-Capítulo siete-

Capítulo siete: Hechizados unidos, nunca serán vencidos.

Shouto miraba su vaso algo ya vacío por sus pequeños tragos constantes.

Las costumbres de las fiestas de alta clase que ocurrían de una forma tan continua, además que su hermana y él eran representantes de la corona es obvio que debían comportarse en esos momentos y ser tolerante a grandes cantidades de alcohol para no hacer una escena vergonzosa y deshonrosa para la familia real.

Medito un poco, sus compañeras lo ayudaron a escapar para mejorar su vida.

Tal vez sea para que la monarquía caiga y el país vuelva a reiniciar para algo mejor, ya que algunos pueblos tenían registros bajos y su rey no les ayudaba a mejorar y ni les permitía poder expandirse de forma comercial con los extranjeros.

Si es por ello o para reunir a los hechizados y demostrar que no traen desgracias o poder vivir en una nueva ciudad sin discriminación.

Eso sería genial, pero notaba la seriedad en el rostro de sus acompañantes. Kendo tenía un mapa marcando los lugares donde hay hechizados, brujos y magos. Llamando la atención de las dudas en el bosque de ningún reino y de ningún rey ya que nadie puede domar esas tierras llenas de leyendas y magia.

-¿Porque de la nada veo tantos hechizados?- Pregunto mientras miraba de forma rápida y analizadora todo el bar.

Solo tal vez, había uno más y después otro y al rato miles.

-Un pañuelo lleno de manchas, que nunca se pueden eliminar por la cantidad-

Como antes Momo respondió, pero parecía más relajada mientras pedía otro vaso.

Espera, cuando su compañera de copas iba ya por el cuarto vaso, sin ningún efecto, se lo que bebía como agua.

-Hola chicos ¿Momo ya se emborrachó? – De sus labios salió una risa mientras se sentaba a mi lado.

Pude sentir como Momo murmuraba con su tono de ironía al máxima, sí. Aun seguía enojada con la pelinaranja, pero no lo demostraría.

-Buenas noches Kendo, hace poco tiempo no te vemos- Soltó junto a una risa, ya que hace apenas unas noches le había visto hablar con los pueblerinos del pueblo norte y noreste.

-Hola Kioka ¿Como esta Tetsu?- Pregunto por uno de sus amigos de la infancia.

-No lo sé, no me ha llegado ninguna visión sobre él, por lo menos no es una negativa así que espero y sospecho que está bien- Soltó mientras sonreía con el ceño fruncido lleno de impotencia.

Todoroki la analizo.

Esa chica tenía una maldición que le mostraba escenas ¿Aleatorias? ¿Importantes? Aun no lo sabía, pero son cortas y aparecen de la nada. Si no fuera una duración tan corta seguramente el que haya sido dada por un brujo o un mago con la intención de arruinarlo no le importaría al gobierno y hubiera sido un aprendiz del oráculo.

Ver el futuro y nacer de una cuna pobre es el regalo más grande que puede dar un dios. Obvio, según cual de cada reino. Ya que cada religión con lo suyo. Según escucho en las montañas de los salvajes su representación de poder era un ser con características escamosas y nunca ante vistas en otro animal, denominado dragón. Dreikon de la lengua vecina y leyenda de su país.

-El principito lo está reanalizando- Soltó bromista otra voz - Un gusto soy Kaminari Denki, dime solo Denki- Se presentó el chico rubio que hace un rato hablaba con Kendo.

-¿Re-analizar qué?- Preguntó Kendo -Por favor no me digas que quieres dejar todo y volver al castillo- Pidió con temor.

Todoroki quería saber que era dejar ese "Todo", pero con solo ver donde estaba ese todo para él era la libertad que sentía estando con esos chicos hablando y tomando como si no fuera un prófugo y traidores de la corona real al interponerse con el linaje azul.

-Para hacer palomitas tu cráneo no sirve- Insulto la pelinegra que movía su vaso por más alcohol.

-Usted señorita tendrá migraña mañana- Kioka le quito el vaso mientras intentaba ver si Momo seguía en sus 5 sentidos.

-No, solo que me sorprende ver tantos, ya saben- Susurro, lo mejor no era decir esa palabra con el rubio al lado. Aunque pareciera amigo de las chicas.

-Siempre estuvimos aquí, a simple vista y escondiéndonos de la discriminación e impotencia- Dijo Denki junto a una sonrisa.

-Verdad- Reafirmó Kioka mientras rellenaba unos vasos y se los pasaba al rubio en una charola.

-Si la magia fuera eliminada, todos seriamos libres- y con esa frase se fue a cumplir su trabajo.

-Kioka, ¿aun tienes esas habitaciones libres?- Pregunto mientras le robaba el trago a Todoroki, aunque el solo vio como se lo tomaba y no se quejó.

-Claro, las debo dejar siempre libres porque nadie sabe cuándo vendrás- Soltó una risa para sacar de sus bolsillos dos llaves- Para el principito y para ustedes chiquillas- Guiño el ojo para seguir su trabajo.

-¿Vamos?- Preguntó Itsuka mientras Momo y Shouto le seguían.

Al salir del lugar Todoroki vio como Kendo sacaba una pulsera roja con hilos plateados colgando. Lo considero hermoso siendo el rojo el color que más desagrado le da.

Después ella lo metía en una bolsa pequeña de regalo y suspiró relajada junto un pequeño sonrojo.

Qué raro, pensó para después ver a Momo que miraba con impotencia las acciones de la peli-naranja. Ella se dio cuenta que le miraba. Con solo unos segundos ella sabía que quería preguntar el menor.

-En un jardín, siempre hay una flor sin agua para convivir y vivir ¿Será por otra flor que pide más o solo cálculos errados? - Su voz salió lenta, lastimera y tan suave como un rose de pétalo en primavera.

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Ya pasó un mes aproximadamente así que ya es hora de que actualice, en si desde que empecé a escribir esta historia ya tenía algunos capítulos hechos, pero me detuve para avanzar otros o hacer mis tareas junto a descansar.

Así que en pocas palabras me toca escribir más capítulos aquí y en mis historias.

Ahora hablando de otro tema me estoy como medio uniendo al fandom de TLOZ y debo decir que me enamore de Sidon, me enamoran los personajes optimistas y amables. Aunque sea un tiburón humanizado y eso provoca que sea medio furro, pero no niego que esta para comerselo.

Eso es todo, chau <3. 

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