chapter ten. be reborn
.˚ׅ ❛ capítulo diez
be reborn ❜𓈒˙
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Jackson había muerto, ahora mismo se lo llevaban en una bolsa negra con la que suelen cubrir los cuerpos que se llevan a la morgue, mientras me sostengo del brazo de Isaac y nos metemos a los vestidores como los oficiales habían requerido para tomar declaraciones de los testigos.
—¿Dónde se metió Lydia?— me preguntó.
—Su mamá vino por ella— responde Scott cuando llegamos junto a él.
Me recargo sobre uno de los casilleros, resoplando del cansancio y el dolor de cabeza.
—¿Y qué se supone que haremos ahora?— añade Isaac.
—Esperar y luego ir a casa— le digo, frunciendo un poco el ceño —¿Y Stiles?
Justo antes de que alguno pueda responderme, el sheriff se acerca hasta nosotros con una libreta y nos comenta que stiles desapareció en el desastre, cuando las luces se apagaron por completo.
—Debo ver al examinador médico y averiguar qué le pasó a jackson— menciona el sheriff —Tengo un reporte para Stiles, que desapareció, su auto sigue en el estacionamiento— forma una mueca con preocupación —Diablos, no sé qué significa eso. Oigan, si contesta un correo o si alguno de ustedes lo ve...
—Lo llamaremos— asegura Isaac, en un intento de hacerlo sentir mejor.
Asiento —Sí, lo vamos a encontrar, no lo conozco mucho pero sé que jamás se iría solo porque sí y si se lo llevaron puede pelear.
—Puede que se sintiera mal por recibir tanta atención— supone Scott —Pero lo encontraremos, como dijo Dáire.
El sheriff asiente, tratando de plantearse esa idea en la cabeza y dejar de preocuparse un poco aunque, después de todo, Stiles sigue siendo su hijo.
—Gracias, chicos— nos sonríe un poco —Los veo después.
Y dicho eso se va para tomar más declaraciones, dejándonos nuevamente a los tres solos, aunque, es raro que el entrenador se acerca hacia nosotros, como si quisiera decir algo que se ha aprendido de memoria a Scott.
—Te necesitamos en el equipo, no estaras en el campo la próxima temporada si no mejoras tus calificaciones— le regaña, haciéndome saltar un poco, creí que sería más... delicado.
—Lo sé, entrenador— responde Scott, como si ya estuviera acostumbrado a oírlo.
—De acuerdo— da un paso hacia atrás, pero se devuelve —Bueno, sé que grito mucho pero no es que... no es que los odie, bueno, odio un poco a Grimberg pero ya saben, es Grimberg, es diferente— se vuelve a nosotros un momento, como buscando nuestra aprobación, así que Isaac y yo solo asentimos con la cabeza —Lo que quiero decir es que, te necesito en el equipo, así que mejora tus calificaciones.
—Lo haré— le asegura Scott, una vez mas.
—Lo sé.
Dicho eso se marcha de nuestra vista o eso parece, Isaac va a revisar y entonces Scott arranca la puerta del casillero de stiles antes de que pueda reaccionar, me dedico a mirar el pedazo de metal destrozado y luego la camiseta que Scott saca de dicho casillero.
—¿Cómo lo vas a encontrar?— me preguntó, cruzándome de brazos.
—Por su aroma— responde, sacando un zapato para Isaac.
—¿Por qué a ti te toca la camiseta y a mi el zapato?— inquiere el chico.
—Shh, solo olfatea y haz tu cosa de lobo— le ordenó, pegándole el zapato a la nariz.
Scott no responde, mira detrás de nosotros, así que me giro para mirar a un hombre más alto que nosotros, cabellera negra y una rara pose que nos mira con seriedad.
—¿Ese es Derek?— susurró un poco confundida.
Scott asiente y alzó ambas cejas.
—Vaya, me lo imaginé diferente.
—¿Diferente como?— cuestiona Isaac, entrecerrando los ojos.
Le siseo, cuando Scott avanza unos pasos para mirar a Derek.
