𝕍~𝔾𝕣𝕒𝕔𝕚𝕒𝕤 𝕞𝕠𝕣𝕣𝕒 𝕔𝕒𝕤𝕥𝕣𝕠𝕤𝕒 (parte 2)

Las miradas frías de ambas chicas se encontraron. Ante esto, Ji-yeong ya no dijo nada y solo miró a la chica de pecas, mientras que esta simplemente volteó a otro lado y ya no le tomó importancia a lo que había dicho la castaña. En eso, Sang-Woo entró al salón de clases. El joven no saludó, solo se dispuso a sentarse en su butaca sin siquiera mirar a sus compañeros. 

—Sang-Woo —lo llamó una de sus compañeras—. ¿Hiciste la tarea?

—¿De qué tarea me hablas? hoy no había —le respondió Sang-Woo. 

—Sí. Dejó tarea el maestro de química —volvió a decir la chica. 

—¡No es cierto! —le respondió Sang-Woo alarmado. 

—¿Tampoco la hiciste verdad? —le preguntó  Kwang. 

—No, no la hice, no sabía que habían dejado. ¿Soy el único que no sabía?

—Nadie aquí hizo la tarea Sang-Woo, y ese trabajo es muy importante. Solo Ji-Yeong y Ali cumplieron. No creo que en 10 minutos alcancemos a hacerla —comentó Kwang— ¿Alguien más la hizo? ¿Tú la hiciste Mi-Nyeo? 

—No, no la hice  —respondió Mi-nyeo. 

—¡Ya sé! —exclamó un chico y todos los presentes pusieron su atención en él. 

—¡¿Qué?! —le preguntó rápidamente Jiyu. 

—¿Y si confundimos al maestro y le decimos que esa tarea la dejó para la otra semana? —propuso el chico. 

A los estudiantes les pareció una buena idea. El maestro de química era muy olvidadizo que la mentira se la iba a creer sin sospechar nada a menos que alguien dijera la verdad. 

—Si, si. Yo no digo nada —comentó Ali—. ¿Pero quién empieza con la mentira para que después nosotros le sigamos el juego? 

—¿Pues quien más? El jefe de grupo. Te va Jun-ho, si pregunta por la tarea le dices que la dejó para la otra semana y ya nosotros te seguimos la corriente —dijo Kwang. 

—Esa es una buena idea, yo no digo nada aunque sí haya sido responsable —habló Ji-Yeong. 

—Está bien, entonces no digan nada, y me siguen el juego va. Todos callados nadie sabe nada, simplemente le decimos al profesor que es para la semana que viene ¿de acuerdo? —dijo Jun-ho a sus compañeros.

Todos los del grupo afirmaron, y unos minutos después llegó el profesor de química. Entró al salón, dejó su maletín en el escritorio y acomodó algunos documentos. 

—Muy buenos días jóvenes —saludó el maestro mientras revisaba algunos papeles. 

—Buenos días —respondieron todos. 

—Buenos días maestro, ¿cómo está? —preguntó Mi-nyeo con un tono de felicidad y amabilidad. 

—Bien, bien muchas gracias —le respondió el maestro. 

—Que bueno me alegro profesor. 

—Gracias Mi-Nyeo 

—Oiga, solo para decirle que hoy faltaron tres de mis compañeros a su clase, y pues usted dijo que por cada falta se les descontará un punto ¿quiere que tome nota de la falta de esos tres alumnos profesor? ¿para que no se le olvide? —habló Mi-nyeo nuevamente. 

—Este… si por favor Mi-Nyeo, después me pasas el apunte —contestó el docente. 

—Si maestro ahora mismo anoto a esos tres compañeros. 

—Bueno jóvenes voy a pasar lista. Cuando escuchen su nombre digan presente.

—¡Maestro! ¡maestro! —interrumpió Mi-nyeo otra vez—. Antes de que continúe le iba a recordar que la semana pasada dejó una tarea muy importante y que contaría un 60% para nuestra calificación y si no la hacíamos en automático nos reprobaba la materia. 

