Epílogo
—Eso es, ya lo haces mejor —sonrió MinHo con orgullo. —Buen chico.
Incrédulo por cada vez que lo llamaba así, lo miró. Quién era el para negar que le gustaba que lo llamase de esa manera.
—Gracias —se bajó de la moto, cediendo el espacio al pelinegro para que conduciera él.
—Poco más y ya vas a poder conducirla sin necesidad de que yo esté ahí para decirte qué hacer —haló de su mejilla un poco.
—No, yo paso —alzó su mano. —Me gusta que seas mi chofer.
El mayor levantó sus cejas con un poco de indignación.
Una vez que se subió después de su novio, palmeó el hombro del muchacho, fijándose de su cintura, para no caerse.
—Se nos hace tarde, vámonos.
—Ya que soy tu chofer, podría comenzar a cobrarte —lo miró por encima de su hombre.
—¿Vale pagarte con besos?
—Ya me estás comprando —encendió el moto de la motocicleta, subiendo su pie y tomando velocidad, adentrándose en las calles de Seúl.
Habían pasado como mucho, ¿cinco meses? desde que se reunió con sus amigos en el departamento.
MinHo tenía alrededor de un mes insistiendo en ir a comer con la señora Han a su casa, lo cual, no era raro, era ya una costumbre que de vez en cuando, fueran a su viejo recinto y disfrutaran todo el día con la señora Han.
Sin embargo, por el trabajo de MinHo, que ahora era un poco más pesado debido a que un recital estaba cerca, y con JiSung yendo al estudio prácticamente todos los días, era un tanto complicado, pero por suerte, ahora se encontraban en su camino al lugar.
Eran cerca de las seis de la tarde en fin de semana, por lo que las calles estaban un poco pobladas, a pesar de estar oscureciendo. Muchas familias buscaban vacacionar esos dos días con sus seres cercanos.
Lo mismo hacían ellos, solo que sin el vacacionar, simplemente pasar el tiempo que quedaban con la señora.
El camino que recorrían siempre le recordaban en los tiempos en los que comenzaban a salir, cuando MinHo iba por JiSung para ir a citas, o sencillamente a dar un paseo en moto juntos.
Algo que agradecía era que no estaba lejos, y llegar en motocicleta era más rápido, y en diez minutos, el chico ya se encontraba aparcando frente a los jardines de la señora Han.
Aún le traía nostalgia al menor cada vez que venía.
Ambos se acomodaron un poco la ropa antes de tocar.
La señora Han les abrió, y como siempre, les recibió a ambos con un abrazo cálido, nunca faltaba eso, el amor y la paz con la que los recibían.
—Me hicieron falta, niños —los soltó. —Adelante, pasen, estaba terminando de cocinar.
La señora caminó tomando velocidad, desapareciendo por la puerta de la cocina, mientras MinHo y JiSung se quitaban los zapatos en la entrada.
Desde la última vez que fueron, todo está intacto, igual, a excepción de que habían unos cuadros más, y con ello, una foto de él con MinHo, entre todas las que habían de él de bebé.
Era de una vez que fueron a acampar con sus amigos y su madre, ese día, MinHo se presentó oficialmente ante la señora Han como el novio de JiSung. Era memorable.
Solo que la situación, claro, la presentación de ambos, no era la mejor...
Lo importante es que la señora Han tenía la foto del recuerdo.
Y más importante, que tomaba a MinHo cómo integrante de la familia. Es decir, ya lo era, pero el tenerlo entre las fotos familiares, junto con las de él, de sus padres juntos, era símbolo de la unión que los tres habían creado con el pasar de ese tiempo.
—Dios —desvió su mirada, viendo a MinHo entrar a la cocina, para ayudarle a su madre a terminar de preparar la comida.
Como le encantaba esa versión de su novio. Mentalmente él consideraba al chico como un multitask.
Cocina, baila, una vez lo escuchó cantar y se enamoró aún más por sus vocales, también rapear una de sus canciones favoritas, conducía una motocicleta y sabía conducir autos, era chico malo y a la vez, un chico dulce.
Entró en la cocina y observó a MinHo con las mangas arrolladas, cortando kimbap, su madre buscando tazones y sirviendo un poco de arroz, entonces él se acercó y le ayudó a buscar los palillos y unas cucharas.
—No tenían por qué —dejó los tres tazones en la mesa. —Ustedes son mis invitados.
—No, mamá, te ayudaremos siempre que podamos —sonrió, llevándola y sentándola en la mesa. —Tú siéntate y no pienso escuchar un no por respuesta.
La mujer los observó con una mirada maternal, a los dos muchachos que estaban en su casa para disponer de su tiempo con ella.
Si bien, le traía un poco de nostalgia, pero logró comprender que su cachetón, ahora sería cuidado por otros brazos, y podía dormir tranquila sabiendo que los mismos, eran un lugar seguro.
