IVX
Se iban a juntar en el mirador. Jim quería aprovechar para enseñarle a Blinky el atardecer, y de paso hablar con Clara. Una tarea que parecía mucho más difícil que la primera vez que todo sucedió.
Sin embargo esta parecía muy ocupada con Liara y Lana, tramando el momento perfecto para cuando Olivia llegará junto con el misterioso fantasma.
A medida que Estrella, Hisirdoux y Milo se acercaban, en la cima del mirador se abría una marca brillan en el suelo. Cuando la luz ceso, dejo al descubierto a una mensajera y alguien más.
—No sabía que Olivia era mensajera —dijo Estrella.
—¿Qué está ocurriendo? —pregunto Hisirdoux.
Estrella tomo su mano, y lo hizo apurar el paso para ir con los demás que estaban ocultos a una distancia prudente para poder verlos.
Hisirdoux se acerco a Liara, y trato de sacarle información, pero está estaba más atenta a Olivia y compañía.
•
Cuando la luz se apagó, no tuvo necesidad de abrir los ojos. Estaba por completo perdida en su rostro lleno de sorpresa. La sonrisa que se le dibujaba era algo que nunca creyó que volvería a ver.
—Creo que alguna vez te lo dije, pero siento que debo decirlo de nuevo —dijo él sin salir del asombro.
Olivia sonrió, y noto el calor subiendo por su rostro. Dejo de verlo por un instante para evitar dejar al descubierto, que aún después de un siglo, seguía sintiendo lo mismo. Las mariposas en el estómago, el corazón lleno de brillo.
—Eres asombrosa —dijo sonrieron viendo al atardecer—. Pensé que nunca más volvería a decir lo mucho que me gusta verte hacer magia.
—Marius —dijo ella, y tomo con suavidad su mano.
Se vieron, sin dejar de sonreír. Aún sin decirse nada, parecía que todo se habían dicho.
—Gracias —dijo, y dejo un corto beso en su mejilla.
Marius aclaró su garganta, dejando en claro los nervios que tenía.
—¿Quieres ir a tomar algo? Siento que te debo cien años de historia —pregunto viendo su mano.
—No me lo debes, pero si necesitas una excusa para invitarme un té, lo acepto —respondió Olivia.
—¿Té?
Ella nego, y tiro de su mano para que caminara a su lado, y tan solo se fueron hablando, aún sabiendo que el camino era largo, no les importo.
Al notar una distancia prudente, las jóvenes brujas salieron de sus escondites festejando el espectáculo romántico que vieron.
—Eso fue tan lindo —chillo Liara—. Yo seré la dama de honor.
El único que no parecía querer festejar o entender lo que vio era, claro, Hisirdoux. Ver a su hija irse con un muchacho era lo último en su lista de situaciones que quería presenciar.
—Tranquilo, ella es grande, y él parece un buen chico —dijo Estrella yendo detrás de él—. Es hijo de Peggy, dudo que sea de los tipos malos.
—Yo —dio un soplido—, supongo que tienes razón.
Mientras ellos seguían hablando, y Blinky apreciando el atardecer con Toby, quien estaba muy exhausto. Jim se acerco a Clara. Y fue ahí que Liara tomo la mano de Lana para alejarse.
Esperaba que su hermano tuviera el coraje que tenía a la hora de enfrentarse a lo que sea, como así también para pedirle a Clara ir al baile con él.
—¿Tú con quién irás? —pregunto Lana.
—Con nadie, rechace a todos por una razón muy obvia —respondió Liara.
—Si, lo se, te llevas cien años con todos —dijo la rubia—. A mí nadie me ha invitado a nada.
Sono fastidiada, porque todos parecían huir cuando ella se acercaba, o perder la capacidad del habla, haciendo que se alejara.
—Bien, iré contigo, así usamos vestidos lindos —dijo Liara—, Livi también irá sola. Seremos las tres vestidas como reinas.
—¿No irá con Marius?
—Si él quiere mantener su lugar como pasante, no le conviene salir con una alumna.
Milo se acerco a ellas, y Liara ya no se vio espantada ante su presencia.
—Perdon por gritar está mañana —dijo ella, y paso una mano por su cabello grisáceo.
—Disculpas aceptadas, no es mi culpa dejar de ser adorable de la noche a la mañana.
Todos en sus pequeños mundos, disfrutando un momento de paz. Uno que parecía no se real, pero estaba sucediendo.
