Capítulo 3

La tenue luz de las velas mantenía la habitación a oscuras, permitiendo que las dos personas en ella fueran apenas visibles. Debido a la escasa luz que emitían las velas, el interior era apenas visible incluso para las personas que estaban dentro, dejando solo formas oscuras que eran identificadas por la forma de su sombra. Aunque no había demasiados objetos. La mayoría habían sido retirados para permitir al hombre pintar un extraño círculo donde el joven fue colocado: justo en el medio de lo que parecía ser una extraña estrella de Salomón con algunas inscripciones que rodeaban el dibujo apareciendo incluso entre las líneas que formaban cada uno de los lados de la estrella.

Usualmente los hechiceros y exorcistas de Asia utilizaban métodos de su propia cultura para generar sellos y contenciones ante los demonios o espíritus que los estuvieran acosando. Sin embargo, desde hacía algunos siglos, ambas ramas habían decidido colaborar y permitir que los otros usaran sus métodos en distintas operaciones. Toji reconocía que la Estrella de Salomón era mucho mejor que cualquier kanji para contener a un demonio o ente. Y si dicha estrella no era borrada, el ser permanecería dentro de la estrella por el resto de la eternidad hasta que alguien lo liberara: o bien borrando la estrella o bien eliminando al ser contenido y borrándolo de la existencia.

Si bien los hechiceros no eran dados a usar mucho los métodos extranjeros, Toji había comprendido que usar solo aquello que se conocía, podía llevarlo a uno a los brazos de la muerte. Y él no estaba preparado para morir...no todavía.

Utilizó la Estrella de Salomón en conjunto con algunas marcas de sellados que pasaron a lo largo de la historia dentro del clan donde había pasado gran parte de su vida. Combinar ambos métodos, aumentaría la intensidad de la prisión que estaba creando para el ser que acompañaba al muchacho. Pero al mismo tiempo que incrementaba su "poder", también debía tener cuidado. Cualquier fallo en alguna de las letras o líneas más allá de la Estrella de Salomón, podría causar que incluso los invocadores recibieran heridas severas.

Toji había visto a algunos exorcistas inexpertos fallar al intentar combinar ambos métodos, sufriendo lesiones que los incapacitaron para el trabajo al que habían dedicado toda su vida. Por ello Toji fue cuidadoso al dibujar las líneas de la Estrella de Salomón y en escribir con la caligrafía perfecta los kanjis que completaban aquella barrera que lo protegería del monstruo dentro del muchacho.

Conocer el poder de la maldición del muchacho era complejo si Toji no la había visto actuar, pero conocía lo que podía hacer si le daban el tiempo necesario. La sangre había empeñado el suelo cerca de la fuente y las plumas habían adornado dicha sangre en conjunto con algunos pedazos de carne. Incluso se podía ver el cuerpo tirado dentro de la fuente del ángel caído que intentó asesinar al chico.

Con esa imagen, Toji no iba a correr riesgos ni a permitir que aquella maldición quedara libre. Debía contenerla dentro del muchacho antes de que esta maldición se manifestara por completo. Una vez que tomara consciencia, Toji dudaba de que pudiera contenerla con un simple sellado superficial.

―Está fría.

En la espalda de Naruto había un extenso dibujo similar a la Estrella de Salomón sobre la que estaban parados, pero esta contaba con un total de nueve puntas en vez de solo cinco, como era lo usual. Acompañando a la estrella, justo en el centro, Toji había dibujado unos pequeños kanjis que formaban la palabra "voluntad".

―Es solo pintura―Toji colocó el pincel sobre la tapa que del bote de pintura―. No es necesario que vaya a calentarla como la cera o similar.

Había distintas maneras de mantener una maldición sellada dentro de una persona si esta no era un contenedor. Naruto no se había convertido en un contendor de la maldición que lo acosaba, si no que dicha maldición estaba ligada a él por un objeto, mismo objeto que Toji se había encargado de mantener dentro de una estrella de menor tamaño adyacente a donde se encontraba su portador, impidiendo que la maldición pudiera tomar forma a partir del anillo.

