no es de mucha utilidad"

Sus ojos se desvían ante la alegría de Klaus. La felicidad parece desbordar por cada poro de su omega y es la mera presencia de Ben que parece hacer feliz a su castaño. Aquello duele más de lo que está dispuesto a admitir.

Lo hace desear poder destruir algo. Pero con su omega, necesita demostrar más astucia. Herir a Ben no hará que Klaus lo vuelva a amar.

"Número Uno y tú, me deben las vidas de sus parejas. No olvides eso" Acomoda la corbata de su traje "Tengo una misión. Enviare a Viktor por Klaus, asegúrate de cuidarlos"

No se molesta en despedirse de sus hermanos u omega, incluso cuando sabe que ellos lo están mirando.

Pasos pequeños, se recuerda, necesita dar pasos pequeños para recuperar a su omega. El fracaso no es una opción.

Lo quiere todo.

Y lo obtendrá.

*******

Un agradecimiento especial a la chica que hizo el pedido. Gracias por haberme ayudado a escribir este capítulo. Espero que te guste 


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