No le costó mucho encontrar la salida de aquella casa en su maratónica huida, los guardias estaban avisados que los visitantes no eran ni hostiles ni de cuidado por lo que al ver a la adolescente correr con todas sus fuerzas no sabían bien cómo reaccionar, y era peor cuando veían a su jefe correr detrás de ella con una expresión preocupada, si fuera algo importante ya lo hubiese notificado a todo el personal por lo que no sabían si intervenir o no.

Para todos aquellos que veían tal escena no sabían cómo reaccionar, era la primera vez que veían tan alterado a aquel que tanto miedo y respeto infundía con su mera presencia.

Una vez fuera de la estructura, lily empezó a bajar la velocidad y se detuvo al contemplar el cielo nocturno y la nieve ahora caía con algo de ímpetu sobre la ciudad, no había pensado bien su actuar y ahora el gélido aire local le estaba cobrando pese al poco tiempo que llevaba fuera.

En ese momento ella no quería pensar, no quería sentir, ver su rostro era doloroso, podía sentir que en su mirada solo veía a una chiquilla más, no había nada especial entre ellos.

No había vínculo, no había hermandad.

No eran nada.

Era solo un sujeto de rasgos parecidos a su hermano y con el nombre de este.

Pero no era su hermano.

Su hermano ya no existía.

Pensando esto sus piernas fallaron, eran incapaces de sostener su propio peso, no le importaba caer en la fría nieve que cubría aquella zona, aquello que tanto temía durante mucho tiempo ni siquiera podría pasar, para odiar a alguien debes sentir algo por este.

Pero entre ellos no había nada.

Y eso era peor que el odio.

Lentamente se permitió sentir pena, lentamente se permitió perder la esperanza, lentamente quiso dejar de pensar, esto era el golpe final que su corazón necesitaba, por más que quisiese negarlo sentía que aquel desconocido alguna vez fue aquel chico que tanto amor le había entregado y que ahora era menos que una conocida, las lágrimas empezaron a desbordar sus ojos y se permitió llorar.

Acaso servía intentar fingir que era feliz a este punto? Ya no lo valía.

Sus esperanzas respecto a relacionarse con otras personas se rompía junto a su corazón, todas sus ideas, pensamientos, intenciones acumuladas durante tanto sonaban en su mente recordándole que no era nada y nadie quería nada de ella.

No era necesitada.

No era querida.

Estaba sola.

Siquiera su familia la quería, probablemente sus padres estaban obligados a estar con ella debido a que era una menor de edad, sus hermanas estaban junto a ella ya sea por sus padres o por lastima, sus amigos posiblemente por lujuria o sacar alguna clase de ventaja, ya no podía confiar en nadie y solo podía gritar como si su ser más querido hubiese muerto justo en sus brazos, técnicamente sus esperanzas morían lentamente mientras buscaba algo de consuelo y calor en sus propios brazos ahora cubiertos por una fina capa de nieve.

Ante esto pudo escuchar algunos pasos tras ella, pudo sentirlos de antes, pero a medida que los pasos se acercaban estos disminuían su velocidad e intensidad, podía notar la duda en cada paso como si esta persona no supiera lo que estaba haciendo, no estaba en la capacidad de defenderse o volver a huir, en el fondo y aun sin voltear u oír su voz sabía quién era, así que simplemente lo dejaría hablar, lo dejaría ser, ya no importaba.

- Lincoln (voz suave): sabes, desde hace años he tenido un sueño que se repite constantemente, algo que no soy capaz de entender pero tampoco de olvidar.

- Lily (voz rota): déjame adivinar, sueñas con una gran familia, una familia con la que eras feliz pero eres incapaz de recordar.

- Lincoln: para nada

- Lily (confundida): eh?

- Lincoln (voz suave): hace muchos años me encontraba solo, casi desamparado, no tenía recursos, conocidos o siquiera esperanza, nevaba tal como ahora y no sabía si despertaría al día siguiente – suelta una pequeña risa vacía – todavía recuerdo como ardían mis pies descalzos en la nieve

- Lily (molesta): por qué me cuentas esto? Quieres que empatice con tu pasado y entienda porque no nos recuerdas? Que tienes un trauma tan grande que solo recuerdas tu vida actual

- Lincoln (voz tierna): no pido que me entiendas, ni siquiera pido que me creas, solo te pido que me escuches un momento

Al decir esto pone una mano en la cabeza de lily, esta no lucha contra ello, su cuerpo helado sentía la calidez de esa mano, aún después de la traumática experiencia por la que había pasado hace poco sentía calidez y protección en esa mano que ahora cubría su cabeza.

- Lincoln (voz suave): aun en esos momentos terribles de mi vida cada vez que soñaba podía ver a una pequeña, una pequeña que mi corazón se negaba a olvidar – empieza a acariciar la cabeza de lily – tuve que hacer cosas que no quería por mera supervivencia hasta que ya me fue indiferente, hice promesas a personas que me transformaron en quien soy hoy y conocí a gente que actualmente son mi felicidad – deja de acariciar la cabeza de lily y se agacha para estar al nivel de lily – pero algo que jamás olvide fue la sensación de que una pequeña me esperaba

Al escuchar esto lily no pudo evitar voltear su mirada y verle directamente a los ojos.

- Lincoln (voz suave): al principio cuando conocí a mi esposa y tuve a mi primera hija, cuando la vi, sentí ese calor y cariño que recordaba, creía que era una añoranza en mi interior sobre mi hija, incluso por ello termine mimándola un poco – se ríe levemente, a lo que lily no puede evitar soltar una leve risa – pero no era lo mismo

- Lily: a que te refieres?

- Lincoln: no era lo mismo, podía ser una sensación similar pero no era lo mismo, era un amor tan intenso como el que mi cuerpo y corazón recordaban, pero era simplemente diferente

- Lily: entonces...

- Lincoln: sabes – la toma de los hombros para que queden mirándose frente a frente – no lo entendía hasta hace unos momentos, pero pude comprender aquello que mi alma necesitaba

- Lily (a punto de llorar): a-ac-aasoo – un nudo se forma en su garganta – a-acasoo me-e recu-uerdas?

- Lincoln (a punto de llorar): lamento haberme demorado tanto lily, has crecido tanto – la abraza

Lily pudo sentir en aquel abrazo más que el contacto de su cuerpo con aquella persona, habían múltiples sentimientos acumulados en ese contacto, pero sobre todo había una enorme melancolía, el dolor de un sentimiento que se creía extinguido y olvidado por toda una vida junto a una enorme calidez, un sentimiento tan puro de nostalgia y reencuentro.

La nieve que ahora los cubría ya no importaba, ambos habían encontrado una calidez que creían había desaparecido hace años el uno del otro.

Habían encontrado aquello que jamás pudieron olvidar.

Habían encontrado a su familiar perdido.

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Esta vez no sé qué decir, el capítulo me salió del corazón, solo espero que les guste.