xvi. no choice
capítulo dieciséis
SIN ELECCIÓN
Cuando el príncipe Daemon apareció con una niña en sus brazos en Desembarco del Rey, se creyó que solo lo hacía para fastidiar a su hermano, pero pronto eso fue olvidado. Nunca nadie había visto al príncipe canalla de aquella forma, Alyssa era una bebé muy chillona y sus llanto era casi tan fuerte como el rugido del dragón, pero solo su padre lograba calmarla sin mucho esfuerzo. El Rey Viserys afirmo que la paternidad le sentaba bien a su hermano.
—¿La estás pasando bien? —Rhaenyra le preguntó a su hijastra mayor con diversión.
La mano de Viserys de estrelló en la boca de su hermana sin dejarla responder, por lo que Eric que se mantenía parado cerca de la puerta respondió por ella.
—Siempre se llena la boca hablando sobre la familía, así que la debe de estar pasando bien, princesa.
Rhaenyra se rio mientras Alyssa le sacaba su dedo corazón. Aegon que estaba tumbado al lado de su hermana en el suelo de la guardería la imitó y le mostró su dedo a su madre.
—¡Aegon Targaryen! —Rhaenyra lo reprendió, perdiendo todo signó de diversión.
Fue el turno de Alyssa de reír. Empujó un poco a Viserys y giro la cabeza para ver a su otro hermano.
—Eso significa te amo en Valyrio —ella le susurró con malicia.
Aegon frunció el ceño.
—Pense que te amo se decía Avy jorrāelan —el dijo con confusión. Su vocecita hizo a Alyssa sonreír.
—Pues si. Es lo mismo, si no tienes ganas de hablar simplemente puedes hacer la señal.
El levantó el dedo medio y se lo puso frente a la cara para que Alyssa lo viera. Ella se rió y rodo sobre el suelo para tomarlo en sus brazos mientras giraba.
—¡Alyssa! ¡Alyssa ten cuidado! —Rhaenyra le dijo.
Aegon se rió fuertemente y Viserys que había sido excluido de la diversión, se tiró sobre ellos haciéndolos gritar del dolor.
—¡Estás gordo! —Aegon se quejó.
Alyssa tomo a su hermano menor de la cadera mientras se ponía de pie, con un simple movimiento lo dio vuelta dejándolo boca abajo, haciéndolo gritar histéricamente.
—Alyssa —Rhaenyra le advirtió.
Ella sonrió compartiendo una mirada de complicidad con Aegon.
—¿Tu que dices Egg, lo dejó caer?
—No —Rhaenyra le dijo de forma severa, dando un paso hacia adelante.
Alyssa se movió por la guardería con agilidad. Viserys había dejado de gritar y se estaba riendo mientras Aegon corría detrás de ellos intentando alejar a su madre.
—Dejalo caer por la ventana, Alys.
—Eso es muy malvado de tu parte, Egg —Alyssa respondió con diversión, pero aún así se acercó al gran ventanal.
—Vis tiene la cara roja —Joffrey señaló, en algún momento se había acercado a la guardería por tanto escándalo y se había quedado junto a Ser Eric, que miraba a Alyssa con desaprobación.
—¿Sabes volar, Vis? —ella le preguntó al menor con diversión— si te dejo caer quizás te conviertas en un dragón, será la una forma en la que podrás salvarte.
Alyssa lo soltó brevemente fingiendo que lo iba a dejar caer, pero antes de que su cabeza tocará el suelo ella lo tomo.
—Eso es lo que se siente volar —ella dijo con diversión, dejándolo al fin en la comodidad del suelo sobre sus propios pies.
Viserys se quejó. Era el único de todos ellos junto con Rhaena que no tenía un dragón.
—¡No lo tiraste! —Aegon se quejó.
—Te tiraré a ti si sigues insistiendo —cuando Alyssa dio un paso en su dirección el se alejó corriendo, esquivando a Joffrey, Rhaenyra y Eric que se mantenían cerca de la puerta.
—Alyssa esa no es la forma de jugar con ellos —Rhaenyra le dijo, pasando distraídamente una mano por el cabello revoltoso de Joffrey que se había acercado a ella.
—Si es —ella dijo restándole importancia, mientras se acomodaba la ropa— solo que tu nunca te has llevado bien con tus hermanos, así que no lo sabrías.
Probablemente Alyssa no debería de haber dicho aquello, pero fue demasiado tarde cuando se dio cuenta.
Esas simples palabras silenciaron a Rhaenyra, por lo que Alyssa salió de la guardería, dándole a Joffrey un golpecito amistoso en el brazo al pasar mientras ser Eric la seguía.
