Capítulo 14

La soberbia y el orgullo eran las principales características de Raiser. La confianza en su propia habilidad e inmortalidad, solamente hicieron que el ego creciera en su interior y, si alguien sumaba sus victorias frente a jóvenes demonios prometedores en Rating Game, el ego solamente se multiplicaba hasta una escala que lo hacía insoportable para todos los que conocían al demonio de sangre pura. Aunque realmente Raiser tenía como apoyar su ego. Había demostrado que sabía combatir y que tenía experiencia. Su séquito le era completamente leal y el poder regenerativo le daban las armas con las que podría vencer a casi cualquier adversario. Y lo importante era el "casi".

Tanto sus padres como sus hermanos mayores habían aconsejado a Raiser no aceptar el enfrentamiento con el intruso, pues habían sentido en el ambiente algo sumamente extraño. Sin embargo, el ego embotó los oídos de Raiser y el raciocinio que debería acompañarlo, se había ido por el desagüe ante las burlas del intruso a su evento del año, su evento más importante.

Ahora ambos rubios se encontraban en una dimensión distinta, rodeados por gracias, de pie en la arena de lo que parecía ser un coliseo bajo la atenta mirada de todos los invitados, ya fueran por parte del propio Raiser o por parte de la propia Rias, quien era la principal afectada por aquel enfrentamiento.

Era posible que alguno de los invitados no hubiera captado la esencia del joven aprendiz de hechicero, pero las principales figuras presentes en el lugar en seguida se dieron cuenta de que era un humano y no un reencarnado como pensaron en un principio.

¿Cómo un humano había llegado hasta la mansión de Gremory y como había entrado en el Inframundo en primer lugar? Ambas preguntas carecían de una respuesta demasiado clara. ¿Podría haber sido obra de Rias o de uno de los miembros de su séquito? ¿Estaría planeado por Zeoticus, el padre de Rias, al ver que el emparejamiento era un error y ya no podía echarse atrás? Si bien no podían ver una respuesta, Raiser había aceptado el enfrentamiento y las condiciones, apoyándose en su propia inmortalidad y su enorme ego.

―Voy a mostar tu corazón palpitante a todos los invitados, muchacho. Desearás no haber venido.

Raiser había mantenido la vestimenta que levaba al inicio. Su regeneración de Phoenix, al estar activa, le permitía poder mantener su ropa sin ningún rasguño presente ni daño alguno que pudiera afectar severamente a la vestimenta.

―Si arrancas mi corazón, no podré desear no haber venido KFC idiota.

Naruto tampoco había cambiado su vestimenta. Sorprendentemente, había elegido para aquella ocasión la misma vestimenta que usaba su mentor: una camiseta negra de manga corta ajustada, unos pantalones holgados grises y unas zapatillas de taichi de color negro para terminar la vestimenta, siendo un calco completo de su mentor, pero con el cabello rubio.

―Voy a cerrar esa boca.

El primer movimiento fue un torrente de fuego abrumador. Raiser había iniciado con un ataque que sobrepasara la defensa de su adversario, que o abrumara por completo y no lo dejara actuar. Debía, como su ego le decía, acabar con su enemigo con un solo movimiento.

La sorpresa llenó las gradas y borró la sonrisa petulante en los labios del demonio. El aprendiz de hechicero no había recibido la mayor parte del daño. Un escudo se mantenía cubriendo el cuerpo completo del Uzumaki, recibiendo el impacto de las llamas.

―Esto es "Espejo de Yata". Unas llamas tan insignificantes, no podrán quebrarlo.

Toji se había encargado de dejar a su aprendiz una enorme e ingente cantidad de herramientas malditas con las que poder enfrentarse a cualquier enemigo en lo que él volvía de su trabajo, siendo una de ellas el conocido Espejo de Yata, un arma defensiva que podía proteger a su usuario de casi cualquier ataque. Para superarlo, se necesitaría algo más que un mar de llamas.

―¿¡Que mierda?!

―Ameniza es vocabulario―golpeando con el mango de la Alabarda Celestial Invertida su propia sien, Naruto se burló de Raiser―. Podría haber niños presentes.

―¡VETE A LA MIERDA!

Raiser extendió un par de alas hechas con su propio fuego y aleteó con fuerza creando un viento abrasador que generó una pequeña tormenta de arena y brasas hacia su adversario. Naruto solamente se cubrió detrás del Espejo de Yata, mostrando su sonrisa burlesca en todo momento y sin impedirle a Raiser poder gozar de ella.

