» O3

Cuando abrió la puerta de su habitación, el olor del café en la cocina, le llamó a acercarse a ella.

Bajó rápidamente las escaleras, con cuidado de no caerse, mientras su cabello rebotaba, y se dirigió hasta el lugar donde provenía aquel olor.

Observó a su mamá de espaldas, ya poniendo los platos en la mesa, entonces se acercó a ella y besó su mejilla, dándole los buenos días y ayudándole a terminar con lo que estaba haciendo.

—¿Dormiste bien, cielo? —le observó de soslayo.

—Sí —asintió, poniendo las dos tazas de café en la mesa y tomando asiento, seguido de su madre. —¿Y tú?

—Yo también —le observó, tomando un bocado. —¿Qué harás hoy?

—Mm, mis vacaciones del trabajo terminan el lunes, así que después de clase iré a la peluquería.

—¿Irás con MinHo?

No era algo nuevo que sucesos como ese fueran casi pan de todos los días.

Las únicas veces que los dos se separaban, era por el trabajo de MinHo, el trabajo de JiSung y las clases del menor.

En ocasiones, estaba de más preguntar que si salía, con quién iría, era más que obvio, sin embargo a su madre le gustaba asegurarse de que su único hijo estuviera a salvo.

Confiaba plenamente en MinHo, sobraba decirlo, pues en él tenía la confianza de cuidar, amar y respetar a su hijo.

Ella entendía totalmente el amor que se tenían los dos y aunque fue un poco extraño al principio, logró acostumbrarse.

Ella siempre había dicho que la felicidad de su hijo, sería la de ella. Y JiSung era feliz con MinHo, entonces ella también.

Sabía que a pesar de la vibras de chico malo y algunos problemas que tuvo, MinHo no era lo que aparentaba, él era un chico bueno, de buen corazón.

El novio de su hijo, lo único que tenía era una etiqueta puesta por la sociedad, y era una totalmente incorrecta.

Bueno, casi.

JiSung bebió de su café, y observó a su madre, con una sonrisa.

—Sabes que sí, no hace falta preguntar —se llevó un bocado.

—Lo sé —bebió un sorbo. —Sólo quiero asegurarme de que vas a estar bien cuidado.

—Mamá, pronto cumpliré diecinueve, sé cómo cuidarme, ¿sí? —acarició su mano. —Tranquila, todo va a estar bien. Además estaré con Min.

La señora asintió, regalándole una sonrisa.

Había olvidado ese pequeño detalle; su hijo ya no era el chico pequeño del que ella se encargaba.

Estaba dando sus pasos para convertirse en un adulto, y que ella ya no era quien cuidaba de su hijo como solía hacer antes, sino otra persona.

Y ella confiaba plenamente y a ojos cerrados de ellos dos.

Por minutos donde sólo el sonido de los cubiertos se escuchaba, el silencio abundó.

Hasta que su madre volvió a llamarle su atención.

—¿Y MinHo durmió bien?

Su corazón comenzó a latir más rápido, esperaba que no fuera lo que él estaba pensando.

—Supongo que sí —le observó, nervioso, pero tratando de mantener la calma. —¿Por qué?

—Oh, nada. Sólo pregunto —bebió de su café. —¿A qué hora se fue? A las 5:50 de la mañana aún está un poco oscuro aún, ¿no crees?

JiSung soltó esa típica risa nerviosa. Ella sabía.

—A ti no te puedo esconder nada, en serio.

—Tengo ojos en todos lados, me doy cuenta de todo, hijo.

En ese momento, a su mente vinieron las repetidas veces en las que ellos dos tuvieron casa sola e hicieron múltiples cosas.

Y tragó grueso, teniendo miedo de lo que su madre pudiera saber.

—Se fue temprano porque tenía que trabajar —se levantó de la mesa, dejando sus platos en el fregadero. —Y yo tengo que irme o llegaré tarde.

Esa escándalosa risa de su madre retumbó en la cocina, sabía que su hijo se había puesto tímido, no era de esperarse.

—No te rías —le salpicó un poco de agua que tenías en sus manos después de lavar sus trastes. —Por cierto, MinHo dijo que quería llevarme a un lugar después de salir de la peluquería, así que vendré un poco más tarde.

—Está bien —su risa cesaba poco a poco. —Oh, invítalo a cenar, hace rato que no tenemos tiempo en familia.