Las maldiciones podían ser imbuidas en un objeto inanimado y convertían dicho objeto en un objeto "maldito", aunque esto último no era del todo correcto y difería bastante de a quien se le preguntara o que hechicero estuviera trabajando y usando chico objeto.

―¿Pintura?

―Una especial. Es tinta, ¿entiendes, mocoso?

Naruto se estremeció cuando sintió la mano de Toji colocándose en la mitad de su espalda, justo sobre el kanji que significaba "voluntad" y presionaba ligeramente, obligando al chico a inclinarse ligeramente hacia el frente, sintiendo como el aire escapaba de sus pulmones al presionarlos por sí mismo.

―Para forjar sellos se necesitan los objetos precisos para poder realizar dicho sello. Usualmente una tiza y un poco de tinta son suficiente para poder impregnar el cuerpo de una persona y un sitio con la "magia" para crear esta barreda o sellado. La tinta que he utilizado sobre tu espalda, así como la tiza que utilicé para pintar la Estrella de Salomón, son especiales en su medida―la tinta que goteaba del pincel era oscura, pero no terminaba de ser negra―. Los animales sagrados son buenos para formar tinta especial. Usamos la sangre de dichos animales y la juntamos con otros pigmentos y materiales. Las tizas también provienen de los animales. Más concretamente, de los huesos pulverizados.

Toji había esperado alguna reacción por parte del muchacho, probablemente algún gesto de malestar o incomodidad al saber que su cuerpo estaba siendo pintado con sangre de animales y que estaba sentado sobre huesos pulverizados y convertidos en simples tizas. Pero no hizo ni siquiera una mísera mueca. Se mantuvo sentado, con las piernas cruzadas y el torso desnudo, dándole siempre la espalda, con los gruesos mechones cubriendo su rostro.

"Megumi tendría su edad ahora"

Los ojos del hechicero se oscurecieron por el cabello. Separó la mano de la espalda del adolescente y dejó que el aire saliera de su boca antes de rascar su cuello, mirando los detalles de la estrella de nueve puntas que había dibujado en la espalda del chico. Cualquier pequeña fisura tanto en el dibujo como en el encantamiento, podría terminar en una situación que requeriría de medidas desesperadas. Y no estaba lo suficientemente motivado como para tomar dichas medidas. Si la cosa terminaba saliéndose de control, Toji estaba dispuesto a asesinar al muchacho sin miramientos, llevándose tanto a la maldición como al chico al otro lado.

―¿Qué es exactamente lo que esto va a hacer?―recorriendo con cierta dificultad una de las líneas en su espalda, Naruto examinó el perfecto dibujo de la estrella de nueve puntas que, con esmero, Toji había dibujado en su cuerpo―. ¿Es algún tipo de barrera que impedirá que esa cosa me visite en mis sueños?

―¿"Sueños"? El mundo de los sueños no puede ser trastocado por personas simples, mocoso. Este sello mantendrá a esa cosa solamente en tus pesadillas. Si cuentas con la "voluntad", ni siquiera te visitará en las noches más oscuras.

Aquel sello se basaba en la voluntad del individuo, en lo fuerte que fuera mentalmente ante distintas situaciones. Toji sabía que era una jugada arriesgada, mucho más viendo que el chico parecía un simple niño sin fuerza de voluntad, pero era lo mejor con lo que podía trabajar. Sin los materiales y el tiempo, aquel sello era lo único que había podido crear para proteger al chico y contener la maldición.

―"Voluntad". ¿Me ves como un joven con voluntad, Toji-san?

Toji parpadeó una vez y rio secamente. ¿Voluntad? No, el hechicero no podía ver a aquel chico delgado y enclenque como alguien que tuviera la voluntad para detener a cualquiera que intenta detenerlo. A ojos del mayor, Naruto no era alguien que pudiera pelear por sí mismos. El cuerpo, la actitud, los ojos...todo le indicaba a Toji que el chico no era un luchador, que no pelearía a menos que él lo cambiara.

―Realmente no.

