iv. an eye for a dragon


capítulo cuatro
UN OJO POR UN DRAGÓN

..Los antiguos dioses y los nuevos dicen lo mismo: no hay persona más maldita que el que mata a otro de su sangre, pero a Lady Alyssa Targaryen parecía no importarle una mancha más en su cuestionable reputación, se dice que desde aquella noche en Marcaderiva, la primogénita del príncipe Daemon sentía el deseo profundo de matar a su primo con sus propias manos.







Alyssa rodo en la cama, alejandose de la molesta mano que le sacudía el brazo, encendió aún más la cara en la almohada y tomo la colcha para taparse hasta la cabeza.

—Alys...

—Si, si puedes dormir aquí. Ahora cierra la boca y déjame dormir, Rhaena.

El silencio volvió a inundar sus aposentos y cuando Alyssa estaba a punto de volver a quedarse dormida alguien tomo su colcha y la quitó completamente de la cama.

—Alyssa alguien robo a Vhagar.

—Dejame dormir, Baela. Váyanse las dos. —ella se quejó, aún sin abrir los ojos, intentando recuperar la colcha para volver a taparse.

—¿Escuchaste lo que acabo de decir? —Baela preguntó, volviendo a empujar el brazo de su hermana mayor— Alguien robo a Vhagar.

Alyssa se sentó en la cama alejándose bruscamente del agarre de su hermana. Cualquier rastro de sueño se alejó cuando se paso una mano por la cara.

—No seas tonta, Baela. Nadie puede robar a un dragón.

Baela arrugó la nariz, detestaba que su hermana la viera como una chiquilla tonta, Alyssa realmente nunca tomó sus opiniones o sus consejos, usualmente solo las rechaza porque ella era menor y no tenía idea sobre nada. Pero está vez tenía razón y quería que su hermana la escuchara.

—Pero lo han hecho.

La luz de la luz de la vela que traía Rhaena iluminó el rostro de las tres hermanas. Alyssa y Baela compartieron una larga mirada.

—Un dragón no puede ser robado. El idiota que se acerque con esas intenciones morirá gritando bajo el fuego de Vhagar. Los dragones solo pueden ser reclamados —Alyssa les dijo a sus hermana poniéndose de pié. Al mismo tiempo que un fuerte rugido se escuchó por todo el lugar.

La mayor giro sobre sus talones, perdiéndose por completo la mirada de horror de sus hermanas. Alyssa se acercó a la ventana solo para ver a Vhagar surcando por los cielos con la clara figura de alguien en su lomo.

—¡Alguien lo reclamó! —ella murmuró con fastidio— ¡Alguien se atrevió a hacerlo cuando aún ustedes están de duelo!

Alyssa se volteó para ver a sus hermanas, esperando que compartieran la misma furia que ella por aquella asquerosa falta de respeto por la mujer que la había criado como a una hija, pero sus hermanas la estaba mirando con temor.

—¿Qué? —ella espetó con brusquedad.

—Alys... ¿Te estás muriendo? —Rhaena preguntó, sus ojos comentaban a lagrimear mientras miraba a su hermana mayor.

La chica frunció el ceño y bajo su mirada para ver lo que sus hermanas estaban mirando. Su propia ropa se dormir estaba manchada de sangre entre sus muslos.
Sin pudor alguno Alyssa levantó el fino vestido y se miró las piernas que tenían rastros de sangre.

—¿Que está pasando, Alys? ¿Por qué estás sangrado? ¿Debo ir a buscar a nuestro padre?

—No —Alyssa murmuró, restándole importancia, ella tomo la parte baja del vestido y se limpio las piernas con eso, ensuciando aún más la ropa de dormir blanca— no es nada, estoy bien.

Bajo la atenta mirada de sus hermanas Alyssa se dirigió a su tocador y tomo la daga que su padre le había regalado, miró brevemente a su cama solo para notar que sus sábanas también estaban manchadas con sangre.

—Vamos.

