32. Te pertenezco, me perteneces
Finalmente después de una semana Harry y yo salimos del hospital, con la única condición de mantener reposo e ir a realizarse exámenes de sangre durante el próximo mes, y voy a tener que trabajar duro con ello porque el sigue insistiendo en que está bien.
Todo por volver a la mafia.
— ¡Listo! —Grito, encima de los hombros de Hoper después que coloque la estrella en la punta del árbol.
Todos los chicos están sobre el sofá y aplauden, e incluso mi padre.
—La cena también esta lista. —Veo a Sam entrar al salón y todos los chicos inmediatamente se ponen de pie.
Hoper me deja sobre el suelo y da un beso en mi mejilla antes de dirigirse hacia el comedor.
—Hey Hoper. —Harry le llama y él se detiene—. Voy a partirte la cara si vuelves a dejar un beso sobre la mejilla de mi chica.
—Vamos a tener que solucionar eso afuera. —Le guiña un ojo y sale del salón.
— ¿Qué fue eso? —Le doy un pequeño golpecito en el brazo y lo ayudo a ponerse de pie.
Sin darme una respuesta lleva sus labios hacia los míos y desliza su mano por mi espalda y mi cintura.
—Muero de hambre. —Entrelaza sus dedos con los míos dispuesto a dirigirnos fuera del salón.
— ¡Espera!
Él se detiene, se da la vuelta y me mira solo a los ojos.
— ¿Qué pasa?
— ¿Puedo preguntarte algo? —Pregunto y mojo mis labios.
—Lo que quieras bebe. —Me responde con sinceridad y una sonrisa inofensiva.
Tomo una inspiración antes de hablar y le doy la espalda porque no sé cómo hablar acerca de esto.
—La otra noche, cuando estábamos... íbamos hacer... bueno ya sabes.
— ¿Cuándo íbamos hacer el amor? —Pregunta, sin una gota de vergüenza en sus palabras y mis mejillas arden.
Gracias al cielo estoy de espaldas a él.
—S-sí. —Logro pronunciar—. ¿El problema era porque soy virgen o por la cicatriz en mi espalda? ¿No me deseas después de saber que cada vez que me toques esa cicatriz estará ahí por culpa de Finn?
Trago el nudo que se ha formado en mi garganta y los dedos me tiemblan.
Siento como su pecho se pega a mi espalda y eso me hace poner la piel de gallina, su mano se desliza dentro de mi blusa, y con las yemas de sus dedos recorre la línea recta de la cicatriz en mi espalda.
—Nena, te deseo tanto, aquí, ahora y en ese sofá. —Susurra contra mi oreja y me hace girar para estar frente con frente.
Sus manos recorren mi espalda baja y mete la punta de sus dedos por el borde de mis pantalones. Deja un corto beso en mi cuello y succiona la piel y provoca en mí una sensación que me llega a todas las terminaciones nerviosas: desde la cabeza hasta los dedos de los pies.
Todo mi cuerpo desea su boca, aquí y ahora.
—Chicos, la cena est... —La voz de Land suena en todo el salón y Harry rápidamente saca las manos de mis pantalones—. Oh, santa mierda. ¿No pueden esperarse a la noche? —Tapa sus ojos y niega con la cabeza.
—Largo de aquí. —Harry le lanza un almohadón del sofá y él lo evade.
—Par de cochinos. —Dice, y sale corriendo.
Escondo mi rostro en el cuello de Harry porque ahora mismo soy una bola de vergüenza.
—Te ha salvado la campana, pero esta noche te mostrare cuanto te deseo. —Me agarra del culo y me aprieta contra él.
—Muy bien. —Susurro en su boca.
Salimos del salón y llegamos al comedor, todos están hablan acerca del trabajo y me sorprende ver que mi padre opine algo al respecto, e incluso Hoper acepta su idea.
—El pan con ajo está delicioso Sam. —Hoper se deleita, llevándose un trozo de pan a la boca y yo pincho su mano.
— ¡Hey! ¿Qué demonios fue eso?
—No debes tocar la comida antes de agradecerle a Dios, por lo tanto tú harás la oración por nosotros.
—Eso es...
—En voz alta por favor.
—No pue...
—Y comienzas ya.
Las risas de todos llenan el salón y él se resigna negando con la cabeza. Tomo la mano de Jacob a mi derecha y la de Harry a mi izquierda, hasta que todos formamos una cadena antes de comenzar.
—Señor, te damos gracias por los alimentos que vamos a ingerir, te damos gracias por permitirnos esta noche estar todos reunidos, gracias por poner a Sam, Anna, el señor Lee y Jacob en esta mesa y sobre todo, gracias por mantenernos vivos dentro de la mafia.
—Amen.
Una de las mejores sensaciones en la vida y en esta época es estar en una mesa con tu familia, puede que ninguno de ellos tengan mi sangre pero me recibieron en su casa y salvaron mi vida.
