2. IV.

Nobara Kugisaki, alumna de primer año de la escuela de Jujutsu, se hallaba en una importante misión.

Encontrar a Hakari y convencerlo de pelear a su lado en los juegos organizados por Getou, bueno, realmente por la persona que controlaba el cuerpo del ex-hechicero.

Como su compañera se hallaba en una importante misión, Uzumaki Naruto ahora mismo estaba...

- Inhalen- pidió una mujer al frente de todo el grupo.

¡Por eso ahora estaba...!

- Exhalen-

¡En una clase de yoga!

- (Espero que le esté yendo bien a Noo-chan)- pensó Naruto siguiendo con la clase.

Nobara se sentó dando un suspiro agotador. Ni siquiera llevaba una hora en aquel lugar y ya quería irse por donde vino. Estúpido Naruto.

¿Qué estará haciendo el muchacho mientras esperaba a que ella contactara con Hakari?

Seguramente estaría tirado en el suelo viendo las nubes mientras disgustaba un dulce, o de seguro estaría haciendo algo tan ridículo al estilo Uzumaki Naruto.

Nobara intentó detener una pequeña sonrisa ante los pensamientos sobre el hechicero rubio, pero no pudo, solo sonrió al pensar en el. 

Maldición, actuaba como una colegiala enamorada.

- Idiota- susurró la chica.

- ¡Oye! No me digas asi- mencionó el hombre de pie frente a ella-. No te hice nada-

- No te hablaba a ti, tarado- refutó la hechicera cruzándose de brazos.

Nobara estudió la habitación que la rodeaba. Aún no se acostumbraba a tener que girar más de la cuenta su cuello para ver todo el panorama. Ya saben, problemas al tener un parche en uno de tus ojos.

Primera regla del club de la pelea, no hablar del club de la pelea. El estacionamiento abandonado usado como coliseo y escondite al mismo tiempo. Parecía que este sujeto, Hakari, era fan del film dirigido por David Fincher, y protagonizado por Brad Pitt, y Edward Norton.

Parecía que los hechiceros poderosos tendían a ser personas peculiares.

- Hay dos reglas- mencionó el hombre frente a Nobara.

La hechicera dio un suspiro.

Ahora que lo notaba bien, el sujeto parecía imitar el peinado, y estilo de vestimenta de uno de los personajes.

- "No huir" y "No usar técnicas de rituales"- informó el hombre.

- ¡¿Ah?! ¡¿Y eso por qué, idiota?!- preguntó Nobara mediante una queja.

Ella era una mujer fuerte. No le importaba en lo más mínimo si su oponente utilizaba su técnica ritual contra ella.

- La mayoría del público no son hechiceros, así que, no pueden verlas. Una pelea invisible no viene bien para el negocio- explicó el sujeto.

- ¿"Y lo de no huir"?- interrogó la muchacha.

- Los clientes tienen que verte. Lo entenderás cuando veas la arena de batalla. Todo gira entorno a ellos. Su agrado es el nuestro. Su desconfianza es la nuestra. Ellos son lo más importante en todo esto. Después de todo, es un negocio- mencionó el hombre.

Noo-chan rodó la mirada.

- ¿Y el jefe? ¿Cómo es? Dicen que es lindo y fuerte...- mencionó Nobara intentando sacar información actuando de forma tierna e interesada.

- Estará difícil- habló el hombre abriendo la puerta de la habitación-. Vamos, ya es hora de tu pelea-

Nobara se puso de pie siguiendo al sujeto por los pasillos.

- Llevo semanas aquí y aún no lo he visto- mencionó el hombre contando un fajo de dinero en sus manos-. Es difícil conocerlo, pero no imposible. Hay dos tipos de pelea. Las de verdad, la que tendrás hoy, y seguro, el resto de la semana. Y las arregladas. El jefe las arregla por supuesto- informó.

El par descendía ahora por una escalera yendo rumbo a lo que parecía ser la zona del estacionamiento.

- En otras palabras... Solo tengo que patear traseros y armar un buen show- sonrió con ansias de pelea Nobara.

Estacionamiento.

Un enorme agujero se encontraba en el techo del lugar dejando que los espectadores pudieran ver desde arriba la pelea.

No había ningún obstáculo en la arena donde se llevaría acabo el encuentro, salvo las columnas enormes que mantenían estable el piso de arriba.

Un estacionamiento común y corriente abandonado, pero limpio para evitar el desagrado de los clientes.

- Ellos arriba, y los peleadores abajo, ¿eh?- mencionó Nobara tronando los huesos de sus dedos.

Parecía estar como un objeto en subasta bajo la mirada de decenas de personas.

- Si, y allá está tu oponente- informó el sujeto deteniéndose a metros del futuro espectáculo-. Hay personas de otros países. Capaz no entiendas a tu contrincante, pero que más da, solo estamos aquí por los puñetazos- rió de brazos cruzados.

Nobara sonrió de lado siguiendo su trayecto hacia el centro.

- ¡Ahora siiii! ¡Ya está todo listo para la tercer batalla del día de hoy!- exclamo el presentador del encuentro.

Nobara dio un suspiro de fastidio. Viejos verdes. ¿Con que así se querían entretener?

Después de todo, la tercer batalla, sería un encuentro entre dos mujeres hermosas.

- ¡Del lado izquierdo! Haciendo su presentación... ¡Nobara Kugisaki!-

Varios soltaron alguno que otro silbido y gritos de apoyo.

- (Muéranse)- pensó Nobara.

- ¡Del lado derecho! Viniendo con una racha de cuatro peleas, y cuatro victorias, directo desde Corea del Sur... ¡Ma Miseon!-

La coreana usaba un traje de luchador un tanto revelador que consistía en un top, y jeans cortos que se envolvían apretando sus piernas trabajadas. Con su piel expuesta, se podía apreciar, para el gusto de los hombres, biceps algo marcados. Con la zona de su estómago al descubierto, también dejaba a la vista abdominales levemente marcados.

Su pelo corto verdoso, y sus ojos rojos combinaban con el pequeño maquillaje en sus mejillas.

Aquella mujer solo desprendía un aura de: ¡Serás dominado, y te gustara!

¡Plop!

El globo de chicle reventó mostrando las facciones de la chica revelando también un rostro bonito.

- Lástima ese parche que tienes. Serías popular entre los chicos, ahora estás feita- mencionó Miseon.

Una vena de enfado se remarcó en la sien de Nobara.

Fin del capitulo.

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¡Seguidme si no lo estás, y únete a esta escuelas de hechiceros!

Nos leemos en el próximo capitulo.

Bye-bye~

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