—¿A dónde? —pregunto Rhaena, trotando para acercarse a su hermana que estaba abriendo la puerta de sus aposentos.

—A asesinar a esa sucia cucaracha. Haré que las miré a los ojos y que les pida perdón por deshonrar la memoria de su madre antes de que lo mate... reclamar a Vhagar cuando su jinete a muerto hace apenas unas horas... Deshonroso.

Las gemelas siguieron en silencio a su hermana por el pasillo, aún preocupadas por la sangre en su ropa de dormir.

—¿Realmente reclamo a Vhagar? —Rhaena volvió a preguntar, en su voz se podía notar la decepción y la tristeza, por lo que Alyssa freno y le puso una mano en el hombro para brindarle consuelo.

—Tranquila, Rhae. No será su jinete por mucho tiempo.

—¿Cómo lo sabes? —Baela se aventuró a preguntar.

—Porque un jinete muerto no puedo volar sobre un dragón.

A veces, a Rhaena y Baela le aterrorizada pensar a hasta que punto podría llegar su hermana, no había dudado al agarrar la daga y su voz no tembló ni una vez cuando afirmo que mataría al ladrón.
Ambas habían corrido en busca de su hermana porque sabían que ella tendría la solución para el problema, pero no pensaron que la solución implicaría la muerte de alguien.

—¿Que tal si buscamos a los chicos primero? —sugirió Baela.

Alyssa frunció el ceño y se volteó a ver q su hermana.

—¿Que chicos?

—A Jace, creo que el nos puede ser de ayuda.

—¿El bastardo de nuestra prima? —ella preguntó con burla— ¿en qué podría ayudarnos? Nos estorbara.

—Por favor Alys.. necesitamos toda la ayuda posible y tu ya estás herida.

—No estoy herida —ella se quejo, su mano que aún se mantenía sobre el hombro de su hermana se apretó con fuerza, como su padre hacia con ella— solo soy una maldita mujer y tu pronto estarás maldita de la misma manera.

Los ojos de Rhaena comenzaron a lagrimear y Alyssa la soltó, dejando escapar un suspiro de resignación.

—Dioses... bien, vamos a buscar a esos tontos.

Baela les mostró el camino y Alyssa procuro volver a limpiarse la sangre que tenía en las piernas durante el camino hacia donde los hermanos Velaryon dormían.

Rhaena estaba a punto de golpear la puerta pero Alyssa se adelantó y abrió la puerta.
Ella se acercó a la cama que estaba más cerca y tomo la pierna de la persona que dormía ahí y la apretó con fuerza.

El mayor se los hijos de Rhaenyra se despertó soltando un quejido.

—¿Que haces? ¿Por qué hiciste eso?

—Es hora de que te conviertas en un hombre. Ponte de pie y busca un arma. Ahora.

Jace frunció el ceño pero de todas formas se puso de pie.

—¿Que está pasando? ¿Por que debería de necesitar un arma?

—Alguien se robo a Vhagar —Rhaena informó, aún sin creer que alguien podría haber sido tan cruel como para reclamar al dragón de su madre justo después de su funeral.

—¿Qué?

—¿Este es tu hermano? —Alyssa preguntó, mirando al más pequeño que aún seguía en la cama. Ella se acercó a él y le dio una palmada en la pierna— Vamos, levántate perezoso. Hoy tendrás el honor de presenciar como le quiero la vida a una persona.

Lucerys frunció el ceño y compartió una mirada con su hermano. Alyssa se acercó a la puerta, esperando con impaciencia que Jacaerys tomara un arma.

Esta era la oportunidad perfecta, Alyssa no podía dejarlo pasar. Haría respetar el honor de sus hermanas y le quitaría la vida a una persona, de esa forma le demostraría a su padre lo que era capaz de hacer, que su entrenamiento no había sido en vano y que podría convertirse en una gran guerrera. Ahora más que nunca Alyssa necesitaba que su padre lo supiera, por qué la sangre que manchaba su ropa de dormir afirmaba que estaba lista para ser entregada a algún señor para que la llenará de bebés, pero si ella era una guerrera su padre no la enviaría lejos.

