O6 | this is not baby duck 🎓
⛳️ Home School.
Pov Jun.
El día estaba llegando a su fin, no faltaba mucho para que apesar de la gran mansión en la que estábamos se viera el atardecer, todos estaban agotados pero era más que obvio que querían ganar lo que tanto presumía el Amin que tendría quien cuidara mejor a los patitos. Solté un bostezo mientras dejaba lo último del agua en el lugar correspondido en los patitos, les sonreí y me despedí de ellos, más tarde vendrían las chicas a alimentarlos.
Mientras caminaba de regreso a ver qué podía proseguir de todo, noté como alguien estaba en el patio, o más bien, varios estaban. En cuanto acerque mi vista y enfoque mejor, sentí la sangre hervir mi cuerpo al notar a Pennueng siendo intimidado por Hugo y Jean de nuevo. Camine hasta ellos y empuje un poco a Jean del hombro, este solo me miro molesto.
— ¿No hay un solo día en que tu niñera no aparezca? —Se burló Hugo. Con mis manos hice un ademán que lo soltara, este lo hizo pero en burla. —Perdóname, no sabía que te molestaba que tocara a tu noviecito.
— Ya cállate de una vez. Cuando digas algo coherente ahí si nos hablas. Vámonos Pennueng. —Dije por último para tomarle y caminar hacia adentro, ya que ya había oscurecido.
Parecía rápido pero estuvimos varios minutos en las escaleras sin vernos y hablar, ahí se hizo de noche.
En el camino a las habitaciones estábamos en silencio, y ¿cómo no? Si después de eso él parecía no querer mirarme, porque si lo hacía de inmediato dejaba de verme o hacía de todo por evitarme. Ese comportamiento lleva desde el primer comentario que hizo Hugo de ser mi novio, y aunque pareciera distante a mi, me dolía verle alejarse en cada intento.
Al llegar casi a la habitación nos quedamos parados mirándonos el uno al otro, estaba por despedirme de él para entrar al dormitorio, pero se adelantó.
— Pennueng no recuerda cuando le pidió a Jun ser su novia. —Soltó como si nada, aunque parecía que la había pensando desde hace unos minutos largos. Noté como sus mejillas se sonrojaron ante eso.
— Oh no.. tranquilo, no me pediste ser tu novia, Pennueng. —Respondí intentando demostrar naturalidad por aquello, aunque por dentro tenía nervios. ¿Nervios? Ni yo sabía porque. —Somos amigos, ¿lo olvidas?
Él negó de inmediato.
— Pennueng pensaba que Jun era su novia. Jun es una bonita novia. —Oh no.
Ahora las mejillas calientes estaban en mi rostro. Quise responderle pero, de nuevo, me interrumpió algo, esta vez no era él, si no, un gran trueno, y las suaves gotas de lluvia que se aproximaban.
— ¡Los patitos! ¡Pennueng no debe dejarlos mojarse! —Gritó. Y como liebre comenzó a correr en dirección contraria, estaba por entrar pero otro trueno me asustó, yendo detrás suyo.
— ¡Pennueng, vuelve aquí!
Fue una carrera ya que él se aproximaba con rapideza a donde estaban los patitos, por ende, mis pies dolían un poco, hasta que casi se me sale un zapato de la rapidez. Una vez llegamos me detuve a tomar aire y tomar de su brazo, haciendo que se detuviera.
— Debemos volver, esta por llover, y los Master nos regañaran. —Le pedí mirándole casi de rodillas, este no me miro pero miro a los patitos.
— Pennueng quiere salvar a los patitos..
En su rostro se formaba algo de ternura que fue inevitable no caer ante esa, me enderecé y le tomé por los hombros.
— Llevaremos a los patitos, pero solo a los nuestros, ¿si? No podemos llevarnos a todos. —Pennueng asintió y con rapideza se acercó a sacar a los patitos, colocó en una caja de madera algunos mientras los contaba. Por mi parte me dirigí al resto de patos para dejarlos en una zona cubierta de todo el hogar. —Quédense aquí, estarán a salvo.
— ¡Jun, corre! —Me gritó una vez sintió una gota resbalarse encima suyo, y yo al sentir la mía me apresuré a salir de ahí con cuidado y llevar a los patitos a salvo con él.