—¿Por qué eres tan mala con ella? —Eric le preguntó mientras bajaban las escaleras.
—No soy mala con ella. Solo realista, no puede hablarme de como tratar a mis hermanos si no tiene idea. Soy la hermana mayor y ella también es una, solo que ella no se preocupa por los suyos.
—Pero es su madre...
—¿Y?
Eric puso los ojos en blanco.
—Una madre sabe lo que es mejor para sus hijos —el dijo con obviedad— amenazante con tirar a Viserys por la ventana. Obviamente no le gusta que juegues así.
—Nunca lo dejaría caer —Alyssa dijo— solo jugábamos. Tu tampoco lo sabrías.
—Yo si tengo hermanos..
—Tu nunca lo sabrías porque era un tonto.
—Desde que tus hermanas se han ido a Marcaderiva te has vuelto gruñona.
Alyssa le sonrió de costado.
—No me fastidies o te tiraré por las escaleras.
—¿Te has dado cuenta que pretendes solucionarlo todo con la violencia?
—Si, porque los tontos como tu solo entienden a los golpes.
Antes de que Dayne pudiera darle una respuesta Jace y Luke venían subiendo las escaleras y los enfrentaron.
—¿Aegon dice que Viserys casi muere? —Jace preguntó con preocupación.
—Aegon solo exageró.
—La princesa intentaba tirarlo por la ventana —Eric la delató.
Luke frunció el ceño mientras Jace negaba con desaprobación, así aunque no tenía ni un rasgo valyrio si se parecía mucho a su madre.
—¿Podemos hablar? —el mayor de los Velaryon le preguntó.
—Ire a ver a Viserys —Luke se excuso, al mismo tiempo que Ser Eric se retira unos cuantos pasos hacia atrás para darles privacidad.
—¿Que pasa? —Alyssa le preguntó a Jace, bajando las escaleras sin esperarlo.
Él se apresuró a seguirla.
—Mi madre ha comenzado a hablarme del matrimonio...
—Ah, que bueno —ella respondió con desinterés, saludando con la cabeza al guardia que les abrió la puerta para salir de la fortaleza.
—No es bueno... —el dijo con rapidez— si me caso lo nuestro ya no podrá...
Ella lo interrumpió antes de que siguiera.
—¿Lo nuestro? —Alyssa repitió con diversión, mirando hacia las cavernas a lo lejos para ver si su dragón andaba por alli— solo nos dimos un par de besos Jace.
Ser Eric que se mantenía detrás de ellos tosió y pronto se aclaró la garganta antes de quedarse en silencio de nuevo. Alyssa se volteó a mirarlo con una ceja alzada y el dio un paso más hacia atrás.
—Pero tu me gustas. Lo sabes hace mucho.
—Es solo una tontería, Jace —ella le dijo con amabilidad, poniéndole una mano en el hombro— solo fue para divertirnos. Cuando te cases podrás besar a tu esposa todo lo que se te dé la gana.
Jacaerys suspiró.
—Es mi deseo casarme contigo. Se lo diré a madre cuando vuelva a sacar el tema.
Alyssa le apretó el hombro con fuerza.
—Ni se te ocurra, Jacaerys.
—¿Por qué, no? Yo podría hacerte feliz y serás Reina algún día. ¿No te gustaría eso?
—No seas tonto. Ya lo hablamos hace años.
—Me da igual lo que los demás piensen. Eres Targaryen, y yo también por mi madre. Cuando ascienda al trono mi apellido cambiará y nuestros hijos llevarán el apellido Targaryen.
—Estas delirando, bastardo —ella le dijo, dándole una palmada en al mejilla antes de alejarse. El hizo una mueca ante el apodo— mis hijos tendrán el apellido Targaryen porque serán hijos de Egg.
—Ni siquiera te atrae Aegon. Es un niño.
—Aegon crecerá —ella respondió.
Jace la siguió.
—Tu también. Serás mayor cuando puedan casarse.
—Mejor. Podré disfrutar más tiempo de mi soltería.
—Sabes lo que dicen de las mujeres que son mayores que sus esposos. Te tildaran de estéril como lo hicieron con la primera esposa de Maegor.
—Me da igual. Aegon no necesita tener hijos, tendrá muchos sobrinos. Viviremos aquí o en Desembarco del rey y estará rodeado de niños.
—¿Y si Aegon quisiera tener hijos?
—¿Y si yo no quisiera tener hijos? —ella le preguntó elevando el tono de su voz, dándose vuelta para mirarlo— ¡Tu quieres casarte conmigo, mi padre quiere casarme con Aegon, mi tío quiere casarme con Aemond, pero nunca nadie me pregunta que es lo yo quiero! ¡¡No quiero casarme con ninguno de ustedes, no quiero casarme con nadie!!