―Comprendo...

Naruto miró sus manos desnudas, dejando que Toji siguiera con aquel ritual en silencio. No era la primera vez que lo veían como un "simple adolescente cobarde" y había sido irritante para muchas personas que lo habían conocido, lo que le había permitido pasar desapercibido de cierta forma, aunque no hubo una escapatoria para el bullying por parte del abusón de turno.

―Prefiero dar una apariencia y mantener lo que soy para mí mismo.

―¿Ah? ¿Me vas a contar tus dramas adolescentes?―la pregunta fue escupida por el hombre con cierto veneno. Sin embargo, Toji no vio que sus palabras lo hubiesen afectado. Al contrario. La espalda del chico se había y el cuerpo en general parecía mucho menos en tensión―. ¿Qué eres, chico? Esas rayas horizontales que te hacen parecer un idiota que intenta emular a un gato y un tartamudeo y timidez estúpidas―Toji retiró la mano nuevamente y juntó ambas manos colocándolas en una posición de rezo y al mismo tiempo cerró los ojos―. Me irritas, mocoso. Tienes ese aura...que me molesta.

―No es como si fuera un experto en cosas paranormales, pero no estoy ajeno a ellas―el chico cruzó los brazos entrelazando los dedos de ambas manos, con las palmas hacia arriba. Dejó las extremidades descansando sobre sus piernas―. Per comprendo, de cierta forma, a lo que te refieres con mi "aura". Te refieres a mi lenguaje corporal, a los gestos que hago con la cara, tal vez con la boca. Es posible que estes juntando mi tono de voz a esa "aura" que mencionas. Y la irritación que sientes, es a todo el conjunto de la persona que soy.

La seguridad en la voz del muchacho pilló desprevenido al hechicero. Por ello, cuando abrió los ojos y lo vio de pie, dándole la espalda, mostrándole la Estrella de Nueve Puntas, con la cabeza ligera inclinada hacia abajo, le hicieron recordar a otra persona, a otro hechicero que vio en las mismas circunstancias. Era como ver un espejo, aunque uno mucho más pequeño que el original.

"Él...ja"

―Mocoso de mierda―rascó su nuca mostrando una sonrisa frustrada, divertida y con una pizca de burla. Toji observó su obra examinando por si hubiera algún fallo en la caligrafía. Si el ente no se había mostrado hasta ahora, Naruto no tendría que preocuparse por él en los siguientes días si tenía la voluntad para enfrentarlo―. No intentes ir de listo conmigo. Si no hubiera llegado, probablemente no seguirías vivo.

Había visto una de las imágenes más sangrientas que un hechicero hubiera visto en toda su vida. Aquel caído había sido devorado por la maldición del muchacho. Su cabeza fue arrancada de un mordisco y la sangre, junto con las plumas y trozos de carne, se había filtrado entre las pequeñas separaciones entre las losas, creando una verdadera imagen de terror que habría traumatizado a cualquier infante.

―No voy de listo...

Naruto se vio obligado a atrapar una katana con su mano derecha. Alzó la mirada, viendo los oscurecidos ojos de Toji mirándolo con cierta...diversión.

―Si, lo que sea―masajeó el lado izquierdo de su cuello―. Vamos a fuera. Si te has metido con los "cuervos", entonces mejor empezamos esto de una vez, chico. No voy a ser blando.

Pero la sensación de peligro que Toji sintió segundos después de darle la espada a Naruto, lo hizo sonreír. Cuando creció, siempre bajo el estricto entrenamiento de la familia, Toji abandonó todas las creencias de su clan y aumentó su propia fuerza convirtiéndose en un usuario de armas malditas con un poder físico descomunal. Y, a pesar de ello, de tener la altura y el físico de su lado sumado a la experiencia, no vio la vacilación en los ojos del chico. De hecho, cuando la mano del adolescente tocó el mango de la katana que le cedió el hechicero, sus ojos cambiaron. Aquella frágil voluntad cambió a una férrea determinación.

