2. I.

Un día después.

Lugar desconocido.

La situación se encontraba bastante alborotada. Los índices de maldiciones se habían disparado por los aires dejando una situación similar a la era Heian, la edad de oro de las técnicas malditas.

23 ciudades yacían casi destruidas. Los lugares seguros eran realmente pocos, contándose con los dedos de las manos. Los municipios de Okutama, la ciudad de Oume, Akiruno, Hachioji, Machida, y algunas islas que tuvieron suerte.

El último análisis había dado como resultado la devastadora cifra de 10 millones de espíritus malditos sueltos. Los hechiceros utilizaban todo su energía, pero era algo demasiado grande casi escapándose de las manos humanas.

Un vacío político empezaba a nacer. Y con aquello su economía también empezaría a bajar desplomando el yen, moneda japonesa.

Con un vacío de poder de tal magnitud, solo era cuestión de tiempo para que la intervención militar extranjera aparezca. Y aquello podía desencadenar una guerra mundial nunca antes vista en el mundo de la hechicería.

Aquel lugar se hallaba casi en oscuridad siendo alumbrado por fugaces velas encendidas. No era una habitación cualquiera, se trataba de una sala enorme, un lugar en donde la mayoría de hechos actuales del mundo de la hechicería se llevaba acabo.

El lugar de reunión de los peces gordos del mundo. Aquellos ancianos codicioso cegados que solo repartían odio y repugnancia por la tierra. Aquellos que decidían lo que estaba bien y mal, jugando a ser dioses.

Un consejo compuesto por decenas de asientos lujosos puestos en forma de U, en un intento de intimidar gracias al tamaño, a la persona que se tendría que parar en el medio. Un modelo de arquitectura bastante recurrente en los poderes gubernamentales en todo el mundo.

Tan solo imagina estar de pie en el centro siendo rodeado por decenas de hombres y mujeres que te observan sentados a metros desde arriba. Te hacía sentir intimidado, como una pequeña cría frente a una jauría.

Sin embargo, había casos muy pequeños donde la cría... Bueno...

- El clan Gojo ha perdido su estatus en el mundo de la hechicería-

En el lugar se estaba llevando acabo una discusión bastante importante para la hechicería. Con Satoru Gojo sellado, el mundo había cambiado drásticamente. La sola presencia del hechicero más fuerte provocaba que los males del mundo se escondieran en las sombras. Asesinos, políticos corruptos, mercenarios, maldiciones, etc.

Y con él fuera del campo, las sombras salían de su letargo.

- Ya no hay nada de valor en ese clan, solo quedan debiluchos-

- ¿Propones eliminar al clan Gojo de las grandes familias de Jujutsu?-

- Actualmente hasta los minúsculos del clan Inunaki son más poderosos-

- A lo largo de la historia, familias han ido y venido. El caso más reciente data del clan Uzumaki, expulsado de los grandes clanes hace 100 años. Otra familia expulsada no será nada-

Actualmente se lo conocian a los Gojo, Kamo, y Zenin como los Tres Grandes Clanes dentro del mundo de Jujutsu. Sin embargo, hace décadas eran cuatro familias.

Los Uzumaki. El clan había llegado hasta ese puesto gracias a su expansión territorial tan peculiar. Al contrario que los demás hechiceros, la expansión de los Uzumaki era interiormente, dotando a sus miembros de habilidades innatas, como extremidades extras, fuerza física superior, visión infrarroja, visión de 360 grados, y la lista seguía.

Sin embargo, un accidente hace 100 años acabo con el clan ocasionando su salida de los Cuatro Grandes Clanes.

- Con aquel idiota sellado, nuestras manos dejaran de estar tan atadas- exclamo uno de los ancianos refiriéndose a Satoru.

Y vaya que lo habían aprovechado. En tan solo un día después del incidente de Shibuya, los altos mandos sacaron provecho de la ausencia de Satoru.

Suguru Getou volvía a ser condenado a muerte.

Satoru Gojo quedo expulsado del mundo de Jujutsu al considerarse cómplice del incidente en Shibuya. Incluso retirar su sello se consideraría un acto criminal. Con aquel movimiento vil, se habían protegido del ser llamado Satoru Gojo, sacándolo del juego para siempre.

Y con él vivo, pero encerrado, no nacerá nuevamente otro hechicero con los seis ojos y la técnica del infinito.

Masamichi Yaga recibiría la pena de muerte culpandolo de incitar a Satoru y Suguru del incidente de Shibuya. Deshaciéndose de otro chico problema.

Sin Satoru, todas las personas protegidas por él, ahora eran vulnerables. Tal como Itadori, cuya suspensión de pena de muerte fue revocada. No se podía saber a ciencia cierta a cuantas personas había ayudado Satoru en todos estos años, yendo de Itadori, Megumi, Yuta, Hakari. Incluso personas fuera de Japón podrían estar en peligro debido a la ausencia de este hechicero.