—Tenemos que hablar— le dice Derek y en aquel momento aparece otro hombre, justo en la misma posición, son bastante parecidos solo que el segundo parece mayor.
—Y otro Derek— susurró.
Isaac me mira boquiabierto, como si hubiera dicho algo ofensivo, así que decido ignorarle cuando la información empieza a salir... o eso creo.
—¿Qué diablos es esto?— cuestiona Scott.
—Eso mismo pensé cuando te vi hablar con Gerard en la estación de policia.
—Él amenazó con matar a mi mamá, tenía que acercarme a él, ¿Qué querías que hiciera?
—Voy a apoyar a Scott en esto, ¿Has visto a su mamá? Es hermosa— añade el otro Derek.
—¡Cállate!— reprende Scott y Derek al mismo tiempo.
Isaac y yo nos vemos igual de confundidos, por lo que el chico es quien pregunta: —¿Quién es?
—Es Peter, el tío de Derek, hace un tiempo intento matarnos a todos, así que le prendimos fuego y Derek le cortó la garganta— cuenta Scott.
Eso tiene un poco de sentido el por qué Scott lo odia tanto.
—Hola— saluda con un ademán y una sonrisa diabólica.
Le saludo con una sonrisa de lado a lado, pero no cualquier sonrisa solamente, si no una más... diferente.
—¿Por qué estás sonriendo?— susurra Isaac.
No lo miro, ya que estoy muy ocupada observando la sonrisa que me corresponde Peter.
—¿Sonriendo? No estoy sonriendo— niego.
Isaac rueda los ojos, cruzándose de brazos —Estas sonriendo.
—No estoy sonriendo.
—¡Lo estás haciendo ahora mismo!
Me vuelvo a él —¡No estoy...!
—Silencio, niños— nos calla Derek.
Frunzo el ceño —Espera, si le cortó la garganta ¿Por qué sigue vivo?
—La versión corta es que sabe cómo derrotar a Jackson, tal vez hasta salvarlo.
—Si, nos ayudaría mucho si dejara de sonreír— murmura Isaac entre dientes.
Resoplo —Jackson murió.
Aquello sienta cierta tensión entre Peter, lo cual nos deja entre asustados y confundidos.
—¿Qué?
Asiento —Murió en el campo, se lo acaban de llevar.
—¿Por qué nadie cree que son buenas noticias?— inquiere Isaac.
—Porque si Jackson “murió” no fue así nada más— cuenta Peter —Gerard quiso que pasará.
—¿Por qué?— se pregunta Derek.
—Eso es lo que tenemos que averiguar— Peter avanza sus pasos y siento como Scott se me pone delante e Isaac me toma del brazo —Y algo me dice que la ventana de oportunidad se está cerrando, hay que correr.
Más tarde, Peter y Derek nos guían hasta una casa en total abandono, estoy apunto de correr cuando la puerta rechina porque, de verdad, ¿En qué me acabo de meter?
Peter entra primero y abre uno de los escalones de la escalera principal.
—¿Es un libro?— se pregunta Derek.
Peter le mira incrédulo —No, es una laptop, ¿En qué siglo vives?
—Ya encontraron a stiles— menciono a todos al ver el mensaje de Lydia en mi celular —Y Lydia fue a verlo, debería irme.
Scott e Isaac me miran —¿Estás segura?— inquieren en unisonido.
Les miro sin entender —Sí, Margo me dio una pistola eléctrica desde que cumplí quince, pero gracias— les sonrió, dándome media vuelta antes de que puedan responder algo, lo que sea para huir de aquí.
Cuando recojo a Lydia, ella se ve algo triste y creo que es bastante entendible, así que no manejo, no hablo y ni siquiera me muevo, lo que hace que Lydia me mire confundida.
—¿Qué haces?— inquiere en un hilo de voz.
—¿Caminaste hasta aquí?— la miro al igual.
Asiente —Sí, quería pensar.
—Lamento mucho lo de Jackson.
Se queda callada, respirando profundo un momento antes de volver a mirarme confundida.
