HEAVEN AND BACK

La primera vez, Doyoung tiene dieciséis años. Recién salido del segundo año, cuando sus pantalones están empezando a quedarle más apretados y ya no encuentra interés en jugar juegos de mesa o pasar el rato con su madre. En cambio, su curiosidad alcanza su punto máximo cuando el hermanastro de Jungwoo les coloca un porro en la cara, con los ojos muy abiertos y expectante.

Kun les dice, como el buen hyung que es, que cualquier cosa que se enrole entre el papel delgado los hará sentir mejor de lo que nunca se han sentido antes.

—Se sentirá como el cielo. Como si estuvieran en un universo completamente diferente... O algo así.

Y Doyoung se cree cada palabra. Así que observa a Jungwoo dar su primera calada, repite exactamente lo que hace su mejor amigo, y también recibe su calada. Y Kun observa con orgullo cómo los dos chicos se van cada vez más alto a lo largo de la noche. Con las mejillas y los ojos como un tomate bajo la calida luz de su sótano. Son solo los tres, y cuando la madre de Jungwoo los llama para que suban a cenar, Kun tiene una expresión seria en su cara y dice:

—No hagan esto con nadie más, ¿de acuerdo?

Jungwoo y Doyoung asienten en sincronía, a pesar de que sus ojos están teñidos de rojo y Doyoung está empezando a sentirse un poco como flotando.

Y así continúa. Kun enrola para ellos durante todo el verano, y a veces también trae a Yuta, y algunos más, todos en un círculo en el sótano de Jungwoo. A Doyoung le gusta, piensa, incluso cuando sus extremidades tiemblan y no puede recordar lo que acaba de hacer, la memoria también se pierde en algún lugar profundo de su cerebro. Pero le gusta.

Conoce a Jaehyun al comienzo de su tercer año. Se habla en la escuela de un nuevo friki que se transfirió de Dios sabe dónde, y Yangyang le dice que su nivel de coreano es un poco bajo, pero sigue siendo mejor que el de Sicheng. Doyoung no está interesado en hacer amigos porque ya los tiene, no hay razón para agregar alguien más. Está Taeyong, que les deja pedir pizza con la tarjeta de crédito de su padre una vez a la semana, generalmente después de los días de estudio los jueves. Y luego está Ten, aunque ya no está tan presente. Él es súper malo, pero le agrada a Doyoung porque tienen mucho en común, como hablar mal sobre todos los chicos y chicas de su grado, aunque Taeyong solo piensa que son un tanto odiosos. Hyuck y Renjun son un año más jóvenes, pero todos tienen educación física juntos, así que funciona para ellos, Doyoung está convencido de que esos dos tienen algo raro. Y, por supuesto, Jungwoo, que está perpetuamente atado a Doyoung.

Así que realmente no sabe qué es lo que activa esta extraña sensación en él de que tiene que presentarse a Jaehyun cuando lo ve dos asientos atrás en Álgebra II en su primer día. Sin embargo, definitivamente es un pensamiento, ya que Doyoung se esfuerza por no mirarlo fijamente, tiene todo el pelo y gafas de aspecto un poco tonto, pero sus converse están tan maltratadas como las de Doyoung, por lo que no puede ser tan raro.

Toma una bocanada de aire para sus pulmones, que se sienten un poco vacíos, y se pone de pie, caminando hacia el pupitre de Jaehyun mientras tararea, la confianza es clave, dice Kim Doyoung en su cabeza.

—¿Quién eres?—pregunta. Y Jaehyun levanta la cabeza para ver a Doyoung de pie frente a él.

—Uhm.

—Eres el chico nuevo, ¿verdad?—Doyoung entrecierra los ojos para mirarlo, y ve un pequeño collar de cruz colgando de su cuello.

—Sí... Sí, soy nuevo, supongo—dice Jaehyun, jugando con su lápiz.

—Soy Doyoung. Kim Doyoung, y no pude evitar notar que tus zapatos están extremadamente sucios.

Jaehyun mira hacia abajo a sus zapatos, unos Chuck Taylors rayados que parecen haber pasado por el infierno y regresado. Se encoge de hombros, luego mira hacia abajo a los pies de Doyoung, que están tan descoloridos que no se ven ni cerca de blancos.

—Los tuyos también—murmuró.

Doyoung se muerde el interior de la mejilla, tratando de aguantarse un comentario sarcástico.

—¿Cómo te llamas?—él pregunta en su lugar.

—Jung Jaehyun—Jaehyun empuja sus gafas hacia arriba, ya que siguen deslizándose por el puente de su nariz.

—Bueno, Jung Jaehyun. Probablemente necesites amigos con los que sentarte en el almuerzo, ¿verdad? Estoy en la mesa de la esquina hasta atrás, así que puedes sentarte allí si no eres demasiado nerd.

Jaehyun no dice nada, solo mira a Doyoung y Doyoung toma eso como una aceptación. Sonríe, y tal vez Jaehyun le sonríe cuando se sienta en su mesa de almuerzo dos períodos después. Doyoung deja que Jaehyun se siente a su lado, lo presenta a sus amigos y decide ahí mismo, que Jung Jaehyun será su único y mejor amigo.

No es hasta la semana antes de las vacaciones de Acción de Gracias que Doyoung es invitado a una fiesta. Un estudiante de último año, llamado Sehun, se le acerca justo antes de su clase de biología con una sonrisa linda y ojos brillantes.

—Hola, Doyoung—dice, y se acerca a él en su casillero. Doyoung lo mira, un poco hacia arriba, ya que Sehun es el chico más alto que ha visto en la escuela. A Doyoung le gusta pensar que crecerá un poco más, a pesar de no ser tan bajo, pero ya tiene casi diecisiete años y su médico dijo que era poco probable.

—Uh, hola Sehun.

—Oye, mis padres se van el fin de semana, voy a hacer una fiesta...—sonríe ampliamente y muestra sus dientes blancos. Doyoung ahora se está dando cuenta de por qué Renjun está tan enamorado de este tipo, es estúpidamente sexy. —¿Quieres ir? Puedes traer a tus amigos también. Solo quiero que haya mucha gente, ¿bien?

Doyoung piensa por unos breves treinta segundos antes de aceptar.

—Sí, estaré allí. Llevaré a algunas personas también—Porque Oh Sehun tiene padres demasiado ricos y su casa probablemente será épica. Y si hay personas mayores involucradas, no piensa perdérselo.

Así es exactamente como convence al grupo de que vaya con él.

—¿Intentas decirme que Oh Sehun te invitó personalmente a su fiesta?—Renjun pregunta, impresionado con la manera en que Doyoung está hablando tonterías.

—Sí—Doyoung responde. —Y dijo que podía llevarlos a ustedes. Así que vamos a ir. Jaehyun puede conducir, ¿verdad?

Jaehyun parece menos que entusiasmado con la idea de llevar a Doyoung y a sus amigos a una casa de completos desconocidos un viernes por la noche.

—Uhm, sí, puedo conducir... ¿Pero una fiesta? ¿Qué tan grande va a ser...?

—Enorme—Taeyong murmura desde el otro lado. —Sehun es muy popular, probablemente conozca a un millón de personas.

—Donghyuck y Renjun no irán—dice Jungwoo con la boca llena de mantequilla de maní y gelatina. Los mencionados resoplan y Donghyuck abre la boca para protestar, pero Jungwoo ya lo está mirando como el amigo responsable que es. Así que su boca se cierra inmediatamente y en cambio cruza los brazos y hace pucheros.

—Está bien, Hyuck, puedes venir a las fiestas el año que viene—Doyoung dice burlon, luego se gira hacia Jaehyun. —¿Entonces nos llevarás?

Hay una pausa, y Doyoung le mira con esos ojos que hacen maravillas para salirse con la suya, tiene suerte de que Jaehyun es fácil de corromper.

—Bien—finalmente resopla.

Taeyong y Jungwoo comparten una mirada de emoción y Doyoung no puede evitar sonreír y pegarse a Jaehyun, envolviéndolo en un abrazo que Jung apenas corresponde, pero sonríe de todos modos.

La primera vez que Doyoung prueba algo más que la marihuana comprada en Dios sabe donde del hermanastro de Jungwoo es así:

Está dentro del auto de Jaehyun. Sicheng, Jungwoo y Taeyong están metidos en la parte de atrás, peleando sobre quién se emborrachará más en menos tiempo mientras Doyoung lee las indicaciones del mapa para llegar a la casa de Sehun.

A medida que se aventuran más fuera de la ciudad, las casas parecen hacerse cada vez más grandes. Y pronto Jaehyun está entrando en un camino de piedras conectado a lo que parece una mansión de una película con la dirección de Oh impresa en el buzón.

Cuando salen del auto y entran en la fiesta, queda extremadamente claro qué tipo de fiesta es esta. Hay alrededor de cien personas abarrotadas justo en la entrada. Al instante, el olor a hierba golpea a Doyoung como un camión, y mira detrás de su hombro para ver a Jaehyun mirándolo con los ojos muy abiertos.

—Está bien, Jaehyun—Sonríe, agarra la mano del chico y trata de ignorar lo frías y sudorosas que están. —Vamos a buscar algo de tomar.

Todos deambulan por la cocina de Sehun, que es considerablemente más grande que todo el apartamento de Doyoung. Hay alcohol en la isla, todo lo cual Doyoung nunca ha visto o probado antes en su vida.

Sicheng va primero, agarra cinco vasos rojos solo y la primera botella que encuentra y comienza a servir.

—¿Bacardí?—Taeyong dice, mirando el líquido en su vaso.

—Bacardí. Es fuerte, Kun y yo solíamos beberlo todo el tiempo cuando nuestros padres estaban de viaje—murmura Jungwoo.

Doyoung sonríe y agarra su vaso, luego le pasa uno a Jaehyun también. Jaehyun mira el vaso, como si el alcohol pudiera saltar y morderlo. Mira intensamente a Doyoung, con sus ojos oscuros y la mandíbula tensa mientras Doyoung bebe todo el contenido de golpe, pero Jungwoo agarra su muñeca de la nada.

—No bebas—Susurra, sus ojos están cristalinos y parpadea hacia Jaehyun, confundido. —Te lo explicaré más tarde. Solo no bebas—Jungwoo dice, y deja su muñeca libre. Y Doyoung no protesta porque Jungwoo siempre parece estar un paso por delante de él, incluso cuando observa a sus amigos beber de los vasos, él y Jungwoo solo se sientan allí y miran.

Y se emborrachan progresivamente a medida que avanza la noche. Taeyong termina tirando de Jungwoo y Sicheng a la multitud en la sala de estar para bailar, donde la musica es extremadamente ruidosa y un estudiante de último año está trepando por la barandilla para hacer surf.

Doyoung se ha estado aferrando a Jaehyun desde que se quedaron solos, sosteniendo sus brazos y tirando de él por las muchas habitaciones de la casa de Sehun. Jaehyun se ríe, no tan borracho como Doyoung, pero estando a nada, con la cara sonrojada y un poco sudoroso. Doyoung encuentra extremadamente lindo cuando Jaehyun presiona su mano en la parte baja de su espalda cada vez que tienen que abrirse camino a través de un grupo particularmente grande.

Están sentados en el columpio de afuera, el que cuelga en el porche de Sehun, que da hacia su piscina, la cual estaba "estrictamente fuera de los límites" ya que era otoño y hacía cuarenta y cinco grados afuera. Doyoung subió sus piernas sobre el regazo de Jaehyun quejandose de cómo le dolían por haber bailado un poco. Jaehyun le dio una mirada comprensiva y no dijo nada más.

Sin embargo, se encontró mirando a Jaehyun. Mientras él habla de sus pruebas de baloncesto la próxima semana, arrastrando un poco las palabras. La mandíbula de Jaehyun es prominente, especialmente de perfil, y Doyoung se encuentra pensando en cómo le gustaría besarlo ahí. O tal vez más abajo, y Jaehyun traga justo cuando los ojos de Doyoung se arrastran sobre su manzana de Adán, este tiene que obligarse a mirar hacia otro lado.

—Sí, entonces, creo que Chenle va a formar parte del equipo. Está súper preocupado, pero sigo diciéndole que es muy bueno jugando—La voz de Jaehyun vuelve de repente y Doyoung parpadea un par de veces.

—Hyung—dice, y Jaehyun lo mira. —Tienes las facciones más perfectas que he visto.