Jace dio un paso hacia atrás ante el arrebato de furia de Alyssa y se quedó en silencio.
—¿Lo has entendido o quieres que te lo grave a fuego en el cerebro?
—¿Por qué no se lo dices a Daemon? —el preguntó en voz baja, temiendo que ella comenzará a gritarle de nuevo.
—Porque es mi padre y debo hacer lo que él me dice —ella respondió de mala forma.
—Pero el quiere lo mejor para ti. Si no quieres casarte lo entenderá.
Alyssa se acercó a él de una zancada y le dio un golpecito en la frente.
—Piensa con la cabeza, no con el corazón. Deja de ser un tonto. El mundo no funciona así. Tu mismo debes casarte, anda, ve y dile a tu madre que no quieres casarte, te hablara sobre el deber y el honor... ¿Piensas que no le dije a mi padre que no quiero casarme?
—Pero yo soy el heredero, tendre que casarme para asegurar mi linaje con hijos, pero tu...
—Soy la hija bastarda de Daemon, no necesito herederos, no heredare nada de todos modos —ella terminó por el.
—No iba a decir eso —Jace se apresuró a decir.
—¿Y que es lo que ibas a decir?
Él se quedó en silencio y Alyssa se rio sin diversión.
—Una persona como yo, una bastarda. No tiene nada si ni siquiera tengo honor. Me casare porque es lo que mi padre quiere para mi ¿Y si yo no cumplo las ordenes de mi padre en que me convierte eso? Él se arriesgo por mi. Arruinó su vida al tenerme, se hizo cargo de mi y arruinó su reputación. Hombres como el están llenos de bastardos pero nunca los reconocen, el me reconoció y me crío, si no fuera por el ahora estaría trabajando en un burdel en Volatis. Arruiné su vida, tu madre lo acepto porque lo ama pero ¿Un hombre que carga con un bastardo, una señal de que no fue fiel durante su matrimonio? Laena dudo antes de casarse con el ¿Porque crees que tuvo que fugarse para hacerlo? "Tus abuelos" odian a mi padre por eso, lo consideran un hombre deshonroso. Pero ni padre es mi héroe, sin el yo no sería nada. Nunca podría ir en contra de sus deseos.
—Es su deber criarte, Alyssa. Es tu padre —Jace dijo con el ceño fruncido— tu no le debes nada.
—No lo entenderías —ella le dijo con enojo— Fue tu madre quién te tuvo y te hizo pasar como un Velaryon. Mi padre no hizo que Rhea Royce fingiera ser mi madre. Es diferente, tu si eres un bastardo con suerte.
Jace suspiró con resignación pero antes de que pudiera hablar ser Eric se aclaró la garganta y cuando Alyssa se volteó para decirle que se callara vio a su padre que se acerca hacia ellos.
—Alyssa, acompañe a caminar —el dijo pasando a su lado.
Ella miró a Ser Eric y negó cuando el dio un paso hacia adelante, dándole a entender que no la siguiera esta vez.
Padre e hija caminaron en silencio. Alyssa temia que su padre la hubiese visto gritándole a Jace. La última vez que había tenido un arrebato así con el la habían castigado.
Caminaron hasta llegar a la playa y Daemon se detuvo, por lo que Alyssa hizo lo mismo.
—¿Que pasa entre tu y el hijo de Rhaenyra? —el pregunto con calma, mirando hacia el frente.
—Nada —Alyssa se apresuró a decir.
—¿Y por qué parecía que ibas a matarlo allí mismo?
Alyssa se quedó en silencio y bajo la mirada hacia sus botas. Descubrió que la bota derecha tenía una gota de sangre que no había notado cuando se las puso en la mañana.
—Dijo que quería casarse conmigo —ella respondió sin mirarlo.
Daemon soltó una risa estruendosa y Alyssa se atrevió a mirarlo.
—Ese chico es un tonto. Debe ser la sangre Strong que corre por sus venas. Los Targaryen no somos así de tontos.
Aunque con el paso de los años Daemon se había convertido en la figura paterna de los tres primeros hijos de su esposa, el no los quería como sus hijos. Aún había un claro distanciamiento entre ellos, hasta con sus propios hijos mantenía distancia.
Alyssa era a la única que mantenía cerca.