―Diría que me pones los "pelos de punta"―ambos habían salido de la pequeña cabaña. Estaban en un claro, rodeados de gruesos árboles, siendo observados por los curiosos habitantes del bosque―. Pero no soy un adulto influenciable. ¡Voy a tener que sacar tus debilidades a golpes, mocoso!

El viento agitó el cabello de Toji. El hechicero se movió en consecuencia, guiando su espada para bloquear la hoja de su adversario. Chispas saltaron cuando ambas espadas entraron en contacto y Toji apartó la cabeza echándola hacia atrás, evadiendo la patada que el adolescente intentó conectar contra su mentón. Debido a ello, derrapó varios metros hacia atrás, alejándose del muchacho.

―...

―Cuando tengo una espada en mis manos, mis problemas desaparecen―desplazó el peso hacia la pare inferior de su cuerpo. Movió la mano izquierda hasta la parte inferior del mango de la katana y colocó la palma de dicha extremidad debajo del kashira (el pomo de la katana), torciendo levemente el cuerpo hacia la derecha―. Una espada es la extensión del brazo de un espadachín―ojos azules miraron a través de gruesos mechones al hechicero enviándole una clara intención―. Siempre me he sentido bien con una en mis manos.

Toji habría reculado con aquella intención asesina si no hubiera enfrentado a personas más fuertes, a seres mucho más experimentados. Pero debía darle crédito al chico. Aquella actuación de "débil" era el mejor papel que el chico podría estar haciendo, obligando a sus adversarios a confiarse.

―¡HAHAHAH!―el hombre tomó su propio rostro con la mano izquierda. Entre las rendijas que formaban los dedos, Toji miró a Naruto con brillo intenso en sus ojos―. ¡Increíble! ¡Un simple mocoso da más terror que algunos de los hombres que he visto en mi vida!―meció la espada, enviando una onda hacia el adolescente―. ¡Subarashi!

Los músculos crecieron bajo la ropa tradicional que llevaba el hechicero. Inclinó el cuerpo ligeramente hacia el frente y guio la espada hacia atrás, colocándola para un corte que perforaría casi cualquier armadura con la fuerza adecuada. Cuando vio que el chico no iba a moverse, Toji salió disparado hacia él, mirándolo fijamente, captando cada movimiento que hicieran los músculos del adolescente.

Toji vio como el chico no se movía a pesar de que estaba reduciendo la distancia. Naruto se mantuvo allí, de pie, en la misma posición por los siguientes segundos. Cuando el hechicero estaba por chocar con él, el adolescente bajó la espada en un movimiento veloz y potente que sorprendió por un segundo a Toji.

―Eso...¡ha sido divertido, mocoso!

Naruto se había llevado su propia sorpresa. El chico había esperado cortar el cuerpo del hombre con un movimiento perfecto y sorpresivo como el que había realizado. Sin embargo, Tojo había reaccionado de un modo que Naruto no esperó y se vio sorprendido cuando la espada del hechicero bloqueó la suya.

―¡¿?!

―¿No esperarías que ese movimiento, realizado por un alfeñique, fuera a afectarme, verdad?―la sonrisa en el rostro de Toji creció, volviéndose la de un verdadero depredador, la de un lobo que estaba disfrutando con el juego―. Quiero ver hasta qué punto puedes llegar, mocoso. Quiero ver esos ojos de loco una vez más, esos que brillaron cunado coloqué la espada en tus manos―con un movimiento, la espada de Toji desvió la de Naruto y ambos saltaron hacia atrás―. No tengo una planificación detrás para obtener la victoria―tomando el borde de la parte superior de su ropa, Toji la desgarró dejando a la vista su torso lleno de cicatrices―. ¡Pero quiero ver de lo que eres capaz, chico! Quiero sentir esa mirada desquiciada, esa mirada...que tanto me recuerda a mí mismo―Toji dio un paso hacia adelante al mismo tiempo que un gusano se iba enroscando sobre su torso, envolviéndolo. Con la mano derecha, Toji tomó algo del interior de aquella cosa―. Veamos hasta qué punto puedo convertirte en un "hechicero", chico maldito.

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