05 | leave him alone 🎓





⛳️ Home School.

Habían pasado algunos minutos desde que la pelea con Hugo con Pennueng había terminado, dejando al pobre del último teniendo una pequeña crisis en la cual se estaba recuperando, estaba sentado bebiendo un poco de agua y algunos le rodeaban, mientras que los chicos estaban fuera con Hugo alejándolo de Pennueng.

— A Pennueng le gusta llamar la atención. —Murmuró el chico como si nada. Causando que la rubia le mirara.

Jun no aguanto la rabia que había crecido desde que comenzó la pelea entre esos dos. Se fue apresurada hacia donde estaban los chicos siendo seguida por Nai detrás suyo, y plantó una bofetada en el rostro de Hugo.

— ¡Déjalo tranquilo! —Murmuró completamente molesta. Hugo le vio empujando de su hombro.

— ¿Por qué me abofeteaste?

— Mantente lejos de Pennueng. —Encaró Jun hacia él, sin un rastro de sentir miedo. Empujó a Hugo. — ¿Te quedó claro?

Por otro lado, a lo lejos una Master comenzaba a acercarse hasta ellos, sin decir nada, solo se quedaba mirando.

— ¿Crees que te tengo miedo Chantara Jun? —Murmuró Hugo. Empujó a Jun hacia que perdiera casi el equilibrio. Nai al ver eso se entrometió, dejándola detrás suyo.

— Si vas a pelear, pelea con alguien de tu tamaño y energía. —Nai la defendió. Señalándolo con su cabeza mirando hacia abajo, debido a la diferencia de altura entre ambos.

— Maldito idiota. —Jun apretó sus dientes para mirarle una última vez y regresar con los demás, agachándose hasta donde estaba Pennueng acariciando de su espalda.

— ¿Crees que puedes hablarme mal? Oh, tu familia es una malhablada. —Dijo Hugo hacia Nai. Este le miraba sin expresión clara en su rostro.

— ¿Quieres una paliza?

— Adelante.

Estaban por acercarse de una forma que la tensión por golpearse crecía, hubiera seguido así si no fuera por Maki, quien les gritó;

— ¡Hey, no se golpeen! Si no serán castigados por los Master. —Les regañó. Jean se giró a ella.

— ¿Puedes dejar de actuar como si fueras nuestra líder? —En el murmuró que dijo Jean se dirigió hasta enfrente de Maki. Le empujó hacia atrás. —Vete a la mierda.

Tibet por su parte regresó el empujó a Jean, haciéndolo casi tropezarse.

— No te entrometas. —Escupió hacia él.

En lugar de haberse agarrado a golpes, solo se quedaron viéndose el uno al otro. Las campanas de la escuela interrumpieron dicho momento.

— Es hora del almuerzo. —Habló fuerte la Master Yani, haciendo que todos le miraran. —Por favor diríjanse al comedor para comer todos juntos.

Los molestos en la presencia de todos solo frustraron para pasar chocando hombros con otros, los que estaban dentro con los patos se dirigieron para salir y caminar al comedor, entre todos se miraban con calma ante haber solucionado el problema. Tibet preguntó a Maki si estaba lastimada lo cual negó. Pennueng estaba cerca de Jun la cual le ayudó en todo momento, intentaba sonreírle para calmarlo.

Una vez todos llegaron al comedor se acomodaron en su respectivo lugar, mirando en la mesa la comida. Solo era un pan con una sopa de frijoles, el cual dicho pan parecía como una piedra. Intentaron comer pero Pheng se quejó una vez lo hizo.

— Uh, ¿por qué está tan salada? —Pheng murmuró con una mueca de asco, haciendo que entre todos intentaran probarla.

— El pan está muy duro, podría golpear a alguno en la cabeza y quebrarlo. —Murmuró Nai, tomando el pan.

— Esto no sabe nada como el desayuno. No está bueno. —Biw apoyó, dejando su cuchara de lado.

— ¿Por qué no comes? —Dijo Maki dirigiéndose a Jun, quien no tenía ni las manos en la mesa.

— No puedo comer platos muy salados por mi asma, me dijeron que podrían alterarme al momento de tener mucha sed, y mis ataques tal vez aparecerían de nuevo, y no tengo mi inhalador aquí. —Le respondió Jun, mirándole y después a su plato.