Daemon nunca había esperado tener un bastardo, ciertamente no era un fanático de seguir las reglas, pero siempre se aseguraba de mantenerse libre de responsabilidades, un hijo era una carga que él no quería y si tuviera uno definitivamente debería de llevar su apellido. Fue por esa razón por la que viajo a Volatis por Alyssa, nunca había pensando criarla, no era amoroso y no tenía paciencia con los bebés, pero cuando tomo a su hija en sus propios brazos no pudo despegarse de ella.
Quizás fue porque tenía los ojos de su madre o por la fuerte que le apretó el dedo índice cuando le caricio la mejilla. Pero él se la quedó, la llevó con él en el lomo de Caraxes sin importarle los reclamos de Saera Targaryen y la crío por su cuenta.
Le enseñó a hablar en alto Valyrio y a como tomar una espada de madera. Amaba a Alyssa de una forma que nunca había podrido creer que fuera posible.
Alyssa era su primera hija. Era la que se parecía a él y la que más lo amaba, nadie ni siquiera su propio hermano lo adoraba tanto como si hija lo hacía. Alyssa era su niña.
—Tengo un regalo para ti —el dijo luego de un rato— heredadas hermana oscura, pero aún faltan muchos años para eso. Por el momento mereces tener una buena espada.
El desenvaino la espada y solo en ese momento Alyssa se dio cuenta que el no tenía hermana oscura en la mano, sino una espada completa extraña.
Alyssa podría reconocer el acero Valyrio a kilómetros de distancia, pero se preguntó cómo su padre logro conseguirla. La empuñadura parecía muy incómoda, llena de rubíes y oro.
—¿Donde la conseguiste? —ella preguntó, tomando la espada cuando su padre se la tendió.
Ella misma tenía razón, la empuñadura era muy incómoda. Era como si hubiese sido creada para admirarla y no pasa blandirla.
—Se la compré a un amigo que la consiguió en unos de sus viajes.
Daemon Targaryen no tenía amigos muy buenos, así que Alyssa no preguntó más sobre el origen de la espada.
—¿Incómoda, no?
—Muy.
—Es porque era de los pomposos Lannister —Alyssa lo miro con confusión por lo que él siguió explicándole— la mayoría de las grandes casa tiene una espada Valyria que sus ancestros compraron en Valyria antes de la maldición. Los Lannister perdieron está hace mucho tiempo, mucho antes de que Aegon conquistará el reino.
—¿Esta es Rugido? —Alyssa preguntó con diversión. Ahora los rubíes y el oro tenían mucho sentido— ¿La que el Rey Tommen perdió cuando fue a saquear los restos se Valyria?
—La misma —Daemon dijo, compartiendo la misma diversión que su hija— aunque tendrás que ponerle otro nombre. Rugido es una estupidez.
—Tendre que cambiarle la empuñaduda también, así no podré usarla.
—Hueso de dragón. ¿Que te parece?
—Me gusta —Akyssa dijo, balanceando la espada para acostumbrarse a su peso— gracias Kepa.
—Lo mejor para ti, zaldrizes —el dijo inclinándose para darle un beso en la frente.
—Hiciste trampa —Ser Eric se quejó, desde su lugar en el suelo— igual que la última vez que me ganaste.
—Nadie será cortes en una pelea de verdad, Dayne —Alyssa le dijo con diversión, alejando su espada del rostro de su amigo.
La empuñadura de hueso de dragón como había sugerido su padre, había sido un gran éxito, calzaba perfecto en su mano y no era incómoda. Lo mejor de todo era que cuando Daemon lo mando a hacer, le grabaron sus iniciales al final.
Alyssa aún no le había elegido un nombre, pero Dayne había sugerido que como su espada ancestral se llamaba espada del alba ella llamara a la suya espada del fuego. Pero en su casa ya existía fuegoscuro y Alyssa no quería ser repetitiva.
—¿Planeas pelear con alguien pronto? —Eric preguntó, poniéndose de pié.
—Nunca se sabe —ella respondió, guardando su espada con delicadeza— ahora que debo volver a desembarco del rey es probable que tenga que usarla. No me molestaría usarla con el hijo mayor de la Reina.
Dayne negó con desaprobación.
—Ahora que hablas de los hijos de la Reina. Nunca me dijiste que hacías con Aemond cuando volviste a empacar.
—Me lo estaba follando, obviamente —ella dijo restándole importancia mientras se desarmaba la trenza y se ponía en marcha para dirigirse a la fortaleza.
—Alyssa.
—¿Que? —ella lo miro con diversión— ¿No me crees capaz?
—Te creo capaz, ese es el problema.
—¿Y que tiene de malo? A los Targaryen no nos importa el asunto del incesto.
—Pense que lo odiabas. ¿Desde cuándo te lo quieres follar?
Alyssa alzó los hombros.
