30. Hospital

Punto de vista de Harry.

Me tumbo sobre el sofá y desahogo los pocos botones que le quedan a mi camisa, intento con mil demonios sacarla por encima de mi cabeza, pero mis brazos, mis costillas arden con los golpes, siento que mi cara está a punto de estallar, y la sangre se ha secado en la comisura de mis labios es amarga.

Tomo un sorbo de cerveza y me dejo ir en mi frustración interior, he tratado con tantas fuerzas de mantener mi mente ocupada que hasta he contado todos los tragos que le doy a cada cerveza.

— ¿Qué demonios paso ahora contigo? —Una voz me sorprende en el salón y soy consciente de que se trata de Hoper.

—No es tu maldito problema. —Le escupo con determinación.

—Por supuesto que es mi maldito problema, no voy a dejar que te destruyas. —Se coloca en frente de mí con los brazos cruzados y se recarga sobre la pared—. Llevas dos semanas en esta situación, vienes golpeado o cayéndote de la borrachera.

—Deja de escupir tanta mierda y ve por otra cerveza. —Tomo otro sorbo y me doy cuenta que aún tengo la botella por la mitad.

El la arranca de mis manos y la coloca sobre la mesita lejos de mi alcance, y maldigo porque en mi estado no creo que pueda levantarme e ir por ella.

— ¿Crees que esto aliviara tus penas? Te estas encerrando en tu propia cárcel y te recuerdo que fuiste tú quien dejo que todo esto pasara. Tú la perdiste por tu propia mano. Tú y esa chica están sufriendo, ya he perdido la cuenta de cuantas veces ha venido a buscarte y te niegas a recibirla. Verla caminar de vuelta a casa es como ver caminar al dolor teniendo forma humana.

Digiero sus palabras con dificultad como un sabor amargo, llevo dos semanas tratando de mantener mi mente ocupada con alcohol para no tener que ir a buscarla.

Extraño lo pequeño que se vuelven sus ojos cuando sonríe.

Extraño sus manos alrededor de mi cuello.

Extraño sus labios sobre los míos.

Extraño a Anna Lee cerca de mí.

—Lárgate y déjame en paz. —Le dije tratando de contener las lágrimas que se acumulaban en mis entrañas.

— ¿Crees que esta es la manera de mantenerla a salvo?

—Cierra la maldita boca Hoper.

—Ella está metida bajo tu piel y si piensas por un momento que Finn no volverá a ir detrás de ella entonces no sé qué mierdas haces en la mafia si no conoces el verdadero juego.

—Voy arrancarle la cabeza con mis manos antes de lo previsto si llega a estar por lo menos unos cien metros cerca de ella. —Disparo odio en cada palabra y miro a Hoper de soslayo—. Además, tengo hombres vigilando su casa y cada paso que da, ni siquiera ha salido y si lo hace es para venir a buscarme.

—Recuerda que tenemos un mejor final para él, solo espera unos días y el y su gente estarán quemándose en las llamas del infierno. —Dijo antes de echarse andar fuera del salón.

— ¿Hoper? —Le llamo e inmediatamente me retracto pero ya es tarde porque se detiene.

— ¿Si? —Me mira por encima de su hombro.

—La amo. —Y una lágrima caliente se deslizo por mi mejilla.

—Entonces no sé qué jodido infierno haces todavía ahí sentado.

Punto de vista de Anna.

Cambio mi posición en la cama por enésima, llevo dos semanas encerradas en esta cuatro paredes a excepción que he logrado escaparme de mi padre e ir a buscar a Harry, pero nunca esta, nunca quiere recibirme, y ya no sé si soy capaz de seguir soportando esta situación.

Demasiado tiempo separados.

Demasiado dolor para tan poco tiempo.

Justo ahora, me sentía muerta en vida.

—La cena esta lista. —Escucho la voz de mi padre desde la puerta pero ni siquiera me giro para verlo.

—No tengo hambre.

—Llevas dos semanas sin comer Anna, no puedes seguir así.

—Lo hubieses pensado antes, ahora déjame sola.

—Anna...

— ¡Que te vayas papa!

