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—Conseguiré un guía espiritual, incluso si debo hacer lo imposible —aseguró para sí mismo Gon, no le importaba los medios sino los resultados, quería poder borrar la expresión de decepción en los ojos su peliblanco padre y mostrarle a todos su potencial.
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El día de hoy en las clases habían enseñado precauciones básicas, en éste caótico mundo mágico es algo casi natural que las brujas y hechiceros sientan orgullo por tener habilidades sobrenaturales, más entendían que debían permanecer ocultos, sin embargo habían excepciones y en las primeras horas el profesor Knov explicó como personas normales torturaban a las personas como ellos por las diferencias. Quizás era un tema demasiado explícito pero debían entender la responsabilidad que recaía en sus hombros, por tan solo algún idiota todo el mundo mágico puede ser severamente perjudicado. También explicaron la magia oscura, varios hechiceros por la codicia desearon poseer más, realizando hechizos prohibidos, éstos se conocían como magia oscura; requiere una gran cantidad de magia y los sentimientos negativos influyen. Mejor dicho, son hechizos donde la cantidad de cosas negativas que posee el usuario influyen al momento de realizar un hechizo, pueden resultar cosas problemáticas y por eso la concentración es un gran requerimiento para las prácticas.
Con las primeras clases finalizadas se dio paso al recreo, donde los pequeños grupos de amigos se juntaban para descansar y jugar un poco. Consiste en un enorme patio de baldosas grises y algunos sauces llorones adornando el contorno del lugar, también habían varios asientos de madera y mesas del mismo natural material.
—¿Todavía no aprendiste la invocación?
y dale con eso, pensó el pelinegro con puntas verdes.
—No, Neon, aún no.
—¿En serio? Pero si es algo muy fácil —a pesar que parecía burla la pelirosa hablaba en serio, ella es una bruja de bajo rango y aún así en ocho días fue capaz de realizarlo e invocar a un bello cisne que ahora descansaba en un asiento a su lado.
—Neon no te burles —le regañó con el ceño levemente fruncido Retz, novia de la pelirosa.
—Gracias Retz-chan, Neon dentro de poco podré realizar la invocación y tendré a un guía espiritual fantástico —con seguridad habló, y los demás que oyeron sus palabras le sonrieron en señal de apoyo.
Casualmente al terminar esa oración la campana que anunciaba la finalización del receso y el comienzo del resto de las clases sonó, las dos muchachas se despidieron y entre risas y suaves empujones se retiraron para entrar a su aula correspondientes, dejando a Gon, Kurapika y Leorio a solas.
—Ya lo podrás hacer —intentó animar el rubio y la pequeña ardilla asentía mientras acomodaba su pequeña corbata, provocando una sonrisa de ternura en los labios del Kurta.
—Lo haré hoy sí o sí —contestó decidido y el dúo dejó lo que estaba haciendo para centrarse en él, ambos lo miraban con duda.
—No apresures las cosas. —advirtió el ojigris —Podrías cometer un error fatal.
—Sí sí —realmente no estaba prestando atención, su mente estaba concentrada imaginando los posibles seres que podrían aparecer al realizar la invocación con éxito.
Y sin compartir ninguna palabra más, ambos partieron rumbo para su siguiente clase con el profesor Knuckle y su pareja Shoot, éste dúo enseñaba habilidades físicas, es decir los estrenaban para futuras peleas de cuerpo a cuerpo; taijutsu. Es bueno que se sepan defender en el caso que los descubran.
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Gon jadeaba cansado y con su puño derecho le golpeó la mejilla a su mejor amigo, ganando el entrenamiento que consistía en enfrentamientos de uno contra uno para fortalecer sus habilidades físicas.
—¡Muy bien, Gon gana! —anunció con su clásico tono alto de voz el profesor pelinegro, el resto de alumnos lo miraron levemente y solo Leorio, quien se encontraba en el público, aplaudió.
Es bastante irónico como la gente ignora los logros de Gon pero ante sus fracasos son los primeros en reaccionar
El ojimiel ayudó a su amigo a levantarse y ambos se sentaron en las gradas junto con la ardilla, quien orgullosamente levantaba dos pequeñas botellas para hidratarlos. Ambos agradecieron con un asentimiento y el rubio le acarició la cabeza al roedor.
