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—... ¿Entonces no te acuerdas de nada de lo que pasó anoche?

JiSung estaba en la cocina, preparando un té a su chico, ya en casa.

Secuela de la ebriedad que tuvo, era el dolor de cabeza, y por más que ya se había tomado un medicamento, no le bajaba a como el quería.

Amablemente, JiSung se ofreció a hacerle un té para calmar un poco su dolor en lo que el medicamento hacia efecto, porque sí, sólo tenía dos minutos de habérselo tomado y ya se quejaba de que no había hecho nada.

Mientras bajaba hasta la cocina, su teléfono sonó, y fue cuando Felix llamó.

—Dime que por favor no hice alguna idiotez frente a él.

—Mmm, no lo diría como estupidez, sino más bien como... ¿Un beneficio? ¿Algo bueno? No sé.

—... ¿Qué? ¿Entonces sí hice algo? Ay, Dios, soy yo de nuevo.

JiSung se apoyó en el mueble. —No fuiste tú, fue él. Él te besó.

—¡¿Qué?! —el peliazul tuvo que apartarse de su teléfono por el grito que dió el pecoso del otro lado de la línea.

—Sí, pero no grites, bájale dos rayitas —bufó. —Capaz y ni él se acuerde tampoco.

—No me molestaría —susurró. —¡Pero igual!

—Cálmate —dejó la cuchara en el lavaplatos. —Mejor ve a descansar, mañana nos vemos, ¿sí?

—¿Es la forma suave de decirme que corte para poder estar con tu novio? Okay, ya me voy.

—Dramático, MinHo apenas y respira.

Escuchó la risa del chico al otro lado. —Dios, bueno, cuídense.

—Hasta mañana, Lixie.

Y después sólo escuchó los pitidos que significaba el fin de la llamada.

Guardó su teléfono en su bolsillo, y tomó la jarra, dirigiéndose hasta su habitación, donde se encontraba su novio, moribundo.

Caminó con cuidado de que no se cayera la taza en las escaleras; y cuando llegó, lo vió abrazando la almohada que él suele usar para dormir.

Se acercó y dejó la taza en la mesita de noche, tomando asiento a su lado, para acariciar su cabello.

Muchas veces se preguntaba en donde estaría si no se hubieran conocido.

Probablemente estuviera ahí sentado, hablando con Felix de alguna estupidez, componiendo más música o bien pudiera estar haciendo nada, simplemente disfrutando de su soledad.

Pero estaba ahí, MinHo estaba con él, no había otra cosa que él más quisiera que eso.

Se acercaba la grandiosa fecha donde recordaban que, luego de meses de conocerse, finalmente salían como pareja oficial; su primer aniversario.

Él estaba consciente de que seguía igual de enamorado de MinHo como el primer día, y seguro que seguiría así durante mucho tiempo.

Siempre tenía en mente al chico a quien estaba acariciando su cabello como su primer amor, su mejor amigo.

Definitivamente lo amaba demasiado, tanto que a veces le parecía mentira.

—Si me pagaran por cada vez que me ves así, sería millonario —y ahí fue donde le golpeó la cabeza.

Lo escuchó quejarse porque aún le dolía y él lo había golpeado.

—Si me explota la cabeza, va a ser tu culpa y eso vivirá en tu consciencia.

—Yo no te tenía de borracho el otro día —se defendió.

Simplemente escuchó la risita de MinHo, haciéndolo sentirse cálido.

El mayor se acomodó mejor en la cama, quedando medio sentado, tomando y acariciándo la cintura del otro, acercándolo a él.

JiSung acomodaba los mechones de cabello que caían por la frente del otro. —Parece que alguien necesita un retoque en su cabello.

—Lo sé —suspiró. —Cuando me paguen lo primero que haga, será cortarlo.

—¿No te lo querías dejar crecer?

—Ver a HyunJin quejándose de que le estorba, me hizo cambiar de opinión —tomó la taza, bebiendo un sorbo, con cuidado de no quemarse. —Está rico, te contrataría de mucama para que me hagas más de esto.

—¿Con trajecito y todo? —rió.

—Sí, con el traje también —copió su acción.

—Acepto —se levantó de la cama, seguido de la mirada de su novio. —¿Dónde está tu ropa? Tengo que lavar esto antes de que se haga una montaña y agarre vida propia.