Jaehyun lo mira fijamente, y hay una extraña pausa y por un segundo Doyoung piensa que ha dicho algo ridículo, lo cual no sería tan sorprendente. Pero luego la expresión de Jaehyun se suaviza y suelta una risa alegre que hace que la piel del Doyoung se ponga erice.

—Gracias, Doie—se ríe. —Pienso lo mismo de ti.

—Ah, eres tan cursi, Jaehyun—Doyoung habla burlon. —Pero gracias, sé que este rostro fue hecho a mano por Dios, pero es agradable escucharlo de ti.

Jaehyun se ríe de nuevo, esta vez en voz alta, lo suficientemente fuerte como para que retumbara en su pecho y Doyoung no puede hacer nada más que sonreírle e ignorar las mariposas revoloteando en su estómago.

Luego, Jungwoo sale a través de las puertas de vidrio y se acerca a ellos desde su asiento en el columpio. Mira a Jaehyun, luego mira a Doyoung con esos ojos que derraman travesuras en el aire.

—Do, adivina qué.

—¿Qué?—Pregunta Doyoung, sentándose y poniendo sus pies de nuevo en el suelo.

—Johnny está aquí—dice Jungwoo. Parpadea, luego se acerca y susurra. —También tiene cosas.

Y tal vez Doyoung realmente no sabe en qué pueden consistir o como pueden verse las "cosas". Todo lo que sabe es que Johnny Suh es un fumador de grado A, mucho antes de que Doyoung estuviera en la escuela secundaria, y tiene memorizados libros de casi todos los estimulantes de la historia. Solo ha conocido a ese chico una vez. Así que Doyoung obviamente solo tiene una opción, y es tener en sus manos cualquier sustancia estadounidense que Johnny esté ofreciendo a un montón de adolescentes menores de edad esta noche.

Así que asiente, toma la mano de Jungwoo y le dice a Jaehyun que los siga mientras Kim lo lleva de vuelta adentro. Hay una sensación de deja-vu que llega cuando caminan hasta el sótano, pareciéndose mucho a la del sótano de Jungwoo, ha hecho cosas como esta el verano pasado. Así que no puede ser tan malo, piensa Doyoung, hay una primera vez para todo.

Resulta que "cosas" es un código para ilegal.

Eso es lo que Doyoung descubre cuando se sienta frente a la mesa de café, Jungwoo está arrodillado a su lado mientras miran a Johnny como si fuera una especie de Dios. Johnny les había dicho que se sentaran, y Jaehyun se sentó torpemente en el sofá junto a Sehun y Yuta que también estaban allí abajo.

—Ustedes no han probado esto antes, ¿verdad?—Pregunta, y Jungwoo y Doyoung sacuden la cabeza, no. Hay una sonrisa extraña grabada en la cara de Johnny, que crece cuando los ve responder. Y Doyoung puede sentir que su ritmo cardíaco comienza a incrementar por la anticipación de todo.

Deja que Sehun y Yuta vayan primero. Lo que de alguna manera es reconfortante y aterrador al mismo tiempo. Doyoung, todavía sin tener idea de lo que consumirán o de lo que realmente está pasando en general, observa a Johnny colocar un poco de polvo blanco en la mesa. Luego saca su tarjeta de débito y empuja alrededor del polvo, que se parece mucho al azúcar de las tiras de caramelo arcoíris que Hyuck siempre come, en una línea recta y delgada, antes de mirar hacia Sehun.

—Todo tuyo, hermano.

Sehun sonríe, se tropieza un poco, y se pone de pie. Caminando hacia la mesa y arrodillándose junto a Doyoung, sus rodillas rozan una contra la otra. Si Doyoung ve a Jaehyun mirándolo por el rabillo de los ojos, lo ignora y observa a Sehun con toda su atención en su lugar.

Sehun respira hondo, y luego se inclina sobre la mesa e inhala toda la línea con su nariz. Sucede tan rápido, que si Doyoung hubiera parpadeado se lo habría perdido. Pero luego Sehun está inclinando la cabeza hacia atrás, jadeando, parpadeando y riéndose, se limpia la nariz y mira a Johnny.

—¿Esta bueno?—Johnny sonríe.

—Sí—Sehun tararea, su voz sale más suave y más tranquila, más lenta. —Muy bueno

—Es mi turno—Jungwoo anuncia. Doyoung no puede evitar notar cómo ha estado mirando a Johnny desde que llegaron aquí, pero también elige ignorarlo. Johnny saca un poco más de esta pequeña bolsa de plástico. Es una cantidad considerablemente menor que lo que le dio a Sehun, pero Doyoung asume que es porque son más jóvenes y Sehun probablemente ha hecho esto mil veces, pero él y Jungwoo nunca lo han visto antes.

Sin embargo, eso no detiene a Jungwoo en absoluto. Se sumerge, literalmente, tapando una fosa nasal con la punta del pulgar y inhalando el polvo como si realmente fuera azúcar o algo así. Lo ha hecho antes de que Doyoung pueda preguntar si está seguro de esto, y lo único que queda en la mesa es un poco de residuo.

Jungwoo tira la cabeza hacia atrás al igual que lo hizo Sehun, excepto cuando abre los ojos de nuevo, el efecto está ahí, está presente. Notable en la forma en que sus pupilas están dilatadas, lo suficientemente grandes como para consumir todo su iris. Doyoung lo mira, y Jungwoo le envía su grande sonrisa de nuevo, luciendo como cualquier cosa menos preocupado.

—Oh, Dios mío—susurra. —Es mejor de lo que pensaba.

Johnny se ríe por encima de ellos.

—Por supuesto que lo es. Es caro, tienen suerte de que les esté dando el descuento para novatos—dice.

Doyoung está repentinamente aprensivo por esto cuando todos se giran para mirarlo después de que Johnny hace una línea frente a él. Se da la vuelta para mirar a Jaehyun, cuya rodilla no ha dejado de rebotar desde que llegaron aquí.

—¿Estás seguro de que no quieres intentarlo, Jaehyun hyung?—Pregunta suavemente.

—No... no, estoy bien. Solo eh, ¿ten cuidado? ¿Por favor?

—Amigo, está bien—Johnny interrumpe. —Ni siquiera es tanto.

—Vale, bueno, nunca ha hecho esto antes, simplemente no quiero que...

—Está bien—interrumpe Doyoung. —Es solo un poco. Estamos aquí para divertirnos, ¿verdad?—Mira a Jaehyun expectante.

Jung tiene el labio inferior entre sus dientes y Doyoung puede sentir lo incómodo que está, pero Jaehyun asiente de todos modos.

—Sí—murmura, y Doyoung le guiña un ojo antes de inhalar la cocaína en la mesa de centro del sótano de Oh Sehun.

Su primera vez drogado es más fuerte que cualquier cosa que haya sentido antes.

Y, cuando es medianoche y él está con unos cuantos miligramos encima, pegado al sofá mientras Jungwoo se pasa los dedos por el pelo y Jaehyun no se encuentra por ningún lado, mientras Johnny les habla de algo y Doyoung apenas puede recordar en qué casa está, piensa en el sótano de Jungwoo y en las palabras que Kun había dicho.

Estaba mintiendo. Doyoung piensa. Porque con la hierba, tenía un poco de control de su cuerpo, y se sentía bien. Estaba bien y podía manejarlo. Pero esto, esto no se parece en nada a aquello. Este es el verdadero cielo.

Su cara está entumecida. Sus extremidades son inútiles y su lengua se siente desprendida y todo se mueve a cámara lenta. Quiere más. Quiere ver qué tan lento puede llegar hasta poder sentir su corazón igual de lento.

Sí, su primera vez solo se puede describir como eufórica. Y cuando Jaehyun baja las escaleras y les dice que es hora de irse a casa, cuando Jaehyun lo mira con ojos que nunca ha visto antes, los que te dirán todo lo que necesitas saber; oscuros, donde puedes ver tu reflejo mirándote y eso es suficiente para que tu estómago se voltee y para que tu pulso comience a disiparse porque Jaehyun no está contento con tus elecciones en este momento.

Se arrastra hacia arriba, se marea y sus pies tambalean y Jaehyun está allí mismo, sosteniendo su antebrazo para estabilizarlo y buscando cualquier cosa en su expresión.

—¿Estás bien?—Su voz sale, suave y débil como si estuviera parado en el lado opuesto de la habitación.

—Estoy perfecto—dice Doyoung, y puede sentir que su boca se estira en una sonrisa, pero no lo logra terminarla, lo cual es extraño de pensar.

Jaehyun ayuda a Doyoung a subir las escaleras, Jungwoo detrás de cerca con las manos de Johnny sobre sus caderas, Doyoung puede ver lo feliz que es Jungwoo, y así decide él que es aún más feliz.

Jungwoo le dice a Jaehyun que los deje a ambos en su casa, y mientras Sicheng se desmaya contra los hombros de Taeyong, Taeyong y Jaehyun comparten una mirada de preocupación mientras los dos chicos tropiezan y se ríen de su coche.

—Jungwoo—llama Taeyong. —Envíenme un mensaje cuando se despierten mañana, ¿vale? Solo para que sepa que ambos están bien...

—Doie...—Jungwoo sonríe, sus manos sostienen a Doyoung por la cintura y Doyoung observa cómo el suelo comienza a moverse en ondulación. Levanta la cabeza y Jungwoo empuja su cara en la curva de su cuello. —Piensan que lo que estamos haciendo es malo—susurra, solo para que Doyoung lo escuche.

Y tal vez, Doyoung está sobrio por un milisegundo para pensar con claridad. Y en su momento de claridad donde su visión se vuelve nítida y puede distinguir a Jaehyun en el asiento del conductor y Taeyong en la parte de atrás, puede sentir lo fuerte que está latiendo su corazón y lo caliente que está su cara, consciente de lo silencioso que es el aire a su alrededor... Cuando hace solo unos momentos todo lo que el Doyoung podía escuchar era ruido. No podía registrar qué ruido era, solo algo que consumía sus tímpanos y llenaba el silencio entre él y sus amigos... Algo como el ruido de su sangre corriendo a través de su cuerpo, o las terminaciones nerviosas activas en todo momento.

—Tengo sueño—Doyoung finalmente murmura. Jungwoo se ríe de nuevo y se gira, arrastrando a Doyoung con él por la muñeca.

—¡Gracias por el viaje, Jaehyun hyung!—Jungwoo dice.

Si Jaehyun se queda aparcado en la calle frente a la casa de Jungwoo durante diez minutos más, por si acaso, Taeyong no se lo menciona a nadie.

Doyoung es un senior cuando Jungwoo compra para ambos un gramo que Johnny les vendió en un callejón al azar a plena luz del día. Y por veinte dólares más, Johnny les vende unas pastillas de clonazepam, para que no falten las risas y eso, dijo Johnny.

Aprende sobre los términos callejeros el verano después del tercer año, porque Jungwoo comienza a pasar mucho tiempo con Johnny. Y es extraño, porque Jungwoo se comportará genial cuando Doyoung quiera pasar el rato con Jaehyun y sus amigos. Dirá que sí, y se sentará en el sofá con ellos y se reirá durante unos minutos de cualquier broma que Hyuck diga. Pero una hora después, siempre saca su teléfono y envía mensajes a Doyoung sobre cómo quiere ver a Johnny y cómo quiere que Doyoung venga con él y cómo quiere drogarse y cómo quiere, quiere, quiere, quiere...

Doyoung no cree que se esté perdiendo de mucho. Pero la mirada que Jaehyun le da cuando Jungwoo inventa alguna excusa de mierda, y cuando están saliendo de la sala de estar de Renjun y riéndose mientras Johnny llega en su Mercedes negro a la esquina; a Doyoung no le gusta nada esa parte.

Tampoco le gusta cómo Jungwoo lo dejará cuando lleguen al apartamento de Johnny, escondido detrás de una parte sucia de la ciudad donde realmente no sabe dónde está o cómo llegar a casa. Jungwoo lo mirará, le dará una mirada comprensiva y hará otra promesa.

—Saldré un rato, solo, ¿ver una película o algo así? Mete una línea... Relájate, Doyoung—sonríe.

Doyoung le envía cierta mirada mientras se sienta en el sofá de Johnny.

—Estaba relajado con Jaehyun, hasta que me secuestraste por venir este hueco de mierda... Otra vez.

—No seas dramático—Jungwoo resopla, le tira su mochila. —Hay al menos suficiente allí para diez minutos.

Doyoung pone los ojos en blanco, pero comienza a buscar un ziploc de todos modos. Y luego Johnny está llamando a Jungwoo desde el pasillo y Jungwoo se inclina y presiona un beso en la mejilla de Doyoung.