—¿Ahora qué estás haciendo?— finalmente solloza en la última frase.
—Esperando eso— le digo, acercándome a ella para abrazarla con fuerza.
Lydia recarga su rostro sobre mi hombro y yo solo me quedo ahí para ella, mientras acaricio su hombro con delicadeza y dejo que se desahogue sobre mi hombro.
—Nunca pude darle su estúpida llave— me dice —Y ahora está en la morgue.
—Estamos para ti, Lydia— le susurró como apoyo —Allison y yo te apoyamos.
—Gracias, no sé lo que haría sin ustedes— se separa de mi.
Me voy al asiento de atrás un momento y le doy unos pañuelos para que se limpie el rostro.
—¿Me puedes dejar en tu casa? No quiero estar sola— menciona.
Asiento —Sí, aunque estoy quedándome con Scott.
—Sí, no importa, solo quiero llorar hasta desmayarme.
Sonrió un poco —Pasare a la tienda por un poco de nieve, ¿Qué te parece?
Ella asiente, estoy apunto de encender el auto cuando algo choca contra la ventana, haciéndome gritar levemente. La cara de Stiles aparece pegada a la ventana, así que la bajo hasta que termina de resbalarse y cae en un sonido duro.
—¿Qué demonios?— cuestionó, entonces Stiles aparece una vez mas, sacudiendo su ropa.
Hace una seña para que abra la ventana y lo hago a regañadientes.
—Lo lamento, no quería que se fueran y me dejaran aquí en la oscuridad— dice —Scott está en problemas.
—¿Qué te paso en la cara?— me preguntó, viendo los moretones en su mejilla y labio.
—Larga historia, ¿Podrías...?— señala la puerta de atrás, así que quito el seguro y el de trepa en el asiento trasero.
—¿Vas a decirnos que sucede?— le pregunta Lydia.
—Ah, sí, Scott tiene problemas, maneja hasta que encontremos el almacén industrial Drive— me dice Stiles con rapidez.
Enciendo el auto y manejo hasta fuera de la ciudad solo para ir a aquel almacén, mientras tanto, Stiles nos pone al corriente: resulta que Jackson no murió, solo se estaba transformando en algo peor, Derek y Peter tenían otro plan de asesinar a Jackson, pero Gerard llegó antes y todo se volvió un desastre con Allison.
—Acelera ahora— me ordena Stiles.
—¿Quieres que nos mate?— me preguntó incrédula.
Niega —No, pero hay que hacer algo, así que solo acelera y entra.
Aceleró con el corazón latiendo en mis oídos y los ojos cerrados, pensando en que moriré y ni siquiera pude hacer todo lo que siempre quise, una de esas cosas, supongo, es demostrar cuan empiezo a querer a Isaac. Cuando se rompe la madera y entramos a la bodega, repito en voz alta: —Dime que nos arrolle a nadie, dime qué no arrolle a nadie.
Entonces los abro y me doy cuenta que todo el grupo está ahí; Derek, Allison, Jackson en su forma de Kanima es lo que he golpeado al frenar, Scott, el padre de Allison y busco con la mirada a Isaac hasta verlo sobre el suelo, mirando el auto con asombro.
Abro la puerta de golpe y corro hasta Isaac, tomándole del rostro con urgencia.
—¿Estás bien?— me pregunta antes que nada, pero no estoy pensando en responder su pregunta, ni siquiera le dejo aliento para cuando sus labios se unen a los míos.
Es un beso delicado, su calor inunda mi cuerpo y se siente tanta suavidad como si estuviera en las nubes. Así que terminamos arrodillados el uno frente al otro, mis manos apretando sus mejillas y las suyas en mi espalda, algo asombrado, pero tranquilo.
Me separó de él con delicadeza y sonrió.
—Sí, estoy sonriendo ahora— bromeo, haciéndolo reír.
—¿Y eso por qué?
—Me di cuenta que nunca lo hice.
