Capítulo 42
La noche era ligeramente cálida, con los retazos de agosto escapando lentamente mientras el viento más fresco de otoño hacía su reemplazo. La luna estaba en lo alto, en su cénit, brillando con un intenso color plateado hermoso que iluminaba el camino que el estudiante estaba siguiendo lentamente, pasando por debajo de las Puertas Torii, rodeado completamente de árboles de bambú. Era como si la luna quisiera guiarlo por aquel camino, señalizándolo con su luz plateada. Casi parecía una prueba de valor, algo popularizado en los campamentos de verano allí en Japón. Aunque debía reconocer que en Estados Unidos también estuvo muy popularizado durante su etapa escolar. Y nunca se echó hacia atrás, ni aunque estuviera frente al peor abusón de la escuela.
Finalmente salió del bosque de bambú y permaneció en la linde del mismo, al borde de un enorme campo repleto de hierba...y tumbas. Las lápidas fueron lo primero que los ojos del chico vieron: todas iguales, todas oscuras, dando la sensación de personas agazapadas; pero el brillo de la luna le dio la idea de lo que eran, de a quien pertenecían. Todas y cada una de aquellas más de cien tumbas, eran una visión poco acogedora para un estudiante de secundaria y Naruto sintió como la boca se le secaba, como la garganta perdía toda la humedad de la saliva y solo pudo permanecer allí, mirando por los siguientes segundos, atónito por lo que sus ojos estaban viendo, pero sin poder apartar la vista.
De cierta manera, aunque no lo reconocería, Naruto se sintió fascinado por aquella visión. No era por las tumbas o las lápidas, si no por el brillo plateado que incidía sobre ellas, por como había llegado hasta aquel cementerio escondido en aquella extraña zona, en un claro de un bosque de bambú que estaba situado en medio de la ciudad, como si fuera un lugar completamente mágico.
Y, de cierta forma, Naruto sabía que aquel lugar era mágico y extraño. Su cuerpo sentía la energía que había en el ligar, la sensación de muerte que lo rodeaba y...todas aquellas almas murmurando, mirándolo como si fuera un espectáculo, una celebridad que hubiera llegado al barrio o a la escuela. Se sentía señalado.
Cuando el chico fue consciente de lo que pasaba, pronto su sonrojo aumentó, sintiéndose realmente avergonzado por sentirse observado y el centro de toda la atención. Pero cuando comprendió que realmente eran fantasmas de los muertos, Naruto solo pudo abrir los ojos ampliamente, cualquier rastro de vergüenza desapareció de su rostro y la piel se volvió del color de una hoja en blanco.
―¡Oh! Veo que los fantasmas no son de tu agrado, bombón rubio.
Naruto saltó ante un toque frío en su hombro, separándose de la forma fantasmagórica de una adolescente. Esta le sonrió de una manera lasciva, encantadora y depredadora. Sus ojos oscuros no pestañearon ni mostraron lo que su boca decía, pero Naruto pudo ver detrás de aquella máscara, encontrando solamente dolor y añoranza, tristeza por no haber podido cumplir algunas cosas.
―N-no demasiado. No me gustan los fantasmas―murmuró, rascando su mejilla. En otra ocasión habría saltado, saliendo, corriendo de aquel lugar tan extraño; pero hacer eso frente a una chica que lo miraba, aunque fuera un fantasma, no parecía algo que él hiciera―. Perdona si mis palabras te han ofendido.
Los ojos oscuros de la chica se mantuvieron mirando los ojos azules de Naruto por los siguientes segundos, creando una atmósfera tensa entre los dos. Segundos después, ella rompió a reír ante la mirada perpleja del estudiante de hechicería.
―¡Oh, my! ¡Eres tan divertido, chico! No debes disculparte. En primer lugar, soy un fantasma. Si no te hubieras asustado, me habría ofendido―echó el cabello hacia un lado y mostró los dientes en una sonrisa brillante―. Y segundo, no puedes ofender a un fantasma por ser un fantasma. Mucho menos...cuando puedes verlos. Es comprensible que no entiendas muchas cosas. Pero te vi...con cierta gente y no podía no mirar un poco más.
Naruto parpadeó por unos segundos y entendió las palabras de la chica al siguiente momento. Ella había sido la extraña forma que se movió entre los árboles de bambú. Fue ella quien le dejó aquella sensación de sentirse observado y, posiblemente, con la urgencia de adentrarse en aquel bosque a pesar de ser media noche. Aunque nunca negaría que era una experiencia entretenida.
