Esto me pasó hace bastantes años atrás (6 o 7 años), yo me encontraba viendo la televisión tranquilamente hasta que la nación de fuego, quiero decir, el hambre atacó.

Estaba desesperado, no sabía que hacer salvo comer (y que más quisieras tonto, bruto, idiota, mongólico, animal, asno, infeliz, mal parido, boludo, pelotudo, gilipollas, coño de madre, etc, etc, etc.) por lo que decidí salir a realizar una incursión a la cocina en busca de algo para comer. Al llegar a la cocina me topé con el refrigerador, de inmediato lo abrí, pero fui brutalmente atacado por la puerta del Freezer (que estaba suelta), pero logré esquivarla a tiempo, luego de esa breve pero épica batalla procedí a revisar su había algo bueno para comer, vi el jamón, vi el queso, vi la mantequilla... parecía que mi decisión era obvia, pero luego miré a la panera y me dí cuenta de que faltaba el ingrediente fundamental, la argamasa de magno proyecto, faltaba el pan, de inmediato las alarmas se encendieron en mi cabeza y tuve que abortar la misión.

Desilusionado y destrozado por dentro (como si todo el material rodante del metro de CDMX o NYC me hubiese pasado encima) tuve que conformarme con el plan B, las frutas. Vi el frutero y me di cuenta que estaba repleto de voluminosas, rojas y brillantes manzanas, sin dudarlo tomé la de "mejor aspecto" y corrí a mi habitación cual bandido del lejano oeste. Una vez en mi habitación procedí a comer la manzana:

Primer mordisco: Todo era normal, la manzana tenía un sabor dulce y una textura arenosa (en Chile le decimos harinosa) tal y como me gustaba (así es, me gustan las manzanas un poquito pasadas de maduración).

Segundo mordisco: Todo en orden, no había nada del otro mundo, la verdad estaba exquisita y procedí a darle el tercer mordisco.

Tercer mordisco: Algo de se rompió en mi, toda esa fiesta psicodélica y colorida que tenían mis papilas gustativas terminó de golpe cuando un sabor amargo y tóxico invadió mi boca, de inmediato escupí ese trozo pútrido e infecto de todo el mal del infierno y procedí a revisar la manzana para determinar la causa de aquel horrible sabor, fue entonces cuando vi que el interior de la manzana estaba completamente podrido, de un color café oscuro casi negro, pero el horror no terminó ahí, me acerqué a la ventana para tener un poco más de luz y lo que vi me perturbó para siempre, es algo que no le deseo ni al peor de mis enemigos (toda la humanidad), era... era... era un horrible gusano de color café y verde que estaba retorciéndose en el interior putrefacto de la manzana, el asco no tardó en hacerse evidente junto con las nauseas, salí corriendo al patio de mi casa para hacer lo que cualquier persona normal haría con una manzana en esas condiciones; Aparté a mis perros, agarré una pala y sin dudarlo ni un segundo procedí a golpear al gusano bastardo con la pala con todas mis fuerzas y con una furia demoníaca e infrahumana hasta que luego de unos minutos lo que se suponía que era una manzana y un gusano, no eran más que una masa amorfa y jugosa en el piso del patio de mi casa, luego saqué esa cosa horrible de ahí y la dejé en la huerta de mi padre para hacer compost.