—Volveré—susurra, luego desaparece donde sea que esté Johnny. La cosa es que Doyoung no es estúpido.

Y realmente no sabe por qué Jungwoo siente la necesidad de ocultar el hecho de que se está follando a su dealer. Pero Doyoung puede sumar dos más dos, especialmente cuando Yuta le preguntó por qué estaba recibiendo tan barata la droga cuando Johnny le cobró el doble por las mismas cosas. Doyoung simplemente se encogió de hombros, pensando en el descuento de novato y cómo le han estado comprando a Johnny durante todo un año... Así que tenía que ser otra cosa.

Hay ansiedad palpitando en sus venas mientras espera a Jungwoo. Hace una línea e inhala a través de un billete sucio que encuentra en su bolsillo, y se sienta contra el sofá para enviar un mensaje de texto a Jaehyun.

Jaehyun le dice que Renjun se raspó la rodilla cuando salieron a patinar. Doyoung desearía estar patinando en lugar de en el apartamento de Johnny, escuchando tan fuerte que sus oídos casi podrían reventar.

El apartamento es frío y tranquilo, algo así como el de Doyoung. Excepto que, donde Doyoung, hay hermanos corriendo y platos sucios por todas partes, Johnny hyung no tiene a nadie, y hay algunas cucharas en la mesa auxiliar, pero además de eso, el lugar está limpio. No parece esas trampas a las que Jungwoo solía llevarlo, cuando su hermano tuvo que correr muy rápido para recoger algunas flores y les dijo que se quedaran en el coche. Y no se parece a los lugares de las películas, con drogas esparcidas por todas las superficies, los que parecen abandonados e inhabitables y asquerosos.

Así que Doyoung piensa que Johnny es agradable.

Es agradable. Nada más. Los lleva o recoge cuando Jaehyun no puede, elogia el iluminador que Jungwoo pone en sus pómulos, y deja que se droguen cuando se lo piden. Así que es agradable. Pero hay algo en Johnny que lo hace diferente a los otros hyungs. En el sótano de Jungwoo y Kun es familiar, acogedor y, a veces, cuando Yuta sale con ellos, se siente como si fuera su padre o algo así. Doyoung puede decir que hay cosas que Johnny no les deja ver. Porque, incluso después de las horas que pasaron riéndose de cosas que ni siquiera pueden recordar, o cuando Johnny compra la comida en lugar de coca y Doyoung fingirá que es solo su amigo, todavía puede sentirlo. La obvia diferencia de edad, los años de experiencia ocultos detrás de los ojos oscuros de Johnny. Las cicatrices en sus brazos de cosas que Doyoung nunca podría preguntar. Sabe que Johnny es peligroso.

Sus ojos se desplazan por la sala de estar cuando se encuentra psicoanalizando. Hay un marco de fotos en la estantería, y cuando Doyoung entrecierra los ojos puede ver lo que parece ser la madre de Johnny. Y luego Doyoung se da cuenta de que no sabe casi nada sobre el hombre en cuya sala de estar está sentado, el hombre que probablemente le está haciendo locuras a su mejor amigo en otro lado, el hombre que está alimentando su adicción al abuso de sustancias, incluso aunque Doyoung no es completamente consciente de ello.

Todavía.

Jaehyun es un enigma.

Doyoung descubre esto cuando está a punto de cumplir dieciocho años. Faltan minutos antes de la medianoche, y Jaehyun está frente a él en su cama. Cruzado, sus rodillas se rozan una contra la otra, el labio de Jaehyun atrapado entre sus dientes mientras intenta no reírse demasiado fuerte para no despertar a los hermanitos de Doyoung.

Cuando su madre le dio permiso para dejar que Jaehyun se quedara a dormir por su cumpleaños, Doyoung casi lloró de emoción. Pero rápidamente se dio cuenta de lo vergonzoso que sería, (especialmente a los dieciocho años), así que en su lugar se conformó con abrazarla lo más fuerte posible y prometiendo que no despertarían a sus hermanos.

Ahora, mientras Doyoung se ríe tan fuerte que tiene que amortiguarlo con una almohada, está reconsiderando la validez de su promesa. Pero ese es un problema con el que el futuro Doyoung puede lidiar.

—Te tengo un regalo—susurra Jaehyun, justo después de golpear ligeramente a Doyoung en el pecho por hacer una broma doble sentido, Jung no pudo dejar de reír.

—¿Qué? Hyung, te dije que eso no estaba permitido... ¡Tienes que ahorrar para la universidad!—Doyoung protesta.

—Por favor, Doie, la universidad no será hasta dentro de todo otro verano, y eres mi mejor amigo, y es tu cumpleaños. Así que obviamente tengo que darte algo.

—Faltan tres minutos—Doyoung comenta, y Jaehyun solo lo mira fijamente, lo que lo hace reír de nuevo.

Doyoung observa a Jaehyun girar su espalda y alcanzar debajo de su cama, en su bolso, el que ha tenido desde el segundo año. Está sucio y manchado y todavía conserva el corazón en sharpie de cuando Doyoung había anunciado públicamente a sus amigos que Jaehyun era su San Valentín.

Saca una pequeña caja de terciopelo. Luego mira a Doyoung con esos grandes ojos oscuros que el menor cree que podrían contener a todo el universo en ellos.

—No es un anillo de compromiso, así que no te asustes—dice rápidamente, entrega la caja a las palmas sudorosas de Doyoung con las manos temblorosas. —¿Pero es algo, ya sabes, para cuando no estoy aquí todo el tiempo...?—habla dudoso.

Doyoung hace una nota mental para burlarse de él sobre lo incómodo que luce más tarde, pero toma la caja de todos modos y permanece en silencio. La abre, y un pequeño diamante lo mira fijamente.

Por un momento, solo hay una fuerte tensión en el aire mientras el Doyoyng saca el collar. Hay un dije de la constelación de acuario colgando al final, atrapa la luz, brilla azul y plateado y Doyoung de repente está luchando por respirar con lo cálido que se siente su corazón.

—Hyung...

—¿Te gusta?—pregunta Jaehyun, apenas por encima de un susurro.

—¿Cuánto costó esto?—Doyoung jadea. Levanta el collar frente a su cara para inspeccionarlo más a fondo.

—Doie—se queja Jaehyun. —Eso no se pregunta.

—Lo siento, esto es simplemente... Wow, Jae, no sé qué decir...

—Podrías decir gracias. O "Jaehyun hyung, eres el mejor de todos y te dejaré comer mi helado diario todo el verano"—Jaehyun sugiere, cambia el tono de la voz para imitar a Doyoung.

—En primer lugar, yo no hablo así—Doyoung resopla y mueve la caja para poder ponerse de pie y pasar por encima Jaehyun, quien parpadea, porque de repente están cerca, y Doyoung mira el reloj en su mesita de noche para ver que es medianoche.

—Segundo...—susurra, luego le da el collar a Jaehyun, mueve un poco su cabello y Jaehyun toma la pista de ponerse de pie y poner su regalo a Doyoung. La piel de su cuello se eriza cuando hace esto, sus dedos se deslizan sobre su nuca, y las manos de Jaehyun permanecen allí por un segundo más de lo necesario.

—Gracias, hyung. Y eres el mejor.

—De nada—Jaehyun sonríe, y Doyoung lo mira y se da cuenta de que quedan centímetros de espacio entre sus labios y si Doyoung inclinara el mentón hacia arriba... Jaehyun creció mucho a lo largo de los años, así que ahora Doyoung tiene que ponerse de puntillas solo para abrazarlo

—Feliz cumpleaños, Doie—Jaehyun susurra, todavía está mirando.

—Jae—dice Doyoung.

—¿Si?

—Tengo que pedirte una cosa más para mi cumpleaños.

Jaehyun sonríe, amplio, feliz.

—¿Y qué es?—pregunta. —Sabes que no es bueno ser egoísta, Doyoung-ah.

—Lo sé, pero cumplo 18—Doyoung deja que sus ojos caigan a los labios de Jaehyun, luego estos suben a su mirada. —Y creo que podrías comprometerte solo esta vez.

Doyoung ni siquiera tiene que decirlo. Porque Jaehyun está levantando la mano, acariciando la mandíbula de Doyoung, lo está acercando, y pronto está presionando sus labios contra los de Doyoung.

Así que Doyoung obtiene su primer beso un minuto en su cumpleaños número 18.

Y los labios de Jaehyun lo hacen sentir extraordinariamente mejor que cualquier droga que haya probado antes.

El baile de graduación era algo a lo que nunca pensó que querría ir. Ni siquiera contemplaba la idea, ya que generalmente giraba en torno a usar un traje básico, e ir junto a una chica que apenas conocía. Pero cuando Jaehyun lo invitó, Doyoung no pudo decir que no.

Es entonces, también, que convence a Jaehyun de usar una corbata que combine con sus pantalones. Convence a Jaehyun de usar violeta, de poner iluminador en la parte superior de sus pómulos y de tomar su mano mientras entran en el gimnasio, junto con Taeyong, Jungwoo y Sicheng.

La mano de Jaehyun lo relaja. Normalmente siempre lo hace. Siempre que está cerca de más gente de la que quiere estar, si Jaehyun está a su lado, es mejor.

Jaehyun y la cocaína son las dos cosas favoritas de Doyoung en todo el mundo. Y antes de esta noche, nunca pensó que podría tener ambas al mismo tiempo.

Se roba a Jaehyun de la conversación inmersiva en la mesa, donde Sicheng está describiendo con detalles vívidos su reciente relación. Jaehyun no hace ninguna pregunta, mientras Doyoung se ríe y los mete en los vestuarios.

—Doie—Jaehyun habla mientras Doyoung los encierra en un cubículo y le sonríe expectantemente. —Parece que estás a punto de sugerir algo realmente estúpido.

—Siempre me subestimas, Jung Jaehyun—Doyoung sonríe mientras se arrodilla en el suelo y cierra el inodoro.

—Eso es tan antihigiénico—comenta Jaehyun, mirándolo con ojos muy abiertos y curiosos.

Doyoung lo ignora a favor de sacar una pequeña bolsa de plástico transparente. Los pequeños cristales blancos brillan hacia él, y sonríe aún más cuando capta los ojos de Jaehyun.

—¿Qué es eso?—susurra Jaehyun.

Doyoung le agarra la muñeca y lo tira hacia el suelo con él.

—Hará que este aburrido baile de graduación sea mucho mejor, lo prometo.

El mayor parece vacilante, y cuando Doyoung le dice que lo observe, que mantenga los ojos pegados a él y vea cómo se hace, Jaehyun no dice nada, pero escucha. Observa a Doyoung, toma con una llave una dosis perfecta y la inhala como si fuera un punto de azúcar. Y cuando es el turno de Jaehyun, este gira su cuello para mirarlo una vez más.

—¿Estás seguro de que no moriré o algo así?

Doyoung sacude la cabeza.

—Probablemente te sentirás vivo por primera vez, hyung.

Johnny les explica lo que se debe y no se debe hacer como si fuera un puto profesor dando una conferencia. Excepto que Jungwoo y Doyoung no son estudiantes universitarios y Johnny no tiene un título, y Doyoung está bastante seguro de que en la universidad no enseñan cómo inyectarse heroína.

Lo que pasa con las drogas es que, una vez que empiezas con la mierda ligera, como la hierba en el sótano de Jungwoo, o tal vez algo psicodélico en el baño de tu escuela secundaria, seguro que querrás probar otras cosas. Tienes este antojo de un subidón más profundo, uno que te llevará a lugares más lejos que antes, porque se sentirá mejor. Siempre será mejor que la última vez.

Así que cuando Doyoung se encuentra mal por el hecho de que no ha jugado con coca en un tiempo, cuando sus manos están un poco demasiado frías para ser consideradas normales y cuando comienza a oler la bolsa usada e inclinar la cabeza hacia atrás a menudo para ver si se droga de los restos en su propia nariz, decide que es hora de experimentar algo nuevo. Los profesores tienen laboratorios de ciencias y Johnny es un científico increíble.

No sabe por qué elige no mencionarle nada a Jaehyun. Tal vez sea porque Jaehyun realmente no sabe todo el alcance de cuánto consume Doyoung hoy en día. Doyoung sabe que las drogas lo hacen sentir incómodo y elegirá a Jaehyun por encima de cualquier cosa, cualquier día, así que decide mantenerlo en secreto cuando le dice que él y Jungwoo van a salir un rato. Deja fuera los detalles no tan importantes y le dice a Jaehyun que puede recogerlo a la una de la madrugada.