―¡Oe, oe! ¡Esto afectará a mi cutis, idiota!

El rechinar de los dientes se escuchó por encima del propio viento. Naruto estaba disfrutando, si le preguntaban, de encender los ánimos del demonio de sangre pura mucho más de lo que ya estaban, encontrándolo sumamente divertido y una pieza clave para su victoria.

En una batalla, la psique era una herramienta importante. Si tu adversario sabía cómo jugar con tu mente, podía terminar ganando la batalla con mucha más facilidad que si no jugaba con ella. Los insultos, las burlas y los comentarios eran una de las herramientas que los luchadores usaban para encender los ánimos de su enemigo y poder llevarlos a su terreno en todo momento.

Naruto había aprendido a leer a sus adversarios. Sabía sobre la sobrestimación que el propio Raiser se tenía así mismo, del enorme ego que cargaba y de la confianza en sus poderes e inmortalidad. Para vencerlo, solamente tendría que romper la confianza en sus poderes y él ya no podría seguir peleando como lo había hecho hasta el momento. De hecho, sería superado en pocos segundos si la inmortalidad propia de los Phoenix no cumplía su cometido.

―Esperaba un poco más del gran Raiser Phoenix, la verdad―apoyándose detrás del escudo, Naruto comenzó a caminar hacia Raiser como un viejo soldado romano―. ¿Solo atacas de frente? ¿No vas a flanquearme por la espalda?

Raiser estaba sintiendo la ira crecer dentro de él. Estaba sintiendo como la bilis, causada por las burlas del aprendiz de hechicero con sus comentarios, subía por la garganta hasta la boca.

Estaba a punto de vomitar por la ira.

―Voy a apagar esos comentarios tuyos con mi propio fuego, muchacho. ¡Voy a romper ese escudo de mierda! ¡Voy a quemar tu cara con mi fuego hasta que ni siquiera tu madre te reconozca!

―Ag, mi pobre madre. ¿Qué estará haciendo ella ahora? ¿Cocinando ramen?

El Espejo de Yata se movió ante el empuje de Naruto cuando Raiser se abalanzó sobre él. Siguiendo el movimiento de su dueño, el escudo golpeó el cuerpo del demonio puro atravesándolo como si fuera un fantasma, algo que hizo sonreír a Raiser.

―¡Te pillé!

―No, yo te pillé a ti.

El desgarro de la carne llenó los oídos de Raiser y pronto sintió una punzada en el costado. Movió la cabeza y miró hacia donde sentía aquel dolor punzante. Una hoja había atravesado su traje y había penetrado su carne con facilidad. ¡Y no había llamas que estuvieran curando la zona afectada! Su regeneración no estaba activada.

―¿Q-qué?

Soltando el aire contenido, Naruto golpeó el vientre del demonio con un poderoso rodillazo para después conectar una patada semi giratoria que envió a Raiser a estrellarse contra el muro.

―Eres tan egocéntrico y confiado, que no has podido pensar que venía preparado―la hoja de la Alabarda Celestial Invertida goteaba de sangre y el metal de esta no podía verse por culpa del líquido rojo―. Siempre tuve la ventaja y este enfrentamiento en mi mano. Soy el Cazador de Demonios, pequeña mierda.

La sorpresa se reflejó en los ojos de Raiser. La regeneración no se estaba activando y la sangre seguía brotando de su costado. Además, el golpe le había dañado algunas costillas y huesos de la espalda, o eso era lo que el demonio sentía: su espalda lastimada estaba gritando de dolor.

Naruto había usado la propia personalidad de Raiser en su contra. La "superioridad" se había vuelto en la debilidad del propio demonio y el aprendiz solamente explotó eso para poder ejecutar su sencillo plan. Con los poderes sellados o con la oportunidad de sellarlos de forma constante, Naruto Uzumaki tenía la ventaja sobre Raiser que necesitaba. No requería un poder desobediente para sobrepasar la regeneración del Phoenix. Solamente clavando la Alabarda, los poderes se desvanecerían por un periodo de tiempo aun no estimado, pero Naruto simplemente lo calcularía.

Solo si le daba tiempo a Raiser de descubrir eso.

―Maldito bastardo―la sangre había comenzado a filtrarse entre los dedos del demonio, goteando por la piel y cayendo al suelo de la arena como goteo de agua―. Esto solamente lo dificulta un poco, nada más. No voy a perder contra alguien sin poderes...