Los cinco se pusieron en marcha, todos siguieron a Alyssa ya que era la mayor y la que al parecer tenía un plan.

No tuvieron que caminar mucho para encontrar al nuevo jinete de Vhagar.
Aemond se acercó a ellos caminando con seguridad.

—¡Es él!

—Si soy yo —él dijo con orgullo.

—Vhagar es el dragón se mi madre.

—Tu madre está muerta. Vhagar tiene un nuevo jinete.

—No por mucho tiempo —Alyssa murmuró con una sonrisa perversa mientras que Rhaena decía:

—Yo tenía que reclamarla —afirmó.

—Entonces debiste hacerlo. Tus primos te encontrarán un cerdo para volar. Te quedaría bien.

Alyssa no fue capaz de retener a su hermana que se escabulló para darle un golpe a su primo, pero Aemond no se quedó atrás y se lo devolvió, haciéndola caer hacia atrás.

Con una nueva furia que despertó en su interior, Alyssa se acercó a Aemond a grandes zancadas, lo tomo de la capa y  dio un golpe de lleno en la cara con todas sus fuerzas que lo hicieron caer hacia atrás.

—Le pones de nuevo una mano encima a mi hermana y sera la última vez que tengas manos, porque te las cortaré. ¿Me escuchaste, idiota?

—¡Tu no te metas, bastarda! —Aemond se levantó con rapidez y le dio un golpe justo en la nariz haciéndola retroceder.

Baela fue la siguiente en unirse a la pelea y sufrió el mismo destino que su hermana mayor.

—¡Si se atreven a golpearme de nuevo haré que mi dragón las devore!

Alyssa se llevó una mano a la nariz, le dolía terriblemente y cuando se miró la mano descubrió que estaba cubierta de sangre. Miró brevemente a Baela que se quejaba a su lado.

Jacaerys paso sobre ella y también golpeó a Aemond.

—¿Están bien? —Alyssa les preguntó a sus hermanas.

Cuando verificó que ambas estuvieran bien, Alyssa también se unió a la pelea. Parecía un poco injusto, Jacaerys, Lucerys y Alyssa contra Aemond. Pero las peleas nunca eran justas, su padre bien se lo había enseñado.
Entre los tres derrumbaron a Aemond y comenzaron al golpearlo, Baela y Rhaena se quedaron al margen, las niñas bien sabían que su hermana era muy bruta y cuando golpeaba lo hacía con mucha fuerza, por lo que con ella bastaba y sobraba.

Aemond logro sacarse a Jacaerys de encima dándole una patada. Alyssa se paro sobre él y le piso la pierna tan fuerte como pudo haciéndolo gritar.

Tks tks... ¿Atacar a un príncipe en línea directa para heredar el trono? ¡Que vergüenza! —Alyssa disfrutó de escuchar a Aemond gritar, por lo que enterró la bota más fuerte— supongo que deberás morir por cometer tal traición.

Alyssa se inclinó para tomar la daga que estaba oculta en su bota y Aemond se beneficio del descuido empujándola antes de tomar a Lucerys del cuello.

—Morian gritando en llamas como lo hizo su padre, bastardos —Aemond les dijo a sus sobrinos, amenazando al menor con una piedra.

—Mi padre está vivo —Lucerys lloró.

—El no lo sabe ¿Verdad, lord Strong?

Alyssa que usualmente encontraba diversión en las bromas sobre los bastardos, esta le pareció terriblemente patética. Lucerys que tenía más o menos la edad de sus hermanas lloraba, obviamente no sabía sobre su herencia y Aemond se regocijaba por eso.

—Un bastardo al que le nació un dragón en su cuna —Alyssa se encontró defendiéndolo, dejando ver su daga— ¿No serás tu el bastardo aquí? Ciertamente bien podrías ser uno, deshonrado la memoria de Laena Velaryon de tal forma, reclamando a su dragón cuando aún sus hija lloran por su muerte.