Isaac acaricio mi mejilla con los bordes de su mano —Me encanta, aunque jamás pensé que mi primer beso sería en una bodega.
Rió —¿Es el primero, de verdad?
Asiente —Sí, yo solo... espere por ti.
Aquello, cosas como está, hace que mi corazón de un salto y me haga sentir muy especial.
Sin embargo, el romance y todo eso tiene que terminar ahora, pues escuchamos el grito del Kanima-Jackson.
—¡Lydia, espera!— le grita Stiles a la chica, está tomando una llave frente al chico, quieta del miedo.
Jackson mira la llave, tiene las garras listas para atacar pero aquello lo detiene por completo. Algo cambia en él, mirar la llave parece traerle recuerdos muy profundos y especiales, pues vuelve a su forma normal poco a poco, cuando toma la llave es como si fuera él otra vez.
Entonces retrocede sus pasos, extiende ambas manos y parece asentir en dirección a Derek. Sé lo que harán, pero para cuando Scott intenta detener a Derek y Peter ya es tarde, ambos le atacan y Jackson cae de rodillas con Lydia sosteniendo su cuerpo con delicadeza.
No puedo evitar sentir pena por ella, cuando Jackson da su último aliento es como un infierno para todos los presentes. Ayudo entonces a Isaac a ponerse de pie y le tomo la mano con fuerza, cuando Lydia se levanta, se limpia el rostro, y se gira a nosotros, viendonos a Allison y a mi.
Estoy apunto de recordarle que estaremos para ella y estirar mi brazo para abrazarla, cuando Jackson se levanta una vez más y me deja ya bastante confundida, sus ojos son azules y tiene las garras de un hombre lobo.
—¿Es un...?
—Es un hombre lobo— confirma Derek.
«Al menos está vivo» pienso, así que supongo que nadie más salió lastimado, aún.
Se ha vuelto una adicción bastante espectacular y especial, al menos para mí, no, también para Isaac. Es el quinto... sexto... séptimo beso, ¡No lo sé! Perdí la cuenta, aunque no es como si los contara desde el segundo o primero, ¿Quién sabe? Solo se que, estar con él en mi casa, sin ruido porque Margo aún sigue fuera de Beacon Hills, con sus manos sobre mi, y su sedoso cabello rozando mis manos, es tan cómodo.
—¿Cuando se los dirás?— inquiero en un susurró.
Isaac está debajo de mi, ambos recostados sobre las sábanas ordenadas, no es nada inapropiado, solo un pequeño descanso de tanto estudiar química ya que después de todo Isaac sigue arrastrando la materia.
—¿El qué cosa?— se pregunta.
—Bueno, a todos nuestros amigos— le digo, acariciando su mentón —Sabes que lo sabrán en algún punto, lo de nosotros, no quiero que se desmayen, especialmente Scott, seguro le dará un infarto, revivirá y luego le dará otro infarto.
—No creo que les importe mucho— comenta.
—Pero a mi sí, lo que aprendí es a no guardar más secretos, especialmente entre nosotros— dejo otro cálido beso.
—Se lo diré a todos yo mismo si eso te hace feliz— me sonríe —Haría lo que sea por ti.
—Solo lo dices ahora.
Niega —No, lo prometo— levanta su mano de mi cintura, enseñando su meñique —¿Promesa de meñique?
Rió —Eres muy infantil.
Sin embargo, el mantiene su meñique frente a mi cara, así que termino aceptando la promesa.
—Eso es, promesa de meñique— me aprieta más contra él, intercambiando lugares.
Su rostro aparece frente a mi una vez mas cuando vuelve a unir nuestros labios en un muy largo beso, lo que nos separa es el sonido de la mesa caer con todo y libros, mi laptop y los cuadernos de Isaac.
—¡Mi laptop!— chillo, pero el chico no me deja moverme ni un centímetro.
Isaac está apunto de decir algo más cuando él parece escuchar algo, así que me sisea.
—¿Qué pasa?— inquiero en un susurró.
—Escuche una puerta.
Frunzo el ceño —No es posible, Margo sigue fuera y no volverá hasta quién sabe cuándo.
