Capítulo 01



— ¡Me lleva! ¿Qué no pueden hacer nada bien? ¿Quién coño estaba al mando de transportar el cargamento?... ¡Jimin hijo de puta, ven aquí!

Taehyung estaba rojo y no precisamente por el calor, sentía que le daría en algún momento un colapso si ya a primera hora habían arruinado lo que el pensaba que sería su día libre y vaya mierda. Por un momento se le había olvidado que en ese trabajo no se podían tener días libres.

— Cálmate cariño - dijo con un tono risueño mientras trataba de acomodar la corbata del más alto pero este le apartó de un manotazo.
— Estás urgido de un polvo, estás más odioso que de costumbre.

Taehyung le miró como si quisiera perforar su cabeza y suspiró profundo mientras apoyaba sus manos en el borde del escritorio.

— Cómo se supone que voy a estar tranquilo si acaban de robarme un maldito camión con armas que deberían estar ya en su destino de llegada ¿ah?

Jimin rodó los ojos y avanzó para masajear un poco sus hombros.

— Namjoon y Hoseok se están encargando de eso. Yoongi se está encargando de localizar el cargamento y Seokjin aún no ha llegado desde anoche, ya me encargué de todo.

— ¿Por qué no ha llegado ese pendejo?

— Déjame pensar.. - colocó su mano bajo su barbilla para luego hacer un gesto demasiado exagerado que hizo a Taehyung colocar dos dedos sobre su tabique y cerrar los ojos un momento. No estaba de humor.
— ¿Será porque lo enviaste al otro lado del país para hacer un trabajo que ni a mi has querido decirme?

Tenía razón.
-— Ven, te prepararé algo de café y te prometo que yo mismo pondré una bala en el culo del inepto que estaba al mando de ese camión pero ya relájate. Nuevas armas van en camino y estamos a tiempo, el único problema ahora es descubrir quién fue el responsable.

Taehyung asintió y le siguió hasta la cocina, ciertamente no estaba de humor y realmente estaba harto.

Desde que supo que su padre tenía los días contados para dejar este mundo y que él, con tan sólo veinticuatro años debía hacerse cargo del negocio familiar, sus dolores de cabeza se hicieron más continuos que sus pajas nocturnas.

Taehyung quería ser médico especializado en pediatría, no quería ser un maldito narcotraficante de armas, no quería saber cómo funcionaba el blanqueo de capitales y mucho menos quería mantener la fachada de exitoso exportador de vinos porque detrás de todo aquello se escondía mucha porquería de la cual él era el representante ahora.

Lo único que le daba paz en todo aquel mierdero era visitar los viñedos que desde niño solía amar cuando iba con sus padres y su hermana. A día de hoy los seguía manteniendo tal cual como los recordaba aunque no fuese del todo necesario, todo era una máscara pero que más daba, era su lugar seguro y lo seguiría siendo.

— No quiero café, sírvame un poco de whisky - se sentó en el taburete blanco y Jimin no dijo algo, simplemente le sirvió lo que pidió.

— ¿Tienes idea de quien pudo haber sido? - le preguntó el rubio mientras ponía el vaso de cristal a su lado. Dos de hielo y tres dedos de alcohol, siempre la misma rutina.

— Si me pongo a pensar en tratar de descifrar todos los hijos de perra que quieren joder mi existencia ya estaría más loco lo de que estoy. - tomó un trago largo y prontamente sintió su garganta picar y su estómago arder, no había desayunado aún y el licor no era algo nutritivo pero cuando se sentía tan llevado como ahora, era su mejor elección.

— Es muy temprano para soltar tantas maldiciones, ¿seguro que no te hace falta un polvo, una mamada? - Taehyung sonrió a su lado y Jimin le siguió luego.

— Te conozco desde los catorce años y siempre has querido follarme pero la respuesta seguirá siendo no. - sacó su dedo de en medio y el rubio hizo lo mismo acompañado de una mueca con su lengua.

Eran amigos desde la adolescencia y ahora a sus hermosos veintiocho, lo seguían siendo y más allá, pues Jimin era su socio y mano derecha.

— ¿Tomando tan temprano? Te vas a destruir el puto estómago, Kim. - Yoongi caminaba hacia el refrigerador en busca de algo frío para tomar porque el calor afuera era infernal.

Tomó el primer refresco que encontró y lo bebió casi todo de un sólo trago bajo la atenta mirada de los otros dos.

— Bien, por tu cara de culo deduzco que estas a punto de mandar a explotar medio Seúl.
-— En efecto. - respondió con una tranquilidad que no existía.