Y de nuevo, en el camino todo era silencio, a diferencias de los patitos piando debido a qué tal vez tenían frío, y eso podría ser el colmo en ese instante. Él entró de inmediato a la habitación sin despedirse y por dentro se escucharon las voces de los demás, por mi parte al entrar, solo algunas estaban despiertas.
— Hey, Jun, ¿donde estabas? —Maki se acercó, era de las despiertas en ese entonces.
— Vino un máster y tuvimos que fingir que estaba dormida como pudimos. —Dijo Fuji, después rodó los ojos mientras se acomodaba en su cama.
— Lo siento, vendría antes pero Pennueng salió corriendo por los patos y tuve que ayudarlo. —Suspiré. Me acerque a mi cama la cual estaba enfrente de la de Maki.
— ¿Por los patos? —Asentí.
— Los patos en la lluvia suelen enfermarse, y eso es lo de menos ahorita con los nuestros, y que tuvimos que dejar el resto ahí. —Coloque mi mejilla en la almohada dispuesta a dormir de una vez.
— Awww, le estaba ayudando a su novio Pennueng. —Jingjai habló desde la esquina. Rodee los ojos mientras quería concentrarme en dormir.
— Pennueng no es mi novio.. ni siquiera me gusta.
— A veces parece lo contrario. —Dijo por último Maki, después de eso, nadie más habló. Todas quedamos dormidas.
— NI SIQUIERA PUDE DORMIR, LOS PATOS PIABAN MUCHO. —Se quejó Mek mientras estiraba de su cuello. Mok asintió mientras caminaba en dirección a ver a los patos.
— Ni me digan, Pennueng desde que despertó ni me quiere ver, y eso que le ayude. Malditos patos. —Me cruce de brazos aún caminado hacia enfrente.
— ¿Le habrá pasado algo? Porque es raro, a quien es más apegado es a ti. —Mok me pregunto. Negué de inmediato mientras parábamos tantito.
— No pasó nada, solo Hugo y Jean diciendo que lo defendía por ser mi novio y no se que. Si pudiera, le sacaría la lengua a los dos.
Mek rió.
— ¿Estás segura que no son nada? A veces parecen algo más que compañeros. —Preguntó Mok mismo.
— Somos amigos. —Volví a negar.
— ¿Y no te gusta?
Oh, vamos, aquí va de nuevo el responder esta pregunta, aunque, antes de que lo hiciera, mi mirada se percató de otra cosa. Deje de verles para ver detrás suyo, abrí mis ojos en grande para señalar.
— ¡Chicos, el huerto! —Señalé detrás suyo y estos voltearon, completamente sorprendidos igual que yo.
Estaba todo destrozado. La casa donde había dejado al resto de los patitos estaban completamente aplastada. Las cercas estaban dobladas hacia adentro. La comida estaba esparcida por todos lados. Ambos me dejaron pasar primero para ver todo eso de frente.
Todo estaba roto, y los patos, no estaban.
— ¡Debemos reportar esto!
— ¿Y ENTONCES AHORA DEBEMOS REHACER TODO ESTO? —Se cuestionó Jun de nuevo. Entre algunos asintieron mientras se unían a volver a acomodar todo a su lugar.
Los patitos habían vuelto después que Pennueng nos ayudará a encontrarlos.
— Debemos dejar que los patitos vivan más tiempo, por eso, Junie. —Le sonrió Mek, Jun hizo una mueca pero terminó por hacerlo también.
— Tienes razón, Mekie. —Habló en un tono meloso hacia él mientras arrugaba su nariz. Mek se sonrojó por eso, haciendo que le hicieran burla a ambos.
— Hey, deben de concentrarse, idiotas. —Fuuji se les renegó haciendo que ambos borraran su sonrisa.
Jun se colocó alado de ella para recoger algunas maderas que seguían intactas, junto al techo. Fuuji se le acercó a susurrar.
— No pongas esa cara, vi a un Master cerca de nosotros, y no podía ver eso. Pueden seguir pero sean discretos con su relación. —Jun iba a negar aquello pero para cuando quiso hacerlo ella se había ido al otro lado.
— ¿Tienes una relación con Mek? Pensé que te gustaba Pennueng. —Susurró Pheng hacia la rubia, en tono sorprendido.
— Yo creía que a ti te gustaba Nai. —Contraato Biw.
— A mí no me gusta ninguno de los tres, solo..