Aemond soltó a Lucerys y se aproximó a ella con la pierda en alto.

—Vhagar se conecto conmigo, yo...

—Porque es vieja y al ver tu cabello largo pensó que eras Visenya. Dime, querido primo  ¿Acaso realmente obedece tus órdenes? O aún mejor ¿Cuando crees que se dará cuenta la vieja Vhagar que solo eres un idiota Hightower que no es merecedor de tal dragón?

Jacaerys también saco su daga pero Aemond estaba tan molesto con su prima que no le prestó atención, se fue contra Alyssa con intención de golpearle la cabeza con la piedra. Pero Alyssa que había añorado toda su vida con una lucha de verdad, movió su daga, haciendo un largo corte en el brazo en el que él sostenía la piedra.

Aemond se quejó, no soltó la piedra pero uso su otra mano para tocar su herida.

—¡Bastarda! ¿Cómo te atreves?

—¡No la llames así! —Jacaerys se aproximó con la daga en alto pero Aemond lo empujó haciéndolo caer. La daga también cayó y mientras Aemond se acercaba a Jacaerys con la piedra, Alyssa vio por el rabillo del ojo que Lucerys tomaba la daga.

Sonriendo con malicia, Alyssa se agachó para tomar un puñado de arena y se lo lanzó a Aemond en la cara.

—¡Ahora! —ella le dijo, alertando al más pequeño de los Velaryon.

Fue rápido, Lucerys se aproximó y con un golpe limpio, le desgarro la cara. Aemond se tiró hacia atrás quejandose mientras Lucerys se acercaba a su hermano.

Alyssa apretó su daga y se acercó a Aemond, lo tomo de la ropa y lo dio vuelta. El tenía su mano sostenido parte de su cara, pero la sangre se le escurría por los dedos.

—El único que morirá gritando serás tu.

Cuando Alyssa presiono la daga sobre el cuello de Aemond alguien la tomó de la cintura y la levanto.

—¡Quédese quieta, detengase de inmediato!

—¡Déjame! —Alyssa gritó, moviéndose, esperando zafarse del agarre del guardia— ¡Lo sacrificaré para que no sienta más dolor! ¡Es un acto de benevolencia!

El guardia la sostuvo con fuerza y la alejó de Aemond.

—¡Llévala ante el rey! ¡Quiere matar a un príncipe!

—¡A ti también te mataré si no me sueltas! —ella lo amenazó.

Pero no la soltaron y fue excesivamente custodiada hasta que llegaron a un gran salón. El Rey y su esposa tardaron en llegar pero cuando la Reina vio a su hijo soltó un grito con horror, haciendo que al fin, Alyssa dejara de intentar escaparse, para en su lugar soltará una risita.

Sus hermanas que estaban paradas a su lado, la miraron pidiéndole que guardara silencio pero Alyssa sonrió ampliamente cuando la reina se volvió a mirarla.

—¿Tu hiciste esto? —la mujer le preguntó, aún sin alejarse de su hijo

Alyssa respondió su pregunta con otra.

—Una obra de arte ¿No lo cree usted, su majestad?

Aemond le murmuró algo a su madre en voz baja.

—El joven príncipe fue atacado por sus primos, majestad.

Alyssa miró a tu tío. Estaba lejos de parecer una figura de autoridad, pero cuando miro en su dirección, ella se llevó una mano a su nariz, fingiendo que le dolía muchísimo.

—¡Juraron proteger y defender mi sangre!

—Lo lamento su majestad, la guardia real nunca ha tenido que defender a los príncipes de príncipes.

—¡Esa no es un respuesta!

Alyssa sonrió con diversión.

—¿Va a sanar, no?

—La piel sanará pero el ojo está perdido, su majestad.

La mayor de las hijas de Daemon, se volteó a mirar a Lucerys que parecía aterrado. Ella le sonrió enormemente y él se escondió detrás de su hermano.

