𝗧𝗥𝗘𝗜𝗡𝗧𝗔 𝗬 𝗖𝗨𝗔𝗧𝗥𝗢 - borracho

Malena

Toco la puerta de la casa Birlem con mal aspecto, esperando que abra Sophia, enserio no tengo ganas de hablar con Joey, luego de la conversación con mi madre, Sophia me envió un mensaje para ir a hablar con ella, muy emocionada.

—Hola, Shi-shi.

Le sonrió al pequeño Kashius.

—¿Vienes a ver a JoJo? Porque no está.

Suelto una risita nervosa—No, vengo es a hablar con tu hermana.

—Esta es su habitación, ve.

Le doy un pequeño beso cuando paso por su lado, para solo tener cuatro años, es muy inteligente.

Saludo a Jen en la sala, y subo rápidamente las escaleras, agradeciendo de que Joey no esté.

Toco la puerta de la habitación de Sophia.

—¡No vas a creerlo!—chilla cuándo abre la puerta, pero luego al ver mi cara arruga la cara—¿Que ha pasado? ¿Porque esa cara?

—Primero cuéntame lo que me vas a decir.

Entró a su habitación y me siento en su cama.

—No—dice cerrando la puerta—, primero habla tú, ¿Pasó algo con Alejandro?

Muerdo mi labio inferior.

—Ayer, luego de llegar a casa con tu hermano, y allí estaba él. Me dijo, qu-e había dejado a Heather porque se dio cuenta que le gustó yo.

Ella se sorprendió, y llevo una de sus manos a la boca—¿¡Qué!? ¿Que le dijiste?

—Que era muy tarde.

—¿Muy tarde... ¿¡Ahora te gusta alguien más!?

—Si, eso creo—murmuro jugando con mis dedos.

—Dios, y yo iba a contarte que soy novia de Mattia—dijo inconscientemente, luego me miro con los ojos bien abiertos.

—¡No puede ser!

—Shhh—me mando a callar—, mañana vendrá a hablar con mamá, luego hablara con Joey.

—Cuentame, no me importa, mejor para despejar la mente.

—Bueno, espero que no sufras del corazón.

❒᭄꥓〭 ☄ ⤹

Camino de la casa de los Birlem a la mía, pero paro en seco cuando un auto se estaciona frente a mi, donde se encuentra Kairi.

—Sube—dice abriendo la puerta del copiloto.

Extrañada, subo abrochado el cinturón de seguridad.

—Primero, hola Kai, estoy... ¿Algo bien?

—¿Que pasó anoche, Malena?

—¿Ah?

—No te hagas la boba, ¿Qué pasó anoche con Alejandro?

Lo miro con la boca entre abierta.

—¿C-como sabés...

—Alejandro está borracho en la casa de Mattia.

Mi corazón se paralizó por un momento, ¿Borracho?, El nunca se emborrachaba, más que todo por el fútbol.

—Yo...

—Esta muy mal, Malena.

—Sabes cuan mal lo pasé yo, el se alejó de mi, su supuesta mejor amiga. Nunca le conté lo que sentía por miedo a que se alejara e igual se alejó, y ahora viene con todo esto.

—¿Ahora te gusta Joey?—pregunto parando en un semáforo—, no para de murmurar que ahora te gusta Joey.

—Yo nunca le dije a él que me gusta Joey.

—Los miro besándose.

Solté un suspiro sorprendía.

—¿Qué?

—Que te vio dándote un beso con Birlem.

Estacionó en la casa de Mattia, y lo mire con el ceño fruncido.

—No iré a hablar con él.

—No vas a ir a hablar con él, solo nos ayudarás a que se le pase la borrachera—se desabrochó el cinturón y bajo de un portazo.

Hice una mueca, y baje del auto siguiendo a Kairi.

Entró como Pedro por su casa, y al pasar yo el umbral de la puerta, me encontré con Alejandro echado en el sofa, claro borracho.

—¡Dios, hasta que llegan!—dice Mattia con los brazos cruzados.

—¿Cuanto a bebido?—hice una mueca.

—Mucho.

—¿No han intentado hacer algo?

—No quiere, solo quiere que tú lo atiendas—miro a Mattia con las cejas alzadas—, no es broma, Lena.

Dios, cerré los ojos y solté un suspiro.

Me acerqué a él, y me puse en cuclillas a su altura.

—Alejandro—toque su hombro—, oye, Alejandro, despierta.

Él reaccionó, de forma asustada, mire a los chicos y asistieron.

Cuando me enfoco, sonrió con una sonrisa claramente borracha.

—M... Estás aquí—el aliento a cerveza golpeó mi nariz, he hice una mueca.