Las dos restantes esperaban respuesta de eso pero ella no dijo nada. Ni siquiera sabía que responder porque con los tres tampoco tenía idea de que algo tuvieran.
Y antes, de nuevo, e decir algo, se escuchó la voz de la escuela indicando que debían ir a las habitaciones a dormir. Entre todos se miraron y estuvieron dispuestos a salir de ahí, si no, el regaño sería para todos.
Esperando que sea un mejor día a este. Lamentablemente no fue así.
En medio de la madrugada el maestro Amin había convocado a todos para una reunión. La mayoría intentaban peinar de sus cabellos debido al suelo, la rubia y la de pelo con rojo estaban más que despeinadas, con risas se acercaron mientras se sentaba ante la mirada de los demás.
— ¿Por qué el maestro Admin nos convocó a esta hora? —Preguntó Biw, preguntando a la vez por todos.
— No sé. No creo que sea algo bueno —Respondió Pheng.
— No me digan que nos darán otra lección. —Cuestionó Jean con sarcasmo. White alzó los hombros.
No tardó el Amin en llegar con nosotros, detrás de él venía otra Master. Este se cruzó de brazos.
— Se ve decepcionado. —Susurró Jun hacia Maki, la contraria asintió.
— Entiendo que les sorprenda por qué los llame a la sala de reuniones a esta hora. Pero tengo algo que anunciarles a todos. Un estudiante ha roto las reglas y será castigado.
¿Acaso?..
Mientras todos se miraban con bastante curiosidad sobre lo dicho, un máster aparecía con una bandeja en manos, la cual estaba con algo cubierto. Antes que alguna especulara la descubrió dejando al visto un patito.
Estaba muerto.
— Este patito..
El pecho de Maki y Jun comenzó a doler de ver a cierto animalito muerto. Maki comenzó a recordar de la vez que su padre fue asesinado por su hermano mayor, Run. Jun solo recordó la vez que un pajarito murió en sus manos haciendo que muchos le odiaran por haber "matado" a ese inofensivo animal.
— Es de Pennueng.
Entre todos los involucrados se miraron incrédulos. ¿Cómo había sido Pennueng si el era el mejor cuidador de patos?
— No, no.. ¡este no es Baby Duck! —Señaló Pennueng al patito completamente asustado. Miraba a todos con temor después de eso. Aunque el patito decía claramente su nombre.
— ¿Cómo puedes mentir? ¡Ahí está tu nombre! —Le regaló el Amin.
— ¡Este no es Baby Duck! ¡Este no es Baby Duck! ¡No es el pato de Pennueng!
— Estarás castigado hasta que entres en razón y admitas lo que hiciste. —El anterior Admin que trajo el patito tomó a Pennueng para irlo jalando a la habitación. El solo gritaba asustadizo.
— ¡No encierres a Pennueng! ¡Ese no es Baby Duck! ¡Pennueng no lo hizo! —Gritaba y cada vez se alejaba más del comedor.
— ¡Admin, esto no puede ser! Pennueng es el mejor cuidador de Patos que existe. —Gritaba White con sus ojos llenándose de lágrimas por él.
— Es cierto, Pennueng ha cuidado mejor de todos los patitos que nosotros. —Le defendió también Nai.
— Pennueng ha sido mejor que muchos otros a la hora de cuidar a los patitos. —Jun se dirigió con su mirada a Hugo y Jean. Quienes amenazaron a Pennueng para que cuidara de estos. El primero le sonrió. —No pudo haber matado a su patito.
— Fue un error cometido por su parte, y ahora estará encerrado en la sala de confesiones hasta que lo acepte. Que descansen. —Dijo antes de retirarse a paso largo.
— El Amin dijo que es un error, Pennueng se equivocó. —Hugo admitió con descaro.
Jun rasguño la mesa de madre para darle un golpe a esta y dirigirse a Hugo, señalándole con el dedo.
— ¡Tú! ¡Tú hiciste algo! ¿No es cierto? —Gritaba hacia él manoteando. Mek se acercó a detenerla junto a Fuuji.
— Pennueng fue el que se equivocó, no yo. No me culpes de las estupideces que hace tu novio.
Jun se le quedó mirando con furia. Hizo que Mek le soltara y abandonó la sala para ir a la habitación. Dejando toda la sala llena de tensión.
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