Algunas semanas después...

- ¿Entonces Jennie sigue sin aparecer? - pregunta Jimin, haciendo trencitas en los costados de la cabeza de Yoongi. Este estaba acostado con la cabeza en su regazo mientras era peinado por el ángel, quien atentamente escuchaba lo que tenía para decir.

Es más que obvio que volvieron a verse muchas veces desde que se conocieron. Yoongi cruzaba el umbral que los dividía con frecuencia y con alguna que otra excusa que Jimin nunca le creyó. Le daba algo de ternura que el mayor buscase cualquier oportunidad para charlar con él un rato, no lo iba a negar.

Y el Diablo, bueno...

Él no sabía qué estaba haciendo, pero no quería parar.

- No. Esa maldit... - Jimin presiona delicadamente su dedo índice en su mejilla, llamando la atención de Yoongi por decir una grosería. - Esa... - ¿qué adjetivo podría usar? - Jennie... No, no la volvimos a ver. ¡Pero no te preocupes! Ya envié un escuadrón especial a buscarla en cualquier rincón del cielo, infierno o dónde sea. Cómo que me llamo Min Yoongi que esa chica va a aparecer.

- En ese caso sólo debes esperar, hyung. - dice finalizando las pocas trenzas que pudo hacer en su lado izquierdo. Si alguien lo viese de lejos pensaría que tiene rapada esa zona. - Si mantienes tu fé, estoy seguro que aparecerá pronto y no habrá causado problema alguno.

Yoongi ríe. Ese muchacho era demasiado inocente...

- Ay, Jiminnie... Tú sí que eres un ángel. - se da vuelta mirando hacia arriba, para visualizar en primer plano la cara de Jimin. - Espero que tengas razón.

El hijo del cielo le sonríe ampliamente, escondiendo sus ojitos en el proceso. Yoongi empezó a sentir una falta de aire muy grande en su pecho.

Usualmente le ocurría alrededor de Jimin o cuando pensaba en él, pero esto era mucho más fuerte.

Tenía la necesidad de ver esa sonrisa todos los días, o ser su único causante. En definitiva no se parecía a ninguna de las cosas que alguna vez pensó haber disfrutado. Su sonrisa era... algo más.

- ¿Le dije alguna vez que me encanta su sonrisa? - le dice Jimin. - Cuando lo hace se le ven las encías... Me da ternura.

Yoongi, intentando disimular el shock de sentimientos encontrados, se levanta con rapidez de su regazo y se cruza de brazos.

- Soy el diablo, Jimin. - dice serio y encarcando una ceja. - El diablo no es tierno.

- Pues tú lo eres...

- No, no lo soy. - contraataca.

- Le digo que si.

- Y yo te digo que no... - señala su cicatriz. - ¿Ves esta marca? - Jimin asiente. - Me la hice peleando con Namjoon... - relata. - Y para que conste, claro que le gané. - intenta reafirmar su orgullo. - ¡Además todo el que me ve siente miedo! ¿Eso no te dice que soy peligroso?

Jimin rueda los ojos.

- Yoongi hyung... - dice divertido. - Si, usted es el Diablo... El Señor Oscuro... El Rey del Infierno y bla bla bla... - hace señas exageradas con sus manos. - Pero también es el mismo que pasa más tiempo en el Edén que en su propio reino con cualquier excusa barata y se deja hacer peinados por un angel. ¿Le simplifico la idea? Es tan peligroso como un gatito...

- ¡Hey! Vengo aquí porque tengo asuntos que resolver... - Jimin enarca una ceja. - ¿Qué?

- Vamos, usted y yo sabemos que no soporta este lugar. - se sincera. - Admita que viene aquí a verme... - Yoongi abre la boca a punto de excusarse. - Y antes de que me mienta en mi cara... ¡Esto es el cielo y no puede mentir!

- Bien... - Yoongi suspira rendido. - Lo admito, si... Vengo aquí para verte... - su semblante cambia de repente mientras se acerca peligrosamente a la cara de Jimin. - Pero tú admite también que me esperas con ansías... - mira directo a sus ojos y apoya su mano sobre la contraria. - Y, antes de que me mientas en mi cara... - hace una pausa. - Esto es el cielo, y no puedes mentir.

Jimin sonríe y mira hacia abajo, estaba atrapado.

- Es verdad... Lo espero todos los días con ansias.

🔥 Corregido: 28/08/21