El Master que cocino no hacía nada más que sonreírles a todos.

— Nuestros padres no pagaron una costosa cuota para que comiéramos esto. —El tono de Mek hizo que algunos asintieran al saber a que se refería, siendo una horrible comida. —Claramente nos estafan.

— ¿Quien es el responsable de esto? ¿Podrá esa persona cocinarnos otros platillos? —Preguntó Jingjai. Se cruzó de brazos para mirar al Master.

— Nadie obtendrá comida nueva. Si no quieren comer, tendrán que aguantar el hambre hasta la próxima comida.

— ¿Y la cena será igual que esto? —Fuuji con un tono frustrado se dirigió a él. El Master sonrió para responder igual;

— Los platillos son los mismos en todas las comidas. —Por último, el Master respondió. Hizo una reverencia y se marchó de ahí, dejando a todos más que resignados sobre comer aquello.

Jun dejó su platillo completo ahí, se cruzó de brazos y miró a todos comer, con asco, pero debían comer. Maki derrepente le miraba y ella sonreía, en el fondo tenía hambre pero no quería arriesgarse a los ataques que podría tener, así que solo se quedó mirando como todos comían a fuerzas.

— ¿Cómo pueden comer esto? —Dijo Fuuji sin creerlo. Ella no había tocado ni comido nada del platillo.

— Como dijo el Maestro Phoban, si no comemos tenemos que aguantar el hambre hasta la noche. —Le respondió Maki.

— ¿Por qué no comes, Jun? —Le preguntó Mek a la chica, quien de inmediato le miró, y algunos más.

— Cierto, no has probado ni tocado tu plato. — Tibet se le unió.

— No puedo comer platillos muy salados. Aparte estoy bien, no creo que no comer una vez no me hará nada mal. —Jun les sonrió tratando de calmar su preocupación.

Mientras que algunos asentían ante su habla, Nai y Pennueng solo negaron ante eso, pero no le dijeron nada para ellos poder comer tranquilos. Mientras que Mek golpeaba el pan contra su plato rayandolo a paso de tan duro que estaba.
















📍 minutos más tarde.

—¿ESTÁN TODOS LOS PATITOS, PENNUENG? —Preguntó Jun hacia el chico quien contaba de los patitos. Él asintió apretando el bote con el agua para dichos.

— Déjame ayudarte Tibet. —White fue detrás del chico para ayudarlo con la comida a los patitos. Nai estaba del otro lado de ambos mientras Jun y Pennueng servían el agua a los patos.

— Woah, están muy sedientos. —Expresó Jun sonriente al ver como algunos patitos tomaban mucha agua.

— Los patitos son como humanos. Necesitan beber agua limpia. —Suavizó un poco su voz hacia los patitos dirigiéndose a dichos. —Beban mucha agua para que crezcan fuertes y sanos.

Entre todos se sentaron alrededor en el pasto, viendo a los patitos con cuidado de no aplastarlos.

— Oye, Pennueng, ¿le pusiste nombre a tu patito?

— Si. —Murmuró algo apenado, sonriendo un poco por aquello. —Pennueng le puso un nombre. El patito de Pennueng se llama Baby Duck.

— ¿Y tú, Jun? —Nai le preguntó a la chica, quien estaba sentada alado izquierdo suyo.

— Mi patito se llama Nin, Pennueng me ayudo con el nombre. —Jun le sonrió al pronunciado, este no alzo tanto la mirada pero aún así le sonreía.

— Todos deberían ponerle un nombre a sus patitos.

— ¿Por qué? —Con curiosidad White preguntó.

— Todo el mundo debería tener un nombre. También las mascotas. —Movía sus brazos con emoción al decir aquello.

— Es una buena idea. —Maki apoyó su idea. —El mío es lindo, llamaré a mi patito Narak

Pennueng asintió aún sonriéndole.

— El mío lo llamaré Pierre. Suena guapo el nombre. —White presumió. Nai solo se le quedó viendo raro.

— No se me ocurre ningún nombre. ¿Es necesario? —Jun asintió. Nai se quedó pensando.

— Puedes ponerle el mío. —Bromeó Jun. Nai negó aún con su seriedad, Jun por esto se ofendió y se levantó para quedar de lado de Pennueng. Nai antes que se sentara solo sonrió por la petición.