MinHo señaló su mochila, indicando que ahí estaba su ropa sucia, riendo.

—Pongo esto a lavar y vengo, ¿sí?

El otro asintió, observándolo salir de la habitación.

Nuevamente la lluvia azotaba la cuidad, era algo que se estaba volviendo común antes de la llegada del invierno y la nevada.

El año pasado, los dos fueron a ver la primera nevada juntos; y fue cuando MinHo le propuso a JiSung ser novios oficialmente.

Mentía si decía que no hacía frío.

Pero también era falasia si negaba el hecho de que el cuerpo desnudo de su chico le brindaba calor.

Aunque era más al estar los dos sin cobertor alguno de su piel, expuesto el uno al otro, agitados, bajo una sábana.

Era lo suficientemente acogedor para los dos, no había necesidad de alguna otra cosa, de alguna pieza de tela que los protegiera; el calor que los dos se daban, era reconfortante.

El dedo índice de MinHo dibujaba con cuidado la fina cintura de su novio, mientras que el otro recorría la espalda trabajada del chico.

Dejaba que la respiración chocara en el pecho contrario, y de vez en cuando dejaba besos en el lugar, dulces y suaves besos.

El pelinegro besaba la cabellera azul del menor con todo el cariño del mundo que se merecía.

Siempre creyó que JiSung se merecía todo lo bueno de este mundo, pues era un chico increíble, en todo el sentido de la palabra y más.

Merecía alguien que lo llevara al cielo, pero se había convencido de que él iba a traerle el cielo a JiSung.

Poco poético, pero era una realidad.

—Amor —escuchó a JiSung hacer un sonido afirmativo. —¿Qué opinas de los hijos?

—... ¿Y eso por qué tan repentino?

—Curiosidad, tampoco es que podamos tener.

—Siempre se puede adoptar, ¿sabes eso, no?

MinHo besó su cabeza una vez más. —Claro que sí, no soy tan viejo.

—Si tu dices —rió. —Bueno, no sé cómo puedo describir un hijo. ¿Tú quieres tener?

Ese típico momento incómodo de silencio llegó, pero era simplemente MinHo pensando cómo decirle a su novio la respuesta.

—Por ahora, claramente no, pero en un futuro, donde sepa que tengo una vida estable, sería lindo, ¿no crees? —acariciaba su espalda ahora.

—Bueno, eso sí. No quisiera tener un niño velando comida o algo, pero en un futuro... no sería malo.

—... ¿Eso es un sí?

—Con la condición de que sea sólo uno, y muy, muy en el futuro, sí.

El abrazo se volvió más fuerte aún, mientras los dos reían.

En ocasiones, les gustaba hablar de su futuro, hacer planes a largo plazo, proponerse metas, tanto como de pareja como personales.

Fuese bueno, se apoyaban, y si se veía complicado, daban su mejor parte para ayudar al otro a salir adelante.

—Han JiSung.

—Me da miedo cuando me llamas por mi nombre completo —suspiró, sintiendo su corazón correr rápidamente. —¿Qué pasa?

—Te amo, te amo, te amo.

—Sustos que dan gustos, Min.

—¿Ah, tú no me amas? —deshizo el abrazo.

Lentamente JiSung se subió encima de su novio, dejando las manos en su pecho; observándolo a sus oscuros orbes.

—Te amo más de lo que te imaginas, Lee MinHo.

Y fue sin más que bajó su boca hasta los labios de su novio, besándolo despacio, sin prisas, despertando cosas y emociones nuevamente.

Lentamente bajaba por su marcada mandíbula, recorriendo el lugar hasta llegar hasta su cuello, haciendo un camino de húmedos besos.

Dejó una pequeña marca en su cuello, de la que seguro notaría hasta la mañana, así que no se preocupó por ello.

Sintió las caricias en su espalda y cintura, con suavidad al principio que después se convirtió en un leve apretón que lo hizo soltar un pequeño gemido de manera involuntaria.

Lo último que observó de su novio fue una pequeña sonrisa, con los ojos cerrados.

Y digo último porque luego de eso se dedicó a bajar por sus clavículas, llegando a su pecho y llegar más abajo, para darle unas buenas noches a su novio.

ya, ya, no abusemos JSJFHS

en mi opinión, quiero drama, a pesar de que es algo bastante soft, lo necesito, quiero. 😩

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