El incidente de Shibuya había beneficiado a los altos cargos permitiendo en deshacerse de piedras molestas en su camino.

Ya nadie podía frenarlos...

- Entonces, ¿todos a favor de eliminar al clan Gojo de los Tres Grandes Clanes?- preguntó una mujer cómodamente desde su asiento.

Afuera al mismo tiempo.

La situación alrededor de todo el complejo parecía imitar al de una película de acción. Aquellas escenas hechas solo por protagonistas o villanos principales en donde se enfrentaban contra decenas de enemigos y salían sin ningún rasguño.

- Creo que nos excedimos un poquitito, bueno, tú realmente...-

Una figura femenina había hablado al mismo tiempo que se detenía para apreciar el desastre que habían hecho junto a su compañero.

El parche en el rostro de la chica no ocultaba su belleza.

Nobara Kugisaki, alumna de primer año. Hechicera de rango tres.

Al no recibir una respuesta se giro observando a su compañero adentrarse en el edificio sin ninguna preocupación.

- ¡Naruto, bastardo! ¡No me dejes hablando sola!- maldijo la chica enfundado su martillo en el cinturón alrededor de su cintura.

Nobara camino hasta sentarse en los primeros escalones de las escaleras quedándose a esperar lo que pasaría allí dentro.

El mundo ya se estaba yéndose al carajo, así que, ¿pasaría algo si atacaban al complejo donde los altos mandos de Jujutsu residían? Atacar no era la palabra correcta, ¿ o si?

Nobara saco de sus bolsillos una pequeño dulce sabor frambuesa llevándoselo a la boca. Hace meses, cuando apenas iniciaba el ciclo escolar, no era de comer porquerías. Pero tantas salidas al shopping, entrenamientos compartidos, y pasar el tiempo junto a Naruto, había provocado que comenzará a comer dulces.

Nadie la culpaba, incluso Maki comía dulces gracias a Naruto.

Hablando del hechicero, Nobara solo negó suavemente. El par no tendría que estar en aquel lugar, sino estar buscando al alumno de tercer año llamado Hakari, o Hikari, o algo así era.

Un sujeto que en palabras de Naruto, era fuerte. Convirtiéndolo en un gran aliado para el juego de guerra que Getou había planeado.

- Para ser los altos mandos, no tienen una buena seguridad- expresó Nobara disfrutando de su dulce observando lo que Naruto había provocado hace escasos minutos.

Frente a ella, dispersados por toda la finca, se podían apreciar decenas de cuerpos inconscientes regados por todas partes. Algunos incrustados en las paredes, otros en el techo, y otros en el suelo...

17 hechiceros de primer grado.

30 hechiceros de segundo grado.

20 hechiceros de tercer grado.

Todos ellos inconscientes.

Las palabras dichas por Naruto habían sido claras y concisas:

Noo-chan, con Gojo sellado, los altos mandos andarán a sus anchas pensando que nadie se encuentra en su camino. Solo iré a recordarles, que yo aún sigo aquí~

Nobara mordió el dulce dejando que el sabor se extendiera por toda su boca.

Consejo de los altos mandos.

Las luces de las velas repentinamente perdieron algo de oxigeno debilitando su luz.

- La familia Gojo quedara expulsada de los Tres Grandes Clanes...-

- Todas sus pertenencias entre propiedades, herramientas malditas, y poder económico será dado a nosotros, o repartido entre los dos clanes restantes, Zenin o Kamo-

- ¿Creen que protesten?-

- ¿Y que podrán hacer? Sin Satoru Gojo, el nuevo líder será una pequeña oveja fácil de manipular. Sin él, solo es un clan de sirvientes y sirvientas-

La mayoría de todo el consejo asintió.

- Saben muy bien que en una pelea contra nosotros tienen las de perder groseramente. Contamos con el apoyo del clan Zenin, y el clan Kamo. Solo pueden decir gracias por lo benevolentes que somos-

- ¡Tendrían que arrodillarse y darnos las gracias como un perro a su amo!-

¡Fwiiish!

Una suave brisa surco por todo el consejo apagando una a una las velas dejando a oscuras aquel sitio.

¡Hiiiiiiiiii!

La puerta de entrada comenzó a abrirse lentamente con un chirrido captando la atención de todas las personas presentes. Las luces del exterior pronto alumbraron la sala completa. La sombra de una figura se proyecto en el suelo comenzando a entrar dejando que sus pasos resonaran entre todo el silencio.

¡Fwish!

Al mismo tiempo, las velas volvieron a encenderse alumbrando toda la sala.

- Ja je ja ja ji jo jo ju-

Una pequeña risa sarcástica se escucho del nuevo invitado que pasaba por la entrada.