Todos sus compañeros voltearon a verla sorprendidos. ¿Pero qué hizo? ¿No que tampoco  había hecho la tarea?
Ella  solo los miró sonriendo con malicia.

—¡Cállate! —le dijo Jun-ho en voz baja.

—¡No seas chismosa maldita sea! —se quejó otro pero Mi-nyeo solo lo ignoró. 

—Es verdad. Voy a calificarla de una vez. Saquen su tarea por favor chicos —el maestro tomó un marcador de su escritorio, se levantó de su silla y se colocó al frente del pizarrón—. Vamos a calificar por número de lista y así aprovecho para tomar asistencia. 

—¡Espere maestro! —interrumpió Jun-ho—. Esa tarea es para la otra semana. 

—Si es para la otra semana —dijo una y todos los demás alumnos comenzaron a seguirle la corriente. 

—No es cierto maestro. Ellos le están mintiendo porque no hicieron su trabajo. Yo fuí testigo de cuando se pusieron de acuerdo para confundirlo, solo Ji-Yeong, Ali y yo hicimos la tarea —afirmó Mi-nyeo. 

—Que conste que yo no dije nada —mencionó Ji-yeong en voz baja. 

—¡Eso es mentira profe! no le crea a la chismosa de Mi-nyeo, nosotros sus alumnos jamás haríamos algo así —dijo un chico levantándose de su asiento. 

—Eso es cierto, seríamos incapaces de engañarlo —apoyó otro alumno. 

—¡Haber cállense! —gritó el profesor—. ¿Quién tiene la razón? Señorita Mi-Nyeo, ¿tiene anotado lo que dejé de tarea la semana pasada?

—No sólo anotado, si no también le tomé foto, mire profesor —la chica de cabello rizado se acercó al maestro y le mostró la fotografía—. ¿Ya vio? ellos están tratando de engañarlo. 

—Es cierto. Entonces… ¿nadie hizo su tarea verdad? —Los alumnos se quedaron callados—. Perfecto, reprobados. Si quieren pasar la materia tienen que hacer un proyecto; después les daré indicaciones de eso, pero ya no tendrán la misma calificación. Por lo tanto solo los tres que sí cumplieron, en este caso, Ali, Ji-yeong y Mi-nyeo pasan y con la calificación que se merecen. Ah, y el promedio del grupo es reprobatorio.

Los jóvenes solo veían con odio a Mi-nyeo mientras ella regresaba satisfecha a su mesa de trabajo.

—Tenía que ser, la castrosa —dijo Jiyu. 

—¿Que no podías simplemente cerrar esa bocota? —habló Sae-byeok. 

—Hay que aplaudirle a la tóxica, ¡bravo! —comentó Jun-ho mientras chocaba sus palmas mostrando sarcasmo en su acción. 

—Ahora estamos jodidos y gracias a la castrosa —mencionó Sang-Woo. 

—Yo simplemente fui honesta  —se excusó. 

—No fuiste honesta Mi-nyeo, fuiste chismosa, y me caes de la patada —le reprochó Sang-Woo a la chica. 

—Me vale Sang-Woo, eso les pasa por irresponsables —les dijo Mi-nyeo. 

—Ya dejen de hablar allá atrás y abran su libro en la página 102 por favor —regañó el profesor y a sus aprendices no les quedó más remedio que obedecer.

El docente comenzó a escribir en el pizarrón  el tema que iba a tratar en su clase. Mientras tanto, todos los alumnos del segundo D estaban furiosos con Mi-nyeo, nunca falta aquella chica que que arruina los planes del grupo para quedar bien con el maestro. Pero ya no podían hacer nada más, solo esperar a que su profesor les de indicaciones para el proyecto y así poder salvar la materia.

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Fin del capítulo 5.

(Editado)

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