MinHo puso los últimos platos en la mesa, y JiSung tomó asiento por último.
para cuándo la otra
minho <3, innieee, hyunjin, changbin
bokkie <3, bang chan 🤙🏼, seungg, tú
innieee:
ME ABURROO
seungg:
busca una escoba y te pones a limpiar
hyunjin:
JAJAJAJJSJ, yo le dije lo mismo y me
tiró la escoba 😔
innieee:
pORQUE
YO limpié la última vez, te toca, Hwang
minho <3:
hagan silenciooo
los voy a silenciar
innieee:
ES CIERTO
adivinen quién superó los 80k de seguidores
en ig
JiSung:
yo, obvio
bokkie <3:
a ti te faltan diez seguidores
no llores
hyunjin:
yo, claramente
minho<3:
no empieces
innieee:
cállense y miren
innieee:
hyunjin:
es porque hay fotos mías 🤑
hyunjin ha sido removido
JiSung:
JAJAJAKSKDJDKKDJSKD
LO SACÓ, AKSKSKKSKD
minho<3:
JAJAJAJ
innieee ha añadido a hyunjin
hyunjin:
no me hablen, adiós
changbin:
dramático
solo para eso aparecí, sí
me alegro por ti, in
innieee:
gracias, el único no envidioso
JiSung guardó el teléfono riéndose por sus amigos, sentándose frente a su madre y con su novio al lado.
MinHo se frotaba las manos, y una de sus piernas subía y bajaba con precisión. Estaba nervioso, y el peliazul no tenía ni la más mínimo idea del porqué.
—¿Estás bien? —susurró tomando una de sus manos, notando que el otro sudaba, entonces frunció el seño.
—Sí, yo —aclaró la garganta. —Bueno, parte del porqué quería venir contigo a visitar a tu madre, es... Es... Ehh-
—¿Está todo bien, cariño? —incluso la señora Han se preocupó por los nervios del chico mayor.
El motociclista suspiró, y observó al asombroso chico que le tomaba la mano con preocupación y una mirada de duda, entonces sonrió, para tranquilizarlo un poco, ya que, realmente no estaba sucediendo nada malo. —Estoy bien, Sunggie.
—¿Quieres que vaya por un vaso de agua, MinHo? —la señora Han se levantó apresuradamente, sin esperar respuesta del mayor, quien no pudo ni contestar la pregunta porque la madre se fue a traerle.
—¿Quieres decirme a mi primero? —su mirada de duda aún persistía. —Hace un momento estabas bien, ¿seguro que está todo en orden?
La madre de JiSung se acercó con un vaso de agua y una servilleta para el joven, quien lo tomó. —Aquí tienes, cariño.
Suspiró una vez más antes de comenzar a hablar.
—Todo está bien, es sólo que —sonrió. —Quiero darles las gracias a ambos. A usted, Omma Han, por quererme como otro hijo, aceptarme en su familia, y por haber criado a este espectacular y asombroso ser humano —miró a JiSung.
—MinHo... yo-
—No he terminado espera —rió. —También te quiero agradecer a ti, por amarme tal cual soy, por apoyarme, acompañarme, por haber aparecido en mi vida —la señora Han observaba la escena enternecida. —Gracias por ser tú, Hannie.
—Cariño, ¿sucede algo? —en cierta parte, la señora Han sí estaba un poco asustada por el repentino bajonazo a sentimientos del mayor.
El mismo negó, aún mirando a JiSung. —Omma Han, pronto serán cuatro años desde que conozco a JiSung, y dos años y un mes de salir con él, y siéndole sincero... Sigo tan enamorado de él como la primera vez.
—Oh, MinHo —el peliazul sentía como se le aguadeaban los ojos poco a poco.
—A pesar de que siento que el tiempo va muy rápido, no quiero perderme de un segundo junto a él, ya no me visualizo en un futuro sin ti, Sunggie, te he involucrado en todas mis metas de vida... Espero tú hayas o estés haciendo lo mismo conmigo —ambos rieron.
—Creéme que lo estoy haciendo, cielo —acarició su mejilla.
—JiSung, me gusta tanto estar contigo, estoy enamorado de estar junto a ti —sonrió. —Quiero pasar contigo cada día de mi vida, compartir contigo todos mis proyectos, todas mis felicidades, emociones... Contigo lo quiero todo.
—¿Qué estás... haciendo? —algo despertó duda en JiSung.
El mayor miró a su suegra. —Omma Han, yo, Lee MinHo, quiero pedirle su apoyo y permiso para... Para casarme con JiSung.
La señora quedó en un estado de shock, porque, es decir, lo veía venir, sí, no era secreto para nadie, pero no esperaba que fuese ya, en ese momento, en su casa, en un día tan común como ese; no sabía qué decir.
—Prometo cuidarlo, amarlo, respetarlo, defenderlo siempre, si es posible, más de lo que hago todos los dias —mordió su labio inferior, con nervios. —Por favor...
Luego del transe, la señora acercó sus manos a las del chico mayor, con ese sentimiento de felicidad por dentro.
