xxxii. live or die?
capítulo treinta y dos
¿VIVIR O MORIR?
Ningún padre se preocupó tanto por su hija como el príncipe Daemon, no fue ninguna sorpresa que el príncipe pícaro prefiriera a su bastarda sobre sus hijos legítimos.
Alyssa se detuvo frente a la guardería, sus hermanos menores ajenos a lo que sucedía alrededor de ellos parecían divertirse y ella esperaba que siguieran así.
¿Se preguntarían por Luke? ¿Lo extrañarían acaso? Aegon ya era lo suficientemente grande como para hacerlo. ¿Acaso lo sabría? ¿Alguien se había molestado en decírselos? ¿Sabían que Luke no volvería nunca más?
Rhaenyra había desaparecido cuando el cuervo con la noticia de la muerte de su hijo llego. Alyssa había llegado antes con la negativa de Dorne y se sintió culpable por no decirlo.
Daemon se estaba encargando de todo mientras la Reina estaba de luto.
Jacaerys seguía en el norte.
Joffrey era cuidado por Baela.
Y Rhaena se encerró en sus aposentos como una novia viuda.
¿Por qué siempre le tocaba a ella lidiar con esto? Quería a sus hermanos, pero los dioses sabían que ella no tenía nada de tacto para tales circunstancias. Cuando Lady Laena, su primera madrastra murió, ella no tenía idea de cómo ayudar a sus hermanas para aliviar su dolor y tampoco lo sabía ahora.
Quizás era mejor que Aegon y Viserys se mantuvieran en la ignorancia...
—¡Alys! —Aegon gritó, levantándose del suelo para acercarse a ella con los brazos abiertos.
Alyssa se inclinó para abrazarlo y no se dio cuenta que lo había estado sujetando con fuerza hasta que el se quejó.
Se sentía mal. Todo estaba mal.
Ahora con Aegon en sus brazos no podía dejar de pensar en Luke... Ella lo queria, a su manera pero lo hacía. ¿Por que había dejado a Aemond escapar cuando podría haberlo matado ahí mismo? Tuvo la oportunidad de vengarlo paro no la tomó...
Fue tonta y débil.
Si Aegon y su dragón hubiesen sido devorados por Vhagar ¿Habría podido matar a Aemond?
Alyssa tuvo ganas de vomitar cuando Aegon le sonrió.
Ella haría cualquier cosa por el, cualquier cosa por sus hermanos.
Si. Lo hubiese matado aunque le costará su propia vida, aunque Vhagar se la hubiese comido luego.
Porque Aegon era su hermano, era familía y ella lo amaba ¿Pero Luke no era su familía también?
¿No debería vengarlo? ¿Acaso podría?
Alyssa se sobresalto cuando una mano grande que no le pertenecía a su hermano se poso en su hombro..
—Zaldrizes...
Ella se puso de pie, soltado a Aegon que se alejó de nuevo para acercarse a Viserys, luego de sonreírle a su padre.
—Kepa.
—Ven —el le dijo haciendo una seña con la cabeza para que lo siguiera afuera.
Alyssa se puso de pie y juntos salieron de la guardé.
—¿Rhaenyra? —ella se aventuró a preguntar, quizás había vuelto con algún deseo en particular para vengar a su hijo.
Daemon negó.
—Te necesito para patrullar el cielo. Rhaenys termino —el fue directo— ¿Viste a tu hermana?
—No.
Era obvio que él menos, él tampoco era bueno consolando a las personas. Alyssa guardó silencio, se parecían en tantas cosas...
—Dime todo lo que sepas sobre ese tuerto. No hay nadie aquí que lo conozca más que tu, quiero que me digas sus puntos débiles, todo lo que aprendiste estando en la fortaleza roja..
—Es tuerto —ella señaló con simpleza, como si fuera la cosa más obvia del mundo— es más débil del lado que no puede ver, hasta que se volteó para mirar puede ser atacado de forma mortal, aunque es bueno y rápido. Lejos de Vhagar será fácil matarlo y sin jinete su dragón no será un problema, quizás podamos empujar a Rhaena para que lo reclamé.
Daemon lo considero, los consejos de su primogénita siempre eran bienvenidos y este le pareció particularmente bueno. Rhaena había intentado probar suerte con los dragones sin jinete en monte dragón pero no había logrado nada, quizás Vhagar era el indicado para ella.
Y si tenían a Vhagar de su lado tenían la guerra ganada.
—Sera difícil encontrarlo sin Vhagar, pero si así fuera tu y yo podemos acabarlo. Caraxes y Vermithor son dragones experimentados. Se que nunca estuviste en una guerra pero yo te entrene bien para una ¿Estás lista?
—Si —ella asintió.
Una guerra.. era todo lo que su corazón había anhelado desde pequeña, la sangre y la violencia..
Aegon la llamó desde la guardería y cuando Alyssa comenzó a alejarse su padre la tomó del brazo impidiendo que se fuera.
