Capítulo 18
El cielo se había oscurecido en un transcurso menor de tiempo. Las nubes, gruesas y oscuras, cubrieron los cielos impidiendo que el sol pudiera dejar que sus finos rayos pudieran atravesarlos y los relámpagos eran los únicos movimientos lumínicos que se dejaban ver por las personas que corrían por las calles poco abarrotadas de Kuoh, siendo en su mayoría estudiantes que abandonaron la academia para volver a sus hogares, siendo sorprendidos por la tormenta repentina. El día de hoy, según los telediarios, iba a ser un día caluroso y despejado, perfecto para descansar de los exámenes que aquella semana estaba llevando a las vidas de todos los estudiantes de japón, sobre todo a aquellos que no habían estudiado y preparado sus parciales.
Era, además, viernes de la última semana de parciales. Las mentes estaban agotadas, los estudiantes estaban cansados. ¿Y estaba lloviendo? Parecía que ni siquiera podían disfrutar de un poco de descanso cuando habían dado todo en los parciales de la academia y dios lo estaba odiando por algo que no habían hecho completamente. Aunque algunos podrían encontrar el día como perfecto, sobre todo los amantes de la lluvia. Era un día perfecto para estar en casa, con una taza de café en las manos, con una manta sobre las piernas, leyendo un libro.
Eso era lo que Sona iba a hacer.
Naruto, por otro lado, tenía planes distintos. De hecho, eran planes con el nuevo chico de su curso: Megumi, el chico emo y cansado que había sido su acompañante por aquellas semanas mientras le mostraba el instituto, siempre llevando una cara plana sin emoción alguna, como si no tuviera ganas de vivir. ¿Alguien podría estar así? Naruto no podía saberlo, pero desde luego Megumi era un chico pesimista, aunque demasiado buena persona. Tenía ciertos ideales de "justicia" que lo hacían ver como un héroe oscuro, aunque no sería él quien desestimaría sus intentos por salvar a todas las personas posibles, algo muy loable si le preguntaban. Aunque a él tendrían que pagarle.
Aquel día ambos adolescentes iban a ir a los recreativos. Sorprendentemente Megumi había aceptado, algo extraño en el adolescente moreno. Pero no se podía desaprovechar la ocasión y ni Maki ni Nobara iban a entrenarlo en aquel día, por lo que Naruto estaba demasiado libre en la tarde, algo poco usual y demasiado extraño.
"¿Cuándo ambas han dejado de lado mi entrenamiento?"
En ningún momento ambas hechiceras habían desaparecido el mismo día. Había habido veces que Maki o Nobara dejaban la casa y los entrenamientos por un viaje y un tiempo establecido no mayor de una semana. Pero ahora ambas habían desaparecido y tenía un mes de descanso, según palabras escritas por la mano de Maki. Sin embargo, Naruto no podía darse el lujo de flaquear ante la falta de ambas. Debía seguir entrenando, llegar a tener la fuerza de Toji cuando llegara el momento de la revancha.
"Si, debo pulir mi fuerza"
No contaba con la experiencia de los tres hechiceros de primer grado, pero contaba con la astucia y habilidad para alcanzarlos, además de una mente demasiado aguda que fue ligeramente pulida por Toji cuando lo adoptó como su pupilo, algo que finalmente desencadenó en todo aquello y en la desaparición de Rika por un largo periodo de tiempo.
El adolescente estaba agradecido por ello. Con aquel tiempo de cuatro meses sin la presencia de Rika, pudo pensar que hacer con ella, como deshacer la maldición que los había enlazado y unid por el resto de sus vidas, algo que no podía cumplir por el momento. No tenía control sobre la energía maldita. No era tan experto y fuerte como Toji, Maki o Nobara. Tenía demasiadas cosas que aprender, demasiadas cosas que mejorar antes de poder ayudar a su amiga.
"Rika..."
Un suspiro abandonó los labios del aprendiz de hechicero. Una pequeña nube de vaho salió disparada, desapareciendo entre las oscuras nubes para no volver.
Bajo un pequeño saliente de un edificio, Naruto y Megumi e habían refugiado de la intensa lluvia. La tormenta los había pillado en el camino hacia los recreativos y demasiado lejos de los dormitorios como para volver sin quedar completamente empapados.
―Te dije que era mejor ver una serie.
Un tic apareció en la ceja derecha del rubio.
―¡Oh, cállate!―con un tono molesto la respuesta llegó a los oídos de Megumi, quien hizo una mueca que representó una pequeña burla para el aprendiz―. ¡¿Cómo iba a saber que iba a llover?! ¡Se suponía que iba a hacer buen tiempo!
Una tormenta sorpresa antes del verano. No era ninguna novedad para cualquier persona. Lo que sí era una novedad, era que lloviera sin que el telediario hubiera dicho algo al respecto. A lo largo de la semana solo se había visto al sol brillar en lo alto, acompañado de nubes blancas y un cielo hermoso y azul. Pero ese día las nubes aparecieron de repente, cubriendo todo con una densa oscuridad que hizo parecer aquellas horas parte de la noche.