—MinHo, cariño, los he apoyado desde el inicio de su relación, a ambos, no tengo razones para no seguirlo haciendo —le brindó una sonrisa maternal. —Soy muy consciente de lo mucho que cuidas de Sunggie, de lo mucho que lo amas, por lo tanto, no veo por qué no puedo darte mi permiso, o mi apoyo.
Dentro del pelinegro, su corazón se relajó, sintió un poco de paz, y alivio.
—Pero, debes tener en cuenta que la respuesta final no la tengo yo, sino JiSunggie —el mayor asintió, levantándose para abrazar a la mujer frente a él.
—Gracias, Omma Han —la estrujó un poco. —Muchas gracias, en verdad.
Al separarse, la señora los observó a los dos, JiSung aún un poco shockeado, sin poder creerse aún lo que había pasado anteriormente. Y MinHo, con ese brillo en sus ojitos.
—Voy a... —comenzó a alejarse, dirigiéndose a la cocina. —Ya saben, estaré en la cocina, si me necesitan.
JiSung asintió, y se encaminó hasta su habitación, con su novio por detrás.
—Hannie, ¿estás bien? —lo detuvo en las escaleras. Al voltear notó las inconscientes lágrimas que bajaban por sus mejillas.
Eran lágrimas de felicidad, pero aún así alarmó al otro chico.
El peliazul se dejó caer sobre el fuerte pecho del mayor, rodeando con sus brazos su cintura, y dejando salir aquella emoción que tenía atorada en el pecho.
Y sin aguantar mucho, MinHo también comenzó a llorar, de felicidad igualmente, entonces con unas cuantas cristalinas en sus mejillas, levantó la carita de JiSung, que se escondía en su pecho.
—Te amo tanto, MinHo —susurró a como pudo, audible solo para ambos.
—Yo te amo más, JiSung —limpió sus mejillas. —No te imaginas cuánto más.
Lo tomó entre sus brazos, y a como pudo lo llevó hasta la habitación, por un poco más de privacidad, dónde pudiera llorar a su gusto, y decirle todas las cosas más hermosas del mundo.
Y fue cuando alrededor de la 01:43 de la mañana, según el teléfono de JiSung, MinHo le abrazaba, en un intento de darle calor.
El chico veía el anillo que aquella vez su novio le había regalado, el que tenía grabadas sus iniciales, y llevaba usando desde que se lo regaló, nunca se lo quitó.
Algo dentro suyo se movía por saber que pronto, ese anillo podría ser acompañado por otro de compromiso; porque bien, MinHo sólo pidió el permiso a su madre, no hizo propuestas ni más.
Estaban acostados en la ya conocida cama de Han, luego de haber hecho el amor.
Después de las lágrimas que ambos dejaron salir cuando estuvieron solos en la habitación, de los abrazos, caricias, besos y después de todo, se encontraban acurrucados en la cama.
En verdad, seguía sin poder creerse que iría a casarse con aquel chico que una vez casi le atropelló, porque sí, así se conocieron.
Cliché.
JiSung salía de clase con Felix, y en un intento de pasar la calle, un chico en motocicleta, casi le arrolla.
Al principio, no se llevaron, por eso mismo, porque casi muere por su culpa, pero luego comenzó a toparlo en muchos otros lugares. ¿Y qué era? Que MinHo buscaba la manera de entablar una conversación con él, porque se enamoró de JiSung a primera vista.
Se conocieron, se enamoraron, y ahora, tenían la oportunidad de casarse. ¿Quien lo diría? Suena muy cliché, pero así fue.
Porque JiSung era el mundo entero de MinHo, ya no lograba hacer una historia sin que él estuviera presente.
Se enamoró de todas las cosas del chico, de su cantar, de su belleza, de su presencia... Se enamoró de Han JiSung, y de todas las cosas que era.
JiSung cayó profundamente por aquel chico con etiqueta de malo, porque él también lo creyó en un principio. Sin embargo; con el pasar del tiempo, conoció verdaderamente a Lee MinHo, y se enamoró aún más.
De cada detalle, cada sonrisa, cada palabra. Las veces que se encargaba de subirle el ánimo, o cuando le defendía de cosas mínimas o mayores.
Se enamoró de cada cosa que constituía al muchacho, y le ponía tan feliz el poder disfrutar de su presente y futuro junto a él, comenzando con pequeñas metas, para llegar a las más grandes.
Eso incluía a Dori, y probablemente a más gatitos... Quizá un perrito.
Pero el punto aquí, es que ambos se enamoraban del otro un poco más con el pasar de los días.
Porque se volvieron el complemento del otro, JiSung no era él si no tenía a MinHo, y MinHo no estaba completo si no estaba con su pedacito de cielo, JiSung.
Y a la historia no se le ve un final, pues es como su amor, puro e infinito...
hice dos adicionales...
es que tengo apego por este fic, perdón 😔
uno es el chanlix que prometí, y el otro es sorpresa, jeje
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