—¿Estás realmente lista? —el preguntó de nuevo pero más lento— las cosas extrañas que sientes por ese tuerto deben acabar ahora. ¿Estás dispuesta a matarlo?
¿Ella estaba dispuesta a hacerlo?
Alyssa miró a su padre, la dureza en su toque, la mirada en sus ojos esperando que ella hiciera lo correcto... Las lágrimas de Rhaena cuando supo la noticia... la furia silenciosa de Rhaenyra..
Si, estaba dispuesta. Lo mataría.
¿Pero podría? Cuando aún era pequeña era todo lo que quería. Nunca hubiese dudado si su padre le hubiera hecho tal pregunta, pero.. ¿Ahora? Había sido suave con él y el con ella, los abrazos, las lágrimas, los vuelos compartidos..
Alyssa no quería admitirlo, pero Aemojd se había ganando un lugar en su corazón.
—Alyssa —su padre la tomó por el otro brazo y la miró directamente a los ojos, tenían la misma altura por lo que no le fue difícil encontrar sus ojos. El enterró sus dedos en los brazos de su hija como lo hacía cuando era pequeña— ¿De que lado estas?
—Del tuyo —ella respondió con seguridad— siempre de tu lado.
El levantó una mano y la apoyo en la mejilla de su hija. Sus momentos de ternura eran raros por los que Alyssa se inclinó a su toque, desesperada por más. Desesperada por su aprobación.
—Entonces no me decepciones porque confío en ti. Tu familia confía en ti.
—No lo haré, Kepa.
—Eres mi más grande orgullo y se que cuando llegue la hora no lo dudaras.
El le dio un beso en la frente y se quedó asi, tan cerca de ella que hubiese sido inapropiado si fuera cualquier otro hombre.
Pero Alyssa siempre había estado cerca de su padre.
—Ojo por ojo, hijo por hijo. Lucerys será vengado.
—¿Que tienes en mente, Kepa?
—¿Que sabes sobre los hijos del usurpador?
—¿Cómo pudiste ser tan miope?
Aemond siempre había respetado a su madre, pero ahora lo único que quería era obligarla a guardar silencio.
¿Podrían dejarlo en paz? Había ganado Bastión de tormentas para el estúpido de su hermano y nadie lo felicito por aquello.
—¡Dejalo, madre! —Aegon dijo con jubiló— hay que celebrar...
Cualquier oportunidad para beber siempre fue tomada por Aegon. Aemond lo despreciaba.
El se puso de pié, con la esperanza de alejarse.. Salió de la habitación pero la voz de su abuelo lo interrumpió. Había salido detrás de él y lo miro con los ojos entrecerrados.
—La bastarda del príncipe Daemon esta embarazada de tu bastardo.
Sin tacto, siempre preciso y directo
Aemond contuvo la respiración.
¿Qué? ¿Alyssa?
—Me lo confesó cuando acudí a Rocadragón por el tratado de paz. ¿Cuando fue la última vez que te acostaste con ella y cuan posible es que ese sea tu hijo?
¿Por qué su abuelo sabía sobre aquello y no él? ¿Por qué Alyssa no se lo había dicho? ¿Por qué ocultarlo?
Aún así no dudo cuando dijo:
—Es mio —el respondió simplemente.
¿Cuantos amantes tenía Alyssa en Rocadragón? Era imposible. Ella había estado aquí, en Desembarco del Rey con él... No debería de tener muchas lunas, el lo hubiese notado cuando la vio..
Era su suyo.
Un hijo. Un heredero.
—Hablemos con franqueza, la hija de Daemon no es mejor que las putas que tu hermano visita en la calle de la seda. Es poco probable que ese bastardo sea tuyo, quiere tenerte en su poder y sabes que no hay mejor forma de atrapar a un hombre que con un hijo. Pero tu eres más inteligente que esto muchacho, te he informado de esto para que lo pienses en frío y por si ella llegara a ofrecer términos por tal tontería.
No Alyssa, su abuelo no la conocía como el lo hacía.
Si era bastarda, pero estaba lejos de parecerse a las putas que su hermano visitaba con frecuencia y no era como los demás bastardos, no como sus sobrinos.
Alyssa no se escondía detrás de palabras falsas, sabía su origen, no se enorgullecía de aquello pero no lo escondía, Aemond pensaba que se había ganado la legitimación, era algo que su padre había hecho bien, legitimarla.
Tener un bastardo seguro no era algo que ella deseara. De alguna extraña forma le era fiel a un niño que todavía tenía dientes de leche, si, se había acostado con él pero había rechazado sus demás avances, no tendría un hijo ilegítimo.
La idea pronto se instaló en el. Alyssa no tendría ningún hijo bastardo, se deshaceria de el antes de que fuera un problema. Por eso se lo dijo a su abuelo, solo para molestarlo y por eso no le dijo a el una palabra cuando lo vio antes. Porque no lo tendría. Alyssa no sería madre de un bastardo.