―¿No miraste el teléfono?
―¿Me ves cara de idiota, emo?
Megumi se encogió de hombros ante esa pregunta, pero no ratificó ni negó aquella pregunta, lo que hizo que el rostro de Naruto se enrojeciera ante aquella burla silenciosa por parte de su compañero.
Aquello podría ser visto extrañamente por los compañeros de clase de ambos adolescentes, pero no por Megumi, si no por Naruto. El joven Uzumaki no se había granjeado la amistad de sus compañeros y compañeras de la academia. De hecho, ninguno parecía reconocerlo como un compañero de clase e intentaban dejarlo de lado o no acercarse a él cuando estaban formando los grupos de trabajo. Si no hubiera sido por Tsubaki y Akeno, quienes estaban en su clase, probablemente habría terminando suspendiendo más de una asignatura, si no todas ellas.
Por ello era extraño que Naruto se llevara bien con un chico, o mejor dicho, con otro estudiante que no fueran las referentes de la clase. De hecho, aquella salida entre ambos era extraña para todos los estudiantes que compartían los dormitorios con ambos adolescentes. Nunca habían visto salir a Naruto de aquellos dormitorios a menos que fuera para sus clases de kendo con una academia privada, como les había mencionado en diversas ocasiones a quienes le preguntaron.
―¡Oye!―un tirón en su chaqueta hizo que el joven aprendiz mirara en la dirección que apuntó su compañero―. ¿Quién es ese?
Bajo la densa lluvia, una figura aminaba lentamente, como si arrastrara los pies sobre el húmedo suelo. Una densa capa parecía cubrir su cuerpo y, desde aquella distancia y los ojos entrecerrados, Naruto descifró que el tipo parecía ser alto, con un caminar extraño, como si estuviera ocultando una pierna herida.
―¿Algún lisiado?
―No tienes tacto, Uzumaki.
Megumi colocó sobre sus ojos la mano en forma de visera sin prestar demasiada atención a su compañero. Aquella persona parecía haberlos visto y aumentado su paso como si quisiera alcanzarlos cuanto antes, lo que hizo que la figura fuera cada vez más visible.
―Oye, oye. ¡Eso es grande!
Naruto hizo alusión a la altura del tipo. Aquella figura mediría...¿dos metros? Era más alto que Toji y más ancho, eso era algo demasiado visible para él y para Megumi, quien pareció reaccionar de forma extraña, como si hubiera visto algo.
―¡Cuidado!
Levantó los brazos. Recibió aquel puñetazo y sintió como su cuerpo temblaba ante el golpe. Sin poder hacer nada, Megumi salió disparado con una velocidad demasiado elevada como para que el golpe fuera ordinario, llegando incluso a detener la lluvia.
―¡¿?!
Naruto levantó los brazos. Se agarró al saliente de un saltó y evadió el golpe del individuó. Agazapado sobre este, pudo ver como el brazo no se detuvo y el puño destrozó la pared en una explosión de fragmentos de concreto.
"¡Megumi! Él no es un hechicero, demonio o ángel. ¡Va a estar muerto si no lo ayudo ahora!"
Pensarlo era sencillo. Hacerlo era una cosa muy distinta, sobre todo cuando las manos de aquel individuo destrozaron la plataforma donde estaba, se aferraron a sus tobillos y lo lanzaron contra el suelo. Giró, derrapando sobre el suelo empapado.
―¡Oye, oye! ¡¿Ni un café?!
El brazo izquierdo se movió hacia Naruto a una velocidad sorprendente. El chico alzó el suyo y bloqueó el golpe. Una onda de viento detuvo la lluvia por unos segundos antes de que volviera caer.
―...
"Esta fuerza no es ordinaria, no es normal. ¡Ni siquiera ese Phoenix tenía esta fuerza descomunal!"
Al estar centrado en el primer golpe, no pudo evitar el segundo, el cual se movió de una manera veloz y le dio directamente en el rostro, haciéndolo tastabillar ligeramente, sintiendo como la sangre caía sobre su labio superior.
―Al menos podrías presentarte, idiota gigante.
Con una mano inmensa para los estándares humanos, la figura se deshizo de la capa que cubría su cuerpo y rostro, dejando a la vista un inmenso monstruo de aspecto humanoide, con piel roja y una cabeza similar a la de un...¿pulpo?
―Dagon es mi nombre, hechicero―moviendo el brazo, tomó el rostro de Naruto y estrelló al chico contra la pared sin temor alguno, haciendo que la construcción temblara―. Sin embargo, mi objetivo es arrancar tu cabeza ahora mismo.
"¡Este tipo!"