―Lo lamento. Por haberte hecho venir.
La chica tenía el cabello corto de color negro verdoso, con un vestido oscuro que cubría hasta sus piernas, con los brazos completamente libres de cualquier tela o tatuaje. Sus ojos oscuros, marrones probablemente, parecían refulgir levemente con el brillo de la luna.
―No importa―el chico murmuró, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón de uniforme―. Sorprendentemente, no tenía nada mejor que hacer.
―¿Ni siquiera dormir?
―Ah, el sueño se me escapa últimamente.
La chica rio bajito, tapando un poco su boca con su mano. Siendo un caballero, Naruto solo mantuvo sus ojos en la luna, observando el cielo estrellado. Era hermoso y sentía paz.
―¿Y andar solo por un bosque lleno de espíritus puede traerte el sueño de vuelta? Solemos quitar el sueño, no devolverlo chico. Tu comportamiento es inverso.
―Supongo que debo darle gracias a mi tiempo siendo hechicero, aunque eso se terminó...ya no siento el miedo que sentía antes. Ya no soy el Naruto que era antes.
―Naruto, ¿eh? Es como la ciudad que está rodeada de remolinos. "Naruto" es una referencia a esa ciudad, ¿no? ¿Tus padres son de allí o simplemente les gustaba el nombre?
El estudiante permaneció en silencio por unos segundos, pensando. Nunca había intentado saber de donde venía su nombre, lo que significaba o el motivo por el que sus padres se lo pusieron. Y era algo interesante de aprender, aunque no importara ahora que sus padres murieron y se crío con sus padrinos la mayor parte de su infancia.
―Supongo. No sé mucho de mis padres―dio un encogimiento de hombros, intentando deshacerse de los pensamientos tristes y restando importancia a eso. No era como si le estuviera molestando o algo similar, solo estaba...¿extrañado? Naruto no podía comprender la pregunta y satisfacer a su interlocutora―. ¿Y tú? ¿Puedes decirme al menos tu nombre?
Se tocó levemente los labios y miró hacia el cielo brevemente, hacia la luna y las estrellas, pensativa. ¿Debía Naruto saber su nombre? Su madre le explicó las reglas de la educación y la etiqueta. Haber pertenecido a un prominente clan de la historia japonesa, la había marcado desde la niñez y le dejó algunos rasgos que siempre había querido superar, incluso en la muerte.
―Mai―torció los labios para dar una escueta sonrisa, pero encantadora y llena de intención―. Mi nombre es Mai.
"Mai..."
Había una extraña familiaridad con el nombre y el rostro de aquella chica. El cabello negro, con un tono verdoso oscuro, aquellos ojos castaños y la sonrisa en el rostro, le decían a Naruto que ya había visto aquellos gestos en otra parte, en otra persona con un nombre similar. Y, cuando supo eso, no tardó demasiado en unir los puntos en su mente, en superponer los rostros.
―Maki...
―¡Ah! Conoces a mi hermana gemela, a la "chica sin energía maldita". Supongo que has conocido el único lado bueno de nuestra familia, la única persona que...respeto y amo, aunque es tarde para decírselo a ella―Mai Zenin caminó lentamente entre las tumbas, con las manos en la espalda, siendo seguida por Naruto. Ambos, espíritu y hechicero, se detuvieron frente a una tumba―. Mai Zenin es mi nombre completo, hermana gemela de Maki Zenin, aquella que le quitó todo el poder. ¿Sabías que en el mundo de la hechicería...los gemelos son augurio de mala suerte?―por un breve momento, Mai miró hacia el joven aprendiz―. Dividen a la persona en dos. Yo obtuve el poder maldito, la capacidad de manipular la energía maldita. Mi hermana obtuvo el cuerpo y el poder. Aunque, ella siempre fue la fuerte de las dos, incluso con nuestra familia siendo un muro en su crecimiento como hechicera.
―...
Mai apretó los labios y dejó que un suspiro de resignación escapara de su boca. Maki siempre quiso ser la líder del clan, cambiar las cosas para todos ellos. Pero su familia, la rama principal del Clan Zenin, no era muy dada a aceptar cosa de "débiles". Ellos veían por la fuerza de los individuos, teniendo la intención de tener al más fuerte como líder. Por eso aquel miembro del Clan Zenin con la "Técnica de Sombras de Diez Tipos" ocupaba el puesto de líder al instante. Y Megumi lo habría sido nada más caer en las manos de los miembros principales del clan.