— Tibet, ¿cómo se llama tu pato? —Preguntó Nai a su amigo, distrayéndose del tema de antes.

— Llamémosle Bo. —Respondió. Nai se burló por eso, sosteniendo su patito.

— ¿Por qué Bo?

— Solo Bo. —Respondió indiferente.

— Entonces.. ¿puedo llamar Bo también a mi patito? —Tibet asintió.

— Claro, mi mamá sabe diferenciarlos así. Serán Bo 1 y Bo 2. —Entre los dos asintieron.

— El mío será el Bo 2.

A lo lejos de entre todos, se lograba ver a Jingjai, Hugo y Jean afuera de donde estaban todos ahí, mirandoles con su aire de superioridad.

— Creo que Bo 2 merece una ducha, se ve sucio. —Tibet se levantó. Nai soltó un "ah?" Antes eso.—Vor por ti, Bo 1.

— ¿Estás insultando a mi pato? —Dijo él ofendido sosteniendo aún de Bo 2. Jun soltó una risa al verles decir aquello.

— No enfrente de los niños. —Dijo Jun, haciendo reír a todos ahí.

Y todo hubiera seguido siendo risas, si no fuera porque Hugo se acercó.

— Ey, ¿podrían alimentar a nuestros patos? —Jun borró su sonrisa en cuanto Hugo le sonrió a ella. Este demostraba aire bastante egocéntrico.

— Por supuesto. —Sonrío White para hacer que Hugo se alejara de la cerca. Ella se acercó a los patitos de los tres y les habló. —Come muchas verduras para ser inteligente. Tú dueño es un estúpido. No seas como él.

Nai y Jun rieron ante eso.

— Jingjai, come. Potencia de tu cerebro. Tú también Hugo, para que puedas crecer. —White aún hacía más chillona de su voz imitando de estos.

Pennueng se unió ante esa burla soltando una leve risita.








📍 días después!

Habían pasado varios días desde que se les fueron asignados los patos para cuidar de estos, y hasta la fecha todo había resultado bien, aún con algunos flojos de cuidar de dichos, pero aún podían estar totalmente sanos gracias a los cuidados.

— Durante estos días les he pedido cuidar de estos patos, ¿que han aprendido de eso? —El admin habló. Les asignó una reunión después de esos días, y ahora, estaba hablando con todos. Este al ver que nadie respondió volvió a preguntar. — ¿Silencio? Nadie ha aprendido de ellos. Eso significa que seguirán cuidando de ellos, hasta que obtenga sus respuestas.

— ¿Cuidar de esos estupidos patos? —Se quemó Hugo. Jun rodó los ojos al escucharle con dicha voz de quejo. Este miró al Master. —No veo en ningún beneficio en ello.

— Exacto. —Le siguió Jingjai. —No nos están enseñando nada. Solo estamos cuidando patos. ¿Para qué, Maestro Amin? No veo que conseguir con eso.

— Es mejor cuidar de patos que verte en una clase entera. —Respondió Jun al estarse hartando de sus quejidos en dicho. Algunos alzaron la ceja sorprendidos ante su respuesta a ellos, mirando burlones a los otros. Jingjai y Hugo le miraron mal, Jun solo sonrió divertida, Jean también sonrió ante eso.

El Amin solo miraba con media sonrisa.

— ¿Qué tal si les ofrezco un premio especial?

— ¿Qué premio? —Preguntó Jean, inclinándose hacia el Amin.

— Si alguien puede mantener a su pato sano y salvo hasta una fecha específica. Recibirá un platillo especial para cada comida. No tendrán que levantarse temprano para hacer ejercicio. Y por último, obtendrá su propio dormitorio privado. —Ante lo último, la mayoría terminó por interesarse por aquello. Entre todos se miraban espectantes ante la gran oferta que se les ofrecía.

— ¿Conseguiremos todo eso si mantenemos a vivo a nuestro pato?

— Si. Solo mantengan a su pato a salvo.

— Esto se volverá interesante.

Y de nuevo, entre todos tenían una sonrisa de imaginarse a sí mismos en dichas condiciones. Se fascinaban de creer que pronto si ganaban contra los 13 restantes, lograrían salir a salvo de todo. Increíble.

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