— El cargamento llegó a su destino, por suerte era pequeño así que logramos retribuir todo rápido y entregarlo.

Taehyung asintió, sintiéndose un poco más tranquilo, dedujo que por el hecho de no ser algo muy grande se descuidaron un poco.
-— Y esto te va a encantar. - Yoongi sonrió de lado y le entregó su celular donde habían fotos, un video y las coordenadas exactas del camión de su propiedad que habían tomado esa mañana.

Miró con detenimiento cada cosa y soltó el aire retenido en un suspiro nada suave.

-— Me estás jodiendo ¿cierto? - miró a Yoongi y volvió a mirar las imágenes.

— ¿Cuándo he jugado contigo?

— ¡Diez hombres y el novio de Yugyeom fueron los responsables de robar el maldito cargamento! - estrelló el vaso del que anteriormente bebía y una risa sin contexto resonó luego del impacto.

— Creo que si se volvió loco. - soltó el rubio mientras miraba a Yoongi y este sólo negó sonriendo.

— Yo estaría igual, ¿que no ves que ellos no tienen necesidad de eso? Su bando y el nuestro no son socios, y ese tipo no tiene mucho que hacer con todo el dinero que recibe de su padre, sólo hizo esto por molestar a Tae.

— ¿Tanto así le afectó el que rechazaras un puto trío con él y su noviesito? - preguntó Jimin pero no hubo respuestas más que las risas que estallaron entre los tres.

— Es muy patético que envíes a tu novio a resolver tus mierdas. - Yoongi volvía al refrigerador mientras hablaba, ahora tenía hambre luego de la ajetreada mañana.

— Creo entenderlo, Yoon, el problema no fue que no aceptara, el problema es que ya me había follado a su novio y le dije que no quería repetirlo porque no sabía chuparla.

Yoongi escupió el pedazo de manzana que había llevado a su boca y Jimin por el contrario casi se cae de su asiento, ambos riendo tras escuchar aquello.

— Eres un hijo de puta y por eso eres mi ídolo. - soltó el rubio chocando los puños con su amigo.

— Pero esa rabieta les saldrá muy caro, no estamos en edad de hacer estas niñerías.

— ¿Qué vas a hacer?

— Te lo contaré más tarde porque ahora seguiré tu consejo, necesito un polvo. - Jimin sonrió de lado y ambos miraron hacia aquel peli plateado que saqueaba su despensa.

— ¿Qué? - su boca aún estaba llena de aquella manzana y frunció su ceño cuando miró hacía los dos amigos.
— Si quieres follar conmigo, primero aliméntame cabrón.

— Claro - sonrió el pelinegro caminando hasta él para tomar la manzana en su mano y dar un mordisco mientras lo miraba directamente a los ojos.
— Te comerás esta.. - llevó la mano ajena a su propia entrepierna mientras Yoongi sonreía sin apartar su mirada. Amaba su descaro.

— Ya, ya, lárguense de aquí y dejen de antojar a los pobres, debo preparar la comida ya que a alguien le dió por despedir a tres cocineras en un mes.

Pero los dos restantes ya iban escaleras arriba y no le habían prestado la más mínima atención. Definitivamente, necesitaba que Seokjin llegara rápido porque por algún motivo, ver a esos dos siempre le ponía caliente.





...



Se miró por última vez en el espejo del baño antes de salir, comenzaba a hacérsele tarde y no quería ser regañado otra vez.

Tomó su abrigo y su mochila donde guardaba sus pertenencias, tomó sus llaves y cuando estuvo a unos pasos de la puerta de salida, recordó que había olvidado su celular por lo que rápidamente volvió sobre sus pasos y lo tomó de encima de su cama donde lo había dejado, aprovechó que estaba en su habitación y roció un poco más de perfume antes de decidir llevarlo también. Metió el frasco a la mochila y su móvil en los bolsillos delanteros y salió.

Hizo parada al primer taxi que vio porque definitivamente no le daría tiempo a tomar el bus.

Cuando llegó a su destino faltaban cinco minutos para que comenzara su turno por lo que pagó y salió corriendo del vehículo. Saludó a sus compañeros de manera fugaz y fue hasta la cocina para poner su delantal y colocó su mochila en el locker con su nombre.

— Jeon, mesa 7 y 4, mueve tu precioso culo. - tomó su carta y le sonrió a su compañero quien ya había acabado su turno. Se dirigió primero a la mesa 7 y luego a la 4 donde recién habían llegado clientes, ambas en la zona VIP y eso le ponía feliz porque significaba buenas propias.