—Ustedes no han consumido nada en las últimas cuarenta y ocho horas, ¿verdad?—Johnny pregunta. Tiene a Doyoung y Jungwoo sentados en su sofá de nuevo.

—No—dice Jungwoo, hablando por ambos. —Estamos limpios.

—¿Doie?—Johnny le mira.

Sacude la cabeza, no. Y hace todo lo posible por recordar su historial de consumo, pero su memoria se ha secado un poco desde que comenzó a jugar con "cosas divertidas", como a Jungwoo le gusta llamarles. No recuerda haber metido nada, así que debería estar bien.

—No querríamos ninguna otra sustancia química con esta mierda en tu cuerpo. Podría ser letal—Johnny zumba mientras saca una bolsa y la deja sobre la mesa. —La primera regla que todo usuario sabe: no mezclen tops y downers, coca y alcohol, heroína y sustancias no identificadas corriendo por el torrente sanguíneo de mi novio y de su mejor amigo, está rotundamente prohibido—Bromea.

Sin embargo, Doyoung está aterrorizado, Jungwoo se ríe y lo mira, dándole una sonrisa y levantando su ceja cuando su amigo le devuelve una mirada sin expresión, más que el miedo.

—¿Estás bien, Doie?

—Hyung, ¿estás seguro de que esto es seguro?—Doyoung pregunta, mira hacia abajo para ver que sus dedos tiemblan.

—Sí, estarán bien. Estaré aquí, este es un lugar seguro, joder. No hay necesidad de preocuparse.

—Sí, entiendo que es un lugar seguro, ¿pero la droga es segura?—Dice nerviosamente.

—Bueno, Doyoung... Las drogas son drogas—Johnny se encoge de hombros. —No diría que es bueno para ti. Pero sentirás que estás en cloud nine, literalmente.

Doyoung cree que podría vomitar, pero Jungwoo le dice que está pasando por una abstinencia, así que sostiene la mano de Doyoung mientras Johnny ata un guante de latex más arriba de su codo, saca una aguja y le dice a Doyoung que respire profundamente.

Y todo se pone borroso desde allí.

Hay prisa, y algo que se siente parecido a la sensación de caerse, o asomarte por la ventana de un coche en la carretera donde el viento es tan fuerte que ni siquiera puedes abrir los ojos.

Doyoung siente que sus entrañas se iluminan, como si estuviera ardiendo desde dentro. Sus extremidades son pesadas, como si toneladas estuvieran atadas a ellas y está pegado al sofá de Johnny mientras parpadea unas cuantas veces y observa a Jungwoo mientras le inyectan su dosis.

Todo es lento.

Su cerebro, su respiración, los latidos de su corazón, la voz de Johnny.

Doyoung cierra los ojos. Y desea que Jaehyun fuera quien sostiene su mano en lugar de Jungwoo.

Doyoung solía ver a su padre aplastar codeína e inhalarla cuando tenía cinco años. Solía ver a su padre llegar a casa a horas altas de la mañana, demasiado drogado mientras tropezaba al caminar dentro del apartamento y actuaba como un adolescente a pesar de que tenía tres hijos y una esposa en casa. Solía ver a su padre ser un desperdicio general de espacio, ausente en sus cumpleaños y solo regresaba cuando necesitaba dinero en efectivo o un encendedor o comida; siempre estaba buscando algo.

Y es estúpido. Doyoung lo odiaba porque exigía respeto y exigía que se satisfacieran sus necesidades cuando nunca se preocupaba realmente por sus hijos o la madre de ellos, y cómo podrían sentirse al respecto. Y así Doyoung se prometió a sí mismo que nunca terminaría como su padre. Era el mayor entre sus hermanos y tenía que estar allí para proteger a su madre y a ellos de las horribles circunstancias que su padre les dejó caer.

¿Entonces, por qué se encuentra en esta situación ahora?

La heroína es buena.

Es increíble.

La marihuana estaba bien, y la coca no era tan mala, pero esos efectos eran patéticos en comparación con esto.

Y es algo peligroso porque Doyoung siempre ha sido codicioso, siempre ha querido más. Quiere sentirse mejor y lo único que le dará lo que quiere es la heroína.

Así que va por su cuenta al apartamento de Johnny por primera vez. Y allí, Johnny hace alarde de una pequeña bolsa de cosas que lucen como heroína, excepto que esta vez no es líquido dentro una aguja.

—Sé que te gusta la mierda en la nariz, Doyoung—le dice Johnny, con su voz áspera por el sueño porque es de madrugada.

Johnny le cobra cuarenta dólares. Doyoung le da treinta y le dice que puede hacer algo más para compensar el resto.

Hace algo realmente horrible.

Y él sabe que es horrible y que se va a arrepentir profundamente. Se sentirá peor que caerse de su bicicleta cuando tenía seis años, se sentirá peor de lo que se siente cuando Jaehyun lo ve decepcionado cada vez que se sube a su coche drogado, peor de lo que siente su madre cuando ve las marcas de agujas en su antebrazo.

Es terrible, piensa. Cuando Johnny tira de su muñeca para meterlo en su apartamento y luego, de repente Doyoung está de rodillas en el dormitorio oscuro de Suh.

Quiere llorar cuando termina. Porque le duele la garganta y aún más el corazón y se pregunta cuán jodido es que está para hacerle esto a Jaehyun, a Jungwoo.

No se da cuenta de que está llorando hasta que Johnny lo menciona.

—No te preocupes por eso—Johnny tararea, pasa sus dedos por el pelo de Doyoung y coloca la bolsa en su palma. —No tenemos que decírselo...

—Es más fácil decirlo que hacerlo—Doyoung muerde, quita las manos de Johnny de él y lucha por volver a ponerse de pie. —Jungwoo es mi mejor-

—Amor—Johnny lo interrumpe. —Él te ha hecho cosas peores.

Doyoung parpadea, una lágrima caliente rueda por su mejilla mientras mira a Johnny.

—¿Qué quieres decir?

Hay silencio, y luego Johnny le toma del mentón y obliga a Doyoung a mirarlo.

—Te tiene enganchado a esta mierda—Johnny susurra, y con su mirada señala la bolsa en su mano.

Entonces, le hace su primera mamada a Johnny en su apartamento. Y luego, después de eso, decide que odia a su mejor amigo por primera vez en toda su vida.

Y se odia a sí mismo un poco más.

Se salta el último día del último año a favor de pasar el rato con Jaehyun. Y Taeyong y Sicheng también están allí, y Donghyuck le ruega a su madre que lo deje ir y convence a Renjun después de eso. Jungwoo no abre el mensaje de Doyoung, y no responde a ninguno de ellos. Cuando Doyoung mira su ubicación, está en el apartamento de Johnny.

Doyoung intenta no pensar en ello, mientras Jaehyun toma su mano, eventualmente entrelazándolas. Taeyong y Sicheng no dicen nada, Doyoung tampoco.

La mano de Jaehyun es cálida.

Y sería más cálido, piensa Doyoung, si su cerebro no estuviera completamente inmerso en el paradero de Jungwoo, o si Johnny revelará su secreto, o si su amistad con él va a terminar.

El día transcurre sin problemas en su mayor parte. Doyoung se aferra a Jaehyun como siempre, existe una alianza tácita entre ellos ahora que se han besado, y no han hablado de ello, pero a Doyoung le gusta pensar que Jaehyun sabe sobre su enamoramiento no tan sutil y es por eso que toma su mano todo el día y se ríe de sus chistes incluso cuando el resto no lo hace.

Taeyong y Sicheng se van de la casa de Jaehyun a las diez, y después de eso, la madre de Hyuck lo recoge a él y a Renjun. Doyoung está agradecido de que Jawhyun no haga ninguna pregunta cuando se pone una sudadera con capucha y tira de Jaehyun por su ventana y hacia el techo.

—Doie, esto es peligroso—dice Jaehyun, tropezando un poco con sus pies mientras intenta seguir el ritmo de Kim, que ha llegado con éxito a la parte más alta del techo.

—Solo es peligroso si te caes, hyung—responde.

Jaehyun se une a él allí, se sienta y deja que Doyoung agarre su mano y juegue con sus dedos por un rato. Doyoung observa sus nudillos, inspecciona los pequeños moretones en ellos y los cortes del patinaje. Sus dedos están ásperos por la guitarra, sus uñas están un poco mordidas, y las pulseras de hilo trenzadas están enredadas en su muñeca. Son los detalles de Jaehyun que Doyoung espera que queden grabados en su memoria para siempre.

Se sientan así. En silencio. Lo único entre ellos es el sonido de los coches de la autopista detrás de su casa, y algunos ruidos de la noche. Doyoung levanta el cuello para mirar las estrellas, que brillan a través de infinitas cantidades de oscuridad y todavía hace tanto calor afuera, incluso tan tarde. Hay calor evaporando de las tejas bajo sus pies, pero incluso entonces, la sudadera de Jaehyun alrededor de su cuerpo atrapa el calor allí.

—Solía estar obsesionado con las constelaciones—Doyoung habla. —Cuando era pequeño, creo que mi padre compró un telescopio para mi sexto cumpleaños.

—¿Todavía lo tienes?

—No—Su padre lo tiró por las escaleras en séptimo. —Se rompió—murmura.

—Creo que son súper geniales—Jaehyun habla. —Deberíamos ir a un planetario alguna vez para poder usar los realmente grandes y de alta tecnología, para ver Júpiter.

Doyoung se ríe.

—Deberíamos—está de acuerdo. —¿Cuál es tu signo, hyung?

—El mismo que el tuyo, acuario—responde Jaehyun. —No sé qué significa eso, pero lo primero que me dijo mi novia en tercer grado fue que yo era Acuario.

Doyoung tuvo mucha suerte.

Hay silencio por un tiempo después de eso. Y cuando Doyoung va a apoyar su cabeza en el hombro de Jaehyun, este coloca su mano en la parte superior de su muslo y abre su boca.

—Oye, Doie...

—¿Sí?

Hay una pausa.

—¿Por qué Jungwoo no estuvo con nosotros hoy?

Doyoung no responde de inmediato. En cambio, empuja cada pedacito de dignidad hacia abajo y hace todo lo posible por llegar a una excusa lo suficientemente buena.

Realmente no es asunto suyo lo que hace Jungwoo o con quién sale. Pero Doyoung es egoísta y quiere saberlo todo, lo bueno, lo malo, lo feo, lo asqueroso y todo lo demás. Y Jungwoo le oculta esa mierda. Cree que Doyoung lo juzgará por el veneno que se inyecta, no sabe que Doyoung es el siguiente en la fila para la misma aguja.

Inventa una historia tonta sobre cómo Jungwoo se resfrió en pleno verano y, por lo tanto, no pudo pasar el rato con ellos. Jaehyun no lo presiona más. Tal vez Doyoung no sea un muy buen mentiroso.

Jaehyun es un enigma. Su alma gemela.

Doyoung lo besa de nuevo en el techo de su casa.

Jaehyun le ofrece una mano, ayudándolo hasta que vuelvan a tener los pies en la habitación de Jaehyun. Y este no lo suelta, no, se acerca hasta que está en el espacio personal de Doyoung, hasta que Kim pueda sentir su aliento en sus mejillas y su corazón latiendo.

Y Jaehyun lo besa una y otra vez, hasta que Doyoung se queda sin aliento y suplica por más. Cuando hace esto, Jaehyun se rinde, deslizando su lengua por el labio de Doyoung y presionando sus dedos en la piel esponjosa de sus caderas. Está oscuro en su habitación, y la luna brilla desde sus cortinas transparentes en su cara y Jaehyun quiere trazar las constelaciones allí en lugar de las del cielo.

Está presionado contra la cama que huele a perfume de Jaehyun. Se acerca y pasa sus dedos a través del grueso cabello negro, acercándolos hasta que sus bocas puedan conectarse de nuevo y el fuego ardiente en su pecho se calme.

Jaehyun está rondando sobre su cuerpo, separando sus muslos con sus rodillas y atrapándose entre ellos. Doyoung quiere mantenerlo aquí para siempre.

A partir de ahí, son besos calientes, con solo dientes y lengua, saliva en las comisuras de sus labios. Debería ser asqueroso, pero Jaehyun lo está haciendo tan bien, está siendo tan bueno, que Doyoung no puede quejarse ahora.

