[Otro punto de vista]

En la escena, la chica de cabello castaño se mantuvo firme, su rostro ceniciento, pero su mirada firme.

"Shiro, quiero que me escuches. Da un paso atrás lentamente antes de correr lo más rápido que puedas. Es el distrito 1, la ayuda debería llegar pronto".

Todavía no podía entender cómo pudo tener la mala suerte de encontrarse con un hueco en uno de los primeros distritos. Los shinigamis oficiales siempre realizaron barrios regulares en los primeros 40 distritos más o menos.

Pero pensar en eso no cambiaría su situación.

Su mano se estremeció un poco antes de aterrizar lentamente en su espada, su espada aún no tenía nombre, todavía era solo una aprendiz de primer año, pero al menos debería poder ganar algo de tiempo para él, ¿verdad?

A pesar de que estaba sangrando por una herida en la frente, afortunadamente la sangre no fluyó por encima de su ojo y bloqueó su visión.

"¡Momo! ¿¡Cómo puedo dejarte aquí!?"

Lamentablemente, el niño pequeño no tenía el mismo espíritu que ella. No entendía que al quedarse aquí, simplemente estaba causando más problemas.

Apretando los dientes, se concentró en el hueco que parecía contento de verlos retorcerse. Era claramente un hueco de bajo nivel, pero aun así era demasiado para que una aprendiz como ella le ganara.

'Todavía no domino ningún hechizo Bakudo, así que debo hacer todo lo posible con un hado'.

Ya podía sentir que la gente se acercaba, solo necesitaba ganar tiempo, levantó su mano izquierda, enfocó su reiryoku y cantó,

<<Hado N°12. Fushibi>>

De repente se formó una red de fuego y encerró al hueco que no pudo escapar a tiempo. Momo Hinamori pudo sentir que su movimiento carecía de poder, pero no tuvo tiempo de realizar un canto completo.

La red que cubría el hueco estaba unida a ella por un hilo rojo translúcido.

Kai.

¡¡AUGE!!

Se produjo una poderosa explosión.

"¡Vamos!"

Hinamori ni siquiera esperó a ver el resultado y tomó al niño en sus brazos antes de salir corriendo.

Se demostró que su acción fue sabia ya que tan pronto como saltó, el lugar donde estaban anteriormente fue abierto por un hueco casi ileso.

Estaba a punto de huir por completo cuando el hueco se precipitó directamente frente a ella, bloqueando así todas las rutas de escape.

La desesperación nubló su rostro una vez que comprendió que incluso su lucha era inútil.

fue cuando estaba a punto de arrojar al niño en su brazo y actuar como cebo, que lo escuchó,

"Oooh, así es como lo usas".

Al darse la vuelta, se sorprendió al ver a un hombre bastante guapo de cabello plateado salir del arbusto,

Su expresión se deformó ante esta vista mientras gritaba,

"¿¡¡Qué estás haciendo aquí!!? ¡¡Huir!!"

Inmediatamente se arrepintió de su acción precipitada cuando el hueco volvió su atención hacia el hombre, quien sorpresivamente parecía completamente tranquilo.

"Je, realmente les gustan las maldiciones, aunque supongo que menos feas".

'¡Este idiota!'

Ella no sabía lo que estaba murmurando, pero parecía haber enfurecido al hueco que se abalanzó sobre él.

Quería cerrar los ojos, pero fue entonces cuando lo sintió. Un reiatsu monstruoso que parecía derribar todo a su alrededor,

"¿Cómo estuvo otra vez, ah, sí?"

Levantando suavemente la mano, murmuró:

<<Hado N°12. Fushibi>>

"Kai".

Su visión se tiñó de inmediato de blanco.

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"¡Shiro!"

Momo se despertó sobresaltado. Antes de mirar a su alrededor.

"¿¡Oh~!? ¿Finalmente te despertaste?"

Su mirada se posó en un hombre de cabello plateado sentado frente al fuego.

Mirando sospechosamente al hombre, ella preguntó:

"¿Dónde está Shiro?"

"Sabes, es bastante grosero hablar así con alguien que te salvó".

Al escuchar sus palabras, de repente recordó lo que sucedió, lo último que vio antes de desmayarse, fue a este hombre usando la misma técnica que ella, pero con una salida completamente diferente.

Pensando en lo grosera que había sido con su salvador, se sonrojó y se disculpó.

"No te preocupes, no te preocupes. Al menos sabes cómo reconocer tus errores".

Gojo agitó su mano.

"En cuanto a ese pequeño camarón", señaló detrás de él. Allí, el jovencito que la acompañaba, fue atado con muchos hilos y atado boca abajo a un árbol.

"¿Qué~?"

Gojo sonrió como si tuviera éxito en una pequeña broma. "Ese chico no fue tan educado como tú, así que tuve que castigarlo un poco".

Momo se estremeció un poco antes de asentir. Quería suplicar un poco, pero antes de que pudiera hablar,

"Ahora, señorita, ¿ves? No te salvé de la necesidad de jugar a ser el héroe. ¿No es normal que me des algo a cambio?"

"¿Qué ~ qué quieres?"

Ella tartamudeó mientras preguntaba. Sus ojos parecían extremadamente penetrantes mientras la miraba de arriba abajo.

"Déjame examinar tu cuerpo, ¿quieres?"

Su rostro se sonrojó completamente de inmediato.