—Ambos estuvieron bien —les halagó Shoot acercándose. —Gon debes trabajar más, tus golpes son impulsivos y a pesar que son efectivos también recibes daños de ellos, no tiene sentido dar un ataque en el cual resultarás igual de herido —se aclaró la garganta para proseguir —Y tú, Kurapika, debes dejar de sobre pensar. Tratas de analizar a tu oponente en todo momento y eso esta bien, pero puede que en el futuro te veas en la obligación de enfrentarte como alguien igual de impulsivo e imprevisto como Gon, sus golpes son impredecibles y por ende no podrás seguir su próximo ataque. En ese caso debes dejar de analizar y usar tu fuerza.
—¡Sí! —contestó con entusiasmo el más pequeño en edad.
—Hm —asintió el rubio y se relajó en el asiento para ver el siguiente enfrentamiento.
—Bueno, los dejo —se despidió el profesor y se dirigió con su pareja, quien lo recibió con leve abrazo, sacándole chillidos a las brujas que presenciaron la situación.
—Entonces —inició la conversación Leorio —Deben entrenar más.
La verdad que ni él sabía de que hablar, pero no le gustaba quedarse en silencio mucho tiempo.
—Sí —respondieron ambos.
—Pues me veo en la obligación de seguir acompañándolos —con fingida tristeza habló —Haremos horas extras de ejercicio.
—¿Haremos? Suena como si hicieras algo —lo acusó Kurapika.
—¡Vigilar sus asientos y servirles agua es un gran trabajo considerando mi tamaño! —se defendió y puso su "mano" en su pecho.
—Ajá.
—¡En serio! Y además —un brillo apareció en sus ojitos —Las chicas de acá son hermosas, no me molesta pasar más horas viéndolas entrenar.
Y ya salió su verdadera manía, las mujeres son el punto débil de la lujuriosa ardilla, donde estén tengan por seguro que él estará.
—¡Retira eso, Leorio! —con enfadó le regañó el dueño, ya habían discutido sobre esas manías y la ardilla había prometido no volver hacerlo, pues al rubio le incomodaba oír como esa libidinosa guía hablaba sin escrúpulo alguno sobre el sexo opuesto.
Gon solo se carcajeó, era algo normal estas leves discusiones en sus mejores amigos.
•°•°•°•
El pelinegro de puntas verdes se tiró en su cama, el suave colchón en su espalda era todo lo que necesitaba después de unas largas clases mágicas. Se estiró hasta oír el crujido de sus huesos y satisfecho decidió cerrar sus ojos para poder descansar el resto del día. La verdad no tenía ganas de hacer algo y eso es raro considerando su energética personalidad, todos tenemos días donde la vagancia nos supera.
La invocación.
Las palabras de su maestro Morau hicieron acto de presencia en su mente. Había prometido que este día lo lograría, había sido una decisión apresurada considerando que lleva ya largo rato intentándolo sin resultado alguno. Se abofeteó las mejillas dejándolas de un color carmín y todo rastro de cansancio fue reemplazado por determinación, iba a intentarlo, no, iba a lograrlo.
Se despidió de su cómoda cama para abrir los cajones del mueble de madera color blanco que yacía en la esquina izquierda de su pieza. Ahí habían varios gruesos libros con diversas instrucciones básicas, eran hechizos que habían pasado por las manos de los miembros de su clan hasta llegar a las suyas, estaban llenos de la gran diversa experiencia de su padre y las anotaciones de Kaito y Mito, eran reliquias. Sin embargo esos no eran los que precisaba en estos momentos. Hizo a un lado sus clásicos conjuntos verdes -porque sí, Gon tiene varias prendas de vestir con el mismo diseño, ni una diferencia había en ellas aunque el juraba que si- y se asomó un libro más delgado que los otros.
Ya con el libro en las manos lo analizó -a pesar que sabía lo que era- y con sus delgados dedos rozó la portada de terciopelo. Lo abrió encontrándose con el índice y de manera mecánica deslizó página por página hasta encontrar la que buscaba.
La invocación.