Le grito y me levanto de la cama en su dirección para cerrar la puerta en su cara.

Me recargo sobre la puerta y me deslizo hasta el suelo, gimiendo, llorando en silencio... Otra vez, abatida, devastada.

—Te amo Harry. —Susurre para mí misma.

Me levanto del suelo y no me preocupo en secar las lágrimas, mi cuerpo cae nuevamente sobre la cama y me dispongo a dormir todo lo que pueda como todos los días.

Escucho la puerta abrirse en ese mismo momento y unos pasos se arrastran a la habitación.

—Te dije que te fueras papa. —digo, sin la intención de mirarle.

—Soy yo. —La voz de Sam llena la habitación y puedo sentir como se ha sentado sobre la cama.

— ¿Qué haces aquí? —Pregunto severa porque aún estoy enojada con ella.

— ¿No piensas perdonarme nunca? —Su voz suena inestable pero aunque quisiera perdonarla aún estoy dolida por su traición.

—Dame una razón para hacerlo.

—Hoper está al otro lado de la línea y estoy dispuesta a que hables con él, es urgente.

Antes de que pueda decir o pensar en algo, arranco el teléfono de sus manos y me pongo de rodillas en la cama rápidamente.

— ¿Hoper? —Digo y espero que responda.

—Anna. —Arrastra mi rostro con pesadez, con dolor y puedo notar el que hay un delgado hilo en su voz.

— ¿Qué es? ¿Qué está mal? —Pregunto y la voz me tiembla.

Que este bien por favor, que Harry este bien.

—Es Harry.

— ¿Qué pasa con Harry Hoper? Habla. —Le exijo y llevo una mano a mi boca para reprimir un sollozo.

—Lo estamos llevando de camino al hospital, comenzó a botar mucha sangre por la boca y la nariz y decía que le dolía mucho el estómago y se ha desmayado.

—Oh dios mío. Dime que va a estar bien por favor. —Digo con las lágrimas calando mi rostro.

—No estoy seguro de eso Anna. —Dice, y sé que la situación se le está saliendo de las manos por el pánico en su voz.

La sangre que corre por mis venas se congela y comienzo a sollozar encima de la cama, los brazos de Sam me sostienen y me abraza.

— ¿Qué pasa Anna? ¿Qué está mal?

Mis ojos se cerraron y todos los recuerdos vinieron a mí, la primera vez que lo vi, la primera vez que le bese, el primer te amo, todo se acumuló para estallar ahora mismo en mi mente.

—Si realmente quieres que te perdone tienes que ayudarme a salir sin que mi padre se dé cuenta.

—Anna, yo...

— ¡Por favor! Te lo piso, Harry se está muriendo y necesito verlo, por favor, por favor.

— ¡Oh dios mío! —Lleva su mano a su boca y termina por asentir—. De acuerdo, date prisa.

Ella desaparece detrás de la puerta y me obligo a moverme con rapidez por la habitación mientras me cambio rápidamente de ropa en algo cómodo, me ato el cabello mientras espero impaciente a Sam que vuelva a la habitación.

—Tu padre no está en casa, podemos irnos.

— ¿Dónde están las llaves de mi auto? —Pregunto y ella inmediatamente las deja en mi campo de visión pero cuando voy a tomarlas las sostiene con fuerza.

—No voy a dejar que conduzcas en ese estado, yo lo hare.

...

—Creo que Harry estará bien Anna. —Sam me alienta mientras caminamos por el pasillo para encontrarnos con Hoper.

—Tiene que estar bien. —Susurro más para mí que para ella.

En el momento que llegamos a la sala puedo ver a los chicos y a Hoper caminar de un lado a otro con las manos en sus bolsillos desolado, desconcertado y la expresión triste en su rostro me dice que Harry tiene que estar muy mal.

—Anna. —Dice al verme y corre en mi dirección.

Nos envolvemos en un abrazo y las lágrimas se aproximan en salir.

— ¿Dónde está? ¿Dónde lo tienen? —Pregunto por encima de su hombro y él niega con la cabeza.

—No lo sé, desde que llegamos nos tienen aquí y no nos han dicho nada.