—Hyung—jadea en la boca de Jaehyun. Las manos de Jung están calientes, dejando marcas rojas con sus dedos en él mientras tira su camisa hacia arriba, lo suficiente para que su estómago quede expuesto y su piel lechosa refleje la luz del exterior.

—Doyoung...—Jaehyun lo sujeta de la cadera. Doyoung gime, un escalofrío de cuerpo completo atraviesa su columna vertebral hasta los dedos de los pies cuando Jaehyun hace esto. No han hablado, no hablarán del beso que compartieron hace mucho tiempo, o de la extraña conexión que tienen con sus otros amigos, Doyoung no se sorprendería si no hablaran de lo que sea que estén haciendo ahora.

—Hace demasiado calor—Doyoung se queja, lo cual es medio cierto, por el sudor que está empezando a pegarse a los lados de su cuello y frente. Pero en realidad, solo quiere quitarle la camisa a Jaehyun y quiere sentir esa piel en la suya y mucho más.

—Sí, eh...—Jaehyun se aleja y lo mira con los ojos muy abiertos. —Está bien, espera—Está sentado de rodillas, las piernas de Doyoung están abiertas frente a él y su camisa es empujada hacia arriba. Doyoung quiere ver todo.

Jaehyun suspira, se quita la camisa en menos de un segundo mientras mantiene el contacto visual con Doyoung, y de repente el menos siente el calor a través de su estómago cuando se encuentra cara a cara con los abdominales y el pecho contrarios.

—Mi madre está abajo—murmura Jaehyun, pero Doyoubg está demasiado ocupado pasando sus uñas por la espalda contrarua, contando los músculos allí, ni siquiera tratando de ocultar lo excitado que está.

—Jaehyun...—dice, estupefacto con el deseo de besarlo allí también.

Jaehyun se ríe, su mano se extiende hacia adelante para agarrar la cintura de Doyoung y empujarlo hacia abajo contra sus sábanas.

—¿Qué quieres hacer? Podemos hacer lo que sea... mi madre es-

—Te quiero en mí—Doyoung interrumpe. Sus ojos están llorosos y su boca está seca por lo mucho que lo quiere. Nunca ha estado tan caliente en su vida, como si su cuerpo estuviera ardiendo de adentro hacia afuera y estuviera siendo incendiado solo por las manos de Jaehyun sobre él.

—¿Estás seguro?

—Por favor—resopla, quiere rogar por ello.

—Está bien, uhm, está bien, sí... Solo tenemos que estar callados—Jaehyun observa cómo Doyoung se incina hacia adelante y besa sus clavículas desnudas.

—Estaré callado—dice. —Seré bueno para ti, por favor, Jaehyun, te quiero tanto.

—Joder—Jung se estremece contra él cuando el Doyoung le muerde el costado del cuello, lame el moretón que pone allí y se retira para verlo florecer.

Su corazón salta cuando Jaehyun retira su camisa, y es como si todos los eventos que conducen a esto finalmente lo alcanzara.

—Eres tan lindo—dice Jaehyun entre respiraciones, —Creo que eres lo más bonito del mundo.

Doyoung pierde la cuenta de cuántas veces Jung Jaehyun ha hecho que la calidez dentro de su corazón se encienda. Se queda con los ojos cerrados y recuerda los días en los que Jaehyun estaba nervioso solo por hablar con él. Donde Doyoung le sonreía y le ofrecía helado, donde Jaehyun hacía su tarea mientras Doyoung miraba su cabello y se preguntaba cómo se sentirían los mechones contra sus dedos.

Se ha dado cuenta de que Jaehyun es quizás más importante para él de lo que sabía. No era capaz de entenderlo antes, cuando sus venas palpitaban por drogas cuyos nombres ni siquiera podía pronunciar, y sus ojos estaban tan dilatados que su visión se volvía borrosa. No era capaz de ponerle nombre a lo que sentía cuando Jaehyun estaba cerca de él.

Pero ahora, Jaehyun lo está tocando. Y los labios de Jaehyun sobre los suyos y sus manos están vagando, abajo, abajo, abajo, hasta que se detienen en sus jeans y cuando Jung encuentra sus ojos, Doyoung mira hacia arriba y solo es capaz de asentir para expresar cuánto quiere.

Doyoung nunca ha hecho algo como esto antes. Y se ha demostrado que es cierto por el calor abrumador que sale del interior, cuando Jaehyun presiona más profundo, se cubre la boca con la otra mano y susurra contra el cuello del Doyoung que necesita permanecer callado.

Doyoung piensa que Jaehyun le está pidiendo mucho en este momento. Porque sus dedos son tan largos, nada comparado con los de Doyoung, y el sentimiento es tan diferente y tan bueno, Doyoung quiere gritar.

Y cuando Jaehyun separa aún más sus muslos y empuja sus pantalones hacia abajo lo suficiente para que su miembro salga, cuando Jaehyun agarra a Doyoung por las caderas y tira de él hacia abajo, encerrándolo con sus brazos y recordándole que respire, Doyoung no puede evitar cerrar los ojos y dejar que el enigma que es Jung Jaehyun se apodere de él por completo.

Jaehyun entra en él en una embestida que hace que Doyoung muerda el dorso de su mano tan fuerte que casi sangra. De repente está allí, frente a él, en él, y Doyoung siente que lo están quemando vivo, de la mejor manera posible.

—Hyung—se arrastra sobre un largo lloriqueo, que suena más como un gemido cuando sale. Jaehyun levanta la cabeza para mirarlo, tiene gotitas de sudor en su frente. Doyoung encuentra sus ojos y se pregunta qué hizo alguna vez en su vida pasada para merecer algo como esto.

—¿Estás bien?—Jaehyun pregunta. —¿Te gusta?

Doyoung no puede responder, joder, ni siquiera puede respirar. Pero su expresión facial dice suficiente para Jung.

Follan así. Es caliente, rápido y desordenado y tan diferente de lo que Doyoung esperaba que fuera su primera vez. Por lo tanto, nunca esperó que fuera su primera vez con un chico, pero ese es un tema para otro día.

Jaehyun es muy bueno, incluso cuando insiste en que solo lo ha hecho una vez y que Doyoung también es su primer chico, Doyoung no le cree una mierda, pero se pregunta si esto es de lo que Jungwoo ha estado presumiendo durante meses.

Se acaba demasiado pronto, Doyoung se corre sobre sí mismo, cuando Jaehyun lo masturba hasta su venirse. Y luego Jaehyun se retira y envuelve la misma mano alrededor de sí mismo y solo hay unos segundos en los que el Doyoung llega a mirar, sus cejas frunciendo el ceño y su voz se vuelve más ronca y luego está corriendose en el abdomen ajeno, y la vista es tan obscena que el Kim no tiene más remedio que cerrar los ojos.

Después, cuando Jaehyun los limpia y se cambia, Doyoung se abraza a él debajo de las sábanas. A Jaehyun no parece importarle, envuelve su brazo alrededor de la espalda de Doyoung y lo acerca. El menor quiere decirle tanto, un deseo abrumador de derramar todos sus secretos en la habitación, ya que Jaehyun ya ha visto mucho de él. Pero antes de que pueda abrir la boca y decirle a Jaehyun que es adicto a la heroína, este lo besa en los labios y susurra: "buenas noches bebé", y el corazón de Doyoung no podía soportar nada más que eso.

Jungwoo lo llama a las tres de la mañana. Su voz se escucha ronca a través del altavoz y Doyoung no puede registrar lo que el chico está diciendo porque Jungwoo está llorando mucho, sus palabras son confusas y está entrando en pánico por la otra línea. Doyoung se levanta de la cama y se pone unos chandal y la sudadera de Jaehyun antes de saltar por su ventana. Jungwoo ya está sentado en la acera afuera.

Doyoung frunce el ceño cuando llega a él, deteniéndose donde termina el pasti y comienzan el cemento. Cuando llega, hay calor del día que todavía se filtra en las plantas de sus pies. Está tranquilo, excepto por el sonido de Jungwoo llorando.

—¿Qué pasa?—Doyoung susurra. No está acostumbrado a ver a su amigo así. Jungwoo es ruidoso, expresivo cuando quiere serlo y silencioso cuando Taeyong o Jaehyun están hablando. Observa hacia el fondo y solo cuando está con Doyoung a solas habla.

—Johnny me lo dijo—dice, a través de pequeños lloriqueos rotos.

Doyoung parpadea, hay lágrimas en los bordes de sus ojos y se mueve para sentarse a su lado en la acera.

—¿Qué dijo?

Hay silencio, y Jungwoo levanta la cabeza para mirar a Doyoung. Este observa atentamente, sus ojos grandes y rojos, irradiados por el llanto, o algo más.

—Me dijo lo que le ofreciste—dice Jungwoo, su voz se mantiene estable, y Doyoung se pregunta si está enojado o si realmente no puede identificar las emociones que se empapan en él. —Solo desearía que me hubieras preguntado primero.

—Lo siento—Doyoung se acerca cauteloso, pero Jungwoo se aleja y una ola de culpa lo inunda.

—No estoy enojado—tararea, se limpia los ojos con el dorso de la mano. Doyoung capta algo y sus ojos caen hacia los moretones floreciendo en sus nudillos. No dice nada.

—¿Por qué?

—Porque no es tu culpa—Jungwoo lo mira. —Solo, si necesitas dinero, puedes pedírmelo ¿Vale? Ni siquiera me molesta que fuera Johnny...—sus ojos se oscurecen y Doyoung lo mira fijamente, algo horrible hierviendo su garganta. —Es que pensaste que esa sería la única manera de conseguirlo. No deberías venderte así.

—Está bien—Doyoung susurra. —Vale, lo siento. Estaba tan-

—Lo sé—Jungwll agarra su mano y la deja en su regazo. —Lo entiendo, Doie. Lo siento.

Doyoung no sabe por qué se está disculpando. Pero en lugar de preguntar, deja que Jungwoo le dé un beso en la mano y apoye su cabeza en su hombro. Se sientan en silencio hasta que Johnny llega en el auto y recoge a Jungwoo, Doyoung no mira a Johnny en ningún momento.

Ha estado teniendo fiebre durante tres días. Doyoung no ha podido levantarse durante tres días.

Jungwoo viene el cuarto día, después de que Doyoung le envíe un mensaje de texto diciendo que su cuerpo siente que está fallando, y entra en su habitación con una botella naranja.

—Estás enfermo—dice Jungwoo, se sienta a los pies de la cama y desempaca su bolso allí. —No es abstinencia.

—¿Estás seguro?—Doyoung gime. Ha estado sudando y vomitando cada pocas horas y solo ha experimentado abstinencia una vez y parece un poco demasiado cercano a esto.

—Sí, quiero decir, a menos que hayas estado limpio durante una semana y te estés desintoxicando, lo dudo mucho.

—No lo estoy—susurra Doyoung. —Quiero decir, no estoy limpio.

—Exactamente—Jungwoo le sonríe. —Ten—Le da a Doyoung la botella naranja.

—¿Qué es esto?

—Son solo algunos analgésicos. Nada demasiado loco, te quitará la fiebre para que puedas venir con nosotros esta noche.

Doyoung toma dos pastillas y las pasa con el sprite en la mano de Jungwoo.

Donde Jungwoo lo lleva es diferente de la mierda habitual a la que lo está arrastrando. La mayoría de las veces, serán direcciones aleatorias que Johnny le envía, las que están metidas en las partes más oscuras de la ciudad donde las luces de neón brillan de verde y rosa en las calles y donde hay personas mayores, más inteligentes y más experimentadas que ellos que ofrecen mierda más fuerte, más profunda, más dura. Doyoung no consume eso la mayor parte del tiempo. La mayoría de las veces, ya está drogado, y Jungwoo le dice que los ignore, así que lo hace. Escuchan a Johnny, y solo a Johnny.

Jungwoo lo lleva a algún lugar mientras susurra entre risas en su oído y sonríe sobre lo emocionado que está. Doyoung no sabe por qué, o a dónde van. Tampoco planea saberlo nunca. Y se pregunta si Jungwoo ya lo sabe, porque cuando Doyoung pregunta, él no se molesta en responder. Casi está agradecido por ello. Porque lo inevitable es que Doyoung no recordará dónde terminarán para mañana. No lo recordará y esa es toda la razón por la que lo está haciendo. Así que Doyoung ya no se molesta en preguntar sobre esto y Jungwoo tampoco se molesta en decírselo.