Estrella los veía, abrazada a Hisirdoux quien ya había guardado silencio, y apreciaba lo mismo que ella. La hechicera no podía creer que otra vez se estaba rodeando de personas, cuando lo último que pensó que haría sería tener amigos de vuelta.
Y esa paz se interrumpió tan rápido como se hizo presente. El suelo vibró, y al buscar la fuente, varios golems de vidrio se acercaban a ellos.
Estrella lanzó un hechizo, haciendo que uno se rompiera pero no lo suficiente. Hisirdoux le dió el golpe final. Aún así todavía quedaban más, y ellos no iban a poder.
Recordo el artefacto para Jim, y se lo arrojó.
—Gira las runas a la izquierda —exclamo cuando lo vio agarrarlo.
Al hacerlo, se activo una armadura y una espada. Era de luz mágica, aún así debía bastar para las batallas.
Con magia y fuerza, fueron contra los golems. Estrella podia realizar golpes mágicos como si fuera una bruja como cualquier otra, con el caos contenido de manera que este no se desatará e hiciera que todo se prendiera fuego.
—Lo haces bien —le halago Hisirdoux.
Ella sonrió, y lanzó otro hechizo. Cuando se dió cuenta, quien no lucía muy bien era Liara. Estaba sola, mas pálida de lo usual, y por completo desprotegida.
—Ire por ella —dijo, y se apuro.
Unas manos brotaron de la oscuridad, y la agarraron para arrastrar a la joven bruja dentro del bosque.
—No —grito Estrella.
Corrió, siguiendo su débil hilo mágico. Se perdía entre los árboles y lo oscuro. Su corazón se acelero al no sentir mas nada.
No sé detuvo, y cuando llegó al centro del bosque, encontró a Liara en el suelo. Tenía algunas manchas negras en su rostro, y ningún signo de haber forcejeado.
—Lia —la llamo, y se sentó a su lado.
Tenía miedo de tocarla, no había nada en ella.
—Mamá —murmuro.
Estrella puso las manos a los costados de su rostro, y sintió una helada energía recorrerle la piel. No entendía como es que no se sentía su magia, pero si una especie de maleficio. Solo podía pensar que Desdemona hizo algo así.
Llegó Clara junto con Hisirdoux, y Estrella le pidió a la más joven que abriera un portal para ir al Mercadotroll. Ellos debían saber de qué se trataba, porque lo que sentía era una magia mezclada. Troles y hechicería.
•
La dejaron sobre una mesada de piedra, y Vendel la examinó. Paso su bastón sobre ella, y no se detuvo frente a ese pequeño caudal del magia que provenía de una parte en específico de Liara.
—No puedo curar esto —dijo al fin.
Estrella sintió su corazón romperse en su pecho. Liara era de enfermarse, aún así, nunca la vio de ese modo. Tan falta de colores, que parecía más muerta que enferma.
—Pero, es magia troll —hablo con voz temblorosa.
—Si, y hay algo más, que no me dejaría curarla sin lastimarla más —contesto—, necesitara una curandera.
Hisirdoux se acerco a ella, y la tomo del hombro para que está la viera. Le dolía verla de esa manera, porque más que nadie entendía lo que era no saber que le pasaba a una hija.
—Podemos ir por Circe —hablo.
—Ella, no se dónde está, y dijo que no la busquemos —respondió sin poder creer que aún en una crisis decida respetar la palabra de la hechicera nigromante.
—Tu eres su amiga, yo soy su hermano —dijo él, y sonrió—. La puedo molestar, y no respetar esa parte del trato.
—Espera, ¿Qué? ¿Seguro?
—Escucha, compartimos una hija, más que nadie entenderá esto —insistió—. Por eso rompo ese estúpido trato, porque tengo una hija y lo entiendo.
Ella no tenía ni idea de que ellos compartían una hija, ni mucho menos que compartían ese vínculo. La realidad es que existía una parte de la vida de Hisirdoux que desconocía. Aún así, no estaba con ganas de explorar ese pasado. Al menos no ahora.
—Bien, lo hagamos —sonrió forzada—. ¿Sabes dónde está?
—Yo no, pero Olivia si —respondió.
—Gracias.
—No agradezcas, me hacia falta una excusa para interrumpir la cita de mi hija —hablo con gracia.
Estrella le dió un suave golpe en el pecho, y se fueron por Olivia.
