2. XI.
Escuela de Hechicería, Jujutsu de Tokio.
Exhaló el humo de sus pulmones.
La chica era hermosa. Pelo negro por debajo de sus hombros. Una estatura que superaba al promedio de la chica japonés. Una mirada decaída y ojeras enmarcaban sus ojos terminando con un pequeño lunar debajo de uno de ellos.
Camisa clara, pantalón negro, y zapatos con tacos.
Un paraguas era sostenido por su mano derecha cubriéndola de la lluvia.
Shoko Ieiri.
Una joven prodigio de 28 años de edad habiendo compartido año y clases con Satoru Gojo y Suguru Geto. Una genio que se había graduado de medicina con tan solo dos años de estudiar tras terminar la secundaria.
La mujer era increíblemente valiosa para las altas esferas. Después de todo, se trataba de las casi nulas personas que podían utilizar la Técnica de Maldición Inversa. Shoko era neutral cuando se trataba de las altas esferas, pero siempre tendía a ponerse del lado de Satoru Gojo.
¡Plic! ¡Plic!
¡Plic! ¡Plic!
La lluvia caía suavemente sobre todo el país. La mujer observaba mientras fumaba en su descanso. Pronto tendría que lidiar con su fuente de estrés, los turnos de noche.
La bata de su trabajo descansaba sobre el frío mármol de una cornisa. En uno de los bolsillos se observaba una petaca de alcohol. La chica era buena tomando bebidas alcohólicas haciendo de esto un pasatiempo y su "comida" favorita.
Le volvió a dar una pitada a su cigarro.
¿Por qué volvía a fumar? La chica había abandonado aquel vicio hace cinco años retomandolo hace días.
- ¿Por qué?- preguntó al aire Shoko siendo eclipsada por el ruido de la lluvia golpeando-. Me dejaste sola, Satoru- mencionó dándole otra pitada al cigarro.
Exhaló el humo.
Siempre había sido así. En un grupo de tres, siempre, lamentablemente, había uno que sobraba. Siempre habían dos que se llevaban mejor el uno con el otro.
Satoru y Suguru.
Los dos hechiceros más poderosos de la época. Solo ellos podían entenderse dejando rezagados a los demás. Dejándola abandonada a ella.
Primero, se fue Suguru.
Y ahora, Satoru siendo sellado.
- Podrías haber confiado en mi aunque sea un poco- mencionó Shoko.
Se quedó sola.
La chica llevó su mano hurgando entre los bolsillos de su bata sacando un caramelo. Ella odiaba lo dulce, pero, siempre llevaba uno con ella para Satoru.
Le sacó la envoltura que lo protegía de lo externo, y se lo llevó a la boca, saboreando.
¡Puaj!
Shoko escupió el dulce al suelo.
- Está horrible- mencionó la mujer con una mueca de asco en su rostro.
El caramelo rodó hasta comenzar a caer por los escalones de la escalera.
Shoko siguió la escena con la mirada hasta que el caramelo se detuvo a metros de ella.
La muchacha puso su atención hacia el frente observando la entrada de la escuela con aquella enorme estructura roja en forma de arco.
Una pequeña sombra yacía en la entrada mojandose con la lluvia.
Aquellos objetos eran vistos cada varios días por ese lugar. La escuela para el ojo humano tenía la apariencia de un templo budista. La mayoría de la gente común imaginaba que lo era dejando en la puerta y sus alrededores ofrendas a los dioses como comida, bebidas, objetos valiosos para ellos.
Shoko, curiosa, comenzó a caminar hacia la entrada, descubriendo a cada paso, que la pequeña sombra se trataba de una caja de cartón cerrada.
La chica se puso de cuclillas observando curiosa la tapa de la caja.
Miau~
Shoko abrió la tapa revelando lo que había adentro.
Dos gatos le devolvían la mirada temblando por el frío.
El gato de la derecha era negro.
El de la izquierda era de color blanco con ojos azules.
Ambos maullaron mientras la miraban fijamente.
Shoko pusó una leve sonrisa y su mirada se dirigió hacia los cielos negando suavemente.
- Al final...-
La chica dejo el paraguas en el suelo cubriendo del agua al par felino. Tomó a cada uno por debajo de sus brazos y comenzó a caminar lo más rápido posible hacia el interior dejando incluso su cigarro atrás.
Al final...
No la habían dejado sola.
Fin del capítulo.
Este capitulo está dedicado para el personaje de Shoko Ieiri. Este mismo transcurre en el lapso de los Juegos de la Extinción.
Espero que les haya gustado. Con su voto, comentario, y poniendo el fic en sus listas de lectura me ayudan muchísimo.
Nos leemos en el siguiente capítulo.
Bye-bye~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top