—Bien, le diré y te llamaré —salió de la cocina.

—Ok. ¡Cuídate mucho, te amo! —gritó tomando su taza en manos.

—¡Sí, te quiero, adiós!

Cuando el timbre que indicaba que su clase había terminado, JiSung tomó sus cosas, dejó su guitarra en el salón, y salió detrás de todo el montón de sus compañeros.

No es que las clases del profesor Im fueran aburridas, simplemente tenía pocas horas de sueño, y quería llegar a su casa a dormir aunque sea un rato.

Hasta que recordó que iría a la peluquería y saldría con su novio, y suspiró.

Le gustaba estudiar música, por eso cuando se graduó de su preparatoria, decidió hacer el examen para entrar en la Universidad de Artes.

Se consideraba afortunado por ser uno de los promedios más altos, y poder estudiar la carrera que siempre quiso.

Ahora estaba a pocos meses —dos, siendo exactos— de poder terminar el curso y graduarse con honores.

Tenía una alta gama de conocimientos en todo lo que es la música y sus derivados, pues al ser algo que le gustaba, usualmente investigaba y creaba.

Al igual que guardaba algunas piezas ya escritas y terminadas, mas nunca se dió la oportunidad de sacarlas al público, sólo a MinHo y su madre.

Quizá en un futuro se anime y las muestre, pero por el momento quedarían ahí.

—¡Hey, Sung! —escuchó la voz de Felix, su compañero, antes de llegar a colocarse sus airpods.

—Hey, hola Lix. ¿Todo bien?

Asintió. —Todo bien, sí. ¿Tu estás bien? ¿Y tu chico?

—Sí, también bien —sonrió. —Oh, él viene por por mí hoy —comenzaron a caminar hacia la salida del lugar. —Iremos a la peluquería y dijo que quería llevarme a un lugar.

—Suena lindo —puchereó. —Quisiera tener a alguien así de lindo como MinHo.

—No te desanimes, quizá pronto encuentres a ese chico o chica.

—Sabes que a pesar de que soy bisexual, me inclino más por un chico, que una chica —elevó sus hombros. —Y algo me dice que ese chico, va caminando por allá —señaló a un rubio que salía de la institución.

JiSung lo reconoció al instante.

—Pero Chan es tu profe- ay, demonios ya entendí —palmeó su frente.

—Lo sé, pero no tenemos tanta diferencia de edad, es como tu y MinHo —se detuvieron al llegar fuera. —Además, en unos meses nos graduaremos, así que no sería nada ilegal.

—Bueno, mucha suerte con ello —a lo lejos vió venir a su novio en su motocicleta. —No conozco tanto a Chris, las veces que hablamos fue para cosas de música, pero se ve que es un buen chico.

—Sí, por cierto. Todavía tenemos un proyecto pendiente, ¿te parece si nos reunimos en tu casa? Mamá está irritante últimamente.

—Sí, claro. Te llamaré y te diré cuando —comenzó a alejarse, caminando de espaldas hacia MinHo. Felix asintió. —Adiós.

—Sí, adiós.

Aún habían varios estudiantes saliendo del lugar.

Aunque fueron más de dos pasos para llegar hasta donde se encontraba su novio, quien le recibió con los brazos abiertos después de haberse quitado su casco en un tierno abrazo.

MinHo le besó despacio, aún sin soltarlo de sus brazos. Quería que a todos ellos que estaban ahí, les quedara claro que JiSung era de él, y no estaba dispuesto a compartir.

Cuando se separaron, MinHo le extendió su casco. El que el rubio siempre usaba.

Pero JiSung no pudo dejar pasar esos cortes en sus nudillos, ni tampoco las pequeñas heridas en su labio que había notado después de aquel beso.

Le observó a los ojos con preocupación.

—¿Qué te pasó? —susurró, acarició su mejilla. —¿Sucedió algo?

—No es nada, prometo contarte, pero después, no quiero que ellos escuchen —le colocó el casco, asegurándolo, y haciendo él lo mismo con el suyo. —Súbete, se nos hace tarde para llevarte a la peluquería.

JiSung le retó, pero terminó subiéndose, abrazándolo por el abdomen, y sintiendo como el mayor comenzaba a tomar velocidad.

n.a: ¿les está gustando el fic?
espero que sí <3

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