Esto es verdaderamente una familia.
Después de la cena, me dispongo a recoger los trastes y llevarlos a la cocina, mientras los chicos y mi padre juegan póker en el salón.
— ¿Eres feliz Anna? —Escucho una voz a mis espaldas y la reconozco inmediatamente.
—Jacob. —Digo y giro sobre mis talones para mirarlo.
El pasa por el lado sobre el mesón que nos divide y se queda en frente de mi recostado sobre el refrigerador.
— ¿Eres feliz? —Insiste.
—Lo soy. —Respondo, y sé que esto va a quebrarle el corazón.
Bajo la mirada y me limito a detallar mis zapatos como si fuesen gran cosa.
— ¿Sabes? Me dije a mi mismo que debía alejarme de ti, de mi hermano, de todos...
—Jacob, no. —Doy un paso en su dirección porque me dolería no tenerse cerca.
—He intentado por todos los medios mantenerme lejos de ti, pero no puedo. No soy lo suficientemente fuerte para eso, estoy enamorado de ti como un jodido enfermo y eso me está matando. Porque no soporto verte feliz con mi hermano, pero también me alegra muchísimo que lo seas. —Él se acerca y toma mis manos en las suyas antes de dejar un beso en ellas—. Me alegra muchísimo que seas feliz Annie, pero deseaba ser yo quien te hiciera sonreír de la manera en como Harry lo hace, deseaba ser yo quien te hiciera sentir todo lo que él hace por ti.
El corazón me late con la misma rapidez con la que Jacob habla. El suelta mis manos y acaricia mi mejilla, sonríe y me acaricia el cabello. Se acerca unos centímetros a mí, puedo ver como sus labios tiemblan, toma aire, se tranquiliza y prosigue:
—Esto está matándome Anna. —Añade finalmente en un tono tranquilo y bajo—. Está matándome porque lo que siento por ti es algo más que gustar, estoy malditamente enamorado de ti. Y durante todo este tiempo he estado dándole vueltas a muchas cosas y he tomado una decisión pero antes quiero que me respondas algo con toda la sinceridad del mundo.
—Lo que sea. —Logro responder con la voz entrecortada.
—Si nunca hubieses conocido a Harry...
—Si nunca hubiese conocido a Harry, probablemente ahora mismo estaría enamorada de ti Jake, pero...
—No digas más por favor, es suficiente con eso. —Dice, negando con la cabeza y agradeciendo mi respuesta—. Es por ello que voy a irme de la ciudad, no lo sé. Cualquier parte, voy a entrar a la universidad, conseguiré un nuevo trabajo, comenzare una vida.
—Jake, no, por favor. —Le pido—. No tienes por qué hacer eso, tu hermano te necesita, yo te necesito. —Termino, casi sollozando.
—Tengo que hacer esto Anna, pero quiero que me prometas que serás feliz, siempre lo serás.
Veo sus ojos pávidos, y por primera vez desde que nos conocemos creo que lo entiendo, simplemente es un chico apasionado. Es todo diferente a Harry, es lo que cualquier mujer querría para formar una familia, es lo que yo en algún momento quise. La intensidad que transmite es desconcertante y maravillosa.
—No tienes que...
Antes de que pueda decir algo él acerca mi rostro al suyo y me besa, son besos cortos y lentos. Y me sorprende que mi cuerpo reaccione a ellos, dándole la oportunidad de seguir pero él se detiene.
—Quiero que le entregues esto a mi hermano después que yo me haya ido mañana.
Yo asiento con lágrimas en los ojos y tomo el papel en mis manos, el deja un beso en mi frente antes de desaparecer por la puerta.
Me tranquilizo un par de minutos antes de volver al salón, todos están terminando una partida de póker y mi padre se despide.
—Anna cariño, es hora de ir a casa.
...
Me cambio de ropa por algo cómodo y me tumbo a la cama, todas las luces están apagadas excepto por las estrellas que cuelgan del techo y alumbran como luciérnagas.
El nuevo celular que Harry me ha obsequiado como regalo de pre noche buena brilla junto a la mesita de noche.
Sé que es algo ridículo acerca de pre noche buena, pero él quería buscar cualquier excusa para darme un celular y que yo me negara, así que era fue su mejor jugada.
00:45
Estoy de camino a tu casa, sé que es tarde y tu padre me mataría si se da cuenta pero te dije que esta noche te mostraría cuando te deseo, asegúrate de quitar el pestillo de la ventana.
Mi sangre se sobre calienta al leer el mensaje y puedo jurar que mis mejillas han tomado un color rojo intenso. Doy un salto de la cama y cierro la puerta con llave, inmediatamente me voy al cuarto de baño y lavo mis dientes, cambio mi pantalón largo por un short y me voy a la cama.
Estoy nerviosa, bastante nerviosa.