La atención de Alyssa se dispersó rápidamente cuando la reina golpeó a su hijo mayor.

Los Velaryon llegaron luego y sostuvieron a sus nietos con cuidado, Rhaenys se quedó con las gemelas mientras Lord Corlys se preocupaba por los hijos de Rhaenyra. Alyssa quedó en el medio sin nadie más que el guardia que estaba detrás de ella esperándo que enloqueciera nuevamente.

Rhaenyra y Daemon llegaron juntos, pero se alejaron con rapidez. La heredera se dirigió a su hijos y Daemon empujó al guardia para posicionarse detrás de su hija.

—¿Que te hicieron? —él preguntó agarrándole la cara con cuidado.

—Nada —ella murmuró con indiferencia, aunque la nariz le dolía un poco no quería que su padre la viera como una niña débil—  no fue nada comparado con como quedó mi adorado primo.

Daemon levantó la cabeza para examinar a Aemond.

—Casi lo mato, Kepa —ella murmuró con emoción, pero su padre la silencio rápidamente cuando algunas personas se voltearon a verla— estaba defendiendo a mis hermanas.

—¿Que les hizo a tus hermanas? —el preguntó, mirando por primera vez a sus otras dos hijas.

Pero Alyssa no pudo contestar porque el rey exigió silencio.

Daemon le apoyó una mano en el hombro y la guió hacia un costado, casi cerca de la puerta alejándola de las miradas curiosas. Le pasó una mano por la mejilla, intentando quitarle un poco de sangre.

—¿Te lastimó en algún otro lugar? —él le preguntó, examinandola.

Alyssa bajo la vista para mirar su ropa de dormir que estaba toda sucia y llena de sangre.

—Tuve mi primera sangre esta noche.

Daemon se quitó la capa y la envolvió alrededor de su hija para tapar su vestido.

—Hiciste que tu oponente sangrara por primera vez también esta noche ¿Eh? —el dijo con diversión, acomodando el cabello de su hija.

Alyssa soltó una risita y se apoyó contra su padre, permitiendo que él le hiciera caricias en el cabello.

—Tendré la verdad de lo que pasó. Ahora.

—¿Qué más hay que escuchar? Tu hijo fue mutilado —la reina le dice a su marido. Luego señala a Lucerys— y su hijo es el responsable.

—Fue un desafortunado accidente.

—¡¿Accidente?! Lady Alyssa llevaba una daga y el Príncipe Lucerys la uso. Los guardias la escucharon amenazar de muerte a mi hijo.

Alyssa se mantuvo muy tranquila ante tal acusación, era verdad, pero el Rey Viserys no lo creía, pensó que no era probable su adorada sobrina, que se parecía tanto a su propia madre, fuera capaz de tal cosa, estando ella misma manchada de sangre y adolorida.

—Fueron mis hijos los que fueron atacados y obligados a defenderse —Rhaenyra dijo— Les lanzaron viles insultos.

—¿Qué insultos? —pregunto el Rey.

—La legitimidad del nacimiento de mis hijos ha sido cuestionada en voz alta.

—¿Qué?

—Nos llamó bastardos.

—Mis hijos están en línea directa para heredar el Trono de Hierro, Su Excelencia. Ésta es la mayor traición. El Príncipe Aemond debe ser interrogado severamente para que podamos descubrir dónde escuchó tales calumnias.

La escena que se desató a continuation fue muy divertida para Alyssa, pero cuando la reina decidió que iba a hacer justicia con su propia mano, su padre se adelantó a sostener a un caballero de la guardia y empujó a su hija para que cuidara de los hijos de su prima en medio del disturbio.

Luego de lo que habían pasado juntos, Alyssa había decidido que los hijos de su prima le agradaban, así que no protesto cuando su padre le ordenó aquello.

—Creo que en realidad nunca nos presentamos correctamente —Alyssa murmuró, apoyando una mano en el hombro de Lucerys como hacia con su hermana menor mientras le regalaba una enorme sonrisa a Jacaerys— soy Alys.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top