Es un hechizo de bajo rango que perdura por varias décadas, en el aceptas por medio de un pacto de sangre a un ser que tomará el rol de guía espiritual para el resto de tu vida. Advertencia: no ponerlo en práctica con emociones negativas.
Gon leyó el breve resumen que portaba la página número sesenta y seis. Se lo sabía de memoria pero siempre era bueno releer por si las dudas o al menos eso decía su tía.
—Manos a la obra —se habló a sí mismo y siguió leyendo los párrafos que dictaban los ingredientes necesarios.
•Velas blancas y rojas.
•Fuego.
•Agua.
•Sal.
•Y lo más importante: concentración
Fue a buscar en la cocina los elementos, en la mesada se encontraba la sal, no era necesaria algún tipo de sal especial, la magia se encarga. Sirvió en un balde varios litros de agua de la canilla, el agua al ser un elemento puro servía para que, en caso de algún fracaso, se pudiera limpiar la zona, el agua servía para poder prevenir la magia oscura. Las velas blancas simulaban la pureza, la pureza que necesitaban el invocador y el invocado al sellar el trato, y las rojas representaban la maldad que ambos debían jurar rechazar, eso incluía la envidia, codicia y más sentimientos negativos que pudieran crear fastidios al pacto. La concentración es lo más esencial ya que sin ella ni siquiera podes usar magia.
Con la sal marca celusal hizo un grande círculo con una estrella en el medio, ahí dentro se supone que debe aparecer el guía. Las velas blancas las posicionó al rededor del círculo y las rojas en cada punta de la estrella, ya encendidas claro. El balde de agua lo dejó a una distancia prudente, lejos para que esa pureza no interviniera pero lo suficientemente cerca como para poder derramarla en caso de fracasar.
Ni siquiera fue necesario abrir nuevamente el libro para leer las palabras que debe recitar, pues ya se las sabía de memoria.
Con sus ojos cerrados sus labios se movían recitando las palabras que ya conocía, se encontraba de pié en señal de confianza, enseñándole a su futura guía su determinación. Sus manos cerradas en puños con intención de mostrar su fuerza y su cabeza en alto con seguridad.
—Espero que ya hayas aprendido hacer la invocación.
Los recuerdos asaltaron su mente, cerró sus ojos con más fuerza tratando de olvidarlos, no podía permitir que algún tipo de pensamiento o sentimiento negativo apareciera.
—¿No pudiste hacerla?
Las palabras de su amigo instalaron, inconscientemente, un atisbo de nervios en su corazón.
—¿En serio? Pero si es algo muy fácil.
La aguda voz de Neon resonó en su cerebro, los nervios, junto con la decepción, aumentaban y el pelinegro de puntas verdes no parecía estar consciente de esto.
—Lo haré hoy sí o sí.
La seguridad de las palabras que horas atrás había jurado también aparecieron. Los nervios, decepción, miedo, emociones negativas que hacían perecer su seguridad acechaban a su corazón, un perfecto licuado de malas emociones. Sin siquiera darse cuenta la magia que anteriormente se presentaba de tonos blancos ahora eran violetas oscuros. El agua también parecía perder la pureza, pues estaba volcándose y las velas blancas se apagaban.
Sus finos labios exclamaron la última oración y sus ojos de abrieron, dándose cuenta de lo que anteriormente era desconocido.
Demasiado tarde.
Una enorme ventisca hizo que las velas rojas de apagaran, y un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Gon. Una pequeña explosión sucedió en el círculo de sal, cuando el humo se fue dispersando eventualmente, una figura con claridad observaba. Al terminar de esfumarse por completo la presencia fue revelada, se trataba de un joven con cabellos tan blancos como la misma nieve, piel nívea aparentemente delicada y ojos azules como los de un zafiro. Lo que más extrañó a nuestro protagonista fueron unos cuernos color azul oscuro que sobresalían de su frente y unas alas de plumas en sus omóplatos.
—¿Q-quién? ¿Quién e-eres?
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Apareció Kill.
No sé absolutamente nada de la magia o brujería, todo corresponde a mi imaginación así que perdonen si esta rarito😩
Perdón la demora, tuve visitas en mi casa q se quedaron a dormir por varios días y ni wattpad pude abrir :(.
¿Les gustaría leopika?
Muchas gracias por leer.❤
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