Jim se quedó allí, esperando a que Liara volviera en si, y preguntarle qué más le había pasado. Porque nada de lo que estaba sucediendo era parte de la historia. Pues Toby no fue marcado por Angor Rot. Hasta parecía que este no quería al cazatroll.
•
Venia hablando con la vecina, quien la iba a visitar tarde de por medio. Algo discutían sobre la lectura de las runas, y que las últimas cartas no hacían más que darle malas noticias.
Ella no lo creía. Tambien elegía no hacerlo.
Llamaron a la puerta de manera tan apurada, que dió un salto en el lugar. Tuvo miedo de ir a abrir, pues algo sentía del otro lado, no podía identificar que. Pero estaba segura que no era bueno.
—Ire a ver —dijo, con esa modesta valentía.
Se fijó por la mirilla de la puerta, y todas sus alertas se apagaron. Estaba a punto de regañar a Olivia por eso.
—¿Qué haces aquí? —cuestiono al abrir la puerta.
Mago y hechicera quedaron impactados al verla. Con su cabello rizado anaranjado atado en un gran rodete, las mejillas repletas de pecas, sus tatuajes, y una panza de al menos cinco meses.
Hisirdoux se había olvidado de mencionar aquel detalle. Cómo así otros más.
—¿Itzamaray?
—No hay tiempo para explicar nada, necesitamos tu ayuda —exclamo Hisirdoux apurado.
—Se trata de Liara, ella …
—¿Quién es Liara? —pregunto la hechicera.
—Ella, ah, tu no sabes —respondió nerviosa Estrella—. Ella es mi hija, tuve una hija, y ahora esta en riesgo su vida. Solo una curandera puede ayudarla.
Circe no necesito que le dijeran más nada. Cómo le aseguro Hisirdoux, si se trataba de algo tan urgente como una hija o alguna de sus amigas, ella iba a acudir.
—Cleo, ya sabes, por si pregunta por mi, estoy en Arcadia —exclamo, y sin esperar a una respuesta cerro la puerta—. Vamos por Kei, es la mensajera más cercana.
•
Mientras esperaban un pronóstico. Estrella no podía dejar de pensar en lo sucedido aquella tarde. Sentía cierta culpa por el ataque, y no estar atenta a Liara.
—Si tan solo …
—No, no te hagas esto —Hisirdoux la abrazo—. Ella estara bien, y todo esto solo será un mal recuerdo.
—¿Cómo no note que tenía algo? Solo pensé que estaba por resfriarse —murmuro.
Antes de Liara, el mundo era su mundo, y cuando ella nació, todo giro a su alrededor. Su hija era lo único seguro que tenía, y de lo cual nunca podía dudar. Porqué hasta antes que ella naciera, con algunos rumos en torno a su condición mágica, dudaba de hasta su sombra.
Circe salió, y no traía buena cara.
—¿Qué ocurre? —pregunto.
—Tiene algo muy raro —hablo—. Es una mezcla de ahg, no me acuerdo cómo se llama.
Alguien más se acerco a ellos, con una energía mágica avasalladora, que provoco en Circe un poco de malestar.
—Diosas, no lo puedo creer —dijo al ver al frente—. ¿Qué demonios te dijo Cleo para que vengas así?
Estrella e Hisirdoux vieron lo que ella, y se hicieron a un lado. El hombre no parecía muy contento, y Circe mucho menos. Era como si sus magias se potenciaran de solo encontrarse.
—Nada me dijo —respondió el hombre—, pero oi rumores.
—¿Te dejaste llevar por ellos?
—Si, porque se trata de Desdemona —dijo.
Estrella se acerco a ellos, y vio al hombre de cabello blanco.
—¿Qué hay con ella? —pregunto espantada.
—Dicen que anda por esta zona, por eso vine —dijo, y tomo las manos de Circe—. La han contratado para algo.
★★★
Hola mis estrellas, ¿Cómo les va? Espero que bien ✨✨✨
Un capítulo que pensé que iba a ser agridulce pero termino siendo más agrio que dulce.
Lo bueno es que fue dulce gracias a estos dos tontos enamorados ( Madeof_Stardust_ ) ellos hacen que todo sea más lindo.
Y lo agrio es que, bueno, Liara 😭
Sepan algo, ah, estoy leyendo la novela de trollhunters, y haré cosas que ni Jim sabe 😎
Bueno, basta, no hay más nada que decir. Así que ✨ besitos besitos, chau chau ✨
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top