Aemond frunció el ceño y se alejó de su abuelo sin decirle una sola palabra más. Desea llegar a Vhagar y volar a Rocadragón para enfrentarse a su prima ¿En qué estaba pensado? ¿Ni siquiera pensó en consultarlo con el?
El huevo en la antigua caverna de Visenya que el mismo había encontrado, ese hubiese sido el huevo que pondría en la cuna de su hijo.
Un hijo con Alyssa, no seria otra cosa que poderoso. Ambos eran los jinetes de los dragones más grandes, eran letales... Y su hijo no sería menos.
Tan pronto como esa imagen llego a su cabeza se esfumó. La desagradable cara de Cassandra Baratheon volvió a sus recuerdos, con sus ojos marrones tan comunes, muy lejos de los dispares únicos de su prima.
Una mujer común y corriente que ahora era su prometida. Una tonta. Su señor padre no sabía leer y dudaba que ella supiera algo siquiera. No era bella, ni inteligente... ni mucho menos Valyria.
No era Alyssa.
No era la maldita a bastarda de su tío que vivía en su mente todo el tiempo.
No era la mujer que cargaba con su hijo en su vientre.
El tenía que impedir que ella hiciera algo de que lo que arrepentiría en el futuro. La tomaría por esposa y la llevaría con el a la fortaleza, su hijo no sería ningún bastardo.
Con solo una idea en mente salió de la fortaleza a caballo para llegar al bosque en donde su dragón descansaba.
Rocadragón no estaba muy lejos de Desembarco del Rey, aún cuando solo había volado una poca distancia podía divisar a Vermithor revoloteando por los alrededores. El espero que Alyssa también pudiera divisar a Vhagar y que lo siguiera hasta la playa, donde estaba la caverna de Visenya en donde habían compartido tanto.
Aunque deseaba simplemente acercarse a Rocadragón no podía hacerlo, no era tonto al respecto. Vermithor, Caraxes, Maelys, Syrax, Vermax... ninguno tenía el tamaño de Vhagar pero juntos podrían causarle daño.
El voló bajo y descendió en la arena. Se quedó sobre la silla de montar, mirando hacia el cielo, esperando ver el reflejo de bronce de Vermithor, pero no llegó.
Con furia instó a su dragón a abrir las alas. Ella lo había visto, estaba seguro de eso. Alyssa no era tonta... ¿Entonces por qué no se había acercado a el?
Entonces Vhagar rugió con dolor y Aemond la vio. Con el cabello suelto y la mirada asesina, sobre la furia de bronce que tenía los dientes atorados en la cola de Vhagar.
Tendre que matarte por eso, las palabras en la mente de Aemond resonaron. Alyssa le había dicho aquello la última vez que se vieron y al parecer estaba dispuesta a cumplirlo. ¿Lo mataría a el después de todo?
Cuando Vhagar logro zafarse del agarre de Vermithor se volvió hacia el dragón cargada de una furia que el nunca había sentido en su dragón. Rugió fuertemente y escupió fuego sin que él se lo pidiera.
Alyssa logro esquivar el fuego pero golpeó el costado de Vermithor y Aemond entendió porque lo llamaban la furia de bronce.
Vermithor lanzó fuego en su dirección antes de que el pudiera alejarse lo suficiente con Vhagar, el fuego no lo había alcanzado a él pero el calor que le llegó fue suficiente para alertarlo del dolor que su dragón sentía.
¿Deberia de luchar?
Aemond no estaba seguro. Vhagar respondió por su cuenta y Alyssa parecía realmente dispuesta a matarlo, pero el no estaba seguro si podría... no importaba si estaba o no embarazada de su hijo, nunca podría matarla, nunca podría soportar que el brillo de sus ojos que a él tanto le gustaban se perdieran para siempre.
Aunque Vhagar anhelaba la batalla, Aemond instó a su dragón a retirarse, pero Vhagar no retrocedió y el comenzó a desesperarse, no había sido su deseo matar a Lucerys pero no le importaba lo suficiente como para lamentarse, pero no quería lastimar a Alyssa.
Vermithor volvió a escupirle fuego lo que molesto aún más a Vhagar que se acercó a él con la mandíbula abierta, pero antes de que pudiera enganchar sus sientes en Alyssa un rugido le llamo la atención.
El Anfíptero de Sangre, se acercaba a ellos chillando.
Si Alyssa no lo mataba su tío si lo haría, el pensó, más al tener esta imagen frente se él. Vhagar atacando a su preciada niña..
Aemond lo considero por un minuto.. podría acabar fácilmente con su tío, pero Alyssa se uniría a su padre y dos contra uno era... Difícil y no quería dejarla en el fuego cruzado, no deseaba lastimar a Alyssa por accidente.
—Vhagar, arlī bē, arlī bē (Vhagar, retrocede, retrocede) —el grito aferrándose con fuerza a las cuerdas de su silla— Sōvegon naejot dārys tegorīr (vuela a desembarco del Rey).
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