—Desde que se puso bueno —ella se rio ante la cara de su guardián— la cicatriz lo hace más atractivo.
—¿Y el odio que le tenías?
—Aun sigue ahí. Lo odio pero no estoy ciega como él. Lo he atrapado por lo menos cinco veces mirándome las tetas, seguramente no se opondría. Una vez que lo haga volveré a odiarlo como siempre.
—¿Que número de amante será este? —el preguntó fingiendo pensarlo.
—¿Llevas la cuenta? —ella preguntó con diversión.
—Pues desde que me convertí en tu guardián si. No eres muy silenciosa y recuerda que yo hago guardia fuera de tu puerta.
Las mejillas de Alyssa se volvieron rojas y lo empujó con fuerza, haciendo reír a Ser Eric.
—Eres un mentiroso. Nunca llevo a los hombres a mi habitación.
—Por suerte. O tendría que escuchar todo.
—Seguramente ya lo sabes todo, con lujo de detalles.
El la miró con confusión.
—¿Tu príncipe no te dijo nada?
—Sabes como es él, solo dijo cosas románticas. Es muy caballeroso para dar otro tipo de detalles, además yo no le pedí ninguno.
—Me escribió un libro de poemas ¿Sabes?
—¿Realmente? —el preguntó con diversión.
—Si. Leí tres y me dio tanta pena que no pude continuar.
—Debes dejarme leer eso. La próxima vez que vayamos a Dorne me burlare tanto de el que se morirá de la vergüenza.
—Bien. Luego lo buscaré, creo que lo dejé en mi habitación en Desembarco del Rey.
—¿Cuando nos iremos?
—Despues del almuerzo.
Ser Eric suspiró.
—Entonces no almorzare o de otra forma vomitare.
Alyssa le golpeó el brazo cuando entraron a la fortaleza de Rocadragón.
—¿Que haría yo sin ti, caballero de brillante armadura?
Eric resoplo y Alyssa se rio mientras subía las escaleras para dirigirse a su habitación.
Daemon deseaba que su hija volviera a desembarco del rey nuevamente y lo mantuviera bien informado. Y como Alyssa era una hija muy obediente era lo que haría.
Pero por el momento deseaba tomarse un baño.
Al terminar de subir las escaleras se encontró con Aegon, que tenía la mitad de su cuerpo metido dentro su habitación.
—¿Que haces?
Aegon salgo en su lugar y gritó cuando se volteó y la vió.
—Nada —el dijo con rapidez e intento huir pero ella lo tomo del jubon impidiendo que de alejará.
—¿Estás fisgoneando mis cosas?
—¡No!
Alyssa entrecerro los ojos en su dirección y el no pudo más por lo que confesó.
—¡Si!
—¿Por qué? sabes que no me gusta que te metas en mis asuntos.
—Solo te estaba buscando.
—No mientras, Aegon.
—Esta bien... te hice algo y me daba vergüenzaz asi que te lo deje en la cama mientras no estabas.
Alyssa le apoyó una mano en el hombro y lo metió a su habitación, cerrando la puerta detrás de ella.
Aegon se acercó a la cama y tomo algo, escondiendolo detrás de su espalda.
—Damelo, tu mismo dijiste que era un regalo
—ella le dijo de forma amable, estirando su mano.
Con timidez Aegon dio un paso hacia adelante y le dejo el regalo en la mano.
Era un collar de cuero trenzado que tenía un pequeño colmillo.
—A Borrasca se le quebró —el murmuró— y a ti te gustan mucho las joyerías.
Alyssa sonrió. Era verdad, sus manos siempre estaban adornadas de anillos al igual que sus orejas, pero no había usado un collar desde que el que usaba se lo tuvo de dar a Aemond.
—Es el mejor collar que he tenido. Muchas gracias Aegon —ella dijo, pasándoselo por la cabeza. Una vez que el collar quedó bien ella se inclinó para dale un beso en la mejilla a su bermano— ahora yo también debo regalarte algo.
—Muña dice que no hay que espera nada a cambio. Pero si, regálame algo.
Alyssa se rió. Miró brevemente su habitación, pensado que podía darle a Aegon que le fuera interesante. Se acercó a su tocador y tomo lo primero que encontró: una cadena de oro con un dragón de tres cabezas.
—Esto me gusta —el dijo cuando Alyssa se lo paso por el cuello— nunca me lo quitare, como muña que usa el collar que Kepa le regaló.
Alyssa le desacomodo el cabello.
—Asi es, ahora vete que quiero bañarme.
Aegon se fueron corriendo, murmurando algo sobre contarle a Rhaenyra mientras ella también salía para buscar a una criada que le prepara el baño.
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