―Ella finalmente terminó lo que ese hombre no hizo: masacró a su familia por el bien del mundo, por todos los miembros hostigados y maltratados, dándonos un descanso. Al final, mi hermana se alzó sobre nosotros y pudo alcanzar un primer grado, todo sin poseer energía maldita, restringida por una maldición.
―Eso dice mucho de tu hermana y de tu familia―admitió el estudiante, mirando la lápida de Mai Zenin con el ceño levemente fruncido, mostrando su molestia en sus ojos―. Dos hermanas enfrentadas. Una de ellas reconoce los errores y apoya a la otra...falleciendo. Supongo que es una historia de novela, bien escrita y resumida. Puedo entender porque el odio por los Zenin y tu envidia contra Maki. Lo que no puedo comprender...es como unos cabrones os llevaron a la muerte.
―¿Sabes esa parte?
―Maki-chan me la explicó, como obtuvo su poder al estar en sintonía con su hermana en un momento en el que ella falleció...en la que tú falleciste. Uno de los miembros te había atacado, golpeado casi hasta la muerte y Maki fue lanzada con tu cuerpo herido, al pozo lleno de maldiciones que los miembros del clan usaban como entrenamiento.
―Es el lugar más icónico del complejo Zenin, antes de que fuera destruido por mi hermana―Mai encontró aquello un poco gracioso. Hace más de veinte años, una persona sin energía maldita los dejó vivir. Tiempo después, otra, a la que maltrataron de la peor forma debido a las normas del clan, los terminó destruyendo hasta sus cenizas―. Ser mujer dentro del clan Zenin es, sin lugar a dudas, la peor cosa que puedes ser. ¿Sabes que quise quitarme la vida? Ver a mi madre sufrir a manos de nuestro padre por habernos parido...no es algo que los niños quisieran ver, Naruto.
―Nadie debería ver eso, supongo. Pero el mundo es una mierda, Mai-san. El mundo crea monstruos y héroes. Nuestra opción es solamente elegir que queremos ser. Maki decidió, tras años, se una figura para el mundo, para su familia y su clan, ser un referente para otras personas sin importar su género―masajeó la parte trasera de su cuello mientras observaba el cielo nocturno―. Ma-chan es realmente asombrosa...y tu también, Mai-chan. Ambas, por haber sufrido eso y, de alguna manera sobrevivir, sois merecedoras de mi respeto.
El silencio de aquella declaración, fue roto cuando los espíritus comenzaron a desvanecerse. Aquella sensación de paz y protección, se desvaneció unos segundos después. Allí de pie, Naruto sintió el miedo emanando de los espíritus.
―Deberías irte, Bigotes-kun. "Él" viene a por un poco de sufrimiento de mi parte y de otros. Y no tienes el poder para enfrentarlo. No ahora, no aquí. Tu mejor opción para vivir otro día...es huir.
Naruto miró la cara de Mai Zenin durante varios segundos, haciendo que el silencio permaneciera entre amos todo aquel tiempo. Se podía oír como el eco de pasos se iba acercando desde la entrada a aquel cementerio, como una figura emergía lentamente de la oscuridad y como su energía maldita hacía que los espíritus se quedaran helados.
―¡Mai, querida!―un hombre joven se mostró bajo el brillo de la luna―. ¿Has traído invitados...vivos? Supongo que son otro alimento que puedo digerir, ahora que soy una maldición. Debería agradecerte, prima, aunque seas tan inútil como tu hermana.
―Naoya...
Naoya Zenin sonrió ante la mención de su hombre por parte de su fallecida prima, pero sus ojos no se apartaron de Naruto en ningún momento. Pasó su brazo por los hombros del adolescente y lo pegó a su lado.
―¿No vas a hablar, chico? Solo he venido a atormentar a Mai.
El aliento salió de la boca del hechicero en forma de una pequeña nube de vaho.
―Tú...¿dañaste a Mai y Maki?
―¿Qué? ¿Te preocupan esas dos perras, cuando voy a arrancar tu cabeza? Puedes empezar a...
Naoya lo sintió. No había energía maldita ni magia detrás de aquel golpe al estómago, pero sintió la fuerza detrás del golpe segundos antes de salir despedido varios metros hacia atrás.
―No me importa, ¿sabes?―entre Mai y Naoya, Naruto se posicionó, su camiseta abierta―. No tener energía maldita ni a Rika para pelear. No me importa la vida. Puedes arrancar mi cabeza. Pero eso, no me quitará la satisfacción de golpearte hasta la muerte...¡Naoya Zenin!
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