Johnny está aquí. Y Kun también. Eso es lo primero que nota Doyoung cuando Jungwoo lo mete en el apartamento de otra persona. Doyoung no se sorprende, por lo general termina en la casa de un extraño cuando hacen cosas como esta. Sin embargo, se sorprende al ver a Ten Lee de pie en medio de la sala de estar.

Hay nerviosismo acumulando en su estómago, cuando Johnny se pone de pie y los saluda y mira a Jungwoo por más tiempo de lo habitual y Doyoung puede verlo cuando mira a través de los ojos de Jaemin, como si estuviera físicamente dolido cada vez que Johnny lo observa. Doyoung no quiere pensar en ello por mucho tiempo, porque Ten le está agarrando la muñeca y sonriéndole.

—Oh, has crecido tanto—Ten sostiene su cara en ambas manos y pasa su pulgar sobre sus pómulos. —Eres tan bonito, mi Doie... ¿Me extrañaste?

—No lo sé—Doyoung habla, quiere que deje de tocarlo, pero no expresa esto. —No te he visto en un tiempo.

—Lo siento—dice Ten. —Tenía cosas que resolver. Pero te conseguí algo ya que Johnny dijo que vendrías esta noche. ¿Quieres verlo?

—Sí—responde. Y luego mira hacia atrás para ver a Jungwoo sentado en el regazo de Johnny en la esquina de la sala de estar, donde Kun no está prestando atención porque está enrolando un porro en la mesa auxiliar.

Todo ya se está moviendo lentamente. No sabe cómo termina en el dormitorio de Ten, pero ahora está allí. Y luego Ten lo arrastra de nuevo a su baño y cierra la puerta detrás de él y le dice que se siente en el suelo.

El baño de Ten es raro. Porque hay abundantes toallas mojadas en el suelo y hay colillas de cigarrillos esparcidas por todas partes. Mira fijamente la lámpara de lava enchufada a un lado del lavamanos y no ve a Ten hacer una línea en el borde de la bañera hasta que lo escucha inhalando.

Por un segundo, se pregunta si así es como siempre han sido sus amigos, y tal vez fue solo Doyoung que nunca tuvo la energía para abrir los ojos o realmente mirar para ver qué estaba pasando. De repente, se siente cómo esta mierda se normaliza cuando Doyoung se siente tan culpable por ello que ni siquiera puede decirlo en voz alta. Ten se ríe y se recuesta, sonando su nariz mientras sus ojos caen hacia Doyoung expectantemente.

—¿Te vas a sentar ahí o me vas a ofrecer algo?—Doyoung murmura.

Esto hace que Ten sonría ampliamente, se pone de rodillas y se arrastra por el suelo del baño para posicionarse frente el rostro de Doyoung y empujar su cabello detrás de su oreja.

—Eres un ángel, ¿lo sabes?—Ten susurra. —No le digas esto a Jungwoo, pero siempre fuiste mi favorito.

—¿Por qué?—Doyoung lo mira, su piel está prácticamente radiante. Es más humano que cualquier cosa que Doyoung haya visto. Cuando lo piensa, se da cuenta de que Ten siempre ha sido la persona más hermosa que ha conocido.

—Porque—dice Ten. —Te recuerdo cuando eras tan inocente. Eras como un puto pedazo de papel blanco. Impecable.

Doyoung se sonroja, le duele el corazón por el uso del tiempo pasado y la mierda con la que está a punto de ser drogado cuando Ten abre la boca de nuevo.

—Y ahora estás arruinado—tararea, inclina la cabeza y mira los labios de Doyoung. Baja por su cuello y presiona su pulgar en un chupón del día anterior. Doyoung deja de respirar por un segundo.

Kim nunca ha llamado la atención de Ten así antes. Eran cercanos, mucho, se fue un tiempo luego de que Jaehyun llegara, pero en ese momento estaban alejados. Cuando Jungwoo y él pasaban el rato en el restaurante y Kun incluía a Ten y este comía del plato de Doyoung y se quejaba de los chicos. Eran mayores entonces. Y luego Ten se fue a la universidad y dejó a sus amigos de su ciudad natal, solo regresó por el verano. Doyoung no sabe por qué nunca volvió este año. O por qué Ten vive solo, o por qué tiene moretones en las muñecas y el cuello, o por qué está inhalando un polvo rosa, o por qué está actuando como si Doyoung hubiese sido siempre su amigo. Doyoung no sabe nada de esto y seguramente no le importa, porque pronto Ten le está pasando unos cuadros sin romper el contacto visual.

—¿Qué es?—Pregunta, baja la voz incluso aunque hay música sonando y está tan fuerte que Doyoung la siente en sus venas.

Ten sonríe.

—LSD—susurra. —Literalmente verás el mundo por lo que es. Una maldita locura.

—¿Cuánto durará?

—Un rato. Tal vez menos, tal vez más. Puedes quedarte aquí y divertirte, amor.

—Está bien—asiente. Ten todavía está de rodillas, entre las de Doyoung, su mano está en su muslo y sigue apretándolo. —¿Te vas a quedar aquí conmigo?

—Voy a decirle que Kun que se inyecte conmigo. Y luego vendré a ver cómo estás—Ten se inclina y besa a Doyoung en el centro de su mejilla antes de que se pare abruptamente. —Abre—Dice. Y Doyoung obedece sin cuestionarlo, sacando la lengua para que Ten coloque un cuadro sobre ella.

—Eres tan bueno—Ten felicita. Y al segundo siguiente está saliendo del baño y cerrando la puerta detrás de él y Doyoung parpadea y observa cómo las paredes comienzan a moverse.

Cuando sucede, se siente más seguro que nunca. Paralizado en el piso del baño de Ten mientras se hunde la cabeza contra la pared y se da cuenta de que este es el sentimiento que ha estado persiguiendo toda su vida. Incluso cuando está solo, piensa que es mejor así. Mierda, es jodidamente increíble cuando está solo, porque la música se ha ido y solo está el sonido de Jungwoo riéndose afuera y el golpe hueco en su cerebro.

Le gusta tanto. Quiere quedarse aquí para siempre. Está viendo una mierda que ni siquiera pensó que existía. Hay colores que son nuevos y cuando abre los ojos más de par en par puede sentir el aire vibrando a través de los huecos de sus pulmones cuando jadea por ello.

Doyoung permanece drogado con LSD durante cinco horas por su cuenta en el baño de Ten. Y cuando todo termina, parpadea y sale hacia la sala de estar donde Johnny y Jungwoo ya no están en el sofá, pero una chica que Doyoung nunca ha visto antes ocupa el espacio al lado de Kun y Ten está sentado en la encimera de la cocina con un porro colgando de sus labios. Doyoung no le avisa a nadie cuando se escabulle del apartamento, no se molesta en enviar mensajes a Jungwoo y no se molesta en agradecer a Ten por sus drogas.

En cambio, llama a Jaehyun y se limpia los ojos mientras espera afuera en la acera. Ya está deseando drogarse, y lo único que sabe que lo mantendrá conectado a tierra es Jaehyun. Excepto, cuando Jaehyun se detiene y sale del auto, tropezando hacia Doyoung y ayudándolo a levantarse, no se ve feliz ni bonito ni nada como Doyoung quería que fuera.

Mira a Doyoung con miedo en los ojos. Y tampoco habla, solo se aferra a la mano del menor durante todo el viaje de regreso a casa. Y cuando Doyoung finalmente se mete debajo de sus sábanas y se envuelve alrededor del cuerpo de Jaehyun, Jaehyun finalmente abre la boca.

—Eres tan delicado—susurra, mientras Doyoung deja que sus ojos se cierren. —Y te tratan como si no lo fueras. Me molesta.

—¿De qué estás hablando?—pregunta, su voz ronca y distante.

Jaehyun suspira.

—Solo quiero que tengan cuidado contigo.

—Tengo cuidado. Jungwoo me cuida...

—A él no le importas.

—Creo que estás equivocado— Doyoung abre los ojos para mirarlo. —No tienes simpatía por él.

—No quiero—Jaehyun se muerde los labios, y el agarre que tiene en la cadera de Doyoung se aprieta. —Solo quiero que estés bien. Pero mientes-

—Jae, estoy cansado—interrumpe. —Por favor, abrázame. No quiero hablar más.

Hay una pausa. Jaehyun lo acerca más y pasa su mano por la cintura de Doyoung, presionando las hendiduras de sus costillas. Doyoung desea poder arrastrarse hacia el espacio con Jaehyun, donde no hay nada más que él y lo único que existe son ellos, juntos.

Jaehyun presiona un beso en su mandíbula. Es corto y pequeño y envía escalofríos Doyoung.

—Prométeme que estás bien—susurra, aún más silencioso.

Y Doyoung se encuentra acostado de nuevo. Cuando asiente y mira a Jaehyun como si sostuviera todo el universo en sus ojos.

—Estoy bien.

Doyoung no le deja decir nada más, porque se da la vuelta y mira hacia la ventana en lugar de Jaehyun, y donde la mano del mayor está envuelta alrededor de su cintura, manteniéndolos unidos uno contra el otro, esto es la única cosa que impide que Doyoung flote. Disipándose en el aire como tanto quiere.

Se da cuenta de que está enfermo cuando un reflejo que no reconoce lo mira fijamente. Está en el baño de Jaehyun, que todavía está profundamente dormido bajo las mantas blancas. Lo único que sobresale es el cabello castaño, disperso, desordenado y hermoso.

Doyoung tiene el dobladillo de su camisa entre los dientes, rompiendo sus dedos por su propio pecho y torso mientras se mira a sí mismo. El chico que ve no se parece en nada a él.

Es casi aterrador. Si no fuera por la pura culpa que gotea como una vía intravenosa en su sistema. Puede ver sus costillas, puede ver los huesos de su esqueleto que sobresalen de su piel muerta. Es demasiado pronto para esta profundidad de autoanálisis que solo se presenta cuando él es el más vulnerable. Cuando está cerca de Johnny, las drogas o Jaehyun. Todos los cuales son aspectos extremadamente comunes en su vida ahora, por lo que constantemente está separando cada detalle de sí mismo hasta que no queda nada más que los defectos. Eso es lo que ve en el espejo, ¿verdad?

Lo quiere de nuevo.

Nunca se va. Que es algo que ha descubierto recientemente. La sensación de lo que anhela tanto nunca se va, ni siquiera cuando la tiene o cuando está corriendo activamente a través de su sangre y bombeando a su cerebro. La sensación sigue ahí, solo se suaviza y se ha domesticado durante unos minutos. La peor parte es que cuando termina, la confusión entra en acción y vuelve diez veces más fuerte. Hay una pequeña ventana, piensa Doyoung, un espacio muy minúsculo entre lo bueno y lo malo.

Recuerda cuando Johnny le estaba diciendo esto. Había dicho, mientras su mano estaba envuelta alrededor de la muñeca de Doyoung y sus ojos lo miraban tan oscuros que se le puso la piel de gallina, que la diferencia entre una dosis activa y una sobredosis es escasa o nada. También lo dijo tan en serio.

Hay una brecha tan pequeña. Y Doyoung siente que se hace más pequeño cada vez que mete una línea y cada vez que se droga quiere más. Quiere ver qué tan pequeña puede hacer esta brecha, antes de que se cierre. Antes de que los dos extremos se toquen y Doyoung quede en medio y luego no haya vuelta atrás. Quiere saber cómo es eso.

Mira a Jaehyun en la cama de nuevo. El reloj dice que solo son las siete y media, pero la sensación no desaparece. De hecho, solo se vuelve más intensa cuando se pregunta cuánto dinero tiene encima. Se mira a sí mismo una vez más, ve cómo la sombra debajo de sus ojos es más oscura, su mandíbula es más prominente y sus pomulos también se asoman. Tal vez es bonito así, al menos Jaehyun lo cree. Y Jungwoo le dice constantemente que es bonito, y a veces atrapa a Johnny mirándolo desde el otro lado de la habitación.

Pasa de cero a cien, rápido, un segundo, está mirando a Jaehyun con la espalda desnuda, de pie en medio de su habitación y deseando poder alcanzar y tocar su cabello y besarlo en la parte superior de su columna vertebral. Al siguiente, está buscando su billetera en cada centímetro cuadrado de la habitación ajena.

Jaehyun debe haber estado agotado. Ni siquiera se retuerce mientras Kim hurga en su tocador, tratando de ser lo más sutil posible mientras su ritmo cardíaco se dispara. Le lleva cinco minutos hasta que sus ojos aterrizan en el cuero marrón descansando en el escritorio. Piensa en lo jodido que está por esto, mientras agarra la cartera de Jaehyun y se mete de vuelta en el baño, cerrando la puerta detrás de él.