Mi corazón latía con tanta intensidad que podría jurar que quería salirse del pecho. Nunca había odiado tanto este órgano como ahora mismo.

—Necesito saber cómo esta.

Me dirijo a la recepcionista y sé que Hoper sigue mis pasos. Antes de que pueda decir algo él lo hace y se lo agradezco porque mi voz esta tan inestable que no creo ser capaz de formar una oración coherente.

—Buenas noches, nos gustaría saber algo sobre Harry Styles, ingreso al hospital hace como veinte minutos.

La mujer de unos treinta años nos observó con mala cara encima de sus gafas y volvió a mirar al computador que tenía en frente.

— ¿Cómo dices que se llama?

—Harry Styles. —Intervengo finalmente.

Ella teclea el nombre y segundos más tarde se dirige a nosotros.

—Efectivamente. ¿Son ustedes familiares?

—No, pero...

—Entonces lo siento, no puedo darles información. —Me dice de mala gana y mi sangre comienza a hervir.

— ¿Me quiere decir que no puede darme información de mi novio? —Digo y soy consciente de que mi voz ha sonado lo suficientemente alto para llamar la atención de todos en la sala.

—Escúchame...

— ¡No! Escúcheme usted, nosotros somos la única familia que él tiene y ahora mismo va a decirnos en qué situación se encuentra Harry o yo misma voy a...

—Anna. —Hoper entrelaza sus dedos con los míos y me obliga alejarme.

Las lágrimas comienzan a salir en el momento que me abraza, y aunque las intento detener es imposible. Por mucho que lo intente, mi mente se empeña en lo contrario.

—Está bien Anna, él va a estar bien, te lo prometo. —Susurra por encima de mi cabello y deja un corto beso en el—. Ven, vamos a sentarnos.

Perdí la cuenta del tiempo que pasamos los unos a los otros viéndonos las caras, éramos los únicos en la sala de espera porque somos demasiados y ocupábamos todos los asientos, nadie decía nada pero mi mente decía muchas y lo único que quería era que Harry estuviese bien.

— ¿Familiares de Harry Styles?

En el momento que un doctor de unos cuarenta años entro a la sala todos nos pusimos de pie y su rostro se mostró una expresión confusa.

— ¿Todos son familiares?

—Sí, no. —Hablo Hoper en representación—. Vea, ninguno de los presentes somos familia pero como si lo fuéramos, somos lo único que tiene.

—Comprendo, supongo que entonces puedes venir conmigo.

Hoper asintió y me tomo da la mano para que lo siguiese, una vez que entramos al consultorio del doctor Mckenzy nos pidió amable que nos sentáramos.

—Bueno muchachos, la situación de Harry es compleja. Pero quiero ir al grano con ustedes debido a que no son familiares de sangre y eso complica las cosas. Harry tuvo una hemorragia y perdió mucha sangre, hay otro problema en su sistema que aún estamos esperando resultados.

— ¿Qué quiere decir? —Pregunto y mi voz suena temblorosa.

—Que necesita con urgencia una transfusión de sangre. Y su grupo sanguíneo es muy difícil de conseguir a menos que un familiar de sangre lo haga, o sea. Que sea compatible.

—Yo puedo hacerme los análisis, necesito saber si soy compatible, por lo menos quiero intentarlo. —Hable, completamente segura de lo que decía.

—Yo también. —Intervino Hoper después de mí.

—Entonces no hay tiempo que perder.

Y treinta minutos más tarde mi corazón, mi dolor estaban tirados sobre el piso porque ninguno de los dos lo era, corría el riesgo de perder a Harry si no encontrábamos un donante, pero de inmediato algo vino a mí. ¡Claro! ¿Por qué no lo pensé antes?

—Jacob. —Susurro para Hoper quien me abraza.

— ¿Jacob? Anna tienes que saber que Jacob y Harry en su último encuentro ambos terminaron en el piso.

—Pero es su hermano, él tiene que ayudarlo.

—Entonces iré hablar con él.

— ¡No! Yo lo hare, así tenga que pedírselo de rodillas.

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