Tomó las órdenes y las llevó a sus respectivas mesas, era cuidadoso de no tirar ninguno de los tragos que cargaba en su bandeja y por suerte esa noche no habían tantas personas allí.

Había terminado de servir y hacer reverencia en la mesa 7 cuando otro de sus compañeros, Kai, le dijo que el se haría cargo de esa mesa y no hizo más que confundirse, fue entonces cuando de forma rápida le dijo al oído que el hombre de traje negro de la mesa 4 había pedido que se le atendiera exclusivamente a él y sus amigos.

Jungkook miró de reojo hacía la otra dirección y notó una mirada que no se despegaba de él, ladeó una sonrisa y se dirigió allí para verificar que todo estuviese en orden mas cuando se iba a retirar, una mano tomó la suya y se detuvo sobre sus pasos.

— Jungkook, ¿cierto? - era un chico joven, de pelo negro y esbelta figura, labios bonitos y mirada coqueta.

Era realmente guapo.

— Si señor, ¿desea algo más? - el hombre lo miró casi sin pestañear y luego asintió.

— Que te sientes y tomes algunos tragos conmigo - le dijo, él no hizo más que mirar a su alrededor, a punto de negar hasta que el hombre de complexión joven volvió a hablar.
— Si molestan ellos podemos pasar a la barra - refiriéndose a sus acompañantes.
— Y por tu trabajo no te preocupes, ya hablé con tu jefe, te pagaré más de lo que estás supuesto a ganar hoy y sólo serán unos tragos ¿qué dices?

Jungkook miró desde su sitio encontrando la mirada del gerente y este dándole un asentimiento.

Era un cabrón pero suponía que con dinero hasta el más amargado sonreía con todos sus dientes.

— ¿Puedo ir a quitar mi delantal?. - el hombre asintió y él salió de allí. Arregló su pelo en el espejo y puso un poco más de fragancia en su cuerpo.

Jungkook no era un caballero de compañia y mucho menos alguien que se iba con quien le ofrecía dinero pero tampoco todos los días un chico guapo, joven y que se notaba que cagaba dinero le ofrecía unos tragos, que nada de malo tenía.

Algunas horas pasaron entre risas cómplices y coqueteos de parte de ambos, no fue incómodo entablar conversación con el desconocido.

Sabía que tenía veinticinco años igual que él, que le gustaba el fútbol y que trabajaba en la empresa de su padre.

Yugyeom era un hombre atractivo a sus ojos.

Cuando pasó la media noche ya no querían estar allí, Jungkook nunca había subido a un auto tan lujoso en toda su mísera vida.

Y tampoco había tenido un sexo tan exquisito desde hacía mucho.

Tanto, que no abrió sus ojos hasta que divisó la claridad atravesar el ventanal de aquel gigante cuarto, la cama era enorme y cómoda, no quería levantarse de allí pero tampoco podía quedarse. Su acompañante parecía no estar por los alrededores y tal vez por eso había dejado a su lado un desayuno preparado, ropa nueva y una nota la cual leyó entre dientes...

"Toma una ducha caliente y come algo antes de irte, precioso. No pude quedarme por asuntos en el trabajo pero te veías tan lindo dormido que tampoco quise despertarte"

Yg ♥

Suspiró y decidió salir de la cama y maldición que su culo dolía, aún así le restó importancia y se encaminó a la ducha.

¿Qué tan podrido en dinero debes estar como para dejar a un extraño solo en tu casa?

Apagó sus pensamientos y tomó esa necesitada ducha, colocó su ropa y tomó uno que otro bocado antes de salir. No respondió aquella nota, aquello no había sido más que un encuentro casual.
Guardó su móvil en el mismo bolsillo de siempre y salió de aquel desconocido lugar al que estaba seguro que jamás volvería y sacudió su cabeza tras cerrar la puerta.

Pero cuando su vista fue al frente todo se volvió negro, estaba seguro que alguien o algo lo había golpeado pero no supo que.

Su cuerpo fue sujetado antes de caer al suelo y en medio de lo confuso de su cabeza y el dolor punzante que comenzaba a martillar sus costados logró escuchar algunas voces y luego, simplemente nada.

Jungkook se había desmayado y su cabeza soltaba algunas pequeñas gotas de sangre de aquella herida propinada.

— Súbelo a la camioneta, ¡rápido!








Hola bebés.

Estaré por aquí lo más seguido que pueda.
No olviden aplicar el love yourself siempre o Nam vendrá al tercermundo sólo para raparles la ceja ❤

See u soon 💖

@BigBabe_Jeon

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