Hay doscientos cincuenta y tres dólares allí. Doyoung se lo lleva todo. Se mete el dinero en el bolsillo trasero y huele el residuo de una bolsa que encontró en su chaqueta para calmarse un poco. Cuando abre la puerta del baño, Jaehyun está sentandose en la cama. Lanza la cartera rápidamente sobre el escritorio y se mueve hacia Jaehyun.

—Hyung—susurra. Jung se da la vuelta y sus manos alcanzan ciegamente a Doyoung, acercándolo.

—¿Estás despierto?—se ríe.

—Despierta. Tengo hambre.

—Es demasiado pronto—se queja Jaehyun, pero su agarre llega al muslo de Doyoung y, de repente, el menor está a horcajadas sobre las caderas ajenas.

Doyoung tararea dulcemente, contra los labios de Jaehyun. Este sonríe, sus manos giran para agarrar las caderas de Doyoung y mantenerlo allí.

Jaehyun se inclina hacia arriba y lo besa justo en la boca. Sabe a azúcar pura y Kim hace un ruido, acurrucándose hacia él más cerca. Sus ojos se vuelven caídos entonces, y hace que su estómago burbujee de anticipación y felicidad.

Jaehyun lo pone de espaldas y se cierne sobre él. Es tan temprano, tienen que ser los únicos despiertos. Y Doyoung se siente tan cálido y bien, mientras Jaehyunse acomoda entre sus piernas y deja otro moretón en su piel.

—¿Es esto raro?—pregunta Jaehyun, su voz ronca mientras presiona sus labios contra el pulso de Doyoung.

—¿Por qué sería raro?

Jaehyun lo mira, manteniendo el contacto visual mientras le chupa la clavícula.

—Que no puedo quitarte las manos de encima, y ni siquiera estamos juntos.

Doyoung gime cuando Jaehyun muerde su piel. Lleva su mano a la parte posterior de la cabeza de Jaehyun y lo acerca.

—Podríamos estarlo—susurra. —Creo que todo el mundo ya sabe lo que hacemos escondidos.

Jaehyun zumba, empuja su mano entre sus cuerpos y desliza la cintura de los pantalones de chándal de Doyoung hacia abajo.

—¿Te gustaría eso?

—Sí—Doyoung responde al instante. —Quiero que me folles, eso es lo que pasa.

—Hablo en serio, Doyoung—Jaehyun muerde la piel de nuevo, y sus caderas se pegan contra las de Doyoung, lo que hace que este jadee y se arquee en el acto. —¿Quieres empezar a decírserlo a la gente? ¿Que estamos juntos?

Doyoung cierra los ojos e imagina. Se da cuenta de que nunca ha querido nada más que llamar a Jaehyun suyo.

—Sí—jadea de nuevo, Jaehyun frotando sus caderas contra él en este punto.

—Está bien—le sonríe, a través de gruesas pestañas negras que hacen que Doyoung sienta cosas. —Tu deseo es mi orden—dice, luego agacha la cabeza debajo de las mantas y lleva a Doyoung a su boca.

Aprende rápidamente, que los subidones eventualmente se desvanecerán.

Y no hablando del subidón en sí. Sabe que se disiparán en sobriedad noventa minutos después del primer punto, o la primera línea o la primera inyección o lo que sea que esté haciendo esa vez. Y sí, a veces durarán más, a veces estará desmayado durante tanto tiempo que se queda despierto durante veinticuatro horas seguidas, que ni siquiera puede sentir que su propio cuerpo existe. Pero eso solo ha sucedido una vez.

Pero, eventualmente, todos se desvanecen.

Aparte de la descarga de adrenalina que recibe de los paseos nocturnos en el coche de Johnny, los susurros y la suciedad de todo. El secreto. Las reglas tácitas que mantienen a Doyoung curioso y regresando por más. Aparte de todo eso, hay un muro que cae después. Y después de todo lo bueno, ni siquiera por las drogas. Las partes en las que Doyoung se encuentra genuinamente feliz por una vez, cuando está cerca de sus amigos y cuando Jaehyun le da la atención adictiva que tanto ama, y cuando su cerebro es tan difuso y todo se siente jodidamente bien. Todo se derrumba en un momento dado.

Juega un juego peligroso. Un juego que solo se da cuenta de que está perdiendo cuando termina.

Está debilitado y entumecido. Pegado al suelo cuando oye gritos desde afuera. Es Jaehyun. Nunca ha escuchado a Jaehyun gritar así. Pero cuando piensa en ello, se da cuenta de que se lo merece. Se merece algo peor que esto, en realidad.

Mira hacia abajo para ver que sus manos ya están empezando a temblar. Se ha encerrado aquí hace un tiempo, después de que Jaehyun lo hubiera llamado veintiséis veces y el no respondiera a ninguna. Lo cruel fue que Jaehyun esperó hasta que supo que su madre estaba en el trabajo para venir a llamar a su puerta, ira y furia y todo lo que se había estado acumulando tan descaradamente de los últimos cuatro años explotó. Es enfermizo. Es tan jodidamente cruel, Doyoung está tan cansado y ni siquiera puede estar molesto porque se hizo esto a sí mismo.

Es su culpa.

Jaehyun está maldiciendo, golpeando la puerta y gritando para que lo dejen entrar.

—¡Doyoung!—Sus puños golpean la madera y el menor sabe que probablemente se magullarán y sangrarán y eso también será su culpa. —Abre la puerta, joder, sé que estás ahí.

Jaehyun es fuerte, y Doyoung nunca ha tenido miedo de su novio antes, pero se estremece y se abraza a sí mismo, y Jaehyun rompe la puerta. Es tan ruidoso, todo es ruidoso y se está desmoronando tan rápido.

Entonces, está gritando desde allí.

Gritan. Tan fuerte que las ventanas y los marcos de las puertas tiemblan y la voz de Doyoung se desgarra por lo duro que lo está haciendo. Le grita a Jaehyun y le dice cosas que ni siquiera pensó que saldrían de su boca, especialmente dirigidas a Jung. Pero ya ha arruinado tanto.

Jaehyun se enfada más y es visible. Sus venas están brotadas y su mandíbula está apretada y tiene los ojos tan oscuros que es aterrador.

—Vete—Doyoung dice, y no se da cuenta de que está llorando hasta que gotea por su cara y se acurruca sobre sí mismo más fuerte.

—¿Dónde está?—dice Jaehyun, su voz es profunda y resuena en el baño.

Doyoung no responde, pero tira de sus rodillas hacia su pecho y se agacha la cabeza como para tratar de esconderse en el suelo, cualquier cosa sería mejor que esto.

Jaehyun se enfada más.

Tan enojado, golpea su puño contra la pared, Doyoung que se estremece y accidentalmente deja salir un lloriqueo a medida que más lágrimas se derraman de sus ojos.

—Dime dónde está, Doyoung.

—No sé de qué estás hablando.

Jaehyun aprieta los dientes y se acerca.

—No me mientas, joder—Dice. —¿Puedes decirme la verdad por una vez?

Doyoung se limpia un ojo y mira a Jaehyun.

—Estoy diciendo la verdad.

—Obviamente no lo estás haciendo—Él dice. —Dime, Doyoung. Quiero mi dinero.

Jaehyun es tan brutal. Porque la cosa de todo esto es que era muy consciente de lo que Doyoung se estaba haciendo a sí mismo. Y tal vez fue egoísta porque nunca lo mencionó realmente o expresó cuánto ver a Doyoung drogarse lo hacía sentir incómodo. A menudo soñaba despierto con Doyoung sobrio y se preguntaba si cambiaría algo o si incluso estarían juntos, pero en algún momento comenzó a darse cuenta de que no estaba enamorado de él. Estaba enamorado de la persona en la que se convirtió Doyoung cuando estaba drogado. Se enamoró del chico débil y vulnerable que le pedía que lo recogiera de fiestas clandestinas cuando no tenía a nadie más. Se enamoró del aquel que cuida cuando está tan drogado que ni siquiera puede articular una sola palabra. Y eso era bastante grave. Pero cuando Doyoung comenzó a robarle, no tuvo otra opción.

—No tengo tu maldito dinero.

Y Jaehyun está tan, tan agotado.

—Sé que lo tienes—Jaehyun suspira. Y luego se acerca aún más y se agacha frente a Doyoung, acariciando su mandíbula e inclinándola hacia él para que Doyoung pueda ver lo serio que está y cuánto lo odia por hacerle esto.

Por hacerles esto.

Jaehyun se levanta y Doyoung no sabe cuál odia más: Jaehyun hablándole como si fuera un niño, o Jaehyun estando tan enojado por sus acciones. Se acercan a la igualdad cuando piensa en ello.

—Escúchame—susurra Jaehyun. Kim parpadea para disipar el ardor en sus ojos y mira a Jaehyun, más asustado de lo que nunca ha estado en toda su vida. —Sé que te llevaste mi dinero—dice. —Y sé que ya lo has gastado, ¿verdad, amor?—Inclina la cabeza y pasa su pulgar por encima de la ampolla de su labio inferior desde donde Doyoung muerde demasiado fuerte.

Doyoung asiente. Otra lágrima cayendo y otra ola de puto dolor puro arrasa con él.

—Sí, lo sé—tararea. —¿Por qué lo tomaste? Dime.

Doyoung prefiere morir.

Sacude la cabeza furiosamente y suelta un grito que lo atraviesa, pero Jaehyun presiona su mandíbula con más fuerza y no se aleja.

—No puedo decirlo—dice.

Hay una pausa y el silencio es de alguna manera peor que Jaehyun gritando.

—Dilo—susurra. —¿Por qué necesitabas tanto dinero? ¿Por qué no preguntaste? Te lo habría dado...

—No, no lo hubieras hecho—grita.

Por una fracción de segundo, hay algo de culpa que brilla detrás de los ojos de Jaehyun. Y este pasa su pulgar por la piel de la mandíbula y por su mejilla, limpiando la lágrima que cae.

—Dime. Por favor, Doyoung. Odio cuando me mientes. Y no me gusta gritarte y odio verte llorar. Pero necesito que me digas por qué necesitabas doscientos malditos dólares.

A veces, cuando tomas tantas decisiones, estás obligado a tomar una correcta. Y tal vez ese fue el único defecto de Doyoung. Solo sabía cómo tomar las equivocadas.

—Drogas—dice. Y luego se siente como si el mundo entero se derrumbara, las paredes cerrandose, y él observa con horror cómo Jaehyun lo mira fijamente y apenas pestañea ante su confesión. —Lo necesitaba para las drogas.

—¿A quién le compraste?—Jaehyun susurra.

—A Johnny—responde.

Jaehyun lo mira fijamente. Doyoung cree que también ve el mismo dolor en sus ojos.

—¿Por qué, Doie?—Su voz se quiebra. Doyoung cierra los ojos, abrumado y con ganas de desaparecer.

—Lo siento—susurra.

—¿Por qué haces esto? No quiero verte así—dice, luego agarra el antebrazo de Doyoung y lo levanta, empujando la manga de su sudadera hacia arriba. —Mira—dice.

Doyoung apenas tiene la energía para abrir los ojos, pero cuando lo hace, ve a Jaehyun mirándolo, con decepción y traicionado. Mira su antebrazo, magullado y rojo, marcas de agujas esparcidas por toda su piel pálida. Los dedos de Jaehyun presionan la carne y Doyoung solo quiere que todo termine.

—Mira—murmura Jaehyun. —Mira lo que te haces a ti mismo.

—No puedo evitarlo—se queja.

—¿Por qué me ocultaste esto?

Doyoung cierra los ojos de nuevo.

—No quería que me dejaras— susurra, apenas hablando. Tan silencioso que espera que Jaehyun no lo escuche porque eso sería más fácil. —No quiero que me dejes, Jaehyun—repite. —Lo siento. No quería que lo supieras.

Jaehyun permanece en silencio. Y su expresión no se suaviza ni el agarre en su cara o la sensación en el estómago de Doyoung de puro pavor.

Entonces Jaehyun se aleja.

—Me debes—murmura. Agarra la cadena del cuello de Doyoung, la tira tan fuerte que se rompe y Kim no puede empezar a entender lo que está pasando hasta que Jaehyun cuelga el amuleto de Acuario frente a sus ojos cansados. —Esto debería cubrirlo—dice. Luego se levanta y sale del baño de Doyoung, dejandolo solo y sobrio y jodidamente roto en pedazos, Jaehyun se lleva su último pedazo de felicidad con él, de repente el juego ha terminado y las grandes letras rojas que deletrean "perdedor" están plasmadas sobre la pantalla.