Movió las piernas. Rodeó el brazo de Dagon con ellas y torció su tren inferior con una fuerza sobrehumana. Sorprendiendo al tipo pulpo, Naruto realizó una llave de desarme que envió a Dagon a estrellarse contra el suelo.
―No me tomes por un pelele, idiota―levantó la pierna y la bajó directamente, queriendo aplastar la cabeza del monstruo/humano―. ¡¿?!
―Estos golpes tan débiles no van a frenarme, hechicero―Dagon había detenido el pie de Naruto antes de que aplastara su cabeza. Sin esfuerzo, lanzó al chico y lo hizo retroceder varios metros para ponerse nuevamente de pie―. Si lo que pretendes es forzar mi mano, vas a tener que hacerlo mejor. ¡Esfera de Agua!
Dagon movió su brazo y una esfera de agua concentrada fue disparada hacia el pecho del aprendiz de hechicero, golpeándolo y enviándolo a volar sin esfuerzo alguno.
Y esperaba que el chico cayera.
―¡Mierda!―Naruto maniobró en el aire. De su bolsillo sacó varios utensilios que disparó con un movimiento a su adversario. Dagon solamente los desvió al mismo tiempo que Naruto tocaba el suelo―. Primero un tipo de fuego y ahora agua. Que pasará ahora, ¿un tipo de tierra después?
Dagon no respondió. Corrió hacia el aprendiz como si fuera un jugador de rugby: con el hombro por delante, transformándose en un tren de carga que iba directo por su objetivo. Pero Naruto no era idiota. No iba a dejar que un tipo de quinientos kilos lo arrollara, si es que no pesaba una tonelada completa.
Dejó que el aire saliera de su boca. Afianzó las piernas y movió el brazo hacia atrás, cerrando la mano sobre algo frío. Cuando Dagon estaba a siete metros, el ubio golpeó con la última sección de la Nube Itinerante la cabeza de su objetivo, enviándolo a estrellarse contra el suelo.
―No sé qué especie de Cthulhu eres, pero no voy a dejarte seguir hacia adelante como si nada―Dagon comenzó a ponerse de pie. Naruto dejó que el nunchaku de tres secciones colgara de su cuello y alzó la cabeza para observar a su adversario. La diferencia de altura estaba demasiado clara cuando se miraba a ambos―. Soy un "cazador". Y ahora eres mi presa, porque así lo quiero.
―Humano arrogante―la herida de Dagon comenzó a cerrarse segundos después de aquella frase. Como si no hubiera sido golpeado por una fuerza sobrehumana, el hombre/pulpo se alzó sobre su enemigo mostrando una mirada airada―. Voy a devorar esa cabeza tuya y voy a arrancar tu corazón.
―Ni siquiera "ella" pudo hacerlo―el brazo se Dagon se movió con la intención de darle una bofetada. El tipo fue sorprendido cuando la sección izquierda de la Nube Itinerante se convirtió en un escudo y bloqueó el golpe sin crujir―. Eres bueno, lo reconozco. Y más "fuerte" que yo. Pero no voy a dejarte seguir jugando bajo la lluvia, pequeño pez. ¡Voy a tomar tu cabeza, estúpido!
La pierna se movió. Naruto salió disparado hacia atrás.
―Perro ladrador poco mordedor, ¿sabes?―Dagon inclinó la cabeza hacia la derecha, mirando como Naruto se ponía de pie―. Solo no te levantes. ¡Esfera de Agua!
Había estad condensando y dando forma a una enorme esfera de agua. Dagon la dejó caer sobre su objetivo como un inmenso torrente, esperando que la presión pudiera aplastar al aprendiz de hechicero y terminar con su vida de un golpe.
―¡Nue!
Plumas cayeron sobre el asfalto húmedo. El agua golpeó el suelo generando un inmenso temblor. Sobrevolando el cielo oscuro, un ave había tomado de los brazos al aprendiz de Toji.
―¿Megumi?
―Siento habértelo ocultado estas semanas―limpiando la sangre de su mentón, Megumi hizo acto de presencia por detrás de Dagon―. Soy un hechicero enviado por los Ancianos para tu control, Uzumaki. Déjame ayudarte con esta maldición de grado especial.
Naruto fue soltado por Nue y el aprendiz cayó sobre sus pies.
―Ya decía yo que eras raro. Ni siquiera un estudiante promedio es tan emo como tú―burlesca, la voz del Uzumaki llegó a los oídos del hechicero de cabello negro―. ¡Pero no voy a compartir mi dinero! Incluso si me caes bien, Megumi.
―No quiero dinero. Quiero ver de lo que eres capaz, Uzumaki.
―¡Bien!―arrogante. La forma de Naruto fue envuelta por un aura de seguridad―. Voy a demostrarte porque no deberíais ir tras de mi como una presa.
*Nota de Autor: recordad que Naruto aun no es tan fuerte como Toji, por si preguntáis porque no vence de un golpe a Dagon.
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