—Por favor, vamos a darte un baño para que duermas en una cama ¿Puedes?—le di una sonrisa, tratando de que sea lo más real posible. Aunque no quiero estar aquí, no puedo dejarlo así de esa forma.

—No, quiero quedarme aquí.

—Por favor, vamos.

—¿Para que luego te vayas con Birlem?—espeto molesto.

Abro la boca sin saber qué decir.

—Luego hablaremos de eso, pero primero vamos a darte un baño de agua fría.

Le hice una seña a los chicos para que me ayudarán a levantarlo, para caminar a las escaleras que daban a la habitación de Mattia.

Alejandro iba balbuceando cosas que no entendí, mientras tenía un brazo rodeando los hombros de Kairi, y el otro rodeando a Mattia—cosa que era difícil por la diferencia de altura—.

Lo dejaron sentado en la taza del inodoro, y salieron.

—¿¡A dónde van!?—chille.

—Vamos a hacer café—salieron rápidamente, dejándome claramente sola con el borracho.

Solté un suspiro, y volteo a verlo, está con sus codos apoyados en las rodillas y su cara entre sus manos.

—Okey, yo puedo—murmure hacia mi misma—, vamos a quitarte la sudadera, sube los brazos.

Me miró, luego hizo lo que le pedí.

Cómo pude le quite la sudadera.

Okey, ahora viene lo más díficil.

Le desate el cordón de sus pantalones chándal.

—¡No, no puedo hacer esto!

Alejandro levantó la mirada, y me miró confundido.

—¿Qué no puedes hacer, M?—pregunto arrastrando las palabras.

—Ehhh... ¿Puedes quitarte el pantalón, y meterte en la bañera en Boxers?

Esto es tan incómodo, pues solo para mí, esta tan borracho que no le incómoda ni pío.

Cómo pudo, se quitó los pantalones, y con un poco de mi ayuda—intentando no ver nada más allá de la hermosa pared—, lo metí en la bañera.

Tome la regadera de mano, para accionar el chorro de agua fría.

—¡Mierda está fría!

—Espara para que de te pase la borrachera, Alejandro—gruñi, no quería estar allí, y los otros dos idiotas se fueron dejándome sola.

—Te extraño—murmuro—, perdón por todo.

—Creo que no es momento para hablar de esto.

—No, seguramente después de este momento, no volverás a hablarme—me queda callada, todavía con la ducha de mano echándole agua en la cabeza—, perdón por no darme cuenta de tus sentimientos, fui un idiota, soy un idiota y me merezco todo esto, pero por favor no te alejes de mi.

Cerré el agua, para dejar la ducha en su lugar, y ponerme de cuclillas a un lado de la bañera.

—Ale—dije con suavidad—, no se si te acordarás de esto mañana, pero... Necesito tiempo, para despejarme, luego podremos hablar bien, ¿Okey?

Me miró como un niño pequeño y asintió.

—Espera un minuto aquí.

Salí del baño, para luego salir de la habitación, encontré a los chicos en la cocina.

—Ya se le pasó un poco la borrachera, o eso creo. Yo me tengo que ir, mamá se irá mañana.

—Te llamaremos cualquier cosa—dijo Mattia, para luego darme un beso en la frente—, perdón.

—No te preocupes, pero tenemos una conversación pendiente.

—Vamos, te llevo.

Salí de la casa con Kairi en silencio.

—Perdon—pronuncia cuando ya está conduciendo a mi casa.

—No te preocupes Kai, yo... Yo sé que no voy a superarlo de la noche a la mañana, y que siempre tendré ese consentimiento de querer siempre ayudarlo, era... O es, no se, mi mejor amigo y de cierta forma le tengo apreció incluso después de todo lo que pasó.

Suelto un suspiro.

No hablamos hasta que llegamos a mi casa—Te veo mañana en la escuela.

—Claro.

Le doy una sonrisa de despedida, y luego desciendo del auto.

Luego de que se va, volteo a ver a la casa Birlem, en el porche se encuentra Joey jugando fútbol con Kashius, el pequeño grita al verme.

—Hola pequeño, Shi-shi—sonrio cuando me acerco.

—¿A mí no me saludas?

Sonrojada, volteo los ojos—Hola, Joey.

Se acerca de me da un beso en el mejillas, haciendo que me sonroje más. No podía evitarlo, intenté no hablar en todo el día con él, pero aquí estoy sonrojada y con el corazón acelerado cuando me da una sonrisa.

















aurismar alejandra ✨

1366 palabras, y estoy actualizando en la escuela, no agradezcan.

Tengo clases hasta el jueves, y seguramente me vaya una semana a la ciudad—estoy hablando de eso con mis padres—, así que ya veremos.

Espero que les allá gustado.

love, auris alejandra.

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