- Y yo que pensé que mis chistes eran malos...-

El sujeto que había entrado tenía una altura superior al japones promedio, midiendo unos 1,83 cm. Su cabello rubio iba como siempre, ni muy largo, ni muy corto. Dos aretes en cada oreja, y su clásico y distintivo uniforme de Jujutsu de siempre.

Sin embargo, algo nuevo en él, eran las gafas de sol en su rostro muy parecidas a las que llevaba Satoru Gojo en su adolescencia.

- Uzumaki Naruto, ¿no tendrías que estar exterminando a la horda de millones de maldiciones en Japón?-

El mencionado solo infló el chicle en su boca haciendo un globo comenzando a enojar a los presentes.

- Ya me conocen bien. No sigo ordenes de nadie~

- ¡Mocoso! Estoy comenzando a cansarme de tu insolencia-

Naruto solo alzo sus hombros en un gesto de no importarle mucho aquello.

- Espérame un segundo- pidió el rubio comenzando a hurgar en sus bolsillos-. Déjame escribirlo en mi libreta invisible de cosas importantes~

¡Pump!

Una persona golpeó fuertemente su escritorio poniéndose de pie.

- ¡Mocoso insolente! ¡¿Acaso sabes quienes somos?!-

- ¡Muestra respeto a tus superiores!-

Poco a poco, la sala se lleno de gritos, pedidos, e insultos hacia el chico en el centro de todo, quién solo dio un bostezo.

- Cállense-

La voz de Naruto opaco a la muchedumbre. Las gafas se hallaban caídas levemente dejando ver apenas los ojos zafiros del muchacho. Y en aquel momento, su mirada se encontraba seria.

- Cerdos asquerosos- musitó Naruto dejando en shock y callando por completo a toda la sala.

Sus mentes habían hecho cortocircuito al escuchar el insulto del muchacho. ¿Realmente los había llamado de esa forma?

- Han andado a sus anchas estos días, ¿verdad?- sonrió Naruto explotando el globo en su boca-. Solo he venido a darles un aviso. A partir de hoy, y a partir de ahora, todo lo que se hallaba bajo la protección de Satoru Gojo, pasa a mi cuidado...-

El rechinar de dientes comenzó a escucharse por toda la sala aumentando la sonrisa de Naruto.

- Eso también implica que Itadori Yuji está bajo mi protección. Aquel que se meta en su camino, se las verá conmigo. Escuche por ahí que revocaron su pena de muerte, así que, me gustará ver a quien mandan para pelear contra mi~

El rubio camino lentamente dando una vuelta completa en su lugar observando las expresiones de todos.

- El Clan Gojo también estará bajo mi protección. Vayan olvidándose sobre repartir sus bienes, propiedades, y demás cosas que no me interesan-

La gota que derramo el vaso. Decenas de hombres y mujeres se levantaron de sus asientos gritando maldiciones. Sus dientes apretándose con tanto fervor que parecían ganar grietas en ellos. Las uñas comenzaron a rasguñar la madera de sus escritorios arrancando pedazos de ella dejando pequeños relieves.

- ¡¿QUIÉN DEMONIOS TE CREES, MOCOSO?!-

Naruto agacho su cabeza ocultando su mirada entre sus mechones de cabello.

- ¿Qué quién soy?- exclamo casi sonriendo burlonamente-. Muchos de ustedes parecen haber olvidado mi nombre completo...-

Como un baldazo de agua fría cayendo sobre ellos, las expresiones de los más viejos presentes empezaron a transformarse, poco a poco.

- Haré bien en hacer recordarles-

Uzumaki Kushina había sido la madre del muchacho dejándole su apellido. El apellido de un Clan que fue menospreciado por aquel accidente hace 100 años.

¿Y su padre, Minato?

El hechicero alzo su mirada dejando ver unos ojos azules que brillaban como dos estrellas en el firmamento.

- ¡Naruto Uzumaki Gojo! ¡Sobrino de Satoru Gojo!-

Todos tragaron saliva cuando el hechicero expulso su enorme aura.

- Y sin él... ¡Soy el legitimo heredero del clan!-

Con Gojo Satoru fuera del esquema, el hechicero más poderoso actualmente era él...

¡Naruto Uzumaki Gojo!

¡Hechicero Segunda Temporada!

Buenas, tanto tiempo~

La espera ha terminado finalmente, espero que les haya gustado este nuevo capitulo y primero de esta segunda temporada.

La apariencia de Naruto es la misma que la de la portada en este capitulo.

Las actualizaciones como siempre serán lentas, sepan disculparme de antemano. Si les gustó dejen su voto y comentario. Compartiendo el fic también me ayudan un montón.

¡Seguidme si no lo estás y únete a este clan de hechiceros!

Nos leemos en otro capitulo.

Bye-bye~

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