La peor parte de ser adicto a la heroína es que, aunque sabes que eres adicto a la heroína, no puedes dejar de serlo

Es jodido, pero como la mayoría de las cosas en la vida de Doyoung, lo arregla llamando a Jungwoo para decirle que venga lo antes posible.

Le dice a Jungwoo que Jaehyun le rompió el corazón y que necesita drogarse para olvidar, y por primera vez en todos sus trece años de amistad, Jungwoo lo mira como si estuviera loco.

Le enoja. Especialmente cuando Jungwoo dice:

—Tal vez deberías calmarte por un segundo.

—No—dice. —No, no me voy a calmar, estoy enfadado. Estoy enfadado y Jung Jaehyun me puso las manos encima, así que si no me meto unas malditas drogas, me voy a suicidar.

Jungwoo lo mira fijamente.

—¿Estás loco?

—Hablo en serio. Llama a Johnny.

—Está ocupado.

—Dile que es una emergencia—resopla.

—Doyoung, ¿qué pasó? ¿se pelearon?

—Eso no es importante—camina por su habitación y siente que sus manos comienzan a temblar de nuevo. Hay lágrimas secas en sus mejillas y todo su cuerpo está empezando a temblar con la misma necesidad que ha estado anhelando toda su vida. —No hablaré de Jaehyun en este momento. Tengo dinero, ¿de acuerdo? Dile a Johnny que-

—Detente—Jungwoo interrumpe. Agarra a Doyoung por los hombros para evitar que camine y se meta en un ataque de pánico. —Mira, no tengo heroína. Tengo... algo más. Pero tienes que calmarte antes de que te lo de, ¿vale? Por favor. Solo, siéntate. Dios, me estás asustando.

—Lo siento—dice Doyoung, y de repente está empujando su cabeza hacia el cuello de Jungwoo. —Estoy teniendo el peor día de mi vida.

Jungwoo envuelve su mano alrededor de Doyoung y tira de él más fuerte.

—Está bien. Yo también, Johnny no me ha enviado un mensaje en días.

—¿Qué?—Doyoung retrocede para boquiabierto.

—Sí, pero no importa. Vayamos a drogarnos y olvidarnos de esos malditos idiotas—se ríe.

Doyoung sonríe, ya sintiendo que la descarga de adrenalina comienza a bombear. Asiente, y Jungwoo lo tira al mismo puto baño.

El fentanilo es mejor.

En realidad.

Es jodidamente increíble. Es lo mejor que Doyoung ha probado. Y así, ignora a Jaehyun durante toda una semana mientras juega con fentanilo junto a Jungwoo una y otra vez. No van a ningún lado, ni siquiera contestan las llamadas de Taeyong o Sicheng, y Jungwoo bloquea el número de Johnny en la quinta llamada perdida de él. Se aíslan en la habitación de Doyoung y solo salen a comer cada dos horas. Y Doyoung está en el paraíso.

Hay otra fiesta.

Esta escéptico cuando Jungwoo le dice que tanto Johnny como Jaehyun van a ir, junto con el resto de su grupo de amigos, que literalmente se ha desintegrado desde que Doyoung se negó a hablar con ellos. Tampoco quiere romper su racha, y al decirle esto a Jungwoo, este confiesa que nunca le ha agradado ninguno de ellos para empezar. Doyoung se ríe de eso, a pesar de que su corazón se rompe por la mitad.

Suelta a Jungwoo una hora después y no se aferra a nadie en particular. Pero sus ojos están pegados a Jaehyun toda la noche. Jung está borracho y está bailando y aún no ha notado a Doyoung, pero se ve demasiado feliz para estar soltero. La ira de Doyoung hierve hasta que lo inunda y rompe las puertas y sale todo de una vez.

Intenta mantener la calma, realmente lo hace. Y sabe que es jodidamente estúpido de su parte buscar activamente a Johnny en este tipo de escenario. Pero sus manos están temblando mucho y todavía está drogado, y eso no es suficiente para quitarse el dolor de Jaehyun apuñalándolo por la espalda.

Encuentra a Johnny en el sótano. Unas chicas están pegadas a él y Yuta está frente a ellas. Jungwoo no se encuentra por ningún lado.

—Hyung—susurra, la chica que le besa en el cuello se da la vuelta y lo mira fijamente.

Johnny sigue su mirada y cuando ve a Doyoung, lo enfrenta.

—¿Doie? ¿Dónde has estado-

—¿Tienes algo?—lo corta.

—Sí, pero-

—¿Puedes darme un poco?

—Doyoung—Johnny le mira fijamente. —¿Dónde has estado?

—Uhm—mira al techo y trata de pensar en una excusa. Pero luego se da cuenta de que se supone que está enojado con Johnny y que ya no se le permite hablar con él. Así que en su lugar dice: —Solo necesito unas cuantas pastillas. Y luego te dejaré con tus amigas, solo dámelas.

Johnny lo mira fijamente.

—¿Estás drogado?

—Eso es irrelevante—dice. —¿Me las vas a dar, o vas a empezar a ser moralmente consciente ahora? Porque siento que es un poco tarde para eso, hyung.

—Mocoso—Johnny murmura en voz baja, luego rebusca en su bolsillo trasero y le da las pastillas a Doyoung mientras este le pasa un par de billetes. —Déjame en paz ahora.

—No hay problema—murmura en voz baja, poniendo los ojos en blanco mientras gira sobre sus talones y camina de vuelta por las escaleras.

Busca un lugar perfecto y encuentra la x en el mapa del tesoro de arriba en el baño principal. Está aislado de la fiesta y Doyoung está bastante seguro de que nadie se dará cuenta de que se ha ido, y mucho menos se molestarán en venir a buscarlo aquí. Así que se encierra en la habitación, y la música resuena. Lo primero que nota cuando enciende la luz son las encimeras de granito y una ducha para unas cinco personas a la vez.

A veces, Doyoung entra en este estado de ánimo; en el que solo tiene su mente puesta en una cosa y el mundo básicamente deja de girar a su alrededor, ahí es donde está ahora mismo.

Hervirá en su sangre hasta que sea lo único en lo que puede pensar. Como si sus ojos se centraran en un objetivo y eso es todo en lo que se fijará hasta que lo consiga. Así que cuando se encierra en el baño y saca la pequeña bolsa que Johnny le había dado, todo lo que puede pensar es en meterse todo eso y adormecer el dolor que siente cada vez que el nombre de Jaehyun se le cruza por la mente.

Así que Doyoung tritura las pastillas y hace una línea en la encimera del gran lavamanos, y espera hasta que las paredes comiencen a girar. No hay mucho que ocupe su mente aquí, aparte de la profunda y abrumadora necesidad de saciar cualquier último rastro de sentimientos que tenga, el último control sobre la realidad a la que se está aferrando. Solo quiere que todo se ralentice hasta una parada eventual, donde finalmente pueda tomar un respiro y pensar, joder.

Hay lágrimas que brotan en sus ojos cuando se da cuenta de que lo que siente es algo cercano al fondo. Está el esfuerzo hueco de su corazón contra su hueso del pecho que lo estabiliza cuando se pone de pie. El espejo ahora es aún más difuso que antes. Y su reflejo es irreconocible. Se pierde en él, la sensación de que ya ni siquiera es la misma persona. O tal vez, dejó este cuerpo hace mucho tiempo y los recuerdos son todo lo que lo que lo ocupa. Los recuerdos de lo que podría haber tenido, lo que quería y por lo que se esforzó y Jung Jaehyung tenía que ir a desenterrarlo y tirarlo todo como si no significara nada.

Y así, cuando tropieza sobre sus pies y golpea su codo contra la esquina del tocador, no se estremece de dolor, sino que se considera demasiado inútil para realizar más funciones básicas, y se arrastra hacia la bañera. Se lanza en ella e inhala algunos puntos seguidos.

Y solo porque todavía hay una pizca de dolor en la parte posterior de su cráneo cada vez que piensa en Jaehyun, cómo probablemente está bajo sus pies en este momento, bailando y borracho, inhala otros.

Es entonces, cuando abre los ojos, se da cuenta de que se está mirando a sí mismo. No en el espejo, sino desde arriba. Se ve a sí mismo desplomarse contra la bañera, hundiéndose hasta que su cuello está en la curva de la misma. Observa cómo sus propios párpados se abren y se cierran, sus iris rodando hacia la parte posterior de su cabeza y el ascenso y la descenso de su pecho se detienen. Ha soñado mucho con esto, y desafortunadamente para Doyoung, los sueños son una comparación terriblemente inexacta con la realidad.

Aquí hay paz.

No es como se representa en películas o programas de televisión. Donde hay un brillo o una luz y asciendes hacia cualquier otra vida en la que creas. No hay una puerta dorada esperándolo y definitivamente no hay ningún Dios pidiendo arrepentimiento.

En su lugar, no hay nada.

Y Doyoung, al descubrir esto, pensó que su mayor miedo sería hacerlo todo por nada. Pero de hecho, esto es su único logro.

Al menos ahora, donde solo hay oscuridad y los gritos distantes de Kim Jungwoo cuando descubre a su mejor amigo en la bañera de un extraño del que ni siquiera saben el nombre, al menos ahora sabe que realmente no había nada que esperar. La historia de su maldita vida había sido decepcionante. Y la sobredosis no era una excepción.

La paz, él piensa, puede ser sinónimo de nada.

Hay voces amortiguadas suenan como si estuvieran a años luz de distancia. Y Doyoung no tiene la capacidad de mover sus extremidades, se sienten distantes, como si estuvieran flotando a su lado o algo así. Sin embargo, tiene suficiente energía para abrir los ojos. Y cuando hace esto, una imagen borrosa de Jungwoo y un montón de otros rostros están pintados frente a él.

Primero registra la voz de Jaehyun. Pero la explosión de energía se disipa más rápido, luego se absorbe en su cerebro y sus ojos se cierran de nuevo, antes de que pueda alcanzar a Jaehyun y susurrar una disculpa.

No hay mucho luego de ahí. Doyoung se da cuenta veinte horas después, cuando se despierta en la unidad de cuidados intensivos, que había ensuciado su sistema con tantas sustancias que su corazón se había detenido, el médico no quería abrumarlo con los detalles, ya que su madre estaba llorando a su lado y sus hermanos también estaban en la habitación, pero susurró en el oído de Doyoung que si no fuera por sus amigos, probablemente estaría muerto ahora mismo.

Doyoung no lo corrige entonces. Y no quiere pensar en cómo la declaración es innegablemente falsa. En cambio, toma sorbos de agua helada mientras ve a su madre llorar un poco más. Y cuando ella termina, tiene el coraje de expresar su única preocupación.

—¿Dónde está Jaehyun?—Susurra.

Su madre no le responde. Y Doyoung no presiona más porque al minuto siguiente, una psiquiatra está enumerando opciones de rehabilitación para él. Doyoung no escucha en absoluto, y elige al azar una del folleto que ella le da. No le importa nada de esto. No porque no quiera mejorar, sino porque Doyoung nunca ha querido admitir que necesita ayuda, o que tiene un problema en primer lugar. Hasta que su madre le dice al médico que la adicción corre en su familia, y Doyoung se da cuenta de que tiene los genes de su padre por primera vez en toda su vida.

Se le permite volver a casa nueve meses después.

Y la única persona que lo espera cuando camina más allá de esas feas puertas de vidrio que ha aprendido a despreciar durante su tiempo aquí, es Jung Jaehyun.

—Hola—dice Doyoung. Está jugando con sus anillos y hace todo lo posible por no mirar el cabello ahora rubio de Jaehyun.

—Hey...—susurra Jaehyun. —Ha pasado un tiempo, Doyoung-ah.

Años más tarde, cuando Doyoung se da cuenta de toda la extensión de su amor por el chico en Álgebra II, el chico con el pelo castaño, el chico que miró a Doyoung como si sostuviera todo el universo en sus manos.

Doyoung tampoco duda en reconocer esto. Se lo dice a Jaehyun todos los días. Porque, ¿qué sería de la vida si la desperdiciaras manteniendo estos sentimientos dentro de ti? Los eufóricos, los sentimientos que son indescriptibles y mucho mejores que la heroína.

No, ni siquiera se acercaría a lo que Jaehyun le hizo sentir.

Como cuando abría los ojos, ascendía directamente al cielo.

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