—Te juro que acabo de escuchar la puerta abrirse.
Me levanto a pesar de la petición del chico de quedarme en mi lugar, me acomodo el cabello y la blusa, bajando los escalones con Isaac siguiéndome.
—Creo que es mejor llamar a los demás— propone Isaac en un susurró.
Pero cuando visualizo la figura masculina, salto en un chillido de emoción.
—¡Papá!— grito, corriendo por los escalones hasta mi padre.
Un hombre de mayor estatura y cabello rubio se gira a mi confundido, al verme tira la maleta y abre los brazos para recibirme.
—¡Rayito!— exclama, dándome un fuerte abrazo.
—¿Papá?— escucho decir a Isaac.
Estoy demasiado ocupada abrazando a mi papá y con el corazón en mis oídos.
—¡Que bueno verte! Espera, pensé que no volverías aún— recuerdo, cuando me separó de él.
—Queria verte lo más pronto, así que deje al chico del que soy jefe a cargo y tome el primer avión que pude hasta aquí— me sonríe —¿Te gustó la sorpresa? Traigo regalos.
Chillo —Me encanta que estés aquí, te extrañe mucho.
—Y yo a ti, Rayito— me toma de las mejillas, dejando un beso en mi frente antes de volver a abrazarme. Siento que se pone tenso al separarnos, así que cuando subo la mirada imagino que está mirando a Isaac —¿Y quién es este?
Isaac extiende su mano, tratando de recuperar su postura.
—I-Isaac, señor— tartamudea —Un a-amigo de su hija.
—¿Amigo? No pareces su amigo.
Me giro a mi padre, tomando sus manos —Papá, Isaac y yo estamos saliendo.
Él alza ambas cejas, formo una sonrisa al girarme a verlo una vez más, pero por la expresión que me tira presiento que no debí haber dicho eso.
—¿Y qué hace tu “amigo” aquí?— pregunta —¿Dónde está Margo? ¿Volvió antes también?
Niego —No exactamente, estábamos estudiando química.
Isaac asiente —Sí, solo estábamos hablando, señor, nada fuera de lo normal.
Mi papá bufa —¿De verdad?— me mira —Cariño, ¿Desde cuándo dejas entrar a extraños a casa?
Ruedo los ojos —Isaac no es un extraño.
—Claro, solo para que lo sepas, tengo cinta negra en karate.
—¡Papá!
—¿Qué? Yo solo decía, todos deben estar informados, ¿No?
Bufo —Deberíamos salir a comer, así se conocen más— propuse.
—Solo dejo mis cosas en mi habitación— dice papá —De mi casa, donde hay extraños.
Dicho eso, camina con sus dos maletas gigantescas hasta las escaleras, dejándome a solas con el chico. Al mirar a Isaac, noto lo pálido que está, dejándome confundida.
—¿Te sientes bien?— limpio su frente llena de sudor.
—¿Por qué no me dijiste que tenías papá?— dice a duras penas.
Frunzo el ceño —No preguntaste.
—Creo que me va a dar algo— dijo, pasando una mano por su rostro.
Reí —No pasa nada, le vas a caer bien, solo es por la primera impresión, papá es así con todos.
—¿Y crees que me vaya a golpear cuando vayas a ordenar por todos?
Reí aún mas —No lo creo, vamos.
Niega, cuando vibra su celular —No creo que pueda, Derek quiere verme ahora mismo, está con Peter.
—Isaac...
Me toma de los hombros —Al menos deja que me recupere, juro que tendrás esa cena.
Levanto mi meñique —¿Promesa de meñique?
Ríe un poco, entrelazando su meñique con el mío. Besa mis labios con rapidez y se marcha de casa, aunque aquello fue divertido, camina raro y mira todo el tiempo los escalones antes de salir, como si papá fuera a salir y a matarlo ahí mismo.
Pero todo salió y seguirá saliendo bien, todo termino o eso creo, ahora solo queda preocuparme por el siguiente curso escolar.
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