De pronto, el cabello se meció ante el viento. Los ojos de Raiser vieron la Alabarda saliendo disparada haca él. Debido a la incomprensión y la confianza, se quedó estático, esperando que el arma lo atravesara como lo haría cualquier otra cosa. Y ese fue el mayor error que podía haber cometido. La alabarda Celestial Invertida lo atravesó, cortando tela, carne y músculo y se clavó en la pared detrás del tercer hijo de los Phoenix, dejándolo más confundido, lleno de miedo.

―Esto realmente me está decepcionando, Raiser―Naruto tiró de la cadena que ató a la Alabarda. Con un crujido, el arma salió de la pared y volvió a la mano de su dueño―. Convertirte en carne picada, no era mi objetivo. Incluso esos caídos fueron más divertidos.

Cuando el cuero del mango de la Alabarda tocó su mano, salió disparado hacia Raiser con la única intención de matarlo. Eso era lo que sus ojos azules mostraron a todo el mundo, a todo aquel que quisiera mirar, incluido al mismo Raiser. Pero aun había soberbia, aun había fanatismo hacia los demonios puros y el poder de los Phoenix. Raiser era demasiado confiado y dependiente de sus poderes, por lo que aquellos dos ataques debían de sr un "error", uno que se solventaría Enel siguiente envite.

La confianza de Raiser se hizo añicos cuando Naruto perforó su estómago con la alabarda Celestial Invertida. Lo hizo con tanta fuerza, que la hoja del arma y la mano del aprendiz de hechicero aparecieron por el otro lado, claramente generando una herida mortal.

―¡Cough!

La sangre manchó el rostro del aprendiz de hechicero, pero no le hizo ascos. Después de haber matado a tres caídos y llevar al borde de la muerte a un excura, aquello era algo que vería el resto de sus días si terminaba su formación. Y estaba bien con ello.

―Hay diferencia entre nosotros, KFC. Yo esperé todo de ti y tú nunca esperaste nada de mí―un grotesco sonido surgió cuando Naruto sacó la Alabarda y el brazo del interior de Raiser, ocasionando murmullos entre los espectadores, los cuales se sumaban a las miradas de pánico y tristeza, como si Raiser fuera querido―. Tomaré tu cabeza. La arrancaré ahora Raiser, cuando aún estás...

Un chasquido propio de un pequeño relámpago obligó al chico a apartarse del casi inerte cuerpo d Raiser, quedando alejado de su objetivo por una distancia de al menos veinte o treinta metros.

Los ojos del Maou Lucifer hubieran achantado a cualquier peleador, era algo que todo el mundo sabía. Era un de los miembros del Top 10 y un ser realmente poderoso dentro del Inframundo. ¿Pero aquel muchacho estaba acaso asustado? Sirzechs debía darle algo de crédito al asesino de Raiser. El muchacho no había retrocedido frente a su presencia. Ni siquiera parecía afectado ante su aura y seguía allí, moviendo el arma entre una mano y otra, mirándolo, calculando.

―Esto no era necesario.

―Esto era necesario. Trabajo es trabajo, cabeza de tomate. Y cumplo con los plazos de entrega pedidos por el cliente.

Naruto no era idiota. Podía ver que pelear contra el Lucifer actual era una pérdida de tiempo, un acto realmente suicida. ¿Pero iba a achantarse? Llegado el caso, a pesar de la promesa con su maestro, él solamente usaría su As bajo la manga para salir de aquel lugar sin estar yendo hacia la muerte.

―Tendré entonces que hacer algunas preguntas, chico. Y vas a tener que responder.

―No, no hará eso Sirzechs. No va a responder a tus preguntas y, mejor aún, tu responderás ante las mías.

Sirzechs Lucifer podía ser poderoso, estar dentro del Top 10 de los seres más poderosos y ser el gobernante el Inframundo junto a sus compañeros Mau. Sin embargo, no eran nada comparados conta el demonio que apareció frente al Lucifer, extendiendo la sorpresa entre los asistentes de la boda, quienes miraron al demonio con admiración, respeto y miedo a proporciones iguales.

―...

―Tenemos muchas que comentar, muchacho―los ojos de aquel demonio no se despegaron del Lucifer―. Y este humano me ha sido de utilidad, por lo que vendrá con nosotros a dar su punto.

―Por supuesto, señor contratista.

―Y depende de tus respuestas―el dedo índice de la mano derecha del demonio señaló al Lucifer―; tu cabeza podría estar en una pica al atardecer.

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