Escucho como la ventana se abre y Harry cae de pie dentro de mi habitación. Rápidamente me levanto sobre la cama y me voy hacia él, doy un salto para que me tome en sus brazos y lo beso. Mis piernas se envuelven alrededor de su cintura y el me aprieta contra él.
—Se nota que me has extrañado. —Dice, esbozando una amplia sonrisa.
—Dos horas son demasiado para mí. —Contesto rápidamente y vuelvo a besarle.
— ¿Te acabas de lavar los dientes? —Me pregunta entre besos.
Me hecho a reír totalmente avergonzada y escondo mi rostro en su cuello.
Me quedo sobre su regazo durante un par de minutos mientras él se sienta sobre la cama, todo lo que se escucha en la habitación son nuestras respiraciones.
—Dime que no está mal que quiera estar dentro de ti ahora mismo por favor.
Lo agarro del pelo y lo acerco a mí. Cubro su boca con la mía, y lo beso con tal convicción que ya no hace falta que le responda con palabras.
El, mete las manos dentro de mi blusa y recorre mi espalda delicadamente con las yemas de sus dedos, para luego mágicamente deshacerse de ellas, y arranca la última prenda que sostiene mis pechos antes de que pueda darme cuenta.
Honestamente, no sé si mi corazón podría soportar demasiadas delicadezas en estos momentos.
—Cariño, si no me detienes ahora no lo podre hacer después.
—Probablemente yo no te quiera detener. —Susurro junto a su boca.
Él toma eso como mi última palabra y me deja caer sobre la cama, no lo piensa dos veces para quitarme el short y con el se vienen mis bragas.
Sus ojos recorren cada centímetro de mi cuerpo y puedo ver como todo el placer se refleja en su rostro.
—Voy a besar cada centímetro de tu piel. —Dice y se quita la camisa.
Yo asiento y el comienza acariciando mis piernas mientras las abre y se coloca dentro de ellas, deja un beso en mi vientre y recorre mi intimidad hasta pasar su lengua en círculos por mi clítoris.
Un grito ahogado se reprimen mi garganta y muerdo el interior de mi mejilla.
—No tienes por qué detenerlos. —Susurra y es cuando me doy cuenta que su rostro está a centímetros del mío.
Su mano acaricia mi mejilla mientras nuestras bocas se unen en una sola.
—Vas a desear tanto esto.
Y en el momento que lo dice, entra en mí sin pensarlo dos veces. Doy un grito en su boca al sentir su fuerza de golpe, y me asombra el vivo placer que siento después de un instante de dolor. Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y me muevo con él en cada embestida.
Cierro los ojos y me dejo ir en aquel momento de placer, pero aun así no se siente suficiente, aprieto mis labios en los suyos y clavo mis uñas en sus caderas empujándolo más dentro de mí, tratando desesperadamente de llegar a esa sensación que no tenía idea que existía.
— ¡Oh Dios Mío! ¿Que demonios es...
Una risita brota de su garganta y niega con la cabeza.
—Se llama orgasmo bebe, eso es lo que estás buscando y es lo que te lo voy a dar.
Se mueve dentro y fuera de mí y yo lo sigo, cada vez más frenético en cada embestida que parecemos uno solo, no sé ni donde comienzo ni donde el termina.
—Te vivo Anna. —Su expresión se vuelve suave y sus ojos se llenan de compasión.
—Te vivo Harry. —Susurro con la voz entrecortada esperando aun por más.
Sin estar fuera de mí me gira de modo que yo quedo sobre él y noto que quiere que yo tome el control pero no tengo idea de cómo hacerlo, por lo que él lo nota y me sonríe. Coloca sus manos en mis caderas me mueve lentamente de arriba hacia abajo, hasta el momento de hacerlo cada vez más rápido y cierro los ojos.
—No dejes de mirarme. —Me pide, me suplica.
Otra vez, me levanto un poco y me dejo caer lentamente sobre él. Ese solo movimiento lo hace volverse loco, y se siente magnifico tener el control.
—Quiero que recuerdes este momento para siempre. —Me dice y yo asiento en jadeos—. Quiero que recuerdes nuestro primer beso, nuestra primera sonrisa, quiero que recuerdes siempre que te pertenezco y tú me perteneces, para siempre.
—Para siempre. —Susurro más para mí que para él.
Mantenemos el ritmo hasta que finalmente Harry decide volver a tomar el control sobre mí una vez más, y es cuando todas esas sensaciones que estaba buscando se manifiestan en un gemido gutural y raspo la espalda de Harry con mis uñas.
El rápidamente sale de mí y ese liquito blanco que sale de él cae sobre mi vientre.
Se tumba junto a mí y entrelaza sus dedos con los míos, ambos nos quedamos mirando las estrellas artificiales en silencio.
—Eso fue fantástico.
—Tú eres fantástica.
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